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"El recreo de la infancia: Argumentos para otro comienzo", libro de Eduardo Bustelo

 No es este un libro sobre, ni mucho menos para la infancia. 
Es, en todo caso, un libro con la infancia.
No es este un libro sobre la infancia sino sobre la libertad.

Eduardo Bustelo
Editorial: EDUNLa
Colección: Cuadernos del ISCo
ISBN 978-987-8926-34-6


Sinopsis: Emilio García Méndez, Fragmentos del Prólogo

El recreo de la infancia constituye, en realidad, un lúcido y muy poco frecuente intento de desentrañar críticamente (en el profundo sentido del sociólogo estadounidense Charles Wright Mills) algunas razones del malestar social contemporáneo. En él me parece vislumbrar también un cálido homenaje a un verdadero maestro en esta línea poco frecuente de pensamiento y reflexión. No creo equivocarme al identificar El recreo de la infancia como un magnífico tributo a lo mejor del pensamiento filosófico de Alessandro Baratta dedicado al tema de la infancia. Un pensamiento cuya amplitud trasciende la cuestión de la niñez. Sin embargo, no es este un libro sobre, ni mucho menos para la infancia. Es, en todo caso, un libro con la infancia. Porque no es en la infancia donde Eduardo Bustelo identifica las posibilidades emancipatorias de un nuevo comienzo, sino en un diálogo inédito entre adultos y niños
Para ello, se ofrecen aquí algunas coordenadas que no deberían desaprovecharse. La recuperación para este análisis del riquísimo y relegado concepto de la Grecia clásica, redescubierto por Foucault, de parrhesía —entendido como un diálogo franco y sincero— sostiene un delicado equilibrio en el que poesía y rigor se articulan con una sobriedad no desprovista de eficacia. Sin ser en modo alguno un texto fácil, este trabajo resulta tan convocante como envolvente. No hay aquí una demagógica idea metafísica de la infancia como paraíso perdido, ni tampoco como artilugio mágico de una tierra prometida. Es que, en definitiva, no es este un libro sobre la infancia sino sobre la libertad.

 

Eduardo Bustelo Graffigna
: Ya fallecido en 2014, dedicó toda su vida a la defensa de los niños y niñas, fue Fundador y primer director, Unicef Argentina
Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo. Magíster en Ciencia Política y Administración Pública, FLACSO. Master of Science en Política y Planificación Social, London School of Economics and Political Science. Ex director, Maestría en Política Social de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires; ex director, Maestría en Política y Planificación Social, Universidad Nacional de Cuyo. Diputado provincial (2007-2011) y vicepresidente primero de la Cámara de Diputados de la provincia de San Juan.  
 

Luces y sombras en el bienestar: la percepción de niños y niñas, Informe Educo.

 Este informe es el fruto de un proceso de investigación en el que se han consultado a cerca de 200 niños, niñas, adolescentes y personas de referencia de su entorno, como educadores, madres y padres, para explorar la influencia del entorno social y ambiental en el bienestar de la infancia. Desde el análisis de la interrelación de las tres dimensiones del bienestar (material, relacional y subjetiva) con los derechos de niñas y niños se ha abordado asimismo la importancia del medio ambiente en su bienestar, así como las diferencias de género en la percepción del mismo o el gran impacto de la COVID-19.

Acceso al Informe


Coordinación: Fernando Rodríguez Hervella
Producción: Lola López y Fernando Rodríguez (Educo), Elisabet Padial García (Coordinadora Andaluza
de ONGD), 
y por parte del Instituto de Investigaciones en Ciencias del Comportamiento de la Universidad Católica Boliviana, “San Pablo”: Marcela Losantos Velasco y Jazmín Mazó (Responsables de proyecto); Andrés Villalobos, Lorena Alarcón, Carla Andrade (Equipo de Investigación) y Madeleine Irusta (Diagramación de instrumentos). 

Este informe incluye una comparativa con un estudio anterior realizado en cuatro países de América Latina (Guatemala, Bolivia, Nicaragua y El Salvador), y está enmarcado en el proyecto “Percepciones de niñas y niños sobre la influencia del entorno social y ambiental en su bienestar. Una propuesta de enfoque para los agentes andaluces de cooperación”, cofinanciado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID).

"Deporte, Educación y Convivencia: Protección de la Infancia y la Adolescencia", curso postgrado UPV/EHU..


el nuevo curso del posgrado universitario
Deporte, Educación y Convivencia: Protección de la infancia y la adolescencia”.

CALENDAR: Octubre 2021  /  Mayo 2022


PLAZAS OFERTADAS: 30
MODALIDAD Semipresencial
IDIOMA Castellano
Nº CRÉDITOS: 20 Créditos ECTS
PRECIO ORIENTATIVO: 600 €
LUGAR DE IMPARTICIÓN: Fac. Educación Bilbao-Instalaciones Athletic Club
RESPONSABLE: Facultad de Educación de Bilbao
CONTACTO: mariadelmar.boillos@ehu.eus   /   946017564

El objetivo de este título es formar a profesionales del deporte, deporte escolar y federado desde un enfoque innovador, inclusivo y atendiendo a unos valores de convivencia que fomenten el desarrollo integral de las personas. El deporte se entiende como fuente de aprendizaje y socialización y como una oportunidad para trasmitir valores y hábitos saludables a las personas menores.


Competencias:

  • Conocer el marco legislativo relativo a la protección de la infancia y la adolescencia y vincularlo al ámbito deportivo.
  • Reconocer buenas prácticas en la protección del menor e identificar intervenciones con carácter preventivo.
  • Ser capaz de diseñar, desarrollar y evaluar los procesos formativos que tienen lugar en los entrenamientos y disponer de las herramientas para la resolución de conflictos antes, durante y después de la formación.
  • Desarrollar espacios de aprendizaje que garanticen la igualdad de derechos y oportunidades desde una especial atención a la educación en valores, la equidad y el nivel emocional.
  • Identificar el deporte escolar y federado como una herramienta para el desarrollo de las habilidades sociales y críticas, y el servicio a la ciudadanía.
  • ..................

Obesidad infantil, una urgencia en España agravada por el confinamiento.

La Gasol Foundation y UNICEF unen fuerzas para abordar el problema de la obesidad infantil en España, donde el 34,9% de los niños y niñas sufre sobrepeso y/o obesidad; una  situación agravada por el confinamiento derivado de la pandemia de coronavirus. 
La alianza plantea un plan de acción basado en tres objetivos: contribuir a la adopción de medidas políticas, impulsar un plan de sensibilización y asegurar el desarrollo de medidas preventivas. Además, la fundación del jugador de baloncesto ha organizado una cumbre solidaria de hábitos saludables en la que participarán una treintena de expertos.
obesidad infantil confinamiento
EFE/Ricardo Ferro



Con el objetivo de abordar la problemática de la obesidad infantil en España, agravada por la reciente crisis sanitaria de la COVID-19 y el confinamiento, la Gasol Foundation -creada por los hermanos Pau y Marc Gasol con la misión de luchar contra la obesidad infantil- y UNICEF  forjan una alianza.
Con este acuerdo se inicia una relación a largo plazo con la mirada puesta en promover estilos de vida saludable entre los niños en España para prevenir y reducir las cifras de sobrepeso y obesidad infantil, que hoy afecta al 34’9% de los menores. Algo que repercute con mayor gravedad en las poblaciones en situación de vulnerabilidad socioeconómica.
“Existen multitud de evidencias de que que los niños y niñas en España están creciendo en un entorno obesogénico que estimula el sedentarismo e incentiva comer alimentos de baja calidad nutricional, que no respeta su vulnerabilidad madurativa ni fomenta su desarrollo”, explica Cristina Ribes, directora ejecutiva de la citada fundación.
Además, tal como señala el estudio anual “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo” de Naciones Unidas, países de todo el mundo continúan luchando contra múltiples formas de desnutrición, entre ellas el sobrepeso y la obesidad.
Mientras, el acceso a alimentos nutritivos sigue siendo un reto para muchas familias a causa del alto coste. Según el informe, en 2019, 38 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso.
Para Javier Martos, director ejecutivo de UNICEF España, “son datos que nos preocupan enormemente porque son crecientes y no solo afectan a la salud de los niños y niñas. Que dos de cada tres niños no se alimentan de forma saludable implica, además de riesgos para su salud física, que estarán más expuestos a tener un menor rendimiento escolar o sufrir trastornos relacionados con la autoestima”.

Así ha afectado el confinamiento a la obesidad infantil

Esta situación, además, se ha visto recientemente agravada por la crisis sanitaria de la COVID-19.
Los estudios relacionados con las consecuencias del confinamiento muestran incrementos del nivel de sedentarismo y tiempo de pantallas, dificultades para acceder a alimentos saludables y para dormir las horas recomendadas, y un mayor nivel de estrés en los adultos, que habitualmente se transmite a los menores.
El confinamiento ha supuesto un grave deterioro de los hábitos de salud de los niños, muchos de los cuales han visto perjudicado su bienestar físico y mental.
Ante esta preocupación, UNICEF y la Fundación han abierto una línea de trabajo conjunta para abordar la problemática de la obesidad infantil en nuestro país.
“Como Defensor Mundial para la Nutrición y el fin de la Obesidad Infantil de UNICEF, y presidente de la Gasol Foundation, me hace especial ilusión anunciar la alianza entre ambas entidades en pro de la salud infantil. Siendo conscientes de la envergadura de la pandemia de la obesidad infantil y las consecuencias del confinamiento en los hábitos de salud de los niños, creemos que es necesario unir fuerzas y actuar de forma urgente con el foco puesto en las poblaciones más vulnerables”, explica Pau Gasol.

Las bases de la alianza entre la Gasol Foundation y UNICEF

La alianza entre ambas entidades se concreta en un plan de trabajo a tres años en el que se identifican tres líneas estratégicas de actuación con  los siguientes objetivos:
  1. obesidad infantil confinamiento
    El sedentarismo y el tiempo excesivo que dedican los menores a las pantallas agrava los problemas de sobrepeso y obesidad. EFE/ Luis Tejido
    Contribuir a la adopción de medidas políticas y legislativas dirigidas a la promoción de estilos de vida saludable y que desincentiven la incorporación de hábitos malsanos.
  2. Llevar a cabo un completo plan de sensibilización sobre la obesidad infantil para generar una mayor concienciación social sobre las consecuencias de la obesidad en la infancia. Dentro de este plan se incluirán acciones dirigidas tanto a los responsables políticos del Gobierno central y de las comunidades autónomas, como a la sociedad en general.
  3. Asegurar el desarrollo de intervenciones preventivas basadas en la mejor y más actualizada evidencia científica a la vez que contribuye a la generación de nuevo conocimiento científico que convierta a España en líder mundial en la promoción de hábitos de vida saludable

Jóvenes Repensando las Aulas 2020. Escuelas Postpandemia.

Jóvenes de 18 a 29 años proponen 
soluciones innovadoras 
para un inicio de curso escolar más seguro y digital.

 
 
Desde Educación Conectada, Fad y BBVA hemos invitado a jóvenes estudiantes de 18 a 29 años a que sean parte de la solución de los principales retos a los que se enfrentarán los centros escolares el próximo curso escolar mediante el concurso de ideas “Escuelas pospandemia. Jóvenes repensando las aulas”, cuyas propuestas ya puedes conocer.

Entre ellas, encontramos iniciativas tan imaginativas como teselar el aula en hexágonos para garantizar la distancia de seguridad, diseñar trajes EPIS para no perder el contacto con compañeros o compañeras, e instalar entre los pupitres mamparas de materiales sostenibles como el cartón reciclado.

¿Son las ciudades actuales entornos adecuados para los niños?.


Pedagogos, sociólogos y arquitectos ven urgente un replanteamiento de las urbes 
 para que dejen de ser esos lugares inhóspitos,
 y vuelvan a ser de la ciudadanía. Una ciudadanía inclusiva y plural.


El País.
Una niña con mascarilla en una céntrica, Pamplona. EP.

Dice Francesco Tonucci, psicopedagogo de referencia internacional y gran activista de la protección de la infancia, que la ciudad es ahora como el bosque de nuestros cuentos: un lugar sucio y gris al que tememos. La ciudad es difícil para todos. Lo es para los adultos, pero también para los mayores, para las personas con necesidades especiales y, obviamente, para los niños. Lo sabemos los que tenemos hijos y encontramos las ciudades como territorios inhóspitos en los que el paseo, el juego y la estancia no tienen cabida en sus calles. Todo está compartimentado y estructurado, todo gira en torno a la movilidad, pero incluso esa movilidad es muy determinada: el carro no cabe entre los coches ni puedes acceder con él a muchas estaciones de metro, los niños han perdido su autonomía, el tráfico y los edificios han fagocitado la espontaneidad del juego. La economía manda.


Pedagogos, sociólogos y arquitectos ven urgente un replanteamiento de las ciudades para que dejen de ser esos lugares inhóspitos y vuelvan a ser de la ciudadanía. Una ciudadanía inclusiva y plural que tenga en cuenta a los niños, niñas y adolescentes. Sobre ello versó el encuentro intergeneracional Ciudad y ciudadanía de la infancia y la adolescencia en el COVID, organizado por el Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA) el pasado 26 de junio. A través de esta jornada, que contó con la participación de Tonucci y de un grupo de jóvenes de la ESO y Bachillerato, se buscaba poner el foco en la necesidad de negociar los espacios de convivencia en la ciudad entre los distintos ciudadanos que se mueven en ella –incluidos los niños y adolescentes–, pero también en la necesidad de incorporar en la escuela la visión de los estudiantes como ciudadanos de pleno derecho.

Para Lourdes Gaitán, socia fundadora del GSIA y secretaria del Comité Científico de Sociología de la Infancia de la FES, hoy las ciudades se han vuelto cada vez más segregadas, “son ciudades más para pasar que para estar”, y aboga porque el movimiento favorable a una mayor presencia de los niños en la calle se inscriba en el movimiento de transformar las ciudades a través de la humanización: “Hacer las calles más humanas pasa por algunas cosas que ya se han empezado a hacer en algunas ciudades: más zonas peatonales, uso de otro tipo de vehículos menos agresivos que los coches y medidas para reducir la contaminación. Esto último le preocupa mucho a los niños y a los jóvenes, como hemos visto en la pasada cumbre sobre el clima. Los niños son muy activos y muy sensibles a las cuestiones del medioambiente, por eso hay que escucharles”.

El parque como elemento segregador

El confinamiento ha hecho (aún) más visibles las ciudades como jaulas. En ellas, algunos puntos de desfogue (los parques infantiles, las áreas de entrenamiento, las áreas caninas) que, similares a las ruedas del hámster, posibilitan algo de movimiento extra. ¿Dónde llevamos a los niños para que liberen su energía? Al parque, esos recintos que Lourdes Gaitán define como “corralitos” para separar espacios de convivencia: los niños pequeños dentro (los que juegan), los adultos fuera (los que vigilan y marcan los tiempos). 

Para Virginia Navarro, arquitecta y cofundadora de cuartocreciente arquitectura, un proyecto creado con el objetivo de mejorar los principales espacios en los que se desarrolla la infancia (casa, escuela y ciudad), los parques infantiles y también los patios escolares son espacios muy pobremente diseñados: “Estos espacios solo incluyen un tipo de juego: en el parque infantil es un tipo de juego repetitivo (subir, bajar, columpiarse, balancearse) y en los patios escolares son juegos reglados, materializados en canchas de deporte y juegos con balón. Además, recogen un rango de edad muy limitado, dejando fuera a los niños más mayores y adolescentes”.

En esto último insiste también Gaitán, quien ve en estos espacios más que lugares para un esparcimiento seguro, espacios para la segregación, ya que no incluyen ni a todas las edades ni la variedad de juegos y actividades que necesita la infancia: “Las plazas y los parques sin barreras son espacios que comparten varias generaciones. Cuando segmentamos y vallamos los parques, se produce la segregación de las personas que frecuentan estos lugares en función del grupo de edad al que pertenecen. El parque, como espacio público de uso compartido, debería ser un espacio de aprendizaje y convivencia, pero si intervenimos en ese espacio rompemos ese ecosistema”. Recuerda la socióloga cómo la imaginación de los niños supera con creces la del adulto que diseña estos espacios: “En los parques los niños suplen la falta de imaginación de los adultos cuando desbordan los límites y reutilizan a su manera el espacio; por ejemplo, usando botellas de agua como portería para jugar con el balón”.

Tampoco existen alternativas fuera de estos espacios. Según Virginia Navarro, la pérdida de juego en las calles de la ciudad supone, por primera vez en toda la historia de la humanidad y especialmente en los países desarrollados, que no existe en la infancia el juego libre no supervisado. Esto significa, según la experta, que “en ningún momento” el niño socializa y juega sin estar sometido a la mirada adulta. “Esta falta de autonomía es una pérdida sin precedentes. Su origen se sitúa en los años 90 y se fue incrementando con rapidez en años sucesivos, lo que ha demostrado que tiene consecuencias a nivel físico (incremento de la obesidad, miopía, falta de vitamina D), emocional (poca frecuencia de relación entre iguales, ansiedad, tristeza, mala autogestión de las emociones y falta de concentración) y en el aprendizaje (pierden la oportunidad de sacar provecho de materiales ocasionales como piedras, hierba, tierra; de tomar posesión del espacio; o de asumir riesgos razonables, entre otros)”, afirma.

Las ciudades también educan. El pedagogo Loris Malaguzzi consideraba el entorno físico como un “tercer profesor” después del maestro y los otros niños. Tal y como están planteadas las ciudades hoy, y teniendo en cuenta la cuestión de los parques infantiles y la desaparición del juego de las calles, ¿qué están aprendiendo los niños y niñas de ellas? Según la arquitecta Virginia Navarro “aprenden que la ciudad pertenece al adulto y al coche, que su acogida solo se da en parques específicos y que es peligrosa e inhóspita”. Además, añade que cuando los espacios públicos mejores de la ciudad (históricos) están ocupados de terrazas y turistas, “también perciben lo público como un espacio que puede dedicarse principalmente al consumo, algo que se potencia cuando sus principales salidas públicas son a centros comerciales”.

Una ciudad centrada en las necesidades de todos

Una ciudad adecuada para niños y niñas es una ciudad que es buena para todos", dice Tonucci en La città dei bambini. Almudena de Benito, arquitecta y fundadora del proyecto Chiquitectos, considera que actualmente en las ciudades no solo nos hemos olvidado de la infancia, sino también de las mujeres y de la tercera edad. “La ciudad fue pensada para un modelo productivo y remunerado, vinculado tradicionalmente a lo masculino; diseñada para un hombre trabajador de mediana edad que se mueve en coche. Un hecho que se aprecia claramente en la velocidad a la que los peatones cruzamos las calles anchas en los semáforos (como la Castellana, en Madrid); un reto imposible para una persona anciana, dependiente, o para los niños y niñas”. Señala también que, aunque en algunos países europeos como Austria, han surgido desde los años 70 propuestas del llamado “urbanismo con perspectiva de género”, en España esto es algo más reciente. “Este tipo de planificación pretende priorizar las tareas del cuidado -asociadas a las mujeres- frente a la movilidad lineal trabajo-casa. Es decir, las ciudades se diseñan desde el ámbito reproductivo y de los cuidados, sin olvidar el trabajo productivo. Creo que esta es la clave, construir una ciudad centrada en las necesidades de todas las personas que la habitan y que priorice el encuentro frente al consumo, de ahí la importancia del espacio público como lugar de socialización. Plazas para estar, sin necesidad de consumir, que se convierten también en espacios lúdicos. Entender la ciudad como un gran campo de juego no solo beneficia a la infancia”, explica.

¿Cómo debería ser una ciudad para que incluyera las necesidades de todos?.
Para responder a esta pregunta, Virginia Navarro considera interesante contar con el ejemplo de Pontevedra, una ciudad de más de 50.000 habitantes, en la que se transformó completamente la movilidad urbana, lo que ha repercutido en beneficios en la infancia, pero también en el resto de la ciudadanía. “El tráfico no solo es un problema de las grandes ciudades: en 1996 Pontevedra triplicaba la intensidad de tráfico del centro de Madrid. Los principios de actuación, que iniciaron la transformación en 1999, son absolutamente vigentes para incluir a la infancia en nuestras ciudades: todos los espacios públicos urbanos deben poder ser usados por todos los vecinos y vecinas sin distinción de capacidades, edad o estatus socioeconómico para actividades diversas; la movilidad peatonal es la forma más natural y básica de desplazarse por la ciudad, y ningún otro tipo de movilidad puede sustituirla ni debe desplazarla; la ciudad debe tener una alta calidad ambiental con niveles más reducidos de contaminación aérea y acústica; la ciudad debe ser un espacio sin violencia, libre de prácticas que generen peligro o sensación de peligro”.
Esto se tradujo, según la arquitecta, en una serie de actuaciones concretas, pensando siempre en la ciudad en su conjunto. “Se redujo drásticamente el tráfico, se limitó la velocidad a 30 km/h, se eliminaron espacios de aparcamiento en las calles saturadas (cuando existe la percepción de que se puede circular y estacionar aumenta el tráfico), se ampliaron las calles hasta darle el mismo espacio al coche que al peatón, se eliminaron barreras arquitectónicas y se crearon caminos escolares seguros para favorecer la autonomía de los niños. Todo ello ha contribuido a crear una ciudad amable con la infancia, que ha llenado sus calles y sus plazas”. A esto se añade como principio de diseño la presencia de naturaleza, no como algo decorativo, sino como elementos que propician beneficios a nivel físico, psicológico y ambiental.


Todo esto exige, como se ha visto en el caso de Pontevedra, la reconstrucción de un tipo totalmente diferente de ciudad que no todas las ciudades están dispuestas a asumir. ¿Utopía o realidad? Almudena de Benito no considera imposible modificar cosas como la creación de una red de espacios verdes accesible a pie, la restricción del tráfico o la peatonalización de algunas calles. “Son pequeñas medidas que no suponen una gran inversión en infraestructuras y que contribuyen a construir una ciudad más amable y abierta”, cuenta. Por su parte, Virginia Navarro tiene claro que aunque no todas las estructuras físicas urbanas permiten generar entornos igual de amables, es posible una importante transformación si existe “una férrea voluntad política”. Y es urgente, porque según la ONU uno de los grandes desafíos de nuestro siglo será la vida de las ciudades, ya que 7 de cada 10 personas vivirán en una ciudad en 2050. “¿No empieza a ser una absoluta necesidad plantearnos las ciudades como ecosistemas sostenibles para todos?”, plantea la arquitecta.

Ágora, programa de democracia participativa destinado a chicas y chicos.


para el desarrollo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

En diciembre del 2017, los distintos Grupos Parlamentarios, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales representadas en la Federación Española de Municipios y Provincias, ratificaron el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Este Pacto de Estado supone la unión de un gran número de instituciones, organizaciones y personas expertas en la formulación de medidas para la erradicación de la violencia sobre las mujeres. Esta alianza implica incidir en todos los ámbitos de la sociedad y se estructura en 11 ejes de trabajo. Este compromiso además regula el destino de una parte de los fondos para el desarrollo de nuevas o ampliadas competencias reservadas a las Entidades Locales en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Esto supone por una lado, la recuperación de las competencias sobre violencia de género por los Ayuntamientos y, por otra, la regulación de la distribución de los fondos destinados al cumplimiento del Pacto de Estado en materia de violencia de género asignados a los Ayuntamientos.

Ágora infantil por la igualdad

En el marco de esas iniciativas, Ágora Infantil, desarrolla una metodología específica para fomentar la igualdad entre escolares , tomando como especial referencia procesos infantojuveniles ensayados con el apoyo del Ayuntamiento y la Diputación de Córdoba.

El programa Ágora infantil, diseñado e implementado por Coglobal desde 2014 se ha desarrollado ya en 65 municipios de España y Uruguay, con grupos de realidades y características muy distintas que nutren y enriquecen el proceso a través de la visión de los más pequeños.

En esta ocasión la iniciativa persigue entre otros objetivos que los chicos y chicas reflexionen sobre las causas estructurales que conducen a la desigualdad de género, a la vez que indagan sobre los recursos y acciones que se impulsan desde la administración local en materia de género. Se va a desarrollar en el municipio sevillano de Los Palacios y Villafranca y en ocho municipios de la comarca malagueña de Costa del Sol Oriental – Axarquía.


Quién cuenta con los niños!.

Por qué, si no voy a volver al cole, tengo que seguir trabajando. 
Por qué puedo viajar a ver a sus primos y no puedo ver a sus compañeros. 

Y yo no quiero contestarle que en realidad lo que pienso es que nadie ha contado con los niños. Ellos no lo entienden y, la verdad, yo tampoco.



EN ESTA INCERTEZA que flotamos todos hoy me pesa la decepción de los niños por no volver al cole este curso. 
Nos corresponde a los padres y madres explicarles 
.- que es por su bien, por el de todos. 
.- que la decisión tomada hace semanas obedece a criterios sanitarios, de seguridad, 
.- que no tiene que ver con la presión de grupos sociales como los sindicatos de educación o la proximidad de unas elecciones autonómicas. 
.- que es mejor no abrir los coles aunque llevemos semanas abriendo todo tipo de establecimientos a los que sí pueden ir, como centros comerciales o bares. 
.- que ni siquiera podrán despedirse de sus maestros o compañeros y cerrar el curso —algo que recomiendan pedagogos y psicólogos—.

Durante la pandemia se ha puesto sobre la mesa el derecho de unos a trabajar y a conciliar, y el de los profesores a educar, y no ser guardadores de niños, 
y mientras nos hemos vuelto a olvidar de los ellos y ellas. De su derecho a ser escuchados. 
.- de su derecho a la escuela, a sentirse acompañados por su clase en un momento tan extraordinario como este, arropados por sus profesores. 
.- de su derecho a volver a ese lugar donde no sólo se imparten conocimientos, sino que se ponen los cimientos para construir sociedades de futuro. 
.- de su derecho a tener una escuela más humanizada, que se preocupa de cómo se sienten, de formar personas y no sólo de impartir contenidos.

Han demostrado ser los más pacientes y responsables. Soportando las clases de mamá o papá que a veces no tienen tiempo porque teletrabajan, ni paciencia, ni conocimientos para hacerlo bien. Nos han enviado esperanza desde las ventanas. Han aguantado el encierro tanto si les ha tocado hacerlo en una casa con finca como en un apartamento de 60 metros sin balcón. Han aprendido a hacer pan y a besar con los codos. A vivir confinados, sin posibilidad de subirse a los árboles, de correr por el parque o sentir el vértigo del tobogán... Hasta han cantado Resistiré y aplaudido a las ocho una y mil veces y se han sorprendido con la naturaleza en su encuentro. Han aparcado sus extraescolares y realizado fajos de fichas insufribles en la era de la tecnología. Y todo esto sin los abrazos de los suyos. En muchos casos sin contacto con sus maestras y maestros, porque Educación les obliga a enviar deberes y a entregar interminables memorias o programaciones, pero no a acompañarles en este trance, ni siquiera cuando sabemos que la parte emocional (esa a la que ahora se agarran para no bajar la ratio por aula) es la que más hay que proteger durante una pandemia, porque lo que no hayan aprendido se podrá recuperar en unos meses, pero las secuelas emocionales las veremos después.


Llama la atención que en este país se hayan regulado las terrazas y los bares, hasta una liga de fútbol y las corridas de toros pero a punto de acabar el curso, profesorado, padres y madres seguimos perdidos sin saber qué pasará realmente en septiembre. Mi hijo Daniel, con esa lógica que te deja sin palabras, me ha preguntado por qué si no va a volver al cole tiene que seguir trabajando. Por qué podemos viajar a ver a sus primos y no puede ver a sus compañeros. Y yo no quiero contestarle que en realidad lo que pienso es que nadie ha contado con los niños.

Jamás haría nada que pusiera en riesgo la vida de mis hijos. No tengo claro que sea bueno volver a la normalidad aunque sea nueva. Pero el caso es que, si quisiera, mañana podría ir a un restaurante a comer con ellos, a un centro comercial de compras. A misa, al súper, de terrazas, con mascarilla y respetando la distancia, sí, pero no pueden ir al cole, a su espacio, al lugar que les hace fuertes, seguros, iguales. Ni siquiera unas horas a la semana, ni por grupos reducidos, ni siquiera sin patio, ni los que dejan el cole y se van al instituto, los que no van a volver. Se van sin cerrar el ciclo. Sin decir adiós. Ellos no lo entienden y, la verdad, yo tampoco.

Revista Sociedad e Infancias: COVID-19.






    Covid-9,  Llamada  Extraordinaria  a  Contribuciones.


La irrupción de un fenómeno como el de la pandemia provocada por el COVID-19 
está cambiando la vida social en todo el mundo a un ritmo muy acelerado. 
Los hábitos y las formas de vida cotidiana se ven alterados de múltiples maneras 
o se detienen por completo. 
Pero, a la vez, aparecen nuevas formas de socialidad 
que dan cuenta de la capacidad de reacción de los seres humanos frente a las amenazas.


Los niños, niñas y adolescentes no son ajenos al impacto de la enfermedad ni a sus consecuencias en sus familias, en sus comunidades, en sus países o en el mundo entero. 
Antes al contrario, como co-constructores de la vida social experimentan de distintas maneras los cambios que se están produciendo y son conscientes del desafío que estos representan para las categorías establecidas, como son las relaciones adultos/niños, tecnología/naturaleza, política/economía, igualdad/desigualdad, bienestar o pobreza. 
La vulnerabilidad frente al coronavirus alcanza a todos, pero las consecuencias tienen diferente cariz, dependiendo del lugar en que se viva y de la posición que se ocupe en la escala social.

La comunidad que formamos los estudiosos de la infancia no somos ni podemos ser ajenos a la reflexión sobre lo que está significando la pandemia para niños y niñas, las consecuencias sociales que está teniendo ahora y las que puede tener en el futuro un fenómeno que, sin duda, será una marca en sus biografías personales, a la vez que pensar en las oportunidades que pueden surgir para una infancia cada vez más protagonista.

SOCIEDAD E INFANCIAS abre su espacio de intercambio entre académicos/as y estudiosos/as de la infancia del ámbito iberoamericano para recibir esas reflexiones de urgencia, o bien el relato de esas actuaciones que espontáneamente se ponen en marcha para y por niñas y niños, e incluso para conocer las investigaciones sobre el terreno que pueden estarse realizando en nuestros países de América Latina y el Caribe, Brasil, Portugal y España.

CARACTERÍSTICAS DE LA LLAMADA:

- Textos de una extensión de entre 1.000 y 2.500 palabras (1)
- Enviados a través de la plataforma de la revista: http://revistas.ucm.es/index.php/SOCI
  Cómo enviar un artículo.

- Hasta el 20 de mayo de 2020 

- Contacto: Secretaría de la Revista: sociedadeinfancia@ucm.es
SOCIEDAD E INFANCIAS es una revista interdisciplinaria, cuyo objetivo es promover el conocimiento científico sobre las vidas de los niños, niñas y adolescentes, principalmente en el ámbito español, portugués e iberoamericano y orientado en la línea de los nuevos estudios de infancia.

(1) Los textos recibidos tendrán el carácter de “Otras Colaboraciones” de la revista Sociedad e Infancias, si bien no tendrán necesariamente que ajustarse a las recomendaciones establecidas para la estructura de los artículos para esta sección, sino que podrán tener un estilo más libre.

CASTELLANO.
PORTUGUÉS.

Reflexiones Desconfinamiento en Educación Infantil.

A raíz del anuncio de la posible apertura 
de los centros educativos para niños de 0 a 6 años de aquí a tres semanas, nos gustaría exponer 




raíz del anuncio de la posible apertura de los centros educativos para niños de 0 a 6 años
de aquí a tres semanas, nos gustaría exponer una serie de reflexiones al respecto y algunas
certezas sobre nuestro trabajo.

En referencia al hecho de que sólo se abran las escuelas para los niños de 0 a 6 años de aquellas familias que tengan que trabajar los dos miembros fuera de casa, surgen muchas dudas también respecto a las necesidades de las familias de niños mayores y cómo podrán justificar algunas de ellas su situación laboral.

Leyendo las declaraciones de la ministra Celáa, también nos parece irresponsable enfrentar a los
niños de 0 a 6 años a riesgos, exponiéndose ellos y sus familias, mientras anuncia que los
mayores de 6 años tienen que seguir confinados.

Estas decisiones no hacen más que demostrar la concepción asistencial que se le continúa dando a la educación infantil, pero no queremos entrar en este debate ahora mismo.

Creemos que ante el hecho de estar confinados por una pandemia mundial, no podemos quedarnos solo con el argumento de la “conciliación” para plantear la apertura de las escuelas.
Creemos que ante el hecho de dejar muy claros los protocolos a seguir en locales comerciales, qué equipos de protección son necesarios, y todos los rituales de higiene y desinfección, urge un debate y una argumentación de salud que avale la decisión de abrir las escuelas.Y esto es lo que todavía no tenemos.

¿CÓMO PODEMOS GARANTIZAR UNAS MEDIDAS DE SEGURIDAD EN LA ESCUELA INFANTIL DE 0 A 3 AÑOS?

Quizás hay que recordar o explicar a aquellos que no están vinculados de ninguna forma al ámbito de la pequeña infancia, cuál es el día a día de un centro con niños y niñas menores de 3 años.

El vínculo con criaturas pequeñas pasa por la atención directa y atención a las necesidades básicas, y éstas, evidentemente, implican contacto corporal por la proximidad (un cuidado, limpiar una nariz, cambiar un pañal, ofrecer una comida, consolar un llanto, curar una herida, vestir-desvestir, acompañar el descanso,... no acabaríamos nunca....).

Uno de los sistemas más importantes de una criatura es el propioceptivo, quizás del que menos se habla, pero del cual depende la manera en que una persona se ubica y se estructura como tal dentro de su entorno. Este sistema se va formando a partir de la percepción recibida de los diferentes sentidos y especialmente del contacto, de las sensaciones que recibe a través de la piel y que estructuran la información de su exterior, para así poderla usar para adaptarse al medio y desarrollarse. ¿Las mascarillas nos acompañarán? ¿Los guantes nos acompañarán?
¿Qué imagen percibe el niño de todo eso?

Y tenemos que pensar en el espacio de la escuela y en el juego de los pequeños, de la necesidad de moverse, de tocar, de lamer, de explorar, de subirse a diferentes estructuras, de apilar, de encajar, de construir juntos y juntas, de relacionarse los unos con los otros, etc... Actividad necesaria para su desarrollo global. No se puede pedir que se contenga todo esto porque estaríamos limitando las capacidades de los niños.

Venimos también de una dinámica con rátios muy altas que no contempla las necesidades de vida y relación de una criatura. Así que contamos con espacios pequeños, pocas persones adultas y muchos niños y niñas con necesidad de ser acogidos, acompañados, cuidados,... Pero estos niños y niñas también tienen unas familias que viven y se relacionan con familiares suyos, con compañeros y compañeras de trabajo, vecinos y vecinas del barrio, seguramente también tienen hermanos o hermanas,... Es habitual que cuando hay alguna dolencia infecciosa (tipo escarlatina,
varicela, boca-mando-pie,...) la encontremos también en diferentes centros educativos del barrio. Somos una red muy potente de relación y esta característica arrastra muchas cosas.

¿Cómo podremos garantizar una contención? ¿Y cómo podemos asegurar que las maestras no tenemos el virus y que por lo tanto no lo podemos transmitir? ¿Cómo lo haremos para protegernos y para proteger a los más pequeños y a sus familias? ¿Y a las nuestras? ¿Qué equipos de protección tendremos que llevar? ¿Quién recogerá a las criaturas de la escuela? Si los padres trabajan (y por eso se abren), ¿vendrán los abuelos? ¿Los ponemos en riesgo? ¿Cómo se puede mantener una distancia social en el marco de la escuela infantil de 0 a 3 años? ¿Entre niños y niñas?, ¿Entre criaturas y adultos?

Es imposible, y pedirlo es ir en contra no sólo de los proyectos, sino también poniéndo
en riesgo el derecho al bienestar y al desarrollo de los más pequeños, y de manera extensa, el de sus familias y el de las educadoras.

Se ha hablado mucho del derecho de los niños y las niñas a salir a la calle, pero no se está hablando del derecho a volver a la escuela en unas condiciones dignas de seguridad. ¿La OMS considera la infancia población de riesgo y queremos abrir las escuelas?

Y no nos olvidemos de aquellos que viven situaciones de vulnerabilidad. Precisamente este
sector seria el que más atención necesitaría y probablemente no tenga los dos progenitores (o uno) trabajando.

Sin dar respuesta a estas preguntas, creemos que se está poniendo en riesgo a la pequeña
infancia y a su red de relaciones; le quitamos valor y seguimos con la dinámica de que los
más pequeños son los que se tienen que adaptar y remangar para que la sociedad capitalista y feroz pueda seguir funcionando.

Volvemos a poner en los niños y las niñas el peso de la conciliación. Y quizás lo que tocaría ahora como sociedad justa, sería que se pudiera dar un permiso para cuidar a las hijas y  a los hijos hasta que sea seguro volver a las escuelas.

Las criaturas pequeñas no tienen que tener la responsabilidad de tener cuidado de contener el virus ni de cuidarnos, y tomando la decisión de volver a los centros educativos les estamos traspasando esta responsabilidad, porque tendrán que aceptar convivir con situaciones de gran estrés familiar, tendrán que volver a vincularse con personas sin cara, sus relaciones y cuidados llegarán sin contacto,... ¿qué desarrollo le ofrecemos?

Los equipos de las escuelas infantiles municipales y de los espacios familiares de la ciudad hemos tenido más tiempo que nunca para reflexionar sobre cuál es nuestro papel con la pequeña infancia, de qué manera incidimos en los más pequeños y sus familias día a día y buscar nuevos planteamientos para saber acompañarlos. La situación actual nos hace pensar en los diferentes funcionamientos familiares, en las posibilidades de cada núcleo y en cómo podremos acoger toda la vivencia de la pandemia tanto a nivel profesional como personal. No nos planteamos esta parada como un periodo de descanso; para nosotros no es un descanso, es un tiempo para seguir con la reflexión, la formación y el intercambio de recursos para saber adaptar nuestros saberes y  metodologías a todo lo que vendrá con la vuelta.


Nada nos gustaría más que volver a disfrutar de nuestra tarea como educadoras y educadores. No podemos decidir sin pensar de qué manera volveremos a empezar, y sobre todo no podemos volver a empezar de cualquier manera. Ahora nos toca pensar y planificar cómo acogeremos. Toca trabajar y preparar las bases ya que el retorno será intenso, emocional y físicamente.

Nuestra responsabilidad también como trabajadoras públicas es pedir que se cumplan una serie de garantías para la vuelta, por el bien de todas y todos. Porque no podemos poner en riesgo todo aquello que hemos conseguido durante este tiempo. Porque creemos que nuestra responsabilidad como trabajadoras públicas es también el bienestar común.

Por lo tanto, queremos argumentos sanitarios en la decisión de volver a las escuelas en tres semanas, y no solo argumentos de conciliación y reactivación económica, producto de una sociedad capitalista.

Col·lectiu de Mestres i educadores de les Escoles Bressol Municipals de Barcelona.

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Desde GSIA pensamos que en la nueva situación que apenas hemos comenzado a vivir será imprescindible sustituir las visiones lineales, unidireccionales, dominantes por otras abiertas a contemplar la complejidad de una vida social entendida a través de múltiples redes, nudos e intereses. Entre esas nuevas complejidades están los derechos de los últimos ciudadanos que han llegado a la palestra social como son los niños, niñas y adolescentes, que necesariamente tiene que subir en su protagonismo, el que les pertenece, ni más  ni menos.
Los hechos que pone en claro estas reflexiones los entendemos como un ejemplo de ello.
Es una muestra más de conflicto de intereses que sólo puede resolverse con consensos que vayan dando forma a un nuevo contrato social.
No se trata de un o blanco o negro, de un qué se dice que me opongo, sino de una decisión a tomar en el marco de diferentes intereses en liza (de los niños, de las educadoras, de las madres, de los autónomos, de los empleados públicos, de los decisores políticos...)

Ellos sí que saben: la crisis del coronavirus contada por los niños.



Con unos ojos siempre especiales e imaginativos, 
los niños son capaces de mostrar su particular visión de esta crisis.
Reunión del Comité de expertos.



  
No pueden evitarlo. Ni falta que hace. Son niños, tienen ojos de niño y lo interpretan todo como lo que son: niños. En ocasiones, con frescura; otras veces, con inocencia. Pero también con una sencillez y una claridad que los adultos, en nuestro mundo de complicaciones, no somos capaces de alcanzar.

Su mundo, como el de todos, ha sufrido un vuelco espectacular en el último mes y medio. Sin cole, sin jugar con sus amigos, sin jugar en el parque. A su favor, eso sí, cuentan con un poderoso aliado: la imaginación. Por eso, cuando se les pregunta por cuestiones relacionadas con la crisis provocada por el coronavirus, siempre encuentran su modo de responderlas.

Es bueno que hablen, que se expresen. También que dejen volar esa imaginación y manifiesten sus sueños, los deseos que tienen para cuando se recupere una mayor normalidad. Puestos a jugar, nada como hacerlo dejando volar esa imaginación.

Los niños, siempre especiales, nos recuerdan de manera constante que #SeguimosConectados. Porque ellos sí que saben. Son unos verdaderos expertos.