Un informe de Oxfam publicado el miércoles, día 16 de octubre, estima que es probable que el hambre alimentada por la guerra esté matando hasta 21.000 personas al día en decenas de países, mientras las partes en conflictos globales arman el hambre contra los niños y otras personas vulnerables en Gaza, Sudán, Nigeria, Somalia y otros lugares.
Food Wars, publicado con motivo del Día Mundial de la Alimentación, encuentra que casi 278 millones de personas en 54 países devastas por la guerra enfrentaron hambre a nivel de crisis el año pasado. Esa población representa el 99% de las personas que enfrentan hambre a nivel de crisis en todo el mundo.
La guerra, según el nuevo informe, fue una "gran causa de inseguridad alimentaria" en cada uno de los 54 países examinados, "aunque en algunos de ellos, los extremos meteorológicos o los choques económicos pueden haber sido el principal impulsor".
"A medida que el conflicto aumenta en todo el mundo, la inanición se ha convertido en un arma letal empleada por las partes besadas contra las leyes internacionales, causando un alarmante aumento de muertes y sufrimiento humanos", dijo Emily Farr, líder de seguridad alimentaria y económica de Oxfam. "Que los civiles sigan siendo objeto de una muerte tan lenta en el siglo XXI es un fracaso colectivo".
Farr agregó que "las crisis alimentarias de hoy se fabrican en gran medida", señalando que "casi medio millón de personas en Gaza, donde el 83% de la ayuda alimentaria necesaria actualmente no les está llegando a ellas y más de tres cuartas partes de un millón en Sudán están actualmente hambrientas, ya que el impacto mortal de las guerras en los alimentos probablemente se sentirá durante generaciones".
Oxfam, otros grupos humanitarios y expertos de Naciones Unidas han acusado a Israel de usar el hambre como arma de guerra contra la población de Gaza, gran parte de la cual enfrenta condiciones de hambruna mientras el ejército israelí armado por Estados Unidos sigue obstruyendo el flujo de ayuda salvavidas y atacando centros de distribución de alimentos.
El martes, Oxfam advirtió que el norte de Gaza "está siendo borrado" y que "los civiles están siendo hambrientos y bombardeados en sus casas y sus tiendas de campaña" por las fuerzas israelíes.
"Esto no es una evacuación, esto es desplazamiento forzado bajo disparos", dijo Oxfam.
En todo el mundo, el número de personas desplazadas por la fuerza por el conflicto alcanzó un récord de 117,3 millones el año pasado, señala el nuevo informe de Oxfam, "con 77% de ellos en países afectados por crisis de hambre".
Oxfam observó que "las crisis de hambre de guerra se producen en países que siguen dependiendo en gran medida de las exportaciones de productos primarios", destacando la necesidad de cambios sistémicos en los sistemas alimentarios y económicos mundiales, además de esfuerzos diplomáticos más inmediatos para poner fin a los conflictos militares.
"Paradójicamente, los esfuerzos de consolidación de la paz han asumido a menudo que la liberalización económica ofrece el mejor o único camino hacia una paz sostenible", señala el informe. "Sin embargo, la lucha por el control de los productos primarios fungibles puede financiar más violencia, aumentar la desigualdad, continuar la inestabilidad y el riesgo de un nuevo conflicto".
"La gran inversión privada a gran escala, ya sea extranjera o interna en origen, generan inestabilidades económicas y políticas, en las que los inversores se apoderan del control sobre los recursos de tierras y hídricos y desplazan a los pueblos locales", continúa el informe. "Los mercados de productos primarios de alto valor deben ser investigados y regulados con más cuidado, para que no financien y alimenten el conflicto".
El informe de Oxfam pide a los gobiernos que "haga que los derechos humanos, incluido el derecho a la alimentación, sean el centro de la planificación y transformación del sistema alimentario" y que "refuercen los mecanismos internacionales de rendición de cuentas para combatir la impunidad y disuada el uso del hambre como arma de guerra", entre otras recomendaciones.
"Para romper el círculo vicioso de la inseguridad alimentaria y la guerra, los líderes globales deben abordar frontalmente las condiciones que engendran conflictos: los legados coloniales, las injusticias, las violaciones de los derechos humanos y las desigualdades, en lugar de ofrecer soluciones rápidas de ayuda de banda", dijo Farr el miércoles.
"No podemos poner fin al conflicto simplemente inyectando inversiones extranjeras en países devastados por conflictos, sin desarraigar las profundas desigualdades, los agravios generacionales y las violaciones de los derechos humanos que alimentan esos conflictos", agregó Farr. "Los esfuerzos de paz deben ir acompañados de inversiones en protección social y construcción de cohesión social. Las soluciones económicas deben dar prioridad al comercio justo y a los sistemas alimentarios sostenibles"