Padres, alumnos y profesores podrán plantearle sus dudas e inquietudes
a la ministra de Educación Isabel Celaá sobre la gestión de la crisis del coronavirus en EL PAÍS.
Beatriz Lucas,
"No somos números, sino personas y queremos que en la escuela nos enseñen también a dar nuestra opinión. El gran problema, y ahora está claro, es que tenemos un sistema educativo en el que es muy fácil volver a lo antiguo y muy difícil renovar la educación. Y nuestras ciudades no nos ayudan a renovar. No están pensadas para el bien de los niños ni para el bien de sus ciudadanos, solo se piensa en conseguir un beneficio económico y nos olvidamos de las personas. No nos cuidan". Intervención de María Ángeles Díaz, 17 años, estudiante de primero de bachillerato, en GSIA Lab.
Con este alegato cerró su intervención en pasado viernes María ante casi un centenar de personas que la escuchaban a través de sus pantallas. Fue en el encuentro intergeneracional de GSIA Lab "Ciudad y ciudadanía de la adolescencia y la infancia en la covid", organizada por el Asociación GSIA.
Y María era una de las ponentes, junto con Ariadna Folch, de quinto de primaria, y al mismo nivel que los ponentes adultos del encuentro, el pensador, psicopedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci y la socióloga de la infancia Lourdes Gaitán.
La conclusión de Tonucci: "Lo importante es que los niños, niñas y adolescentes no sean destinatarios de las reglas, sino protagonistas de su elaboración y que sean escuchados en este proceso".
¿Y qué le preguntarán los docentes a quienes no se les dotó de recursos para impartir sus clases online ni se compensaron las dos horas extra que regalaron a sus alumnos, incluso los fines de semana, según la encuesta del sindicato FEUSO a 3.000 docentes madrileños?
Pues tendremos una idea aproximada la tarde del próximo jueves 2 cuando la ministra de Educación Isabel Celaá responderá en la web de El País las preguntas de alumnos y profesores escogidas entre el más de un centenar de dudas enviadas al diario por la comunidad educativa.
Muchas gracias por recibirnos en tu casa y compartir esta newsletter. Te ponemos al día de lo ocurrido con la educación esta semana marcada por las instrucciones que se van aprobando en primaria y secundaria y la propuesta amplificadora del ministerio, y por el trepidante fin de curso universitario.
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1. Instrucciones burbuja
La semana pasada, el Gobierno permitió a las comunidades ampliar a 25 alumnos los grupos que forman una burbuja y los ministerios de Sanidad y Educación enviaron a las autonomías unas nuevas recomendaciones para el próximo curso. Varias comunidades han presentado ya sus planes para la vuelta en septiembre. Que van de la calculada receta navarra con escuelas por sectores y clases en el gimnasio; pasando por el imposible encaje de bolillos de los saturados institutos madrileños, o los esfuerzos de para que todos los estudiantes desde infantil a bachillerato y FP regresen en septiembre a las aulas. Hasta llegar a la vuelta al cole sin límites en Cataluña, donde cada centro decidirá el número máximo de alumnos por profesor.
La variedad de criterios es tal, que ni siquiera el Injuve ha logrado unificar una norma para los campamentos de verano, que tienen que adaptarse a diferencias de aforo desde el 50% en algunas comunidades, como Aragón, que no permitirá campamentos para menores de 14 años, hasta un 75% en otras, como Madrid. Allí, eso sí, los grupos burbuja serán como máximo de 15 niños; al menos alguien hace caso a los epidemiólogos que ya habían advertido que lo ideal serían grupos burbuja de 10 alumnos, y como máximo de 15 a 20...
2. 'Ranking', notas y debate en la universidad española
Trepidante fin de curso universitario. Mientras para los navarros la EBAU o selectividad ya es historia, otros apuran repasos. Quizás sea un acicate para esta recta final el especial en el que EL PAÍS publica las notas de corte que, un año más, demuestra que las dobles titulaciones son las más cotizadas. Este curso en concreto el doble grado de Matemáticas y Física de la Universidad Complutense de Madrid, donde el alumno que accedió con la “peor” nota el pasado curso lo hizo con un 13,775 sobre 14. Pero pasen y vean, que hay más de 3.000 títulos universitarios posibles en las 87 universidades españolas.
Además, ahora se puede elegir con criterio (o más bien con criterio de Sanghái), ya que acaba de publicarse el Influyente ranking de Shanghái que clasifica a las mejores universidades del mundo. Y en él, aunque solo hay un campus español entre los 200 primeros (Universidad de Barcelona) y 13 entre los 500 primeros, las universidades españolas destacan en 18 áreas de conocimiento.
Pero a pesar del prestigio de nuestras carreras universitarias, la semana pasada nos alertaban desde Cataluña de que las universidades están en peligro por la caída de alumnos tras la pandemia.
El debate sobre cómo debe reinventarse la Universidad está servido y se plantea, por ejemplo, que se diseñen las carreras al gusto del mercado laboral o que se base en los sectores en los que España destaca, como proponía el catedrático de la Universidad Carlos III Carlos Balaguer en su tribuna La glaucoma universitaria, que plantea que las Administraciones deberían seleccionar unos cuantos sectores productivos en los que sobresalga y concentrar en ellos los esfuerzos de financiación para los centros de educación superior
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