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Infancia e Historia, 27 de marzo, Coloquio del Childism Institut

El patriarcado en forma de adultismo está profundamente arraigado en la historia. 
En una diversidad de épocas, lugares, culturas y sistemas sociales, la edad adulta 
(como la masculinidad, la blancura, el heterosexismo, etc.) 
ha llegado a representar una norma humana.


Coloquio de CHILDISM AND HISTORY.
Childism Institute,
Wednesday March 27, 2024, 
9:00- 0:30 US Eastern Time
 
This colloquium is the beginning of a project that aims to develop children's readings of history that deconstruct their ingrained adultism or age biases and highlight the ways in which children and adults have sought the structural framework of children.

To  this end, the colloquium explores possible connections between historical research and a critical vision of infantilism. 
While historical research has paid increasing attention to the lived experiences, agency and voices of children, it also needs to examine the underlying structural norms by which children have been and are the first to be marginalized and/or empowered.
 
Program from here.

No abundan las novelas y las historias en las que los protagonistas sean niños.

 Elvira Lindo y el infierno en que puede convertirse la infancia.
No abundan las novelas y las historias 
en las que los protagonistas sean niños. 
En parte, quizás porque los escritores no encuentran atractiva la niñez, 
ni como lectores ni por supuesto como narradores. 
También por la dificultad que supone adoptar el punto de vista de un niño. 




Elvira Lindo lo consigue con ‘En la boca del lobo’, 
una novela que se adentra en el infierno en el que puede convertirse la infancia
Una historia envolvente, lúcida y penetrante, narrada con una prosa en estado de gracia que mantiene la tensión a lo largo de todo el relato. Una lectura totalmente recomendable para el descanso de este agosto.

No recuerdo bien la cita de Camus, ni dónde la leí, tal vez en El exilio y el reino, pero venía a decir (con esa belleza airada que siempre tiene la voz del autor de El primer hombre) que no hay crimen más deleznable que el que se comete contra la infancia. Creo que se refería a las guerras, pero podríamos extrapolarlo a cualquier situación de la vida: las hambrunas, los naufragios en el Mediterráneo a los que asistimos anestesiados o el día a día infernal en el que viven millones de niños, víctimas de todo tipo de abusos (son unos de los principales damnificados de la violencia de género). La infancia debería ser un territorio sagrado.

Y, sin embargo, desde el punto de vista literario, no abundan las novelas y las historias en las que los protagonistas sean niños. En parte, quizás porque muchos escritores no encuentran atractiva la niñez, ni como lectores ni por supuesto como narradores. También por la dificultad que supone adoptar el punto de vista de un niño. Suele abordarse de dos maneras. O bien el escritor se sitúa en el presente del niño, como narrador, algo que es francamente difícil, o bien cuenta la historia retrospectivamente, como el adulto que recuerda una época de su niñez.

La primera opción es todo un reto y a veces nos sitúa frente a un narrador poco fiable, como podríamos pensar de Huckleberry Finn, una de las novelas fundacionales de la literatura norteamericana. Desde el comienzo, el pillo Huck nos advierte de que no le creamos demasiado y alude a una historia anterior, Tom Sawyer, en la que gran parte de lo que se cuenta es mentira, por mucho que su autor, Mark Twain, la haga pasar por verdad. Muchos quisieron y aún hoy quieren ver en Huckleberry Finn una novela para niños, como si eso fuera un menosprecio por otro lado, aunque cualquier lector mínimamente avezado sabe que en realidad es una historia para adultos. Pero para poder madurar es imprescindible no matar al niño que llevamos dentro.

Esa fue además la intención de Mark Twain. Esta novela fundamental de la literatura, ese viaje a lo largo del río Misisipi (con esa variedad de acentos que se refleja en los diálogos) convierte a Huck en Ulises y a la novela en un canto a la libertad y la amistad, una crítica a un sistema que se sustentaba en el racismo institucionalizado. Aunque a Twain le encantaba el dinero y se casó con una mujer acomodada, fue anarquista toda su vida. Fue también, por cierto, uno de los primeros en defender los derechos de las mujeres. Mujeres y niños (y habría que añadir animales), ya se sabe.

La infancia y la adolescencia están infravaloradas, pero recordemos que una jovencísima, casi adolescente, Mary Shelley es la autora de Frankenstein o el moderno Prometeo, una novela visionaria que nos habla del mundo actual, dominado por la tecnociencia. Proust edificó En busca del tiempo perdido a partir de recuerdos de infancia. Delibes nos habló de esta España hoy vaciada a través de los ojos de un niño en El camino. Cuando era pequeña, la poeta Mary Oliver, víctima de abusos y condenada al ostracismo escolar, aseguraba que tenía muchos amigos (Whitman, Thoreau, Dickinson), pero que estaban muertos.

Precisamente, una cita de Mary Oliver abre En la boca del lobo, de Elvira Lindo, una novela que se adentra, sin decirlo expresamente, en el infierno en el que puede convertirse la infancia. Una historia envolvente, lúcida y penetrante, narrada con una prosa en estado de gracia que mantiene la tensión a lo largo de todo el relato y que, en la estela de Twain, solo podría escribir alguien con la madurez literaria suficiente como para no haber abandonado nunca la mirada de la niña que fue.

La trama de En la boca del lobo (Seix Barral) es sencilla: Julieta, una niña de 11 años, una niña herida y con la fortaleza de los frágiles, pasa las vacaciones con su madre, Guillermina, en La Sabina, un pueblo de Ademuz, una comarca real donde la autora veraneó en su infancia. Guillermina tuvo a Julieta siendo ella misma casi una niña, una adolescente. Y en cierta forma nunca dejará de ser esa adolescente, con el egoísmo y la falta de responsabilidad propias de la edad.

Ya desde el título la novela retoma algunos de los cuentos y los reinterpreta (la buena literatura no deja de ser un diálogo con los clásicos) con gran habilidad, pero uno de los grandes logros es la voz narrativa. La voz en primera persona de Julieta, la protagonista, se va desdoblando a lo largo de la historia con un gran virtuosismo, nos envuelve, y dosifica poco a poco la información necesaria para desvelar un misterio que se alienta desde el comienzo, que nos mantiene en vilo.

En algún momento, y salvando las distancias, En la boca del lobo me ha recordado a Pedro Páramo, por esa capacidad de Lindo de crear una atmósfera que, sin llegar a ser tan onírica como en el clásico de Rulfo, tiene la cualidad de situarnos entre lo mágico y lo real. Una atmósfera impregnada de la naturaleza viva y salvaje de Ademuz, un personaje más de la trama. La soledad de la España vaciada, con sus reglas y sus normas, habita también esta historia.

Como buena autora chejoviana, Lindo cuenta más de lo que dice. Por ejemplo, va más allá de las relaciones madre e hija, de la responsabilidad que supone ser madre pero, también, ser hija, un tema que, por cierto, explora también en su primera y magnífica película como directora, Alguien que cuide de mí, cuyo estreno ha coincidido en el tiempo con la promoción de la novela.

Me interesa mucho esa capacidad que tiene Lindo de penetrar en las grietas de los personajes, especialmente en el de Julieta, sin juzgarlos. El nombre de la protagonista, Julieta, ¿es un homenaje a la protagonista de algunos relatos de Alice Munro, como Escapada, con quien Lindo podría estar emparentada?

No dejen de asomarse este verano a En la boca del lobo.

"El recreo de la infancia: Argumentos para otro comienzo", libro de Eduardo Bustelo

 No es este un libro sobre, ni mucho menos para la infancia. 
Es, en todo caso, un libro con la infancia.
No es este un libro sobre la infancia sino sobre la libertad.

Eduardo Bustelo
Editorial: EDUNLa
Colección: Cuadernos del ISCo
ISBN 978-987-8926-34-6


Sinopsis: Emilio García Méndez, Fragmentos del Prólogo

El recreo de la infancia constituye, en realidad, un lúcido y muy poco frecuente intento de desentrañar críticamente (en el profundo sentido del sociólogo estadounidense Charles Wright Mills) algunas razones del malestar social contemporáneo. En él me parece vislumbrar también un cálido homenaje a un verdadero maestro en esta línea poco frecuente de pensamiento y reflexión. No creo equivocarme al identificar El recreo de la infancia como un magnífico tributo a lo mejor del pensamiento filosófico de Alessandro Baratta dedicado al tema de la infancia. Un pensamiento cuya amplitud trasciende la cuestión de la niñez. Sin embargo, no es este un libro sobre, ni mucho menos para la infancia. Es, en todo caso, un libro con la infancia. Porque no es en la infancia donde Eduardo Bustelo identifica las posibilidades emancipatorias de un nuevo comienzo, sino en un diálogo inédito entre adultos y niños
Para ello, se ofrecen aquí algunas coordenadas que no deberían desaprovecharse. La recuperación para este análisis del riquísimo y relegado concepto de la Grecia clásica, redescubierto por Foucault, de parrhesía —entendido como un diálogo franco y sincero— sostiene un delicado equilibrio en el que poesía y rigor se articulan con una sobriedad no desprovista de eficacia. Sin ser en modo alguno un texto fácil, este trabajo resulta tan convocante como envolvente. No hay aquí una demagógica idea metafísica de la infancia como paraíso perdido, ni tampoco como artilugio mágico de una tierra prometida. Es que, en definitiva, no es este un libro sobre la infancia sino sobre la libertad.

 

Eduardo Bustelo Graffigna
: Ya fallecido en 2014, dedicó toda su vida a la defensa de los niños y niñas, fue Fundador y primer director, Unicef Argentina
Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo. Magíster en Ciencia Política y Administración Pública, FLACSO. Master of Science en Política y Planificación Social, London School of Economics and Political Science. Ex director, Maestría en Política Social de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires; ex director, Maestría en Política y Planificación Social, Universidad Nacional de Cuyo. Diputado provincial (2007-2011) y vicepresidente primero de la Cámara de Diputados de la provincia de San Juan.  
 

"Paracuellos: Un ‘hogar’ no es una casa"

Los niños de los Hogares del Auxilio Social,
retratados por un autor, Carlos Giménez (Madrid, 1941).

Corría el mes de abril de 1976 cuando se publicó la primera historia de Paracuellos en la revista satírica Muchas gracias, cabecera publicada por Punch. Allí, entre fotografías eróticas, chistes de actualidad y textos humorísticos, se colaban, en apenas página y media, los niños de los Hogares del Auxilio Social, retratados por un autor, Carlos Giménez (Madrid, 1941), que había experimentado en primera persona las penurias que narraba, como interno de varios de esos colegios. Con Franco muerto apenas seis meses atrás, Giménez se convertía en uno de los primeros creadores que abordaban aspectos traumáticos del pasado silenciado, en una serie con clara vocación testimonial, una rara avis en el cómic español de entonces, con la mayor parte de la producción orientada a un público infantil, y el incipiente cómic adulto volcado en la aventura, el terror o el erotismo.

Carlos Giménez pone fin a 'Paracuellos':
El dibujante de cómics da por terminada la obra de toda una vida sobre el orfanato del Auxilio Social en el franquismo con su novena entrega: 'Paracuellos: Un ‘hogar’ no es una casa'

Giménez, quien había sido pionero en un tipo de cómic de vocación más autoral, con obras como Hom (1975), se sumergía en la recuperación de la memoria histórica, de un modo tan prematuro que fue incomprendido por los editores del momento.
 “Yo he sido pionero en muchas cosas: en luchar por los derechos de autor, y conseguirlos, en escoger yo mis temas y hacerme mis propios guiones sin aceptar las imposiciones comerciales de los editores, en trabajar en mis historietas sobre mi propia biografía y en contar cómo fue y cómo se vivía en la posguerra en España. Todo esto no fue fácil”, afirma Giménez, en declaraciones a elDiario.es. 
Después de un par de historietas, Giménez se encuentra con la negativa a seguir publicándolas por parte de los editores, de modo que presenta algunas opciones, como las primeras historias de otra de sus series cumbre, Barrio, o las piezas satíricas y críticas que publicará en El Papus y que, después, se denominarán España una, grande y libre, en ocasiones con guiones de Ivà. 
Paracuellos no tiene más remedio que cruzar los Pirineos para seguir su andadura: la revista francesa Fluide Glacial acoge la serie y le da el espacio que Giménez necesita para seguir desarrollando sus historias.

Llega el fin de una serie mítica.
Un hito del comic internacional.

Un referente para el estudio del trato a la infancia en la postguerra española.

Uno de los mejores libros del año, según Babelia.

"Paracuellos (9): Un "hogar" no es una Casa"

 “Los simpatizantes del fascismo lo pasarían muy mal en una dictadura”, Carlos Giménez

"Paracuellos": Obra de carácter autobiográfico considerada por la mayoría de los críticos como la más importante de las de Giménez (Carlos Giménez estuvo interno al menos en dos de los centros internados del antiguo Auxilio Social, el de Barajas(-Ctra. Aragón klm 14-) y el de Paracuellos). 
Realizada en dos etapas, 
La primera de ellas, a finales de los años setenta y primeros ochenta, se compone de 28 episodios y un total de 90 páginas recogidas en dos álbumes: Paracuellos, Paracuellos 2
La segunda etapa, iniciada en 1997 y finalizada en 2003, consta de 26 episodios que suman 192 páginas distribuidas en 4 álbumes:
Paracuellos 3
Paracuellos 4
Paracuellos 5
Paracuellos 6
Primera publicación: 1977. Ediciones Amaika

Álbumes disponibles en:
Ediciones Glénat

Paracuellos responde al contexto de su época, a la emergencia de los relatos de memoria del franquismo en España, al interés por la memoria traumática en todo el mundo y a la madurez del cómic adulto
No deja de ser por ello una obra profundamente original, revolucionaria y central para el cómic español. Pero no podemos acabar este texto sin recordar, aunque resulte seguramente innecesario, que al margen de su impacto y relevancia, Paracuellos es un cómic extraordinario, fruto del trabajo de un autor en su mejor momento, con un dominio total de sus recursos, que le permite modular el tono del relato dramático para impactar en los lectores sin resultar cursi, sino todo lo contrario: pocos cómics han sido tan duros como aquellas primeras historias de los niños de unos Hogares que jamás merecieron semejante nombre.

Historia de la Infancia. Podcast

La infancia es un sujeto con historia propia, una categoría que cambia a lo largo del tiempo, revelando dimensiones singulares de las sociedades del pasado. 
¿De qué manera se modifica nuestra visión de la sociedad argentina si establecemos el punto de mira en la infancia?

En este episodio, exploramos esta gran pregunta junto a Isabella Cosse y Paula Bontempo
Los proyectos políticos fundantes, las concepciones de maternidad y familia, las jerarquías de clase, las industrias culturales, la sociedad de consumo, Billiken y las navidades: muchos temas conocidos revelan aristas de gran potencia gracias al prisma de la infancia.

Conducción: Lila Caimari.
Producción y edición de sonido: Ian Gutiérrez y Martín Shindell
Historiar es un podcast creado y producido por la AsAIH, la Asociación Argentina de Investigadores en Historia. 
Cada episodio aborda un tema específico de historia argentina, latinoamericana o mundial.

Conceitos-chave em Sociologia da Infância. Perspetivas globais.

Tomás, C., Trevisán, G., Leote de Carvalho, M. J., Fernandes, N. (eds.). 
Conceitos-chave  em  Sociologia  da  Infância.  Perspetivas  globais.
Braga (Portugal):  UMinho  Editora.  2021  
eISBN:  978-989-8974-45-7.  
ed.361

La idea moderna de la infancia, que origina una ruptura con los saberes y prácticas de subordinación de épocas anteriores, ha permitido que se vaya construyendo un espacio social propio para los niños, niñas y adolescentes, marcado por elementos que generan nuevas cosmovisiones de la sociedad y de su funcionamiento. A este avance en el respeto por una vida digna para las personas menores de edad y la consideración de su interés superior, siempre en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), han contribuido importantes estudios como los de Gaitán (2018), Liebel (2021) o Qvortrup (1994), entre otros, en los que se reconocen y promueven los derechos de agencia de la infancia en el espacio público. A este transitar hacia un mundo que coloca la vida de los niños y niñas en el centro de la sociedad colabora también este libro. Desde esta dimensión biocéntrica, coordinan esta producción, escrita en portugués e inglés, cuatro investigadoras  y  estudiosas  de  la  infancia,  en  la  que  se  abordan,  con  rigor  y  calidad,  grandes  cuestiones  teóricas  pensadas para romper con el conocimiento teórico y metodológico tradicional de las realidades de las infancias. La visión teórica e internacional, que proporcionan 55 expertos e investigadores-as desde diferentes extensiones geo-gráficas y sociopolíticas, reafirma la significatividad de reconstruir organizadamente el estado del arte de conceptos esenciales utilizados en la docencia, investigación e intervención con la infancia. Las entradas que se recogen en la obra presentan un mapa estructurado que coloca en su centro a la infancia, su participación y la Convención sobre los Derechos del Niño; al que se suman otros conceptos no tan visibilizados en el entorno europeo como el de cosmopolitismo infantil y movimientos sociales de los niños y niñas. Este amplio mapa recoge, por supuesto, la acción social, la intervención comunitaria y las políticas de protección, pero también se reflexiona sobre algunos de los derechos fundamentales de la infancia en su condición de sujetos, como: bienestar de la infancia, actividades de ocio, juego, ciudadanía, culturas infantiles, activismo; subrayando la necesidad de entender tales elementos de análisis desde la tolerancia y desde su función socializadora y educativa. En otros apartados, los y las autoras también ponen en valor nuevos conocimientos en conceptos relacionados con situaciones que pueden producir procesos de desigualdad y vulnerabilidad en la vida de los niños, llegando a su invisibilización. Se incluyen el trabajo infantil, los riesgos en el bienestar digital, la pobreza, el consumo de sustancias psicoactivas, el uso de tecnología y entornos digitales, discapacidad, sin hogar, migrantes, en conflicto con la ley, soldado, transgénero, etnicidad; prestando una atención especial al reconocimiento de las capacidades de la infancia para construir sociedad, alejándose del ideario adultocéntrico. Y, finalmente, contribuyen con nuevas propuestas en otros términos significativos que preconizan la ciudadanía democrática de la infancia. Se sumergen en la investigación participativa y en la ética en la búsqueda de un modelo que elimine estereotipos y creencias tradicionales e integre los derechos de la infancia en las metodologías de los procesos de investigación. Ello implica, según proponen los y las autoras, respetar el interés superior del niño como interlocutor en las investigaciones, ajustando la ética para evitar interferencias en su desarrollo. En definitiva, esta compilación es un valioso manual para todas las personas. A través de sus referencias, construidas con rigor, ofrece un conocimiento útil para renovar la visión sobre la infancia, más allá de una postura proteccionista, recuperando los derechos de la infancia. Su lectura provoca reflexiones para diseñar prácticas efectivas que ahonden en los procesos participativos de los niños, niñas y adolescentes como herramientas compensadoras de las situaciones de injusticia social.
Universidad de Salamanca

Referencias bibliográficas
* Gaitán, L. (2018). Los derechos humanos de los niños: ciudadanía más allá de las “3Ps”. Sociedad e Infancias, 2, 17-37. https://doi.org/10.5209/SOCI.59491

*Liebel, M. (2021). La niñez popular. Intereses, derechos y protagonismos de los niños y niñas. Madrid: Catarata. Qvortrup, J. (1994). Introduction. En J. Qvortrup, M. Bardy, G. Sgritta, H. Wintersberger (Eds.). Childhood  Matters:    Social  Theory, Practice and Politics, pp. 1-24.  Aldershot: Avebury.

Korczak J, Pedagogo de la Humanidad


Al cumplirse aniversario en que Janusz Korczak fue asesinado, junto a todos los niños del orfanato de Varsovia en el campo de exterminio de Treblinka, comparto al capítulo que escribí para la colección , “Maestras/os argentinas. Entre mandatos y transgresiones” es un proyecto colectivo de investigación, escritura, edición y publicación que reúne a numerosos autores que presentan trayectorias de maestras de todo el territorio nacional argentino y de todas las épocas. 
Son cinco libros, compilados por la rosarina Mariana Caballero y el quilmeño y rosarino por adopción Eduardo Mancini, el capitulo que escribí, sobre Korczak, esta en el tomo IV.

Una tarde del año ’79… ’80, no podría precisarlo, me encontraba sentado en alguna parte de esa inmensa mesa de reuniones de la biblioteca del Zhitlovsky, una institución educativa del barrio de La Paternal. Éramos algunos chicos y chicas, un par de maestras y dos mujeres, que ya nos impactaban por sus edades. Imborrable visita que esa tarde se grabó en mi memoria. Fueron alumnas de Janusz Korczak en el orfanato de Varsovia, habían logrado escapar de lo que fue la masacre de Treblinka, destino del médico y pedagogo junto a todos los niños que vivían allí con él. Recuerdo mucho esas dos mujeres, pero más que sus rostros, la marca de esos números grabados en sus brazos, ese sello fulminante del nazismo, parte del despojo de la condición humana. Yo no podía dejar de mirarlas y me acuerdo estaba sentado al lado de ellas, mujeres que para mí en ese momento tenían la misma cantidad de años que toda la humanidad junta y les miraba los brazos y las manos y pasan los años y me sigue pareciendo increíble.  Desde esos días, conmovido por sus relatos, sus voces, comencé a leer el libro, “Si yo volviera a ser niño” de Korczak, tierna y notable lectura sobre la infancia. Desde aquella tarde, algo de aquel legado me había salpicado para siempre.[1]

La literatura pedagógica está en deuda con Henryk Goldzmidt, aunque lo conocemos por su seudónimo literario. Este artículo no pretende ser un fiel recorrido por su biografía, dado que existen ya fuentes para consultar que aquí mencionaremos[2]. Pretende mas bien, compartir algunos trazos indelebles del legado pedagógico de J. Korczak, enfatizando la importancia por hacer presentes algunas de sus ideas en quienes se forman como docentes , entre quienes asumen un lugar de educadores o de referencia para la constitución subjetiva de infancias y adolescencias.

Cuando asoma cada Abril, la humanidad se reconoce renaciendo en aquella dramática pero pedagógica gesta de Korczak, médico y maestro polaco que eligió cuidar y acompañar hasta sus últimos días, de aquel 1942 a los niños y niñas  del orfanato del gueto de Varsovia que dirigía en el contexto del holocausto nazi que como millones de personas fueron condenadas a los campos de exterminio, en este caso a  Treblinka . Abril porque ese 19 se recuerda la gesta heroica del levantamiento del gueto de Varsovia, un hito de la resistencia al nazismo. Destinó su vida a comprender, pero en especial a dialogar con las infancias desde una posición adulta de cuidado y responsabilidad ética y política, generando experiencias pedagógicas revolucionarias, disruptivas en aquellos contextos y aun hoy también. Enamorado de la vida y con una convicción inquebrantable en la capacidad de niños/as y adolescentes como sujetos de derechos, explorando una y mil formas para encauzar la creatividad de aquellos. La construcción de autonomía, la práctica de la libertad aun encadenada y especialmente la resistencia a la  clausura, ese particular modo que buena parte del mundo adulto y el sistema educativo practicaba con los más pequeños. El viejo maestro, como solían llamarlo, no le daba la palabra a los más nuevos, sino les enseñaba a tomar la palabra, haciendo del derecho su mas efectiva concreción y no solo asunto de enunciación, como suele ocurrir en gran parte del discurso adulto políticamente correcto.

Korczak pasó toda su vida ocupándose de los niños y niñas más vulnerados, cultivando el amor y cuidado por la alteridad como un ensayo de convivencia democrática que debía someterse a escrutinio en forma permanente. Desde su “caja de peleas” aquella invención didáctica para interrumpir la reacción violenta del impulso con la demora incómoda aunque necesaria de la reflexión y la palabra, hasta entender los límites como sostenes subjetivos y no como meros actos condenatorios, el pedagogo Janusz Korczak nos muestra cómo educar desde el respeto y reconocimiento para aprender a vivir juntos.

 
I.                   KORCZAK Y LA PEDAGOGIA DE LA CONVIVENCIA

Trabajando sobre situaciones de violencias, entre niños, adolescentes y adultos, siempre vuelvo sobre una anécdota de este gran maestro como parte de sus valiosas ocurrencias pedagógicas. Dentro del orfanato del Gueto de Varsovia, en la década del 40, Korczak enseñaba y cuidaba a niños, niñas y adolescentes que, además de su condición de huérfanos, estaban castigados con el encierro, violaciones a todo derecho y libertad, para ser finalmente condenados por el nazismo al exterminio en el campo de concentración de Treblinka. El viejo doctor, como solían llamarlo, cuenta que allí se producían muchas situaciones de violencia cotidianas. Fue probando diversas maneras de contrarrestarlas, con más o menos intervención, con mayor o menor flexibilidad, de un modo más o menos punitivo, pero los resultados no se modificaban. Entonces, un día los citó a todos y les dijo: “A partir de mañana, cualquiera puede pegarle a cualquiera”, provocando el asombro y sorpresa de su auditorio. Korczak sacó una caja de cartón, le hizo una ranura convirtiéndola en un buzón, colocó unas hojas con lápices al lado y agregó: “Pero con una sola condición: el que quiera pegarle a alguien tiene que escribir 24 horas antes el motivo por el cual le quiere pegar y meterlo en el buzón”. Aclaró luego a los pequeños/as , que quien no supiera escribir sería asistido por uno de sus ayudantes para cumplir con la consigna. Así fue que, en pocos días, “La caja de peleas” logró que se redujeran aquellas expresiones de violencia de un modo inimaginable. Janusz Korczak logró reponer la palabra allí donde imperaba el impulso, trocar la puesta en acto por la pausa y la escritura, interrumpir la agresión para tomar distancia, demorar la respuesta y volver a la conversación.

Débora Kantor en su libro “Tiempo de Fragua”, uno de los mejores aportes sobre el legado pedagógico de este autor, le dedica un capítulo que se llama “Janusz Korczak. De ayer a hoy”. En un pasaje de referencia a “La caja de peleas” sostiene:

“(...) lo que importa creo es lo que da a pensar este tipo de dispositivos. Sobre todo aunque no se trate solamente de niños violentados por la violencia social (material y simbólica) importa recoger la interpelación, dimensionar la dificultad de trazar una frontera entre lo permitido y lo prohibido cuando eso que parece necesario prohibir se presenta amarrado a condiciones que lo generan y lo propician (...) Korczak no solo reconoce que las peleas son constitutivas del vínculo entre pares sino también que difícilmente se pueda prescindir de ellas cuando se crece a los golpes. Postula que más vale partir de este dato para intervenir productivamente en las situaciones que impugnar moralmente lo que se presenta en algún momento dado. Korczak propone más un dispositivo para la moderación, que para la legitimación de la violencia (...)”.

Por esto, el pedagogo Philippe Meirieu alguna vez afirmó, con acierto y como merecido homenaje, que Korczak inventó la democracia. “Invención” que nos interpela en la apuesta por la escuela, como un lugar insustituible desde la sociedad y el Estado para garantizar condiciones democráticas en las que los y las estudiantes practiquen su condición de sujetos de derecho, asumiendo responsabilidades en la construcción de ciudadanía cada vez más justa, más plena y más democrática.

Quiero destacar el valor del conflicto como legado de las ideas de Korczak. Hay una tendencia entre educadores y la sociedad en general a ver el conflicto como algo negativo y como sinónimo de violencia. Y Korczak nos ayuda a comprender que el conflicto lejos de ser algo violento es una necesaria fuente de construcción de convivencia. Expresa la diversidad de intereses y de posiciones: en la escuela, entre adultos y adolescentes; en la sociedad, entre quienes más y menos tienen tanto en términos materiales como simbólicos. Por lo tanto, sabiendo que vivimos en una sociedad capitalista que es estructuralmente desigual, el conflicto es el necesario modo de transitar y regular los intereses y la vida en común, los adultos en la escuela construyendo la necesaria terceridad como garantes de la enseñanza y el cuidado de las nuevas generaciones, el Estado en la sociedad protegiendo a los más vulnerados para garantizar democracia y justicia.

              El Ministerio de educación de la Nación en el 2014 junto a todos los ministerios de cada provincia, elaboró la Guía Federal de Orientaciones para la intervención educativa en situaciones complejas relacionadas con la vida escolar. Situaciones que tienen que ver con conflictos de la vida escolar cotidiana y deben resolverse del mejor modo para no convertirse en callejones sin salida, pero también otras de carácter más excepcional, que ponen en riesgo la vulneración de derechos, la violencia de género, noviazgos violentos, agresiones físicas, aquello que se nomina como cyberbullying, distintas situaciones que nos preocupan como sociedad y educadores. La guía se transformó en una resolución del Consejo Federal de Educación[3], y por tanto en una herramienta federal e institucional para fortalecer la convivencia escolar, pero también como un material de trabajo en la formación de equipos docentes y directivos.

El legado de Korczak y las concepciones vinculadas a esta “caja de peleas”, reconocen al conflicto como arte y parte de la cotidianeidad escolar y el valor excluyente de la participación de los estudiantes en la escuela, desde inicial a superior, asuntos que están presentes y son fundamento de esta Guía que sigue estando disponible y tiene vigencia para todos los niveles y modalidades  de todas las escuelas públicas y privadas argentina. No es factible vivir mejor con los otros (y eso es la convivencia) si los adultos no se dan por aludidos y los estudiantes (no importa su edad) no se sienten parte.

Hay algo del legado de Korczak en torno a las peleas entre chicos/as y el modo de estar atentos e intervenir como adultos que ofrece los indicios más auténticos, aunque incómodos y difíciles pero necesarios para construir una posición adulta ética y responsable, y en especial para animarnos sin simulacros y reconocer , como una vez me aclaró un director en una de las escenas de capacitación en las que vengo trabajando, que inclusión es meterse con los problemas de nuestros alumnos/as y su contexto[4].


II.                KORCZAK Y LA PEDAGOGIA PAIDOCENTRICA

Korczak plantea una jerarquización del lugar que ocupan los chicos en la sociedad, muestra que las infancias (siempre en plural) son un analizador de nuestras sociedades en la medida en que ponen al descubierto cuánto y cómo desde el mundo adulto valoramos a los más pequeños. En su hermoso libro “Si yo volviera a ser niño” escribe:

Dices nos molesta la charla de los niños‟, tenéis razón. Dices, tenemos que descender hacia sus ideas, descender, inclinarnos, empequeñecernos‟, estáis equivocados. No es eso lo que nos cansa sino el hecho de que tengamos que elevarnos a sus sentimientos, elevarnos, estirarnos, ponernos de puntillas para no agraviarlos.

Aquí nos enseña cómo interpelar al otro, especialmente al niño/a, puesto que suele suceder que los adultos los tratemos utilizando el diminutivo, confirmando aquella idea del niño como ser incompleto. Y acá me parece pertinente enlazar lo que subyace en esa genial obra literaria que se llama “Frankenstein educador”, de Philippe Meirieu (2003), que es una gran parodia sobre la escuela moderna. Algunos creen que el texto trata sobre el monstruo y no es así, refiere a quien creó al monstruo, al docente, a la pedagogía moderna. Y lo que critica es que esa pedagogía moderna, ese modelo adultocéntrico imperante piensa al otro, y en particular al niño/a como una réplica de sí mismo en miniatura. Y eso no es pensar al otro como un igual sino ubicarlo como un diminutivo.

“Si yo volviera a ser niño” nos propone hacer el ejercicio de caminar en cuclillas, a la altura de los chicos, para ver las cosas desde su estatura. Y esto tiene que ver con que hay muchos adultos que, aún con buenas intenciones, les hablan como si fuesen tontitos cuando tan solo son más novatos que nosotros, alguien recién llegado, que comprende y al que se le puede hablar de un modo tan serio como a cualquier otro/a. Por eso Korczak nos sugiere ponernos a su altura, lo que, lejos de agacharnos, supone elevarnos.

Es preciso estar atentos a los perjuicios asociados a la subestimación, aunque también a la sobrevaloración, dos versiones que pueden rozar el descuido y la dimisión. Atentos a la figura del “niño rey” a quien se le cumplen todos sus deseos en forma ilimitada, alimentando una omnipotencia que, en esta época, se agiganta en la obsesión por el consumo y la acumulación como única ambición. Pareciera que comprar releva al ser y al estar, renunciando a ejercitar el “no” como acto de protección, de amortiguación de culpas, de ausencias o por la impotencia de no saber cómo estar. Construir el límite como apertura para darse cuenta y reparar, y que no quede siempre asociado como clausura y castigo sin más. Como sostiene Meirieu atribuir sin acusar ”(…) atribuir incansablemente al niño sus pequeños actos…sin acusarlo(…) Porque no atribuir es impedir el surgimiento de una libertad (responsabilidad) y acusar significa suponer que esa libertad (responsabilidad) ya está constituida(…) ” [5]

Pensar en los más pequeños no como diminutivos sino poniendo en práctica su condición de sujetos de derechos es parte insustituible de la reinvención de una escuela más justa que entiende la inclusión como un acto de hospitalidad y no como una práctica que solo disciplina para homogeneizar neutralizando la diversidad, que justamente es aquello que fortalece el vínculo entre pares e impares.

Pensar en los niños sujetos de derechos o en su derecho a ser sujetos es avanzar en nuestro país con la sala de cuatro años obligatoria traccionando una cobertura masiva en la sala de tres, para el nivel inicial. Ampliar el derecho a que muchas familias y chicos/as puedan ir a la escuela con responsabilidad del Estado, es pensar en los más peques no como especulares miniaturas de un mundo adulto sino como proyectos de emancipación, como garantía de una vida más plena e intensa que se está viviendo, significa valorar el momento de la vida más importante en el que se define y condiciona el resto de la trayectoria vital.         

En tiempos en los que aún tantos adultos suelen anteponer su propia vulnerabilidad a la de los más pequeños, es necesario reflexionar sobre los modos de intervención en las diversas situaciones en las que nuestros alumnos/as, hijos/as, requieren de nuestra mirada y acompañamiento. 

Un desafío de implicarnos con más y mejor responsabilidad, de animarnos a revisar nuestro rol como adultos escolares en la intervención pedagógica, es ubicarnos en el lugar de un adulto disponible. No me refiero a una disponibilidad de corte mercantil, en la que algunos/as, y más aún en tiempos de pandemia, creen que la docente está “disponible” todos los días (24 x 7), así como tampoco ni mamá es la nueva seño ni papi el profe suplente. Me refiero a una disponibilidad adulta que anteponga la auténtica escucha a la sentencia anticipada, a un adulto/a  que no tiene que ser supletorio del adulto familiar, sino una terceridad para mostrarles a los chicos/as que hay otros mundos para subirse y conocer, que a veces no están al alcance del propio entorno familiar, y allí estamos para ser pasaporte a esos nuevos mundos. Que existen otros modos de convivir y de resolver los problemas, gambeteando la sentencia del impulso y la agresión , parando la pelota, levantando la cabeza y eligiendo a quien hacerle un pase.

Se trata entonces de construir una referencia adulta que haga del límite un sostén subjetivo y no una clausura o (solo) un castigo que reduce al otro a un mero objeto. Así, el límite se concibe como una condición de posibilidad para que los niños/as se constituyan como sujetos. Límites al “niño rey” que necesita un “No” para “desadultizar” su infancia, límites al niño “en miniatura” para respetarlo en su justa estatura.

III.             KORCZAK Y LA PEDAGOGIA EMANCIPATORIA

Otro aporte del pedagogo Korczak es su confianza sincera en la palabra de los chicos, y más aún en la capacidad transformadora de sí mismo y de los grupos que supone sentirse parte y no mero espectador. Ensayaba con los más pequeños aquello que llamaba el Tribunal de Niños[6] y que no era otra cosa que experiencias de autogobierno infantil. Práctica que en argentina tuvo su representación en un pedagogo de principios de siglo llamado Carlos “El Loco” Vergara, apodo necesario para quien navegaba a contracorriente respecto a la tendencia hegemónica que predominaba en el sistema educativo. Así como Korczak es pariente de las pedagogías renovadoras de las primeras décadas del siglo XX, Vergara en la escuela Normal de Mercedes practicaba una pedagogía emancipatoria, confiriendo confianza y empoderamiento hacia los niños, que en vez de ser objetos de control eran interpelados como sujetos activos de la vida escolar, confiriéndoles más responsabilidad por sus propios actos y los de los otros, y la asunción de las consecuencias. En eso residían las experiencias de autogobierno infantil.

Korczak promovió espacios de protagonismo de los chicos que permitía que se autoorganizaran, haciéndole un lugar distinguido a la lectura, la escritura, y en especial a las expresiones artísticas. Para él, el pasaje a través de la escritura era fundamental. Cuando los chicos son parte de la construcción de la vida diaria en la escuela, el sentido, el sabor cotidiano y el horizonte de posibilidades de la escuela y de cada estudiante, es otro. Korczak le da vital importancia a la construcción de las normas (para jugar entre pares como para convivir entre pares e impares) y lo que planteaba él, y que recoge la “Guía Federal de Orientaciones para la intervención educativa en situaciones complejas relacionadas con la vida escolar”, es la importancia de concebir a cada  chico/a como sujeto de derecho, sujeto de la norma que va a regular su vida en la escuela y en la sociedad, que lo desafía a ser más responsable por sí mismo y los demás.

No es lo mismo un/a estudiante que es sujeto de la norma, es decir, que participó de la construcción de la norma y en forma colectiva, que otro que no tiene idea de cuál es la norma que rige  y un día lo sancionan. A nadie le gusta que lo sancionen, pero cuando fuiste parte de la construcción de la norma logras implicarte y comprender de otro modo la sanción. Ya no como un punto de llegada (o ese garrote desesperado que reclaman los que muchas veces confunden venganza con justica) sino especialmente como un punto de partida, para aprender y reparar en torno al traspié, error o la falta que se ha cometido. Reafirmando que la escuela no tiene una función punitiva sino formativa.
 

IV.              KORCZAK EN LA PEDAGOGIA ARGENTINA:

Janusz Korczak está presente en la historia de diversas instituciones de nuestro país. Creo, estamos en deuda con su legado, y resulta un desafío seguir recogiendo sus aportes, a través de la lectura de sus obras, recorriendo aquellas experiencias educativas que recuperan su obra, y en especial recrean sus ideas, las siguen practicando y reinventando. Su influencia más fuerte se ha dado en instituciones culturales, educativas, de la sociedad civil, más que en las escuelas. Aún resulta desconocido en el sistema educativo, en su sistema formador de docentes y allí es un reto divulgar su nombre y sus ideas.

Su influencia en la pedagogía argentina es notable. Además de lo antes mencionado cabe citar que en 1924 uno de los alumnos del pedagogo y pastor anglicano inglés William Case Morris, el escritor y docente Bernardo González Arrili escribe la biografía del pastor que se dedicó desde principios de siglo a la educación en los barrios pobres y creó el Hogar El Alba, en el barrio de Belgrano, para recibir a unxs 300 niñxs huérfanxs y desamparadxs de 4 a 11 años. En la misma señala que una de las lecturas que inspiraron al pastor inglés al diseñar el funcionamiento de dicho Hogar, fue el libro de Korczak “Si yo volviera a ser niño”.

En 1945, la publicación de “Si yo volviera a ser niño” por Editorial del Tridente en Buenos Aires, la figura de Korczak volvió a cobrar vida como símbolo de la lucha contra el nazismo y sus atrocidades en Alemania y los países invadidos. Esa obra inspiró a Olga Cossettini para sendas conferencias que brindó en noviembre de 1947 en las ciudades de Rosario (Santa Fe) y Resistencia (Chaco). La maestra rafaelina ponderó al doctor que, siendo un “gran observador del niño, creó la escuela que soñara: la escuela de la alegría, del canto, del juego y del trabajo”. Pero, sobre todo, relató su martirio como parte de un durísimo alegato contra la acción educativa del nazismo alemán, que calificó como pedagogía de la perversidad. 

En 1949 la Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina (ICUF) crea la Escuela Janusz Korczak en la ciudad de Buenos Aires y un año después publicó “Janusz Korczak. Maestro y Mártir”, de la escritora polaca Hanna Mortkowicz-Olczakowa. La obra pasó a integrar el acervo pedagógico que formó a lerers y lererques –maestros y maestras de los Kinder Clubs y de la colonia Zumerland–, junto a traducciones de Scholem Aleijem, del “Poema pedagógico” de Antón Makarenko y de “El diario de Ana Frank”. En ese tiempo y como parte del ICUF, nace la institución Dr.Jaim Zhitlovsky, en el barrio porteño de la Paternal donde ocurre aquella anécdota del….. en la que participaron dos sobrevivientes del holocausto, discípulas de Janusz Korczak.

En los años ‘60 el artista plástico y educador Rubén Naranjo, preocupado por lxs chicxs de la calle, inició una apasionada lectura de Korczak. Cuenta Natalia García que, tras el golpe militar de 1976, mientras era perseguido, fue armando un importante archivo personal con “Los eternos ‘temas’ de Rubén: la dictadura, los ‘chicos de la calle’, la educación, la impunidad y el abuso del poder policial, la memoria y el arte, la vida y obra del Dr. Janusz Korczak, y, “la Vigil”. Temas que se entrelazaron cuando, en 1994, Naranjo presentó en un Coloquio Internacional dedicado al maestro polaco, reunido en la comuna suiza de Sion-Bramois, su ponencia “Aún están en la calle los niños que amó Korczak”. En el año 2001, Naranjo coronó su homenaje con la publicación del libro “Janusz Korczak: Maestro de la Humanidad”.

En octubre de 2015 [7] desde el Ministerio de educación e la Nación en el marco de las políticas educativas de educación y memoria, se crea el Fondo bibliográfico Memoria y Holocausto, cuyo objetivo fue poner a disposición, visibilizar y promover el valor de los libros como resguardo de la memoria colectiva y el vínculo entre generaciones, asumiendo el complejo desafío de enseñar el Holocausto. Allí la figura de Janusz Korczak asume un lugar protagónico.  


V.                A MODO DE CIERRE:

Con el ejemplo de “La caja de la peleas”, entre otras iniciativas, Korczak fue un pionero por lo revolucionario de sus aportes para construir una convivencia escolar democrática y participativa. No solo inventa la democracia, sino que se anima a erosionar la gramática de la sujeción trocándola por la gramática de la fantasía y los derechos, la asunción responsable y emancipadora de la vida en común.

Elijo cerrar este homenaje reemplazando nostalgia por esperanza porque la estatura de Korczak y su legado pedagógico pueden conmover escenas educativas del presente, no sólo con la solemne impronta de un monumento en la memoria sino y especialmente con la invitación a leerlo, a conocer sus aportes, a probarlos y debatirlos, haciendo memoria no con un objeto sino entre sujetos, con los otros.


BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
.Cossettini, O. (1947). Pedagogía de la perversidad. Digitalizada por Laura Cossettini para el Irice-Conicet.
.García, N. (2013). “El caso “Vigil” y el corpus (re) aparecido. Corpus”. En Archivos virtuales de la alteridad americana. Vol 3, Nº 2
.Meirieu P. (2013) “Janusz Korczak y los derechos de la infancia” en Colección Dossier del ISTLYR. Mayo de 2013. Disponible en https://istlyr-caba.infd.edu.ar/sitio/janusz-korczak-y-los-derechos-de-la-infancia/
.Meirieu P (2003) Frankenstein educador, Barcelona: Alertes ediciones
.Rebolledo Fica. E. N. (2016). La construcción de la ciudadanía en el discurso pedagógico del protestantismo liberal: Revista La Reforma (1901-1932). FFYH. UNC
    

Citas
[1] Relato sobre las vivencias del autor en su primer contacto personal con la presencia de Januz Korczak.
[2] Mencionar algunas Ruben Naranjo, etc
[3]
[4] Existen diversos abordajes en torno a la inclusión educativa, y todos fueron sumando. Pero aquella definición, quedó grabada en mi memoria como capacitador, cuando aquel director de una escuela técnica de Ensenada, en Pvcia de Buenos Aires, lo expresó con esa sencillez y contundencia de su convicción.
[5] P.Meirieu “Frankestein Educador”
[6] En el film del director polaco Andrzej Wajda, “ Korczak”(1990) hay situaciones de este tribunal infantil, que en el marco del propio gueto de Varsovia, incluso en los momentos mas difíciles, Janusz Korczak seguía generando y practicando esta simulación de democracia y libertad responsable.
[7] Quien escribe este artículo desempeñó la función de subsecretario de educación del Ministerio de educación de la nación (2012-2015) y en dicha gestión se creo este archivo en la Biblioteca Nacional de Maestros, perteneciente a dicho ministerio. Ese dia, 27 de octubre de 2015, dio una conferencia en torno a “El legado de Janusz Korczak” como presentación del material que integra el fondo bibliográfico Memoria y Holocausto. Participaron también de este encuentro, el Juez Daniel Rafecas, Celeste Adamoli, coordinadora del Programa Nacional Educación y Memoria, Brenda Szajnman, directora de la escuela Sarmiento, perteneciente al ICUF, Ana Diament, de la Biblioteca Nacional del Maestro e integrante del ICUF, entre otros/as. 

*Gabriel Brener
.Es Lic. en Ciencias de la Educación por la UBA, Especialista en Gestión y Conducción de Sistema Educativo por la FLACSO y .Profesor de Enseñanza Primaria por la Escuela Normal Nº 4.
.Es Profesor Adjunto Concursado de Universidad Nacional de Hurlingham. Profesor de Didáctica General del Profesorado en la Facultad de Filosofía y Letras y en la Facultad de Ciencias Sociales de UBA. Profesor del Diploma Superior en Conducción Educativa del ISP J.V González. Asesor Pedagógico en ECAE (Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado).
.Se ha desempeñado como docente, directivo y asesor en escuelas primarias y secundarias, así como también en la función de consultor en el ministerio de educación nacional y ministerios provinciales de educación y otras asociaciones de la sociedad civil. Fue secretario académico del Diploma Superior en gestión y conducción de las instituciones educativas FLACSO (2006 - 2007).Coordinador de la capacitación de directivos de las escuelas primarias de la CABA y del asesoramiento en Gestión o acompañamiento a directivos/as, ( 2005- 2008). Coordinó la Comisión de elaboración del Diseño Curricular del nivel Secundario del Ministerio de educación de la provincia de Chubut (2012).
.Subsecretario de Educación del Ministerio de Educación de la Nación. (2013-2015)
.Integró el comité ejecutivo del Programa Nacional Conectar Igualdad en representación del Ministerio de Educación de la Nación (2014-2015)
.Director del proyecto de investigación PIUNAHUR “La construcción de la comunidad en la escuela: la judicialización de las relaciones escolares en el nivel secundario PIUNAHUR 2017-2019 Universidad Nacional de Hurlingham
.Co-autor de “Violencias en plural. Sociología de las violencias en la escuela” (Comp. Carina Kaplan) Ed. Miño y Dávila Bs As. 2006. y “Violencia escolar bajo sospecha “(Comp. Carina Kaplan) Ed. Miño y Dávila Bs As. 2009. Co autor de “La escuela inquieta. Explorando nuevas versiones de la enseñanza y del aprendizaje” Comp. Carina Rattero . Ed.Novedades Educativas, 2103. Buenos Aires.
.Coautor de “El desafío de crear contextos para hacer y estar bien” Junto con .Bernardo Blejmar, Laura Pitluk y otros. Editorial Homo Sapiens, Rosario, 2016
.Autor de “Periodismo Pedagógico. De escuelas, violencias, medios y vínculos entre generaciones” Editorial Mandioca. Bs.As. 2014. Compilador y co- autor con Marcela Martinez y Gustavo Galli de “Judicialización de las relaciones escolares. Conversaciones con Philippe Meirieu” Editorial Noveduc ,Buenos Aires 2019


“Superando el adultocentrismo”. UNICEF.

Este cuadernillo, “Superando el adultocentrismo”, se enfoca en el proceso 
que permite al adultocentrismo operar en los adultos 
y orienta sobre los caminos que podemos seguir para superarlo. 

Sergio Rodríguez Tramolao 
y Loreto Navarrete.
UNICEF, Chile.


Contenido.
Se inicia revisando los desafíos y oportunidades que los derechos de niños, niñas y adolescentes ofrecen a los adultos, luego abordaremos la forma cómo la adolescencia es construida socialmente y cómo opera el poder de los adultos en el adultocentrismo. 
El siguiente apartado muestra las dificultades de ser adulto en el siglo XXI, el cuestionamiento de los roles tradicionales y la necesidad de construir un nuevo referente adulto: un adulto aliado de las y los adolescentes. 
Aprende sobre los mensajes adultistas, cómo se aprenden y reproducen y sus efectos en adultos y adolescentes. 
Continúa revisando un enfoque de trabajo intergeneracional, viendo las formas en que los adultos podemos acompañar el proceso de toma de decisiones de los y las adolescentes sin anular su personalidad. 
Finalmente, revisa algunos tips metodológicos para superar las prácticas adultistas.

Índice.
Prólogo ¿Por qué las y los adolescentes son estratégicos para el desarrollo?
Presentación
1. Desafíos y oportunidades en el rol del adulto
1.1. Derechos de los niños, niñas y adolescentes, una tensión del rol de los adultos
1.2.  La adolescencia como construcción social
2. El poder de los adultos sobre los adolescentes: Adultocentrismo y adultismo
2.1. Aprendemos a dominar
2.2. Diferencias de edades y poder
2.3. El poder en las relaciones sociales
2.4. Adultocentrismo
2.5. El adultismo
3. Ser adulto en el siglo XXI
3.1. Desprovistos de referentes y cuestionados en sus roles
3.3. Adulto aliado, un nuevo modelo de adulto
4. Aprendiendo a reconocer el adultismo
4.1. Los mensajes adultistas se aprenden e internalizan en los adolescentes.
4.2. Efectos de los mensajes adultistas
4.3. El adultismo es aprendido y reproducido por los y las adolescentes
4.4. Las prácticas adultistas acompañan toda la vida y afectan a los adultos
5. Relación intergeneracional, construyendo realidades compartidas
6. Tips para cambiar nuestras actitudes y prácticas
Referencias  bibliográficas.


Cómo vivían los niños hace 1.500 años en Inglaterra durante la Edad Media.

Las tradiciones en torno a la muerte y los entierros han proporcionado a los arqueólogos información clave para entender cómo vivían los más jóvenes en la Inglaterra altomedieval.


Pareja joven y arquero en una celebración del Día de Mayo.
Después de que el Imperio Romano colapsara a principios del siglo V, a las costas británicas llegaron grupos de personas procedentes del noroeste de Europa. Así, entre los siglos V y VII, los pueblos germánicos se asentaron en lo que hoy es Inglaterra.

Las tradiciones en torno a la muerte y los entierros que ellos trajeron brindan hoy información clave sobre la vida y la muerte de las personas de esas comunidades. Además, las tumbas y los ritos funerarios son esenciales para adquirir datos sobre un grupo que a menudo es pasado por alto: los niños.

Dada la falta de registros escritos, la información que tenemos sobre las personas que vivían en la Inglaterra altomedieval suele proceder de la excavación de tumbas. Dos ejemplos de ello son el cementerio de barcos de Sutton Hoo, en Suffolk, y la tumba de cámara de Prittlewell, en Essex. En estos lugares se descubrieron objetos muy elaborados, como el casco de Sutton Hoo. Sin embargo, este tipo de sepulturas son poco frecuentes y nos dan una visión sesgada de la historia, ya que muy pocas personas tenían funerales tan ostentosos.

Durante este periodo histórico, hubo dos tipos de entierro. En el primero, los muertos eran incinerados en una pira abierta, acompañados de objetos y ofrendas de animales. Los depósitos de estos huesos incinerados se encuentran en urnas de cerámica enterradas, en las que, en algunos casos, se añadían objetos no quemados, como peines de hueso. El otro tipo de entierro era más sencillo. El difunto era enterrado en una tumba con objetos que habían sido importantes para él o ella en vida. Esto se conoce como “inhumación".

Pistas del pasado medieval

Los objetos enterrados junto a las personas dan pistas importantes sobre sus vidas. Entre las pertenencias de las tumbas medievales se encuentran joyas y peines, cuchillos y vasijas de cerámica. También puede haber huesos de animales de diversas especies, como caballos, vacas, cerdos, perros, aves y osos.

Los objetos con los que se enterraba a los niños estaban directamente relacionados con aquellos que se les otorgaban en vida. Los análisis han demostrado que los bebés y los niños menores de 12 años tenían menos probabilidades de ser enterrados con ofrendas de animales y, en los casos en los que sí lo estaban, se les obsequiaba con una gama reducida de especies, entre ellas ovejas, cabras o cerdos.

Otro dato interesante es que en las tumbas de los niños suele haber una gama más reducida de objetos, como anillos, peines, cuchillos y malacates. En cambio, a los hombres adultos se les solía enterrar con armas como espadas, escudos y puntas de lanza, y a las mujeres adultas con joyas, incluyendo diferentes tipos de broches. Que los niños fueran enterrados con una menor cantidad de objetos probablemente indica su diferente estatus social, sus funciones dentro del hogar y da información sobre su identidad en vida.

Curiosamente, los restos incinerados de bebés y niños eran enterrados en urnas más pequeñas y sus coetáneos de los cementerios de inhumación eran enterrados con cuchillos más cortos que los adolescentes y adultos. Esto sugiere que las personas recibían cuchillos más largos o vasijas más altas a medida que superaban etapas clave de la vida.

Adolescencia medieval en Inglaterra

Una época crucial para los jóvenes era la adolescencia, ya que asumían nuevos roles y responsabilidades. Es probable que algunas de estas funciones incluyeran la gestión del ganado y la participación en otras actividades económicas, como la artesanía.

Esto casaría con una ley redactada en el siglo VII d.C. que establecía que los individuos de más de diez años eran lo suficientemente mayores como para administrar las tierras y los bienes de su familia. Por lo tanto, una mayor interacción con los animales y una mayor contribución económica podrían haber justificado la dotación de animales o una mayor variedad de objetos en el funeral.

Aunque los niños eran socialmente distintos de los individuos de mayor edad, es evidente que se les cuidaba. Se les incluía en las parcelas de tumbas domésticas entre los grupos que practicaban la cremación.

Además, en ocasiones se enterraba a los niños junto a los adultos en lo que se conoce como "rito de enterramiento múltiple". El emparejamiento demográfico más frecuente era el de un bebé o niño y un adulto. Aunque no podemos asumir que los individuos encontrados en las tumbas múltiples fueran parientes consanguíneos. Lo más probable es que se enterrara a dos personas juntas por compartir atributos sociales, como las creencias ideológicas, o lazos de parentesco.

El arqueólogo Nick Stoodley ha sugerido que las responsabilidades de cuidado de los adultos se prolongaban hasta el "más allá". Esto podría explicar por qué este emparejamiento demográfico es el más habitual.

Mirando al futuro

Aunque los investigadores están empezando a prestar más atención a los niños de contextos altomedievales, el desarrollo de las técnicas osteológicas (que se utilizan para analizar los restos óseos) y los avances en los métodos de análisis nos permitirán conocer mejor a los miembros más jóvenes de la sociedad altomedieval.

Organizaciones como la Sociedad para el Estudio de la Infancia en el Pasado (SSCIP) defienden la investigación centrada específicamente en los niños del pasado y en el importante papel que desempeñaban en la sociedad.

El fomento de la investigación arqueológica centrada en los niños no solo permitirá conocer mejor a los niños de la Inglaterra altomedieval, sino también a los jóvenes de otros momentos de la historia.

* Kirsty Squires es pofesora asociada de bioarqueología en la Universidad de Staffordshire. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.


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