Mostrando entradas con la etiqueta salud y derechos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta salud y derechos. Mostrar todas las entradas

¡Qué se pregunta un niño, cuando sabe que se va a morir?

 Entrevista al Dr. Ricardo Martino: 
Jefe de Paliativos pediátricos del Hospital Infantil del Niño Jesús,
Personas que acompañan a los Niños al Final de sus Días.

Los Mejores Podcast de Sr. Wolf Podcast

El Sr Wolf entrevista al Dr. Ricardo Martino: jefe de paliativos pediátricos. Una dura entrevista donde el doctor nos hablará sobre como afrontar la muerte, qué se pregunta un niño cuando sabe que se va a ir, como los padres vencen la pérdida de un hijo y de la importancia de la sección de paliativos en pediatría; una sección que, por desgracia, la administración pública se niega a instalar en más hospitales.

¿Quieres que te Ayudemos a Crear Tu Podcast? Contáctanos 👉🏼 https://srwolf.es/


El 93 % de los adolescentes creen que deberían cambiar los hábitos de uso de la tecnología

El 93 % de los adolescentes creen que deberían cambiar algunos hábitos en el uso de las pantallas, como reducir el tiempo o dormir con el dispositivo en otra habitación, aunque también subrayan -el 14 %- que sus progenitores los usan más que ellos.


Infobae

9 dic, 2024



Son datos del estudio 'Infancia y adolescencia en entornos digitales', presentado este lunes por Save the Children y la Fundación Orange, realizado con entrevistas a más de 2.500 padres, adolescentes y profesores, que han sido analizadas por 17 expertos.


Reducir el tiempo de conexión, dedicar más tiempo al deporte o no dormir cerca de un dispositivo digital son las medidas más mencionadas por los menores para un uso más saludable de la tecnología.


El 46 % de los jóvenes muestra inquietud por la huella digital que dejan sus acciones y más de la mitad reconoce no saber cómo proteger su información.


Según el estudio, el tiempo de consumo de los dispositivos empieza a ser un objeto de revisión en los hogares.


De hecho, nueve de cada diez de los adolescentes encuestados consideran que deberían cambiar sus hábitos, aunque un 14 % reprocha a sus progenitores que usen el móvil o las plataformas digitales más que ellos con una media de entre 4 y 5 horas al día.


En concreto, muestra que un adulto sin hijos dedica de media 4,7 horas diarias conectado al móvil, 4,3 horas si el adulto es padre y 4,2 los menores.


"Los niños aprenden lo que ven, no lo que se les dice", ha aseverado el director general de Andrés Conde en la presentación del estudio.


En este sentido, algunos progenitores encuestados admiten que en ocasiones son un mal ejemplo para sus hijos en cuanto a hábitos de uso de la tecnología. "No se puede fomentar un uso consciente y saludable en la infancia y la adolescencia sin un ejemplo coherente por parte de sus familias", añade el responsable de la entidad de infancia.


Chatear con sus amigos, ver vídeos o series y jugar son sus actividades principales con los dispositivos, según el 90 % de los encuestados.


"Un tercio del tiempo de nuestros jóvenes discurre en la vía digital", ha recordado Conde, quien ha destacado la importancia de que los padres no utilicen las pantallas para cortar situaciones conflictivas, como el uso del dispositivos como "chupete tecnológico".


Los expertos alertan de que su uso excesivo desencadena ciertos efectos negativos, tanto físicos como emocionales (problemas de sueño, bajo rendimiento académico o sedentarismo, entre otros que relatan los propios jóvenes).


Pese a que la mayoría de los jóvenes -81 %- están concienciados sobre los riesgos del entorno digital, seis de cada diez no entiende bien qué tipo de información comparte en las plataformas digitales y más de la mitad de los adolescentes y de los adultos afirman no conocer cómo proteger su información personal en internet.


Además, un porcentaje muy elevado reconoce no saber diferenciar información falsa en el entorno digital.


Los expertos y los jóvenes coinciden en que esta tarea recae principalmente en los padres, mientras que estos dan más protagonismo a las empresas tecnológicas, el Gobierno o los profesores.


Respecto a la credibilidad, los adolescentes se la dan a sus padres, mientras que las chicas tienden a valorar más el papel de la policía o de sus profesores.


Sobre la supervisión parental, en general los padres indican que vigilan la actividad de sus hijos en internet, además de acompañarlos en su uso, y destacan su papel para resolver dudas aunque sin llegar a controlar lo que hacen.


El 60 % de los jóvenes piensan que sus padres tienen bastante conocimiento sobre su actividad en internet y ese mismo porcentaje de los progenitores se apoya en herramientas para supervisar las acciones de los más pequeños.


Los padres (68 %) defiende el derecho a revisar los dispositivos, mientras que la mayoría de los adolescentes (65 %) se queja de que las herramientas de supervisión limitan su privacidad y el 60 % sabe, además, cómo saltárselas.


Los expertos exponen que los padres deben prepararse para afrontar esos desafíos. "Es fundamental no caer en el error de que la forma de evitar los riesgos es prohibirles todo, sino que se formen según la edad, de manera paulatina", ha opinado Narciso Michavila, de Gad3, encargado de detallar los resultados de la encuesta.


Luz Usamentiaga, de la Fundación Orange, ha destacado la importancia de la formación en competencias digitales de profesores, familias y menores.

Un estudio sobre salud mental revela que casi un 5% de los adolescentes aragoneses “ha intentado suicidarse antes de los 15 años”

El 4,9% de los adolescentes aragoneses ha intentado quitarse la vida, así lo indica el estudio “Estudio PSICE (Psicología basada en la evidencia en contextos educativos): La salud mental de los adolescentes en contextos educativos”, que en Aragón se ha desarrollado con 200 alumnos y alumnas de 1º a 3º de ESO del IES Miguel Catalán de Zaragoza. “El suicidio es ya la primera causa de muerte no natural en nuestro país. Actuar en su prevención desde las edades más tempranas es, más que nunca, de vital importancia”, aseguran desde el Colegio Profesional de Psicología de Aragón (COPPA).




elDiario.es Aragón

10 de septiembre de 2024




Un 26,4% de los chicos y chicas participantes en el estudio muestras síntomas de depresión
y un 26,9%,  síntomas de ansiedad

Según los datos, los resultados del estudio PsiCE a nivel autonómico son muy similares a los encontrados a nivel nacional, por lo que se estima que la población aragonesa se encontraría en una situación equiparable a la observada a nivel nacional y muestra que el 50% de los desajustes emocionales o comportamentales aparece antes de los 15 años. En Aragón, el 9,2% de los adolescentes presenta puntuaciones compatibles con riesgo de problemas emocionales y conductuales.


Sin embargo, son los trastornos de depresión y ansiedad son la clase más común de problemas referidos durante la adolescencia. En concreto, el 26,2% de la muestra presenta riesgo moderado y alto relacionado con la sintomatología depresiva. De ellos, un 21,7% de los participantes en Aragón presentan síntomas de depresión de intensidad moderada mientras que un 4,96% informan de síntomas graves de depresión. Además, el 26,9% presenta sintomatología moderada y elevada relacionada con la ansiedad, de los cuales el 21,27% sería moderada y el 5,67% elevada.


El Estudio PsiCE, en el que han participado cerca de 9.000 alumnos de secundaria y ciclos formativos de toda España, los psicólogos han recogido información sobre problemas emocionales y comportamentales, autoestima, consumo de sustancias, rendimiento académico, depresión o ansiedad, entre otros aspectos, con el objetivo de analizar cuál es su situación emocional y psicológica para más tarde, intervenir y demostrar que la presencia y la intervención del psicólogo o psicóloga educativa en los centros de secundaria y en los ciclos formativos, es eficaz a la hora de abordar desequilibrios y trastornos, pero, sobre todo, a la hora de desarrollar un trabajo orientado a la prevención. Igualmente, entre los objetivos de PsiCE destaca la necesidad de validar científicamente un modelo unificado para ponerlo en práctica a nivel nacional.


“Los centros educativos son un importante espacio de referencia para los adolescentes y representan un entorno fundamental para prevenir, detectar y paliar trastornos de conducta, procesos de desequilibro y, finalmente, problemas de salud mental”, ha explicado Natalia Larraz, vocal del área de psicóloga educativa del COPPA y coordinadora del PsiCE en Aragón. “Conscientes de deterioro del bienestar emocional y la salud mental en la población infanto-juvenil, resultaba imprescindible contar con datos empíricos que permitan determinar el estado de la salud mental de los adolescentes en el contexto educativo y valorar de manera objetiva la eficacia de los psicólogos y psicólogas educativas y su presencia en los centros”.


“La adolescencia es una etapa especialmente delicada, es un momento de cambios en la que se asientan las bases del desarrollo adulto. Actuar de manera eficaz puede marcar la diferencia”, añade la experta en psicología educativa del COPPA, Natalia Larraz.


El estudio está impulsado por la Fundación Española para la Promoción y el Desarrollo de la Psicología Científica y Profesional (PSICOFUNDACIÓN) en coordinación con el Consejo General de la Psicología de España (COP), coordinado en Aragón por el Colegio Profesional de Psicología de Aragón, en colaboración con el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, y la participación de cerca de 200 estudiantes de 1º a 3º de Secundaria del IES Miguel Catalán de Zaragoza.


Resultados a nivel nacional


En total, en el Estudio PsiCE han participado cerca de 9.000 alumnos de secundaria y ciclos formativos de toda España. Los psicólogos han recogido información sobre problemas emocionales y comportamentales, autoestima, consumo de sustancias, rendimiento académico, depresión o ansiedad, entre otros aspectos.


A nivel nacional, los datos extraídos de la primera parte del estudio indican que el 12% de los adolescentes presentaron puntuaciones compatibles con riesgo de problemas emocionales y conductuales. El 6% de los adolescentes informaron de síntomas graves de depresión, mientras que un 26% presentaron síntomas de depresión de intensidad moderada. Además, el 15% de los jóvenes refirieron síntomas de ansiedad graves, mientras que el 20% informaron de síntomas de ansiedad moderados. Un 4,9% de los adolescentes indicó que en algún momento había intentado quitarse la vida.

“En esta etapa evolutiva, la idoneidad de la presencia de profesionales de la conducta humana como somos los y las psicólogas, es innegable, como también lo es la necesidad de que sean psicólogos educativos por su especialidad. Después de la pandemia, esto se ha hecho más evidente. La gente lo nota y nosotros, como expertas y expertos, estamos viviendo situaciones que nos hacen constatar que es importante destinar recursos adecuados en salud mental y bienestar para el correcto desarrollo y rendimiento de la persona, tanto para el éxito académico, como por la salud psicológica”, afirmó la coordinadora de PsiCE. 

La mpox, una emergencia para la infancia

En República Democrática del Congo, alrededor del 80% de los fallecidos por la viruela del mono son niños. En muchos casos, los menores afectados por el virus ya se enfrentaban a conflictos, desplazamientos, desnutrición, sequías o brotes de otras enfermedades




EL PAÍS

DOUGLAS NOBLE

12 SEPT 2024



Aline (nombre ficticio), un bebé de un mes, con su madre en la unidad de aislamiento de enfermos de mpox
del hospital de Kamanyola, en República Democrática del Congo, el 24 de julio. 
JOSPIN BENEKIRE (UNICEF)

Con solo un mes, los brazos y pies de Aline (nombre ficticio) están cubiertos de granitos. Poco después de que estos aparecieran, les siguió una fiebre muy alta. Aline tiene mpox, una enfermedad vírica anteriormente conocida como viruela del mono que el 14 de agosto fue declarada emergencia sanitaria mundial por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Vi un grano en la cara de mi hija y no le di importancia, pero con el paso de los días los granos crecieron en tamaño y número”, cuenta su madre. “Cuando llegamos al hospital me dijeron que teníamos que ingresar porque padecía mpox. Tenía fiebre alta y mucho dolor. Demasiado para mí. Insto a otros padres a que protejan a sus hijos guardando las distancias y lavándose las manos regularmente para que no acaben en la misma situación que yo”, lamenta.


La situación preocupa especialmente en el país de Aline, República Democrática del Congo, que se ha convertido en el epicentro de la emergencia, con casi 20.000 casos notificados desde principios de año (de los que alrededor del 60% son niños y niñas). Y también en los países vecinos: Burundi, Ruanda, Uganda, Kenia y Sudáfrica. Los brotes de la enfermedad hacen necesario actuar inmediatamente para proteger a las comunidades y, especialmente, a la población más vulnerable, entre la que se encuentran miles de niños y niñas y mujeres embarazadas


Los niños y niñas tienen más riesgo de sufrir mpox grave que los adultos: en República Democrática del Congo, donde la letalidad de la enfermedad se ha mantenido por debajo del 5% desde 2023, alrededor del 80% de las personas que fallecieron debido al virus eran niños y niñas menores de 15 años. En Burundi, donde se han detectado más de 320 casos hasta ahora, el 40% de estos se dieron entre menores de 10 años, y el 25% entre menores de 5.


La nueva variante del virus mpox (clado 1b) se propaga rápidamente y tiene el potencial de impactar más gravemente en niños, niñas y mujeres embarazadas, que además pueden transmitírselo al bebé durante el embarazo y el parto, o después de este.


Proteger a la infancia es prioritario porque estamos hablando de niños y niñas que ya se enfrentaban a otros problemas en sus países (conflictos, desplazamientos, sequías, inundaciones, brotes de cólera, poliomielitis o sarampión, o desnutrición, entre otros). Además, una emergencia sanitaria de esta magnitud puede tener más impacto sobre la infancia, debido a medidas como el cierre de escuelas, que interrumpen la educación y el aprendizaje. Las emergencias de salud pública también aumentan los riesgos de protección infantil, especialmente para niñas y mujeres, que afrontan un mayor riesgo de sufrir violencia de género.


Nos preocupa también la salud mental de los niños y niñas que contraigan el virus, que pueden verse afectados por el estigma y la discriminación al sufrir la enfermedad, algo que se añade a las dificultades a las que ya se enfrentaban.


Para responder a la emergencia de salud pública de mpox, es esencial y urgente priorizar las necesidades de las comunidades afectadas, especialmente de los niños y niñas. Organizaciones como Unicef ya están implementando campañas de concienciación sobre la enfermedad y cómo prevenir los contagios. La organización también adquiere y distribuye kits médicos para poder gestionar y tratar los casos confirmados, y artículos de higiene para evitar contagiarse. Seguir garantizando los servicios esenciales básicos (en particular para niños, niñas y mujeres embarazadas, abordando problemas como la desnutrición o la atención pre y posnatal), así como ofrecer apoyo psicosocial a las personas afectadas, puede ayudar a mitigar el impacto sobre las comunidades. Todo ello, sin perder de vista los otros muchos problemas a los que se enfrenta la infancia hoy. Además, es necesario fortalecer los sistemas sanitarios de los países —ya debilitados por epidemias anteriores— para que cada vez puedan estar mejor preparados para futuros brotes.


También necesitamos aprender más sobre el virus a través de investigaciones que nos aporten más detalles acerca del impacto sobre la gente y la sociedad.


La pandemia de covid-19 ha subrayado la importancia de poner el interés superior de la infancia en el centro de nuestra respuesta a las emergencias de salud públicas. Garantizando que cada niño, cada niña, estén protegidos y seguros, podemos contribuir a que otros niños, como la pequeña Aline, no tengan que pasar por un calvario como este.


Douglas Noble es director asociado de Unicef para la Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias, y actual director mundial de Incidentes de Unicef para la mpox. 

Independencia, política reproductiva y altos costes: el embarazo adolescente cae un 73% entre las jóvenes latinas

A pesar de que la población adolescente hispana aumentó un 79% entre el año 2000 y 2022, los nacimientos disminuyeron un 56%



EL PAÍS

CARLA GLORIA COLOMÉ

Nueva York, 12 AGO 2024



Maranda Corely, de 19 años, cuida de sus tres hijos en su recámara
en Ellisville, Mississippi. 
LYNSEY ADDARIO (GETTY IMAGES)

Yahaira Yamileth Martínez tuvo el primer gran susto de su vida a los quince años. Su prima de cinco, a quien estaba cuidando, se rajó de un golpe la barbilla. El segundo gran susto vino luego, cuando presenció una convulsión de su prima de dos años, a quien también dejaron a su cargo. Yahaira está casi segura de que no quiere tener hijos, porque lleva demasiado tiempo cuidando a los de sus tías y a los de las amigas de su abuela. “He ayudado a cuidar muchos niños en mi familia”, dice. “Cuido a mis primos desde el momento en que nacieron hasta ahora, desde hace casi 13 años”. No existe una razón única, pero un estudio confirma que cada vez menos adolescentes latinas son madres, contribuyendo así al descenso ininterrumpido de la natalidad que desde hace dos décadas se reporta en Estados Unidos.


En los últimos años, el fenómeno del embarazo adolescente va en descenso: el Sistema Nacional de Estadísticas Vitales reveló que la tasa de natalidad entre las jóvenes de 15 a 19 años en Estados Unidos disminuyó un 71% entre el 2000 y 2022, pasando de 47,7 a 13,6 nacimientos por cada 1.000 adolescentes, a pesar de que la población femenina adolescente aumentó un 7% en ese periodo. Si en el año 2000 hubo 475.104 nacimientos de madres adolescentes, en el 2022 se registraron 145.313.


Sin embargo, entre todas las adolescentes, son las latinas las que menos están teniendo hijos a estas edades. A pesar de que la población adolescente femenina hispana aumentó un 79% durante el período, los nacimientos disminuyeron un 56%, de 131.009 en el 2000 a 57.256 en 2022. El número de primeros nacimientos de madres adolescentes de origen latinoamericano disminuyó un 73%, y los segundos nacimientos un 85%.


Yahaira ahora tiene 21 años y estudia biología en Rowan University, en New Jersey. Tener hijos es algo que le asusta. Su madre, hondureña, le ha sugerido que no los tenga tan joven. Su padre, de El Salvador, le ha pedido que se centre en los estudios. Entre su círculo de amigas hablan del asunto: las madres apenas tienen tiempo para estar con los niños, las guarderías son impagables, el salario es poco, la renta es carísima. Su amiga cubana Sam Gómez, de la misma edad y estudiante de arte, es más tajante: “Pienso con frecuencia cuánto no quiero tener hijes, y la mayoría de mis amigues se sienten igual”, asegura. “Hemos pasado por nuestros propios traumas y dificultades, y estamos todes de acuerdo en que tener un hije cuando estás en una posición confortable es algo irresponsable”.


El estudio arroja algunas luces sobre las posibles causas de esta disminución de la natalidad en madres adolescentes: las edades más avanzadas en la primera relación sexual, una menor actividad sexual entre las adolescentes o un mayor uso de anticonceptivos. Los investigadores también señalaron que “un segundo hijo al que mantener y cuidar hace más difícil que las madres adolescentes puedan asistir a la escuela secundaria o a la universidad y conseguir un empleo adecuado”, algo que, según ellos, aumenta aún más “su riesgo de pobreza y el de sus hijos”.


No obstante, el estudio no menciona que las adolescentes hispanas puedan tener otras razones para planificar cuándo traer un hijo al mundo, retrasar esa decisión e incluso valorar la posibilidad de no tenerlos.


Aunque el estudio del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales no hace referencia a que la condición de migrante o ser hija de inmigrante influye directamente en la experiencia que las adolescentes tienen sobre lo que es la maternidad y en su decisión de ser madres, este es un factor definitivo, al menos para algunas jóvenes y los especialistas.


“Ser emigrante influye mucho en mi forma de ver la maternidad”, dice Penélope Rojas, de 15 años, estudiante de Silverado High School, a quien su madre autorizó para hablar sobre el tema con EL PAÍS. “He visto cómo les va a muchas amigas de mi familia con sus hijos y, sinceramente, es bastante desalentador. No puedes evitar fijarte en lo cansadas que parecen las madres”. Penélope llegó de Cuba muy pequeña, atravesó el Darién junto a su madre y ahora vive en Las Vegas. “He visto de primera mano la lucha que enfrentó mi mamá por empezar en un país nuevo y no tener estabilidad. Si no estoy asentada primero con una carrera, un hogar y un sistema de apoyo, entonces no tendré hijos”, dice.


La Dra. Susana Márquez, quien trabaja con madres latinas y migrantes en su proyecto Wellness Para La Mamá, insiste en que es importante entender que “ahora la mujer latina está pensando mucho en su superación individual y no repitiendo los traumas o patrones de nuestros ancestros de tener familias grandes. Están por superarse, están tomando decisiones para sanar su salud mental y emocional, para tener mejores hábitos cuando sean madres. Otra razón es que muchas latinas están decidiendo no tener hijos porque el costo de vivienda es muy alto, los gastos médicos y todo lo que es necesario para traer un bebé al mundo”.


Otro factor importante, según la doctora, es el cambio político alrededor de la salud reproductiva. “Muchos recursos y asistencias reproductivas han sido eliminadas en varios estados, como la planificacion familiar con Planned Parenthood, el tema del aborto o el uso de anticonceptivos”. Según Márquez, hay un “temor grandísimo en la comunidad”, ya que no pocas mujeres latinas creen que “van a ser separadas de sus hijos, deportadas o no van a poder recibir asistencia médica”.


Algunos expertos ven en la tendencia del descenso en la natalidad de madres adolescentes un síntoma favorable, que apuntaría a que las mujeres están planificando mejor sus embarazos y que tienen mayores recursos a su alcance. Marta Alvira Hammond, investigadora de Child Trends, un centro de investigación con sede en Maryland que se centra en las infancias, las familias y el bienestar infantil, cree que aunque es probable que muchos factores contribuyan con el descenso de la natalidad en adolescentes, dos posibles causas principales son “el aumento de los recursos educativos de calidad para la salud reproductiva dirigidos a los adolescentes latinos y los desafíos económicos que enfrenta esta población, lo que podría significar que más jóvenes optan por no tener hijos porque no pueden permitírselo”.


Desde el Child Trends también hacen énfasis en el costo del cuidado infantil hoy, un tema que hasta se ha colado en la campaña presidencial, y que “es demasiado elevado para muchas familias hispanas de bajos ingresos, ya que seis de cada diez familias hispanas con niños en 2020 experimentaron dificultades con la vivienda, las facturas, la alimentación o las necesidades médicas”. Lina Guzmán, Directora de Estrategia de Child Trends, advierte que el panorama “puede ser aún más complejo si no se tiene el estatus legal adecuado. Y algunos que sí lo tienen, aún pueden dudar en buscar o solicitar algunos de esos servicios”


Hope Cottage es una de las organizaciones que brindan apoyo a madres y familias en el país, sea cual fuere su estatus migratorio. “Nosotros no preguntamos acerca del estatus migratorio, simplemente queremos brindar apoyo a las familias que lo necesiten”, dice Vanessa Ramírez, Directora de Servicios de Apoyo a la Crianza. “La falta de acceso prenatal y materno es un problema para todas las mujeres y en especial para nuestras mujeres latinas, quienes muchas veces no tienen seguro médico o la información sobre cómo acceder a servicios de bajo costo”.


En las instalaciones de Hope Cottage en Dallas, Texas, también han registrado que la mayoría de las mujeres embarazadas que llegan pidiendo ayuda tienen más de 30 años, y que el número de adolescentes embarazadas es cada vez menor. El 60% de familias que acuden a Hope Cottage son latinas, y cerca del 80% busca asistencia con el programa de apoyo a la crianza, donde se benefician, entre otras cosas, con pañales, toallas húmedas o ropa para bebés. También facilitan sus inscripciones al programa Medicaid, el acceso a alimentos u otros servicios médicos. En enero, la organización inauguró la clínica CeCe’s Place, que ofrece varios servicios para embarazadas, tales como ultrasonido o pruebas de embarazo.


Aunque el reciente estudio no revela a qué edad las latinas están eligiendo tener hijos, o cuántas deciden no tenerlos, la población latina sigue expandiéndose “a un ritmo sustancialmente más rápido que la población no hispana”. Así lo afirmó recientemente Kristie Wilder, demógrafa de la División de Población de la Oficina del Censo, que publicó un reciente informe donde se confirma que es la población hispana la que está a la cabeza del crecimiento demográfico en el país “debido al aumento natural, es decir, más nacimientos que muertes”. Las proyecciones de 2023 sobre la población nacional del Censo dicen que para 2100 la población de Estados Unidos se reducirá a 366 millones, a causa de la reducción de la fertilidad y el envejecimiento poblacional. Aun así, la población hispana sobrepasará el doble de la actual, y alcanzará la cifra de 128.8 millones en 2060. Entonces, casi uno de cada tres residentes de los Estados Unidos será hispano.