|
|
|
|
Hablando de Infancia y Adolescencia.
La Asociación GSIA edita esta Revista de Prensa, bimensual y digital,que analiza la actualidad recogida por los mediosen relación a la infancia y la adolescencia,aportando nuestro propio enfoquecon distintos secciones, artículos y columnas de opinión.
Dejamos de verlos como sujetos
(con derechos, deseos, opiniones propias…),
para contemplarlos como objetos, recipientes..,
en los que introducir pensamientos, aprendizajes..,
para que maduren, y se conviertan en adultos.
Así les estamos arrebatando su consideración como personas autónomas.
Equipo GSIA
Desde aquí puedes acceder a
COLABORA CON NOSOTROS.
NECESITAMOS TU APOYO.
¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!.
En ambos casos, actuó la Fiscalía Provincial de Barcelona mediante su Fiscal coordinador de Delitos de Odio y Discriminación, Miguel Ángel Aguilar, pionero en la materia. De hecho, fue la primera Fiscalía de este tipo creada en España, antes de que se implemente una red de fiscalías de este área especializada en el conjunto del territorio español.
La justicia se posiciona así ante el debate político-mediático hacia los niños migrantes no acompañados. Ambos casos son la punta del iceberg de un discurso crispado que se pone de manifiesto al revisar los estudios académicos sobre el tema.
Al compararlo con otro estudio que analiza el discurso de la prensa, las conclusiones son casi idénticas. En un artículo publicado en la revista Comunicar, Juan-David Gómez-Quintero, Jesús-C. Aguerri y Chabier Gimeno-Monterde analizan todas las noticias publicadas sobre niños migrantes en cuatro de los diarios más leídos en España entre enero de 2017 y octubre de 2019.
Según los autores, no existen divergencias significativas entre el lenguaje que utilizan la prensa conservadora y la prensa progresista.
Si comparamos ambos estudios, parece que el discurso de la prensa entre 2017 y 2019 se articula en torno a los mismos argumentos que el discurso de Vox en 2019. De ahí deriva la hipótesis de que la extrema derecha enciende el debate pero no lo crea, sino que recoge elementos de la opinión pública que preexisten y se manifiestan a través de los medios de comunicación generalistas.
En definitiva, los trabajos académicos encuentran similitudes entre la representación social de los niños no acompañados en la prensa y el discurso de Vox. Se proyecta la imagen de un grupo que representa una amenaza para la sociedad española.
Más allá de los motivos, este discurso puede ser un peligroso caldo de cultivo al derivar en consecuencias graves, no solamente por los bulos antes señalados. En diciembre de 2019, en Madrid fue lanzado un artefacto explosivo contra el centro de primera acogida de Hortaleza, que fue desactivado a tiempo. En octubre de 2020, en otro barrio de Madrid tuvo lugar una manifestación en contra de unos niños no acompañados, a las afueras de un piso de acogida, al grito de “Ni un puto MENA en San Blas”.
En su momento, hubo manifestaciones de solidaridad del tejido social. Se ha creado al menos una asociación formada por antiguos niños no acompañados.
En el ámbito político, en octubre de 2021, el Consejo de Ministros adoptó una reforma para permitir que los niños tengan permiso de residencia en España al llegar a la mayoría de edad. Con ello, pueden acceder al mercado del trabajo y de la vivienda, evitando situaciones de extrema vulnerabilidad como el sinhogarismo. De este modo, los actores sociales e institucionales se posicionaron frente a los discursos que los criminalizan.
En la precampaña de las elecciones a la Comunidad de Madrid celebradas en mayo de 2021, Vox había colgado en la estación de metro de Sol un cartel que anunciaba: “Un MENA, 4.700 Euros al mes. Tu abuela, 426 Euros de pensión/mes. Vox protege Madrid, vota seguro”. Mediante el análisis del texto y la imagen se identifican fácilmente dos de los tres argumentos que Vox asocia a los niños migrantes, según Cheddadi: la defensa de los barrios y de un estado social nativista.
En aquel entonces, la Audiencia de Madrid no vio indicio de delito de odio. Esta decisión fue adoptada a pesar de que la imagen no correspondía con ningún hecho acontecido en España. Las cifras de la acogida fueron desmentidas por la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Ahora, se han hecho firmes las primeras condenas frente a la utilización de bulos mediáticos para promover el odio contra un colectivo especialmente vulnerable.
*Elisa Brey. Profesora ayudante doctora, Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado como experta para Provivienda en el pasado, y recientemente ha realizado asesoría técnica e informe de consultoría para UNICEF. Fue asociada de la Asociación GSIA.
Este proyecto pretende estudiar cómo el realismo activo, el posthumanismo y el nuevo materialismo podrían contribuir a una reconfiguración de la infancia en el diseño y contenido de los planes de estudios y proyectos de investigación poscualitativos y poscoloniales.
Reúne a miembros nacionales e internacionales de todas las disciplinas, incluidas las artes creativas, las humanidades, la medicina, el derecho, las ciencias sociales y naturales. El enfoque transdisciplinario se centra en cómo los conceptos de niño e infancia incluyen y excluyen, y continúan marginando, no solo a los humanos jóvenes, sino también a los académicos de la primera infancia en el mundo académico y en naciones y continentes enteros (por ejemplo, África). Los miembros de este colectivo investigan cómo los marcos poscualitativos basados en el realismo existente, el poshumanismo y el nuevo materialismo pueden relacionarse de manera diferente con los llamados "pueblos perdidos" tanto del humanismo como del poshumanismo, e informar sobre teorías y prácticas descolonizadoras y posdesarrollistas en todas las fases de la educación.
En el corazón de este proyecto está la noción de una educación infantil en un esfuerzo por descolonizar la educación (superior). Desde 2016, el proyecto ha apoyado con éxito a muchos investigadores de maestría y doctorado y ha generado una gran cantidad de publicaciones, incluidas publicaciones multimedia, artículos revisados por pares, capítulos y libros (ver recursos). También ha recibido a varios miembros en Sudáfrica, incluidos Karen Barad, Fikile Nxumalo, Affrica Taylor, Karen Malone y muchos más de forma virtual. Más de 40 miembros del equipo interactúan, comparten y colaboran entre sí a través de grupos de lectura, desarrollo de propuestas de subvención, cosupervisión, presentaciones de conferencias, coloquios, talleres de escritura y otras iniciativas de colaboración. Las redes sociales y los espacios de reunión virtuales sincrónicos permiten la colaboración continua entre continentes y espacios geopolíticos.
Investigación
Después de la desaparición del apartheid, la educación superior se ha preocupado por el género, la raza, la clase, la sexualidad y la capacidad, pero hasta ahora se ha prestado poca atención a la edad como categoría de exclusión. En particular, los conceptos de niño e infancia no han sido incluidos en los discursos decoloniales sobre la transformación de los espacios educativos y los currículos. A pesar de décadas de crítica académica sostenida y contestación en la investigación de la primera infancia, los programas de estudio actuales a nivel mundial y las pedagogías promovidas en sus cursos aún tienden a asumir el niño occidental esencializado y universal que se desarrolla de acuerdo con un proceso lineal de formación similar a una etapa de acuerdo con su /su/su potencial innato (desarrollismo).
Además, el concepto de niño tiende a referirse a un ser niño cronológico en el mundo y a la infancia como una etapa de la vida del ser humano con poca o ninguna relevancia para las pedagogías y metodologías de la educación superior. Desde conceptos binarios y por tanto excluyentes de las distintas variables intervinientes, se continúa haciendo su dañino trabajo de exclusión, como Cultura/Naturaleza, Adulto/Niño, Educación Superior/Educación de la Primera Infancia. El proyecto DECD continúa desconstruyendo nociones como 'indígena', 'postcolonial' y 'descolonizador' mediante temporalidades unilineales problemáticas y una meta/física del individualismo. Teorizar la diferencia de manera diferente abre estos (y otros) conceptos para incluir el filosofar animista de los niños pequeños y la creación de sentido discursivo material. Las filosofías de la cultura de la naturaleza se necesitan con urgencia en el (polémico) llamado Antropoceno: el tiempo geológico de un planeta dañado por los humanos como resultado del capitalismo industrial global, la estandarización del tiempo universal, la mecanización del trabajo y la extracción de combustibles fósiles.
El proyecto DECD proporciona espacios intelectuales solidarios, tanto presenciales como virtuales, para que filósofos, teóricos y profesionales interactúen en diversos contextos geográficos para participar en la investigación y la deliberación sobre la realidad actual, el posthumanismo, el nuevo materialismo y el impacto que tienen estas filosofías. para descolonizar la primera infancia, en particular desarrollando enfoques que tengan resonancia para las perspectivas y contextos del sur.
Una de las críticas en las que se basa el posthumanismo es el carácter occidental no problematizado de los conocimientos -blanco, masculino, heterosexual, capaz- que se supone que son aplicables en todos los contextos y que se han utilizado para subyugar otras prácticas de conocimiento en su dominio. Lo que distingue a este proyecto es su interés también en cómo el posthumanismo mismo tiende a ignorar cómo la edad a menudo se pasa por alto en su teorización. Los investigadores de este proyecto son muy conscientes de estas prácticas de conocimiento y uno de los objetivos del proyecto es investigar y problematizar los conocimientos de los contextos del Norte y del Sur, para cuestionar el adultocentrismo, con miras a desarrollar y evaluar marcos posthumanistas poscoloniales para pedagogías innovadoras, prácticas de investigación y programas académicos en todas las fases de la educación.
Contacto: decdproject@gmail.com
En Cataluña se han conocido varios casos recientes. Los Mossos d’Esquadra detuvieron e identificaron en febrero a cinco menores por su presunta participación en un asalto en grupo a una niña de 11 años en un centro comercial. Asimismo, otros cinco menores están siendo investigados por otra agresión sexual en su colegio y un adolescente está acusado de violar a una niña en su casa. En los dos primeros, algunos de los implicados tienen menos de 14 años, por lo que no se les pueden imputar delitos.
La cercanía de los hechos, sin relación entre ellos, eleva la percepción de que son solo tres manifestaciones extremas de una violencia sexual que —nos dicen los expertos— está "demasiado" presente en su educación a través de la pornografía. Analizamos con ellos las aristas de este problema social: ¿qué dicen los datos?, ¿cómo se actúa cuando el agresor es menor de 14 años?, ¿cómo prevenir estos delitos y sus consecuencias para las víctimas?
La preocupación emana de los datos oficiales. La Fiscalía advierte del "progresivo e importante incremento de los delitos contra la libertad sexual" en el apartado dedicado a la responsabilidad penal de los menores de su última memoria. Así, en 2021, se incoaron 2.625 procedimientos por estos motivos, 964 más que en 2020 y 691 más que en 2019.
La misma tendencia se revela cuando ampliamos la foto y observamos los datos sin corte de edad: los delitos sexuales se disparan un 30% entre 2019 y 2022, de acuerdo con un informe del Ministerio del Interior, que lo relaciona "en parte" con las políticas de concienciación que se traducen en una mayor disposición a denunciar los hechos, así como en el cambio en la ley en 2015 que elevó de trece a dieciséis años la edad para prestar consentimiento en las relaciones sexuales.
No es la única explicación al incremento que ofrecen las fuentes consultadas por RTVE.es. Una palabra que se repite en todas las versiones: pornografía. "Esta mañana he estado en un centro educativo y siempre hacemos una lluvia de ideas de lo que significa la sexualidad. Me ha sorprendido muchísimo que en todos los grupos de 1º de la ESO aparecían de forma constante palabras y referencias a cosas que han escuchado en el porno", ilustra Raquel Hurtado, subdirectora y portavoz de SEDRA-Federación de Planificación Familiar, sobre su última sesión de educación sexual con niños de 11 y 12 años.
Este consumo "fácil y constante" de contenidos pornográficos, según la Fundación ANAR, es lo que normaliza que se trate a una mujer como a un objeto o de forma violenta, igual que ven a menudo en los vídeos accesibles en un par de clics. En ellos, de acuerdo con Hurtado, es habitual que se transgredan los límites de la otra persona durante el encuentro sexual, algo que se entiende entonces como deseable y muy masculino.
En este sentido, la fiscal de menores de Granada señala en la memoria la "contradicción" que supone que la difusión de contenidos sexuales esté regulada en los medios de comunicación tradicionales, pero no exista ningún protocolo para impedir el acceso de menores a estas webs.
"Puede estar dándose cierta banalización de la sexualidad entre los menores", coincide Carlos Benedicto Duque, doctor en Psicología clínica, legal y de la salud y coordinador técnico de centros en la asociación GINSO, que señala otras fuentes de exposición a esos "modelos desviados", como la música, las redes sociales…: "Están demasiado expuestos y su nivel de madurez no va a acorde a lo que están escuchando o viendo en una pantalla".
Esto no solo repercute en el aumento de agresiones sexuales con fuerza física, como las vistas recientemente en Cataluña. El 14% de las chicas menores de 20 años afirman que se han sentido presionadas para actividades de tipo sexual en las que no querían participar, según se desprende de una encuesta publicada en 2021 por el Ministerio de Igualdad, que concluye que un 6,4% del total de las participantes en el estudio reconocen haber sufrido violencia sexual.
Sucede desde edades muy tempranas y habitualmente por parte de hombres de su ámbito cercano. "En nuestro día a día vemos que todavía se denuncia poco, hay mucha reticencia", puntualiza Sonsoles Bartolomé, responsable jurídica de la Fundación Anar. Esta entidad desveló en un estudio hace dos años que un 29% de los agresores sexuales a menores tenía también menos de 18 años al perpetrar la agresión, una cifra que se acercaba al 40% cuando las víctimas tenían entre 13 y 15 años. Precisamente para esas edades, el estudio de Igualdad también señala que es cuando se produce el pico de agresiones.
"Podría deberse a nuevas formas de violencia asociadas al abuso sexual presentes especialmente en la primera adolescencia (…) De hecho, en el caso del sexting y la pornografía, el agresor menor de edad predomina sobre el mayor de edad", reflexiona la investigación de ANAR.
En cualquier caso, el rango de agresiones sexuales es amplio y el perfil de los agresores, muy heterogéneo, según describe el doctor en psicología Carlos Benedicto, que ha investigado este tipo de criminalidad juvenil: desde quienes tienen un comportamiento antisocial, baja tolerancia a la frustración y abusan de otros iguales o mayores que ellos, hasta quienes se caracterizan por mayor soledad, falta de autoestima e incapacidad social y eligen víctimas aún menores.
Entre todos ellos, el experto llama la atención sobre los agresores sexuales que actúan en grupo, puesto que algunos estudios internacionales consideran que pueden representar un 20-30% del total de las agresiones sexuales perpetradas por menores. "La dinámica está influenciada por procesos grupales que son muy relevantes a estas edades. Se diluye la responsabilidad y el grupo se cohesiona en torno a un acto delictivo, se idealiza", señala Benedicto.
Pero el derecho penal, advierte ANAR, debería ser solo la última vía. La solución necesaria a este problema social pasa por educación sexual desde la infancia para "revertir" la narrativa machista y violenta presente en la pornografía, pero también por la formación del profesorado para detectar y actuar ante posibles conflictos. "La educación sexual de los niños es incorrecta", ha afirmado Eduardo Esteban, fiscal de Sala Coordinador de Menores, en RNE.
"Incluso cuando son más pequeñas, hay cuestiones que podemos trabajar que tienen que ver con identificar mis límites, lo que me gusta, lo que no, y con ayudarles a no sobrepasar los límites del resto de personas", expone también Raquel Hurtado, quien habitualmente imparte talleres en colegios e institutos con SEDRA-Federación de Planificación Familiar. Pero con dos horas al curso, opina ella, no es suficiente para impulsar un cambio.
Hurtado pide también herramientas y protocolos para que los profesores no se sientan como "llaneros solitarios" al encontrarse con situaciones de acoso o, incluso, agresión sexual entre sus alumnos. En esa situación, ANAR anima a llamar a líneas de orientación como la suya (+34 600505152) o la de la Unión Europea (116111, gestionada por las comunidades autónomas) para informarse. "La formación de los profesionales que están en el entorno de los menores de edad es esencial para la prevención", zanja Bartolomé.