Violento secuestro de niños árabes-judíos en Israel. Manfred Liebel, Revista Sociedad e Infancias 8(2) 2024.
Tiza, Los niños son blandos, fáciles de machacar, como la tiza.
Tiza.
¿Te has parado a pensar en ella desde que dejaste la escuela?
La tiza es blanda,
está hecha de trocitos
de conchas de calcita y esqueletos de plancton.
Fáciles de machacar.
La arrastra la lluvia.
¿La arrastrarán las lágrimas?
Los niños son blandos,
están hechos de huesos (proteína, colágeno, minerales, sobre todo calcio).
Fáciles de machacar.
Gaza es una bola de nieve,
el Mundo contempla su interior.
Los copos son esquirlas de metralla,
los puntitos de dentro
se amontonan formando cúmulos,
como hormigueros.
¿Sientes el calambre en la boca del estómago
por la mañana cuando enciendes la pantalla
y las cifras se disparan?
¿Te vas a la cama y no duermes
porque lo único que ves en la oscuridad
son miembros retorcidos bajo los escombros,
labios resecos y agrietados que supuran gemidos ahogados,
una muerte lenta que no le desearías ni a un perro?
¿Sientes la rabia que te sacude el cuerpo,
te desgañita el alma,
te hierve el cerebro a mayor temperatura
que las armas de fósforo que hace EEUU
(recuerdas los 172.000 millones del Tío Sam
que infundieron vida en el Apartheid)
cuando Biden, Sunak, Starmer y compañía
piden “más precisión”
mientras tiran bombas antibúnker en Gaza,
con 6.300 almas por kilómetro cuadrado,
el cuarenta y siete por ciento niños?
Los niños son blandos.
Fáciles de machacar.
Ceniza a las cenizas, polvo al polvo.
¿Te sientas en la cocina
y te preguntas quién eres,
qué hacer,
cuando la carta de Naciones Unidas y el convenio de Ginebra
se usan para que se limpien el culo
los entrajados cómplices de la Muerte
que defecan en la dignidad?
¿El agujero negro al borde de la desesperación
te mina las fuerzas y te empuja a esconderte?
“Y de qué nos sirve
a nosotros eso”,
se escucha a los niños gazatíes reprobar.
Recuerdas la infancia.
Coges un trozo de tiza.
Sencilla, física.
No es digital, no es un tuit,
no es un blog.
Carne contra tiza.
Te cabe en el bolsillo, se cuela en un calcetín,
al monedero,
te la llevas por ahí.
La tiza, por ahí…
Sientes conectarse cuerpo y mente
sujetándola en la mano.
¿Qué lleva esa brisa?
Un rumor débil que surge de debajo de los cascotes.
¿Qué nos dirían los niños de Gaza
si tuvieran esa tiza?
Haced de nuestra calle una pizarra,
escribidla en la parada de autobús, en la acera, en la pared.
En la cafetería del trabajo, o en el baño,
en el aparcamiento o en el centro comercial.
Calle a calle,
de abajo arriba,
del pueblo a la esclavitud de la Ciudad,
que los gritos de rabia de los niños de Gaza
les pasen a todos por encima.
Un trocito de tiza
en cientos de lenguas,
millones de manos
levantadas contra sus mentiras y sus bombas,¨
un rastro blanco de conciencia,
“¡No, no en nuestro nombre!”,
para derribar a los asesinos.
Un día, Infanticidas, os sentaréis en el banquillo.
¿Recordáis las muecas arrogantes de los generales argentinos de la tortura
en todo su esplendor?
Terminaron entre rejas, al fin.
Se toma su tiempo, el Reloj de la Justicia,
pero avanza mientras os van saliendo canas.
No falla,
en vuestro lecho de muerte, en vuestro último aliento,
no escaparéis a la mirada de los niños de Gaza
cuya infancia traicionasteis.
Ceniza a las cenizas, polvo a la tiza.
Tiza.
Traducción: Ana González Hortelano.
Versión original en inglés.
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*Paul Laverty (Calcuta, 1957) es abogado y guionista escocés, colaborador ingénito de Ken Loach, con quien ha conseguido dos Palmas de oro. Su filmografía ofrece un repaso a los conflictos sociales más importantes de los últimos treinta años. Siempre con el foco puesto en los de abajo, ha abordado la alienación de la juventud en la Gran Bretaña desindustrializada e infestada de drogas (Felices dieciséis), la explotación de los inmigrantes (En un mundo libre), la privatización de la guerra (Route Irish), el desguace del Estado del bienestar (Yo, Daniel Blake) o la precarización del trabajo en la era de Uber y Amazon (Sorry we missed you). También se ha enfrentado a cuestiones históricas como la Guerra de Independencia de Irlanda (El viento que agita la cebada) y el pillaje imperial de América (También la lluvia). Su última película, El viejo roble, se ha estrenado este año.
Arte y palabras dedicadas a los niños de Palestina. Cartas para las infancias palestinas
Estelas de pavor. |
Me pregunto qué pasaría si cada vez que el Estado de Israel mata a un niño palestino, un niño judío israelí desapareciera. ¿Desaparece? Como dice la poeta nativa americana Leslie Marmon Silko, lo único que puede superar una historia es otra historia. Lo único que puede vencer este genocidio sois vosotros, la infancia palestina...
Les escribo ahora, mientras el hospital Al-Shifa se transforma en una fábrica de sufrimiento, un lugar de masacre, un centro de interrogatorios y en el corazón de la ciudad de Gaza. Todas las infancias palestinas en el hospital están muertas.
Veo infancias palestinas paradas en los pasillos del hospital. Un grupo de soldados israelíes se acerca a la infancia palestina. Los soldados son básicamente niños. Os veo, infancias palestinas, paradas aquí en el pasillo de este hospital. Usted acaba de ser testigo del último mes de la más imposible matanza y violencia colonial, y aquí está, junto a un grupo de soldados israelíes que mataron, bombardearon y asaltaron los terrenos del hospital. Y por supuesto, los soldados empiezan a hacerte preguntas. Los miras a los ojos. Tienes algo en tus brazos. No te preguntan qué tienes en la mano.
Los ves –estos soldados que ahora están frente a ti– como manifestaciones del mal colonial que mató a decenas de miles de nosotros y, sin embargo, sigue intentando consumir y colonizar a más. "¿Cómo llegaron aquí?" Te preguntas: “¿Por qué me miran a mí, a la infancia palestina, con los ojos muertos, exigiendo soluciones?” Ves el genocidio, justo frente a ti, mientras un gorrión negro se posa sobre tu hombro. De repente, creces, te mantienes erguido como el Djinn de la Justicia Decolonial, firme y aún proteges todas nuestras tierras, salvaguardas el amor indígena...
Te preguntas:
¿Cómo llegué aqui?
¿Puedo pasar junto a estos soldados? ¿Puedo superar esta maldad?
¿Puedo ocultar este miedo?
¿Y mi rabia?
Los soldados siguen haciéndome preguntas.
mientras envuelvo al bebé en mis brazos
en una tela blanca
hay cosas de las que no puedes escapar
Envuelvo al bebé en una tela blanca.
Los soldados siguen haciéndome preguntas.
Les dije: no puedo recordar ni soñar con mi vida antes de este final.
La distancia entre tú y yo es más que todas nuestras infancias.
este dolor es más que toda nuestra infancia.
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"Diagnóstico de los usos y necesidades energéticas de la población de la Cañada Real Galiana",
"Derecho a no ser discriminados..." Jornada Mancomunidad Servicios Sociales Mejorada/Velilla, 15 de noviembre 2023.
La inseguridad residencial impacta en las vidas de los niños, niñas y adolescentes.
Una investigación etnográfica de 4 años de duración (2018-2022) pone de manifiesto los impactos de la inseguridad residencial en la vida de los niños, niñas y adolescentes que la sufren. La investigación se fundamenta en más de 600 horas de observación y el seguimiento a 20 de familias del distrito de Ciutat Vella en situación de alta vulnerabilidad social y con niñas, niños y/o adolescentes a cargo.
La segregación social entre centros, un dudoso problema del sistema escolar. Estudio.
Resumen:
Sociedad e Infancias, 1 de marzo, plazo para entrega de artículos al Volumen 7(1) de la Revista sobre "La Infancia migrantes como nuevo actor global".
A continuación Plan de publicaciones para 2023 y 2024 en el que se detallan los títulos de las secciones monográficas previstas.
El plazo queda abierto todo el tiempo para la admisión de artículos para el resto de las secciones (Miscelánea, Recensiones y Otras Colaboraciones).
Volumen 8(1)
Publicación: Primer semestre 2024
LA INFANCIA Y LA CIUDAD, PERSPECTIVAS INTERDISCIPLINARES
Volumen 8(2)
Publicación: Segundo semestre 2024
ACTIVISMOS INFANTILES POR LA JUSTICIA SOCIAL Y POLÍTICA (CHILDISM)
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e-ISSN 2531-0720 | ISSN-L 2531-0720
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© 2021. Universidad Complutense de Madrid
Ediciones Complutense
Guía para el buen trato a menores migrantes: niños y niñas refugiados no acompañados y separados.
Resumen:
- Realizar un diagnóstico para evaluar el proceso de identificación, derivación y tratamiento de los niños/as extranjeros/as no acompañados/ as y separados/as en necesidad de protección internacional.
- Identificar los principales desafíos, necesidades y riesgos a los que se enfrentan.
- Valorar los estándares de protección y las buenas prácticas detectadas.
Europa obliga a España a restablecer la luz en la Cañada Real. Quedan 4 días.
Protesta de vecinos de la Cañada Real para que se restablezca el suministro eléctrico. LUIS DE VEGA |
El 6 de diciembre de 1978, el pueblo español ratificó en referéndum nuestra Constitución. Su núcleo de justicia, recogido esencialmente en el artículo 10, se basa en el reconocimiento y protección de los derechos humanos de todos, porque todos tenemos una igual dignidad intrínseca. Y, como los derechos evolucionan en su interpretación, el mismo artículo prevé que la interpretación de los derechos y libertades fundamentales se hará conforme a los tratados internacionales a los que voluntariamente aceptemos someternos. Este es el pacto social que nos hemos dado todos los españoles. Pacto social que será quebrado si el Estado español no garantiza el suministro eléctrico en la Cañada Real el próximo día 15.
A lo largo de estos 44 años de vigencia de la Constitución, en España se han producido muchas violaciones de derechos humanos, pero la violación que se está produciendo en la Cañada Real Galiana de Madrid desde el 2 de octubre de 2020, podemos calificarla como una de las más graves.
Lo inaudito de esta situación tiene diferentes causas, como son la identificación clara del inicio de la misma (el corte de suministro eléctrico el 2 de octubre de 2020), su extensión (manteniéndose de forma ininterrumpida hasta hoy, más de dos años y dos meses después) y la gravedad de sus consecuencias, tanto por el elevado número de derechos humanos que se vulneran (como son los derechos a la salud, la educación, la protección social o a una vivienda adecuada) como por la afectación a personas que viven en situación de especial vulnerabilidad (como son los niños y niñas, las personas con discapacidad, las personas con problemas de salud, las personas de origen extranjero, las personas mayores, las personas de etnia gitana y las personas en situación de pobreza). En los sectores 5 y 6 de la Cañada Real viven sin luz eléctrica más de 4.000 personas, de las que más de 1.800 son niños y niñas. La gravedad de su situación fue reconocida incluso por el propio Gobierno en el preámbulo del Real Decreto 1058/2021, de 30 de noviembre: “[…] La salud de niños y niñas ya está sufriendo las consecuencias de la falta de electricidad en sus casas, lo que, además de vulnerar el derecho de la infancia a una vivienda adecuada, acarrea un impacto fuertemente negativo en sus derechos a la alimentación, a la educación y, en definitiva, al disfrute de una vida en condiciones de dignidad”.
La Cañada Real Galiana es un barrio con viviendas que se encuentran fuera de ordenación urbanística, como ha señalado el Defensor del Pueblo, por lo que, aunque también hay problemas de infravivienda, no es un campamento transitorio ni chabolista. Y, en todo caso, esa situación implica otros problemas y soluciones diferentes de los que ahora exigen una respuesta inmediata, que son debidos única y exclusivamente a la privación a la que están sometidos de suministro eléctrico, y cuya solución pasa, pues, por garantizar inmediatamente la luz, permitir que los vecinos y vecinas de la Cañada Real realicen contratos individuales de suministro eléctrico y se establezca una mesa de seguimiento en la que puedan participar los propios vecinos y vecinas.
La situación es tan grave para los habitantes de los sectores 5 y 6 de la Cañada Real, que es difícil encontrar tanta unanimidad por parte de los organismos nacionales e internacionales de defensa de los derechos humanos como la que se ha concitado en esta ocasión. Estos organismos no solo denuncian con dureza la situación existente, sino que señalan una solución muy clara, que es restablecer de manera inmediata el suministro eléctrico.
Ya en diciembre de 2020, nueve relatores especiales de Naciones Unidas realizaron un escrito conjunto para denunciar ese corte de suministro eléctrico, señalando que “los cortes de electricidad ponen en peligro la vida de los niños y niñas en la Cañada Real”; y en enero de 2021, en una entrevista que publicaba EL PAÍS, Olivier de Schutter, relator especial de Naciones Unidas sobre pobreza extrema y derechos humanos, afirmaba que “dejar a familias en esta terrible situación es una violación de convenios que España ha ratificado”. Desde entonces las denuncias de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos y la reclamación del restablecimiento del suministro eléctrico son innumerables. Nuestro propio Defensor del Pueblo se ha pronunciado en este sentido hasta en tres ocasiones, y organizaciones como Amnistía Internacional y Save the Children han realizado sendas campañas de recogidas de firmas. Esta última organización entregó en septiembre más de 47.000 firmas a la Delegación del Gobierno de Madrid.
Las vecinas y los vecinos de la Cañada Real han liderado un movimiento social ejemplar de reivindicación de sus derechos, que desde octubre de 2021 cuenta con el apoyo de la Plataforma Cívica de Apoyo a la Lucha por la Luz de Cañada Real Galiana, con una única demanda: “Luz ya, contratos para los vecinos y mesa de seguimiento”, que hicieron llegar el pasado 29 de noviembre al Parlamento Europeo, donde la propia presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, mostró un explícito interés. Las mujeres de la Cañada han estado siempre en primera línea de la reivindicación, siendo especialmente afectadas por las violaciones de los derechos y dejando su salud en el cuidado de las personas en situación más vulnerable.
La reivindicación adquirió una nueva dimensión cuando se presentó ante el Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa una reclamación colectiva por parte de cinco entidades internacionales legitimadas para ello. El Comité se pronunció el 19 de octubre pasado con una decisión histórica, en la que, por unanimidad, declara la admisibilidad de la reclamación, determinando su tramitación prioritaria, y exhorta a España a que, con el fin de evitar un daño grave e irreparable a la vida y la integridad física y moral de las personas que viven en la Cañada Real, tome las medidas necesarias para garantizar el acceso inmediato a la electricidad y calefacción, antes del 15 de diciembre, teniendo especialmente en cuenta las necesidades de los grupos en situaciones de especial vulnerabilidad. El Comité reclama que el Estado se asegure de que todas las autoridades públicas competentes tengan conocimiento de esta decisión y le informe de las medidas previstas para su aplicación antes del 15 de diciembre.
La Carta Social Europea es un tratado internacional que forma parte de nuestro ordenamiento jurídico. España ha aceptado explícitamente la competencia del Comité Europeo de Derechos Sociales para recibir denuncias en caso de violación y las decisiones del Comité, como órgano que supervisa su cumplimiento, son de obligado cumplimiento para todas las administraciones españolas. Pero, hasta ahora, ni la Comunidad de Madrid, ni los ayuntamientos de Madrid y Rivas-Vaciamadrid, ni el propio Gobierno central, que son los que tienen las competencias administrativas sobre la Cañada Real, han cumplido con el núcleo de justicia de nuestro pacto social que reconoce la Constitución. Si el Estado español, a través de todas las administraciones implicadas, no actúa antes del día 15 para garantizar el suministro eléctrico, y con ello la luz y la calefacción a todos los habitantes de la Cañada Real, estará incumpliendo de manera directa sus obligaciones jurídicas como miembro de la Carta Social Europea, además de condenar a más de 4.000 personas, entre ellos más de 1.800 niños y niñas, a un nuevo invierno de indignidad, en el que estarán expuestos a daños graves e irreparables en sus vidas e integridad.
Las autoridades están advertidas, han recibido del Comité Europeo de Derechos Sociales la decisión con la obligación de adoptar medidas inmediatas. Sólo quedan seis días para saber si están dispuestas a respetar lo que se dice en el artículo primero de nuestra Constitución de que España es un Estado social y democrático de derecho y proceder al restablecimiento inmediato del suministro eléctrico.