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Rego aboga por la participación directa de niñas y adolescentes en política para ampliar derechos

La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, se ha reunido con Plan Internacional España de cara a la Cumbre del Futuro de Naciones Unidas.



La Moncloa

11/09/2024



La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ha abogado por que las niñas y adolescentes se sitúen en el centro de la acción política. Rego ha defendido su participación directa en procesos que faciliten los cambios que la juventud demanda, de cara también a la próxima Cumbre del Futuro de Naciones Unidas.


Durante un encuentro con la organización Plan Internacional España, Rego ha defendido el papel fundamental de niñas y adolescentes como protagonistas en la esfera pública y política. "Se les debe reconocer, no solo como objeto de las políticas, sino como agentes activas de todos los cambios que deben generarse. Queremos establecer mecanismos que las incluyan de manera efectiva, y para eso es esencial repartir el poder y transformar las reglas del juego", ha asegurado.


La ministra ha destacado el rol de niñas y adolescentes en procesos de ampliación de derechos en cuestiones como la igualdad efectiva, acciones contra la crisis ecosocial, la participación política directa, la erradicación de las violencias contra la infancia y la adolescencia, o la regulación de entornos digitales seguros.


"Hay una deuda con las generaciones más jóvenes de nuestro país. Un país que avanza en términos democráticos tiene que avanzar también en los derechos de las y los más jóvenes", ha afirmado Rego. En este sentido, la ministra ha explicado que la futura ley de la juventud, que se encuentra en periodo de consulta pública, pretende impulsar la participación activa de la juventud en los espacios y asuntos públicos del país.


En particular, la ministra ha reiterado su compromiso con la ampliación del voto a los 16 años. "Si se reconoce la capacidad de los jóvenes de trabajar y contribuir al sistema público con sus impuestos, es justo reconocer su capacidad de decidir políticamente", ha aseverado.


Durante la reunión con Plan Internacional España, cinco asesoras juveniles de la organización han presentado a la ministra el Pacto de las Niñas para el Futuro y el informe Nuestras voces para nuestro mañana, realizado con jóvenes de entre 15 y 24 años de 35 países. El informe incluye recomendaciones para avanzar en cuestiones como educación y tecnología, violencia contra niñas y mujeres, derechos sexuales y reproductivos, cambio climático y participación en procesos políticos.


La ministra viajará la próxima semana a Nueva York para participar en la Cumbre del Futuro organizada por Naciones Unidas para abordar desafíos globales, también desde la perspectiva joven. La crisis climática, las desigualdades sociales, la transformación digital y las disrupciones económicas serán algunos de los ejes que se tratarán durante el encuentro. 

¿Deben votar los niños?. Entendiendo el debate. Unicef

Los debates sobre la reducción de la edad para votar han ido ganando fuerza. 1 
Los defensores sostienen que la reducción de la edad para votar 
satisface los derechos políticos y civiles de los niños, 
mientras otros expresan inquietudes sobre la madurez de pesonas más jóvenes 
para tomar decisiones políticas informadas. 2

UNICEF/Adriane 

Edad para votar en el mundo

En la mayoría de los países y territorios ( alrededor del 90 por ciento ), la edad para votar es de 18 años o más. En el siglo XX, las edades para votar y participar en política se redujeron progresivamente a medida que el derecho al voto se extendió a las mujeres, los analfabetos y otros grupos. Una primera ola de países redujo la edad para votar a 16 años en la segunda mitad de ese siglo en América Latina, y una segunda ola comenzó a principios de la década de 2000, principalmente en los países europeos.

En la actualidad , los países y territorios en los que los niños de 16 y/o 17 años pueden votar en todas las elecciones incluyen Argentina, Austria, Brasil, Cuba, Ecuador, Guernsey, Grecia, Indonesia, Isla de Man, Jersey, Nicaragua, Corea del Norte y Timor-Leste. 
Algunos países y territorios permiten a los jóvenes de 16 o 17 años votar en al menos algunas elecciones, como las elecciones locales o estatales, como en Estonia, Alemania, Israel, Puerto Rico, Escocia y Gales. 
Los niños de 16 años en Bélgica, Austria, Alemania y Malta, y los de 17 años en Grecia pueden votar en las  elecciones europeas. En los  EE. UU., los jóvenes de 17 años pueden votar en las primarias presidenciales o del Congreso o en los caucus de los partidos en algunos estados si cumplen 18 años antes de las elecciones generales.

Desde principios de la década de 2000,  algunos países alrededor del mundo han visto iniciativas legales y campañas para reducir la edad para votar, incluidos  Chile ,  Francia ,  Alemania y  España ; la mayoría no tuvieron éxito.


Argumentos a favor y en contra de la reducción de la edad para votar

El voto es un medio fundamental a través del cual los ciudadanos dan forma a los gobiernos que los sirven. Los principales tratados de derechos humanos garantizan el derecho al voto mediante el sufragio “ universal  e igualitario ” (es decir, entre los gobernados, una persona, un voto), en particular el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 25. Los instrumentos de derechos humanos no establecen límites de edad para votar y los derechos deben ejercerse “ sin distinción de ningún tipo ” basada en características o estatus personales, incluida  la edad . El trato diferenciado, para que no constituya discriminación, debe tener una base “razonable y objetiva”, según  el derecho  internacional ; si las capacidades desarrolladas de un niño coinciden con las de un adulto, la exclusión del derecho al voto puede ser cuestionada.

Si bien no menciona específicamente el derecho al voto, la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce el derecho del niño a expresar libremente su opinión en “todos los asuntos que afectan al niño”, y añade que esas opiniones deben tenerse debidamente en cuenta, de acuerdo con su edad y madurez (artículo 12). La Convención también consagra una serie de derechos civiles y políticos que deben complementar y no reemplazar los derechos consagrados en acuerdos anteriores.

En la actualidad, en la mayoría de los países, sólo una quinta parte de los adolescentes tienen derecho a votar (los de 18 y 19 años), pero constituyen  el 16% de la población mundial . Esto niega en la práctica a una gran proporción de adolescentes el derecho a participar en la vida política y pública. Conceder el derecho a votar, al menos a los niños mayores, es una señal de que las sociedades están comprometidas con la aplicación de la Convención, escuchando sus opiniones y valorando sus aspiraciones. 

Un número considerable de expertos afirman también que un joven de 16 años tiene suficiente capacidad cognitiva y de pensamiento crítico para tomar decisiones políticas de forma independiente.

Los argumentos más comunes contra la reducción de la edad para votar giran en torno a las capacidades de los adolescentes. Algunos sostienen que carecen de la capacidad cognitiva necesaria para votar, que no están lo suficientemente informados o comprometidos políticamente como para justificar su voto o que son demasiado vulnerables a la manipulación. Sin embargo, investigaciones recientes, en particular en los campos de la neurociencia y la psicología, están redefiniendo la comprensión de "las capacidades evolutivas del niño". 3, 4

Si bien existe un debate sobre la relación entre el desarrollo adolescente y la capacidad de tomar decisiones en ciertos entornos (como en condiciones de alta presión o carga emocional), una proporción significativa de científicos en el campo del desarrollo neurológico han sostenido que reducir la edad para votar está en consonancia con  la evidencia actual sobre el desarrollo cerebral adolescente 5 . Un número considerable de expertos también  afirma que un joven de 16 años tiene suficientes capacidades cognitivas y de pensamiento crítico para tomar decisiones políticas de forma independiente.

Otros señalan la susceptibilidad de los adolescentes a la influencia y manipulación externas en el contexto de la votación, pero se necesitan más investigaciones para evaluar esta vulnerabilidad en comparación con los adultos. Esto también se aplica a la vulnerabilidad a la información errónea o desinformación, donde la evidencia es mixta. Algunas  fuentes sugieren que los votantes mayores son más propensos a compartir dominios de noticias falsas en comparación con los votantes más jóvenes. Al mismo tiempo,  la investigación de UNICEF mostró que los niños informaron sentirse incapaces de juzgar la veracidad de la información que encuentran en línea.

Numerosas investigaciones en el campo de las ciencias sociales indican que los votantes de todos los grupos, edades y niveles educativos suelen basar sus decisiones políticas en lealtades, identidades e influencias de pares, más que en intereses puramente políticos o en la consideración objetiva de plataformas políticas. Al votar, los adolescentes se ven influidos por una serie de factores, pero también lo están los adultos.

Algunos estudios han demostrado que los adolescentes de mediana edad tienen niveles similares de conocimiento político que los adultos más jóvenes.  En Brasil , donde los jóvenes de 16 años pueden votar pero el voto obligatorio está limitado a los mayores de 18, los niveles de conocimiento político y consumo de medios son indistinguibles entre los mayores y los menores de 18 años. De manera similar, cuando la edad para votar se redujo de 18 a 16  en Austria en 2007, se encontró que los jóvenes de 16 y 17 años estaban tan bien informados como los de 18 a 21 años.

A la hora de votar, los adolescentes se ven influidos por una serie de factores, pero también lo están los adultos.

En la actualidad , los requisitos de nivel educativo y de conocimientos políticos  no constituyen barreras para el derecho al voto de los adultos en la mayoría de los países del mundo y, por lo tanto, tampoco deberían obstaculizar el acceso al voto de los adolescentes. Al mismo tiempo, un electorado bien informado fomenta un entorno democrático más dinámico y afecta a la calidad de los debates políticos. Como ha señalado el  Comité de los Derechos del Niño , que ha elogiado a Nicaragua y Austria cuando estos países redujeron la edad para votar, los esfuerzos por dar derecho al voto a los niños deben ir acompañados de inversiones en iniciativas que empoderen a los adolescentes para que cumplan con sus responsabilidades como ciudadanos activos, incluso mediante la educación cívica y en derechos humanos.

Muchos también señalan los bajos niveles de compromiso político de los jóvenes , pero la evidencia es matizada. Es cierto que  la participación electoral ha ido disminuyendo con el tiempo y es menor entre los grupos más jóvenes. Sin embargo, existen diferencias significativas entre regiones y  muchos factores contribuyen a esta tendencia, incluido el hecho de que los votantes jóvenes tienen vidas menos estables, carecen de familiaridad con el proceso de votación, enfrentan desafíos logísticos para votar y pueden no identificar a los candidatos que representan sus intereses.

Al mismo tiempo, los jóvenes no son apáticos. Muchos participan activamente en la vida cívica a través de mecanismos informales como el activismo,  las protestas y las peticiones. Sienten pasión por los desafíos críticos que enfrentan nuestras sociedades y esperan respuestas rápidas y tangibles que algunos países no han podido ofrecer. 6

De hecho, las investigaciones han demostrado que ampliar el derecho al voto entre los adolescentes tiene el  potencial de generar un mayor interés político, ya que votar es un comportamiento habitual y los votantes jóvenes que votan por primera vez  tienen más probabilidades de volver a votar en elecciones posteriores. Un  estudio de los cinco países latinoamericanos que han reducido la edad para votar a los 16 años mostró que la concesión del derecho al voto tuvo un impacto significativo en la confianza en los parlamentos y partidos políticos.

Además, la concesión del derecho al voto a los niños podría tener consecuencias, ya que el voto afecta a las leyes, las prioridades políticas y las asignaciones presupuestarias. Por ejemplo, en Estados Unidos, un estudio sobre el registro previo (el registro de personas antes de que sean elegibles para votar) concluyó que promovía una mayor participación de los jóvenes y que los políticos eran más receptivos a cuestiones que importan a los jóvenes, como el aumento del gasto en educación.

Las investigaciones han demostrado que ampliar el derecho al voto de los adolescentes tiene el potencial de inculcar un mayor interés político.

Por último, algunos sostienen que los niños no necesitan votar porque con el tiempo se convertirán en adultos y, por lo tanto, en votantes, o que sus padres ya representan sus intereses. Sin embargo, este argumento no sólo no reconoce a los niños como titulares de derechos iguales a los adultos, sino que también va en contra del principio de  equidad intergeneracional.  Mientras que los menores de 18 años están actualmente excluidos en la mayoría de los países, los adultos pueden votar sin límites máximos de edad. Esto crea un  sesgo inherente , es decir, sistemas políticos que favorecen a un electorado de mayor edad y actúan en contra de la formulación de políticas con visión de futuro. Sin embargo, son los niños los que más tiempo tienen para vivir con políticas y leyes. En un momento en que las principales crisis que afectan al mundo requieren una reflexión a largo plazo, fijar una edad para votar de 16 años cumpliría con el imperativo ético de permitir que algunos de los más afectados por las decisiones gubernamentales (es decir, aquellos con la mayor esperanza de vida) tengan voz y voto en la toma de decisiones.

Oportunidades y riesgos

Reducir la edad para votar a los 16 años ofrecería oportunidades para promover los derechos civiles y políticos de los niños. Presentaría el voto como un derecho en sí mismo y un medio para fortalecer las instituciones democráticas, mejorar las políticas para los niños y promover la equidad intergeneracional.

Pero defender una edad mínima para votar también conlleva riesgos.

La promoción de los 16 años como edad mínima para votar podría desencadenar un debate sobre la reducción de los umbrales de protección de la infancia. Los países imponen diferentes umbrales de edad para distinguir los derechos y responsabilidades de los niños de los de los adultos: para la responsabilidad penal, el derecho a conducir, beber alcohol, fumar, casarse, servir en el ejército, etc. Estas inconsistencias son difíciles de corregir y no reflejan el derecho de los derechos humanos ni la evidencia científica. Sería importante garantizar que la reducción de la edad para votar no se equipare a una justificación para reducir otros umbrales. Conceder el derecho al voto a los adolescentes no significa negar las vulnerabilidades potenciales de los niños en otras instancias. Por lo tanto, cualquier defensa del sufragio adolescente debería aclarar las preocupaciones de protección e invertir en un debate basado en la evidencia.

Algunos sostienen que la incorporación de un número significativo de votantes jóvenes al electorado podría alterar la dinámica electoral y favorecer a uno u otro partido político, pero para confirmar esta preocupación se necesitan más investigaciones. Normalmente, los argumentos que enmarcan el debate sobre los límites de edad para votar o la concesión de derechos a nuevos grupos como una cuestión política son antidemocráticos: basan la votación en cálculos políticos en lugar de en su valor como derecho humano. Además, los adolescentes como grupo no suelen ser encuestados, por lo que no es posible saber qué piensan sobre cuestiones políticas ni anticipar hasta qué punto su voto se inclinará hacia la derecha o hacia la izquierda. Tampoco está claro hasta qué punto la participación política informal de los adolescentes ya configura las decisiones políticas.

Por último, cambiar la edad para votar requiere una acción legal que puede dar lugar a un proceso largo y polémico. Las organizaciones que se dedican a la promoción de este tema también podrían ser percibidas como motivadas políticamente. Sin embargo, las campañas globales impulsadas desde abajo, lideradas por organizaciones de derechos de los jóvenes o de los niños, pueden ser vistas como más legítimas y no partidistas.

Conclusión

La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce que los niños tienen derechos civiles y políticos. Además, el Comité de los Derechos del Niño ha afirmado reiteradamente que, a medida que sus capacidades evolucionan, los niños tienen derecho a mayores niveles de responsabilidad, capacidad de acción y autonomía en el ejercicio de sus derechos. El Comité también ha reconocido que, para empoderar a los niños a fin de que participen en la vida política, se les debe apoyar con medidas que garanticen que estén bien informados y preparados para emitir su voto.

Sigue siendo fundamental que toda defensa del sufragio adolescente se base en pruebas y que incluya una participación significativa de los adolescentes. También se necesitan más pruebas en varias de las áreas analizadas anteriormente, incluida la forma en que la cuestión de la edad para votar se relaciona con otras cuestiones de empoderamiento, como el acceso a la información pertinente y la vulnerabilidad a la manipulación, las cuestiones relacionadas con la evolución de las capacidades del niño, así como el acceso de los niños a desempeñar un papel en el ámbito político como una cuestión de sus derechos humanos.

Notas
1. El Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz – División de Asistencia Electoral (EAD), en su calidad de centro de coordinación de las cuestiones electorales en el sistema de las Naciones Unidas, considera que los Estados miembros no tienen obligación, en virtud del derecho internacional, de fijar una edad específica para votar o presentarse como candidato. Por consiguiente, los informes del Secretario General de las Naciones Unidas que abordan esta cuestión, incluido más recientemente el documento  Nuestra agenda común , no formulan recomendaciones a los Estados miembros para que reduzcan esos requisitos de edad en términos específicos. Más bien, estos informes hablan de alinear la edad mínima para votar con la edad para presentarse como candidato a las elecciones, que a veces es más alta que la edad para votar. De manera similar, el Enviado del Secretario General de las Naciones Unidas para la Juventud y la  Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos han pedido a los Estados que cierren la brecha entre la edad mínima para votar y la edad de “candidatura”, a fin de garantizar que los jóvenes a los que se les permite votar también puedan presentarse como candidatos y ser elegidos, aumentando así la representación de los jóvenes en la política. Estos informes no abordan las situaciones en las que los niños pueden votar. Sin embargo, dada la posición sobre los requisitos de edad específicos, un representante de EAD ha explicado que es muy poco probable que la Secretaría aplique la recomendación sobre la alineación de la edad a situaciones en las que los niños (mayores de 16 años) pueden votar. La candidatura a un cargo también plantea una serie de preocupaciones en materia de protección de los niños que no participan en la votación. Por lo tanto, la edad de elegibilidad para postularse a un cargo no se aborda en esta nota. 
2. En este documento se hace referencia a los “niños” como individuos menores de 18 años; a los “adolescentes” como aquellos de 10 a 19 años, aunque a menudo nos centramos en los jóvenes de 16 y 17 años; y a los “jóvenes” como personas de 15 a 24 años.
3. UNICEF Innocenti está liderando un grupo de expertos en la actualización de un documento publicado por Innocenti en 2005 sobre cómo entender y aplicar este concepto.
4. Es importante señalar que la neuropsicología no apoya la idea de umbrales de edad arbitrarios y exige evaluaciones más individualizadas de las capacidades relacionadas con la edad en función de los requisitos específicos de un derecho o responsabilidad en particular.
5. Un estudio de 2019 con más de 5000 adolescentes de 11 países de todo el mundo confirmó estos hallazgos, lo que indica que los cambios en la corteza prefrontal dan lugar a dos vías neuronales independientes para la toma de decisiones: una está relacionada con la digestión de la información y el razonamiento, la otra opera cuando las elecciones se toman de manera impulsiva. Tareas como votar y trabajar están relacionadas de manera crítica con la primera vía neuronal, mientras que la conducta delictiva o el consumo de alcohol se relacionan con la segunda.
6. Los equipos de UNICEF para el Desarrollo y la Participación de los Adolescentes (ADAP) en todo el mundo implementan programas para fomentar la participación cívica de los jóvenes en las iniciativas de UNICEF, así como en los procesos dirigidos por los gobiernos. Cada año, elaboran un mapa de esta labor. En 2023, los equipos de ADAP involucraron a más de 21,8 millones de jóvenes (el 52 por ciento, niñas) en 92 países en programas de UNICEF y en iniciativas cívicas como comités escolares, campañas dirigidas por jóvenes o voluntariado.
7. UNICEF ha participado en campañas para la reducción de la edad para votar a nivel de país, entre ellos Argentina, Canadá, Chile, México, Nueva Zelanda/Aotearoa, España y Suiza

El voto a los 16 años se abre paso en el Congreso

Una comisión parlamentaria debatirá la posible ampliación del derecho al sufragio planteada por el Ministerio de Juventud



EL PAÍS

XOSÉ HERMIDA

25 AGO 2024




La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, en un acto electoral
el pasado junio en Valencia. 
BIEL ALINO (EFE)

Permitir el voto a los 16 años está dejando de ser una rareza. En las pasadas elecciones europeas, los chicos de esa edad pudieron acudir a las urnas en cinco países: Alemania, Austria, Bélgica, Malta y Grecia, en este último siempre que cumpliesen 17 en 2024. En los dos mayores Estados de Sudamérica, Brasil y Argentina, está vigente desde hace años. En España el debate ha aparecido y desaparecido a lo largo del tiempo. Llegó en más de una ocasión al Congreso sin ningún éxito. Pero esta vez sus partidarios han conseguido avanzar un paso: la Cámara baja prevé crear una comisión que escuchará a expertos y organizaciones sociales sobre la posible reforma de la ley electoral para anticipar dos años el derecho al voto. La propuesta, impulsada por el Ministerio de Juventud e Infancia que comanda la dirigente de Izquierda Unida (IU) Sira Rego, fue aprobada antes de las vacaciones con el apoyo de los grupos de izquierda y Coalición Canaria.


En mayo pasado, en vísperas de las europeas, Rego apeló a la experiencia de países que han implantado la medida para ilustrar uno de los argumentos centrales de sus partidarios: anticipar la edad de voto incentiva la participación política posterior de los jóvenes. “Es una vieja reivindicación de IU y de sus juventudes”, recuerda Nahuel González, el diputado de esa formación, incluida en Sumar, que defendió la propuesta aprobada el 27 de junio en la Comisión de Juventud e Infancia del Congreso. 


La iniciativa contó con el apoyo del PSOE, que hasta ahora se mostraba titubeante. En septiembre de 2022, los socialistas se abstuvieron ante una propuesta similar planteada por ERC, que, entre eso y el rechazo de la derecha, acabó fracasando. Ahora los socios de Gobierno han acordado llevar el asunto a una subcomisión que se ocupa de las reformas de la ley electoral. “Es un tema que suscita debate, no solo en el PSOE, incluso en las Juventudes Socialistas”, admite Víctor Camino, secretario general de la organización juvenil y el diputado que suscribió la medida en junio en nombre de su grupo. “Pero estoy convencido de que se acabará aceptando con el tiempo, aunque sea por una cuestión demográfica”.


Las dos formaciones en el Gobierno dan por hecho que a la iniciativa le espera un “recorrido largo”. “Abrir el debate ya supone una victoria”, coinciden González y Camino, que asumen que requeriría un “amplio consenso”. Por ahí surgen las dificultades. Dentro del bloque que apoya al Gobierno hay sectores reacios, como el PNV. Y la oposición de la derecha ha sido frontal. El PP aduce, entre otras cosas, que iría contra la disposición constitucional que fija la mayoría de edad a los 18 años. “Pero yo no desisto de intentar convencer al PP”, manifiesta González. Tanto él como Camino indican que en otros países la medida fue suscrita por los conservadores y cuenta con la opinión favorable de organismos como el Consejo de Europa o el Consejo de la Juventud de España. “No es una cuestión de derechas e izquierdas”, apostilla el responsable de Juventudes Socialistas, sino de “ampliar derechos”.


El argumento más repetido por los partidarios es que si un chico de 16 años puede trabajar o decidir sobre un tratamiento médico también debe poder votar. Y que esa medida mitigaría la desafección política entre los más jóvenes e incrementaría su compromiso con la democracia. Sobre la preparación de estos para tomar una decisión política, González no duda: “Hoy la juventud tiene una capacidad de acceso a la información como no se ha tenido nunca”. “¿No es absurdo que Lamine Yamal no pueda votar?”, remacha.


En esta discusión a menudo se han posicionado entre los detractores neurocientíficos que arguyen que a esa edad la persona es en exceso emocional y voluble, propensa a las decisiones poco meditadas. En el plano político, no falta quien se declare en contra desde la izquierda alegando que buena parte de la juventud se ha dejado conquistar por la ultraderecha. Argumentos muy similares, replica Camino, a los que “ya fueron empleados en su día para oponerse al voto de las mujeres”.


Si se tomase hoy la decisión, el censo electoral de casi 37,8 millones de votantes se acrecentaría con algo más de un millón. Supondría un aumento del 2,7%, probablemente poco significativo para alterar el resultado de las urnas, sobre todo si se mantuviese el alto grado de abstención que se registra entre los nuevos electores, “un clásico de siempre, de toda la democracia y de todos los países”, precisa Belén Barreiro, directora del instituto demoscópico 40dB. En sus estudios, Barreiro ha confirmado que esa franja de edad está “superderechizada”, con inclinaciones hacia la extrema derecha que alcanzan el 40%. “Vox se ha configurado para muchos jóvenes como un voto rebelde”, apunta. La socióloga señala que a los 16 años “la identidad está todavía forjándose”, mientras que a los 18 se aprecian opiniones más formadas. “Tener un contrato de trabajo y empezar a pagar impuestos suele conllevar un mayor interés por la política”, subraya.


Los chicos que hoy tienen 16 nacieron en 2008, “son la generación de la crisis, han vivido siempre en crisis y eso les confiere un perfil diferente”, destaca Oriol Bartomeus, director del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS) de Barcelona. Bartomeus es autor de un libro reciente, El peso del tiempo, sobre el elemento generacional en las actitudes políticas. Su instituto está elaborando un estudio con adolescentes y anticipa algunas conclusiones: “Tienen una visión de la política muy práctica, nada dogmática. Participan o no si se sienten llamados. Tienen valores que podríamos llamar mercantilistas. Actúan pensando en lo que les interesa, no en lo que pueda pasar en los próximos cuatro años. Y no se identifican con un partido concreto, son fieles solo a sí mismos”.


Todos los estudios corroboran que en la juventud se ha ensanchado la brecha ideológica por sexos: las chicas se inclinan a la izquierda y los chicos a la extrema derecha. “Ellas tienen el impacto del Me Too y ellos están influidos por la manosfera [de man, hombre], un conjunto de medios y redes muy masculinos, con un discurso brutal contra el feminismo”, explica Bartomeus. El director del ICPS relativiza el debate sobre si se debe permitir el voto a los 16: “Lo relevante no es eso, lo relevante es que un elemento central de la democracia como la información ha perdido calidad y, en consecuencia, también la está perdiendo la democracia. Eso es lo que cuenta, tengas 16 o 76 años”.

El voto a los 16 años vuelve al Congreso.

La Comisión de Juventud e Infancia del Congreso de los Diputados 
ha debatido y votado el 1 de agosto, la propuesta de Sumar 
para adelantar a los 16 años la edad mínima para poder votar 
en cualquier proceso de elecciones. 
Desde la plataforma de Yolanda Díaz se justificó esta medida alegando que ya ocurre así en otros países europeos como Austria, Hungría, Noruega y Eslovenia, y en algunos iberoamericanos como Brasil, Argentina o Ecuador. 
Por su parte, las Juventudes Socialistas han emplazado al PSOE a votar a favor, manifestando su aprobación a esta medida.

El diputado de Sumar, Nahuel González, consigue en la Comisión de Juventud e Infancia el respaldo de todas las formaciones, salvo el PP y Vox, para la propuesta de rebajar la edad del voto a los 16 años

Sumar tantea el terreno en la Comisión de Juventud e Infancia del Congreso de los Diputados. El órgano ha aprobado una Proposición no de Ley para instar al Gobierno a reformar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General para reducir la edad legal y que se pueda votar a los 16 años. La propuesta ha salido adelante con el voto favorable de PSOE, Sumar, ERC, Bildu y el Grupo Mixto. El Partido Popular y Vox se han posicionado en contra, mientras que Junts y PNV han optado por no participar en la votación. 

Los socialistas han apoyado la incitativa porque Sumar ha aceptado su enmienda, que solicita al Ejecutivo el estudio de la medida “en el plazo de un año”.

Desde Sumar consideran que esta reforma supondría reconocer por completo los derechos políticos de la juventud, a la vez que se alinean con los “compromisos adquiridos por España con la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño”

Hace unos días, en una entrevista con la Agencia EFE, la ministra de juventud, Sira Rego, defendió la propuesta de su grupo al reconocer que si los “jóvenes con 16 años pueden trabajar, deben poder votar”, aunque confesó que en el Ministerio “son conscientes de la correlación de fuerzas parlamentarias y de la dimensión que tendría la reforma”. 


El texto aprobado hace referencia a la reivindicación que desde el Consejo de la Juventud de España se viene haciendo para ampliar el derecho a sufragio. Desde la organización defienden que ampliar el voto a las personas de 16 y 17 años supone una equiparación de derechos y deberes. 

Nahuel González, diputado de Sumar que ha presentado la iniciativa, ha defendido que este cambio “no solo es justo si no que también es necesario para la vitalidad y legitimidad de nuestro sistema democrático”. “Limitar el derecho a voto es subestimar la transformación profunda y subestimar el potencial de los jóvenes para contribuir al debate público”, ha añadido.

Además, el PSOE ha pedido que se tenga en cuenta los trabajos a desarrollar en el marco de la creación de una subcomisión en el Congreso, con la finalizad de alcanzar el máximo consenso para esta propuesta. 

Víctor Camino, líder de las Juventudes Socialistas y diputado en el Congreso, ha manifestado que la iniciativa “puede ayudar a combatir la alta abstención entre los jóvenes al hacer que se sientan más escuchados” y ha concluido pidiendo el apoyo a esta propuesta haciendo una similitud entre la oposición al voto de las mujeres que entró en vigor en 1931 y los mismos argumentos que ponen en cuestión la madurez de los jóvenes para rebajar la edad de voto.

Sin contrato no hay voto

Desde el PP han justificado su voto contario argumentando que rebajar “la edad de voto choca con la Constitución que establece la mayoría de edad a los 18 años”. Además, han matizado que el Consejo de Europa, el cual se cita en la exposición de motivos, recomendó introducir esta medida únicamente en elecciones municipales. 

El diputado popular, Miguel Ángel Sastre, ha expresado que el voto es “un contrato entre dos partes” y que, si los jóvenes menores de 18 años no pueden establecer contratos, cómo van a ser capaces de firmar el mayor contrato que se firma por parte de un demócrata. 

Vox ha ido más allá al asegurar que la juventud “no tiene plenos derechos porque no son adultos ya que la legislación reconoce que tienen inmadurez para todo el peso de la ley”. “El voto a los 16 años es una artimaña que proponen para hacerles creer a los jóvenes que les importa lo que piensan”, ha sentenciado la diputada Blanca Armario. 

Nada nuevo en San Jerónimo

Lo cierto es que no es la primera vez que el Congreso discute esta reforma. En 2022, el Pleno del Congreso rechazó una Proposición de Ley de ERC que iba en la misma línea que la presentada por Sumar. 

Por ese entonces el PSOE, el PNV y algunos diputados del Grupo Mixto se posicionaron en contra del acceso al voto de los menores. Por ello, en el debate, los republicanos reprocharon al PSOE que apoyaran la propuesta seis años antes, cuando estaban en la oposición. 

La legislatura pasada, la modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General estaba en estudio en una subcomisión, por lo que el diputado socialista José Zaragoza defendió discutir la iniciativa “donde toca”.

El derecho al voto a partir de los 16 años ya está en marcha en algunos países de la Unión Europea como Austria, Malta y Bélgica, y el Parlamento Europeo ha instado en una de sus resoluciones a armonizar a nivel comunitario la frontera de edad para ejercer el sufragio con preferencia de los 16 años.

Fuentes
PNL VOTO-16 2024
.- El debate del voto a los 16 años vuelve al Congreso de los Diputados
La propuesta de reducir la edad legal para votar, presentada por Sumar vía PNL, ha sido
aprobada con una enmienda de los socialistas y con los votos de los socios de gobierno, a
excepción del PNV y Junts.https://www.democrata.es/actualidad/el-debate-del-voto-a-los-16-anos-vuelve-al- congreso/

.- Voto a los 16 años: IU consigue aprobar una PNL en el Congreso
La propuesta insta al Gobierno a reformar la Ley Orgánica del Régimen Electoral para cumplir
el acuerdo https://mundoobrero.es/2024/06/27/voto-a-los-16-anos-iu-consigue-aprobar-una-pnl-en-el- congreso/
https://www.tiktok.com/@xavi_abat/video/7386226980749872416

.- Juventudes Socialistas, a favor de adelantar el derecho al voto a los 16 años
La PNL de Sumar se ha votado y debatido hoy en el Congreso de los Diputados 
https://www.elplural.com/politica/espana/juventudes-socialistas-favor-adelantar-derecho- voto-16-anos_332743102


Sira Rego defiende el voto a partir de los 16 años

 La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, defendió este lunes en el Fórum Europa rebajar la edad mínima del derecho de sufragio a los 16 años.


LA VANGUARDIA

SERVIMEDIA

22/07/2024



Rego manifestó en el encuentro informativo que organizó en Madrid Nueva Economía Fórum que “si tienen edad para trabajar deben de poder votar”, y señaló que esta propuesta será “uno de los vectores” de la futura Ley de Juventud que aún se encuentra en fase de discusión.


En su opinión, tal posibilidad supone un avance “en derechos” y, “por lo menos, servirá para abrir un debate público”. “Los jóvenes pueden trabajar desde los 16, con lo que al menos tienen que tener” el derecho de sufragio, y añadió que en un momento en el que la extrema derecha impone una agenda de retrocesos conviene “plantear una ampliación de derechos”.


A su juicio, “la juventud debe poder opinar sobre las políticas del país” y no solo sobre aquellas que le atañen de forma directa”. “Necesitamos un dispositivo claro que articule la participación política de la juventud y de ahí la conveniencia de dicha norma, sobre la que actualmente debaten distintos grupos de participación", indicó.


La ministra aseguró ser consciente de que “toda ampliación del derecho al voto va a encontrar resistencia”, igual que “a lo largo de la historia sucedió con el sufragio masculino universal y con el acceso al voto de las mujeres". “Queremos por lo menos abrir el debate y esperemos a ver qué sucede en los grupos de discusión”, declaró.


Asimismo, defendió que la futura Ley de Juventud recoja “elementos que hablen de los derechos de las generaciones futuras”, en referencia a “la crisis ecosocial que vive el planeta”. “Merece la pena que, por lo menos, se abra el debate respecto a la justicia intergeneracional”, insistió, y destacó como, “de nuevo, ha sido la juventud quien ha puesto sobre la mesa “ esta necesidad.


ENTORNOS DIGITALES


Preguntada sobre el anteproyecto de Ley de Entornos Digitales Seguros, la ministra se refirió a la urgencia de “regular un espacio donde nuestros jóvenes y niños desarrollan gran parte de su vida” y donde, hasta ahora, no había ningún control. “Es un primer paso para que Internet deje de funcionar con la ley de la selva”, zanjó.


Rego se mostró convencida de que el Plan Nacional de Alfabetización Digital puede estar listo “nada más volver del verano” y agradeció la colaboración de los 50 expertos y expertas que participaron en la elaboración del informe de recomendaciones.


“Gracias a este informe vamos a tener una serie de recomendaciones por tramos de edad que nos den las claves para proteger a nuestros niños y niñas en el entorno digital”, recalcó.


Asimismo, insistió en que “ya existen herramientas disponibles” para introducir en los dispositivos digitales sistemas de control parental. De hecho, el anteproyecto contempla “una multitud de medidas”, señaló, porque “somos conscientes de que no es posible” lograrlo con una sola.