La falta de educación mata


Clara Marín

.- Un estudio mide las muertes atribuibles a un bajo nivel educativo en EEUU
.- Según los autores, la falta de educación sería tan dañina como ser fumador

Un clásico en la Salud Pública es la teoría que relaciona el nivel educativo de una persona con su estado de salud: cuánta más educación haya recibido alguien, más sano estará, y esto repercutirá en muchísimos aspectos de su vida. Ahora, un estudio realizado en Estados Unidos y publicado en la revista PLOS ONE pone números a esta teoría, y señala las muertes que se pueden atribuir a un bajo nivel educativo. Las cifras resultantes son, cuanto menos, llamativas, tanto que los investigadores afirman que la falta de educación puede ser tan dañina como fumar. «El estudio llama la atención por el gran volumen de datos analizados, y sus conclusiones son muy sólidas», opina Antoni Trilla, jefe de epidemiología del Hospital Clinic de Barcelona.

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Las conclusiones son que, si en 2010, los estadounidenses que no habían terminado el instituto lo hubieran acabado, se podrían haber salvado 145.243 vidas. Para llegar a esta cifra, los autores calcularon primero el número de muertes entre personas que no habían finalizado el instituto, y después, las muertes que habrían ocurrido entre esas mismas personas si tuvieran las mismas cifras de mortalidad que el grupo que sí había completado esta etapa educativa. La diferencia entre ambas cifras es el número de vidas que, potencialmente, se podrían haber salvado.

Para Ildefonso Hernández, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Miguel Hernández y presidente de SESPAS (Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria), los investigadores «han hecho un cruce bastante exhaustivo, sin ningún sesgo importante, y consistente con algunos estudios anteriores».

A pesar de que la evidencia existente señala que una parte de la asociación entre muertes y educación puede ser casual, «una mejor educación se asocia a una vida más larga, porque aquellos que tienen mayor nivel educativo son más propensos a tener los recursos y el conocimiento para seguir unos comportamientos más saludables, ganar más dinero y vivir con menos estrés crónico», explica a EL MUNDO Patrick Krueger, uno de los autores de la publicación.

«El nivel educativo que una persona alcanza se relaciona con su nivel de alfabetización y su nivel de conocimiento de la salud, y eso está vinculado con sus conductas: a mayor nivel educativo, mejor nutrición, se hace más ejercicio y se consumen menos drogas», relata Hernández, que pone como ejemplo una investigación en la que se estudiaba la epidemia de droga de los años 80, en la que se vio que el riesgo de contagiarse de VIH era mucho mayor entre los drogodependientes que tenían menos educación, ya que, por ejemplo, «eran más propensos a compartir jeringuillas que quienes habían estudiado más».
Así, la educación repercute en nuestra actitud frente a la salud: «con una mejor educación mejora la respuesta frente a la enfermedad: el paciente tiene una mayor adherencia a los tratamientos y a las pautas terapéuticas», cuenta Hernández.
Además, las repercusiones sociales de la educación son amplísimas: una mejor formación está ligada a un mejor trabajo, y por tanto, a un mejor salario. De hecho, según cifras de UNICEF, un año extra de educación se traduce en un aumento del 10% en los ingresos de la persona.

Salud en todas las políticas

El hecho de hablar de muertes atribuibles a una baja educación revela la importancia de lo que los salubristas llaman «salud en todas las políticas», es decir, ser conscientes de que prácticamente todo tiene el potencial de impactar en la salud humana. «La magnitud de nuestras estimaciones confirman la importancia de considerar la educación como un elemento clave de la política sanitaria estadounidense», puede leerse en las páginas de PLOS ONE. «Si queremos hacer una verdadera promoción de la salud, un aspecto clave es la educación», apunta Trilla.

Aunque el estudio está hecho en Norteamérica, en España también tendría validez, al menos, en el enfoque: «Una política dirigida a asegurar que no hubiera abandono escolar tendría, además de unas repercusiones sociales obvias, unos efectos en la salud extraordinarios», opina Hernández. Sin duda, en nuestro país, donde el porcentaje de jóvenes que no continúan estudiando más allá de la etapa obligatoria es del 21,9% (una cifra que dobla la media de la UE), habría mucho margen de mejora.

Mientras tanto, en todo el mundo, el 10% de los niños no reciben ni la formación más básica -la educación primaria-, lo que evidentemente repercute en su salud, ya que, tal y como dice Hernández, «el nivel educativo contribuye a no perpetuar la pobreza y las malas condiciones de vida». Una vez más, un dato de UNICEF puede servir de guía: si todos los niños del mundo pudieran, no ya ir a la Universidad, sino simplemente, aprender a leer, 171 millones de personas menos vivirían en la pobreza absoluta.

Las asignaturas son para el verano

Socio GSIA

13/07/2015 





La virtud del niño y de la niña siempre fue imaginar, crear y compartir. 
Son ellos los grandes virtualizadores que requieren espacios acordes,
pero les hemos denominado ‘esponjas de absorber saber’

El error ‘virtualiza’. 
Hay niños y niñas que pasean sus mochilas de libros por las playas abarrotadas de gentes, pactando incluso los momentos del día en los que la red wifi tiene horario escolar. 
Es la misma historia repetida y repetida, clasificando y evaluando. Aunque sean otras niñas y niños. 

Asignaturas de veranoPersiste la memoria. No como el efecto colateral y compartido de un proceso, sino desde su efecto directo y acumulativo. Pues aunque alguien (llámese niño) pretenda repetir catálogos de nombres sólo será un acto de iteración de una secuencia cualquiera. Y podrá repetir en un ejercicio mecánico otras que variarán en extensión más o menos evaluables hasta perder la noción del motivo del ejercicio. La ‘industria de los niños perdidos’, la escuela, denomina al error su no deber ser, para su moral kantiana alejada de consecuencias. Habrá que motivar aprendiendo a apropiarse de los recuerdos. Quizá mejorando qué entendemos por ‘memoria’.

Si para construir esa definición distinguiéramos los procesos que envuelven los recuerdos comenzaríamos a traer al frente los elementos de la memoria: virtualización y actualización. Nuestra percepción de lo virtual aleja la idea de conocimiento y realidad. Parece ser no-propia referida a aprendizaje escolar, entendiendo al escolar-niño como emulador de lo dicho a dictado. 
Esta idea, la emulación, reconstruye dos malas interpretaciones: 
1.- confundir espacio escolar con único espacio educativo; 
2.- se aprende imitando órdenes obedecidas.

La transición hacia la ‘composición de la sabiduría’ pasa inevitablemente por no querer soportar principios enraizados frente al niño o niña agente. Si memorizar ha sido obediencia en el dictado, virtualizar es reconstruir recreativamente el recuerdo, es apropiarse de las imágenes personalizadas sobre los espacios cotidianos, y acumular registros en huellas reconocibles (conscientes o inconscientes).

Pero qué alejados nos encontramos de querer que las niñas y los niños sean propietarios de sus propias memorias. Las instituciones educativas no acompañan, el aprendizaje se entiende como un acto formal y reglado, y no nos dejamos percibir en el momento del saber con otros, sobre todo por dictar la propiedad del conocimiento y su maldito ego.

En una cultura de datos, olvidamos saber narrar. Porque actualizar es cuando convocamos a otros, en la compañía de la acción. Los virtualizadores hemos querido siempre depositar fragmentos en otros, de manera anacrónica, para facilitar el encuentro en todos los tiempos posibles. La magia del momento quedó construida al dejar la primera señal virtual. Aunque la distancia entre todos los fragmentos virtualizados de nuestra memoria han ansiado hacerse recuerdo compartido, no importa la distancia si no hay tiempo. Si es ser capaz.

La virtud del niño y de la niña siempre fue imaginar, crear y compartir. Son ellos los grandes virtualizadores que requieren espacios acordes pero les hemos denominado ‘esponjas de absorber saber’. Para tratarlos como ‘monos de feria’. Olvidándonos de la razón propia de la condición humana: imaginar, crear y compartir. Para memorizar están las máquinas, y recordad que no podremos ya jamás competir frente a ellas en ese tipo de carreras. Allá quien quiera hacerse robot.

Por eso el error virtualiza, pero al ser anacrónico no se entiende en la impresión que soporta en su primer impacto fragmentado. Sólo será amable si al sincronizarse encuentra otros fragmentos de errores para toparse en su horizonte, sincronizándose y actualizándose.

Aprendamos este verano a errar o no errar si queremos llegar a recepcionar a todas las niñas y niños posibles.

Rezagados los derechos de la infancia, según Muestra de Isabel Muñoz








Diario Rotativo
México, 23 de julio (Notimex)

La infancia no siempre es la etapa más feliz de la vida y de ello dará cuenta la muestra homónima que a partir de mañana permitirá apreciar en la Puerta de los Leones, del Bosque de Chapultepec, 30 imágenes de niños, niñas y adolescentes en condiciones adversas en diferentes latitudes.

De la autoría de la fotógrafa española Isabel Muñoz, “Infancia” refleja problemas de abuso, violencia, desnutrición, explotación y maltrato en países como India, Estados Unidos, Nigeria, Belice, Alemania e incluso México.


La muestra conmemora los 25 años de la Convención sobre los Derechos de los Niños, y ha sido traída a México por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través de “Alas y Raíces”, en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Familia (UNICEF).

Toda la información relacionada a la exposición Infancia puede consultarse en:
www.alasyraices.gob.mx   y www.bosequedechapultepec.mx
así como a través de las redes sociales en Twitter: @AlasyRaices y @ChapultepecCDMX; y en Facebook: alasyraicescnca y  ChapultepecCDMX. 
http://www.alasyraices.gob.mx/comunicados/infanciachapultepec.pdf
También de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y del Festival Internacional de la Imagen (Fini), donde fue expuesta por primera vez como parte del Festival Internacional de la Imagen en enero del año pasado.

Luego de su paso por el Centro Cultural de España de la Ciudad de México, en marzo de 2015, Alas y Raíces instaló la muestra en la Estación Pino Suárez del Sistema de Transporte Colectivo Metro y luego, en abril, fue exhibida en las rejas del Bosque de Aragón; a partir de mayo de este año una parte de la muestra fue instalada en el Parque Bicentenario.

Ahora va al Bosque de Chapultepec, para ser exhibida en la Calzada Juventud Heroica conocida también como la Puerta de los Leones, donde estará hasta el 28 de agosto, en el marco de las actividades del Gran Recreo de Verano de Alas y Raíces.

La fotógrafa Isabel Muñoz exhibe su obra en recintos como el New Museum of Contemporary Art de Nueva York, la Maison Européenne de la Photographie (Casa Europea de la Fotografía) de París, Francia, y el Contemporary Arts Museum de Houston.

No obstante, considera éste como el trabajo más importante de su vida, al ser un mapa del mundo visto a través de las miradas de los niños, y, como refiere la artista, también de sus sueños, de sus objetos y de sus sitios secretos.

La Convención sobre los Derechos del Niño fue suscrita por la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York en 1989, y en ella se establece que todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a crecer sanos, bien nutridos, a estar protegidos contra la violencia y la explotación; que tienen derecho a recibir servicios de salud de calidad, de asistir a escuelas y a recibir educación.

En ese sentido, “Infancia” es el reflejo de la difícil realidad en la que 25 años después de firmada dicha Convención, y reflexiona en torno a que aún hay muchos menores viven en situación de riesgo.

Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, y Ley 26/2015 de 28 de julio de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia.



de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia.

Acceso al BOE   núm. 175, de 23 de julio de 2015, páginas 61871 a 61889 (19 págs.)



y



de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia.

Acceso al BOE   núm. 180, de 29 de julio de 2015, páginas 64544 a 64613 (70 págs.)

Pomponia Agripina, sacófago de la niña

 MAN
Museo Arqueológico Nacional


El Museo Arqueológico Nacional acoge entre sus salas un magnífico sarcófago romano de mármol tallado dedicado a la niña Pomponia Agripina, datado en el siglo III (201=250 época severiana) y con una inscripción que dice: 

D M POMPONIAE.AGRIPPINAE.FILIAE.DULCIS S IMAEQUAEVIXITANN VIM VI DIESXXIII C POMPONIUS QUIRINUUS PATER

Cuya traducción correspondería a: “Dedicado a los Dioses Manes, Pomponia Agripina, hija dulcísima, que vivió 6 años, 6 meses y 23 días. Su padre Cayo Pomponio Quirino.”


En su viaje a las islas bienaventuradas, el dios Océano la protege. El sarcófago está decorado por un thyasos marino. La cabeza del dios Océano preside la zona central de cuya parte superior sobresalen dos pinzas de cangrejo, a modo de cuernos. La barba y el bigote se unen en la barbilla y se confunden con las olas del mar.

A su derecha aparece un grifo marino con cuartos delanteros de caballo y cuerpo rematado en cola serpenteante. Sobre él cabalga Eros con una fusta en la mano. Es el Eros hiperpontios, el que va y viene por el mar. 

A la izquierda de Océano se encuentra otro Eros cabalgando en esta ocasión sobre un carnero marino. Un delfín en cada una de las esquinas completa la decoración.

El mar es el espacio de tránsito entre esta vida y la otra, la que transcurrirá feliz y eterna en el paraíso. Océano reina sobre las aguas, vela por la tranquilidad y seguridad de los navegantes y de las almas que van hacia las islas Bienaventuradas para habitar en ellas por toda la eternidad. En cuanto a los delfines, dentro del mundo funerario son los animales que conducen a las almas a las islas de la felicidad y símbolo de buen augurio para todos los navegantes.

Sus medidas son: Altura = 50 cm; Longitud = 145 cm; Profundidad = 46 C3
Fuente : MAN

It’s a kind of M.A.G.I.C – Parte 3 – Objetivos y destinatarios


Seguimos descubriendo y hablando de cada una de las casillas 
que conforman la versión beta del framework de gamificación y educación. 
Esta es la tercera entrada en el blog que dedicamos a nuestra rayuela particular pero no olvidéis que hemos escrito dos entradas anteriores: It’s a kind of M.A.G.I.C – Parte 1 – Making of parte 2 – La rayuela. Actitud lúdica.

La segunda y tercera casilla comparten horizontalidad. OBJETIVOS y DESTINATARIOS están estrechamente relacionados y se dotan de sentido mutuamente.

Por un lado, los OBJETIVOS, guían y coordinan las decisiones, proporcionan una base de evaluación y control de resultados y motivan a la acción. Por ello, debemos preguntarnos si:
pacman
  • Son coherentes, claros y específicos
  • Son realistas
  • Son traducibles en comportamientos deseados por parte de los destinatarios
  • Son medibles
  • Están hechos desde la honestidad y la transparencia.
Estamos hablando de los objetivos de la propuesta, los que rigen el proyecto, sea este de las características que sea -un serious game, un juego, la incorporación de elementos de juego, un guiño lúdico, o una campaña de relaciones públicas…-
Que son distintos de los objetivos del juego, aquellos que recibe el destinatario para llevar a cabo la propuesta.
¿Qué por qué distinguimos entre algo tan obvio? Pues porque a veces, sin querer confundimos ambos y los objetivos del juego pasan a ser objetivos de propuesta. Y las consecuencias pueden ser, como mínimo, desconcertantes.


Por otro lado, los DESTINATARIOS, el público al que dirigimos nuestra propuesta. De los cuales debemos conocer intereses y motivaciones, así como su momento evolutivo, su contexto y sus necesidades específicas respecto a lo que pretendemos ofrecerles. Podríamos escribir varios posts solo hablando de qué aspectos tenemos en cuenta o cruzamos dependiendo del proyecto. Autores como Richard BartleAmy Jo KimAndrej MarcewskiRoger CalloisNicole LazzaroBJ Fogg, entre otros, nos inspiran, para provocar, al final:
  • Que la propuesta conecte con el deseo de llevarla a cabo
  • Que el espacio -virtual o analógico- sea un espacio de emoción, disfrute y descubrimiento para los destinatarios
  • Que, a su vez, invite a la acción, contemplada en distintos niveles de participación, de forma que pueda acoger la diversidad de intereses y realidades. No olvidemos que el juego está en la persona, no en la actividad. Por ello, como más posibilidades distintas de participar en él, mejor.

¡Ah! Y también acostumbramos a rodearnos de fotos de personas que responden a nuestro público para tenerlas bien cerca cuando diseñamos. 
No fuera el caso que termináramos diseñando una propuesta que nos encanta a nosotros y nuestros amigos que son como nosotros.

monsters
 Estos simpáticos monstruos son justamente los protagonistas de una herramienta gamificada educativa de la que tengo pendiente hablaros: Classdojo.

It’s a kind of M.A.G.I.C – Parte 2 – La rayuela. Actitud lúdica.

Tal y como ya os avanzábamos en el making of leer a diferentes autores nos ha ayudado y mucho a ordenar y clasificar ideas. Justamente por esta razón queremos empezar agradeciendo especialmente el post de Andrej Marcewski que nos iluminó en la definición de las cuatro casillas de concreción que encontraréis casi al final de nuestra rayuela-framework.
¡Pero no nos adelantemos! Empecemos, como casi siempre, por el principio. ¿Tiramos la piedra en la primera casilla?
XarrancaMAGIC_Castellano
Pues esta no podía ser otra que la ACTITUD LÚDICA
La esencia, el origen de todo. Poner la atención en la actitud lúdica del proyecto gamificado que estamos diseñando tiene que ver con la capacidad de crear un entorno propicio para que las cosas sucedan, para que el juego despliegue su poder transformador. Tiene que ver con la creatividad, la flexibilidad, el humor, la pasión, el amor, la curiosidad, la empatía, la comunicación. Cuando hablamos de actitud lúdicanos referimos a la que llega al destinatario a través de una estética determinada, una puesta en escena, la disposición de los objetos, una mirada… pero también a la que experimentan las personas implicadas en el diseño y la producción. Sólo se transmite lo que se contiene, por tanto, revisaremos cómo son las propias capacidades y competencias lúdicas y hasta que punto, nos atrevemos a vivir la dificultad como reto, no tenemos miedo a equivocarnos, toleramos la incertidumbre, tenemos iniciativa, tomamos decisiones, vivimos el presente, nos implicamos en la tarea, tenemos una actitud positiva y curiosa, tratamos las ideas de forma no convencional, innovamos, nos relacionamos con los demás… En definitiva, sólo si somos capaces de disfrutar podremos conseguir hacer disfrutar a los demás.
Rayuela 2

It’s a kind of M.A.G.I.C – Parte 1 – Making of.






Iniciamos la publicación de los contenidos 
de la serie "It’s a kind of M.A.G.I.C" 
que Imna Marín viene publicando 
en su imprescindible blog "Jugar, una forma de Vivir".


Hace más de un año que Esther y yo empezamos a hablar de la necesidad de documentar aspectos relacionados con nuestro saber y experiencia sobre gamificación y educación. Documentar nuestro trabajo nunca ha sido nuestro fuerte y si además añadimos que parte de él se basa en algo tan subjetivo como la “actitud lúdica”, el reto estaba servido.
Afortunadamente tenemos alrededor personas maravillosas con las que contrastamos nuestras ideas locas y clientes que nos exigen en el mejor de los sentidos, ayudándonos a convertir sueños en proyectos y proyectos en realidades con fecha de entrega.
Así, hoy es emocionante para nosotras hablaros por primera vez del framework M.A.G.I.C, Método Aplicado de Gamificación: Indicadores y Criterios. Ya veis: empezamos jugando jugar con el acrónimo.
Para llevarlo a cabo, tuvimos en cuenta básicamente tres aspectos:
1. Qué existía hasta el momento respecto a framework de gamificación y concretamente, en educación. Así, encontramos maravillosas e inspiradoras perlas, como Scott Nicholson y su Meaningful Gamification, a Konstantina Tzouvara, Panagiotis Zaharias y su Towards a framework for applyingGamification in Education y a Andrzej Marczewski.  Leer a estos autores nos permitió inyectar energía y sentido a conocimientos que ya teníamos pero que algunas veces no sabes cómo explicar. También nos alentó en tanto en cuanto a veces, sencillamente, necesitas sentir que otras personas están en la misma línea de pensamiento.
2. Qué sabíamos y qué no sabíamos. Y qué queríamos que recogiera este framework. Nuestra apuesta fue por un framework doble: que guiara el proceso y que contuviera información relevante y útil. En un momento de venirnos arriba tratamos de incorporar saberes de otras ramas, pero no sólo complicaba la esencia sino que además no era honesto. Nosotras sabemos de juego, aprendizaje y comunicación. Otros aspectos más profundos sobre la psicología o la neurociencia son fundamentales, y por ello necesitan de expertos en esos campos.
3. Cómo se visibilizaba para que fuera fácil de comprender y recordar. ¿Os he dicho alguna vez que tanto Esther como yo estamos claramente orientadas a la acción?.

Pues imaginad las maquetas que hicimos hasta llegar a la rayuela que lo condensa todo. Un elemento lúdico, que implica movimiento, alegría, habilidad y reto. ¿Qué si no es afrontar un proyecto y, concretamente un proyecto de gamificación en educación?
 En el siguiente post os contaremos sobre este framework M.A.G.I.C. (Método Aplicado de Gamificación: Indicadores y Criterios) como  guía en el proceso de gamificar un proyecto de educación.

La Socialización, ¿es sólo cosa para/de niños, o va de la cuna a la tumba?.

Sociología Divertida

Juan Carlos Barajas Martínez

Dibujo de la primera edición
de 1895 del Libro de la Selva.
foto Wikipedia

Los niños salvajes. La literatura nos ha hablado muchas veces de ellos, niños criados por animales o, simplemente, apartados de todo contacto con sus congéneres humanos, ¿quién no recuerda a Mowgli de Rudyard Kipling  o Tarzán de Edgar Rice Borroughs  o la leyenda de Rómulo y Remo fundadores de Roma? (1).


Hay registros de casos históricos de niños salvajes, uno de los más sonados es el de Víctor de Aveyron que fue encontrado en 1799 en aquel maravilloso departamento del sur de Francia o Amala y Kamala  las niñas loba de Midnapur en la India, incluso tenemos un caso en suelo patrio, el de  Marcos Rodríguez que vivió sólo en el monte desde los 7 a los 19 años (2).

Podemos hablar, y de éstos hay muchos más casos, de niños confinados por familiares que se avergonzaban de ellos por alguna discapacidad o porque la discapacidad la tenían los padres o por ambas causas, periódicamente saltan a la prensa noticias de esta índole.

Todos estos casos tienen en común que se trata de personas y personajes que han sufridoaislamiento social en una etapa esencial del desarrollo personal. Y todos presentan grandes carencias  emocionales, tienen grandes problemas para la expresión hablada, incapacidad para la relación con lo demás y retraso psicológico. Cuanto más temprano es el aislamiento y más tardío su hallazgo, más difícil es integrar a estas personas en la sociedad. Por este -a veces- nulo contacto con otros seres humanos y por el trato vejatorio que sufren en ocasiones, su educación es extremadamente compleja y a menudo frustrante para los profesionales que se ocupan de su reinserción y para los tutores que los acogen. Suelen pasar de un hogar adoptivo a otro y es frecuente que mueran jóvenes. Estas personas no han tenido la oportunidad de experimentar el proceso que hace que un recién nacido termine convirtiéndose en un ser social. A este proceso se le llama socialización.

Mediante la socialización los individuos aprenden e interiorizan los valores y normas de la cultura en la que les ha tocado vivir, proceso necesario para alcanzar las habilidades necesarias para ser una persona socialmente competente. Este aprendizaje de la cultura es típico de los seres humanos y es necesario para su propia supervivencia.

Y esta tarea de aprender a vivir en sociedad es una labor que dura toda la vida, pues según se van cumpliendo años se van desempeñando nuevos roles y funciones, lo que exige estar en permanente contacto con personas de la misma cultura.

La experiencia social es la base sobre la que construimos nuestra personalidad, es decir, el entramado coherente de formas de pensar, sentir y actuar de cada persona. Construimos nuestra personalidad interiorizando el entorno social que nos rodea por lo que, para las personas que padecen de aislamiento social, desarrollar la personalidad es una labor prácticamente imposible. 

Algunos autores diferencian entre socialización primaria y secundaria. La primera sería la que tiene lugar en los primeros años de vida hasta la edad adulta. Tradicionalmente se le ha dado más importancia a esta fase de la socialización porque lo aprendido en la infancia determina significativamente los recursos  emocionales, las respuestas aprendidas y las estrategias de actuación que el individuo usa en la edad adulta. Pero hoy en día se insiste mucho en el carácter continuo del proceso desde la cuna a la tumba.

En esa formación de la personalidad que supone la socialización, basada en la interiorización de las pautas culturales, se construye el comportamiento social. Las diferencias de comportamiento entre personas que pertenecen a distintas culturas se explican por los diferentes condicionamientos sociales que, de una u otra manera, siempre están determinados culturalmente. Pero es más, dentro de una misma sociedad, hay comportamientos diferentes dependiendo de condicionamientos sociales que están relacionados con el entorno próximo de la persona como puede ser el seno familiar o la clase social a la que se pertenece.

Aquí nos surge la pregunta de si todo el comportamiento social es aprendido socialmente, más concretamente, de si existe alguna influencia de la biología en la conducta humana. Bueno, los seres humanos no dejamos de tener una naturaleza animal por muy erguidos que andemos y muy preparados que  estemos a priori para entender la incomprensible Ecuación de Onda de Schroedinger (3), así que también respondemos a nuestras características biológicas o genéticas. Hay un carácter hereditario en las características físicas e, incluso, en ciertas características de la personalidad como  el modo que se reacciona ante ciertos estímulos o a la frustración o también hay un cierto componente hereditario en las habilidades artísticas. Ahora bien, si no hay un entorno social apropiado esas habilidades no se desarrollarán adecuadamente. 

Anthony Giddens (4) se plantea si, dado que el entorno cultural en el que nacemos y alcanzamos la madurez tienen tanta influencia sobre nuestro comportamiento, no es sensato pensar que se nos priva de individualidad o de voluntad propia. Es decir, plantea el problema de la relación entre lasocialización y la libertad individual

Se podría pensar que nos agarramos a unos moldes preestablecidos para nosotros por la sociedad. El hecho de que durante toda nuestra vida interactuemos con nuestros semejantes condiciona – como hemos venido sosteniendo desde el principio – nuestra personalidad, pero la socialización es también el origen de nuestra propia individualidad y libertad ya que en el proceso desarrollamos nuestra propia identidad y la capacidad de pensar y actuar independientemente.

Giddens ilustra esto con el ejemplo del aprendizaje del lenguaje. Todos estamos condicionados por las reglas de uso lingüístico, sin embargo al mismo tiempo, comprender el lenguaje es unos de los factores básicos que hacen posible nuestra conciencia de nosotros mismo y nuestra creatividad.

Cuando se estudia el proceso de socialización se habla también de los agentes de socialización,es decir, las agencias formales o informales que colaboran en el procesoLas agencias más estudiadas son la familia, la escuela, el grupo de iguales o de pares, y los medios de comunicación.
La familia es el agente de socialización más importante. Esto es porque los primeros años de vida de una persona giran alrededor del núcleo familiar. En la mayoría de los casos son los padres y parientes próximos los que garantizan la supervivencia del niño. Hasta la llegada del colegio, la familia es la única institución social que transmite al niño los valores y normas culturales.

Esta socialización familiar se desarrolla de forma continua, sin seguir ningún programa y los niños absorben como esponjas todo lo que ven en el núcleo familiar empezando con ello a desarrollar su propia personalidad. Y curiosamente, más que la mayor o menor severidad en la educación familiar, lo más importante según los investigadores es la atención que recibe el niño. El contacto físico, la estimulación verbal y el interés que muestran los padres es esencial para el desarrollo infantil y para el equilibrio emocional del niño.

Como ya hemos visto en los artículos de estratificación social (5) la familia transmite al niño un estatus social. Los elementos que constituyen su estatus, como la clase social, pueden cambiar a lo largo de la vida, si me permitís la maldad es más fácil la movilidad descendente que la ascendente, pero lo más probable es que se produzca un mantenimiento del estatus o reproducción social. En cualquier caso, el estatus social de la familia de origen siempre va a tener alguna influencia en la vida de las personas. Factores como la educación, las redes de contactos, los valores y las aspiraciones que se han vivido en el seno de la familia constituyen un capital cultural que la persona en la edad adulta va a utilizar para intentar mejorar o mantener su posición socioeconómica.

En la escuela, el niño entra en contacto con otras personas que no pertenecen a su entorno familiar, de esta manera, su mundo se ensancha. Aprende a valorar la importancia de conceptos como el género, la etnia, la clase y empieza a actuar de acuerdo a esas valoraciones.

En la escuela hay un aprendizaje formal que sigue el temario oficial pero también aprenden otras cosas que no se enseñan formalmente, lo que Macionis y Plummer denominan currículo oculto,que consiste en una enorme cantidad de mensajes, explícitos o implícitos, en las actividades como juegos o deportes, que reciben los niños y que sirven de refuerzo para la asimilación de los valores de la sociedad en la que viven.

En la enseñanza formal los niños aprenden que pueden ser evaluados de forma impersonal por los profesores, tienen que aceptar que personas ajenas a la familia les valoren según un sistema normativo establecido, según reglas formales y rígidas sin el componente afectivo que suele formar parte de las relaciones familiares. Los niños por primera vez se enfrentan a un entorno que luego será normal en su vida adulta al incorporarse al mundo laboral y pertenecer a una organización o empresa.
Al entrar en la escuela los niños descubren además a otros niños de la misma edad, posición social más o menos parecida e intereses comunes. Son los que los padres llamamos “los amigos de mi hijo o de mi hija” y que en sociología se conoce por el término del grupo de iguales. El grupo de iguales suele estar compuesto por varios círculos complementarios de vecinos, compañeros del colegio o del equipo deportivo o de otras actividades. 

Es en este ámbito en el que los muchachos eluden el control de los adultos, al contrario de lo que pasa en la familia o el colegio. Aquí ganan cierta independencia personal que les resulta clave para aprender a establecer sus propias relaciones sociales y formarse una imagen de sí mismos diferente de la que reciben de padres y profesores. Esta falta de control, que también percibimos los padres, nos trae a maltraer y andamos siempre tratando de averiguar con quien van nuestros hijos y a qué se dedican, conocedores de que las buenas compañías son esenciales para ellos. En esta época los jóvenes pueden desarrollar un fuerte sentimiento de adhesión, incluso sumisión, al grupo de iguales que les ofrece esa nueva identidad, y esto, los padres lo sabemos.

Se trata de una época con un cierto riesgo pero necesaria para el desarrollo de la persona. En general el conflicto entre padres y grupo de iguales no pasa a mayores, sobre todo entornos en los que no hay problemas de marginalidad. El grupo de iguales puede quizá formar los gustos musicales del adolescente o su modo de vestir pero normalmente son los padres los que más influyen en las decisiones importantes y que tienen consecuencias a largo plazo.

La última agencia de socialización y la más moderna son los medios de comunicación de masas.Hay muchas investigaciones que demuestran que la televisión y, más recientemente los medios relacionados con internet, tienen una gran influencia en la vida de las personas, que imitan modos y maneras de vivir que ven en esos medios. Antes de que un niño aprenda a leer ya se ha chupado miles de horas de televisión y cada vez se accede más pronto a los servicios que ofrece internet (6). Por eso debe ser una preocupación de las familias y de los poderes públicos el contenido de los programas destinados a niños y jóvenes. La obligación de los medios a respetar el horario infantil y el control parental de los accesos a internet no son ninguna tontería, aunque también hay que decirlo, sobreproteger en este sentido es también perjudicial, se puede hacer perder gratos ratos de diversión a los niños como mínimo, incluso se puede convertir en un problema de relación para los chicos si no ven un programa de moda que ven la mayoría de sus iguales.

Como hemos comentado desde el principio del artículo el proceso de socialización dura toda la vida de la persona y se va adaptando a la edad y los roles sociales que se desempeñan en un período concreto de la vida.

Ya hemos visto cómo la familia y la escuela como socializan a los niños durante su infancia. En nuestra cultura pensamos en la infancia como una época de relativa libertad, exentos de responsabilidades, sin embargo, esto no es así en otras culturas ni siquiera era así en nuestro países hace más de un siglo cuando los niños asumían ciertas responsabilidades de la vida adulta, en concreto, realizaban trabajos remunerados aunque evidentemente había diferencias entre el trabajo adulto y el infantil. Es decir, cuánto menos desarrollada económicamente está una sociedad más responsabilidades se tienen a edad más temprana.

Esto que en mi opinión está muy bien, me refiero a la protección de la infancia, tiene como contrapunto que, en palabras de Benedict citado por Macionis y Plummer (7),  en las sociedades tecnológicamente avanzadas hemos hecho “irresponsables” a los niños necesitados siempre del cuidado y atención de adultos “responsables”. Con lo que la infancia y la adolescencia en cierto modo se prolongan en el tiempo, dándose un curioso fenómeno, como tienen tan fácil el acceso a la información del mundo real quieren tener acceso a privilegios de la edad adulta sin el contrapeso de las responsabilidades derivadas de ser adulto. La educación de los chicos debe corregir estas carencias racionando responsabilidades y privilegios en función de su edad sin olvidar que son personas que se están formando. No es nada fácil.

 La transición entre la infancia y la edad adulta viene marcada por la adolescencia. El concepto de adolescente es relativamente reciente y muy “occidental”. Los cambios biológicos que suponen la pubertad, es decir, el momento en el que una persona es capaz de tener una actividad sexual adulta y es capaz de reproducirse, son universales. Sin embargo, la adolescencia se experimenta de forma distintas en distintas culturas, en muchas sociedades los jóvenes no experimentan el grado de confusión e incertidumbre tan habitual en los adolescentes occidentales de hoy. Tampoco en nuestro pasado se encontraban ciertas actitudes. Yo fui menos “adolescente” de lo que han sido mis hijos y mis padres fueron mucho menos “adolescentes” de lo que fui yo. No se me olvidará la historia de mi padre, recién terminada la guerra civil española, diciéndole a su maestra que si sólo se iban a limitar a cantar himnos patrióticos y a rezar que dejaba la escuela para ponerse a trabajar que en su casa había necesidad. Ese no es el sentido de la responsabilidad de un chico de catorce años de ahora ni mi sentido de la responsabilidad cuando yo tenía esa edad. La clase social, la situación y el grado de desarrollo económico hacen que la experiencia de la adolescencia sea distinta. 

La particularidad de ser adolescente en las sociedades occidentales está relacionada tanto con la expansión generalizada de los derechos del niño como con el proceso educativo formal. Si se extiende el periodo formativo implica la extensión de ciertos aspectos de la adolescencia por encima de los veinte años. Y, en cierto modo, el paro y la carestía de la vivienda también pueden prolongar la etapa adolescente, incapaces los jóvenes de hacerse económicamente independientes y de formar su propia familia.

Durante los primeros años de la edad adulta los rasgos de la personalidad están formados. Entre los veinte y los cuarenta años las personas tratan de cumplir los objetivos que se habían marcado. Y en ese intento se tienen que atender múltiples facetas de la vida que son díficiles de compatibilizar. Terminar el período de formación, los desafíos del trabajo, y las demandas de la pareja, los hijos, los padres. Las mujeres lo tienen aún más difícil, porque han logrado desembarcar en el mundo del trabajo pero en nuestra cultura se les sigue responsabilizando del hogar.

Entre los cuarenta y los sesenta, es decir, durante los años centrales de la edad adulta, las personas caen en la cuenta de que ya es poco probable que sus vidas vayan a mejorar significativamente. La salud comienza a fallar y la preocupación por mantenerla empieza a adquirir importancia en el catálogo de preocupaciones diarias.

Cerca de la jubilación, ya perdida toda esperanza de mejorar en el trabajo, se empiezan a lamentar los sacrificios hechos a favor de la empresa y a costa de la salud o la familia, se ve la imposibilidad de recuperar el tiempo perdido y se empiezan a albergar dudas de la propia valía aunque nadie la cuestione. Quizá no sea realista esperar grandes cambios en los últimos años de la vida laboral pero es sano mantenerse al día en el aprendizaje de nuevas técnicas y marcase nuevas metas aunque sean menos ambiciosas que las típicas de la juventud. 

Los hijos se independizan, si pueden, y se padece el síndrome del nido vacío al que la pareja se tiene que enfrentar y superar. El paro en estos años agudiza todos estos problemas con la desesperanza de encontrar un trabajo debido lo difícil que es que surjan ofertas para personas que la sociedad empieza a considerar viejos para según qué cosas.

El envejecimiento implica el deterioro físico. En la sociedad occidental este deterioro es más traumático para las mujeres a las que culturalmente se exige que estén siempre “estupendas” como se dice en el argot madrileño.

Existe el acuerdo más o menos tácito de que la vejez comienza a mediados de los sesenta. En las sociedades preindustriales (8) los ancianos gozan de cierto prestigio e influencia social, se les reconoce la sabiduría de la edad y los conocimientos útiles adquiridos por la experiencia. Sin embargo, en las sociedades industriales los jóvenes trabajan por cuenta ajena y fuera del ámbito familiar con lo que son independientes de sus mayores. Los cambios sociales se suceden tan rápidamente que a las personas mayores les es muy difícil mantenerse al día con lo que sus consejos y sabiduría pertenecen a una versión caducada de su sociedad. El culto a la juventud, a lo inmediato, a lo innovador hace el resto. Todo ello permite que se identifique la vejez con la decadencia física y psíquica.

Así que, en nuestra cultura, la vejez es en gran parte renuncia. Renuncia a responsabilidades y tareas que antes eran fuente de satisfacciones personales o que incluso definían la propia identidad social de la persona. Por eso es muy sano dirigir la jubilación hacia actividades que siempre se quisieron hacer pero que nunca se dispuso de tiempo para llevarlas a cabo.

La jubilación tiene otros problemas, una bajada importante en los ingresos con unas pensiones cada vez en mayor peligro por una pirámide demográfica desfavorable y por la desvergüenza de las medidas neoliberales de muchos gobiernos muy amigos de recortar en pensiones y que llevan a buena parte de los ancianos al umbral de la pobreza. 

También se tiene que producir un reajuste en la pareja. Al pasar en el hogar buena parte del tiempo que antes se dedicaba a trabajar, la pareja debe readaptarse y renegociar sus relaciones y las tareas domésticas. Muchas parejas no consiguen superarlo.

Hemos insistido desde el principio en que la socialización es un proceso de adaptación desde el nacimiento hasta el fallecimiento, y para finalizar el artículo debemos hacer una reflexión de lo que significa la muerte en nuestra cultura y en nuestro tiempo.

El Puente de la Capilla de Lucerna. Foto del autor.
Hace unos años visité con mi familia la bella ciudad suiza de Lucerna. En esta ciudad hay un puente medieval maravilloso, el Puente de la Capilla o Kapellbrücke (9).  
Construido en el año 1365 es el puente de madera más viejo de Europa. El puente tiene unas pinturas realizadas sobre la madera de los soportes del tejado. En esas pinturas hay una sobrerrepresentación de la figura de la muerte. De hecho mi hijo mayor, que entonces tenía doce años, me preguntó que por qué había tantas calaveras en las pinturas.

Y es que durante la mayor parte de la historia, las malas condiciones sanitarias y, en general, la dureza de la vida, hacían que la muerte se presentara en edades muy tempranas y estaba presente en todos los órdenes de la vida. Se convivía con ella, se tenía una clara conexión entre la muerte y la sucesión de las generaciones. Esto sigue pasando en las culturas tradicionales.

En el mundo moderno la mayoría de las personas mueren en recintos cerrados de los hospitales, apartados del contacto con sus parientes y amigos. En opinión de Anthony Giddens, hoy en día en Occidente a la muerte se la considera como el final de la vida individual,  como una entidad maligna que viene a castigarnos, a quitarnos el don de la vida, a fastidiarnos la fiesta, no lo vemos como parte del proceso de renovación de las generaciones en el que el individuo se va pero la familia y la comunidad viven indefinidamente. 

Quizás todo esto tenga que ver con el aumento de la esperanza de vida, el 85% de las muertes ocurren en el grupo de edad de las personas mayores de cincuenta y cinco años. Las personas viven mucho más que en la Edad Media y hemos apartado a la muerte de nuestras vidas, a nadie se le ocurre llenar un puente de pinturas con su representación.

Ahora bien a edades avanzadas se presenta un claro deterioro físico y a nadie se le escapa la proximidad del fin. En paralelo con la infrarrepresentación de la muerte en todas nuestras manifestaciones diarias se produce cada vez más un debate sobre el derecho a morir dignamente. Parece que cada vez son más los que prefieren una muerte natural a la prolongación de la vida por tecnologías médicas sofisticadas precedidas por lo general por un largo sufrimiento. Porque se ha prolongado mucho la vida pero no siempre con el bienestar físico y psicológico que un ser humano merece.

Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo

Notas:
  1. Un niño salvaje es una persona que ha vivido fuera de la sociedad durante un largo período de su infancia. Esta categoría incluye desde personas que no han tenido el más mínimo contacto humano durante años hasta niños que han sido confinados en sitios donde solamente se les alimentaba. Se han conocido pocos casos pero han sido muy estudiados por su interés psicológico, médico y lingüístico. En los siguientes enlaces podeis encontrar información acerca de MowgliTarzán y la leyenda de Rómulo yRemo
  2. En los siguientes enlaces podéis encontrar más información acerca de Víctor de Aveyron,Amala y Kamala y Marcos Rodríguez
  3.  La ecuación de Schrödinger, desarrollada por el físico austríaco Erwin Schrödinger en 1925, describe la evolución temporal de una partícula masiva no relativista. Es de importancia central en la teoría de la mecánica cuántica, donde representa para las partículas microscópicas un papel análogo a la segunda ley de Newton en la mecánica clásica. Las partículas microscópicas incluyen a las partículas elementales, tales como electrones, así como sistemas de partículas, tales como núcleos atómicos. Yo tuve muchos problemas para entender la dichosa ecuación y, en general, toda la mecánica cuántica cuando estudiaba las asignaturas de física y química en la Facultad.
  4.  Anthony Giddens (Londres, Inglaterra, 18 de enero de 1938) es un sociólogo inglés, reconocido por su teoría de la estructuración y su mirada holística de las sociedades modernas. También adquirió gran reconocimiento debido a su intento de renovación de la socialdemocracia a través de su teoría de la Tercera Vía. Es considerado como uno de los más prominentes contribuyentes modernos en el campo de la Sociología, es autor de al menos 34 libros publicados en no menos de 29 idiomas —publicando en promedio más de un libro por año—. También se lo ha descrito como el científico social inglés más conocido desde John Maynard Keynes.
  5. Serie de artículos de estratificación social en Sociología Divertida
  6. Sobre los comportamientos sociales en relación con el uso de internet en Sociología Divertida hay dos artículos que tratan en profundidad el tema: “La Educación de los Hijos de la Revolución Digital” y “LaConexión Permanente"
  7.  John Macionis es profesor de sociología en el Kenyon College en Ohio, EEUU. Ken Plummer es profesor de sociología en la Universidad de Essex, Reino Unido
  8.  A este respecto a hay un artículo en Sociología Divertida, “LosTipos de Sociedades I: Las Sociedades Preindustriales
  9. Kapellbrücke (en español, 'puente de la capilla') es un puente que atraviesa el río Reuss en la ciudad de Lucerna, Suiza. Es una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad helvética y después del Monte Cervino, es uno de los lugares más fotografiados por los turistas en Suiza. El Kapellbrücke, que cruza el río Reuss, es el puente de madera más antiguo de Europa y el segundo más largo (204,70 metros). Fue construido en 1365 y conecta la ciudad antigua con la ciudad nueva de Lucerna. El puente era más largo, pero sufrió un incendio que lo dañó severamente. En 1835, la parte dañada, de aproximadamente 75 metros, fue eliminada del puente. Esto fue posible gracias al relleno que se hizo de la orilla del río. En el techo del puente se hallan 111 espacios que contienen pinturas que muestran parte de la historia de Lucerna.

Bibliografía:
Sociología
Anthony Giddens
3ª Edición
Alianza Editorial
Madrid 2000

Sociología
John J. Macionis y Ken Plummer
Paerson-Prentice Hall
Madrid 2005

Conceptos Fundamentales de Sociología
Roberto Garvía
Ciencias Sociales
Alianza Editorial
Madrid 2003