Mostrando entradas con la etiqueta Infancia y Género. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Infancia y Género. Mostrar todas las entradas

Colombia da un paso histórico en la protección de menores con la eliminación del matrimonio infantil

A falta de la sanción presidencial para que entre en vigor, la eliminación de un artículo del Código Civil, que permitía matrimonios y uniones de menores desde los 14 años que contaran con el permiso de sus padres, recibe el aplauso de las agencias de la ONU. Las niñas colombianas son más dueñas ahora de su infancia y de su futuro.


Naciones Unidas

Noticias ONU

19 Diciembre 2024


Cortesía Leonardo Vargas/Prensa del Senado de Colombia

Colombia ha sumado a su historia una decisión trascendental: la eliminación de todas las formas de uniones tempranas en las cuales uno o ambos contrayentes o compañeros sean menores de 18 años.


El Congreso de la República aprobó recientemente, luego de varios intentos fallidos, un proyecto de ley que modifica un artículo del Código Civil que permitía a los mayores de 14 años contraer matrimonio con el permiso de sus padres.


La norma estaba vigente desde 1887, un reflejo del arraigo de una práctica que ha vulnerado los derechos de niñas, niños y adolescentes. En el país suramericano, una de cadacinco adolescentes está unida y una de cada 10 niñas entre los 10 y 14 años vive en esas condiciones, según estudios del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).


La aprobación de la ley que prohíbe el matrimonio infantil y las uniones maritales de hecho con o entre menores de edad se abrió camino con el apoyo de congresistas de diferentes corrientes políticas.


Ahora solo falta la sanción presidencial para que entre en vigencia. “Esta aprobación ha sido posible porque hemos reunido el consenso de todos los partidos políticos. No solo implica la prohibición, sino una política pública robusta que permita cambiar las costumbres y generar una conciencia en la población sobre el daño grande que se les hace a niñas, niños y adolescentes con los matrimonios y uniones”, destacó la senadora ponente Clara López.


Un avance por los derechos de niñas, niños y adolescentes


Con esta determinación, Colombia da un paso decisivo hacia la protección de los derechos infantiles y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.


Concretamente, el Objetivo número 5, que apunta a lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, y contempla eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado, y la mutilación genital femenina, al año 2030.


Bibiana Aido Almagro, representante de ONU Mujeres en Colombia, reconoció el avance que supone la prohibición para evitar violaciones a los derechos humanos de mujeres y niñas.


“Desde ONU Mujeres queremos felicitar a Colombia por la magnífica noticia de la aprobación del proyecto de ley que elimina el matrimonio infantil, las uniones maritales de hecho y las uniones tempranas y forzosas. Estas prácticas afectan gravemente los derechos a la vida, la salud, la educación y la integridad de mujeres y niñas e impacta negativamente su desarrollo. Las niñas no se tocan”, afirmó.


Romper círculos de pobreza


Por su parte, Andrea Tague Montaña, oficial de género y desarrollo de UNICEF en Colombia, explica que esta excepción es una de las medidas que más favorece el futuro de niños y niñas.


“Los matrimonios infantiles y las uniones tempranas son comprendidas como prácticas nocivas que no solamente implican violencias de género, sino la vulneración de múltiples derechos que hacen que, especialmente las niñas, entren en círculos de pobreza. Refuerzan la discriminación y la idea de que lo mejor que les puede pasar a como único destino es casarse y tener hijos”, asegura la oficial.


Los matrimonios infantiles y uniones tempranaslimitan el empoderamiento económico en la transición a la vida adulta, la autonomía e independencia, de acuerdo con UNICEF.


Tague advierte que, al entrar en una relación de poder desigual con parejas entre seis y diez años mayores, las niñas tienen pocas oportunidades para decidir si quieren tener relaciones sexuales o no, cuántos hijos quisieran tener o cuál es la vida que quierenllevar.


“Entran a escenarios donde, en muchos casos, empiezan a cumplir roles de mujeres adultas. Por ejemplo, el trabajo infantil, doméstico y de cuidado es su labor casi que diaria. Son niñas que dejan de estudiar, que pierden sus derechos por entrar en una unión temprana. Es importante hacer un llamado a la sociedad para no seguir normalizando las uniones tempranas, eso es vulneración de derechos. Las niñas no dejan de ser niñas por estar viviendo con un señor”, agrega la oficial de UNICEF.


Impulsar proyectos de vida


El proyecto de ley aprobado en Colombia también establece acciones para fortalecer la política pública nacional de infancia y adolescencia a través de la creación del programa nacional ‘Proyectos de vida digna para niños, niñas y adolescentes’.


El programa contará con una estrategia “para prevenir matrimonios infantiles, uniones maritales de hecho y uniones tempranas y garantizar medidas de restablecimiento de los derechos de las niñas, niños y adolescentes que han sido afectados por estas formas de violencia”, señala la norma aprobada.


La estrategia deberá incluir un énfasis especial en zonas rurales apartadas, las más vulnerables. Los pueblos indígenas también participarán en los programas de prevención y atención, en el marco de su autonomía y gobiernos propios.


“Ahora viene lo más importante y es que ese programa logre atender los determinantes estructurales de las uniones tempranas, que son la pobreza y la falta de educación y que, además, logre vincular a las familias y las comunidades en la transformación de esas normas sociales”, opina Tague Montaña.


Colombia ocupa el puesto 20 a nivel mundial con respecto al número de niñas casadas o unidas antes de cumplir los 15 años, y en América Latina y El Caribe ocupa el puesto 11 en adolescentes unidas antes de cumplir los 18 años, una realidad que se espera revertir con la nueva ley.


“Este cambio legislativo es un mensaje para la sociedad colombiana en el sentido de que el país debería promover y generar condiciones y oportunidades para que las niñas puedan tener proyectos de vida, que puedan decidir de manera autónoma y libre”, concluye la oficial de género de UNICEF. 

Reflexiones en aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño con enfoque en las niñas

Las niñas representan el futuro, y garantizar sus derechos hoy es asegurar un mañana más justo y equitativo para todos. Como comunidad global, debemos comprometernos a brindarles las herramientas, el apoyo y las oportunidades que necesitan para alcanzar su máximo potencial.



acento

Carlos Carrera Cordón

16 de noviembre de 2024




El 35º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño nos invita a reflexionar sobre los avances y retos que enfrentan las niñas en el ejercicio de sus derechos. Esta convención, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, fue un hito en la protección de la infancia a nivel mundial. Es un gran cambio de paradigma, por el que pasamos de ver a las niñas y niños como propiedad de sus padres, sus comunidades o sus estados, a considerarles personas plenas, sujetos plenos de derecho. Uno de los avances más notables de la Humanidad en estos últimos tiempos.


Más bien, la convención hace responsables a los gobiernos, las sociedades y los padres o tutores de proteger a los niños para que puedan disfrutar de todos sus derechos.


Sin embargo, aún hoy, millones de niñas enfrentan desafíos que les producen sufrimiento e impiden que alcancen su pleno potencial de desarrollo personal, social y económico


Un aniversario con sabor a deuda: los derechos de las niñas aún pendientes

 Este es un momento crucial para visibilizar los retos únicos que enfrentan las niñas, especialmente en los países en desarrollo, y para promover su empoderamiento, protección y pleno disfrute de sus derechos. En muchas regiones del mundo, las niñas continúan siendo las más afectadas por la pobreza, la desigualdad de género, la falta de acceso a la educación y los altos índices de violencia.


Son muchos los factores que impiden la mejora o incluso empeoran la situación de las niñas, desde decisiones de política pública que no las priorizan, a prejuicios sociales arcaicos que las discriminan o vulnerabilidad al cambio climático, los conflictos y otros fenómenos.


A pesar de los compromisos firmados en la Convención, datos actuales reflejan que en República Dominicana  una de cada tres mujeres de entre 20 y 24 años se casó o unió antes de cumplir 18 años. Este dato refleja una realidad dolorosa: las uniones tempranas siguen siendo una práctica arraigada en muchas sociedades, privando a las niñas de su niñez y oportunidades futuras. Además, se estima que Una de cada cinco mujeres ha sufrido violencia sexual de parte de sus parejas, lo que pone de relieve el entorno de vulnerabilidad en el que muchas jóvenes viven.


Educación y salud: herramientas clave para el empoderamiento


Uno de los pilares fundamentales para garantizar los derechos de las niñas es asegurar su acceso a una educación de calidad. La falta de educación no solo limita sus opciones laborales y económicas, sino que también perpetúa ciclos de pobreza y violencia. La Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 28, reconoce el derecho de todos los niños y niñas a la educación, sin embargo, cifras recientes revelan que, en muchas regiones, las niñas continúan siendo las más marginadas en el acceso a la educación. A nivel mundial, una de cada cuatro adolescentes no accede ni a la educación, ni a un empleo, ni a formación, una realidad alarmante que perpetúa la desigualdad de género.


Además de la educación, el acceso a servicios de salud es esencial para el bienestar de las niñas. La alta tasa de maternidad adolescente sigue siendo un problema grave. Según UNICEF, la maternidad temprana y la alta natalidad adolescente no solo afectan la vida de estas jóvenes, sino que también impactan negativamente el desarrollo socioeconómico de los países. Para enfrentar este desafío, es fundamental intensificar los esfuerzos para proporcionar educación sexual integral, acceso a métodos anticonceptivos y servicios de salud adecuados. Sin embargo, las barreras sociales y culturales continúan limitando el acceso de las niñas a estos servicios en muchas comunidades.


La violencia de género: una batalla por ganar


Uno de los retos más urgentes en la lucha por los derechos de las niñas es la violencia de género,es decir la que sufren por el hecho de ser niñas. A nivel global, casi una de cada cuatro adolescentes casadas o en pareja ha sufrido algún tipo de abuso sexual o físico, un reflejo de cómo las niñas y adolescentes son desproporcionadamente víctimas de la violencia. La Convención sobre los Derechos del Niño es clara en su disposición de proteger a los niños de cualquier tipo de violencia, pero la realidad nos muestra que las niñas continúan siendo las más expuestas.


Además, los datos son alarmantes en cuanto a la violencia sexual contra niñas y adolescentes en el país, según el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE), la tasa de violaciones sexuales en niñas y adolescentes es de 18.9 por cada 100,000 personas entre 10 y 19 años, lo que refleja una grave situación de vulnerabilidad. El impacto de estas experiencias traumáticas es devastador, no solo a nivel físico, sino también psicológico, afectando profundamente el futuro de estas jóvenes.


Un llamado a la acción: invertir en el futuro de las niñas


Es crucial que tanto los gobiernos como la sociedad civil redoblen sus esfuerzos para promover la igualdad de género y proteger a las niñas de la violencia y la discriminación. Indudablemente, invertir activamente en el futuro de las niñas es invertir en nuestro propio futuro, al garantizar el acceso a la educación, a la salud y a la protección contra la violencia y frente a la pobreza no es sólo una cuestión de derechos humanos, sino también una condición indispensable para un desarrollo sostenible.


El 35º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño debe ser un recordatorio de que, aunque se han logrado avances, todavía queda mucho por hacer. Las niñas representan el futuro, y garantizar sus derechos hoy es asegurar un mañana más justo y equitativo para todos. Como comunidad global, debemos comprometernos a brindarles las herramientas, el apoyo y las oportunidades que necesitan para alcanzar su máximo potencial. Porque cuando las niñas disfrutan plenamente de todos sus derechos, el mundo mejora exponencialmente.

10 datos sobre los derechos de las niñas que deberíamos conocer

El Día Internacional de la Niña es una fecha clave para abordar los desafíos y obstáculos a los que tienen que enfrentarse millones de niñas en todo el mundo.



Amnistía Internacional 

11 de octubre de 2024




A pesar de los avances en derechos humanos, millones de niñas siguen siendo víctimas de situaciones que limitan su desarrollo, salud y libertades fundamentales. Desde el acceso desigual a la educación hasta los matrimonios forzados y la violencia de género, las niñas tienen que enfrentarse a graves desafíos.


En este post, te presentamos 10 datos impactantes que te ayudarán a entender la gravedad de esta realidad y, lo más importante, a inspirarte a ser parte del cambio. Estos datos no solo revelan las injusticias que viven, sino que también nos recuerdan que la igualdad es una lucha que no ha terminado.



1.- Matrimonios forzados


Según UNICEF, el matrimonio infantil se refiere a cualquier matrimonio formal o unión informal en la que al menos uno de los cónyuges es menor de 18 años. A pesar de que esta práctica ha disminuido a nivel global —hace diez años, 1 de cada 4 niñas se casaba siendo menor de edad, mientras que hoy la cifra es 1 de cada 5—, sigue siendo un problema extendido.


Las niñas obligadas a casarse antes de los 18 años ven cómo sus sueños y oportunidades de desarrollo se desvanecen. Muchas de ellas enfrentan embarazos en la adolescencia, una de las principales causas de muerte entre niñas de 15 a 19 años en países en desarrollo.


El matrimonio infantil perpetúa, además, el ciclo de pobreza y la desigualdad de género. Las niñas que dejan la escuela para casarse pierden el acceso a la educación, lo que limita su capacidad para alcanzar la independencia económica y las condena a una vida de dependencia. 


2.- Violencia de género


Una de cada tres niñas en el mundo ha experimentado algún tipo de violencia antes de cumplir 18 años, lo que constituye una de las violaciones más extendidas de los derechos humanos. Esta alarmante realidad abarca violencia física, sexual y psicológica, afectando a niñas de todas las regiones, sin importar su nivel económico o contexto social.


Se estima que 15 millones de niñas adolescentes, con edades comprendidas entre los 15 y 19 años, han experimentado relaciones sexuales forzadas en todo el mundo


3.- Derecho a la salud sexual y reproductiva


Millones de niñas en todo el mundo carecen de educación sexual integraly de acceso a servicios básicos de salud sexual y reproductiva, lo que las expone a graves riesgos de salud y afecta a su bienestar general. En muchas comunidades, hablar sobre salud sexual sigue siendo un tabú, lo que significa que las niñas no reciben la educación que necesitan para tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos. Esta falta de información y acceso a servicios como anticonceptivos, atención prenatal o cuidados médicos relacionados con la salud reproductiva, provoca que muchas niñas tengan que hacer frente a embarazos no deseados a edades tempranas, con consecuencias graves para su salud física y mental.


4.- Menstruación y exclusión


La menstruación sigue siendo un tema cargado de estigmas y tabúes en muchas partes del mundo. Millones de niñas se ven obligadas a faltar a la escuela durante sus períodos debido a la falta de acceso a productos menstruales adecuados, infraestructura sanitaria básica y por miedo a ser avergonzadas o estigmatizadas. Esta exclusión temporal se convierte en una barrera adicional a su educación y desarrollo personal, limitando su capacidad para participar plenamente en la vida escolar y social. 


5.- Mutilación genital femenina


La mutilación genital femenina (MGF) es una de las violaciones más atroces de los derechos humanos que sufren millones de niñas y mujeres en todo el mundo. Se estima que alrededor de 200 millones de niñas y mujeres vivas hoy en día han sido sometidas a esta práctica en más de 30 países, principalmente en África, Oriente Medio y algunas regiones de Asia. La MGF implica la alteración o extirpación parcial o total de los órganos genitales externos femeninos por motivos no médicos, y se realiza generalmente en niñas durante su infancia y adolescencia en condiciones generalmente poco salubres.


6.- Trabajo infantil


Cerca de 160 millones de niños y niñas en todo el mundo están involucrados en alguna forma de trabajo infantil, y las niñas a menudo son más vulneradas por las peores formas de explotación y abuso. Aunque el trabajo infantil afecta tanto a niños como a niñas, las niñas enfrentan desafíos únicos debido a la naturaleza de las tareas que suelen desempeñar y a los riesgos adicionales relacionados con su género.


7.- Impacto de la pobreza en las niñas


La pobreza afecta de manera desproporcionada a las niñas, limitando sus oportunidades de educación, salud y protección. En las comunidades más vulnerables, las niñas suelen ser las primeras en sufrir las consecuencias de la falta de recursos, ya que las familias en situación de pobreza extrema a menudo priorizan la educación y el bienestar de los niños varones, dejando a las niñas en desventaja. Esta desigualdad en el acceso a los recursos perpetúa el ciclo de pobreza y exclusión, ya que las niñas que no pueden ir a la escuela tienen menos oportunidades de salir de esa situación en la edad adulta.


8.- Derecho a la identidad de las niñas


El derecho a la identidad es fundamental para el pleno desarrollo de las niñas, pero en algunos países, muchas no tienen acceso a un certificado de nacimiento o a documentos de identidad. Esta falta de documentación oficial tiene consecuencias devastadoras, ya que impide que puedan acceder a derechos básicos como la educación, la salud y la protección legal frente a abusos y explotación.


9.- Explotación sexual de las niñas


Las niñas representan una alarmante proporción de las víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual en todo el mundo. El 99% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres y niñas, lo que refleja una grave crisis de derechos humanos que afecta desproporcionadamente a las niñas más vulnerables. Este tipo de explotación no solo destruye sus vidas, sino que perpetúa un ciclo de violencia, abuso y marginación del que es extremadamente difícil escapar.


10.- Cambio climático y derechos de las niñas


El cambio climático afecta desproporcionadamente a las niñas y mujeres jóvenes. Las desigualdades preexistentes, como la pobreza y la falta de acceso a recursos básicos, exacerban su vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos como sequías, inundaciones y desastres naturales, que cada vez son más frecuentes debido al calentamiento global.


Uno de los impactos más visibles del cambio climático en las niñas es el aumento de la inseguridad alimentaria. En muchas comunidades rurales y en países en desarrollo, las niñas y mujeres son las principales responsables de recolectar agua y alimentos para sus familias. Con el cambio climático, los recursos se vuelven más escasos, lo que significa que las niñas deben caminar distancias más largas para acceder a agua potable, exponiéndose a riesgos de violencia y abuso durante el trayecto. 



El texto reproducido más arriba es un resumen del post publicado en el blog de Amnistía Internacional. Para acceder al texto completo utilizar ESTE ENLACE

Mujer, menor y migrante: historias de violencia y resistencia en la ruta canaria

La llegada de niñas en cayucos a las islas repunta en las últimas semanas. La práctica totalidad ha sufrido algún episodio de violencia en sus países de origen. EL PAÍS entra en un centro en el que conviven 19 de ellas



EL PAÍS

GUILLERMO VEGA

Firgas (Gran Canaria) 25 AGO 2024




Centro de acogida de niñas migrantes no acompañadas, Arcoíris, de la Fundación Samu,
en Firgas (Gran Canaria). 
QUIQUE CURBELO

La pequeña N. apenas ha cumplido los 10 días, pero ya sabe que prefiere unos mullidos brazos antes que una cuna. “Nos la vamos pasando durante todo el día”, ríe con ella en brazos Sara Ortega, la directora del dispositivo para migrantes no acompañadas Arcoíris, gestionado por la Fundación Samu, en la localidad grancanaria de Firgas (centro de la isla, 7.669 habitantes). N. es la alegría del centro. Sin embargo, su historia, como casi todas las de este recinto, está salpicada de violencia y maltrato. Su madre es L., guineana de 17 años llegada en cayuco hace poco más de dos meses a Gran Canaria. Ahora mismo duerme tras una noche en vela entre toma y toma. L. fue violada por su marido, con quien fue obligada a casarse. “Huyó en avanzado estado de gestación”, desgrana Ortega. “Tenía miedo a dar a luz a una niña en su país”.


Toda migración conlleva su drama. Pero la directora nacional adjunta del área de Infancia y Familia de Samu, Siham Khalifa, subraya en conversación telefónica que las niñas migrantes presentan un elemento “específico”: “Por tu condición de mujer, además de por la condición de migrante, se es el blanco fácil para una serie de tratos negligentes y de abusos, incluidos los sexuales”. Los niños “llegan aquí y te dicen ‘yo quiero una vida mejor”, completa Laura Segura, coordinadora regional de Samu. “Las niñas parecen venir con esa mentalidad, pero en el fondo saben que ese no es el motivo real: huyen porque las obligan a casarse, porque las obligan a mantener relaciones sexuales, porque mutilan sus genitales, porque las explotan laboralmente…”. La directora general de Protección a la Infancia y las Familias, Juana de la Rosa, admite que estas niñas “han vivido una experiencia que les ha cambiado la vida” y que, por ello, “la sociedad que las acoge debe estar a la altura y ayudarlas a que encuentren su nuevo camino”.


De los aproximadamente 5.600 menores migrantes no acompañados que tutela Canarias en la actualidad, unos 276 son niñas. 190 de ellas han llegado en los últimos meses. 19 viven en este centro gestionado por la entidad sin ánimo de lucro Samu, fundada en 1981 en Sevilla. “Llegan más niñas migrantes que en otras crisis migratorias”, confirma De la Rosa. Esta situación ha llevado al Ejecutivo autonómico a abrir 13 recursos exclusivos de los aproximadamente 80 que componen la red en el archipiélago. “Es necesaria una implicación real de todo el Estado en este asunto”, reclama. “Canarias no puede seguir asumiendo prácticamente en solitario la atención de la infancia migrante no acompañada”.


Palizas y matrimonios forzados


En África central y occidental, casi una de cada tres adolescentes recibe golpes o palizas desde los 15 años, según Unicef. El matrimonio infantil afecta a cuatro de cada 10 chicas de entre 20 y 24 años que se casaron antes de cumplir los 18. Este relato de violencia, común “en el 80% o 90% de los casos, si no el 100%” de los que llegan a Arcoíris, según los cálculos a vuelapluma de Segura y Ortega, es el que convierte en especialmente laboriosa la labor de las nueve trabajadoras del centro (además de tres hombres que se ocupan de las cocinas).


Las menores pasan por una primera fase de acogida, en la que es frecuente que lleguen en estado de shock. Aquí, en este paso, las tutoras han de notificar a las fuerzas de seguridad cualquier posible delito del que hayan podido ser víctimas. “Lentamente”, desgrana Khalifa, “a lo largo de lo que suelen ser muchos meses, se va logrando una vinculación afectiva con el personal, que permite que la menor se vaya abriendo y cuente cómo partió de esa aldea, de ese pueblo, qué ruta trazó hasta a Canarias y qué fue lo que le ocurrió”. Son lo que las tres expertas denominan las “historias de vida”, el relato que permitirá que estas menores logren vivir una vida normal. “Es entonces cuando empieza el trabajo efectivo”, subraya Khalifa.


Las más crudas historias de vida se entrecruzan en Arcoíris. T. es, tras el bebé N., la más joven (13 años). Domina el castellano y muestra gran habilidad para las matemáticas en el instituto, pero cuesta arrancarle una palabra. Su silencio oculta una infancia traumática: según relatará posteriormente Ortega, su familia la sometió a una ablación genital. Más de 230 millones de niñas y mujeres vivas actualmente han sufrido esta práctica, según Unicef, 140 millones en África. En Senegal, el 25% de las menores de mujeres entre 15 y 49 años habían sido víctimas de la mutilación genital en 2019, últimos datos disponibles.


Una adolescente taciturna cuyo ceñido vestido a rayas muestra un más que notable embarazo se acerca a saludar a Laura Segura. Tras abrazarse con ella, sale de la habitación en silencio y con la cabeza gacha. No vuelve a aparecer. “Tres días después de llegar, hace dos meses”, refiere la coordinadora, “nos contó que desde que salió de su país había sido objeto de frecuentes violaciones grupales”. No solo eso: “En la patera rumbo a Canarias se desvaneció a causa del calor y la deshidratación. Ella cree que aprovecharon para abusar de ella”. A raíz de este relato la llevaron al médico. Estaba embarazada de cuatro meses. Saldrá de cuentas en noviembre. “Llegó al centro aferrada a su peluche. Tiene 15 años, aunque sufre un retraso madurativo y su mentalidad no pasa de los 10″. Una de cada 10 niñas del continente africano ha sido violada o ha sufrido abusos sexuales.


T. llegó a El Hierro en el mismo cayuco que B., de 15 años, a quien conocía del mismo barrio. Salió de Senegal con ayuda de su tía, huyendo “de las peleas” en su entorno. “Pasé mucho miedo en los seis días que duró el viaje”, rememora sin perder la compostura. “Lloré todo el rato”. También se declara hábil con los números y asegura desenvolverse en una cancha de baloncesto. “Me gustaría ser ingeniera”, dice.


Alegría en el patio


Pese a este pasado de violencia, la alegría parece ser la moneda común en el centro. A eso de las 11.00, el silencio se convierte en alboroto, y unas 15 adolescentes salen al sol del patio. 12 de ellas cursan sus estudios en el IES Villa de Firgas, a la espera que la Consejería habilite más plazas. “Se han integrado completamente”, asegura Ortega. “El director elaboró un currículum adaptativo y sus propios cuadernillos, puso refuerzos”. Cuentan, incluso, con sus propios ordenadores portátiles. El curso pasado, 2.188 niñas, niños y jóvenes migrantes estudiaron en las aulas canarias, 1.657 de ellos eran menores de 16 años, según los datos oficiales. El objetivo, lograr que estudien los restantes 3.500.


Esta calurosa mañana de verano, un grupo de niñas ayuda con algunas tareas, otras se preparan para una salida; una de ellas practica coreografías de TikTok ante su reflejo en un cristal. “Las que llevan poco tiempo se muestran más miedosas, quieren pasar desapercibidas”, relata Segura. “Cuando empiezan a aterrizar, cuando participan en talleres sobre derechos de la mujer, entienden que tienen los mismos que un hombre y se dan cuenta realmente de lo que les ha pasado”.


Sara Ortega añade que “las que llevan más tiempo están más empoderadas, se mueven y hablan de otra forma y transmiten otra energía”. Todas, coinciden ambas, muestran un rasgo común: “No ven las dificultades, tienen mucha paciencia”. Y sentencian: “Han escapado de su entorno y no sienten tanta presión familiar. Son más libres. Piensan ‘por fin puedo ser yo. Ahora puedo hacer lo que yo quiera”.