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El cuerpo como zona de sacrificio; economía política y libidinal del malestar.

 Lo que se etiqueta como malestar psíquico está relacionado con la precarización de la vivienda y el trabajo, de los vínculos y los afectos, de la misma existencia. 
La medicalización de la sociedad terapéutica tapona los interrogantes. 
Tapona el pensamiento. Tapona la acción. 
Es el “como si nada” de las autoridades universitarias frente al caso de suicidio, 
pero con otro lenguaje
Nunca pasa nada. / Acacio Puig
La verdadera catástrofe es que todo siga igual.
(Walter Benjamin) 

Una chica se arroja al vacío desde la duodécima planta de la facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. El decanato decide continuar las clases como si nada, aconsejado supuestamente por un equipo de psicólogos. Se diserta y se toman apuntes mientras levantan el cuerpo de la chica. Sus compañeros y otros estudiantes protestan, logran interrumpir el silencio. 

¿A quién se le ocurre que lo mejor, cuando sucede algo así, es reproducir la normalidad y no hablar? Negar la palabra, el intercambio de palabras, precisamente lo único que puede curar algo, como sabemos desde Freud. Esa chica decidió quitarse la vida a primera hora de la mañana en el lugar donde estudiaba, ¿acaso no hay nada que pensar al respecto? Seguir igual es no responder de ninguna manera a su gesto. No acogerlo de ningún modo. Reducirla a la nada por segunda vez. 

La Facultad de Geografía e Historia fue la mía durante muchos años como estudiante, pero no recuerdo nada parecido. Los tiempos han cambiado mucho desde entonces, a la vez veloz e imperceptiblemente. La presión neoliberal al rendimiento ha transformado nuestras sociedades en profundidad. Los adolescentes y los jóvenes hablan hoy de síntomas, medicaciones y terapias con total soltura, como en otros tiempos hablábamos de porros, motos y chupas. 

La normalidad no es ningún refugio que haya que proteger, sino justamente el nido de la serpiente. Lo que hay que interrogar y pensar radicalmente. Desgraciadamente, el “negacionismo” de todo lo disruptivo, de las señales de daño psíquico, social o ambiental, no sólo es un atributo de la extrema derecha, sino transversal a todas las ideologías políticas. Una cuestión de sensibilidad, no de ideas

¿Aprenderemos a ver y leer esas señales? ¿A detener el maldito “como si nada” de la normalidad mortífera para pensarlas juntos y hacernos cargo?

Economía política del malestar 
Necesitamos cambiar el mundo, no que nos mediquen para soportarlo.
(Pintada)

Los llamados problemas de salud mental atravesaron con la pandemia la barrera del sonido y empezaron a ser audibles públicamente en sociedad. Durante muchos años, distintos autores, grupos y movimientos pensaron la extensión del malestar psíquico y anímico paralela a la transformación neoliberal del mundo, dando así la voz de alarma. Ahora se ha creado un nuevo cargo en el Ministerio de Sanidad, el Comisionado de Salud Mental, con el objetivo de “rebajar el sufrimiento en la sociedad”. 

Las declaraciones de Belén González, la primera comisionada, impresionan. Por lo que señala y por su análisis. Allí donde sólo se ven problemas de salud mental, ella invita a pensar una cuestión política y social. Es un desplazamiento decisivo de la mirada. Lo que se etiqueta como malestar psíquico está relacionado con la precarización de la vivienda y el trabajo, de los vínculos y los afectos, de la misma existencia. 

El lazo con el otro está frágil o deshecho, las comunidades barriales o laborales apenas existen. Sin colectividad ninguna a la que acudir, se va al médico. El malestar habla el lenguaje de la salud mental porque es la única vía legitimada para expresarse, conseguir una baja laboral, ser escuchado y tenido en cuenta. Pero lo que se presenta como un caso de estrés o ansiedad tiene mucho que ver con un jefe cabrón o el trabajo cotidiano en un lóbrego sótano. 

El problema es que el lenguaje médico individualiza y despolitiza lo que es común y colectivo. Trata de resolver por la vía del diagnóstico y la medicación lo que requeriría una transformación social de las estructuras sociales. Tapona la escucha singular del malestar (y el tratamiento específico) a través de categorías y soluciones a priori

El malestar no es algo que deba ser “curado” a toda prisa y de cualquier modo, sino en primer lugar interrogado. No se trata simplemente de contenerlo o aliviarlo, sino de escucharlo y acompañarlo. Porque el malestar habla, nos habla, nos está hablando de la necesidad de cambiar las condiciones de vida. Es la señal de que algo no anda bien en la organización de la vida colectiva. 

“No es depresión, sino deserción” dice Franco Berardi (Bifo). Lo que se clasifica como problema de salud mental es una protesta silenciosa contra el estado de las cosas. No estamos deprimidos, sino en huelga. Una huelga de nuevo tipo, existencial, humana, que aún no encuentra su forma política, su modo de compartirse. 

La medicalización de la sociedad terapéutica tapona la pregunta. Tapona el pensamiento. Tapona la acción. Es el “como si nada” de las autoridades universitarias frente al caso de suicidio pero con otro lenguaje. 

Economía libidinal del malestar 
¿Qué tenemos que curar? No lo sé con precisión, pero al menos esto
en primer término: la enfermedad de querer curar.
(Jean-François Lyotard)

Los planteamientos de Belén González, que retoman otros como los que Guillermo Rendueles lleva exponiendo hace décadas, me parecen impecables en términos de “economía política”: la precarización, la explotación y la atomización social resultante como causas objetivas del sufrimiento. 

Propongo ahora complementar este enfoque con un análisis “en economía libidinal”. ¿Qué significa esto? Pensar la dimensión deseante, psíquica y anímica de nuestra sociedad. Preguntarnos por la relación entre capitalismo y deseo. Las causas subjetivas del malestar. 

¿Cómo aparecen las cosas, cómo experimentamos la vida, qué nos hace vibrar? El malestar tiene también que ver con una relación con el mundo. Con la interiorización de las lógicas de rendimiento y competitividad. No sólo somos víctimas pasivas o inocentes de la vida-mercado, sino también sus agentes activos y entusiastas incluso. 

Hoy el mandato de productividad pasa adentro. ¿Adentro de qué? De nosotros mismos. Cada cual reproduce el sistema que nos daña al tomarse a sí mismo como capital humano que gestionar: capital-cuerpo, capital-erótico, capital-imagen, capital-visibilidad, capital-relaciones, capital-contactos, capital-proyectos, capital-ideas, capital-salud y capital-capacidades. 

La presión al rendimiento y la competitividad nos hace vibrar. La demanda de hipercomunicación e hiperexpresividad encuentra en nosotros un eco. El mandato de productividad se apoya en nuestros ideales de perfección y de control, en nuestros ideales del yo. Por eso también hay gente con buenos salarios que sufre psíquica y anímicamente, como analiza David Graeber en su Trabajos de mierda

El movimiento del capital, según lo analiza Marx, busca siempre la expansión: siempre más productividad, rendimiento y competitividad, independientemente del bienestar, la satisfacción y la felicidad de los sujetos. En esta lógica autónoma, los territorios, los recursos y las poblaciones aparecen como inmensas zonas de sacrificio. Zonas a devastar y consumir a mayor gloria del imperativo insaciable de la ganancia. 

Nosotros mismos, cuando nos identificamos íntimamente con el capital, obedecemos también esa lógica de siempre-más. Y nuestro propio cuerpo aparece entonces como una zona de sacrificio. Sacrificio de los vínculos y los afectos, de la satisfacción y la felicidad, del reposo y el descanso en la persecución insensata del beneficio, la exigencia y la autoexigencia, la culpa y la deuda. 

Nuestros padres y abuelos sacrificaron el cuerpo a través de la represión disciplinadora y autoritaria. Hoy lo hacemos mediante la movilización total, la optimización y la maximización, la gestión empresarial de uno mismo y la marca personal. Una renuncia al cuerpo –a sus inclinaciones, ritmos y altibajos propios– ya no por represión y negación, sino por aceleración y autosuperación permanente. El gimnasio acristalado como nuevo altar público de la lógica sacrificial.

Es ridículo considerar a nuestra sociedad como “hedonista” cuando desconoce absolutamente el placer como gratificación y recompensa que se basta a sí misma. El consumo –el único goce que se conoce– es la compensación de una vida amputada, sin proyecto ni sentido propios, sometida al deseo del Otro, al imperativo de rendimiento y competitividad. Una compensación que, como sabemos bien por experiencia, no calma, aplaca o sacia nada. La insatisfacción es estructural. Un pozo sin fondo. 

Politizar el malestar
Para acabar con la masacre del cuerpo
(Félix Guattari)

¿Cómo aflojar el nudo de la productividad? ¿Cómo dejamos de identificarnos y vibrar con los imperativos de siempre-más? ¿Cómo salir de la lógica del sacrificio? 

Desatar el nudo de la productividad depende de la mejora de las condiciones objetivas: salarios e ingresos, condiciones y espacios de trabajo, tiempo y recursos. Pero también depende de una mutación del deseo. Primero un desasimiento del mandato de rendimiento, luego la instauración de otra relación con el mundo, una nueva experiencia de vida. 

Habría que volver a pensar a Marx con Freud, a Freud con Marx, reanudar el diálogo entre política y psicoanálisis. Sin Marx, sin crítica de la economía política y luchas sociales, el psicoanálisis se vuelve adaptativo: minimización de daños mediante el aprendizaje personal de otra relación con el mundo. Sin Freud, sin crítica de la economía libidinal y luchas de deseo, la política acaba prescindiendo de los sujetos y retornando al punto de partida, incapaz de cambio cualitativo.

Politizar el malestar es una bella consigna pero un camino difícil. El malestar es a la vez íntimo y común. La presión al rendimiento se inscribe en cada cuerpo de manera diferente, dependiendo de su historia particular, de su biografía psíquica, de sus heridas y cicatrices personales. La “clase” de los sintomáticos no existirá nunca como bloque homogéneo e identitario, sólo como trama compleja de cuerpos y voces singulares. Una conversación entre diferentes, una configuración de únicos, una banda de solistas. 

Freud llamaba “sublimación” al saber-hacer con los malestares íntimos. En lugar de padecer el sufrimiento de forma aislada, ser capaz de elaborar a partir de él algo común y compartido (una obra de arte por ejemplo). Pero se equivocaba al atribuir esa facultad únicamente a algunos artistas geniales. Cualquiera puede, y también en colectivo. Es posible pensar la politización del malestar como un trabajo de sublimación a la vez íntimo y común: salir del padecimiento individual, encontrarse y elaborar el malestar como energía de transformación. 

Politizar el malestar empieza por una pregunta: ¿Qué (nos) está pasando? Una pregunta que interrumpe los automatismos, en primer lugar el automatismo del silencio, la normalidad donde anida el mandato de productividad y competencia. Y prosigue con una conversación, un espacio-tiempo de elaboración colectiva desde lo más singular y lo más propio, desde el cuerpo y la vida dañados. Para leer juntos las señales y hacernos cargo. 

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Amador Fernández-Savater acaba de publicar Capitalismo libidinal; antropología neoliberal, políticas del deseo, derechización del malestar

La Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España, ESTUDES 2023

 El Informe ESTUDES se lleva a cabo de forma bienal, desde 1994, 
en estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14 a 18 años. 


Plan Nacional sobre Drogas.
Ministerio de Sanidad.

ESTUDES tiene por objetivo recabar información de valor para diseñar y evaluar políticas dirigidas a
prevenir el consumo de drogas y otras adicciones y los problemas derivados, que se orientan
principalmente al medio familiar y/o escolar. Esta información complementa a la que se consigue a través de otras encuestas e indicadores epidemiológicos.

A partir de este objetivo general, se establecen los siguientes objetivos específicos:
 Conocer la prevalencia de consumo de las distintas drogas psicoactivas y de otras adicciones.
 Conocer las características sociodemográficas más importantes de los consumidores.
 Conocer algunos patrones de consumo relevantes.
 Estimar las opiniones, conocimientos, percepciones y actitudes ante determinados aspectos
relacionados con el abuso de drogas (disponibilidad percibida, riesgo percibido ante diversas
conductas de consumo) y algunos factores relacionados con el consumo y otras adicciones.
 Estimar el grado de exposición y receptividad de los estudiantes a determinadas
intervenciones. 

Para su realización se cuenta con la colaboración de las Comunidades y Ciudades Autónomas.




"¡Puto móvil!". He leído y acepto que el puto móvil dañe la salud mental de mis hijos.

que crean adicción intencionadamente y ponen en peligro a niños y adolescentes.

La primera responsabilidad es de esas compañías cuyo modelo de negocio busca 
maximizar beneficios a costa de la salud pública, también de los menores
y de los gobiernos que no las regulan ni sancionan como deberían. 

Pero las familias también deberíamos darle una vueltecita al asunto.
Le regalaste a tu niño su primer móvil, le diste permiso a tu hija adolescente 
para que se instalase la misma red social que usan todas sus amigas, y como de costumbre
 marcaste la casilla de “He leído y acepto los términos y condiciones de uso” 
sin leer ni el primer párrafo. 
Total, para qué, si van a hacer lo que quieran, tanto las empresas como los hijos. 
“El puto móvil”, así lo llamas tú también en casa, ¿verdad?.
Una joven revisa su teléfono móvil, en una fotografía de archivo. EFE/Robert Ghement
Si hubieras echado unos minutos en leerte las condiciones, te habrías llevado una sorpresa: en el largo contrato pone cosas como que “esta aplicación está diseñada conscientemente para atraer, captar y atrapar a los más jóvenes”, “esta plataforma se aprovecha del dolor de los niños manipulándolos psicológicamente y manteniéndolos adictos a la vez que rebaja su autoestima”, “su uso prolongado por menores de edad tiende a correlacionarse con depresión, ansiedad y problemas de imagen corporal”, o que “la compañía busca maximizar el beneficio a expensas de la salud pública, poniendo a los niños en peligro”.
Espera, que el documento que aceptaste y firmaste sin leer es muy largo, hay más: “esta plataforma implementa funciones para extraer tiempo y atención adicionales de usuarios jóvenes cuyos cerebros en desarrollo no están preparados para resistir estas técnicas manipuladoras”“la empresa explota de manera desmedida las vulnerabilidades psicológicas de los usuarios jóvenes”, y la guinda: “nuestro algoritmo ofrece contenido de acuerdo con programas de refuerzo variable, manipulando la liberación de dopamina en los usuarios jóvenes, induciéndolos a usar repetidamente nuestros productos, como un jugador en una máquina tragaperras”.
Venga, ahora que ya lo has leído, dale a “aceptar” y deja a tu niño o tu niña que sigan con su móvil y su TikTok o su Instagram.
No, por desgracia los documentos de condiciones de las redes sociales no son tan sinceros y transparentes. Los párrafos anteriores los he copiado de la demanda que los fiscales de más de cuarenta estados norteamericanos acaban de presentar contra Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram o WhatsApp. Se unen a las decenas de demandas que hace meses presentaron también familias y centros educativos, contra Meta y también contra TikTok, Snapchat o Youtube, por el daño a la salud mental de los más jóvenes, pero también por el destrozo educativo y el mayor esfuerzo y gasto que tienen que soportar las escuelas públicas por “los crecientes costes atribuibles a la crisis de salud mental”.
No lo pone en ningún contrato, pero lo sabemos de sobra y no podemos seguir haciéndonos los tontos: llevamos años leyendo noticias sobre investigaciones que vinculan las redes sociales con daños a la salud mental de los adolescentes, además de trastornos alimentarios, suicidios, ciberacoso, insomnio, menor rendimiento escolar o hasta la captación y explotación de menores para el tráfico sexual.
Las familias no tenemos la culpa, pues la primera responsabilidad es de las empresas, y de los gobiernos que no las regulan ni sancionan como deberían. No es un problema de abuso o mal uso de su tecnología: es un modelo de negocio, su beneficio se basa en promover en los usuarios el abuso y el mal uso. Pero las familias deberíamos darle una vueltecita al asunto, desde que les ponemos el móvil a los bebés para que coman o no molesten, hasta regalarles su primer smartphone a edades cada vez más tempranas (en la comunión ya), y permitir o desentendernos de que usen redes sociales sin estar preparados para ello.
Llevamos años sospechando que no es bueno, leyendo noticias al respecto, viendo en vivo cómo afecta a nuestros hijos, cómo nosotros mismos nos convertimos en yonquis. Llevamos años refiriéndonos al aparato como “el puto móvil”, motivo frecuente de bronca familiar. Llevamos años comentando que, fíjate, los dueños e ingenieros de las grandes tecnológicas no dejan que sus hijos tengan pantallas, y en las escuelas de Silicon Valley usan pizarra, tiza y papel. ¡Qué curioso!. 
Nos hace mucha gracia cuando vemos a un niño, nativo digital, hacer el pellizco con los dedos sobre un libro buscando ampliar o reducir una página. Pero cada vez tiene menos gracia. Y menos que va a tener si en el futuro se confirman las consecuencias de la adicción y la toxicidad de plataformas y pantallas para toda su generación. Igual un día nos lo echan en cara: “¿por qué me disteis el puto móvil cuando no tenía edad para ello?” Y no podremos defendernos diciendo que hicimos clic en lo de “he leído y acepto las condiciones…”

El 70% de las adolescentes de Barcelona dicen sentir tristeza casi todos los días

El malestar emocional entre los adolescentes crece en Barcelona. Cuatro de cada diez chicas (38,6%) manifiesta sufrirlo, según un informe de la Agència de Salut Pública de Barcelona que analiza los datos de la encuesta de 'Factores de Riesgo en Estudiantes de Secundaria (FRESC) 2021'. En el caso de los chicos, el 20,3% también dice sentirse mal.

 

El Periódico

09 de octubre del 2023. 18:41




En el caso de los chicos, el 20,3% también dice sentirse mal. Se trata de datos peores a los recogidos en 2016, cuando afectaba al 23,2% de las chicas y al 11,7% de los chicos. El aumento de ese malestar es más evidente en las adolescentes y se agrava en los barrios de nivel socioeconómico desfavorecido (42,9% de las chicas y 20,9% de los chicos).


En cuanto al país de nacimiento, las chicas nacidas en el resto de España y en el extranjero son las que presentan mayor malestar emocional (55,6% y 43,1%, respectivamente).


Las diferencias respecto a los datos de 2016 se explican en parte por la irrupción de la pandemia. Según la agencia, el covid ha tenido un fuerte impacto y los adolescentes han sido uno de los grupos especialmente vulnerables a sus efectos sobre su salud mental.


7 de cada 10 chicas sienten tristeza casi todos los días


Según el informe, aparte del malestar, también ha aumentado el riesgo de mala salud mental. Según la encuesta, un 20% de las chicas (10,4% en 2016) y un 11,1% de los chicos (7,9% en 2016) acusan riesgo de sufrir un problema de este tipo. En las chicas, son más frecuentes los problemas emocionales (30,6%) y en los chicos los de inatención e hiperactividad (25,7%).


Respecto a 2016, el riesgo de mala salud mental también se ha incrementado en ambos sexos. Sin embargo, las cifras siempre son superiores en las chicas. En los chicos, el riesgo de mala salud mental disminuye con la edad (de 12,3% a los 13 años a 9,3% a partir de los 17), mientras que en las chicas parece mantenerse estable (del 21,3% a los 13 años al 21,2% a partir de 17 años).


Las chicas tienden a presentar mayores problemas de estado de ánimo que los chicos . Entre los más frecuentes, destacan la tristeza y el sentimiento de desesperanza hacia el futuro que se relaciona con el riesgo de depresión. En 2021, siete de cada 10 chicas (67,9%) y cuatro de cada 10 chicos (43,8%) expresa haber sentido tristeza o desesperanza casi todos los días. Las prevalencias, una vez más, son más elevadas entre las chicas de barrios desfavorecidos.


Insatisfacción con el cuerpo


El documento también analiza cómo aumenta la insatisfacción corporal en ambos sexos. Cerca del 60% de las y los adolescentes de Barcelona declara no sentirse a gusto con su imagen corporal, siendo las cifras más elevadas en las chicas (63,6%) que en los chicos (56,7%). Con la edad, la insatisfacción corporal tiende a disminuir en ambos sexos. Sin embargo, ha aumentado más entre los chicos que entre las chicas (19 puntos frente a 11 puntos porcentuales, respectivamente), en comparación con el año 2016.


Con los datos en mano, la agencia recomienda implementar programas de promoción de la salud mental en los centros escolares, impulsar la acción comunitaria para fomentar el apoyo en entornos fuera de la escuela, y ayudas y estrategias para incidir sobre determinantes sociales como la pobreza.

Salud y bienestar juveniles en España: un análisis longitudinal 2017-2021

Los y las jóvenes de este país sufren desde hace décadas una experiencia de presente y especialmente de tránsito al mundo adulto cuando menos dificultosa, si no muy problemática y bastante desigual para algunos sectores de la juventud; esta experiencia, con estas características, tiene una presencia constante, afectando a varias generaciones de jóvenes en España.

Ballesteros Guerra, Juan Carlos

Este informe refleja la evolución (cceso al Informe)
, desde el año 2017 hasta el año 2021, de las percepciones y valoraciones de chicos y chicas entre los 15 y 29 años sobre temas relacionados con sus condiciones vitales, su salud física y emocional y otros temas relacionados con las condiciones vitales que afrontan en un contexto tan difícil y complicado como lo es esta etapa pospandemia, que ha impactado de forma muy notable en el conjunto de la población española y entre los y las jóvenes en particular.

Pasado ya un tiempo desde el estallido de pandemia y desde la recuperación de las libertades, parece necesario abordar:
  • El contexto vital de los y las jóvenes; desempleo, economía, emancipación, etc.
  • Los problemas actuales y la percepción sobre su propia situación y sus expectativas de futuro en relación a estos temas.
  • Sus estados de salud —tanto física como psicológica—. Su bienestar emocional por medio de sus valoraciones acerca de su satisfacción actual, niveles de estrés y felicidad.
  • Las limitaciones a su bienestar; desigualdad, actitudes ante las conductas de riesgo, violencia de género, etc.
En definitiva, el estudio nace con una clara orientación, desde una hipótesis de trabajo inicial; un notable empeoramiento de la salud mental y bienestar emocional, especialmente a causa de la crisis ocasionada por la pandemia del COVID-19, pero también explicada por la degradación del contexto vital de los y las jóvenes —desempleo, circunstancias económicas, etc.—. 
Para ello, se trata de conocer cómo la población joven española de 15 a 29 años entiende y valora sus propias circunstancias. Se investiga el impacto de las condiciones contextuales (trabajo, economía, emancipación, etc.), la dimensión de los problemas físicos y psicológicos experimentados y los riesgos y limitaciones al bienestar.

Coordinación del estudio:
  • Anna Sanmartín Ortí
  • Alejandro Gómez Miguel
  • Stribor Kuric Kardelis

Observación General nº26, Versión para niños.


 ¿Qué deben hacer los gobiernos 
para proteger los derechos de los niños y las niñas, 
incluido su derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible?


Los daños medioambientales son una amenaza importante para los derechos de la infancia en todo el mundo. Los niños y las niñas exigen que se tomen medidas inmediatas y que se protejan sus derechos. Un medio ambiente limpio, sano y sostenible es un derecho humano en sí mismo y es necesario para que los niños y las niñas disfruten de sus derechos. 

Esta Observación General explica por qué es necesario tomar medidas urgentes en materia de medio ambiente y clima y qué deben hacer los gobiernos para proteger todos los derechos de la niñez. También deja claro que los gobiernos deben proteger los derechos de los niños y las niñas de hoy, así como los de las generaciones futuras.

Los esfuerzos de los niños y niñas por defender sus derechos medioambientales motivaron al Comité a crear esta Observación General. 
Los niños han desempeñado un papel muy importante en la elaboración de esta Observación General: 16.333 niños y niñas de 121 países compartieron sus opiniones e ideas en las consultas diseñadas con los miembros del Equipo Asesor Infantil para la Observación General N.º 26. 
Las citas de los niños y niñas que aparecen en la Observación General proceden de las consultas realizadas...

Ni Silencio Ni Tabú, edición 2023, Salud Mental Adolescente, Uruguay.

de Uruguay

 
Salud Mental Adolescente

La salud mental de adolescentes g jóvenes es un tema nacional de creciente interés g preocupación durante los últimos años, que adquirió nueva visibilidad g complejidad como consecuencia de la pandemia causada por COVID-19. Uruguay cuenta con una red de atención frente a crisis o problemas de salud mental, sin embargo carece de una política activa de promoción g prevención.

Tanto la implementación de la campaña Ni Silencio Ni Tabú, liderada por INJU e implementada entre julio g diciembre de 2022, como el Seminario Internacional sobre Salud Mental Adolescente realizado en noviembre del mismo año por AUCI g UNICEF, mostraron que este es un camino que el país debe recorrer para disminuir las afectaciones de salud mental de su población.


Acceso al 
Programa de promoción del bienestar psicoemocional de adolescentes y jóvenes.

Conoce la edición 2023 de Ni Silencio Ni Tabú


#NiSilencioNiTabú es una iniciativa nacional de sensibilización sobre salud mental y bienestar psicosocial dirigida a adolescentes y jóvenes que busca promover su involucramiento y participación en la temática, haciendo visible lo que piensan, lo que sienten y lo que proponen.



Conocé y descargá el kit de herramientas
#NiSilencioNiTabú llega a adolescentes y jóvenes en todo el país, a través de un  kit de materiales con dinámicas y propuestas desarrollados por UNICEF e INJU, con el apoyo de profesionales de salud mental.
Seguí la conversación en redes con el hashtag #NiSilencioNiTabú

https://www.instagram.com/p/CvNs20Mt_iA/?igshid=MTc4MmM1YmI2Ng%3D%3D
https://www.instagram.com/p/CvaVVkUuvnY/?img_index=1

Ni Silencio Ni Tabú es un programa que se desprende de la estrategia de promoción del bienestar psicoemocional de adolescentes y jóvenes. 
Es impulsado por el Instituto Nacional de la Juventud, de MIDES junto a UNICEF y con el apoyo del Ministerio de Salud Pública. Forman parte de este programa también: AUCI, MEC, ANEP, ASSE, INAU, INISA, INR, Secretaría Nacional de Deporte, Junta Nacional de Drogas, Ceibal, Medios públicos y Congreso de Intendentes.

Publicidad, alimentación y derechos de la infancia en España. Informe Fund. Gasol

Informe sobre la exposición a la publicidad de productos 
de alimentación y bebidas, los hábitos alimentarios y la ingesta de nutrientes 
de la población infantil y adolescente  en España.

Foundation GASOL,
@GASOLFOUNDATION.

Este informe establece la primera evidencia científica en España sobre el nivel de exposición a la publicidad de productos de alimentación y bebidas para la población de 8 a 16 años. 

Se basa en dos estudios poblacionales*, uno de ellos representativo de toda la población infantojuvenil. 

Además, se realiza un análisis descriptivo del uso de pantallas, el nivel socioeconómico, los hábitos de alimentación, la frecuencia de consumo de ciertos productos de alimentación y bebidas y la ingesta energética y de nutrientes en función de la exposición a la publicidad.

Los artículos científicos que se publicarán en base a este primer análisis descriptivo de los datos disponibles, permitirán seguir profundizando y ampliando la evidencia
científica en este campo...

Peticiones
.- Que se haga efectiva la regulación de la publicidad y el márquetin de productos de alimentación y bebidas dirigidos al público infantil y adolescente, tal y como se establece en el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil.

.- Que se sigan las recomendaciones de los organismos internacionales como UNICEF o la OMS, que establecen la necesidad de regular la sobreexposición de la población infantil a la publicidad y al márquetin de productos de alimentación y bebidas no saludables. En especial, que se consideren las directrices establecidas por la OMS (48) sobre las políticas que deberían adoptar los estados miembros de Naciones Unidas y que establecen que debe protegerse a los niños y niñas de todas las edades del márquetin de alimentos y bebidas con alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, azúcares libres y/o sal. Dichas políticas deberían cumplir los siguientes principios básicos:
*_ Que sean de obligado cumplimiento.
*_ Que protejan a la infancia de todas las edades.
*_ Que utilicen un modelo de perfil nutricional liderado por cada uno de los gobiernos, que permita clasificar los alimentos y bebidas cuyo márquetin debe ser restringido.
*_ Que sean lo suficientemente exhaustivas como para minimizar el riesgo de migración de la publicidad y el márquetin a otros medios, a otros espacios dentro de los mismos medios (como el entorno digital) o a otros grupos de edad.
*_ Que se restrinja el poder de persuasión de la publicidad y el márquetin alimentario.

.- Que se protejan los derechos de la infancia, mediante la regulación de la publicidad y el márquetin de alimentos y bebidas, tal como reclaman, de forma reiterada, los organismos internacionales, las sociedades científicas y la sociedad...

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*Este informe ha sido elaborado por la Gasol Foundation Europa a partir de los datos del estudio PASOS 2022-2023, así como del barómetro de UNICEF 2020-2021 de opinión de la infancia y adolescencia. 
Especial agradecimiento a las centenares de escuelas de educación primaria y secundaria, a las familias y a las/los niñas/os y adolescentes que desinteresadamente han participado en estos estudios poblacionales llevados a cabo en España.
El equipo de la Gasol Foundation Europa que ha liderado la elaboración de este informe está compuesto por: Paula Berruezo, Silvia Torres, Juande Ródenas, Genís Según, Martín Tribaldos, Laura Lorenzo, Cristina Ribes, Dr. Santi F. Gómez

‘El alto precio de la belleza: Explotación laboral infantil en la cosmética mundial’,

Gran parte del crecimiento de la industria cosmética podría producirse 
a expensas de los niños o de su explotación laboral.
Investigación sobre millones de niños trabajan en la producción de ingredientes para cosméticos.
«Puede que los productos libres de crueldad no incluyan pruebas con animales, 
pero es probable que incluyan ingredientes obtenidos con el explotación laboral infantil»

El mercado mundial de cosméticos está creciendo rápidamente, impulsado por los cambios en los  vida, la creciente  conciencia de los consumidores, el aumento de los ingresos disponibles el papel de las redes sociales y los influencer.

Valorado 532,43 mil millones de dólares americanos en 2018, el mercado mundial de cosméticos experimentó una rápida contracción del 15% durante la pandemia mundial de COVID-19 en 2020, volviendo al crecimiento en 2021.
Se espera que alcance un valor de 622.000millones de dólares en 2028. 
Sin embargo, a menos que cambien las políticas mundiales y nacionales, aumente la responsabilidad de las empresas y los consumidores tomen medidas, gran parte del crecimiento de la industria cosmética podría producirse a expensas de los niños o de su explotación.


La investigación identificó ingredientes en cosméticos que tienen "un alto riesgo de trabajo infantil" en su abastecimiento y producción.

«En las minas ilegales de la India y el Congo, los niños mueren en pozos mineros derrumbados mientras excavan en busca de minerales que nos ayuden a brillar y a retrasar el envejecimiento. La enrevesada naturaleza de las cadenas de suministro mundiales hace que las familias no ganen lo suficiente para mantener a sus hijos escolarizados y sin trabajar. Mientras la demanda y los beneficios de las empresas cosméticas aumentan, también lo hace el riesgo de trabajo infantil», ha alertado la responsable de Sensibilización y Relaciones Externas de World Vision, Daniela Buzducea.

El informe de World Vision también revisa las políticas de las siete mayores empresas de belleza en 2018, y de nuevo en 2022, y se observan «avances en la documentación de las normas de los proveedores, la formación, la disponibilidad de líneas directas y las auditorías». Si bien, en el mismo período también se observa «un aumento masivo» de niños y niñas que trabajan para recolectar ingredientes utilizados en cosméticos como el cacao, el cobre, la mica y la vainilla...

"Para que el Derecho a un Ambiente Sano Se Reconozca a Nivel Internacional": Manifiesto y Coalición Mundial ganan Premio Derechos Humanos ONU 2023.

El día 20 de julio de 2023, la Organización de las Naciones Unidas anunció 
ha sido una de las galardonadas con el prestigioso 


La coalición ha recibido este galardón por su papel esencial en la defensa del reconocimiento del derecho a un medio ambiente sano por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2022. 



Miles de niños, jóvenes y aliados se movilizaron para conseguir este reconocimiento, y este premio es un homenaje a sus voces.

El Premio de Derechos Humanos de la ONU se otorga una vez cada cinco años a varios destinatarios a la vez. Este año es la primera vez que se otorga a una coalición mundial. El premio se entregará en Nueva York el 10 de diciembre, fecha que también marca el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo que hace que este reconocimiento sea aún más especial.

Este logro solo fue posible gracias a los incansables esfuerzos que comenzaron hace décadas y que dieron como resultado que miles de personas de todo el mundo se unieran para lograr un hito: el reconocimiento por parte de las Naciones Unidas del derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible. En primer lugar, el premio destaca la importancia de colaborar para avanzar en la tan necesaria protección de nuestro planeta y el cumplimiento de los derechos humanos. Por sí sola, ninguna organización, movimiento o persona hubiera sido capaz de lograr el reconocimiento universal del derecho a un ambiente sano. Juntos, una coalición global diversa hicieron de esto una realidad.

Además, el premio reconoce la necesidad de proteger espacios participativos para todos. Dado que los espacios cívicos se están reduciendo de manera preocupante y muchos defensores de los derechos humanos y del medio ambiente están siendo atacados en todo el mundo, el premio envía un fuerte recordatorio: es esencial respetar y fortalecer los espacios de participación y colaboración. La protección de los espacios cívicos y el respeto y apoyo a todos los defensores de los derechos humanos es fundamental para la implementación efectiva de este derecho recientemente reconocido. El derecho también es un componente integral de la justicia ambiental y la democracia y proporciona un camino sin fisuras para proteger los derechos de las generaciones futuras.

Este anuncio llega solo unos días antes del aniversario del 28 de julio del reconocimiento por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas del derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible. 

Desde entonces, millones han seguido experimentando los impactos acumulativos y acelerados de la triple crisis planetaria de pérdida de biodiversidad, cambio climático y contaminación, exacerbada por desigualdades sistémicas, que contribuye a las continuas violaciones del derecho a un medio ambiente saludable en todo el mundo. Este premio enfatiza que hoy más que nunca los Estados deben hacer realidad este derecho. Es tanto un reconocimiento como un llamado a la acción para que los gobiernos, las empresas, las instituciones y las personas de todo el mundo aseguren que el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible se garantice de manera efectiva y se proteja legalmente para que todos puedan disfrutarlo.

Lea las reacciones de los miembros de la coalición CERI:

“Miles de niños, jóvenes y aliados de todo el mundo se movilizaron para exigir el reconocimiento universal del derecho a un medio ambiente sano. Este premio es un importante tributo al poder de sus voces, y las de muchos otros grupos y comunidades en la primera línea de la crisis ambiental. Sirve para recordarnos nuestro poder cuando nos unimos y nos hace más decididos que nunca para garantizar que este derecho se realice”. Joni Pegram, Secretaría, Coalición Iniciativa por los Derechos Ambientales de los Niños (CERI)

“La adopción de la resolución de la Asamblea General de la ONU que reconoce el derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible fue un gran logro a nivel mundial que ofrece esperanza a los niños de todo el mundo de que sus gobiernos tomarán medidas para abordar la crisis ambiental y climática que amenaza su salud, educación, bienestar e incluso supervivencia. Con más de 1 de cada 4 muertes de niños menores de 5 años atribuibles a entornos insalubres, la resolución ofrece un potencial significativo para impulsar la implementación de las obligaciones relativas a los derechos del niño.
Este premio es un tremendo honor para todos los involucrados en la Coalición Global para el Reconocimiento del Derecho a un Medio Ambiente Saludable, pero igualmente un reconocimiento importante del papel vital que juegan la sociedad civil, los Pueblos Indígenas y los movimientos sociales de base para generar cambios, particularmente cuando trabajamos juntos. Aprovecharemos este reconocimiento a medida que continuamos trabajando con socios y elevando las voces y demandas de los niños para promulgar políticas que hagan realidad este derecho”. Inger Ashing,  CEO, Save the Children Internacional

“El Premio de Derechos Humanos de la ONU no solo reconoce el compromiso extraordinario y el arduo trabajo de la sociedad civil, los jóvenes y las organizaciones de los Pueblos Indígenas. El reconocimiento por parte de tantos estados del derecho a un medio ambiente sano, limpio y sostenible subraya lo fundamental que es preservar nuestro planeta y toda la vida para nuestros hijos y nietos, las generaciones futuras y todos los seres vivos de la Tierra. Y ahora trabajaremos para garantizar que los Estados cumplan con sus compromisos e implementen políticas sostenibles y con visión de futuro”. Samia Kassid,  directora sénior del programa “Los derechos de los niños y los jóvenes”,  World Future Council

“En un momento en que los espacios cívicos se reducen y están bajo ataque, este es un gran logro para la sociedad civil que reconoce su papel crucial en la protección de las personas y el planeta. Este es también un mensaje de esperanza y determinación para los niños, que demuestra el poder de la sociedad civil, los Pueblos Indígenas, las comunidades locales y los movimientos sociales que se unen y anima a los niños a seguir haciendo oír su voz para proteger sus derechos, el planeta y todos nuestros futuros. Este premio es un llamado a los Estados para hacer realidad el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible para los niños de hoy y para las futuras generaciones”. Isabelle Kolebinov,  Coordinadora de Políticas y Promoción, Red Internacional de Derechos del Niño (CRIN)