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Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica, España. Una Respuesta Necesaria.

 "ESTE INFORME DA RESPUESTA A UNA SITUACIÓN DE SUFRIMIENTO Y SOLEDAD 
CUBIERTA POR UN INJUSTO SILENCIO". Ángel Gabilondo.

Los abusos sexuales en la Iglesia católica constituyen un grave problema social y de salud pública. 
Un problema que ha causado mucho daño. 
La gravedad del fenómeno deriva de la intensidad del daño que han sufrido las víctimas, 
de la cantidad de personas afectadas y de la defraudación de la confianza depositada por ellas, 
y por una parte muy importante de la sociedad, 
en una institución que ha tenido un poder innegable en España 
y una autoridad moral en la sociedad.
La respuesta de la Iglesia católica, al menos a nivel oficial, 
ha estado caracterizada durante mucho tiempo 
por la negación o la minimización del problema.



El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha hecho entrega esta semana a la presidenta de las Cortes Generales, Francina Armengol, del “Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos”, Una respuesta necesaria, dando cumplimiento a la encomienda recibida del Congreso de los Diputados tras la aprobación de una Proposición no de Ley (PNL), el 10 de marzo de 2022, que contó con el voto a favor de la mayoría de los grupos políticos de la Cámara Baja.

El Informe cuenta con 777 páginas y está alojado íntegro  en la web del Defensor del Pueblo (www.defensordelpueblo.es). En el mismo, además de una presentación del titular de la institución y una introducción general, se recoge, entre otras cosas, los ámbitos de actuación, objetivos, metodología y fuentes empleadas, detalles de una encuesta encargada a GAD3, marco jurídico, y conclusiones-recomendaciones que son elevadas a las Cortes Generales y al Gobierno de España para “la adopción de las medidas necesarias en orden a cumplir con el objetivo de la encomienda”, según se explicita en la mencionada PNL.

El Defensor del Pueblo, señala, así lo hace constar en la introducción del Informe, que “se trata de un Informe necesario para dar respuesta a una situación de sufrimiento y de soledad que durante años se ha mantenido, de una u otra manera, cubierta por un injusto silencio”. Ángel Gabilondo pone de relieve la importancia que las víctimas han tenido en todo momento a la hora de abordar los trabajos que ahora concluyen. “Las víctimas son el sentido primero, el sentido último y el sentido central de este Informe”.

 Respuesta de la Iglesia y de los poderes públicos

El Informe apunta que la respuesta de la Iglesia católica, al menos a nivel oficial, ha estado caracterizada durante mucho tiempo por la negación o la minimización del problema. Algunas víctimas han tenido que hacer frente no solo a la negación y a la ocultación, sino incluso a presiones y a reacciones de representantes de la misma en las que se les culpabilizaba de los abusos sufridos.

Se ha de reconocer, al mismo tiempo, que la Iglesia católica es una institución plural y que la Comisión Asesora, creada ad hoc, pudo detectar buenas y malas prácticas. Y el Informe reconoce “el coraje institucional de quienes han optado por asumir la responsabilidad que corresponde a la institución por la victimización producida”.  

Por su parte, los poderes públicos carecieron de procedimientos adecuados para prevenir, detectar y reaccionar frente a la comisión de abusos sexuales de menores en los centros escolares de la Iglesia católica. Sólo muy recientemente, el año 2021, se introdujeron mecanismos y procedimientos de prevención y detección para la totalidad de los centros educativos de titularidad pública o privada. La mayoría de casos que han llegado a ser denunciados, pese a ser una muy pequeña parte de la realidad del problema, no han encontrado respuesta por parte del sistema judicial.

Recomendaciones

El Informe propone una veintena de recomendaciones concretas. Entre ellas, se encuentran la de celebrar un acto público de reconocimiento y reparación simbólica a las víctimas por el prolongado período de tiempo de desatención y de inactividad, en particular entre 1970 y 2020. La creación de un fondo estatal para el pago de compensaciones a favor de las víctimas y que un órgano administrativo especial -creado para la ocasión- sea el que instaurare un procedimiento de reconocimiento y reparación de las víctimas de agresión o abuso sexual infantil en el ámbito de la Iglesia católica. Así como diversas reformas normativas para la aclaración y reparación de lo sucedido, y para prevenir hechos similares. Además, entre las recomendaciones se incluye que la Iglesia católica debe poner los medios necesarios para ayudar a las víctimas de abusos sexuales en el proceso de recuperación, ofreciendo tratamiento a las víctimas o familiares, cuando lo requieran. Y que las diócesis y los institutos de vida consagrada abran a los investigadores la información contenida en sus archivos. (Todas las recomendaciones, integras, pueden ser consultadas en el Parte VIII Capítulo 2 del Informe).

Ángel Gabilondo, que ha dirigido los trabajos y presidido la Comisión Asesora de expertos, subraya que el Informe se ha configurado sobre la base de testimonios de las víctimas. “Escucharlas es encontrarse con la voz y la experiencia de un dolor. Y lo sucedido es para ellos y para la sociedad un verdadero desastre”. Y resalta, “el Defensor del Pueblo no tiene como misión juzgar, no es juez. No tiene como misión legislar, no es el legislador. Más bien analiza, pregunta, estudia, investiga y recomienda y sugiere”.

Testimonios

La Unidad de Atención a las Víctimas, también creada para abordar los trabajos del Informe, ha recogido información relevante sobre 487 víctimas, en entrevistas realizadas tanto en Madrid como fuera de la capital. De ellas, la inmensa mayoría (84%) fueron hombres. Las víctimas recalcan los problemas emocionales y de conducta que padecen como consecuencia de los abusos. Y un tercio de éstas señalaron haber tenido síntomas de estrés postraumático y, algunas de ellas, habían experimentado síntomas depresivos, sentimientos de vergüenza y estigmatización y de acción suicida.

La atención a las víctimas ha sido el trabajo de un equipo formado por especialistas contratados para la ocasión (tres psicólogos, una trabajadora social, una criminóloga y un abogado-psicólogo sanitario, que han contado con el apoyo administrativo de dos personas). Las primeras víctimas fueron atendidas, en la Unidad de Atención a las Víctimas, el 6 de julio de 2022.

Los testimonios recogidos de la escucha respetuosa a las víctimas revelan el impacto devastador que los abusos sexuales han tenido en sus vidas. “En ningún caso el número de testimonios pretende dejar determinado el alcance cuantitativo del problema. Lo importante, cuando se ofrece un determinado número de testimonios de víctimas, es tener presente la singularidad personal de cada una de ellas y la inviabilidad de reducirla a una cifra en una contabilidad”, subraya el Defensor del Pueblo.

Además de los testimonios directos recogidos para elaborar el Informe se ha tenido en cuenta otras fuentes provenientes de organismos oficiales, de la propia Iglesia y de investigaciones de medios de comunicación. Especial mención requiere la colaboración del diario El País, que inició sus investigaciones periodísticas en octubre de 2018 y que ha entregado hasta en cuatro ocasiones sus archivos a la institución Defensor del Pueblo para completar los trabajos.

Algunos de los testimonios recogidos en la Unidad de Atención a las Víctimas, con citas explícitas, se incluyen en el Parte III Capítulo 4 del Informe, tras contar con autorización previa del autor.

La mayoría de los victimarios conocidos son hombres. Y solo una pequeña parte de las personas acusadas de haber cometido abusos han sido juzgadas por parte de las autoridades civiles. La mayoría fueron mantenidas en sus puestos, trasladadas o, en menor medida, juzgadas a través de Derecho Canónico.

Comisión Asesora

Tras recibirse la encomienda del Congreso de los Diputados, se comenzó a trabajar en el ámbito de actuación en tres direcciones. Además de la Unidad de Atención a las Víctimas y de pensar en la constitución de un Foro de Asociaciones, se creó, como se ha  indicado, una Comisión Asesora, compuesta por expertos externos: diecisiete asesores que pertenecen al ámbito profesional y académico con experiencia en atención a las víctimas, con conocimientos jurídicos y victimología, y profesionales que han dedicado su vida a la docencia o a jóvenes o han escrito y estudiado sobre las consecuencias de traumas infantiles en la vida adultas. Esta Comisión se ha reunido en trece ocasiones. La primera, el cinco de julio de 2022. La última, el 28 de septiembre de 2023.

 Más de ochenta reuniones

El Defensor del Pueblo ha mantenido, además de reuniones con asociaciones de víctimas, más de 80 encuentros con el presidente y secretarios generales de la Conferencia Episcopal Española, con el presidente de la Conferencia Española de Religiosos y con superiores y miembros de la misma, con el decano del Tribunal de la Rota, con representantes de institutos de vida consagrada, y con la Comisión Asesora y Foro de Asociaciones de Víctimas.

Objetivo y Metodología

El objetivo del Informe ha sido el de describir la dimensión del fenómeno, sus causas y sus consecuencias en las personas afectadas, con el fin de que las recomendaciones emitidas sean útiles para la prevención y la reparación de las víctimas. Asimismo, se espera que los trabajos realizados y las conclusiones a las que los mismos han llegado contribuyan a la determinación de los hechos y responsabilidades, a la reparación de las víctimas y a la planificación de las políticas públicas orientadas a la prevención y atención de los casos de abusos sexuales cometidos sobre niños y adolescentes.

El Informe se ha realizado a partir del análisis interdisciplinar de la información recogida por diversas fuentes, como se ha apuntado, entre ellas los trabajos de campo propios, como una encuesta realizada por GAD3 para la institución Defensor del Pueblo que contextualiza el problema.

Esta revela, entre otras cosas, que el 11,7% de las personas entrevistadas afirman haber sufrido abusos sexuales, antes de cumplir 18 años. Un 3,36% manifiesta que ese abuso se produjo en el ámbito familiar. Asimismo, la encuesta de GAD3 también concluye que el 0,6% de la muestra representativa de la población encuestada ha sido agredida sexualmente por un sacerdote o religioso católico, y un 1,13 % que la agresión se registró en el ámbito religioso.

El 72% de los encuestados consideraron que el abuso sexual infantil es un problema social muy grave y un 24,4% lo valoraron de bastante grave. Sin embargo, la mayor parte de las personas encuestadas consideró que no se están tomando las medidas adecuadas para reducir el problema.

La encuesta demoscópica, encargada por la institución siguiendo el proceso de licitación de la Administración, contempla una muestra metodológica y numérica significativa de la población española (8.013 personas) a partir de datos anonimizados recogidos por la Unidad de Atención a las Víctimas que han sido objeto de tratamiento estadístico y del análisis de las demandas y preocupaciones plasmadas en el Foro de las Asociaciones. Los datos desglosados de la encuesta se incluyen en la Parte III Capítulo III del Informe. Esta es la primera encuesta que se realiza con estas características desde 1994, cuando el Ministerio de Asuntos Sociales hizo una similar, aunque la actual incluye más preguntas relacionadas con la problemática específica aquí examinada, y la muestra es muy superior.

El Informe indica que “los abusos sexuales en la Iglesia católica constituyen un grave problema social y de salud pública. Un problema que ha causado mucho daño. La gravedad del fenómeno deriva de la intensidad del daño que han sufrido las víctimas, de la cantidad de personas afectadas y de la defraudación de la confianza depositada por ellas, y por una parte muy importante de la sociedad, en una institución que ha tenido un poder innegable en España y una autoridad moral en la sociedad”.

Las conclusiones y las subsiguientes recomendaciones de este Informe no pretenden ser una última palabra. Y menos aún una solución definitiva o un punto final, ante un daño tan grande que ha afectado y que afecta a tantas personas desde hace tanto tiempo. Más bien aspiran a contribuir a la toma de conciencia iniciada hace unos años por parte de la sociedad española, recordando y requiriendo a la Iglesia católica y a los poderes públicos que sigue abierta la necesidad de dar una respuesta a las víctimas.

Ángel Gabilondo subraya que “el Informe aporta claridad, datos y argumentos ante una cuestión que a todos resulta difícil de abordar, pero que es imprescindible hacerlo. Se trata de que se asuman responsabilidades, lo que implica responder de, responder ante y responder a. Y esta respuesta necesaria exige que el Informe que hoy entregamos a la Cortes Generales, a través de su presidenta, contribuya a la toma de mayor conciencia de la cuestión, y a dar efectivamente una respuesta a las víctimas, una respuesta exigida por ellas con buenas razones”.

 


Los derechos de los niños: una reflexión obligatoria. “Llevar a los niños a la iglesia vulnera sus derechos humanos”.

Para sorpresa de muchos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) 
ha planteado una cuestión que genera controversia y debate: 
“Llevar a los niños a la iglesia vulnera sus derechos humanos”
Esta afirmación se basa en la premisa de que la asistencia a centros religiosos 
debería ser una decisión autónoma de los menores de edad, 
en lugar de una imposición de los padres 

(Leer abajo: La ONU nunca dijo que llevar niños a la iglesia viola sus derechos humanos).


Este pronunciamiento, sin duda alienta a sectores que defienden visiones parcializadas sobre los derechos de los niños y su relación con la fe, visiones de colonización ideológica que promueve, desde altas esferas, otros derechos supuestamente “nuevos” para los niños.

Como sociedad y como pueblo soberano estamos llamados a discernir y distinguir lo que constituye verdaderos derechos y lo que podría derivar de intereses sesgados. Preguntémonos: ¿de qué manera las manipulaciones ideológicas podrían limitar la capacidad de discernimiento y la formación de opiniones propias de los niños?

El derecho internacional, en consonancia con el principio del interés superior del niño, reconoce la importancia de salvaguardar a los niños y adolescentes. Los Estados, por su parte, asumen la responsabilidad de protegerlos y garantizar sus derechos y seguridad. En este sentido, es crucial que los gobiernos, sin interferencias ideológicas ni políticas, se comprometan a abordar los verdaderos desafíos que afectan a la infancia y la juventud.

Los derechos de los niños abarcan una amplia gama de aspectos, como el derecho a la vida, al desarrollo, a la igualdad, la educación, la participación y la privacidad. Estos derechos aseguran un crecimiento integral y seguro para todos los jóvenes. Además, se centran en la inclusión de personas con discapacidad, la erradicación de la violencia, el respeto por la diversidad cultural y el acceso a la tecnología. Agregaría, tienen derecho a conocer la Verdad, para adherirse y crecer en valores.

Los derechos de los niños deben ser salvaguardados legalmente para garantizar su bienestar, especialmente considerando la realidad de aquellos que carecen de atención médica, educación y vivienda adecuadas. 

Ante los nuevos desafíos, debemos dar la lucha para que se promueva el respeto de la inviolable dignidad y de los derechos del niño, del reconocimiento de la misión y derecho fundamental de los padres en la educación, además de la necesidad de un ambiente social estable que pueda favorecer el desarrollo psíquico, cultural y moral de cada niño. 

Con especial firmeza dice el Papa Francisco, “el niño vulnerado no tiene tiempo para esperar programas y planes a largo plazo. No tiene tiempo, es ahora”. (Papa Francisco, Jornadas Panamericanas por los Derechos Sociales de la Infancia y Adolescencia y Doctrina Franciscana, reunidos en la provincia de Entre Ríos, Argentina, del 27 al 28 abril 2023).

Cercana la celebración del Día del Niño en Costa Rica, imploremos a la Virgen María Niña la protección de nuestra infancia.


*Mons. José Rafael Quirós Quirós, 
arzobispo metropolitano de San José,
Costa Rica.
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La ONU nunca dijo que llevar niños a la iglesia viola sus derechos humanos.

Distintas páginas web publican desde 2016 que el Comité de los Derechos del Niño habría dicho que la asistencia de niños a centros religiosos vulnera sus derechos. A través de un informe, el Comité también habría indicado que asistir a la iglesia tiene que ser una decisión de los menores y no de los padres.

En realidad, el informe al que se refieren los contenidos no dice esto. El Comité de los Derechos del Niño es un órgano de Naciones Unidas que se compone de 18 expertos independientes que supervisan la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño. El documento, publicado el 12 de julio de 2016, mostraba la «preocupación » del organismo por la obligatoriedad de los niños de asistir diariamente a misa en escuelas públicas de Inglaterra y de Gales.

«Al Comité le preocupa que los alumnos estén obligados por ley a participar en un culto religioso diario que es ‘total o principalmente de carácter ampliamente cristiano‘ y que no tengan derecho de no asistir sin permiso parental«, reza el documento. El Comité recomienda a continuación que el Estado revoque estas disposiciones legales y que los niños puedan decidir libremente si quieren dejar de atender un culto religioso.

Preocupa al Comité que los alumnos estén obligados por ley a participar en un culto religioso diario que sea "total o principalmente de carácter ampliamente cristiano" en las escuelas financiadas con fondos públicos de Inglaterra y Gales, y que los niños no tengan derecho a retirarse de tal adoración sin el permiso de los padres antes de ingresar al sexto curso. En Irlanda del Norte y Escocia, los niños no tienen derecho a retirarse del culto colectivo sin el permiso de sus padres.

El Comité recomienda que el Estado parte derogue las disposiciones legales que establecen la asistencia obligatoria al culto colectivo en las escuelas financiadas con fondos públicos y garantice que los niños puedan ejercer de forma independiente el derecho a retirarse del culto religioso en la escuela. 

Tras la publicación del informe, el portal estadounidense Charisma News publicó un artículo con el siguiente titular: «La ONU dice que llevar a niños a la iglesia viola a sus derechos humanos». La noticia fue muy compartida y varias páginas webs se hicieron eco, incluso en otros idiomas. La página de verificación Snopes ya desmintió este bulo en junio de 2016.

Si bien  Charisma News  citó este informe, el sitio web no mencionó que la recomendación de la ONU se refería a la actividad religiosa en escuelas financiadas con fondos públicos en el Reino Unido y no a las iglesias. En lugar de utilizar la palabra "escuela", el sitio web optó por términos generales como "culto colectivo", creando la falsa impresión de que las Naciones Unidas habían considerado el acto de llevar a un niño a la iglesia como una violación de los derechos humanos. 

Fuentes: Informe del Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño

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La Convención sobre los Derechos del Niño fue adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1989. Aunque menciona la religión varias veces, el artículo 14 establece específicamente que:
1. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
2. Los Estados Partes respetarán los derechos y deberes de los padres y, cuando corresponda, de los tutores legales, de orientar al niño en el ejercicio de su derecho de manera compatible con la evolución de sus capacidades.
3. La libertad de manifestar la propia religión o las propias creencias sólo podrá estar sujeta a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos, o los derechos y libertades fundamentales de los demás.

"Shame, de Justice Initiative": exposición fotográfica frente a la pederastia.

La exposición fotográfica del italiano Simone Padovani recoge un centenar de testimonios de supervivientes de maltrato y violencia sexual en la infancia con el objetivo de que la Unión Europea tome medidas eficaces ante esta lacra: 100 retratos, 100 historias, la vergüenza colectiva frente a la pederastia: “Fue como un hachazo, no me dejaba vivir”. 
 Documenta las injusticias...., dan ahora voz a las víctimas. 
Fotografías y testimonios de víctimas en la exposición "Shame". Juan Cuatrecasas

«SHAME» es una exposición fotográfica que muestra varias víctimas de abusos infantiles que comparten sus historias.
En los últimos meses se han recogido en toda Europa los retratos de casi 100 víctimas de abusos a menores. Nunca antes se había captado de este modo la dimensión del problema.

23 junio - 21 julio 2023
Espacio O_LUMEN
c/ Claudio Coello, 141, Madrid

Como proyecto de Justice Initiative, en los últimos meses se han recogido en toda Europa los retratos de casi 100 víctimas de abusos a menores. Nunca antes se había captado de este modo la dimensión del problema. Son fotos y vídeos del galardonado fotógrafo Simone Padovani que documentan las injusticias y dan ahora voz a las víctimas. 

  Simone Padovani es un reportero gráfico afincado en Italia que trabaja para agencias internacionales como Getty Images y Universal Pictures. Sus imágenes se han publicado en importantes medios internacionales como The New York Times, National Geographic, The Guardian, Der Spiegel y Focus, entre otras.  

La exposición Shame European Stories, que muestra varias de esas víctimas de abusos infantiles que comparten sus historias. 

La exposición se está llevando a cabo de forma itinerante en toda Europa y cuenta con el patrocinio del Consejo de Europa.

El espacio O_LUMEN, proyecto de los dominicos inaugurado en 2018, termina con esta exposición la temporada 2022/2023 al encuentro de las demandas de profundidad, sentido y belleza y al diálogo con nuevos artistas, personas interesadas en el arte y reivindicación de los derechos humanos. 

La inauguración tuvo lugar el viernes 23 de junio de 2023 a las 19:30h. Entre otras personalidades, asistirán: el Defensor del Pueblo, el Arzobispo electo de Madrid, el Prior Provincial de los dominicos de la Provincia de Hispania y el Presidente de Infancia Robada. En el acto intervendrán también seis supervivientes y activistas. 


 

Los datos sobre abusos sexuales de la Iglesia católica de Polonia llegan décadas demasiado tarde.

La Iglesia católica en Polonia informa cientos de nuevas acusaciones de abuso

La siguientes cifras que detallan las acusaciones de abuso sexual infantil por parte del clero no cuentan la historia completa. A finales de Junio, la Iglesia Católica de Polonia dio a conocer nuevas cifras sobre la cantidad de quejas que ha recibido alegando abuso sexual por parte de su clero.

 El Arzobispo Wojciech Polak se disculpó con las sobrevivientes de abuso sexual
En total, se presentaron 368 denuncias a la Iglesia entre 2018 y 2020 relacionadas con presuntos abusos por parte de más de 290 sacerdotes y otras figuras religiosas. Los casos se remontan a 1958 y 173 de ellos se refieren a niños menores de 15 años, que es la edad de consentimiento en Polonia.

Tras la publicación de estas cifras, el jefe de la Iglesia católica polaca, el arzobispo Wojciech Polak, se disculpó con los supervivientes y pidió perdón. Si bien algunos sobrevivientes apreciarán esto, no excusa el hecho de que la iglesia de Polonia haya llegado al tema décadas demasiado tarde.

Esta es solo la segunda vez que la Iglesia Católica de Polonia publica tales cifras. Lo hizo por primera vez en 2019 cuando reveló que 382 miembros del clero habían sido acusados ​​de abusar sexualmente de 625 niños entre 1990 y 2018. La Iglesia dice que 42 sacerdotes están nombrados en ambas listas.

Si bien la medida es una señal positiva de que la iglesia de Polonia finalmente está reconociendo el problema, existen varios problemas con estas cifras, junto con el hecho de que la iglesia ha tardado décadas en publicarlas en primer lugar.

Por un lado, el hecho de que la iglesia de Polonia hiciera públicas estas cifras es útil ya que proporciona algunos datos sobre el tema, aunque es ampliamente aceptado que los casos de abuso que salen a la luz son solo la punta del iceberg.

En promedio, un sobreviviente tarda 24 años en denunciar el abuso que sufrió cuando era niño, con razones que incluyen el sentido de vergüenza de la víctima, sin reconocer lo que le sucedió como abuso o temor a que no le crean.

El único recuento público de casos de abuso del clero en Polonia es un mapa creado por activistas, que actualmente registra más de 580 casos cubiertos por los medios de comunicación o que terminaron en una sentencia judicial. Pero incluso los que llegan a los tribunales son una minoría de casos, a menudo porque los sobrevivientes no quieren revivir el trauma en un entorno judicial formal donde podrían tener que enfrentar a su abusador nuevamente.

Pero, más allá de las cifras de la propia iglesia, los datos más recientes son limitados. La iglesia no reveló públicamente los nombres de los 292 miembros del clero acusados ​​de abuso sexual, incluso en los casos que consideró "creíbles".

Esta parece ser una política apoyada por el propio Papa para proteger el "buen nombre" de los sacerdotes. Sin embargo, muchas diócesis de otros países han divulgado voluntariamente esta información.

En la mayoría de los casos polacos, la iglesia dijo que ha impuesto "medidas provisionales" mientras se investigan las denuncias, incluida la remoción temporal del acusado del servicio y la prevención de su contacto con niños. Pero sabemos por otros países que estos sacerdotes a menudo se dejan sin supervisión.

La iglesia tampoco explicó cómo ha tratado a los 42 miembros del clero que aparecieron tanto en la lista de 2019 como en la de esta semana, en lo que parecen ser casos de reincidentes.

Ocultar las identidades de los presuntos perpetradores y los detalles de la acción de la iglesia contra ellos, que parece ser una política de la iglesia global, muestra que la iglesia polaca todavía está protegiendo a los presuntos abusadores al proteger su identidad.

En Polonia, esta falta de transparencia también se extiende a cómo la iglesia investiga las denuncias de abuso. Treinta y nueve de las 368 reclamaciones se consideraron "poco fiables" y, por lo tanto, se rechazaron. Pero, ¿cómo se tomaron estas decisiones?

De los 173 casos relacionados con menores de 15 años, la iglesia dijo que 148 de ellos fueron denunciados a la policía. Otros veinticinco no fueron denunciados porque los acusados ​​murieron desde entonces o porque las denuncias se consideraron infundadas o aún se están investigando. Pero, ¿en qué etapa pasa la iglesia una queja a las autoridades estatales encargadas de hacer cumplir la ley? ¿No debería hacerlo tan pronto como tenga conocimiento de la sospecha de abuso?

Además, ¿qué sucedió en los casos de abuso de jóvenes de 15 a 17 años? Por razones que no están claras, aunque el informe de la iglesia de 2019 proporcionó algunas estadísticas sobre este grupo de edad, los datos más recientes solo dividen a los sobrevivientes en dos grupos de edad: menores de 15 años y mayores de 15 años.

De los 174 casos en este último grupo, el 80 por ciento no fueron denunciados a la policía. Un factor podría haber sido que los sobrevivientes adultos no querían (todavía) presentar una denuncia policial, como suele ser el caso. Pero en lo que respecta a los jóvenes de 15 a 17 años, el imperativo debe ser notificar a las autoridades.

¿Y por qué la iglesia no anima a los sobrevivientes de abuso a denunciar sus casos a las autoridades civiles desde el principio? En cambio, las comisiones administradas por la iglesia se están estableciendo cada vez más a nivel mundial para recibir las quejas de los sobrevivientes, a pesar de las acusaciones de que están institucionalmente sesgadas y carecen de transparencia.

Para aquellos sobrevivientes que se presentan, presentar una queja a la iglesia significa confiar la búsqueda de justicia a la misma institución donde se produjo el abuso y que no pudo prevenirlo o lo encubrió activamente.

En el caso de la iglesia polaca, una institución que continúa divulgando solo información limitada sobre los abusos cometidos dentro de sus muros demuestra que no se puede confiar en ella. Después de todo, esta es la misma institución que actualmente se niega a colaborar con la investigación estatal de Polonia sobre el abuso sexual infantil, que ha tenido problemas para obtener información de la iglesia polaca.

La iglesia solo comenzó a publicar estadísticas en 2019 porque fue presionada para hacerlo, luego de un aumento en la conciencia pública sobre el tema.

Esto se debió en gran parte a la película de 2018 Clergy (Kler) sobre el lado oscuro de la iglesia, incluido el abuso infantil, que batió récords de taquilla y se convirtió en la película más taquillera de la historia de Polonia.

Luego vino el documental Tell No One (Tylko nie mów nikomu) en 2019, que contenía relatos de primera mano de abusos por parte de los sobrevivientes. Detallaba cómo los abusadores fueron transferidos de parroquia en parroquia y continuaron teniendo acceso a los niños, así como cómo los obispos impidieron que los sobrevivientes y sus familias siguieran sus reclamos. El documental ha sido visto hasta ahora más de 24 millones de veces.

Después del lanzamiento del documental, una encuesta de opinión reveló que casi el 90 por ciento de los encuestados estuvo de acuerdo en que la autoridad de la iglesia había disminuido , mientras que el 67 por ciento pensó que la respuesta de la iglesia al escándalo fue inadecuada.

Esta falta de iniciativa genuina por parte de la iglesia solo refuerza la opinión de que la iglesia de Polonia ha llegado al tema demasiado tarde para preservar su legitimidad. Dos lotes de datos no compensan a una institución cuya estrategia de relaciones públicas ha sido durante mucho tiempo esperar a que pase el escándalo hasta que sea demasiado grande para ignorarlo.

Fuente AlJazeera: Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la postura editorial de Al Jazeera.

Abuso Sexual Infantil por Representantes de la Iglesia Católica: El caso chileno. Investigación.

 Lorena Contreras, Universidad Diego Portales,
    Francisco Maffioletti, Universidad Diego Portales,
    Noemí Pereda, Universidad de Barcelona,

  •                                                                   Revista Interamericana de psicologia 54 (2): 1-21
  • DOI: 10.30849 / ripijp.v54i2.1315.


    Fuente The Clinic.clPor Felipe González.

    Fernando Karadima. Créditos :Fco. Flores/Agencia1
    16 años toma la revelación de abusos sexuales infantiles por parte de miembros de la Iglesia, según estudio de la UDP y la Universidad de Barcelona

    El primer abuso se da, en promedio cuando las víctimas tienen 12 años. El 71,4% de ellas consideró que el abusador utilizó su fe para manipularlos con frases como “Dios así lo quiere”, y el 80% dijo haber hecho denuncias en la Iglesia.

    La historia reciente de la Iglesia Católica en Chile ha estado manchada por casos de abusos sexuales y de conciencia: se han revelado redes de poder dentro de la institución que favorecen al secretismo y que abogan por la impunidad para los acusados. Uno de los casos más sonados en la opinión pública ha sido el del expárroco de El Bosque, Fernando Karadima, quien murió el lunes, expulsado del clero por el Vaticano y sin haber pasado un solo día en una cárcel.

    Entre el estigma que estos delitos connotan en el ámbito social, la cultura del secretismo y la dificultad de obtener pruebas, estos casos han presentado grandes dificultades para el acceso a la información y a la justicia. 

    En este complejo escenario, los académicos Lorena Contreras y Francisco Maffioletti, de la Universidad Diego Portales junto a Noemí Pereda, de la Universidad de Barcelona, realizaron el estudio “Abuso sexual infantil por representantes de la Iglesia Católica: el caso chileno”, con el cual pretendieron dar cuenta de las características de los perpetradores de estos delitos, de las víctimas y de las situaciones de victimización que se producen en estos contextos.

    Para ilustrar la dificultad para acceder a la información relacionada con estos delitos, la psicóloga Lorena Contreras, una de las autora del estudio, comenta: “Hay algo que se llama la cifra negra, que son los casos de delitos que nunca llegan al conocimiento de las autoridades y en delitos sexuales es tan alta como el 90%, es decir: de lo que nos enteramos es 1 de cada 10 casos”.

    Los autores del estudio, Francisco Maffioletti, Lorena Contreras y Noemí Pereda.

    Lorena también indica que, probablemente, esta cifra tampoco sea representativa de todos los estratos socioeconómicos, porque, según dice, en los sectores más acomodados se tiende al secretismo y a buscar soluciones por vías privadas. “Los casos que ocupan la atención mediática suelen ser de los niveles socioeconómicos más acomodados, pero no es que esto no ocurra en niveles más vulnerables, ocurre muchísimo, pero no llama la atención de la misma manera”, dice, recordando casos como los abusos de Karadima, en Providencia, o de John O’Reilly, en Las Condes.

    El estudio concluyó que, en la muestra estudiada, que corresponde a 21 sobrevivientes de abusos por parte de miembros de la Iglesia, la edad de inicio del delito sexual está alrededor de los 12 años, y termina cuando las víctimas tienen aproximadamente 13 años. 

    En promedio, la primera revelación de los abusos se produce cuando las víctimas tienen 28,4 años, es decir, alrededor de 16 años después de que estos iniciaron. Entre los factores que explican esto, Lorena comenta: “Por una parte, está el vínculo que une a ese agresor y esa víctima. No es un desconocido quien ha cometido el delito, sino que es una persona relevante para ese niño y también para su familia porque es alguien que representa, de alguna manera, a dios en la tierra, es alguien importante para el desarrollo espiritual de ese adolescente, es una persona que tiene poder e influencia”.

    “Se necesita mucho trabajo personal y elaboración para darte cuenta, primero, que lo que ocurrió fue abusivo, dos, poder procesarlo, y tres, poder confiar para revelarle a alguien algo tan complejo como esto”, finaliza Lorena.

    “No es un desconocido quien ha cometido el delito, sino que es una persona relevante para ese niño y también para su familia porque es alguien que representa, de alguna manera, a dios en la tierra, es alguien importante para el desarrollo espiritual de ese adolescente, es una persona que tiene poder e influencia”, dice la investigadora Lorena Contreras.

    Sobre la notificación de los delitos, el 47,6% dijo haberlos puesto en conocimiento a las autoridades, y la mayoría, el 80% lo hizo ante un “representante de la Iglesia Católica”, la mitad de la muestra lo hizo ante el Ministerio Público y un tercio ante el Poder Judicial. 

    “Esa alta comunicación a las autoridades eclesiásticas habla de la alta importancia que sigue teniendo la iglesia para esas personas incluso después de lo que ocurrió. Pero también vemos que las notificaciones a las autoridades por parte de la Iglesia es cero”, comenta Lorena Contreras sobre el secretismo con que la institución maneja estos casos. “Es una revictimización por parte de la iglesia que con la cultura del secreto, y la negación participa en la revictimización de los afectados”, concluye.

    Sobre las características del abuso, el 66,7% dijo haber sufrido victimización sexual con contacto (tocaciones o masturbación, por ejemplo) y el 33,3% manifestó que hubo “introducción de objeto o parte del cuerpo del perpetrador en ano, vagina o boca de la víctima”, indica el informe. También, según se revela en el estudio, el 95,2% de los abusos fueron cometidos por hombres.

    En el informe, el 28% de los sobrevivientes reconocieron la utilización de algún objeto, símbolo o imagen religiosa en la perpetración de los abusos. Entre estos, mencionan el cáliz, el crucifijo y oraciones. En la misma línea, el 71,4% de las víctimas consideró que el abusador utilizó sus creencias religiosas para llevar a cabo los abusos. Con esto, refieren alusiones a dios de parte de los abusadores en el marco de las estrategias de victimización, como: “Dios así lo quiere”, “Eres un elegido de Dios”, “Eres un pecador y Dios te perdona”, o “Tienes que rezar porque me hiciste pecar”, según dice el estudio.

    Regreso al presente.

    Trabajar con la infancia, desde la infancia, no sobre ella, 
    es renunciar a convertirla en un objeto intercambiable 
    en el trenzado de alguna fantasía adulta sobre un futuro imposible, 
    que solo existe lejos de las contradicciones que la propia sociedad adulta genera.
    ...es hora de devolver el presente de las vidas infantiles a sus legítimos propietarios 
    y dejar de jugar a remendar el futuro por vía vicaria.

    Evaluación y Enfoque de Derechos Humanos.

    Seguro que ustedes recuerdan a Marty McFly, el protagonista de la popular saga Regreso al futuro. El atribulado McFly se empeñaba en arreglar el futuro viajando al pasado en un nada discreto Delorean impulsado por… ¡plutonio! (la sostenibilidad todavía no estaba en la agenda). Tengo para mí que parte del éxito de la saga tenía que ver con la manera en que nos atrae la idea del desplazamiento temporal, la posibilidad de actuar sobre un futuro que nos genera desasosiego. 
    Pero recuerden lo que le ocurría a McFly: obsesionado con que el futuro discurriera por cauces deseables, se convertía en un extraño en su propio presente.
    No hemos renunciado a viajar en el tiempo y parece que hemos encontrado en la población infantil un vehículo mucho más discreto que el Delorean de McFly. Porque ¿quién mejor que un niño para representar el futuro? Es una vieja idea enunciada en el contexto de los nuevos estudios sociales sobre la Infancia: la sociedad adulta prima el recto devenir (o well becoming) sobre la realidad presente de niñas y niños, bajo el argumento de que estos son los adultos que vendrán. El problema es que el argumento, que ya es difícil encontrar en su versión desnuda, se esconde hoy en formas de relacionarse con la población infantil aparentemente bienintencionadas.

    Pensemos en todas las veces que la sociedad adulta requiere de la educación (educación en, educación para) como una gran aguja que no está destinada sino a remendar el futuro. De la equidad de género a la sostenibilidad, de la inmersión en la cultura del emprendimiento a la prevención de la drogadicción. Y podríamos seguir, porque como el infante es pura potencia y el presente se obstina en la imperfección, siempre hay un roto y un descosido que solo puede arreglarse con algunas décadas de retraso (o de anticipación, según se mire). 
    La facilidad con que generaciones de adultos asumen que la infancia es una plastilina para modelar, sin forma propia ni destino que no dependa de manos ajenas, da que pensar. Se antoja una gran maniobra evasiva: del estilo de la del borracho de la anécdota de Kaplan, ese que ha perdido sus llaves pero no las busca donde se le cayeron sino bajo una farola porque allí, al menos, puede ver. Así, una sociedad que sigue sin saber proteger los derechos de las mujeres quiere enseñar a los niños igualdad; esa misma sociedad, que tampoco quiere proteger a esos niños de las peores consecuencias de los desahucios (aunque alguna conocida institución internacional se lo haya demandado explícitamente), busca instruirlos en la cultura financiera. Más retorcido, es difícil.

    Da también la impresión, estudiando la facilidad con que vestimos a otros con nuestros peores temores, que hemos tirado la toalla en lo que a nuestro propio presente se refiere. Al hacerlo aceptamos también una idea perversa: que los niños y niñas del hoy son ya los adultos escacharrados del futuro. 
    Quizás sea más lógico (y esperanzador) verlo así: vamos hacia ser adultos y nos convertimos en maltratadores, corruptos o gente insensible a la destrucción de nuestro planeta porque tenemos que madurar en un medio extraño y hostil, incapaz de ofrecernos un poco de justicia y buen trato a nuestro alrededor. Pero la prevención-McFly, no está dispuesta a perder el tiempo en conocer el presente de niños y niñas porque atiende un asunto más importante: resolver necesidades adultas. 
    Me temo que, además, es poco eficaz; por dos motivos: a) no trabaja realmente con los potenciales protagonistas de las conductas que queremos abordar sino de forma vaga y diferida y b) olvida que lo no intencional es una parte determinante de la socialización, tanto como lo que queremos transmitir con intención, así que generamos una disonancia moral que nuestros chicos y chicas sabrán observar. Esto es, con una mano administramos una suerte de evangelización bienpensante y con la otra invitamos a niñas y niños a madurar en un mundo que legitima –por acción u omisión- la violencia, el abuso, o la explotación, por citar solo algunos ejemplos. Por eso quiero que se me entienda bien: no creo ni en buenos salvajes, ni predico aquello del leave the kids alone, pero es hora de devolver el presente de las vidas infantiles a sus legítimos propietarios y dejar de jugar a remendar el futuro por vía vicaria. Tiempo también para empezar a demandar una realidad que sea un digno contexto de desarrollo y maduración para todas las personas menores de edad, no un espacio de moralidad diferida, ingeniosa pero poco ejemplar.

    Leí hace poco una entrevista con una bióloga que acudía a centros escolares para explicar a los estudiantes lo importante que es la conservación del medio ambiente y decía estar sorprendida por lo interesados y concienciados que estaban ya los niños y niñas a los que trataba. Su sorpresa, como tantas veces la sorpresa adulta, nacía de la subestimación. Y esta es producto del desconocimiento de la realidad infantil. Trabajar con la infancia, desde la infancia, no sobre ella, es renunciar a convertirla en un objeto intercambiable en el trenzado de alguna fantasía adulta sobre un futuro imposible, que solo existe lejos de las contradicciones que la propia sociedad adulta genera. Y es también el primer paso para reconocer sin ambages que, en el fondo, el Delorean solo era un coche hortera y los finales felices no los puede suministrar Hollywood: son cosa nuestra y empiezan hoy. Porque la única puerta a un futuro mejor es admitir nuestra responsabilidad para con el presente.

     (*) Iván Rodríguez Pascual. Sociólogo (Universidad de Huelva). Autor del libro «Para una Sociología de la Infancia» (CIS).
    Lo puedes adquirir desde aquí.

    Niña incubadora.

     No sólo es en Corrientes donde acaba de legitimarse sin legalidad la adopción prenatal. 
    Es decir, instituir a las pibas como incubadoras. 
    Como depósitos de niños generados desde la violencia 
    para ser paridos de prepo por madres pequeñas y frágiles 
    y luego entregados a familias afortunadas.




     No sólo es en Corrientes donde acaba de legitimarse sin legalidad la adopción prenatal. Es decir, instituir a las pibas como incubadoras. Como depósitos de niños generados desde la violencia para ser paridos de prepo por madres pequeñas y frágiles y luego entregados a familias afortunadas. Que siempre esperan la desgracia de los desgraciados para quedarse con su fruto. 
    No sólo es Corrientes, aunque sea provincia Pro Vida por decreto desde 2011, aunque sea allí donde una piba de 18, atravesada por la violación sistemática de su padrastro, con una nena de tres parida a los quince y otra en la panza, con la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) negada a pesar de que es una de las razones para la ILE. Pero Corrientes no tiene ILE porque Corrientes es una embajada. Es territorio de la injusticia. Pero no el único.

    Porque fue en Jujuy donde obligaron a parir a una nena de once años ultrajada a la que le negaron la ILE. Y le guardaron la familia –lo dijo el gobernador Morales públicamente- para que le adoptara el fruto de su desgracia. Para eso la nena tenía que atravesar todo el embarazo. Nueve meses como envase de aquello que nunca quiso. Porque fue violada primero por el vecino y después por el estado. Una y mil veces.


    Como la piba de 18. La de Corrientes. Violentada durante años en su casa. Sin que nadie la viera. Embarazada de esa violencia. Negado ese aborto. Y una vez más. Otra vez el ultraje y el embarazo y la desgracia de una provincia sin ILE porque es un territorio independiente que decide qué es la vida que hay que defender. Cuál es esa vida.

    No habría alternativa para ella. Que no quería ver a ese bebé. Que si tenía que nacer, no quería verlo. Entonces es paquete. Es depósito. Es incubadora. Y es la legitimación de la adopción prenatal. Que es ilegal.

    Porque desde 2011 Corrientes es provincia Pro Vida por obra, gracia y orgullo del entonces gobernador radical confuso Ricardo Colombi. Porque un tal Julián Dindart fue ministro de Salud de la provincia y más tarde diputado de Cambiemos y presidente de la comisión de Mujer, Familia, Niñez y Adolescencia de la Cámara baja. Y, con tajante coherencia, dijo en 2012 que las pibas se embarazaban para cobrar la AUH. Justo cuando en 2012 dos chiquitas de 10 años parían en Corrientes después de violaciones intrafamiliares. Bajo su ministerio. Y en 2016 lo reafirmó, desde su comisión.

    En una estructura ultramontana, cada tres días una nena de 10 a 14 años se convierte en madre en Corrientes después de una violación. Nadie la ve. Ni las redes sociales cerradas ni el estado, que enceguece ante el destino de la fragilidad. Una de las mayores tasas de maternidad adolescente brota en Corrientes. La mayor parte son embarazos no deseados. Las pibas no quieren tener esos hijos. En 2012 ese ministro de Salud, Julio Dindart, mostró impúdicamente la hilacha de su desprecio: “se embarazan porque tienen un recurso económico como premio por haber tenido un hijo”, dijo. Tres años antes Clarín había titulado (el 5 de abril de 2009) “La fábrica de hijos: conciben en serie y obtienen una mejor pensión del Estado”.

    Ante las chiquitas violadas y embarazadas, mínimos cuerpos sin desarrollo suficiente como para contener otra vida dentro, psicológicamente arrasadas, el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, batió su lengua en el serpentario. Por las dudas. “Aun en medio de la conmoción e indignación que produjo el hecho, es importante recordar que toda vida humana es un don de Dios y que como tal debe ser respetada y protegida desde el inicio y luego en todas las fases de su desarrollo, hasta su término natural”.

    Y luego cargarlas toda la vida con la sombra de su tragedia. O convertirlas en maletas de niños. Cajas transitorias donde se guarden los regalos para las clases predominantes.

    En territorios sin derechos ni leyes

    "Distintas miradas y actitudes, distintos riesgos. Ellas y ellos ante los consumos de drogas", libro FAD

    Distintas miradas y actitudes, distintos riesgos. Ellas y ellos ante los consumos de drogas.


    Elena Rodríguez San Julián
    Ignacio Megías Quirós
    Patricia Martínez Redondo
    Introducción: Anna Sanmartín Ortí
    Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, FAD
    ISBN: 978-84-17027-16-2



    “Distintas miradas y actitudes, distintos riesgos. Ellas y ellos ante los consumos de drogas” es una investigación cualitativa, realizada a través de diferentes grupos de discusión de jóvenes, que analiza cómo se relacionan con las drogas los y las jóvenes españolas de 15 a 24 años en función de su género: cómo los estereotipos de género influyen en los consumos de drogas; cómo les afecta la presión de grupo a ellos y a ellas; cómo afecta a su imagen excederse en el consumo; lo que temen de las drogas unos y otras; etc. También se analiza cómo afrontan los padres y madres de adolescentes la prevención y gestión de los problemas derivados de los consumos de drogas en función del género de sus hijos e hijas.  

    Matemáticas rosas y azules


    ¿Hay diferencias entre niños y niñas a la hora de afrontar el aprendizaje de las matemáticas?, ¿están los niños primados de alguna manera para el razonamiento cuantitativo? o ¿es el cerebro matemático sexualmente dimórfico?
    La conclusión del estudio de Hutchison et al. fue rotunda: 
    no existe diferencia de género en cuanto a la capacidad de niños y niñas 
    para afrontar con éxito tareas matemáticas.


    Marta Bueno y José R. Alonso,
    Neurociencia.El blog J.R. Alonso.

    Hay experimentos con bebés y niños muy pequeños en los que se demuestra la existencia de una habilidad numérica presente en los seres humanos desde su nacimiento (Szkudlarek y Brannon, 2017). También muchos insectos, aves y mamíferos tienen la habilidad de hacer estimaciones numéricas, de establecer aproximaciones cuantitativas e incluso de comparar conjuntos con distinto número de elementos. 
    Las abejas, por poner un ejemplo de un animal con un cerebro pequeño, saben contar hasta cuatro, son capaces de sumar y restar y entienden el concepto de cero. Resultados similares se han obtenido estudiando córvidos, elefantes y primates no humanos. La presencia de sistemas numéricos en especies tan diferentes puede ser el resultado de una evolución convergente o, quizá, la habilidad matemática aparece muy tempranamente en la evolución, en un ancestro común a todos esos grupos.

    Un mecanismo numérico primitivo no verbal, como el que atribuimos a animales, permite hacer estimaciones de cantidades y cálculos mentales sin el uso de símbolos (Feigelson et al., 2004). Este razonamiento numérico se basa en una red cortical que incluye regiones de los lóbulos frontal y parietal (Piazza et al., 2007). Es interesante recordar que la lectura y la escritura son habilidades adquiridas que no tenemos al nacer y, sin embargo, esta intuición sobre el número ya está marcada en nuestros cerebros desde el momento del parto. En cierta manera nacemos matemáticos pero no escritores ni lectores. Esta predisposición innata al análisis cuantitativo nos facilita procesos de aproximación numérica que a su vez constituyen el sustrato del aprendizaje de la competencia aritmética simbólica. Lo que sabemos hasta el momento sugiere que es conveniente avanzar en las implicaciones de esta habilidad y capacitar a los niños pequeños en tareas aritméticas aproximadas incluso antes de que consoliden la comprensión del número simbólico, ya que ejercitar esta competencia innata puede ser útil para mejorar la educación matemática futura (Park y Brannon, 2014).
    Uno de estos métodos que trabajan la estimación de cantidades, la aproximación cuantitativa y la comparación de conjuntos de objetos, así como conceptos geométricos muy básicos es utilizar en casa libros infantiles con contenido matemático. Una práctica tan sencilla como compartir un cuento con algún componente matemático entre padres e hijos es muy eficaz para que el niño adquiera con más facilidad los contenidos de esta materia en la escuela (Berkowitz et al, 2015). Es fundamental que los niños jueguen con bloques de construcción, o con piezas si son más mayores, con cuerpos geométricos para encajar en sus huecos correspondientes, con modelos para trabajar la simetría espacial, con objetos con que hacer montones, agrupar y contar, ¡las viejas regletas!, con volúmenes con aristas, esquinas o curvas, etc. No descubrimos nada nuevo si aseguramos que el juego es el mejor medio para consolidar aprendizajes. Jugar, descubrir, imaginar, innovar, buscar soluciones diferentes son también habilidades que sería conveniente no perder con el final de la infancia. El imaginario matemático que el niño va adquiriendo en otros ambientes fuera del sistema formal sirve de excusa para abrir en casa y en el aula discusiones sobre cualquier tema y, por qué no, sobre las matemáticas, volviendo así más amable y cotidiana la visión subjetiva de este campo de conocimiento.

    Pero si existe un sistema numérico primitivo con el que todos nacemos, surge una pregunta inmediata ¿Hay diferencias entre niños y niñas a la hora de afrontar el aprendizaje de las matemáticas?, ¿están los niños primados de alguna manera para el razonamiento cuantitativo? o ¿es el cerebro matemático sexualmente dimórfico?.

    A lo largo del tiempo se han realizado numerosas investigaciones que han intentado despejar la incógnita sobre estas cuestiones. Hasta la década de los años ochenta eran varios los estudios que señalaban un desempeño matemático diferente en niñas y en niños (Fennema, 1974; Halpern, 1986), y que sugerían un mejor rendimiento de los varones, lo que explicaría o justificaría a posteriori la preponderancia de hombres en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas). Recogiendo todas estas investigaciones, Hyde (1990) llevó a cabo un meta-análisis con el propósito de aplicar, sobre más de cien estudios y más de tres millones de participantes, un tratamiento estadístico frecuentista. Encontró un resultado poco concluyente que apuntaba a una similitud de género en cuestiones matemáticas.

    A raíz del análisis de Hyde, Hutchison, Lyons y Ansari han publicado en 2019 una investigación que solventa posibles inconvenientes de estudios anteriores. Esta investigadora y sus colegas han identificado las siguientes fuentes de error: muestras de pequeño tamaño, rango estrecho de edades de los niños evaluados en algunas de las investigaciones o la elección sesgada de la tarea matemática que se evaluaba. Algunas de esas tareas podrían dar prioridad a los niños, como la habilidad visuoespacial, y otras a las niñas, como la capacidad para contar. Además, con el resultado tan poco significativo obtenido por Hyde, se cuestionaron la manera frecuentista de analizar los datos, es decir, aplicando el cálculo de probabilidades a partir de frecuencias de respuestas. Para solucionar estos errores Hutchison y sus colaboradores tomaron una muestra de 1400 niños con edades comprendidas entre 6 y 13 años, toda la Educación Primaria, propusieron tareas de procesamiento matemático básico y, lo más novedoso, realizaron un tratamiento estadístico bayesiano.

    Nos detenemos en los dos últimos puntos y aclaramos las pruebas propuestas y la estadística. Se propusieron quince tareas que abordan el procesamiento numérico básico. Éste no es banal ya que avanzar en este procesamiento predice de forma muy eficaz futuros logros en matemáticas (Schneider et al., 2016). Estas cuestiones fueron tales como contar elementos, comparar conjuntos de puntos, decir si un número es mayor o menor que otro dado (tanto variando la cercanía al cero de los dos números como variando la cercanía entre ellos), estimar la posición espacial en una línea numérica marcada de 0 a 100 y de 0 a 1000, comparar un conjunto de elementos con una matriz de puntos, escuchar un número y escribirlo, sumar y restar y multiplicar y dividir. El análisis bayesiano que se aplicó a los datos obtenidos plantea la hipótesis de la similitud de género y calcula la probabilidad de la misma en cada tarea y en cada curso, desde 1º a 6º, por separado. Las únicas diferencias detectadas fueron una ventaja para las niñas en la tarea de recuento, pero sólo para las niñas de seis años, y una primacía de los niños sobre las niñas en la ubicación de números en la recta numérica, mayor cuando colocaban números sobre la recta del 0 al 1000 que cuando lo hacían sobre la recta del 0 al 100, para niños de primero y de segundo. Observaron, no obstante, que estas diferencias desaparecían en cursos superiores. Por lo tanto, la conclusión del estudio de Hutchison et al. fue rotunda: no existe diferencia de género en cuanto a la capacidad de niños y niñas para afrontar con éxito tareas matemáticas.

    Demostrar la similitud de género puede tener un efecto positivo sobre maestros y padres que siguen subestimando la capacidad de las niñas para las matemáticas. Muchas veces, el efecto negativo que ejerce sobre ellas el estereotipo de que sólo los chicos pueden ser buenos en matemáticas y la falsa creencia de que son inferiores en su rendimiento matemático frente a sus compañeros varones les lleva a limitarse, a boicotearse a sí mismas. 
    Este estereotipo se mantiene por la idea equivocada que muchos padres tienen sobre el rendimiento en matemáticas de sus hijas, con estimaciones inferiores a la realidad, lo que genera una actitud negativa hacia esta disciplina por parte de las niñas. A los seis años muchas niñas empiezan a cuestionar su identidad condicionada en muchas ocasiones por planteamientos estereotipados de roles femeninos. A partir de esta edad las niñas se perciben como menos brillantes que sus compañeros y valoran la bondad como una cualidad femenina y la genialidad como una cualidad masculina (Bian et al., 2017). A los 16 años, incluso siendo mejores que sus compañeros en asignaturas como física o matemáticas, las chicas no eligen un bachillerato de ciencias o tecnológico (Hamzelou, 2014). Su posible desarrollo académico y profesional en campos como la ingeniería queda truncado por esta elección. 
    De hecho, el menor interés de las chicas por carreras STEM ocasiona un porcentaje bajo de mujeres en estos estudios (Nosek y Smyth, 2011), algunos de los cuales, en especial la informática, tienen un futuro laboral excelente.
    Las variables que influyen en las vocaciones femeninas son enormemente variadas y, por tanto, no es conveniente hacer inferencias simplistas con datos empíricos como las calificaciones en las matemáticas de secundaria, los resultados en pruebas PISA o similares, el número y calificaciones de las estudiantes universitarias, el éxito de las egresadas o el porcentaje de catedráticas de matemáticas en las universidades. Lo que sí podemos asegurar es que cualquier aprendizaje es más costoso sin una motivación que a su vez se refuerce con ilusión y altas expectativas propias y ajenas. Así, no hay ninguna razón para desanimar a las niñas en desarrollar su carrera personal en las carreras STEM (o en cualquier otra).
    El futuro no está escrito. Estamos convencidos de que el conocimiento que va adquiriendo un niño o una niña tiene que ir más allá del currículo escolar. La pasión por aprender, también en las matemáticas, surge del diálogo en el hogar y en cualquier ambiente que enriquezca las vivencias del niño y satisfaga su curiosidad por conocer. Es indispensable apreciar la variabilidad del cerebro humano, la neurodiversidad, y ser conscientes, sobre todo como educadores, de que no existen dos clases de cerebros, uno de mujeres y otro de hombres, sino uno solo estructurado como un mosaico en el que prevalecen aspectos comunes. Desde este hecho científicamente probado (Joel et al., 2015) una educación personalizada evitaría injusticias y sesgos en la formación de niños y niñas. Con el propósito de avanzar hacia una sociedad más justa, al aceptar este mosaico irrepetible que constituye el cerebro humano, tomemos en cuenta las diferencias individuales y pongamos el foco de atención en una educación más equilibrada, inclusiva y equitativa.


    Referencias:
    • Berkowitz T, Schaeffer MW, Maloney EA, Peterson L, Gregor C, Levine SC, Beilock S (2015) Math at home adds up to achievement at school. Science 350(6257): 196–198. DOI: 10.1126/science.aac7427
    • Bian L, Leslie SJ, Cimpian A (2017) Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s interests. Science 355(6323): 389–391. DOI: 10.1126/science.aah6524
    • Feigenson L, Dehaene S, Spelke E (2004) Core systems of number. Trends in cognitive sciences 8(7): 307–314. DOI: 10.1016/j.tics.2004.05.002
    • Fennema E (1974) Mathematics learning and the genders. Journal for Research in Mathematics Education 5: 126–129. DOI: 10.2307/748949
    • Halpern DF (1986) Gender differences in cognitive abilities. Hillsdale, NJ: Erlbaum.
    • Hutchison J, Lyons I, Ansari D (2019) More similar than different: Gender differences in basic numeracy are the exception, not the rule. Child Development 90(1): e66–e79. DOI: 10.1111/cdev.13044
    • Hyde JS, Fennema E, Lamon SJ (1990) Gender differences in mathematics performance: A meta-analysis. Psychological Bulletin 107(2) 139–155. DOI: 10.1037/0003-066x.60.6.581
    • Joel D, Berman Z, Tavor I, Wexler B, Gaber O, Stein Y, Shefi N, Pool J, Urchs S, Margulies DS, Liem F, Hänggi J, Jäncke L, Assaf Y (2015) Sex beyond the genitalia: The human brain mosaic. Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA 112(50): 15468-15473. DOI: 10.1073/pnas.1509654112
    • Kanjlia S, Lane C, Feigenson L, Bedny M (2016) Absence of visual experience modifies the neural basis of numerical thinking. Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA 113(40): 11172-11177 DOI: 10.1073/pnas.1524982113
    • Park J, Brannon EM (2014) Improving arithmetic performance with number sense training: An investigation of underlying mechanism. Cognition 133(1): 188–200. DOI: 10.1016/j.cognition.2014.06.011
    • Piazza M, Pinel P, Le Bihan D, Dehaene S (2007) A Magnitude Code Common to Numerosities and Number Symbols in Human Intraparietal Cortex. Neuron 53: 293–395. DOI: 10.1016/j.neuron.2006.11.022
    • Szkudlarek E, Brannon EM (2017) Does the approximate number system serve as a foundation for symbolic mathematics? Language Learning and Development 13(2): 171–190. DOI: 10.1080/15475441.2016.1263573.