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Avanzando hacia un pacto vasco por los Cuidados. I Congreso sobre cuidados.

El Congreso pretende ser un hito 
en el camino hacia un modelo público y comunitario de cuidados
Un espacio de prospección, debate y propuestas

15 y 16 de noviembre 
en Tabakalera, 
de Donostia.


El trabajo de cuidados sostiene la vida y vertebra las sociedades, al tiempo que expresa y reproduce las distintas desigualdades. “Avanzando hacia un pacto vasco de los cuidados” es el título de este encuentro que marcará un hito en el camino hacia un un modelo público y comunitario de los cuidados en Euskadi. Durante dos días, contará con la presencia de personas expertas, de talla estatal e internacional, que nos ayudarán a identificar retos y buscar respuestas innovadoras para hacer frente a este desafío desde el principio de igualdad, liderazgo público, colaboración público-social y sostenibilidad.

ABIERTAS INSCRIPCIONES inscripción gratuita, plazas limitadas, desde aquí.

Puedes consultar aquí el programa completo y no pierdas de vista las actualizaciones que iremos compartiendo a través de la página web. También, por favor, síguenos en el hashtag #ZainketaKongresua para no perderte nada. Es importante remarcar que las plazas son limitadas, por tanto, te invitamos a inscribirte cuanto antes.

Guía didáctica para la promoción del buen trato a la infancia y la adolescencia, y la protección de sus derechos. Abordaje desde el enfoque de la Educación para la Ciudadanía Global.

La presente guía didáctica es una herramienta práctica para trabajar la promoción de la protección y el buen trato a la infancia y a la adolescencia en los espacios educativos formales y no formales, situando en el centro del proceso educativo a los niños, niñas y adolescentes como agentes de cambio y de transformación social”. Así da comienzo la Guía didáctica para la promoción del buen trato a la infancia y la adolescencia y la protección de sus derechos, elaborada por Educo y por la Fundació Salut Alta.

La guía recopila un conjunto de actividades didácticas para llevar a cabo en contextos de educación formal e informal, dirigidas a potenciar el “empoderamiento de los niños, niñas y adolescentes respecto a sus derechos específicos, a la promoción del buen trato y a la prevención de los diferentes tipos de violencias que les afectan”.
 Redacción:
• Por parte de Educo: Ion Ander Areses, Alejandra Krebser, Montse Bobés, Sonia Muñoz, 
Víctor Hugo Rico Bozo, Elisenda González
• Por parte de la Fundació Salut Alta: Núria Pané, Mar Tusell, 
Alba González, Lola Ballesteros y Anna Martínez
© Educo

La propuesta didáctica que se detalla en la siguiente sección fue diseñada teniendo en cuenta los conceptos siguientes: 

Educación para la Ciudadanía Global (EpCG)
Se trata de un enfoque que sustenta las acciones educativas en las aulas que potencian la búsqueda de la igualdad y la justicia social a nivel local y global. Se basa en la temática de la enseñanza de los derechos de la infancia y permite explorar mecanismos de defensa de estos derechos. Asimismo, busca desarrollar en el alumnado el compromiso ciudadano en la construcción de una sociedad equitativa.

Vehicula la idea de que los retos actuales son globales, y por lo tanto necesitan una respuesta de
ciudadanía global: vivimos en un mundo interconectado e interdependiente en el cual se observa
pobreza, desigualdad, vulneración de los derechos y desastres naturales. La reciente pandemia de
COVID-19 es un ejemplo de reto global compartido que ha necesitado una respuesta ciudadana global.

La actual Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible articulan la necesidad de desarrollar
una ciudadanía global consciente, bien informada, con sentido crítico y capaz de comprometerse, de
movilizarse, y de exigir a los Gobiernos y organizaciones que asuman su responsabilidad e impulsen
cambios, siempre teniendo en cuenta que los cambios locales tienen un impacto global.

Este enfoque pone de relieve que los niños, niñas y adolescentes son los y las protagonistas de los
procesos de promoción de los derechos de la infancia, y enfatiza su rol activo en la búsqueda de la
transformación social. Así, se conceptualiza el proceso educativo como una herramienta emancipadora
que permite comprender la realidad con sentido crítico para así poder transformarla.

Bajo este enfoque educativo, los niños, las niñas y adolescentes potencian sus capacidades de agentes
activos en los procesos de visibilización y de transformación de las realidades sociales en las cuales
se vulneran los derechos. Esta concepción está estrechamente ligada al concepto de empoderamiento
de los niños, las niñas y adolescentes....

Perspectiva local-global....

Perspectiva de Género...

Participación infantil...

Violencia...

Protección...

Buen trato Las disposiciones de la LOPIVI estipulan que “…se entiende por buen trato (…) aquel que, respetando los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, promueve activamente los principios de respeto mutuo, dignidad del ser humano, convivencia democrática, solución pacífica de conflictos, derecho a igual protección de la ley, igualdad de oportunidades y prohibición de discriminación de los niños, niñas y adolescentes.” 
El buen trato es un concepto que va más allá de la ausencia de maltrato o violencia ya que implica la utilización de prácticas socioafectivas positivas por parte de las personas adultas responsables del bienestar infantil. Las familias y las personas educadoras tenemos la responsabilidad de construir entornos protectores y de buen trato y un clima positivo que garantice su desarrollo físico, mental, emocional y espiritual y que sea percibido así por los propios niños, niñas y adolescentes. 

Este contexto es necesario para la promoción del bienestar infantil entendido como la realización de los derechos fundamentales de la infancia, y la materialización de las oportunidades de desarrollo de las capacidades, potencial y habilidades de cada niño, niña y adolescente. 
Algunos ejemplos de prácticas de buen trato en entornos familiares, escolares e institucionales son: 
 La utilización de un lenguaje amable, positivo e inclusivo que reconozca el valor de cada niño, niña y adolescente. 
 El uso de habilidades sociales y competencias comunicativas como la empatía, la escucha activa, el asertividad, y la expresión de afecto e interés genuino. 
 El desarrollo de la inteligencia emocional: la conciencia emocional, la autorregulación y la autonomía emocional por parte de las personas adultas, y su desarrollo en los niños, niñas y adolescentes. 
 La aplicación de estrategias para potenciar la convivencia pacífica, el clima relacional y la gestión positiva de los conflictos. 
 El impulso de la participación activa de los niños, niñas y adolescentes en la construcción de los procesos educativos dando suficiente espacio a sus opiniones y necesidades. 

Todas las personas adultas en contacto estrecho con la infancia y que ejercen un rol educativo debemos tener presente el concepto de buen trato y plantearnos su materialización cotidiana en cada interacción que tengamos con los niños, niñas y adolescentes.
...


Ciclos de buentrato para la prevención de la violencia contra la infancia y la adolescencia 2023: Formación FAPMI-ECPAT España.

 La formación y capacitación específica en materia de protección de niños y niñas frente a la violencia es una estrategia imprescindible para prevenir potenciales situaciones de riesgo y proteger a las personas menores de edad, donde el principio de buentrato y el conocimiento de los derechos del niño son un elemento clave para conseguirlo.

Los ciclos de buentrato para la prevención de la violencia contra la infancia y la adolescencia son formaciones online periódicas que proporcionan un itinerario especializado en materia de protección a la infancia y a la adolescencia. 

El objetivo principal es contribuir a que en la práctica profesional se adopte una cultura de buentrato para proteger los derechos de niños y niñas y prevenir cualquier situación de violencia y/o maltrato.


Fecha: Entre el 14 de febrero y el 16 de marzo de 2023.
Horario: En horario de tarde con una duración principalmente de dos horas.
Lugar: Online a través de zoom.
Personas destinatarias: Personas profesionales con vinculación al ámbito de la infancia y la adolescencia.

A continuación, podrás encontrar información específica de cada una de las formaciones:

Ciclo 1º: Buentrato a la infancia y a la adolescencia en la práctica profesional.
Expositora: Alejandra Pascual, Coordinadora general de FAPMI-ECPAT España.
Fecha: 14 de febrero de 2023
Horario: 16:00 a 17:00
Más información

Ciclo 2º: La situación de la violencia contra la infancia y la adolescencia.
Expositora: Jéssica Rodríguez, Técnica de Programas de FAPMI-ECPAT España.
Fecha: 16 de febrero de 2023
Horario: 16:00 a 17:00
Más información

Ciclo 3º: Apego seguro como elemento de protección.
Expositor: Lourdes Ezcurra, Trabajadora Social en Asociación Pro-Infancia Riojana (APIR).
Fecha: 21 de febrero de 2023
Horario: 16:00 a 18:00
Más información

Ciclo 4º: La instrumentalización de hijos e hijas en las separaciones conflictivas de la pareja parental.
Expositor: Carme Tello, Presidenta de la Asociación Catalana para a Infancia Maltratada y de FAPMI-ECPAT España.
Fecha: 23 de febrero de 2023
Horario: 16:00 a 18:00
Más información

Ciclo 5º: Hijos e hijas víctimas de violencia de género.
Expositor: Silvia Valiente, Trabajadora Social en Asociación Pro-Infancia Riojana (APIR).
Fecha: 28 de febrero de 2023
Horario: 16:00 a 18:00
Más información

Ciclo 6º: Educación afectivo sexual para la prevención de la violencia sexual.
Expositor: Patricia Moliné, Técnica de la Asociación RANA.
Fecha: 2 de marzo de 2023
Horario: 16:00 a 18:00
Más información

Ciclo 7º: En el acoso escolar ¿sumas o restas? Cómo prevenir y abordar las sospechas de acoso escolar desde la comunidad educativa.
Expositor: Vanessa Ramajo, Coordinadora General de la Asociación Castellano Leonesa para la defensa de la infancia y la juventud (REA).
Fecha: 7 de marzo de 2023
Horario: 16:00 a 18:00
Más información

Ciclo 8º: Personas menores de edad que ejercen violencia.
Expositor: Ana Ruiz, Trabajadora social, voluntaria en la Asociación Murciana de Apoyo a la Infancia Maltratada (AMAIM)
Fecha: 9 de marzo de 2023
Horario: 16:00 a 18:00
Más información

Ciclo 9º: Recursos de resiliencia y salud emocional como factor protector frente a la violencia. Infancia y adolescencia con discapacidad intelectual y/o del desarrollo.
Expositor: Ana María Sainero, Psicóloga de la Asociación Asturiana para la Atención y el Cuidado de la Infancia (ASACI)
Fecha: 14 de marzo de 2023
Horario: 16:00 a 18:00
Más información

Ciclo 10º: Tratamiento psicológico de menores víctimas de violencia sexual.
Expositor: Nuria Muñoz, Psicóloga de en la Asociación Andaluza para la Defensa de la Infancia y la Prevención del Maltrato (ADIMA)
Fecha: 16 de marzo de 2023
Horario: 16:00 a 18:00
Más información

Para más información y contacto: almudena.rascon@fapmi.es 

Análisis de la encuesta de condiciones de vida con enfoque de infancia 2022.

El presente informe surge a raíz de la publicación, el pasado 29 de septiembre de 2022, del módulo «impacto de la COVID-19, de modos de convivencia y condiciones de los niños, y de carencia material infantil» de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2021 por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE)

Los módulos de la ECV son aleatorios porque nunca se repiten dos años consecutivos, pero permiten estudiar fenómenos que establece la Comisión Europea en resolución parlamentaria. El módulo de la edición de 2021, que nunca se había abordado con anterioridad, contempla cuestiones como el cuidado de los niños y niños, la pobreza materia infantil, las relaciones familiares en las familias reconstituidas, el acceso a la asistencia sanitaria o la limitación en el desarrollo de las actividades habituales.



López Oller, Joffre;  Gracía, Eva; 
Ibarra, Ricardo (coord.).  
Plataforma de Infancia
 

La difusión de los resultados de 2021 de la ECV trajo consigo otra modificación sustancial. La ECV se usa para estimar el indicador AROPE, que sirve para medir el grado de pobreza y exclusión social en todos los países de la Unión Europea. El indicador es el resultado de combinar tres dimensiones de la pobreza: la escasez de recursos económicos, las carencias materiales severas y la baja intensidad de empleo. La novedad de 2021 es que se presentaron dos resultados distintos del indicador AROPE en función de dos metodologías parcialmente distintas. La diferencia  entre la metodología vigente hasta la fecha, basada en la estrategia Europa 2020, y la que se introdujo en 2021 radica en la definición de las carencias materiales severas y la baja intensidad de empleo. En cuanto a las carencias materiales severas, en la nueva propuesta no se considera la disponibilidad de teléfono, televisor o lavadora y, por el contrario, se añaden la no posibilidad de sustituir muebles viejos o estropeados y, a escala individual, no poder permitirse sustituir ropa estropeada por otra nueva, no poder permitirse tener dos pares de zapatos en buenas condiciones, no poder permitirse reunirse con amigos/familia para comer o tomar algo al menos una vez al mes, no poder permitirse participar regularmente en actividades de ocio, no poder permitirse gastar una pequeña cantidad de dinero en sí mismo y no puede permitirse conexión a internet. Bajo este nuevo prisma, se considera que una persona padece carencias materiales y sociales severas cuando tiene limitaciones en al menos 7 de los 13 componentes finales. En cuanto a la baja intensidad deempleo, las modificaciones son menos relevantes ya que  tan solo implican una conceptualización más precisa del término 

Sin embargo, en el presente informe se usa la conceptualización del indicador AROPE basada en la estrategia Europa 2020 porque, al menos hasta la fecha, es la única que permite construir una serie histórica desde 2008. Esta opción tiene un impacto mínimo en las cifras de pobreza y exclu- sión social de la población menor de 18 años: según la estrategia Europa 2020, el indicador AROPE en 2021 para esta población fue del 33,0%; según la nueva definición de 2021, del 33,4%. En las siguientes páginas se indaga en las características comparadas del riesgo de pobreza y exclusión de la infancia, así como en los resultados que se pueden extraer del módulo específico de 2021.

Invertir en primera infancia rompe el círculo de la pobreza, Educo.

Recomendaciones para la mejora de la calidad
de la educación y los cuidados hasta los 3 años.


Informe Programa EduCare,

Si aseguramos una educación de calidad y cuidados en los primeros años de vida de un niño o una niña podemos evitar una gran brecha social a futuro. Esta es una de las grandes conclusiones de nuestro último informe No todo vale. Y es que es justo durante los primeros 1.000 días de vida cuando se adquieren las bases para el desarrollo y el aprendizaje que servirán a los niños y niñas durante toda su vida adulta. 
La barrera económica es el principal escoyo que encuentran las familias más vulnerables, pues deja al 52% de estas sin acceso a los centros de cuidado infantil. Ante esta realidad, nuestro informe ofrece una serie de recomendaciones para que la educación en la etapa de vida 0-3 sea una realidad para toda la infancia en situación de pobreza y vulnerabilidad y así contribuir a romper los círculos de la pobreza. “Invertir en primera infancia es importante porque les reporta grandes beneficios a los niños y niñas, pero es que va mucho más allá porque también beneficia a sus familias y a la sociedad en general”, nos cuenta nuestra compañera Dori Rodríguez, especialista de Educación de Educo.  

Mejores resultados académicos y menores tasas de repetición y abandono.

Las niñas y niños que asisten a programas antes de los 3 años tienen mejores resultados educativos en etapas posteriores y menores tasas de repetición y abandono. Es, además, una medida imprescindible para el apoyo a la crianza y la conciliación familiar, pues favorece la mejora de los niveles de empleo de las familias, especialmente de las mujeres, que son quienes soportan la carga de los cuidados en mayor medida.  

Por ello, desde Educo pedimos que se establezcan criterios de acceso a las plazas públicas que prioricen a las familias en función de su vulnerabilidad, asegurando mayor equidad en y entre las comunidades autónomas. “Hay más demanda que oferta, por eso los criterios para la adjudicación de las plazas tienen que revisarse porque existe un fuerte desequilibrio territorial en el acceso de las familias más vulnerables. Hablamos de personas migrantes, por ejemplo, que encuentran grandes barreras relativas al idioma o al desconocimiento de los procesos administrativos; pero también hablamos de familias monomarentales, que al no contar con una definición a nivel nacional se encuentran más o menos desprotegidas dependiendo de la comunidad donde residan. O familias de etnia gitana, que no cuentan con ningún tipo de consideración a pesar de que su inclusión está reconocida en los tratados europeos”, argumenta Rodríguez.  

 La educación y cuidado de los 0 a lo 3 años de vida es parte del derecho a la educación, y es crucial porque se adquieren las bases del desarrollo y aprendizaje que marcan el resto de la vida. 

Asimismo, el informe recomienda que se revise el acceso prioritario a los hijos e hijas con ambos progenitores empleados. “Son precisamente las familias que están en el paro quienes mayor vulnerabilidad económica tienen. Sin embargo, se plantea el permanecer en el hogar como una capacidad para poder hacerte cargo de tu hijo, pero entonces ¿cuándo buscan empleo? Se les está negando la oportunidad de que puedan salir de la espiral de la pobreza”, puntualiza Rodríguez.  

La falta de financiación pública es una importante fuente de inequidad en el acceso a programas de educación antes de los tres años. Garantizar la gratuidad del primer ciclo de educación infantil a los niños y niñas en situación de mayor vulnerabilidad (33,2%), supondría una inversión de 2.320,1 millones de euros. “La inversión iría a la raíz misma de la problemática porque sabemos que las desigualdades vienen de cuna y es función de las administraciones que todos tengamos los mismos derechos y oportunidades. Desde el mismo momento en que nacemos, y muy concretamente en nuestros primeros 3 años de vida, se empiezan a dibujar nuestras oportunidades de futuro”, asegura Dori Rodríguez.  

Aunque las administraciones establecen la gratuidad en ciertos casos, esta solo alcanza al 22,2% de las familias: el 27,3 % de las niñas y los niños del primer quintil de renta — menos de 5.297,10 € de renta anual media—  y más de la mitad del segundo — entre 5.297,10 y 9.588,60 €—  no cuentan con ayudas sociales para el acceso a centros de cuidado infantil. 

Debemos avanzar hacia la gratuidad y universalidad de la educación 0-3

Más allá del acceso y su urgente necesidad de revisión, hablamos también de la importancia de avanzar hacia la gratuidad y universalidad, con una oferta equitativa y de calidad. Según el informe, garantizar la gratuidad en condiciones de calidad con las tasas de matriculación actuales tendría un coste de 2.796,7 millones de euros, mientras que alcanzar la universalización del ciclo costaría 6.988,48 millones de euros. 
 
Sigue el pensamiento de la guardería como lugar precisamente de eso, de guardia. De asegurar comida y cama a los niños y niñas. Es vital que el mensaje de la importancia de los primeros años cale en la sociedad porque nos estamos jugando el futuro. Pero no el suyo en particular, el de toda la sociedad como conjunto. 

Asimismo, y hasta que esto ocurra, es importante asignar los recursos disponibles de forma que contribuyan a mejorar la calidad de la educación y los cuidados. “Es por eso que este informe se llama No todo vale, porque no vale ampliar el número de plazas sin un estudio profundo de las verdaderas necesidades y carencias. Hablamos de calidad, de adaptación de las infraestructuras, los espacios y los recursos materiales. Hay que responder a las necesidades de los niños y niñas más pequeñas y no olvidar realizar una asignación adecuada de personal”, puntualiza Rodríguez.  

También debemos sensibilizar más a la población acerca de la importancia de esta etapa vital educativa y la necesidad de trabajar para garantizar los derechos y el bienestar de niños y niñas. A pesar de los muchos estudios que hablan de la importancia de los primeros años de vida, en los que se moldea el cerebro y se reparten las cartas decisorias de los adultos del mañana, sigue perpetuado el pensamiento de la guardería como lugar precisamente de eso, de guardia. De asegurar comida y cama a los niños y niñas. Es vital que el mensaje de la importancia de los primeros años cale en la sociedad porque nos estamos jugando el futuro. Pero no el suyo en particular, el de toda la sociedad como conjunto.

La Infancia y los cuidados alternativos de calidad: Hacia una innovación de las prácticas, Curso Colegio Of. Trabajo Social de Granada.

  LA INFANCIA Y LOS CUIDADOS ALTERNATIVOS DE CALIDAD: 
Hacia una innovación de las prácticas.
¡NUEVO CURSO! 

e impartido por GSIA  (Asociación Grupo Sociología de la Infancia y la Adolescencia).

Dirigido a: Profesionales de la intervención social (Trabajadores/as Sociales, Educadores/as, Psicólogos/as...)
Duración del curso de formación: 25 horas lectivas divididas en 7 sesiones de 3h30m; a desarrollar en formato online, los jueves y viernes (del 2 al 17 y el viernes día 24) del mes de febrero próximo.

Entre sus objetivos están:

. Contribuir a la aplicación de las recomendaciones contenidas en la Resolución de las Naciones Unidas referidas a la calidad del sistema de cuidados alternativos que se ofrece a niñas, niños y adolescentes carentes de atención familiar.
. Ofrecer una formación teórica sobre las prácticas de cuidados a la infancia y adolescencia a las personas que desempeñan actividades profesionales con ellos.
. Profundizar en el conocimiento y manejo de instrumentos necesarios para promover y garantizar unos cuidados de calidad, como son las herramientas de validación de los procesos o el papel de los profesionales en la organización de los cuidados.
. Presentar experiencias de cuidados en el medio comunitario, así como de participación de diversos agentes y de los propios niños/as a y adolescentes en su propio proceso de autonomía y emancipación.

DISTRIBUCIÓN FORMATIVA:

SESIÓN JUEVES 2 FEBRERO 2023
IMPARTE: Lourdes Gaitán Muñoz
Los cuidados. Las dimensiones del cuidado. Derechos del niño y cuidados alternativos

SESIÓN VIERNES 3 FEBRERO 2023
IMPARTE: Myriam Fernández Nevado
Marco legal: cuidados alternativos en la Ley de Protección y en la LOPIVI

SESIÓN JUEVES 9 FEBRERO 2023
IMPARTE: Antonia Picornell-Lucas
El sistema de protección a la infancia: alternativas para el cuidado de los niños y niñas

SESIÓN VIERNES 10 FEBRERO 2023
IMPARTE: Marta Muñoz / Justina de Pablo
El sistema de protección a la infancia: Los distintos recursos y si distribución en España

SESIÓN JUEVES 16 FEBRERO 2023
IMPARTE: Maribel Illescas Taboada / Olivia de Cos Cuesta
Niñas, niños y adolescentes en el sistema de protección: Una visión de su trayectoria: situaciones de vulnerabilidad, sus capacidades y expectativas

SESIÓN VIERNES 17 FEBRERO 2023
IMPARTE: Kepa Paul Larrañaga
La evaluación de calidad: Políticas y programas en el sistema de acogimiento residencial y familiar

SESIÓN VIERNES 24 FEBRERO 2023
IMPARTE: Francisco Mielgo García
Cuidar a los que cuidan: Conocimientos y competencias y autocuidado de profesionales y familias cuidadoras. Evaluación final del curso

Formato docente: online.
Contacto:
Email de contactogranada@cgtrabajosocial.es
Teléfonos 958 805 268 / 658 823 384

  


El derecho a la Familia y sus modalidades alternativas desde la perspectiva del niño, niña y adolescente

 

El derecho a la Familia y sus modalidades alternativas desde la perspectiva del niño, niña y adolescente


A la fecha, existe un soporte normativo internacional que aboga por el derecho de los niños, niñas y adolescentes de crecer en entornos protectores, de cuidados parentales afectivos y promotores de su desarrollo.  Desde los diferentes instrumentos internacionales sobre derechos humanos, se fortalece la presencia, importancia y responsabilidad de la familia como el escenario prioritario para propugnar los cuidados, vínculos y protección debida, teniendo como imágenes centrales a los progenitores y los parientes extendidos. Desde esta óptica, la sociedad civil, la comunidad y los Estados se articulan para acompañar y garantizar el goce pleno de derechos de la infancia.

Para los niños, niñas y adolescentes las familias son su historia, su identidad, el origen de sus vinculaciones y el desarrollo de sus afectos y habilidades; siendo muy sensible y particular su presencia para los menores de 6 años o quienes viven en situación de discapacidad. Sin embargo, existen situaciones que afectan al funcionamiento de las familias para ejercer estos roles de protección y cuidado.

La Convención sobre los Derechos del Niño (1989) y los posteriores acuerdos universales y regionales a favor de la infancia, establecen como una prioridad la protección y el desarrollo de las niñas y niños, e insta a los Estados a garantizar el cumplimiento de sus derechos (UNICEF 2006). La pobreza, las movilizaciones forzosas, y todas las formas de violencia que afectan a las familias son directamente proporcionales a los cuidados, desarrollo y protección de los niños, niñas y adolescentes. Es así que en 2010 las Directrices sobre modalidades de cuidados alternativos de niñas, niños y adolescentes (Naciones Unidas), ponen en evidencia y nos alerta en evitar más separaciones familiares, que aumente la institucionalización, y que se incorporen diferentes estrategias que mantengan o reproduzcan los cuidados parentales necesarios.

Desde estas Directrices también es importante reivindicar los criterios o principios que respaldan el tratamiento ante la inminente separación de los niños, niñas y adolescentes de sus familias: el interés superior del niño como elemento central, valorar sus necesidades y la idoneidad para establecer la medida de protección alternativa más adecuada (Naciones Unidas 2019[1]). Sin embargo, muchas veces estas revisiones o criterios para el tratamiento no son representativos o reconocen las visiones de los niños, niñas y adolescentes; quienes mayoritariamente van a preferir mantener sus vínculos y acercamiento con sus familias biológicas. Todo esto representa la importancia de poner la atención a la dinámica familiar, a fortalecer sus capacidades protectoras y acompañar su desenvolvimiento frente a los diferentes problemas que las amenaza.

En diferentes encuentros infantiles y adolescentes (principalmente) se observa que cada vez más ellos y ellas están más empoderados sobre sus derechos, incluso haciendo llamamientos públicos para contrarrestar formas de castigo y violencias que reciben dentro del hogar; pero difícilmente se encontrará demandas por ser separados de sus hogares. Ellos y ellas quieren volver a sus hogares, incluso afectados por situaciones estructurales amenazantes, pero con sus familias ejerciendo ese rol cuidador y promotor de vínculos afectivos prósperos. De ahí el llamado no solo a los Estados, sino a la sociedad en pleno, a procurar evitar la separación y/o adaptar modalidades familiares alternativas transitorias; destacando la promoción y respeto a la participación de niños, niñas y adolescentes en todo el proceso.

A nivel normativo y programático, existen varios países de Latinoamérica que vienen generando las condiciones para la transformación de los enfoques de cuidado familiar ante la inminente separación familiar, promoviendo estas modalidades alternativas, tales como familia extendida, comunitaria, familias de acogimiento, etc., buscando así reducir la denominada “institucionalización” que tiene muchas consecuencias adversas para los niños, niñas y adolescentes. Desde la voces ejercidas por redes de egresados/as de programas de cuidado familiar, se prioriza la importancia de mantener los vínculos familiares originarios o extendidos. Pero, ¿dónde están las voces de los niños, niñas y de las y los adolescentes durante el proceso de análisis de la separación, de la asignación de la medida transitoria o de sus desenvolvimientos en el grupo familiar asignado?  No hay registros de estos indicadores, o al menos, desde la lógica o vista empática de ellos y ellas, lo que ameritaría grupos interdisciplinarios que demuestren el debido tratamiento durante todo el proceso.

Algunos indicios de estos métodos de relevamiento de las voces y la construcción de vínculos con los niños, niñas y adolescentes se observan a través de programas públicos y de intervención mixta con sociedad civil, a través de estrategias de acompañamiento personalizado a las familias, principalmente. Sin embargo, las valoraciones que se realizan a los programas no ponen el foco de atención o real impacto en las voces de ellos y ellas, siendo finalmente los principales beneficiarios/as.

La familia representa la base para construcción de vínculos, desde el afecto y promotores de la convivencia sana y respetuosa. Finalmente se trata de la atención, recuperación y restablecimiento de estos vínculos, pero que requieren del tratamiento y reivindicación de la participación de los niños, niñas y adolescentes. Mientras que se siga viendo o construyendo estas intervenciones alejadas de ellos y ellas, asumiendo lo que ‘es mejor’, los vínculos se hacen cada vez más distantes y fríos.

El Instituto Interamericano del Niño, la niña y adolescente viene trabajando en una Guía para promover la participación de ellos y ellas durante la implementación de medidas alternativas de cuidado familiar, a fin de no solo generar la debida información y orientación en un lenguaje accesible, sino también en instar a adultos (familiares, operadores públicos, etc.) a establecer puentes de diálogo y mejorar la empatía para la construcción de lazos. Todos somos, finalmente, parte de esta gran familia promotora y protectora de derechos de los niños, niñas y adolescentes de la región.

[1] Resolución A/RES/74/133 de 2019, “Promoción y protección de los derechos de la infancia”






"Caminando en el Buen Trato: Consolidando Modelos de Protección", Congreso Fapmi.

 XV Congreso Internacional de Infancia Maltratada en 2022, bajo el lema 
Caminando en el Buen trato: consolidando modelos de protección”.

Congreso Fapmi,
Santiago de Compostela.
5-7 de Mayo 2022


Con el reconocimiento de los derechos de las niñas y los niños y con la reciente aprobación de la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, la sociedad se ha puesto como destino el buen trato. En la actualidad, gran parte de las y los profesionales caminamos en el buen trato con rumbo a consolidar modelos de protección, buscando que todas las personas que trabajan con la infancia y adolescencia en todos los ámbitos se sumen en nuestra trayectoria para erradicar el maltrato infantil.

Tal y como propone el lema elegido “Caminando en el Buen trato: consolidando modelos de protección”, queremos centrar la atención de todos los agentes involucrados en la atención a la infancia sobre la necesidad de reconocer el buen trato no como una meta que hay que lograr sino como una realidad desde la que trabajar y desde la que partan todas las acciones necesarias para prevenir y proteger a la infancia y adolescencia frente al maltrato infantil.


EJES TEMÁTICOS GENERALES:
– Niños, Niñas y Adolescentes Migrantes No Acompañados.
– Divorcios conflictivos.
– Tecnologías de la Información y Comunicación.
– Diversidad sexual.
– Buenas prácticas en buen trato.
– Violencia de género.
– Entornos protectores.
– Salud Mental.
– Explotación Sexual infantil y Adolescente.

TRANSVERSALES:
Buenas prácticas por ámbitos:  terapéutico; psico-social; educativo, sanitario, judicial; deportivo; acogimiento familiar y residencial; ámbito penitenciario y centros de reforma.

ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS...
PROGRAMAS CIENTÍFICOS...
MATRÍCULAS ABIERTAS...
ENVÍO DE COMUNICACIONES Y POSTERS...

«Los sistemas sanitarios y sociales tienen que dar respuesta desde la innovación social»: Ana Isabel Lima Fernández.

 Hablamos con…

Ana Isabel Lima Fernández. Foto:FEMP.
Ana Isabel Lima Fernández es profesora de la Universidad Complutense de Madrid y la UNED y Directora de Servicios Sociales.  

Popularmente conocida por su cargo como Secretaria de Estado de Servicios Sociales en el Gobierno de España hasta el 2020, Ana Isabel Lima Fernández cuenta con un gran bagaje profesional a sus espaldas. Empezó su andadura profesional como trabajadora social en dos municipios del sureste de Madrid y como directora de Centro de Servicios Sociales, pero no tardó en formar parte de instituciones como el Consejo General del Trabajo Social, el Comité Español de Bienestar Social y la Federación Europea de Trabajo Social -entre otras-, las cuales ha llegado a presidir.Actualmente es docente en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la (UNED) y Directora de Servicios Sociales y, siguiendo sus propias palabras, se define como una persona comprometida con los DDHH, las políticas, el trabajo social y los servicios sociales.
Es asociada de la Asociación GSIA.
El pasado 13 de diciembre de 2021, Ana Isabel Lima participó en la 1ª Conferencia Ciudades que Cuidan organizada por Fundación Mémora con el apoyo de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).


Potenciar el mundo local en pueblos y ciudades garantiza la existencia de relaciones sociales que alivien el sentimiento de soledad no deseada de muchas personas mayores. No obstante, ciertos municipios carecen de dichas interrelaciones. ¿Qué beneficios tendrían si realizaran un plan social que generara convivencia?

Desde el ámbito social definimos cuatro claves de la innovación social aplicadas al mundo de los cuidados que contribuirían a las ciudades cuidadoras: la creación de alianzas; la necesidad de revisión y reestructuración de las políticas públicas; la sensibilización de la percepción social del envejecimiento; y la importancia del municipalismo y los planes estratégicos.

Consideramos que los beneficios que pueden aportar las políticas municipales y sus planes estratégicos son relevantes porque las ciudades son un espacio clave para las prácticas de la ciudad cuidadora, es en el contexto más cercano, los barrios o pueblos, donde se producen la mayor parte de las interacciones sociales.

Y cómo podríamos hacer esto…

La planificación estratégica en los municipios se encargaría de desarrollar la parte más operativa de los planes estatales y autonómicos, y lo hace de una manera transversal e integral. Por ello, la futura estrategia nacional contra la soledad no deseada impulsada desde Imserso debería tener reflejo en los planes municipales con iniciativas de proximidad a la ciudadanía, impulsando todas las redes posibles para dar respuesta desde cada barrio o cada pueblo.

En este caso valoramos especialmente el nivel de transversalidad de estos planes estratégicos de lucha contra la soledad no deseada y la vulnerabilidad de las personas mayores, ya que su diseño supone una medida que requiere de la acción y la aportación presupuestaria de todas las áreas implicadas: salud, seguridad, servicios sociales, urbanismo, cultura, educación, deportes, etc., además su implementación debe realizarse desde una perspectiva de intervención comunitaria. Proponíamos también la conveniencia del liderazgo de los servicios sociales en estos planes por su cultura en este tema.

Nos hablabas de una mayor aportación presupuestaria de todas las áreas…

Ya hemos visto que los planes estratégicos sobre el envejecimiento: soledad, cuidados, prevención, atención, implican a otras áreas de atención a nivel municipal, pero si no se dota de presupuesto a esa coordinación transversal, no saldrá adelante el plan estratégico. Además, es importante recordar que la transversalidad no excluye a la atención específica que requieren los servicios especializados y que se pueden combinar los esfuerzos desde los dos lados, acción transversal y acción específica.

¿Qué beneficios reportaría la intervención comunitaria?

La intervención comunitaria supone un valor añadido para crear conciencia social, impulsar el desarrollo de redes de apoyo efectivas. También requiere que los recursos sean espacios y equipamientos abiertos a la comunidad, interactuar con elementos comunitarios de apoyo y para contribuir a una transformación necesaria de la percepción social de reconocimiento positivo del proceso de envejecimiento y situaciones de dependencia. Unos de los objetivos de los servicios sociales municipales es la mejora de la convivencia y la cohesión social, además tienen equipamientos de carácter social con centros, servicios, prestaciones vinculadas al mundo de los cuidados, es necesario dimensionar y reforzar el sistema como cuarto pilar del Estado de Bienestar Social para que pueda liderar y coordinar estos planes estratégicos. Los propios servicios sociales necesitar eliminar los laberintos burocráticos y dimensionar el acompañamiento social.

¿Y qué pueden hacer los municipios?

Los municipios pueden responder a las necesidades sociales aportando soluciones locales, pueden replantear espacios públicos donde se potencien las relaciones sociales y los encuentros, además es importante que instauren la creación de consejos de participación democrática como los foros locales y apoyen programas y proyectos que generen redes, tejido social y voluntariado.

Dentro de los espacios de participación sería interesante crear una Comisión de emergencia que se active frente a las crisis transversales, como la ocurrida con la pandemia COVID-19, que ha afectado a diferentes sectores de la ciudadanía, incluido el de las personas mayores y sus familias, y desde diferentes ámbitos de actuación.

No olvidemos que la pandemia ha afectado a las personas que viven en residencias, pero también a las que viven en sus casas, con recursos como la ayuda a domicilio, centros de día, y han visto afectada también, en gran medida, su calidad de vida, relaciones, salud, actividad diaria, rutinas, exponiéndose a un aumento repentino de su deterioro físico y psíquico.

En definitiva, sería interesante establecer indicadores que evalúen estas actuaciones e implantar la necesidad de realizar informes de impacto convivencial a la hora de poner en marcha cualquier proyecto en una ciudad al igual que existen otro tipo de informes de impacto de género o medioambiental. Estas acciones podrían ser incluidas en la planificación y evaluación de los planes estratégicos municipales.

Como bien decías, es preciso atender a las personas dependientes en su propio contexto, adecuando el servicio o el producto a su situación como puede ser su propio hogar. ¿Considera que el modelo de atención vigente se ajusta a esa diversidad?

Desde nuestro equipo social teníamos claro que hay que considerar que el envejecimiento es una etapa vital, producto de una revolución demográfica actual con una alta esperanza de vida que, al mismo tiempo, está desencadenando una transformación social. Por tanto, también hay que transformar los modelos tradicionales de promoción de la autonomía y atención a las personas en situación de dependencia, ya que en su mayoría son personas mayores.

La pandemia ha puesto en tela de juicio la globalización, por un lado, como fenómeno de mundialización fundamentalmente económico, ha acelerado tendencias como el excesivo individualismo y la limitación de la diversidad. Además, se ha evidenciado aún más la necesidad de la revisión de los sistemas de cuidados en el sistema de dependencia y en la crianza con el cuidado de los niños y las niñas respecto de la necesidad de conciliación de la vida laboral y familiar por los efectos negativos que ha tenido en estos ámbitos sociales.

Cada vez vivimos más aislados tanto personas mayores como más jóvenes. Se ha comprobado con el confinamiento que la soledad provoca consecuencias muy negativas para la salud y para la convivencia tanto personal como social. Somos vulnerables, interdependientes y tenemos que asumir esa vulnerabilidad.

Has hecho referencia al desencadenamiento de una transformación social. ¿A qué te refieres?

Los cambios sociodemográficos requieren transformar también los centros y servicios vinculados a la Ley de dependencia, en este caso las residencias deben transformarse en lugares más hogareños que simulen la propia casa de la persona, también es necesario desmitificar las residencias como formas de no ejercer responsabilidad familiar.

Las personas mayores consideran que el modelo tradicional de las residencias debe transformarse de un concepto de grandes residencias a más pequeñas que emulen a los hogares y la participación democrática de las personas que residen en ellas. Además, se debe procurar la implantación de fórmulas innovadoras como el co-housing y otras alternativas que propicien el envejecimiento saludable.

En el caso de las personas que se mantengan en sus hogares, es importante dotar a los territorios de servicios de proximidad como una ayuda a domicilio reforzada y flexible y una mayor la adaptación de los hogares ayudándose de la tecnología.

En cualquier modalidad de la atención a las situaciones de dependencia -tanto en el domicilio como en centros residenciales- las personas mayores exigen ser atendidos desde el sistema público sanitario que les corresponda y, por ello, se considera que en el nuevo modelo tanto los centros de atención primaria de salud como los centros hospitalarios deben tener en cuenta las necesidades sanitarias específicas de cada territorio. La coordinación y la atención de los servicios sociales y los sanitarios se debe reforzar en este nuevo modelo.

¿Qué necesitamos para una mayor coordinación entre los servicios sociales y sanitarios?

Es muy necesario para el nuevo modelo conseguir una mayor incorporación de la tecnología en el mundo de los cuidados y la mayor capacitación de los profesionales de los servicios residenciales y domiciliarios, bajando las ratios de los equipos de atención profesional y dignificando las condiciones laborales del sector. Es importante reforzar los servicios profesionales de atención a personas mayores y complementar la acción solidaria y a acción profesional.

El compromiso de nuestro país con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, una apuesta más fuerte por lo local y por la organización desde ese espacio del apoyo mutuo y la solidaridad, por ello los equipamientos municipales destinados a personas mayores deben ser más abiertos a la comunidad, para interactuar con elementos comunitarios de apoyo y para contribuir a una transformación necesaria de la percepción social del envejecimiento e impulsar redes de apoyo efectivas.

Se habla constantemente de la atención centrada en la persona y eso como metodología es importante que sea bien definido, no obstante, las personas necesitan estar vinculadas con su entorno, aunque vivan en una residencia necesitan una atención transversal y es cometido de los servicios sociales y otras áreas municipales trabajar en ello.

Siguiendo su intervención en la 1ª Conferencia Ciudades que Cuidan, asegura que el edadismo debilita los derechos y la dignidad de las personas. ¿Por qué cree en ello y qué opina que puede hacerse desde la sociedad y las administraciones para combatirlo?

Nuestro equipoinvitó en el foro de debate a hacer un ejercicio de reflexión personal sobre cómo nos posicionamos ante conductas de discriminación por edad, sobre todo cuando se da en personas mayores vulnerables.

Ciertamente el edadismo debilita derechos de forma muy poco visible como impedir que las personas tomen decisiones sobre sus vidas, se limita su participación como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho. Se generan situaciones de desigualdad a la hora de ejercer derechos fundamentales. Se cometen intromisiones en su privacidad de forma gratuita, se les infantiliza.

Es importante la introducción en las políticas públicas de elementos correctores del edadismo institucional, acabando con la idea de que los mayores, por el hecho de serlo, precisan de prestaciones, subvenciones, etc., para transporte, viajes… en realidad supone una discriminación y, por ende, prácticas clientelares en la mayoría de los casos que debe pasar por mejorar las condiciones económicas de las pensiones.

¿Cómo crees que ha afectado la pandemia a este fenómeno de “edadismo”?

Con la crisis de la COVID-19 se ha hecho evidente el edadismo, los prejuicios sobre las personas mayores como grupo homogéneo de personas vulnerables, débiles y que no aportan nada en tiempo de crisis. Estereotipos negativos y concepciones falsas construidas sobre generalizaciones que no se corresponden con la realidad: se vuelven niños, no son productivos, no tienen nada que hacer. Los estereotipos son la puerta de entrada de la estigmatización, a la discriminación.

Pero esta discriminación era anterior a la pandemia, quizá con ella ha aumentado ya que se han producido situaciones de aislamiento prolongado, la atención sanitaria no les priorizó en el comienzo, no se distingue entre personas mayores con autonomía funcional y las que se encuentran en situación de dependencia, se ha segregado por edad y no por patología, y no es la edad, sino las patologías las que vuelven más vulnerables a las personas.  La evidencia de la soledad sorprende ahora, pero es la realidad de muchas personas que merma su dignidad y bienestar.

¿Qué podemos hacer para revertir esta situación?

Hay que sensibilizar a la ciudadanía y para ello también es importante el lenguaje, la forma de nombrar y denominar los fenómenos sociales. Hay que tener en cuenta que no son nuestros mayores, ni nuestros abuelos. No son nuestros, sino de cada uno de ellos, igual que las personas adultas no somos de nadie sino de nosotras mismas.

Tampoco son nuestros abuelos o abuelas, porque no todas las personas mayores tienen nietos. Se obvia la heterogeneidad del colectivo formado por personas con características muy diversas, experiencias, estilos de vida, salud.

Las consideraciones edadistas condicionan a las propias personas mayores que acaban asumiendo conductas previsibles basadas en expectativas prejuiciosas, se pueden aislar asumiendo como naturales las patologías emocionales, renunciando a sus capacidades.

Por ello es importante mostrar la parte positiva de la situación demográfica actual, ya que las personas que cumplen hoy 65 años tienen una esperanza de vida entre 19 y 23 años dependiendo del género, que viven en buenas condiciones de salud, al menos la mayoría de ellos. 

La jubilación abre la puerta de una nueva etapa vital de oportunidades de enriquecimiento personal y contribución social. La mayoría cuidan a sus nietos y nietas, a personas en situación de dependencia y mantienen y ayudan económicamente o acogiéndoles en su casa a familiares en paro o sin vivienda. Muchas personas mayores participan activamente en su comunidad realizando actividades solidarias y contribuyen a la economía. No nos olvidemos del concepto “silver economy” que sitúa a las personas mayores como motor de la economía del futuro.

Es urgente sensibilizar a la sociedad sobre estas contribuciones que realizan las personas mayores y transformar así la percepción social sobre el envejecimiento para romper con los estereotipos de que laspersonas mayores solo gastan y consumen recursos, y no producen bienes y servicios.

¿Qué pueden hacer los sistemas sanitarios y sociales para contribuir a esta sensibilización?

Los sistemas sanitarios y sociales tienen que dar respuesta desde la innovación social a ese potencial y ofrecer alternativas que resulten interesantes a estas personas, acompañamiento para orientarles ante esa nueva etapa vital. Porque a muchas personas que se jubilan les gustaría participar y enrolarse en actividades solidarias, pero desconocen cómo hacerlo.

Por otro lado, es muy positivo vivir tantos años, pero un gran reto cuando llega la dependencia. Por ello, es importante hablar del nuevo modelo en el mundo de los cuidados.

Nos enfrentamos a grandes dificultades para conseguir que el resto de generaciones valore a las personas mayores, reconozca y reclame su aportación al desarrollo comunitario. Por eso, es fundamental las actuaciones de sensibilización. Esta permite una verdadera comunicación intergeneracional que facilita la reflexión y el debate sobre la realidad actual, anima a la toma de conciencia en torno al futuro y posibilita la cooperación entre las distintas edades.

Cuéntanos más sobre la comunicación intergeneracional entre personas mayores y jóvenes…

La sociedad necesita dar respuesta urgente al vertiginoso envejecimiento demográfico y los cambios sociales que determina. Adaptar sus valores, costumbres y actitudes para la sostenibilidad de la convivencia y el ejercicio de derechos y responsabilidades compartidas entre todas las generaciones. Es imprescindible que las más jóvenes conozcan a las personas mayores y reconozcan y reclamen su aportación al desarrollo comunitario.

Para combatir el edadismo es urgente diseñar políticas sociales dirigidas a transformar las actitudes colectivas hacia una plena solidaridad intergeneracional. Sabemos que los cambios socioculturales no se producen como procesos rápidos y requieren un esfuerzo integral, sistemático y permanente respaldado por el compromiso profesional y las políticas públicas comprometidas con el bienestar de la ciudadanía y con los retos de futuro del Envejecimiento Activo.

Es necesario un enfoque basado en derechos fundamentales, en la dignidad de las personas, en la promoción de su autonomía personal y social, en la capacidad de decidir, igualdad, libertad, seguridad, participación social, relaciones familiares y sociales, continuidad en la atención, respeto al honor, residencias hogareñas, mantenimiento de una imagen positiva, acceso a recursos, permanencia en entorno, autotutela, protección jurídica… En definitiva, un enfoque que sea el resultado de una estrategia política con visión amplia basada en el estado social de derechos y en construir una sociedad para todas las edades.

Hemos hablado de personas mayores y jóvenes, queremos hablar ahora de otro colectivo muy específico. Cuando hablamos de cuidados de larga duración, también hablamos de las mujeres. Tanto en lo formal como en lo informal, está en sus manos. ¿Qué tan importante es elevar su reconocimiento para universalizar el sector de la atención?

Se puede decir que la denominada economía de mercado ha dejado sin resolver algunas cuestiones cruciales que afectan la igualdad entre hombres y mujeres, sobre todo en lo que tiene que ver con el mundo de los cuidados, sumado esto transformaciones en el rol de las mujeres tradicionalmente como cuidadoras en el ámbito familiar ha provocado la denominada crisis de los cuidados en las sociedades contemporáneas.

Los cuidados en el seno familiar son proporcionados mayoritariamente por mujeres y no han sido computados en el modelo productivo por lo que, en general, a la sociedad prácticamente le han salido gratis. Históricamente las mujeres han regalado su tiempo, un tiempo dedicado a los cuidados y con ello han contribuido a la sostenibilidad social, pero también al fenómeno de la feminización de la pobreza.

Procurar una vida de calidad a las personas mayores es un deber político y moral que afecta a decisiones políticas que deben reducir deficiencias, pero también afecta a actitudes personales que conducen a la ciudadanía a asumir el cuidado como una responsabilidad cívica.

¿En qué cree que la organización y el desarrollo de conferencias como esta, en las que se pone la atención a las personas mayores en el centro, puede ayudar al futuro de los cuidados?

Realiza una función social fundamental, ya que sensibiliza sobre la realidad en cuanto al valor de los cuidados y muestra un gran trabajo de muchas personas expertas en diferentes áreas a través de la presentación del “Libro Blanco de las Ciudades que Cuidan”. No solo se trata de una guía, sino que difunde, promueve e implica a muchos actores para que analicen, reflexionen, planifiquen y pongan en marcha iniciativas en las diferentes ciudades en torno a crear comunidades cuidadoras.

Valoramos muy positivamente el trabajo que realiza a favor de potenciar el desarrollo de estrategias institucionales ante la soledad no deseada, e intentando que introduzcan la innovación social en la gestión de recursos para personas mayores y en los programas de soledad no deseada. Así como la creación desde Fundación Mémora del observatorio y la realización de proyectos de investigación social que fomentan la evaluación de iniciativas y experiencias de buenas prácticas en el ámbito. La forma de desarrollar su actividad es ejemplar en el sentido en que en todas las acciones han ido implicando a diferentes actores de distintos ámbitos y con ello han incorporado la participación y la diversidad de miradas sobre los temas que se tratan.

Antes de concluir la entrevista, ¿le gustaría resaltar algún tema?

Finalmente me gustaría terminar poniendo en valor un término que he estado ideando sobre la necesidad de no solo introducir la necesidad de empatía de las profesiones vinculadas a los cuidados, sino hablar también de la empatía institucional en el marco de organización de los cuidados y, yendo más allá, en cuanto al concepto comunitario de las ciudades que cuidan propongo que adoptemos el concepto de la empatía estructural, es decir, ponernos en el lugar del otro desde una dimensión integral.