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Infancia e Historia, 27 de marzo, Coloquio del Childism Institut
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No abundan las novelas y las historias en las que los protagonistas sean niños.
En parte, quizás porque los escritores no encuentran atractiva la niñez,
También por la dificultad que supone adoptar el punto de vista de un niño.
Elvira Lindo lo consigue con ‘En la boca del lobo’,
una novela que se adentra en el infierno en el que puede convertirse la infancia.
Una historia envolvente, lúcida y penetrante, narrada con una prosa en estado de gracia que mantiene la tensión a lo largo de todo el relato. Una lectura totalmente recomendable para el descanso de este agosto.
No recuerdo bien la cita de Camus, ni dónde la leí, tal vez en El exilio y el reino, pero venía a decir (con esa belleza airada que siempre tiene la voz del autor de El primer hombre) que no hay crimen más deleznable que el que se comete contra la infancia. Creo que se refería a las guerras, pero podríamos extrapolarlo a cualquier situación de la vida: las hambrunas, los naufragios en el Mediterráneo a los que asistimos anestesiados o el día a día infernal en el que viven millones de niños, víctimas de todo tipo de abusos (son unos de los principales damnificados de la violencia de género). La infancia debería ser un territorio sagrado.
Y, sin embargo, desde el punto de vista literario, no abundan las novelas y las historias en las que los protagonistas sean niños. En parte, quizás porque muchos escritores no encuentran atractiva la niñez, ni como lectores ni por supuesto como narradores. También por la dificultad que supone adoptar el punto de vista de un niño. Suele abordarse de dos maneras. O bien el escritor se sitúa en el presente del niño, como narrador, algo que es francamente difícil, o bien cuenta la historia retrospectivamente, como el adulto que recuerda una época de su niñez.
La primera opción es todo un reto y a veces nos sitúa frente a un narrador poco fiable, como podríamos pensar de Huckleberry Finn, una de las novelas fundacionales de la literatura norteamericana. Desde el comienzo, el pillo Huck nos advierte de que no le creamos demasiado y alude a una historia anterior, Tom Sawyer, en la que gran parte de lo que se cuenta es mentira, por mucho que su autor, Mark Twain, la haga pasar por verdad. Muchos quisieron y aún hoy quieren ver en Huckleberry Finn una novela para niños, como si eso fuera un menosprecio por otro lado, aunque cualquier lector mínimamente avezado sabe que en realidad es una historia para adultos. Pero para poder madurar es imprescindible no matar al niño que llevamos dentro.
Esa fue además la intención de Mark Twain. Esta novela fundamental de la literatura, ese viaje a lo largo del río Misisipi (con esa variedad de acentos que se refleja en los diálogos) convierte a Huck en Ulises y a la novela en un canto a la libertad y la amistad, una crítica a un sistema que se sustentaba en el racismo institucionalizado. Aunque a Twain le encantaba el dinero y se casó con una mujer acomodada, fue anarquista toda su vida. Fue también, por cierto, uno de los primeros en defender los derechos de las mujeres. Mujeres y niños (y habría que añadir animales), ya se sabe.
La infancia y la adolescencia están infravaloradas, pero recordemos que una jovencísima, casi adolescente, Mary Shelley es la autora de Frankenstein o el moderno Prometeo, una novela visionaria que nos habla del mundo actual, dominado por la tecnociencia. Proust edificó En busca del tiempo perdido a partir de recuerdos de infancia. Delibes nos habló de esta España hoy vaciada a través de los ojos de un niño en El camino. Cuando era pequeña, la poeta Mary Oliver, víctima de abusos y condenada al ostracismo escolar, aseguraba que tenía muchos amigos (Whitman, Thoreau, Dickinson), pero que estaban muertos.
Precisamente, una cita de Mary Oliver abre En la boca del lobo, de Elvira Lindo, una novela que se adentra, sin decirlo expresamente, en el infierno en el que puede convertirse la infancia. Una historia envolvente, lúcida y penetrante, narrada con una prosa en estado de gracia que mantiene la tensión a lo largo de todo el relato y que, en la estela de Twain, solo podría escribir alguien con la madurez literaria suficiente como para no haber abandonado nunca la mirada de la niña que fue.
La trama de En la boca del lobo (Seix Barral) es sencilla: Julieta, una niña de 11 años, una niña herida y con la fortaleza de los frágiles, pasa las vacaciones con su madre, Guillermina, en La Sabina, un pueblo de Ademuz, una comarca real donde la autora veraneó en su infancia. Guillermina tuvo a Julieta siendo ella misma casi una niña, una adolescente. Y en cierta forma nunca dejará de ser esa adolescente, con el egoísmo y la falta de responsabilidad propias de la edad.
Ya desde el título la novela retoma algunos de los cuentos y los reinterpreta (la buena literatura no deja de ser un diálogo con los clásicos) con gran habilidad, pero uno de los grandes logros es la voz narrativa. La voz en primera persona de Julieta, la protagonista, se va desdoblando a lo largo de la historia con un gran virtuosismo, nos envuelve, y dosifica poco a poco la información necesaria para desvelar un misterio que se alienta desde el comienzo, que nos mantiene en vilo.
En algún momento, y salvando las distancias, En la boca del lobo me ha recordado a Pedro Páramo, por esa capacidad de Lindo de crear una atmósfera que, sin llegar a ser tan onírica como en el clásico de Rulfo, tiene la cualidad de situarnos entre lo mágico y lo real. Una atmósfera impregnada de la naturaleza viva y salvaje de Ademuz, un personaje más de la trama. La soledad de la España vaciada, con sus reglas y sus normas, habita también esta historia.
Como buena autora chejoviana, Lindo cuenta más de lo que dice. Por ejemplo, va más allá de las relaciones madre e hija, de la responsabilidad que supone ser madre pero, también, ser hija, un tema que, por cierto, explora también en su primera y magnífica película como directora, Alguien que cuide de mí, cuyo estreno ha coincidido en el tiempo con la promoción de la novela.
Me interesa mucho esa capacidad que tiene Lindo de penetrar en las grietas de los personajes, especialmente en el de Julieta, sin juzgarlos. El nombre de la protagonista, Julieta, ¿es un homenaje a la protagonista de algunos relatos de Alice Munro, como Escapada, con quien Lindo podría estar emparentada?
"El recreo de la infancia: Argumentos para otro comienzo", libro de Eduardo Bustelo
"Paracuellos: Un ‘hogar’ no es una casa"
Los niños de los Hogares del Auxilio Social, retratados por un autor, Carlos Giménez (Madrid, 1941). |
Historia de la Infancia. Podcast
Conceitos-chave em Sociologia da Infância. Perspetivas globais.
Korczak J, Pedagogo de la Humanidad
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
.Cossettini, O. (1947). Pedagogía de la perversidad. Digitalizada por Laura Cossettini para el Irice-Conicet.
.García, N. (2013). “El caso “Vigil” y el corpus (re) aparecido. Corpus”. En Archivos virtuales de la alteridad americana. Vol 3, Nº 2
.Meirieu P. (2013) “Janusz Korczak y los derechos de la infancia” en Colección Dossier del ISTLYR. Mayo de 2013. Disponible en https://istlyr-caba.infd.edu.ar/sitio/janusz-korczak-y-los-derechos-de-la-infancia/
.Meirieu P (2003) Frankenstein educador, Barcelona: Alertes ediciones
.Rebolledo Fica. E. N. (2016). La construcción de la ciudadanía en el discurso pedagógico del protestantismo liberal: Revista La Reforma (1901-1932). FFYH. UNC
Citas
[1] Relato sobre las vivencias del autor en su primer contacto personal con la presencia de Januz Korczak.
[2] Mencionar algunas Ruben Naranjo, etc
[3]
[4] Existen diversos abordajes en torno a la inclusión educativa, y todos fueron sumando. Pero aquella definición, quedó grabada en mi memoria como capacitador, cuando aquel director de una escuela técnica de Ensenada, en Pvcia de Buenos Aires, lo expresó con esa sencillez y contundencia de su convicción.
[5] P.Meirieu “Frankestein Educador”
[6] En el film del director polaco Andrzej Wajda, “ Korczak”(1990) hay situaciones de este tribunal infantil, que en el marco del propio gueto de Varsovia, incluso en los momentos mas difíciles, Janusz Korczak seguía generando y practicando esta simulación de democracia y libertad responsable.
[7] Quien escribe este artículo desempeñó la función de subsecretario de educación del Ministerio de educación de la nación (2012-2015) y en dicha gestión se creo este archivo en la Biblioteca Nacional de Maestros, perteneciente a dicho ministerio. Ese dia, 27 de octubre de 2015, dio una conferencia en torno a “El legado de Janusz Korczak” como presentación del material que integra el fondo bibliográfico Memoria y Holocausto. Participaron también de este encuentro, el Juez Daniel Rafecas, Celeste Adamoli, coordinadora del Programa Nacional Educación y Memoria, Brenda Szajnman, directora de la escuela Sarmiento, perteneciente al ICUF, Ana Diament, de la Biblioteca Nacional del Maestro e integrante del ICUF, entre otros/as.
*Gabriel Brener
.Es Lic. en Ciencias de la Educación por la UBA, Especialista en Gestión y Conducción de Sistema Educativo por la FLACSO y .Profesor de Enseñanza Primaria por la Escuela Normal Nº 4.
.Es Profesor Adjunto Concursado de Universidad Nacional de Hurlingham. Profesor de Didáctica General del Profesorado en la Facultad de Filosofía y Letras y en la Facultad de Ciencias Sociales de UBA. Profesor del Diploma Superior en Conducción Educativa del ISP J.V González. Asesor Pedagógico en ECAE (Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado).
.Se ha desempeñado como docente, directivo y asesor en escuelas primarias y secundarias, así como también en la función de consultor en el ministerio de educación nacional y ministerios provinciales de educación y otras asociaciones de la sociedad civil. Fue secretario académico del Diploma Superior en gestión y conducción de las instituciones educativas FLACSO (2006 - 2007).Coordinador de la capacitación de directivos de las escuelas primarias de la CABA y del asesoramiento en Gestión o acompañamiento a directivos/as, ( 2005- 2008). Coordinó la Comisión de elaboración del Diseño Curricular del nivel Secundario del Ministerio de educación de la provincia de Chubut (2012).
.Subsecretario de Educación del Ministerio de Educación de la Nación. (2013-2015)
.Integró el comité ejecutivo del Programa Nacional Conectar Igualdad en representación del Ministerio de Educación de la Nación (2014-2015)
.Director del proyecto de investigación PIUNAHUR “La construcción de la comunidad en la escuela: la judicialización de las relaciones escolares en el nivel secundario PIUNAHUR 2017-2019 Universidad Nacional de Hurlingham
.Co-autor de “Violencias en plural. Sociología de las violencias en la escuela” (Comp. Carina Kaplan) Ed. Miño y Dávila Bs As. 2006. y “Violencia escolar bajo sospecha “(Comp. Carina Kaplan) Ed. Miño y Dávila Bs As. 2009. Co autor de “La escuela inquieta. Explorando nuevas versiones de la enseñanza y del aprendizaje” Comp. Carina Rattero . Ed.Novedades Educativas, 2103. Buenos Aires.
.Coautor de “El desafío de crear contextos para hacer y estar bien” Junto con .Bernardo Blejmar, Laura Pitluk y otros. Editorial Homo Sapiens, Rosario, 2016
.Autor de “Periodismo Pedagógico. De escuelas, violencias, medios y vínculos entre generaciones” Editorial Mandioca. Bs.As. 2014. Compilador y co- autor con Marcela Martinez y Gustavo Galli de “Judicialización de las relaciones escolares. Conversaciones con Philippe Meirieu” Editorial Noveduc ,Buenos Aires 2019
“Superando el adultocentrismo”. UNICEF.
Cómo vivían los niños hace 1.500 años en Inglaterra durante la Edad Media.
Pareja joven y arquero en una celebración del Día de Mayo. |
Dada la falta de registros escritos, la información que tenemos sobre las personas que vivían en la Inglaterra altomedieval suele proceder de la excavación de tumbas. Dos ejemplos de ello son el cementerio de barcos de Sutton Hoo, en Suffolk, y la tumba de cámara de Prittlewell, en Essex. En estos lugares se descubrieron objetos muy elaborados, como el casco de Sutton Hoo. Sin embargo, este tipo de sepulturas son poco frecuentes y nos dan una visión sesgada de la historia, ya que muy pocas personas tenían funerales tan ostentosos.
Durante este periodo histórico, hubo dos tipos de entierro. En el primero, los muertos eran incinerados en una pira abierta, acompañados de objetos y ofrendas de animales. Los depósitos de estos huesos incinerados se encuentran en urnas de cerámica enterradas, en las que, en algunos casos, se añadían objetos no quemados, como peines de hueso. El otro tipo de entierro era más sencillo. El difunto era enterrado en una tumba con objetos que habían sido importantes para él o ella en vida. Esto se conoce como “inhumación".
Pistas del pasado medieval
Los objetos enterrados junto a las personas dan pistas importantes sobre sus vidas. Entre las pertenencias de las tumbas medievales se encuentran joyas y peines, cuchillos y vasijas de cerámica. También puede haber huesos de animales de diversas especies, como caballos, vacas, cerdos, perros, aves y osos.
Los objetos con los que se enterraba a los niños estaban directamente relacionados con aquellos que se les otorgaban en vida. Los análisis han demostrado que los bebés y los niños menores de 12 años tenían menos probabilidades de ser enterrados con ofrendas de animales y, en los casos en los que sí lo estaban, se les obsequiaba con una gama reducida de especies, entre ellas ovejas, cabras o cerdos.
Otro dato interesante es que en las tumbas de los niños suele haber una gama más reducida de objetos, como anillos, peines, cuchillos y malacates. En cambio, a los hombres adultos se les solía enterrar con armas como espadas, escudos y puntas de lanza, y a las mujeres adultas con joyas, incluyendo diferentes tipos de broches. Que los niños fueran enterrados con una menor cantidad de objetos probablemente indica su diferente estatus social, sus funciones dentro del hogar y da información sobre su identidad en vida.
Curiosamente, los restos incinerados de bebés y niños eran enterrados en urnas más pequeñas y sus coetáneos de los cementerios de inhumación eran enterrados con cuchillos más cortos que los adolescentes y adultos. Esto sugiere que las personas recibían cuchillos más largos o vasijas más altas a medida que superaban etapas clave de la vida.
Adolescencia medieval en Inglaterra
Una época crucial para los jóvenes era la adolescencia, ya que asumían nuevos roles y responsabilidades. Es probable que algunas de estas funciones incluyeran la gestión del ganado y la participación en otras actividades económicas, como la artesanía.
Esto casaría con una ley redactada en el siglo VII d.C. que establecía que los individuos de más de diez años eran lo suficientemente mayores como para administrar las tierras y los bienes de su familia. Por lo tanto, una mayor interacción con los animales y una mayor contribución económica podrían haber justificado la dotación de animales o una mayor variedad de objetos en el funeral.
Aunque los niños eran socialmente distintos de los individuos de mayor edad, es evidente que se les cuidaba. Se les incluía en las parcelas de tumbas domésticas entre los grupos que practicaban la cremación.
Además, en ocasiones se enterraba a los niños junto a los adultos en lo que se conoce como "rito de enterramiento múltiple". El emparejamiento demográfico más frecuente era el de un bebé o niño y un adulto. Aunque no podemos asumir que los individuos encontrados en las tumbas múltiples fueran parientes consanguíneos. Lo más probable es que se enterrara a dos personas juntas por compartir atributos sociales, como las creencias ideológicas, o lazos de parentesco.
El arqueólogo Nick Stoodley ha sugerido que las responsabilidades de cuidado de los adultos se prolongaban hasta el "más allá". Esto podría explicar por qué este emparejamiento demográfico es el más habitual.
Mirando al futuro
Aunque los investigadores están empezando a prestar más atención a los niños de contextos altomedievales, el desarrollo de las técnicas osteológicas (que se utilizan para analizar los restos óseos) y los avances en los métodos de análisis nos permitirán conocer mejor a los miembros más jóvenes de la sociedad altomedieval.
Organizaciones como la Sociedad para el Estudio de la Infancia en el Pasado (SSCIP) defienden la investigación centrada específicamente en los niños del pasado y en el importante papel que desempeñaban en la sociedad.
El fomento de la investigación arqueológica centrada en los niños no solo permitirá conocer mejor a los niños de la Inglaterra altomedieval, sino también a los jóvenes de otros momentos de la historia.
* Kirsty Squires es pofesora asociada de bioarqueología en la Universidad de Staffordshire. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.
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