El coordinador de bienestar, al año de instaurarse: "Falla en la teoría y en la práctica"

Más de un año después de implementarse el coordinador de bienestar en los centros educativos, la nueva figura no cumple las funciones para las que fue creada porque "falla en la teoría y en la práctica", ninguna comunidad autónoma le destina presupuesto y el profesorado se siente solo y desbordado.

LA VANGUARDIA / AGENCIAS

30/10/2023 08:05


Madrid, 30 oct (EFE).- Más de un año después de implementarse el coordinador de bienestar en los centros educativos, la nueva figura no cumple las funciones para las que fue creada porque "falla en la teoría y en la práctica", ninguna comunidad autónoma le destina presupuesto y el profesorado se siente solo y desbordado.


Son algunas de las conclusiones del informe publicado hoy por la ONG Educo "Coordinador/a de Bienestar y Protección: balance del primer año, donde analiza y repasa este cargo nacido con la Ley Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI), e instaurado en los colegios con "desiguales e insuficientes resultados".


“Hay un incremento de casi el 40 % de las notificaciones de violencia, los abusos sexuales contra la infancia y la adolescencia han aumentado un 300 % y las cifras de suicidios de niños y niñas entre los 10 y 14 años nunca han sido tan altas. Es inadmisible que no se vuelquen los esfuerzos en intentar resolver este problema y que esta figura (...) se haya convertido en un mero trámite”, afirma la directora general de Educo, Pilar Orenes.


Una norma insuficiente y diferente según la autonomía


Al no haber un decreto estatal que exija unos mínimos obligatorios sobre las funciones del rol, unas horas exclusivas para desarrollarlas, y una formación eficaz y previa al desempeño del puesto, la figura falla, subraya Educo.


Cada comunidad ha desarrollado la norma a su manera y, salvo ejemplos contados, lo ha hecho sin apenas profundizar en ella.


"Urge un decreto estatal que clarifique”, explica Paula San Pedro, coordinadora de Incidencia de Educo y coautora del informe.


En siete comunidades (Asturias, Cantabria, Cataluña, Comunidad de Madrid, Murcia, Navarra y País Vasco) el coordinador se regula mediante una circular que no tiene ni carácter obligatorio.


Se une a ello que ninguna autonomía tiene presupuestado el nuevo puesto: “El presupuesto es pieza clave para que puedan desempeñar sus funciones. Los colegios no pueden asumir estos gastos. Sin la inversión de las administraciones competentes, la propuesta fracasará porque los procedimientos e iniciativas que el o la coordinadora de Bienestar identifique para generar entornos seguros y protectores han de estar sostenidos por un presupuesto específico”, dice.


Dentro del presupuesto debería estar contemplada también la remuneración, para poner en valor la figura, como se hizo con el coordinador COVID19. Actualmente, solo Canarias, Cataluña y Galicia proponen algún tipo de complemento, y no necesariamente económico.


A la falla normativa le sigue la falla práctica. Para empezar, dice Educo, se ha observado que hay un gran desconocimiento sobre las funciones del coordinador.


De hecho, en el desarrollo normativo de Andalucía, Asturias, Cantabria, Cataluña, Comunidad de Madrid, Navarra, Murcia y La Rioja no se incluye una mínima definición de las características del puesto.


“Hemos hablado con numerosas personas que ejercen el rol y el sentimiento es común: se encuentran perdidas y sin apoyo de los distintos niveles de la administración”, explica Paula San Pedro.

Además, solo Extremadura y Galicia establecen la necesidad de formación inicial.


“El éxito de esta figura dependerá en gran medida de su formación. No puede ser que nosotros recibamos una capacitación de 30 horas mientras que la de los monitores de tiempo libre sea de 270 horas. Es una vergüenza.”, se queja un coordinador de Bienestar y Protección de un colegio de Madrid consultado para el informe.


Falta de horas liberadas


Normalmente cuentan con entre una y tres horas semanales, sin importar si existen protocolos abiertos o el número de alumnado del centro. En cuatro comunidades la normativa ni siquiera establece la liberación de horario (Cantabria, Navarra, Murcia y País Vasco).


Esto contrasta significativamente con las dificultades burocráticas, algo que Educo también recalca, abogando por facilitar y simplificar los procedimientos en caso de abrir un protocolo.


“Es un marrón”


La suma de carencias asociadas al puesto repercute directamente en la seguridad y confianza de la persona que tiene que asumirlo: “Yo acepté este rol porque creo firmemente que puede ayudar a mejorar la salud emocional del alumnado. Pero la realidad es muy distinta. Es un marrón, dejas todo a medias, no lo pagan y no hay horas. No sé si seguiré el próximo curso”, aseguraba una coordinadora de Bienestar y de un colegio de primaria en Huesca.


Por último, falta apoyo externo de las consejerías de Educación, los servicios sociales, los centros de salud y la Policía. “Derivamos un caso grave de un alumno a los servicios sociales al principio de curso, siete meses más tarde seguimos sin tener respuesta. No hay suficientes recursos”, comentan desde un IES en Santiago de Compostela.


Hay que pasar de la cultura de la violencia a la del buen trato

El director de la Cátedra Infancia y Adolescencia de la Universitat Politècnica de València (UPV), Vicente Cabedo, reclama pasar de la actual “cultura de la violencia” a la del “buen trato”, un “cambio de paradigma” que debe comenzar en los centros escolares, que además tendrían que convertirse en “escuelas de ciudadanía en la que formarse en valores”.

Conche Tejerina | València (EFE) 
29 octubre 2023

Cabedo dirige desde hace una década esta Cátedra -que comenzó como Aula-, una iniciativa “abierta a la sociedad” cuya finalidad es la promoción y el desarrollo de actividades de formación y sensibilización tanto para los menores, en ocasiones “invisibilizados” y “no escuchados”, como para sus familias, haciéndoles a ambos protagonistas y partícipes de la mismas.

También creó hace dos años la Red de Universidades por la Infancia y Adolescencia (RUIA), un proyecto de colaboración interdisciplinar en el que ya participa una treintena de universidades españolas y que pretende la promoción y garantía de los derechos de los menores, la investigación, la innovación, la formación y divulgación y la transferencia del conocimiento.

Infancia y adolescencia, una situación “nada halagüeña”

En una entrevista con EFE, Cabedo señala que la situación de la infancia y la adolescencia “no es nada halagüeña” en el contexto actual de conflictos bélicos, por los problemas que afectan a los menores migrantes no acompañados (Menas) o por la pobreza infantil, que en España afecta a un porcentaje importante de la población.

También se refiere a la violencia vicaria, que hasta no hace mucho ha sido “invisibilizada” y que hace de los menores víctimas porque al ser testigos del maltrato que sufren sus madres lo “interiorizan” y “ven como algo normal los valores de la cultura de la violencia”.

Sobre el uso y abuso de las nuevas tecnologías y las redes sociales de los menores, considera que más que prohibirles hacerlo, los adultos deben “acompañarles” e intentar enseñarles a hacer un uso responsable de sus contenidos y a que aprendan que debe ser “una parte” de su ocio, como leer, hacer algún deporte o jugar con sus hermanos o amigos.

Pornografía a edades cada vez más tempranas

También indica que el acceso a pornografía se hace a edades cada vez más tempranas y supone un problema porque no están aún formados en las relaciones sexuales y esa concepción del sexo les daña, y ante el auge de violaciones grupales de menores afirma que “algo está fallando porque las relaciones no son negativas, pero sí los abusos y las violaciones”.

Ante problemas como el repunte de las violaciones grupales o del acoso, tanto en centros escolares como a través de las redes sociales, Cabedo aboga por hacer un “cambio de paradigma cultural desde la infancia” porque, afirma, “no puede negarse que vivimos en una cultura de la violencia, pero se debería pasar a la cultura del buen trato”.

“Hay que hacer mucha pedagogía. A la infancia y adolescencia les hace falta educarse más en valores y en el ámbito de la igualdad y del respeto a la diversidad de género, sexo, raza o religión. Tenemos que hacer una mayor inversión en educación en este sentido”, afirma este profesor titular de Derecho Constitucional en la UPV.

Regreso de Educación para la ciudadanía o Ética

A su juicio, deberían volver a las escuelas asignaturas como Educación para la Ciudadanía o Ética, aunque reconoce que el problema es que esto “se politiza”, y se muestra convencido de que los colegios e institutos deberían ser una “escuela de ciudadanía en la que formarse en valores”.

Hay que “crear ciudadanos respetuosos con los derechos de las personas, solidarios y no violentos”, asevera este doctor en Derecho Constitucional, quien cree que desde edades tempranas se debería empezar a conocer la Constitución, para que sepan de dónde derivan los derechos y la dignidad de los ciudadanos.

También aboga por “modificar” el artículo 39 de la Constitución, en el que asegura se piensa en niños, niñas y adolescentes como “objetos de protección”.

Y lo explica así: “No me gusta la visión de proteger al niño porque es desvalido, destierro la palabra proteger, lo que hay que garantizar es que tenga una vida con un desarrollo físico, psicológico y sin ningún tipo de agresión, una autonomía progresiva”.

Ley de Protección Integral

Cabedo subraya que la Ley Orgánica de Protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (Lopivi), aprobada en junio de 2021, significa un “hito” en materia de protección y es una norma “moderna, muy consensuada y modélica” pero que hay que “llevar a la práctica”.

Destaca que supone un “cambio de paradigma trascendental” en el abordaje de la lucha contra la violencia y su erradicación, ya que el foco de atención “no se concentra ya en dar una respuesta a la violencia consumada, sino en la prevención, en su evitación y, especialmente, en la creación de los denominados entornos seguros y en la promoción del buen trato”.

Considera que las dos figuras para la prevención y protección frente a la violencia que crea -el coordinador o coordinadora de bienestar y protección del alumnado, y el delegado o delegada de protección en el ámbito del ocio, deporte o tiempo libre- deberían ser personas con la formación suficiente que se dedicaran de forma expresa a este tema y no profesores que compaginen esta labor con sus clases.

“Lo importante es detectar el problema de forma precoz para evitarlo y no cuando el menor haya sufrido ya un acoso”, explica Cabedo.

Por último, subraya que la Cátedra ha impulsado ayudas para jóvenes tutelados en los sistemas de protección a la infancia para que, cuando cumplan 18 años, puedan acceder a una universidad, y destaca que la Universidad de Alicante ha lanzado una convocatoria similar y espera que el resto de universidades se sumen a esta iniciativa.


¡Cómo afrontar el duelo con niños!.

 Los adultos morimos, pero también los niños y los bebés
Hablar de la muerte no es fácil en esta sociedad. 
El sistema lo reduce a algo privado, incómodo para los demás. 
Más aún cuando la muerte es de un niños. ¿Qué se permite y no en el duelo de  padres? 
¿Cómo se lo contamos a las niñas y niños que viven esa muerte de cerca?

Duelo perinatal.  Foto: Óscar Quintela


Hay un hecho que es irrefutable aunque muchas personas lo negarían: los niños, las niñas y los adolescentes mueren. No en la misma medida que las personas mayores o con las enfermedades que a día de hoy en Occidente son mortales, pero mueren. La negativa a verlo y la poca frecuencia hacen que cuando sucede, sea un hecho traumático, difícil de explicar e incluso difícil de aceptar. No solo para explicárselo a otros niños o niñas, si no para aceptarlo como adultos. De hecho, las enfermedades terminales de menores es el caso más claro de un deseo de exceso de tratamiento o de intentar por todos los medios que la vida no acabe, incluso cuando se sabe que ya no es posible. Una situación que conoce de cerca Miriam Mateos, enfermera oncológica pediátrica que lleva 21 años trabajando en un hospital de la Comunidad de Madrid. Ella explica que el cáncer es una enfermedad que permite calcular bien los tiempos con los menores, a diferencia de otras situaciones como la muerte súbita o un accidente de coche, por ejemplo. “Es raro que los niños no se curen, o que si no lo hacen, hay tiempo para hacerse a la idea”, comenta a El Salto esta enfermera cuyo trabajo se desenvuelve entre oncología, cuidados paliativos y otros pacientes crónicos.

En este punto, Miriam Mateos tiene la necesidad de puntualizar: “los cuidados paliativos están enfocados a dar vida. No a alargarla, sino a mejorarla”. Al igual que el tabú de la muerte sigue presente en la sociedad, cualquier tratamiento que esté en esa fase de la vida también lo está. Mucho más aún la eutanasia, pese a estar regulada, o el fallecimiento de niños. Una situación que se plasma en su día a día y aunque ella se siente respaldada y libre para contar su trabajo y sus experiencias en su círculo cercano, siempre tiene en cuenta delante de quién habla. “Mucha gente se mueve entre el tabú y lo morboso —explica—. Hay veces que te preguntas por qué tienen esa curiosidad. Depende mucho de quién esté a tu lado. Yo no oculto la muerte, ni a mis hijos ni a nadie, pero es verdad que en la sociedad occidental tendemos a ocultar la muerte y que no exista”.

“No oculto la muerte, ni a mis hijos ni a nadie, pero es verdad que en la sociedad occidental tendemos a ocultar la muerte y que no exista”

Por eso, cuando muere un menor el silencio se hace mayor. La enfermera explica que normalmente, cuando se sabe que hay un niño terminal solo recibe la visita de su círculo más cercano. Pero no ocurre así en otras culturas. Ella misma recuerda un último caso que ha vivido, el de un chico de 14 años de origen peruano. Su madre, su padre y sus dos hermanos estuvieron acompañándole más allá del último aliento. Mateos y sus compañeras ofrecen a los familiares acompañar y participar en las tareas para preparar el cuerpo, como parte de esa despedida. “Decidieron que mientras se le lavaba pusiéramos música que le gustaba a él, eligieron la camiseta que más le gustaba e incluso le pusieron una banda en la cabeza que le regaló un compañero de unidad de la misma edad, con quien congenió mucho y que había fallecido poco antes”, comenta la enfermera, que pese a su gran experiencia reconoce que “siempre es impactante, aunque lo hayas vivido más veces”.

De hecho, resalta que ningún duelo es igual. Ella, comentaba hace poco en una sesión con personal sanitario organizada por Luto en Colores, que en algunos casos los padres necesitan tiempo con el cuerpo de su hijo, otras hacerles fotos o cualquier cosa que les ayude a gestionar la situación. “Se les pregunta qué quieren, siempre, para que no se sientan juzgados”. Por ejemplo, comentaba, unos padres de un bebé recién nacido que no había superado los primeros días querían dar un paseo por el jardín del hospital. Nunca lo habían hecho con su bebé y nunca podrían hacerlo. Lo mismo que los familiares del chico que pusieron al rapero Bad Bunny mientras limpiaban el cuerpo ya sin vida de su hijo. Puede que resulte chocante para los de fuera, pero “es una necesidad que tienen los padres y familiares”. Para poder atenderles, cuenta la enfermera, se genera un sistema de equipo entre los profesionales de la unidad: desde mantener el contacto con los que ya conocen, a pedir refuerzo si la carga de trabajo o la situación del menor lo requiere, para que el sanitario que les acompañe pueda dedicarle la mayor atención posible. Lo mismo si deciden que la muerte sea en casa. “Se les forma, se les informa todo, para que ellos puedan estar. Si en el último momento se angustian, pueden volver al hospital sin problema”, explica.

Mateos, que trabajó antes en trasplantes y oncología de adultos, entiende que la gran diferencia entre la despedida de los mayores y de los menores es la familia. “En un niño la familia es muy importante, nunca mueren solos”. Aquí, Miriam recuerda lo mal que lo han pasado muchos de sus compañeros y compañeras en la pandemia, cuando el fallecimiento ocurría sin poder despedirse o contando solo con la compañía de un sanitario. “Conozco casos donde no han podido seguir ejerciendo después de eso”, comenta. Retomada la política habitual de las visitas, Miriam describe la actividad de las unidades pediátricas como un ambiente muy alejado de algo lúgubre: visitas de familiares, amigos, incluidos otros niños, las clases para que no pierdan escolarización y las actividades de entretenimiento que realizan muchas asociaciones. En concreto, Mateos destaca la labor de la Fundación Aladina, que hasta ayuda a muchas familias, entre otras cosas, a pagar el coste del entierro. Un gasto no esperado, insoportable para muchas familias, que llega en un momento de mucho dolor.

¿Cómo hablamos de la muerte con los niños?
La enfermera pediátrica reconoce que incluso en la unidad de cuidados paliativos la muerte puede seguir siendo tabú. “Incomoda tanto que cuando se muere un niño o una niña la unidad se enrarece”, explica y relata cómo la madre de otra paciente pidió que cambiaran a los familiares de ese niño de planta para ‘evitar el sufrimiento’ a su hija. Mateos sospecha que en cierto modo, quería evitarse a ella misma ese dolor. Por eso, concluye que en este punto salen dos tabúes: el de la muerte y el de contar la verdad a los menores. En su experiencia, el adulto está preocupado por lo que deja, mientras que los niños y niñas tienen otro código. “Uno me preguntó el otro día si podría besar a una chica porque estaba muy bajo de defensas -pone de ejemplo-. Ellos cuando se encuentran bien, siguen siendo niños igual. Los que los paran son los padres, son los que llevan la carga de la enfermedad”. Otro ejemplo: un niño que su mayor preocupación era entender si el linfoma que le habían dicho que tenía era cáncer, porque él sabía que con el cáncer se cae el pelo. “Un médico le explicó que sí, pero que luego vuelve a crecer y el chaval se quedó tranquilo”, recuerda.

Con los adolescentes la cosa cambia, más cuando los pacientes tienen la edad de los propios hijos de los sanitarios. “Siempre se habla con los adolescentes, si quieren que se hable con los padres o no, todo”, comenta la enfermera que relata un hecho concreto: “recuerdo una noche donde un chico estaba muy mal, él lo sabía y aunque los padres se turnaban, esa noche estaban los dos e intentaban salir uno fuera de la habitación aparentar normalidad. El niño nos dijo que él sabía que estaba muy mal, que no quería que sus padres supieran que él era consciente para que no sufrieran. Respetamos ambos deseos”. Lo mismo intentan hacer con la difícil decisión de muchos padres de qué hacer con los hermanos del paciente, cuando son pequeños. Les animan a que les visiten, que les cuenten y que les expliquen —dentro de la comprensión de su edad— qué está ocurriendo. Pero, ¿cuando fallece el niño de la cama de al lado? ¿O el hermano mayor? ¿O el bebé al que esperaban y no va a llegar nunca a casa?

La psicóloga, terapeuta Gestalt y acompañante de niños y niñas Ana Muñoz recuerda un caso cercano. Un niño de seis años falleció y en el colegio se decidió guardar un minuto de silencio. La madre de dos compañeros del centro pidió ayuda para saber cómo comunicarle el hecho a sus hijos, aunque no compartían aula con el fallecido. “Lo que le recomendé es transmitir la información sin mucho adorno, como lo que es: un niño se ha muerto y no va a volver al cole y dejar que ellos pregunten”. Ana Muñoz explica que igual que los y las menores no entendían para qué se guardaba el minuto de silencio porque es un símbolo en código de adultos, los hijos de esta madre preguntaron en su código. “Preguntaron, por ejemplo, ‘si le pincho ¿ya no le duele?’ o ‘entonces, ¿ya siempre será un niño, no crecerá?’”. También dijeron ‘menos mal que no era muy amigo mío’. “Esta última frase demuestra que eran perfectamente conscientes de que si eso le pasa a un amigo o amiga, les dolerá mucho”.

“Los menores saben gestionar mejor las pérdidas: tendríamos que escucharles más, aprender y no proyectar nuestra angustia en un exceso de preocupación antes sus duelos”.

Muñoz también destaca que cuando un niño o niña muere, para los demás menores supone un punto de inflexión. Seguramente la mayoría ha vivido o conocido la muerte de alguien mayor o algún adulto enfermo, pero al morir un niño o niña cambia esa percepción. “Rompe con todo el marco de los pequeños, porque piensan que ni ellos ni sus padres pueden morirse”. Aunque ella aconseja contar las cosas llanas, también advierte que no es necesario contar todos los detalles, pero sí estar disponible a que los niñas y niñas pregunten. “El o la adulta que les acompañe debe estar disponible para hablar con claridad”, explica Ana, en referencia a cuando las personas están sumidas en el dolor y le transmiten al niño o niña que es tabú lo que pregunta. En ese mismo sentido opina Silvia Melero, periodista y creadora de Luto en Colores. “Mi experiencia es que los menores saben gestionar mejor las pérdidas: tendríamos que escucharles más, aprender y no proyectar nuestra angustia en un exceso de preocupación antes sus duelos, que son bastante naturales”.

“Los niños cuyos papás o mamás han muerto y están en una clase en la que no hay otros niños que hayan muerto sus padres, se sienten diferentes. Aunque solo sea visible cuando no van a recogerle”, explica Paloma Rosado, autora del 'Poder del dolor'. Un ejemplo de herramienta que puede ayudar es la pulsera de los buenos recuerdos, una tira donde escriben algo positivo de la persona que han perdido. La mayoría son pensamientos de momentos o pequeños detalles que no volverán, explica y añade que “lo importante es recoger esas ideas y darles un espacio para ello”. La experta en duelo infantil resalta tres cosas importantes que necesitan los niños y niñas: saber que ellos no han tenido la culpa, que no es tabú hablar de lo que sienten y que no están solos. “Necesitan que les digan, con la voz y con el cuerpo, que alguien les diga 'siempre habrá un adulto que te va a cuidar'. Es muy importante”, precisa.

El (más aún) invisible luto perinatal.
Si al tabú de la muerte de los menores se le añade que ese niño o niña ha vivido pocas horas o días o incluso que ha fallecido poco antes de nacer, la incomprensión social se hace mayor aún. “Yo creo que la invisibilización del sufrimiento se da en todos los ámbitos: muerte, enfermedad, discapacidad, paro, migración forzosa… Nos cuesta hablar del dolor y nos cuesta escuchar a otro cuando sufre. La forma de abordarla es ponerla sobre la mesa como algo que ocurre en la vida. Las personas morimos pero también los niños y los bebés. Estos incluso antes de nacer”. El duelo por esta muerte se llama duelo perinatal y Pilar Gomez -Ulla está especializada en ello. “Lo que consideran algunas personas como infrecuente —continúa—, no lo es. Al final del embarazo pasa menos, pero si tenemos en cuenta todo el embarazo es más frecuente. Se considera que uno de cada cuatro embarazos terminan en pérdida. Puede ser al principio, incluso cuando el embarazo aún no está detectado, o al final”, explica la experta en duelo perinatal, creadora de la Red El Hueco de mi Vientre y colaboradora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal. Ella aboga por entender que esta pérdida es igual a la muerte de cualquier ser querido y por ello, los padres, hermanos o hermanas o los abuelos de este bebé que ha muerto antes de nacer o al poco de nacer necesitan el mismo apoyo.

“Cuando la pérdida se produce en la etapa intrauterina no se inscriben como hijos en el Libro de Familia. Si tienen más de 180 días se inscriben en el legajo de abortos, antes como ‘feto de’ y ahora, ha cambiado la ley, se permite poner el nombre del bebé”, comenta la experta que reclama que “queremos que sí se puedan inscribirse como hijos porque ayuda en el tránsito en el duelo. Cuanto más pequeñito es el bebé, más cuesta hacer entender y que haya esa autorización del duelo”. Además de ayudar con el dolor, está el permiso de maternidad, que solo existe cuando el bebé con vida nace con las semanas de gestación que sea o bien, nace muerto pero tiene más de 180 días de gestación. “Por debajo de esto, ni la madre tiene prestación por baja maternal, ni el padre tiene permiso”. Gómez-Ulla aboga por la proporcionalidad de las bajas, ya que entiende que no será lo mismo unas semanas que casi el embarazo completo, pero tampoco considera “razonable” volver a trabajar al día siguiente de sufrir un aborto.

“Se debe nombrar la muerte, porque se da de forma natural, enseguida se van a encontrar con ella. Ya sea una flor que se muere, una hormiga que se pisa por accidente, la abuela de alguien. Es muy importante no negar la muerte y hacer ver que es irreversible”.

Lo mismo ocurre para el niño o la niña que no conocerán a su hermano fallecido. Gomez-Ulla, al igual que las demás expertas, coincide en hacerlo de forma clara: “Se debe nombrar la muerte, porque se da de forma natural, enseguida se van a encontrar con ella. Ya sea una flor que se muere, una hormiga que se pisa por accidente, la abuela de alguien. Es muy importante no negar la muerte y hacer ver que es irreversible”. Ella cuenta que si excluimos a los menores de los rituales de despedida o no les queremos exponer que estamos tristes, “estamos mandando el mensaje de que esto no se llora, esto no se expresa. Si el niño tiene dolor o añoranza, lo va a vivir solito”. Esta correcta gestión del duelo pasa por expresar emociones y aprender a querer de otra manera a quien ya no está. Nunca olvidar a quien se ha ido, recalca Pilar

"Incarcerated Childhood and the Politics of Unchilding" libro de la prof. Nadera Shalhoub-Kevorkian "invitada a renunciar" a su trabajo en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

 La prof. Nadera Shalhoub-Kevorkian, Lawrence D. Biele Cátedra de Derecho,  
ha firmado recientemente la carta, que más de 1.350 especialistas y estudiantes 
en asuntos de infancia y adolescencia de todo el mundo han firmado, 
como un llamamiento a todos los políticos, jefes de estado del mundo
para que paren las miles de muertes, asesinatos.... a los que se está sometiendo 
a la infancia y adolescencia palestinas.

Su trayectoria investigadora y docente se centra en trauma, crímenes de Estado y criminología, vigilancia, violencia de género, derecho y sociedad. 

Estudia el delito de feminicidio y otras formas de violencia de género, la violencia contra niños en zonas asoladas por conflictos, los delitos de abuso de poder en contextos coloniales, la vigilancia, la seguritización y el control social.

Por el hecho de firmar esa carta, la prof. Nadera Shalhoub-Kevorkian  ha sido "invitada a renunciar" a su trabajo en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Esa invitación 'solicitando' su renuncia representa un ataque atroz a la libertad académica y la democracia, y una desvergüenza que denota la falta de límites, cuando se pierden los referentes en los derechos humanos. 


Incarcerated Childhood and the Politics of Unchilding
Edit. Cambridge University Press (5 septiembre 2019).

¿Quién tiene derecho a una infancia segura y protegida?
La infancia encarcelada y la política del unchilding(sin hijos) profundiza la comprensión de los niños como capital político en manos de quienes están en el poder, involucrando críticamente las voces de los niños junto con material de archivo, histórico y etnográfico en Palestina. 

Al ofrecer el concepto de "no tener hijos", Shalhoub-Kevorkian expone el trabajo político de la violencia diseñada para crear, dirigir, gobernar, transformar y construir a los niños colonizados como otros peligrosos y racializados, permitiendo su desalojo del ámbito de la niñez misma. 

Al penetrar en los espacios íntimos cotidianos de los niños y, simultáneamente, en sus cuerpos y vidas, el unchilding funciona para habilitar una compleja maquinaria de violencia contra los niños palestinos: encarcelamiento, lesiones, pérdidas, traumas y ocupación política militarizada. 

Al mismo tiempo que el libro documenta las violaciones de los derechos de los niños y las consecuencias que esto tiene para su bienestar presente y futuro, traza la resistencia y el poder de los niños para interrumpir la violencia colonial, recuperando la infancia y, con ella, el futuro palestino.




Una de las más de 1.350 Investigadoras y Estudiantes de la Infancia, que pedimos un alto el fuego inmediato en Gaza, ha sido invitada dejar a la U. Hebrea de Jerusalén.

 Urgent actions - childhood in Gaza letter 
(Acciones urgentes: carta sobre la infancia en Gaza).

Profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian
Como resultado de firmar nuestra carta, a nuestra excelente colega, la profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian, se le pidió que renunciara a su puesto en la Universidad Hebrea de Jerusalén
.
 
La carta 'solicitando' su renuncia representa un ataque atroz a la libertad académica y la democracia y una negación del contenido de nuestra carta. 
Además, la 'carta de solicitud' circuló ampliamente e incluso fue tuiteada por los principales medios de comunicación, por ejemplo el Canal 12 y Kan, la emisora ​​pública de Israel. 
Como resultado de la carta, la profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian se enfrenta ahora a una campaña de incitación e intimidación y, dado el clima actual, existe una amenaza real a su seguridad. Ejemplos de intimidación en Twitter: https://twitter.com/esd93350150/status/1718705460864299360 y https://twitter.com/DrorMalul/status/1718660979657990270 .

Para demostrar que respalda nuestra carta y al profesor Shalhoub-Kevorkian, considere adaptar el mensaje a continuación y enviarlo a: Asher Cohen (Presidente, hupres@savion.huji.ac.il ) y Tamir Sheafer (Rector, rector@savion.huji.ac.il ), Universidad Hebrea de Jerusalén.

.- Propuesta de Carta a Enviar a esos dos correos electrónicos

Dear Professors Cohen and Sheafer, 

I am writing to you as one of over 1000 signatories to the letter ‘Childhood researchers and students call for immediate ceasefire in Gaza’.  

I was shocked and dismayed to hear that you have asked Prof. Nadera Shalhoub-Kevorkian to step down from her post at the Hebrew University of Jerusalem as a result of signing our letter. I am also shocked by the claims you make as the basis for this request e.g., ‘The military operation that Israel is conducting these days, with the aim of defeating the murderous terrorist organization Hamas, does not come close to the definition of genocide, according to international law.’ 

I am a [fill in details about own post and expertise]. Based on my own expertise and my commitment to the well-being of children globally, I signed the letter against the unfolding genocide in Gaza and in support of an immediate ceasefire for the children and adults of Gaza. I stand behind the content and commitment to action in the letter.  

The historian and expert in modern genocide, Raz Segal, argues that what is happening in Gaza is a ‘a textbook case of genocide’. Further, over 800 lawyers and scholars internationally have called the indiscriminate bombing of Gaza including of schools, hospitals, media and aid workers; forcible transfers; use of white phosphorus in densely populated areas; deprivation of food, water, fuel, and communications systems; alongside dehumanizing treatment of Palestinians in Gaza as clear indications that a possible genocide is taking place in Gaza.  

Prof Shalhoub-Kevorkian is a globally renowned scholar of childhood, who has made extensive contributions to our understanding of children’s lives. Asking her to step down for bringing her expertise to bear on public debate violates democratic principles and goes against the values of an independent university sector.  

I urge you to immediately reconsider the decision to ask her to step down and urgently reconsider the concerns being raised by childhood and genocide experts from around the world. 

Sincerely, 

Name 

Affiliation 

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Childhood researchers and students call for immediate ceasefire in Gaza


27 de octubre 2023

A los Jefes de Estado, a las organizaciones mundiales,

La situación de las niñas y los niños palestinos en la Franja de Gaza es indiscutiblemente
crítica. Décadas de desplazamiento, asedio y ocupación han dejado como saldo:

1. Víctimas directas de la violencia: niños y niñas que han crecido siendo testigos y víctimas
directas de la violencia relativa a ataques aéreos, bombardeos y enfrentamientos armados.
Relativo a las víctimas directas también se han reportado casos del uso de interrogatorios con
apremios de diverso tipo. Esta exposición a la violencia ha causado traumas físicos y
psicológicos graves que difícilmente sanarán.

2. Falta de Acceso a Servicios Básicos: La Franja de Gaza enfrenta restricciones en el acceso a
servicios esenciales como atención médica, comida y agua potable debido al bloqueo israelí.
Estas restricciones atentan contra el derecho internacional y particularmente vulnera
derechos básicos consignados en la Convención Internacional de los Derechos del Niño.

3. Miles de desplazados: Como consecuencia de los constantes desplazamientos, niños y niñas
palestinos se ven obligados a abandonar sus hogares debido a la violencia y los bombardeos,
lo que interrumpe el acceso a servicios de salud, educación, vivienda y estabilidad emocional.

4. Desnutrición y escasez de alimentos: El bloqueo y la limitación en la importación de
alimentos han llevado a una crisis de desnutrición y escasez de alimentos en Gaza, afectando
especialmente a los niños y niñas.

5. Acceso Limitado a la Educación: La educación de los niños palestinos en Gaza se ve afectada
por la falta de recursos, la destrucción de escuelas y la exposición constante a la violencia.
Muchos niños y niñas tienen dificultades para acceder a la educación.

6. Condiciones de Vivienda Precarias: Las condiciones de vivienda en Gaza son precarias, con
una alta densidad poblacional debido a las restricciones del desplazamiento y una
infraestructura dañada. Los niños a menudo viven en entornos inseguros y con falta de
servicios básicos.

7. La pérdida de sus vínculos: uno de los aspectos más traumatizantes y cuyos efectos son
incalculables son la pérdida de sus seres queridos, madre, padre, hermanos, hermanas,
abuelos, parientes, amigos, vecinos, etc. que siguen siendo asesinados diariamente por los
ataques israelíes. La desaparición de las figuras de afecto les dejan expuestos y aún más
vulnerables.

8. Futuro Incierto: Los niños en Gaza enfrentan un futuro incierto debido a la falta de
oportunidades y la persistente inestabilidad en la región. Muchos tienen dificultades para
acceder a una educación de calidad y perspectivas de empleo.

La población menor de 18 años en la región corresponde al 45%. A 20 días del conflicto han
sido asesinados más de 3000 niños y niñas, incluyendo menores de dos años, bajo el
bombardeo indiscriminado sobre civiles ejecutado por Israel, acción consignada por diversos
organismos internacionales de derechos humanos como crímenes de guerra.

Nosotros como investigadores y activistas por la niñez en distintas partes del mundo:
1.- Denunciamos la violencia sistemática de la que han sido víctimas los niños, niñas y
adolescentes por parte del Estado de Israel y la masacre que se encuentra en curso en esta
última agudización del conflicto.

2.- Exigimos la liberación de los niños, niñas y adolescentes que se encuentren secuestrados
por Hamas.

3.- Interpelamos a los distintos Jefes de Estado a ejecutar sanciones contra quienes han
vulnerado sistemáticamente los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

4.- Exigimos el cese al fuego inmediato e implementar medidas de urgencia como enviar
medicamentos, agua y alimentos a la población y la atención médica y psicológica en especial
a niños y niñas.



Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica, España. Una Respuesta Necesaria.

 "ESTE INFORME DA RESPUESTA A UNA SITUACIÓN DE SUFRIMIENTO Y SOLEDAD 
CUBIERTA POR UN INJUSTO SILENCIO". Ángel Gabilondo.

Los abusos sexuales en la Iglesia católica constituyen un grave problema social y de salud pública. 
Un problema que ha causado mucho daño. 
La gravedad del fenómeno deriva de la intensidad del daño que han sufrido las víctimas, 
de la cantidad de personas afectadas y de la defraudación de la confianza depositada por ellas, 
y por una parte muy importante de la sociedad, 
en una institución que ha tenido un poder innegable en España 
y una autoridad moral en la sociedad.
La respuesta de la Iglesia católica, al menos a nivel oficial, 
ha estado caracterizada durante mucho tiempo 
por la negación o la minimización del problema.



El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha hecho entrega esta semana a la presidenta de las Cortes Generales, Francina Armengol, del “Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos”, Una respuesta necesaria, dando cumplimiento a la encomienda recibida del Congreso de los Diputados tras la aprobación de una Proposición no de Ley (PNL), el 10 de marzo de 2022, que contó con el voto a favor de la mayoría de los grupos políticos de la Cámara Baja.

El Informe cuenta con 777 páginas y está alojado íntegro  en la web del Defensor del Pueblo (www.defensordelpueblo.es). En el mismo, además de una presentación del titular de la institución y una introducción general, se recoge, entre otras cosas, los ámbitos de actuación, objetivos, metodología y fuentes empleadas, detalles de una encuesta encargada a GAD3, marco jurídico, y conclusiones-recomendaciones que son elevadas a las Cortes Generales y al Gobierno de España para “la adopción de las medidas necesarias en orden a cumplir con el objetivo de la encomienda”, según se explicita en la mencionada PNL.

El Defensor del Pueblo, señala, así lo hace constar en la introducción del Informe, que “se trata de un Informe necesario para dar respuesta a una situación de sufrimiento y de soledad que durante años se ha mantenido, de una u otra manera, cubierta por un injusto silencio”. Ángel Gabilondo pone de relieve la importancia que las víctimas han tenido en todo momento a la hora de abordar los trabajos que ahora concluyen. “Las víctimas son el sentido primero, el sentido último y el sentido central de este Informe”.

 Respuesta de la Iglesia y de los poderes públicos

El Informe apunta que la respuesta de la Iglesia católica, al menos a nivel oficial, ha estado caracterizada durante mucho tiempo por la negación o la minimización del problema. Algunas víctimas han tenido que hacer frente no solo a la negación y a la ocultación, sino incluso a presiones y a reacciones de representantes de la misma en las que se les culpabilizaba de los abusos sufridos.

Se ha de reconocer, al mismo tiempo, que la Iglesia católica es una institución plural y que la Comisión Asesora, creada ad hoc, pudo detectar buenas y malas prácticas. Y el Informe reconoce “el coraje institucional de quienes han optado por asumir la responsabilidad que corresponde a la institución por la victimización producida”.  

Por su parte, los poderes públicos carecieron de procedimientos adecuados para prevenir, detectar y reaccionar frente a la comisión de abusos sexuales de menores en los centros escolares de la Iglesia católica. Sólo muy recientemente, el año 2021, se introdujeron mecanismos y procedimientos de prevención y detección para la totalidad de los centros educativos de titularidad pública o privada. La mayoría de casos que han llegado a ser denunciados, pese a ser una muy pequeña parte de la realidad del problema, no han encontrado respuesta por parte del sistema judicial.

Recomendaciones

El Informe propone una veintena de recomendaciones concretas. Entre ellas, se encuentran la de celebrar un acto público de reconocimiento y reparación simbólica a las víctimas por el prolongado período de tiempo de desatención y de inactividad, en particular entre 1970 y 2020. La creación de un fondo estatal para el pago de compensaciones a favor de las víctimas y que un órgano administrativo especial -creado para la ocasión- sea el que instaurare un procedimiento de reconocimiento y reparación de las víctimas de agresión o abuso sexual infantil en el ámbito de la Iglesia católica. Así como diversas reformas normativas para la aclaración y reparación de lo sucedido, y para prevenir hechos similares. Además, entre las recomendaciones se incluye que la Iglesia católica debe poner los medios necesarios para ayudar a las víctimas de abusos sexuales en el proceso de recuperación, ofreciendo tratamiento a las víctimas o familiares, cuando lo requieran. Y que las diócesis y los institutos de vida consagrada abran a los investigadores la información contenida en sus archivos. (Todas las recomendaciones, integras, pueden ser consultadas en el Parte VIII Capítulo 2 del Informe).

Ángel Gabilondo, que ha dirigido los trabajos y presidido la Comisión Asesora de expertos, subraya que el Informe se ha configurado sobre la base de testimonios de las víctimas. “Escucharlas es encontrarse con la voz y la experiencia de un dolor. Y lo sucedido es para ellos y para la sociedad un verdadero desastre”. Y resalta, “el Defensor del Pueblo no tiene como misión juzgar, no es juez. No tiene como misión legislar, no es el legislador. Más bien analiza, pregunta, estudia, investiga y recomienda y sugiere”.

Testimonios

La Unidad de Atención a las Víctimas, también creada para abordar los trabajos del Informe, ha recogido información relevante sobre 487 víctimas, en entrevistas realizadas tanto en Madrid como fuera de la capital. De ellas, la inmensa mayoría (84%) fueron hombres. Las víctimas recalcan los problemas emocionales y de conducta que padecen como consecuencia de los abusos. Y un tercio de éstas señalaron haber tenido síntomas de estrés postraumático y, algunas de ellas, habían experimentado síntomas depresivos, sentimientos de vergüenza y estigmatización y de acción suicida.

La atención a las víctimas ha sido el trabajo de un equipo formado por especialistas contratados para la ocasión (tres psicólogos, una trabajadora social, una criminóloga y un abogado-psicólogo sanitario, que han contado con el apoyo administrativo de dos personas). Las primeras víctimas fueron atendidas, en la Unidad de Atención a las Víctimas, el 6 de julio de 2022.

Los testimonios recogidos de la escucha respetuosa a las víctimas revelan el impacto devastador que los abusos sexuales han tenido en sus vidas. “En ningún caso el número de testimonios pretende dejar determinado el alcance cuantitativo del problema. Lo importante, cuando se ofrece un determinado número de testimonios de víctimas, es tener presente la singularidad personal de cada una de ellas y la inviabilidad de reducirla a una cifra en una contabilidad”, subraya el Defensor del Pueblo.

Además de los testimonios directos recogidos para elaborar el Informe se ha tenido en cuenta otras fuentes provenientes de organismos oficiales, de la propia Iglesia y de investigaciones de medios de comunicación. Especial mención requiere la colaboración del diario El País, que inició sus investigaciones periodísticas en octubre de 2018 y que ha entregado hasta en cuatro ocasiones sus archivos a la institución Defensor del Pueblo para completar los trabajos.

Algunos de los testimonios recogidos en la Unidad de Atención a las Víctimas, con citas explícitas, se incluyen en el Parte III Capítulo 4 del Informe, tras contar con autorización previa del autor.

La mayoría de los victimarios conocidos son hombres. Y solo una pequeña parte de las personas acusadas de haber cometido abusos han sido juzgadas por parte de las autoridades civiles. La mayoría fueron mantenidas en sus puestos, trasladadas o, en menor medida, juzgadas a través de Derecho Canónico.

Comisión Asesora

Tras recibirse la encomienda del Congreso de los Diputados, se comenzó a trabajar en el ámbito de actuación en tres direcciones. Además de la Unidad de Atención a las Víctimas y de pensar en la constitución de un Foro de Asociaciones, se creó, como se ha  indicado, una Comisión Asesora, compuesta por expertos externos: diecisiete asesores que pertenecen al ámbito profesional y académico con experiencia en atención a las víctimas, con conocimientos jurídicos y victimología, y profesionales que han dedicado su vida a la docencia o a jóvenes o han escrito y estudiado sobre las consecuencias de traumas infantiles en la vida adultas. Esta Comisión se ha reunido en trece ocasiones. La primera, el cinco de julio de 2022. La última, el 28 de septiembre de 2023.

 Más de ochenta reuniones

El Defensor del Pueblo ha mantenido, además de reuniones con asociaciones de víctimas, más de 80 encuentros con el presidente y secretarios generales de la Conferencia Episcopal Española, con el presidente de la Conferencia Española de Religiosos y con superiores y miembros de la misma, con el decano del Tribunal de la Rota, con representantes de institutos de vida consagrada, y con la Comisión Asesora y Foro de Asociaciones de Víctimas.

Objetivo y Metodología

El objetivo del Informe ha sido el de describir la dimensión del fenómeno, sus causas y sus consecuencias en las personas afectadas, con el fin de que las recomendaciones emitidas sean útiles para la prevención y la reparación de las víctimas. Asimismo, se espera que los trabajos realizados y las conclusiones a las que los mismos han llegado contribuyan a la determinación de los hechos y responsabilidades, a la reparación de las víctimas y a la planificación de las políticas públicas orientadas a la prevención y atención de los casos de abusos sexuales cometidos sobre niños y adolescentes.

El Informe se ha realizado a partir del análisis interdisciplinar de la información recogida por diversas fuentes, como se ha apuntado, entre ellas los trabajos de campo propios, como una encuesta realizada por GAD3 para la institución Defensor del Pueblo que contextualiza el problema.

Esta revela, entre otras cosas, que el 11,7% de las personas entrevistadas afirman haber sufrido abusos sexuales, antes de cumplir 18 años. Un 3,36% manifiesta que ese abuso se produjo en el ámbito familiar. Asimismo, la encuesta de GAD3 también concluye que el 0,6% de la muestra representativa de la población encuestada ha sido agredida sexualmente por un sacerdote o religioso católico, y un 1,13 % que la agresión se registró en el ámbito religioso.

El 72% de los encuestados consideraron que el abuso sexual infantil es un problema social muy grave y un 24,4% lo valoraron de bastante grave. Sin embargo, la mayor parte de las personas encuestadas consideró que no se están tomando las medidas adecuadas para reducir el problema.

La encuesta demoscópica, encargada por la institución siguiendo el proceso de licitación de la Administración, contempla una muestra metodológica y numérica significativa de la población española (8.013 personas) a partir de datos anonimizados recogidos por la Unidad de Atención a las Víctimas que han sido objeto de tratamiento estadístico y del análisis de las demandas y preocupaciones plasmadas en el Foro de las Asociaciones. Los datos desglosados de la encuesta se incluyen en la Parte III Capítulo III del Informe. Esta es la primera encuesta que se realiza con estas características desde 1994, cuando el Ministerio de Asuntos Sociales hizo una similar, aunque la actual incluye más preguntas relacionadas con la problemática específica aquí examinada, y la muestra es muy superior.

El Informe indica que “los abusos sexuales en la Iglesia católica constituyen un grave problema social y de salud pública. Un problema que ha causado mucho daño. La gravedad del fenómeno deriva de la intensidad del daño que han sufrido las víctimas, de la cantidad de personas afectadas y de la defraudación de la confianza depositada por ellas, y por una parte muy importante de la sociedad, en una institución que ha tenido un poder innegable en España y una autoridad moral en la sociedad”.

Las conclusiones y las subsiguientes recomendaciones de este Informe no pretenden ser una última palabra. Y menos aún una solución definitiva o un punto final, ante un daño tan grande que ha afectado y que afecta a tantas personas desde hace tanto tiempo. Más bien aspiran a contribuir a la toma de conciencia iniciada hace unos años por parte de la sociedad española, recordando y requiriendo a la Iglesia católica y a los poderes públicos que sigue abierta la necesidad de dar una respuesta a las víctimas.

Ángel Gabilondo subraya que “el Informe aporta claridad, datos y argumentos ante una cuestión que a todos resulta difícil de abordar, pero que es imprescindible hacerlo. Se trata de que se asuman responsabilidades, lo que implica responder de, responder ante y responder a. Y esta respuesta necesaria exige que el Informe que hoy entregamos a la Cortes Generales, a través de su presidenta, contribuya a la toma de mayor conciencia de la cuestión, y a dar efectivamente una respuesta a las víctimas, una respuesta exigida por ellas con buenas razones”.

 


‘El silencio roto’: el ‘podcast’ sobre la investigación de la pederastia en la Iglesia española

Los periodistas de EL PAÍS que han destapado el escándalo de la pederastia en la Iglesia española cuentan cómo fueron los tres años de trabajo que llevaron a abrir por primera vez unas pesquisas sobre los oscuros episodios en la jerarquía eclesiástica

EL PAIS

MARTA CURIEL - ÍÑIGO DOMÍNGUEZ

Madrid - 07 MAY 2022 - 05:45 CEST



El silencio roto es una miniserie sonora de tres episodios que permite conocer los entresijos de tres años de investigación periodística. Un trabajo de EL PAÍS que ha propiciado la primera causa oficial sobre los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia en España. Los periodistas que han destapado el escándalo de pederastia cuentan cómo fueron esos años de pesquisas que finalmente llevaron a que por primera vez en la historia se abriera una investigación oficial al respecto.





1. Un muro de silencio 

Cómo empezó la investigación sobre los abusos de la Iglesia española




2. Algo que nunca le conté a nadie 

Cómo, a pesar de los cientos de testimonios que recibió EL PAÍS, la Iglesia seguía tapando lo ocurrido



3. 385 páginas

Cómo el equipo del periódico hizo llegar un dosier con 251 denuncias inéditas al Papa. Y cómo eso lo cambió todo






Créditos

  • Marta Curiel: Entrevistas, guion, realización, montaje
  • Íñigo Domínguez: Narración
  • Isabel Cadenas: Diseño de sonido, edición, producción ejecutiva
  • Ana Ribera: Edición
  • Nicolás Tsabertidis: Diseño de sonido, mezcla, grabaciones en estudio
  • Fernando Hernández: Dirección de arte
  • María José Durán: Diseño

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