HDIA, Hablando de Infancia y Adolescencia: Blog GSIA con información y reflexión sobre la realidad que viven millones de niñas, niños y adolescentes en el mundo.
Un niño consigue entrar en Louis Vuitton, es el escolar de origen francés, es Milan.
Milan, un joven de 13 años diagnosticado con TDAH y rasgos autistas que ha cautivado por sus diseños originales de ropa, zapatos y otras prendas. Los cuatro bocetos publicados
en Twitter gracias a su madre, eran una deportiva de caña alta, un
zapato de tacón, una especie de chándal y un vestido de mujer. Estas
creaciones están dibujadas a mano y en distintas perspectivas, y
todos ellos son muy representativos de la casa de lujo por reflejar muy
bien el estilo, y por incluir el logotipo LV y la firma de la casa.
Cada uno de los diseños de Milan están realizados cuidadosamente con el máximo detalle, y en los que ha sido capaz de plasmar los dos estilos de la casa, tanto el refinado con los tacones y el vestido, como la gama deportiva con
las 'sneakers' y el chándal. Cada uno de los bocetos tienen zonas
blancas y otras pintadas más oscuras para darles tridimensionalidad y
realismo. En lo que respecta a la prenda deportiva y al vestido de
mujer, añade algunos complementos como pañuelos y joyas para completar
el 'outfit'.
Tras hacerse virales estas imágenes, la prestigiosa firma de alta costura
se puso en contacto con la familia y accedió a ofrecerle unas prácticas
al niño. También se comprometió a continuar formando a Milan una vez
acabe su etapa escolar y comience sus estudios en la escuela de arte.
«Lejos de ser una generación de cristal son la llave para cambiar el mundo».
«En la adolescencia hay una energía creadora
que bien capitalizada puede ser impresionante».
Un centenar de jóvenes de entre 12 y 18
y una docena de docentes han protagonizado
este documental que «rompe con la percepción negativa
que la sociedad tiene de los adolescentes».
Un gran número de vecinos de la comarca se acercó al patio del IES Hipólito Ruiz López para disfrutar del documental. SAÚL CANO MANSO. D.B
Belorado y Comarca han acogido el estreno de este documental protagonizado por alumnos de su Instituto de Educación Secundaria Hipólito Ruiz López.
Dirigido por Albert Cervera, de la firma Simbiotia, da voz a los jóvenes del mundo rural y recuerda que «lejos de ser una generación de cristal son la llave para cambiar el mundo».
‘Ruralescencia’ ya es una realidad. El cortometraje, dirigido por Albert Cervera y producido por la empresa Simbiotia, se ha estrenado en Belorado, la localidad en la que estudian y trabajan sus protagonistas.
‘Ruralescencia’ da voz a los adolescentes del medio rural, poniendo el foco en sus sueños, pensamientos, motivaciones y miedos y en lo que pueden aportar a la sociedad y al futuro.
Tras cinco meses de trabajo, el cortometraje se presentaba esta misma tarde en sociedad en la localidad burgalesa con la emoción de sus protagonistas en el ambiente. Los alumnos del IES Hipólito Ruiz López, que cumple treinta años de recorrido, se muestran en esta pieza audiovisual como el reflejo de una generación que llaman de cristal, pero que «en realidad está dispuesta a trascender, a ser diferente, a buscar nuevos caminos y a enfrentarse a los retos de un futuro incierto con las herramientas que tienen a su alcance».
La responsable de que este proyecto se haya llevado a cabo es Beatriz Vega, profesora del instituto beliforano, quien tras visionar el documental ‘La llamada del bosque’ que buscaba impulsar el proyecto de creación de un bosque terapéutico en el soto de Castaños de Villar de los Barrios (El Bierzo), comarca de nacimiento de la docente, contactó con Cervera para «contarle todas las acciones que nuestros chavales llevan a cabo desde el instituto».
A Cervera le apasionó lo que conoció y sobre todo que los protagonistas fueran adolescentes. «En la adolescencia hay una energía creadora que bien capitalizada puede ser impresionante», señala el director del documental.
En ese mismo punto se expresa la docente del instituto. «Nuestros adolescentes son el futuro de la sociedad en la que vivimos» apuntaba la docente antes de que arrancara la grabación de la pieza audiovisual. «La gente no se lo cree. Pero después de años trabajando con ellos aprendes que la intensidad que les rodea no tiene una connotación negativa. Todo lo contrario».
Así, un centenar de jóvenes de entre 12 y 18 y una docena de docentes han protagonizado este documental que «rompe con la percepción negativa que la sociedad tiene de los adolescentes». Y es que los jóvenes han reflexionado en el documental «sobre cómo han cambiado las generaciones en relación con las personas mayores, cómo ha variado la forma en que se relacionan entre ellos y cómo está evolucionando el concepto de familia».
Una vez se visionó el documental, se celebró una charla coloquio y un ágape para compartir impresiones. Si bien el documental se estrenaba en la localidad beliforana, el objetivo de creadores y protagonistas es «llevarlo a todos los rincones posibles porque queremos que estos chavales vuelen alto», porque «ellos tienen la llave para cambiar a mejor el mundo en el que vivimos».
El Museo Prado adquiere por 110.000 euros 'El sátiro',
el cuadro del “pintor inmoral” Antonio Fillol.
"El Sátiro" fue retirada de la Exposición Nacional por su inmoralidad.
Ese pintor, que fue cancelado por pintar a finales del XIX
esta rueda de reconocimiento de una niña violada,
entra ahora, 120 años después, en la pinacoteca nacional
para una “reparación artística”,
lo que nos sirve para reflexionar sobre los mecanismos de poder
que ocultan la barbarie de antes y de ahora contra la infancia y la adolescencia.
“Ofende la decencia y el decoro”, decían los entendidos de 1906.
El autor, según dijo, se limitó a pintar “una de esas brutalidades que de tiempo en tiempo realiza la bestia que el hombre lleva dentro, para excretarla”.
Tras esta persecución no solo artística, el cuadro desapareció de la exposición y quedó en manos del pintor, que lo enrolló y lo dejó olvidado en alguna dependencia de la casa familiar de Castellón, durante más de un siglo.
Un abuelo arropa a su nieta, de unos diez años, en una rueda de reconocimiento de su presunto violador en los calabozos de las Torres de los Serranos, Valencia. La niña, que debía señalar al violador de entre los cuatro sospechosos, hace el gesto de cubrirse la cara con las manos. Parece atemorizada al encontrarse de nuevo con su agresor, y es el abuelo el que indica.
'El sátiro' de Antonio Fillol: Emilio Naranjo / EFE
El Museo del Prado ha adquirido julio 2023 el cuadro titulado El sátiro (1906), del pintor valenciano Antonio Fillol (1870-1930). El Patronato dio luz verde a la compra por 110.000 euros tras al informe favorable de Javier Barón, responsable en la institución de la pintura del siglo XIX. El conservador ha entendido esta pieza como capital para comprender el clima político y social del momento.
El monumental lienzo ha permanecido en poder de los descendientes durante estos casi 120 años, aunque se exponía en una sala del Museo de Bellas Artes de Valencia, que lo mantenía en calidad de depósito. Los familiares de Fillol consideran la entrada del cuadro en la colección del Prado “una reparación histórica”, asegura su bisnieto y portavoz Ignacio Gómez Juan. En 2020 la familia facilitó el préstamo de la imagen para la exposición de Invitadas, comisariada por Carlos G Navarro.
El lienzo ya ha sido enviado por la institución valenciana a Madrid y será restaurado en los próximos días por los especialistas del Prado. La intención de la pinacoteca nacional es presentarlo en mayo, dentro de la exposición temporal Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910), la cita más importante de la próxima temporada en el Museo del Prado y comisariada por Javier Barón. Una vez terminada la muestra, en septiembre, el museo pasará a exhibir El sátiro en sala permanente, donde también puede verse desde 2022 La bestia humana (1897), del mismo autor.
Cancelado durante un siglo
La compra de este cuadro no es baladí. En 1906, cuando el pintor valenciano presentó El sátiro a la Exposición Nacional, fue declarado “pintor inmoral” por el jurado, que retiró el cuadro de la vista pública. La sentencia de los académicos contra la pintura resulta llamativa:“Ofende la decencia y el decoro”. El artista se había atrevido a llevar a la pintura las noticias que encontraba leyendo periódicos.
En la escena presentó a un abuelo que arropa a su nieta, de unos diez años, en una rueda de reconocimiento, en los calabozos de las Torres de los Serranos, en Valencia. La niña, que debía señalar al violador de entre los cuatro sospechosos, hace el gesto de cubrirse la cara con las manos. Parece atemorizada al encontrare de nuevo con su agresor y es el abuelo el que indica. Los académicos del arte lo censuraron y rechazaron.
Años después, el propio pintor escribió en su descargo que la obra no era inmoral, que se limitó a pintar “una de esas brutalidades que de tiempo en tiempo realiza la bestia que el hombre lleva dentro, para excretarla”. El cuadro desapareció de la exposición y quedó en manos del pintor, que lo enrolló y lo dejó olvidado en alguna dependencia de la casa familiar de Castellón, durante más de un siglo.
El que fuera uno de los pintores más progresistas del siglo XIX ha arrastrado el estigma hasta el siglo XXI. En 2022 el Prado cambió su parecer respecto a otro de los cuadros de Fillol, La bestia humana. Llevaba enterrado en los almacenes 125 años. “La pintura deja de ser un campo de representación neutral para convertirse en manos de Fillol en un arma de beligerancia y denuncia de la hipocresía social”, puede leerse en la web del Museo del Prado. Esta pintura política y social, que no salió ganando con la desaparición del Casón del Buen Retiro como centro de exposiciones, poco a poco recupera presencia. El Prado rectifica una línea editorial que había mantenido al margen de las salas del siglo XIX estos cuadros desarrollados intensamente en el cambio de siglo.
Un pintor contemporáneo
Como El sátiro unos años después, este cuadro recibió en 1897 el reproche del jurado de la Exposición Nacional. Fillol no había cumplido los 30 años y se encerró dos años a pintarlo. En sus propias palabras, lo hizo “con más afán que nunca”. “Rodeado de lienzos y libros, me pasé una larguísima temporada sin que nada ni nadie distrajera mi atención... Y convencido de que el arte no debe ser un simple juego de nuestras facultades representativas, sino la expresión de la vida, me lancé al palenque en la exposición de 1897 con La bestia humana que fue recibida en los primeros momentos poco menos que a pedradas”, escribió Fillol en sus memorias, en 1913. Ese mismo año Joaquín Sorolla disparó una de sus últimas balas sociales y presentó el mismo tema que Fillol, con Trata de blancas. Mucho más taimado que La bestia de Fillol.
El jurado de la Exposición Nacional concedió a Fillol una preciada segunda medalla, pero le retiraron el premio en metálico del galardón. Reconocían que era un cuadro extraordinario de un pintor técnicamente insuperable, pero atendía un tema que debía ser cancelado. Mostraba la explotación sexual de las mujeres prostituidas. Fillol había retratado su sociedad y el búnker ideológico que lo censuró amplió el retrato que el artista había realizado. “¡Pobre venganza de los altos contra un modesto pintor de las tristezas sociales!”, escribió el artista sobre la sanción.
Ni gota costumbrista
En pleno estallido naturalista, Antonio Fillol se desmarcó de la tradición valenciana de los paisajes, de las playas y de las estampas bucólicas de las pequeñas rutinas burguesas. Con La bestia humana, primero, y El sátiro, después, hizo de la pintura una gran pancarta que rompió con el silencio que alimentaba un sistema que denigraba y violaba a las mujeres.
La familia de Fillol interrumpió ese silencio, cómplice con las violaciones y la prostitución, el día que depositaron El sátiro en el Museo de Bellas Artes de Valencia, en 2015. La institución se hizo cargo del estado de conservación y lo recuperó, después de permanecer en un rollo durante más de un siglo. Pero el centro tampoco exponía de manera regular, hasta que en 2020 el lienzo formó parte de la exposición de Invitadas.
David Gimilio, conservador del Museo de Bellas Artes de Valencia, ha explicado que en la pintura de Fillol no hay señas costumbristas y empatiza con la población actual y sus problemas. Sin embargo, está pendiente una investigación en profundidad de la obra y vida del artista. De hecho, la familia mantiene en su poder una gran parte de los trabajos y bocetos y, como indican, ha recibido ofertas por El sátiro. Ninguna de ellas del Museo de Bellas Artes de Valencia, que de esta manera se ve en la obligación de desprenderse de un cuadro muy importante.
El Courbet valenciano
La dirección del Museo del Prado apuesta por un pintor con un legado molesto, que hasta hoy tenía un futuro incierto. Fillol no encontró en sus coetáneos ninguna referencia a los casos más sangrantes que denigraron la sociedad de finales del siglo XIX. Fue una rara avis entre los pintores de la cotidianidad, que no renunció nunca a lo más impopular, la verdad.
“La crudeza y la radicalidad de algunos de sus temas establecen un vivo contraste con el naturalismo edulcorado y sentimental que prácticamente desarrollaron la mayoría de los artistas españoles de su tiempo. En este sentido, creemos que si en pintura puede hablarse con propiedad de un radicalismo naturalista más o menos afín o equivalente al que se desarrolla en el terreno literario, pocos pintores podrían asumirlo mejor que Fillol. Aunque estamos en otro tiempo y otro contexto, hemos de señalar que Fillol, por la crudeza provocativa de una parte de sus obras, podría considerarse como el Courbet valenciano de fin de siglo”, escribieron Francisco Javier Pérez Rojas y José Luis Alcaide en el catálogo de la exposición dedicada al pintor en 2015, en una sala del Ayuntamiento de Valencia.
La Triste Herencia, pintura sobre la infancia más abandonada, fue el cuadro que consagró al pintor Joaquín Sorolla tanto en España como en el Mundo.
"Estaba yo un día trabajando de lleno en uno de mis estudios de pesca valenciana, cuando descubrí a lo lejos unos cuantos muchachos desnudos dentro, y a la orilla del mar y, vigilándolos, la vigorosa figura de un fraile.
Parecer ser que eran los acogidos del hospital de San Juan de Dios, el más triste desecho de la sociedad; ciegos, locos, tullidos y leprosos...". Joaquín Sorolla.
El que ha sido pintor de múltiples escenas de la infancia más feliz y vinculada con la naturaleza, nos dejó la "herencia" del cuadro donde la infancia más doliente es la protagonista.
Un pequeño homenaje ahora que celebramos el Centenario de la muerte del pintor,
"Sufrí terriblemente cuanto lo pinté. tuve que forzarme todo el tiempo. Nunca volveré a pintar una tema como este". Así habla J. Sorolla en 1.909 sobre "la Triste Herencia" en una de las entrevistas que le hicieron. Y efectivamente Sorolla no volvió a pintar un tema social de tal magnitud.
Aunque J. Sorolla sufrió cuando lo pintó, La Triste Herencia fue el cuadro que consagró al pintor tanto en España como en el Mundo; con este cuadro obtuvo los más altos galardones en París (el máximo galardón de la Exposición Universal 1900), Madrid ( la medalla de honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes 1901).
Y el cuadro se gestó de esta manera: "Estaba yo un día trabajando de lleno en uno de mis estudios de pesca valenciana, cuando descubrí a lo lejos unos cuantos muchachos desnudos dentro, y a la orilla del mar y, vigilándolos, la vigorosa figura de un fraile. Parecer ser que eran los acogidos del hospital de San Juan de Dios, el más triste desecho de la sociedad; ciegos, locos, tullidos y leprosos. No puedo explicarle a Ud. cuánto me impresionaron, tanto que no perdí tiempo para obtener un permiso para trabajar sobre el terreno, y allí mismo, al lado de la orilla del agua, hice mi pintura".
A pesar de eso Sorolla estuvo a punto de abandonar la obra, le convencieron varios amigos, y trabajó para cubrir los dos metros (óleo sobre lienzo. 212 x 288 cm.) con diversas notas de color y aguadas a tinta sobre la composición general, e movimiento, las luces, así como los dibujos de las figuras individuales de los niños... Por lo tanto a pesar de la impresión que le produjo la escena, Sorolla trabajó con ahínco este cuadro.
Representa una escena de unos niños desastrados de la sociedad que sólo cuidaba la Orden de los Hnos. de San Juan de Dios, tomada al natural de la playa del Cabañal de la ciudad de Valencia (España), en la que se ven diferentes niños afectados de varios tipos de incapacidad que se disponen a tomar un baño en el mar como medida terapéutica para combatir sus problemas de salud.
Destaca la figura central de uno de los niños que se mueve con dificultad apoyado en unas muletas, en el que pueden apreciarse las secuelas de la poliomielitis, enfermedad por entonces muy frecuente y que producía graves afectaciones permanentes del aparato locomotor. Un religioso de la orden de San Juan de Dios le ayuda y vigila atentamente a los pequeños. La obra pertenece a la primera época del pintor en la que trató varios temas de interés social.
Sorolla siempre quiso que ese cuadro permaneciera en España, de hecho lo depositó en el Museo de Arte Moderno, pero el Estado Español no lo adquirió. Sorolla lo retiró de allí, tras varias vicisitudes por Nueva York..., fue adquirido, en subasta, en 1981 a la Iglesia de la Asunción de Nueva York por Fundación Bancaja y así regresó a España.
Blanquita es una película que obliga a sus espectadores a confrontar
las duras verdades detrás de los sistemas de poder
a través de un punto de vista comprensivo y poco confiable.
Presentada por Chile a la categoría de Mejor Largometraje Inter. en los Oscar 2023.
“Ellos pueden violar, yo no puedo mentir”.
Una mirada violenta al patio de atrás de la sociedad chilena.
Blanquita, es un reloj pesado que de alguna manera dura menos de una hora y cuarenta minutos, pero logra dejar un impacto abrasador. Inspirado en hechos reales, el escritor y director Fernando Guzzoni desarrolla una historia de abuso sexual y la lucha por la justicia, que nunca parece ser tan cortante como uno podría esperar. Blanquita no le da a la audiencia respuestas fáciles, ni pretende darle un giro esperanzador a su final demasiado realista. En cambio, Blanquita es una película que obliga a sus espectadores a confrontar las duras verdades detrás de los sistemas de poder a través de un punto de vista comprensivo y poco confiable.
La titular Blanquita (Laura López) vive en un refugio para niños perdidos y maltratados con su pequeña hija. Los arrebatos violentos entre los residentes no son infrecuentes, y muchos están demasiado traumatizados para presentarse como testigos en contra de quienes los lastiman. Cuando una figura pública destacada es arrestada por cargos de abuso sexual contra menores, Blanquita se convierte en testigo estrella del caso debido a sus vívidos recuerdos de lo sucedido y su capacidad para hablar claramente sobre ellos. Ayudada por el cura que dirige el albergue, Manuel (Alejandro Goic), Blanquita sube la apuesta al implicar también a un político. Sin embargo, pronto surgen grietas en la historia de Blanquita, lo que hace que todo se desvíe en una dirección muy diferente.
La joven Blanquita,
espoleada por ese sacerdote, se enfrenta a un
proceso judicial (de sustrato real) en el que acusa a varios políticos y
prohombres de delitos sexuales en Chile.
El estilo seco, casi violento,
de montaje con cortes rápidos, espasmódicos, música incómoda y
personajes en el filo de la moralidad, acompaña a Blanquita en su camino
de dudas, de medias verdades y de búsqueda de venganza, la única opción
en un país (otro más) en el que hacer justicia es imposible.
Fernando Guzzoni no hace prisioneros. Su mirada hacia el patio de atrás de la sociedad chilena que ha hecho la transición desde el régimen de Pinochet a la democracia dista mucho de ser benevolente con un país que, aparentemente, mejora todos los estándares de tolerancia, pluralismo y bienestar de sus vecinos en Latinoamérica.
Sinopsis:
Blanquita, una joven de 18 años que vive en una casa de acogida, es la testigo clave en un escándalo en el que están implicados niños, políticos y hombres ricos que participan en fiestas sexuales. Sin embargo, cuantas más preguntas se formulan, menos claro queda cuál es exactamente el papel de Blanquita en el escándalo.
Guion: Fernando Guzzoni Reparto: Laura López, Alejandro Goic, Amparo Noguera Duración: 99 min. Veredicto: Una mirada violenta al patio de atrás de la sociedad chilena. Distribuidora: Surtsey films
Jóvenes 'influencers' de la lectura difunden nuevos títulos, comparten retos literarios virales e incluso convierten libros en superventas
“Cuando se viraliza algún libro por redes sociales o podcasts, muchas personas vienen a pedírnoslo", reconocen desde la librería madrileña Tipos Infames.
Booktok es la comunidad literaria de la red social TikTok, la segunda aplicación más descargada en España en lo que llevamos de 2023. El hashtag#Booktok cuenta con más de 128 mil millones de visitas en todo el mundo. Aquí, lectores de todas las edades, pero sobre todo los más jóvenes,
comparten sus lecturas favoritas, promocionando este hábito que
supuestamente se ha perdido por el aumento masivo del uso de las nuevas
tecnologías.
El hashtag empezó como un simple medio para compartir
las lecturas favoritas de los creadores de contenido, pero ahora reúne a
todos los amantes de la literatura de Tiktok. En esta comunidad
convergen recomendaciones, reseñas, o compras (o como se llaman por
internet, los hauls), muchas de ellas aprovechando la iniciativa del Bono Cultural Joven. Y en la comunidad han aparecido influencers propios, los denominados booktokers.
Son aquellos usuarios que cuentan con miles de seguidores, influyen en
los gustos de sus seguidores, y además, las editoriales cuentan con
ellos para promocionar sus productos.
Además del propio impacto de los vídeos, la forma en la que está programada la aplicación hace que su consumo se retroalimente:
el algoritmo hace que, en el momento en que se visualizan vídeos de esa
categoría, aparezcan otros de similar contenido. Así, los usuarios ven
continuamente recomendaciones literarias que sirven para incrementar el
hábito de la lectura. Laura Pérez Altable, doctora en
Comunicación por la Universitat Pompeu Fabra, destaca que este fenómeno
no empieza en TikTok, sino en otras plataformas, como YouTube e
Instagram, y poco a poco se ha ido expandiendo. A raíz de esta explosión
en redes, las editoriales comenzaron a publicar libros adaptados al
público de estas plataformas, e incluso obras escritas por influencers, creando así un "círculo vicioso". Ahora, el mundo editorial se ha adaptado a la nueva aplicación de moda: “Seguir las lógicas ultrarápidas de TikTok ayuda a que los libros se viralicen”, señala esta experta, además de añadir que le cuesta pensar “que un vídeo de formato lento pueda triunfar”. Raquel Herrera Ferrer, doctora en Comunicación y Márketing en la Universitat Oberta de Catalunya, señala que “recomendar libros es fácil y atractivo”:
“Un vídeo corto se consume más rápido. Las personas jóvenes con
oratoria y frescura resultan atractivas, también las propias ediciones
de los libros son atractivas”. A los consumidores les gustan los vídeos
cortos, atractivos, con discursos que "van al grano".
Editoriales, librerías e influencersutilizaron el último Día del Libro, el pasado 23 de abril, para promocionarse. Booktokers
la aprovecharon para hacer recomendaciones, que pueden ayudar a las
lectoras y lectores a ampliar sus gustos literarios así como para elegir
los libros que regalarán en su entorno en celebraciones como Sant
Jordi, como remarca Herrera. Algunas de estas publicaciones iban
acompañadas de campañas publicitarias de editoriales y plataformas de
venta.
Las empresas ya están explotando este mercado publicitario. Es
muy común ver cómo editoriales mandan sus novedades a creadores de
contenido para que las muestren en sus vídeos. “No son pocas las
editoriales que buscaninfluencers para ejercer de prescriptores literarios”, señala Herrara, "es un tipo de colaboración donde todos, editoriales, influencers y
lectores, pueden ganar". Esta capacidad de ganar dinero a través de las
redes sociales, o por decirlo de otra forma, actuar de panel
publicitario, se encuentra en todos los nichos posibles de las redes
sociales, y en el caso de Booktok, al mover tantos miles de millones de visualizaciones, no es de menos. A raíz de este boom publicitario, el 7 de julio de 2022, en España se creó la Ley General de Comunicación Audiovisual,
para poder regular legalmente esta actividad en todas las redes
sociales. Una de las obligaciones impuestas es advertir si un contenido
es publicitario, así poder ser lo más transparentes posibles con los
consumidores y no llevar a engaños: Normalmente esta se señala con un
indicador de "Publicidad" o través de "#AD", siendo este segundo la
versión en inglés.
A pesar de que no se pueda ver de forma directa el impacto que esta publicidad tiene en el mercado lector, sí se observa como coinciden los bestsellers
con aquellos que aparecen de forma más recurrente en los vídeos.
“Hablar de efectos en redes sociales es complicado, ya que no hay una
relación causa-efecto”, completa Laura Pérez, “suelen ser efectos que
tienen muchas explicaciones”. Aún así, el hecho de que los libros más
populares en internet son a su vez los más vendidos deja claro el modelo
de consumo y el impacto de esta publicidad.
Los bestsellers están en Booktok
Desde la librería madrileña Tipos Infamesse
intenta asesorar, como en tantas otras, a los clientes con las mejores
recomendaciones. “Cuando se viraliza algún libro por redes sociales o podcasts enseguida
vienen muchas personas a pedírnoslo”, explican. En los últimos meses,
destacan las autoras nacionales jóvenes, entre 25 y 30 años. Estas son,
también, el perfil de autor popular en Booktok. Dentro de los
últimos éxitos de venta destaca el género de novela literaria
contemporánea: “Esta semana nos han estado pidiendo mucho los libros de Annie Arneaux, la premio Nobel y la última obra de Marta Jiménez Serrano”. En Instagram, la librería tiene una sección de recomendaciones, siendo su contenido con más feedback, y los libros que aparecen son de los más demandados durante los días siguientes.
La booktoker y bookstagrammer María, de @booksbymaria_ (que cuenta con más de 134.100 seguidores en Tiktok), nos recomienda, por ejemplo, las lecturas de Nosotros en la Luna y El día que dejó de nevar en Alaska, de Alice Kellen, o Te espero en el fin del Mundo, de Andrea Longareda,
autoras que en estos momentos lideran la atención de este público
joven. Así lo reflejan los rankings de ventas de varias plataformas y
editoriales, que colocan a Alice Kellen en el top de ventas. De hecho, el hashtag de la autora valenciana suma 327 millones de visitas. La categoría Young-Adult
es, de lejos, la más popular en la plataforma. Dentro de esta
categoría, María destaca el género de romance: “La gran mayoría de gente
a la que sigo son de romance ya que es lo que yo leo y lo que más me
gusta ver”.
Laura, de @_laurytabooks, también youtuber e instagrammer,
nos recomienda otras lecturas que son populares en la plataforma y
también coinciden con los éxitos de venta. Remarca el romance y la
fantasía, aunque el thriller también es "otro género que no falla".
Entre sus destacados, abundan las sagas internacionales, también de
autoras jóvenes. Aconseja cualquier obra de Emily Henry (el hashtag de la autora cuenta con 178,8 millones de visitas, siendo una de las más populares en el panorama actual). Una Corte de Rosas y Espinas, de Sarah J. Mass (cuyo hashtag cuenta con 5,8 mil millones de visitas) y De Sangre y Cenizas de Jennifer L. Armentrout (hashtag con 34,5 millones de visualizaciones) son las dos populares sagas que recomienda la influencer.
Así, la experiencia de booktokers y librerías coincide: destacan las autoras jóvenes y españolas. En los ránkings de los libros más vendidos, brilla la presencia de las recomendaciones más populares de Booktok.
El perfil de autor también coincide. En el caso de los libros
juveniles, quienes encabezan las ventas son a su vez los más populares
en Booktok.
La gente confía en los tiktokers a la hora de ampliar su biblioteca personal.
Las propias creadoras de contenido lo mencionan: "Muchas veces me
hablan seguidores diciéndome que han descubierto un libro gracias a mí y
les ha encantado, ese es uno de los mejores sentimientos que me llevo",
como dice Laura, o "No soy consciente (del impacto de sus
publicaciones) hasta que me hablan diciéndome "Me he comprado este libro
por tu recomendación"", remarca María.
El hecho de que se cree un ambiente cercano hace que la gente se
tome más en cuenta las sugerencias de los vídeos. "Esta comunidad es
maravillosa y muy cercana, encuentras a gente con gustos parecidos a los
tuyos y eso te permite conectar con ellos muy rápido",
destaca Laura. Entonces, el dinamismo y la cercanía son los dos puntos
clave de la comunidad para explicar su influencia en los consumidores.
El romance: género estrella de la generación Z
Pero, ¿por qué el género romántico es el que más destaca entre
la juventud? ¿Para escapar de la realidad? ¿Para desconectar del estrés?
Antonio Penedo Picos, profesor de Filología hispánica
en la Universidad Autónoma de Barcelona, considera que estas historias
coinciden con aquello que los jóvenes buscan en la construcción de su
futuro y personalidad: "La generación Z se ha cronificado en un estado
ampliado de preadolescencia. En ese estadio, sentimientos y emociones, historias románticas son las preferidas porque coinciden con lo que consideran más relevante
en la construcción de su subjetividad y lo que ocupa el centro de sus
inquietudes y curiosidades en esa fase de socialización". Por eso,
Peneda recuerda el concepto de adulescencia: "Una adolescencia
extendida que aún se conserva existencialmente en la edad adulta". Que
podría ser lo que mejor define a esta generación: ante la incertidumbre
del futuro, se intenta escapar de la realidad a la vez que se construye
una identidad propia a partir de la idealización.
La generación Z, caracterizada por sufuturo incierto a causa de las crecientes brechas de ingresos e inestabilidad laboral,
está ligada a internet: "Dudo que este sector generacional tenga un
porcentaje relevante que esté totalmente desconectado del ciberespacio",
menciona Penedo. Por lo tanto, es lógico que este "club de lectura" sea
tan popular entre la gente joven: al estar conectados a internet la
mayor parte del día, su influencia es grande.
El gran ejemplo de literatura romántica de young-adult es Antes de diciembre (la primera parte de la trilogía Meses a tu lado), de la mallorquina Joana Marcús, cuyos vídeos cuentan con 1.200 millones de visitas. El hashtag de la autora tiene 1.500 millones de visitas. Este romance originario de la plataforma digital Wattpad (allí todos aquellos que quieran pueden publicar novelas, relatos, poemas, entre otros) se ha situado como bestseller
en gran cantidad de plataformas de ventas desde su publicación, en
noviembre de 2021, al igual que los dos libros siguientes de la
trilogía.
Hay otros libros que se salen del género Young-adult y también tienen su popularidad tanto en Tiktok como en las plataformas de venta. Ahora mismo destaca la última obra de Javier Cercas, El Cuco de Cristal, un éxito de ventas, dónde su hashtag cuenta con 1,7 millones de visualizaciones. También está la biografía del Príncipe Harry, En la Sombra, con 5,1 millones de visitas, y La Novia Gitana de Carmen Mola, con 2,2 millones de visitas.
De cómo, si por mí fuera, empaquetaría los libros de las bibliotecas escolares y los mandaría al “rincón de pensar”.
¡Dejémosles que se expresen, demontre!
Ese aforismo inicial que encabeza el artículo no es mío, Molinera. Se lo he pedido
prestado a mi amigo Agustín Eguíluz, un arquitecto recientemente
jubilado, el cual, después de toda una vida levantando edificios para la
posteridad, se ha dado cuenta que, para trascender, lo único
verdaderamente duradero es la escritura, la propia escritura.
No entiendo, Molinera, ese empeño porque los niños lean libros de adultos. Me
refiero a ese mantra machacón, tanto en colegios, como en familias y
medios de comunicación, que da por supuesto que la lectura de los libros
existentes en las librerías y bibliotecas (ya infantiles o de mayores)
equivale a “adquirir cultura”, “dominar habilidades lingüísticas” o
“mejorar la autoestima”.
Si
por mí fuera, empaquetaría los libros de las bibliotecas que no han
sido escritos por los propios niños del pueblo o de la ciudad donde
viven y los mandaría al cuarto oscuro donde se guardan los utensilios de
limpieza. A estas edades con las que trabajamos decir a un niño que lea
esos libros bellamente ilustrados, ¡sí!; de autores consagrados, ¡por
supuesto!; publicitados por editoriales muy rentables, ¡faltaría más! …
supone introducirlo en un mundo consumista y homologado donde se
trabajan temáticas globalizadas y ajenas. Temáticas “ad hoc”,
milimétricamente calculadas para que causen el efecto económico e
ideológico deseado.
¿Entiendes,
Molinera, lo que te digo? Te lo diré de otro modo para que me
comprendas. Imagínate que llevamos a un niño al circo y le decimos que
se siente. Que se siente y que contemple atentamente las cabriolas,
saltos y prodigios que un malabarista virtuoso. ¡Quedará maravillado,
sin duda! A continuación, ya fuera, le decimos que intente hacer él lo
mismo. Efectivamente, comenzará hacer sus pinitos, pero pronto se dará
cuenta de que no puede imitar al artista de dentro, que no tiene
aptitudes para eso… (a consecuencia de lo cual, se acomplejará y dejará
de intentarlo).
En
nuestro caso, con la escritura, sucede lo mismo. Sentadle a que lea y, a
posteriori, si algún niño intenta expresarse a su modo, se verá de
inmediato remedado en su cuaderno con un sembrado repelente de
rotuladorazos de color fosforescente realizados por su admirada “profe”.
“¿Para qué voy a escribir yo, o para qué voy a leer lo que escriben mis
compañeros si hay autores famosos que lo hacen por nosotros?” –se dirá.
¡Y lo mismo podríamos decir con sus propios dibujos, composiciones
musicales o expresiones artísticas originales!
Por poner otro ejemplo, te hablaré de mí mismo, de mi propia experiencia. Fíjate: al
tiempo que escribo, siento que vivo, que permanezco atento, tanto a lo
que he visto que sucede a mi alrededor, como a lo que sucede dentro de
mí mismo. ¡Y te digo más! Soy consciente de que mis palabras son el
adobo con que embalsamo mis reflexiones: el sarcófago mágico que
preservará de la podredumbre las experiencias e ideas que, sobre la
Pedagogía Andariega, fagocito dentro.
Es
verdad que corro el riesgo, lo sé, de que, a diferencia de escritores
consagrados, mis escritos sólo queden en pura verborrea. Un fuego de
artificio barato que, a la postre, solo exhalará humo y ruido…. Sin
embargo continúo escribiendo. Y ello porque las palabras son como seres
vivos que bullen dentro de mí y dan consistencia a mi propio
pensamiento… ¡Pero si el propio movimiento de mi mano al plasmarlas
expresa como nadie el ideario andariego que me anima!
Si
esto es lo que siento yo, burrita mía, que soy adulto, ¿qué no sentirá
la niña o el niño que se halla en fase de descubrirse a sí misma, a sí
mismo? Para ellos escribir sus pensamientos y experiencias resulta
esencial para fijar y mantener su peculiaridad, su originalidad.
Escritos, por otra parte, que cuentan mucho de ellos mismos: de las
luces y las sombras de que disfrutan y padecen diariamente. Escritos que
servirán para, como me sucede a mí, fortalecer su personalidad y
aportar un material que servirá, además de para disfrute de familiares y
amigos, de columna vertebral de su individualidad.
A mi abuela le gusta el morado: siempre se pone pantalones, camisetas y calcetines de ese color. Es muy buena. Tiene 75 años y viaja por todo el mundo: por Estambul, Inglaterra, Ámsterdam, Marruecos… Es
gordita, sonríe mucho y nos deja vivir en su casa. Le gusta comer
chuches y tartas. También le gustan los niños, los visitantes y los
animales. Tiene
un perro que se llama “Percy” y otro que se llama “Tornillo”. Le gusta
pasearlos y también pasear con nosotros cuando estamos juntos. Tiene un jardín y lo riega. Escucha música cuando se va a dormir y me admira con todo su corazón. ¡Te quiero mucho, abuela!.
¡Y
no digo nada de sus dibujos, canciones tarareadas, gesticulaciones y
movimientos corporales espontáneos…! No he conocido a ningún artista más
expresivo e imaginativo que un niño desarrollando espontáneamente sus
propias creaciones. ¡Dejémosles que se expresen, demontre!
En
fin, Molinera… lo que te decía al principio: si por mí fuera,
empaquetaría los libros de las bibliotecas escolares y se los remitiría a
sus autores, a sus editoriales o a las tiendas donde se han adquirido
para que los pusieran en el “rincón de pensar”.
La
reunión de hoy la he organizado con el profesorado para tratar sobre
esta temática. Lo vamos a hacer dando vueltas alrededor del patio de
recreo. ¡Ya sabes que soy alérgico a las aulas…! Sé que la mayoría va a
manifestar su desacuerdo con esa idea que preconizamos. ¡Qué disparate!
–dirán llevándose las manos a la cabeza. A continuación, con
respecto a la ausencia de escritos de sus niños en aulas y biblioteca de
Centro, se van a exculpar diciendo que no tienen tiempo para leer
atentamente y corregir, uno por uno, todos sus escritos (¡menos aún para
editar y reproducir dichos textos con la burocracia a que están
sometidos!). Incluso alguno de “Lengua”, constatará que no se fía del
aprendizaje autónomo; que sus “niños” no tienen vocabulario suficiente
para expresar sus emociones…; que tienen que dar los contenidos que fija
la legislación.
¿Legislación? ¿“Circunscribir su vocabulario a las distintas formas de comunicación que caracteriza el lenguaje escrito”? ¡Valiente
galimatías! ¡Como si los niños necesitaran de un lenguaje enrevesado
para expresar un sentimiento, una constatación o una necesidad… ¡
“Señores
profesores–les diré-. Lo importante no es cómo se escribe, sino lo que
se escribe: ese cúmulo de ideas y aportaciones que todos necesitamos
echar a volar”. ¡Y más aún, hoy en día en que la expresión escrita
individual, lo mismo que la escritura a mano o la exposición de ideas
propias, se halla en franca regresión debido al manejo automatizado de
emoticonos e inteligencias artificiales!
Animaré
al profesorado a que siga la doctrina de Celestine Freinet, aquel
pedagogo que con tanto ahínco favoreciera el texto libre y la corrección
comunitaria. A que permitan y celebren el que, en cualquier sitio y
momento, los niños escriban. Les insistiré que en la Pedagogía Andariega
no nos interesa lo sabido, lo consagrado, ni mucho menos lo
culturalmente establecido. Antes bien, que preferimos recorrer nuestro
propio itinerario personal. Un camino ascendente y curvilíneo que nos
conducirá, sin duda, a querer, algún día, desempolvar aquellos libros
embalados e interesarnos por lo que allí pone.
En
fin. Por nuestra parte no va a quedar. Hoy mismo, recogeremos de mano
del profesorado los textos y dibujos de niños y menos niños que nos
tengan preparados y los editemos en forma de libritos colectivos.
Libritos que se los regalaremos cuando volvamos la próxima vez y que
pasaran a formar parte de la Colección que, desde hace años y en tu
honor, Molinera, denominamos “Arre burrita”.
Como
colofón del encuentro, y siempre caminando, iremos leyendo
sucesivamente los textos de este libreto que traemos hoy a colación y
que reproducimos en formato PDF. Un compendio de cuentos, poesías,
anécdotas y emociones que bien merecen, no ya un “Premio Planeta”, sino
todo un “Galardón Sideral de la Pedagogía Andariega”.
Por su interés y clarividencia reproducimos aquí el texto del Saluda de la Presidenta de dicho Comité de Investigación de Sociología de la Infancia (CI 17) de la Federación Española de Sociología (FES), publicado en el último boletín de dicho Comité.
La Academia de Cine de España no admite entre sus asociados (todas las personas premiadas se convierten en tales) a actrices o actores menores de 16 años.
Son estupendos profesionales, les premian de todas partes,
pero en España no pueden ser reconocidos, ¡por qué?
Boletín informativo 016 de CI 17 de la FES, Marzo 2023.
"La mirada sociológica sobre la infancia y la adolescencia tiene el deber de estar atenta a detectar y analizar los hechos, los sucesos o los acontecimientos que afectan o tienen a los niños, niñas y adolescentes como protagonistas y que tienen a la vez un impacto social. Los medios de comunicación constituyen el vehículo en muchas ocasiones para hacernos llegar los ecos de ese impacto, con noticias que, las más de las veces, refuerzan la imagen de los niños y niñas como seres dependientes, irresponsables, a veces víctimas y a veces victimarios en situaciones extraordinarias. Sin embargo, no todo es siempre negativo lo que se cuenta de los niños, ellos y ellas son y pueden ser actores sociales en más de un sentido.
El año transcurrido entre el festival internacional de cine de Berlín de 2022 y la edición del mismo festival en 2023, ha sido considerado un periodo de gracia para el cine español actual. Y lo que nos interesa resaltar aquí es precisamente el “protagonismo artístico” de algunos niños y niñas que han participado en las películas más premiadas, o que han sido ellos mismos los que han obtenido un premio por su destacada actuación en distintos festivales.
Alcarrás, la cinta premiada en la Berlinale de 2022 es una película coral, donde se movilizan múltiples relaciones entre personas adultas y personas niñas, en un escenario que tiene la frescura de lo cotidiano, donde se tejen y destejen conflictos, afectos y lealtades entre los miembros de una familia extensa y su comunidad. Y allí están el trío de primos de 11 años, la adolescente de 15 y el de 17.
La Maternal es una película de 2022, donde su protagonista, Carla Quilez, una niña de 14 años que interpreta a una niña embarazada acogida en un centro de protección, fue ganadora a la mejor interpretación en el festival internacional de cine de San Sebastián, y asimismo ganadora del premio a la mejor actriz revelación en los premios Gaudí.
Recientemente, en el festival de Berlín de este año, la española Sofía Otero, de 8 años, ha recibido el Oso de Plata por su interpretación de una niña trans en la película 20.000 especies de abejas.
En lo que parece una decisión adultista, ni la niña Carla ha podido recibir ninguna nominación en los premios Goya, ni la niña Sofía la podrá tener el próximo año, debido a que la Academia de Cine de España no admite entre sus asociados (todas las personas premiadas se convierten en tales) a actrices o actores menores de 16 años".
Saludos cordiales,
EQUIPO DIRECTIVO DEL CI17
FES. Comité Sociología de la Infancia CI17 Para contactar o recibir en este boletín, por favor escribe a: comitesociologiainfancia@gmail.com
Mayores para actuar, menores para optar a un Goya:
sobrexposición, inmadurez y riesgo de ‘bullying’ son los motivos
En 2011 la Academia del Cine prohibió que un menor de 16 años recibiera
un premio. Las razones para llegar a esta decisión van desde la supuesta
falta de madurez para formar parte de la institución hasta evitar la
exposición pública.
Hay interpretaciones en la gran pantalla que no se olvidan. Frases y
miradas que traspasan. Que convencen a la crítica y también a los
espectadores. Es entonces cuando el nombre de ese actor o actriz empieza
a sonar en las apuestas relacionadas con los premios. Sobre todo cuando
se acerca la cita más importante del cine español, los Goya. Y eso es lo que podría haberle pasado a Carla Quílez, actriz protagonista de La maternal, la última película de Pilar Palomero. A sus 14 años ha sido la actriz más joven en subir a recoger la Concha de Plata del Festival de San Sebastián,
y hace unos días se llevaba el Gaudí a la interpretación revelación.
Sin embargo, esto no se repetirá el próximo 11 de febrero en Sevilla,
porque no está nominada. ¿El motivo? Su edad.
Desde 2011, la Academia del Cine no permite a un menor de 16 años ganar ninguno de sus premios. La razón principal que estableció la institución en ese momento fue la de proteger a los menores, ya que cuando alguien recibe un Goya, asume automáticamente los derechos, pero también las obligaciones de todos los académicos.¿Y
cuáles son estos? Tal y como recogen sus estatutos, uno de los derechos
más importantes es el de votar en las Asambleas Generales y también en
algunas categorías de los Premios Goya como la de Mejor Película, Mejor
Documental, Mejor Película Iberoamericana o Mejor Cortometraje. Además,
su opinión también cuenta a la hora de elegir qué película representa a España en los Oscars de Hollywood y en los Premios Ariel de la Academia de Cine de México.
En cuanto a las obligaciones destaca, por ejemplo, pagar las cuotas o
respetar la confidencialidad de las deliberaciones y acuerdos adoptados
en cualquier tipo de Asamblea o Comisión.
Hasta que cambió el reglamento, seis menores de 16 años habían recibido el galardón, siempre en las categorías de Mejor actor o actriz revelación. El primero fue Andoni Erburu, con 10 años, por Secretos del corazón (1997), y más tarde Juan José Ballestaa los 12 por El Bola (2001). La misma edad que tenía Ivana Baquero cuando en 2007 se alzó con el suyo por su papel en El laberinto del fauno. Dos años más tarde, Nerea Camacho lo recibió por su interpretación en Camino de Javier Fesser. Los últimos fueron para Francesc Colomer y Marina Comas, los protagonistas de Pa negre, del recién fallecido Agustín Villaronga. Se los llevaron en 2011, justo el año en que se impuso la nueva normativa.
Algunos de ellos se han alejado de los focos. Otros siguen en activo,
como por ejemplo Ivana Baquero, que ha desarrollado gran parte de su
carrera en Estados Unidos. "No entendí la justificación de la Academia de
no exponer demasiado a los niños, porque en el momento que formas parte
de un proyecto cinematográfico de estas características ya estás
expuesto", explica la actriz a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.
Para ella significó un reconocimiento a su trabajo. "Si a un niño lo
contratas y hace sus horas como cualquier adulto, no tiene sentido que
no le puedas valorar igual que a ellos", apunta.
Desde que ganó el Goya han pasado ya 16 años. Durante este tiempo
no ha parado de trabajar, aunque el éxito no se lo debe en exclusiva a
la estatuilla."Es una plataforma muy importante, pero lo que me abrió las puertas no fue el premio en sí, sino la propia película. Te da prestigio, pero no basta solo con eso". Después llegaron muchos castings,
muchos ‘noes’, y también muchos ‘síes’. "Cuando empiezas tan joven
tienes múltiples carreras. Primero interpretas papeles de niños, después
de adolescentes donde ya es un poco más difícil porque hay muchos
cambios físicos, emocionales y empiezas a coger vergüenza. Cuando eres
adulto tienes que salir de la imagen de niño actor y volver a demostrar
que sigues trabajando e intentándolo", afirma.
No se había planteado ser actriz cuando el séptimo arte llamó a su puerta con tan solo 8 años. "Vinieron a hacer un casting a mi colegio para la película Romasanta. La caza de la bestia (2003)
de Paco Plaza, me apunté y me cogieron", recuerda. Ahí es cuando
también empezaron los problemas con sus compañeros de clase. "Que me
eligieran a mí generó una especie de separación con mis compañeras,
porque era yo la que se iba a rodar películas, la que faltaba a clase.
Con el tiempo le puse nombre: era bullying".
Sin embargo, no se planteó dejar de dedicarse a lo que más le gustaba
hacer. "Es algo que pasa a veces, incluso de forma más grave, y es
preocupante".
La familia y los amigos, claves
El suyo no es un caso aislado. Al menos es lo que perciben en la academia Primera Toma Coach de Madrid,
un centro de formación para niños y niñas que sueñan con dedicarse a la
interpretación. "Cuando estos niños vuelven al colegio después de un
proyecto, en vez de recibirlos con alegría los compañeros los reciben con bullying", explica Alicia Álvarez, directora del centro. Este establecimiento abrió sus puertas en 2013 y durante estos diez años han participado en proyectos como la trilogía Padre no hay más que uno de Santiago Segura,Campeones (2018) de Javier Fesser o Todos lo saben(2018) de Asghar Farhadi.
La principal función de uncoach es la de acompañar a los menores en los rodajes
y convertir este espacio, muchas veces marcado por el estrés o la
rapidez, en un lugar amable para ellos. "Cuidamos que el director
consiga lo que necesita del niño, y que este esté cómodo trabajando",
apunta. Durante todo este tiempo han visto cómo, en muchos casos, los problemas no vienen de las producciones en sí, sino de todo lo que conllevan después,
cuando los focos se apagan. "Ayudamos a los niños y a sus familias,
pero depende mucho de cada situación y cada niño, la fama es difícil de
gestionar".
Por eso, Álvarez comparte la decisión de la Academia del Cine de no otorgar premios a los menores.
"En un rodaje están cuidados, y al final ellos ven que allí todo es
importante, no hay diferencias. Pero cuando se pasa la frontera de los
premios, ruedas de prensa y reconocimientos, es mucho más difícil de
contextualizar en la mente de un niño", argumenta. Ahí es precisamente
cuando pueden darse losproblemas con el resto de los
menores. "Cuando todo termina, ellos tienen que volver a su rutina, al
colegio, a sus clases extraescolares y ser uno más".
Porque, ¿cómo se gestiona la fama cuando prácticamente no entiendes el mundo que te rodea?Es quizá uno de los aspectos más complejos, como señala Abel Domínguez, psicólogo infanto-juvenil y director de Domínguez Psicólogos.
"Se trata de una cuestión de madurez. Es decir, si de una manera precoz
o en tus inicios profesionales triunfas o empiezas a ganar dinero de
golpe, te acostumbras y tomas como referencia hábitos que no siempre se
van a mantener".´
Es en este punto donde la razón de por qué un niño o niña ha decidido ser actor juega un papel importante.
"Hay que contextualizar y diferenciar entre los niños que quieren ser
actores y los que están empujados por los padres o porque buscan un
éxito social o un protagonismo. Lo que pasa es que no hay muchos
referentes, y a veces los que hay son los de juguetes rotos y es normal
que a los padres les dé vértigo", señalan desde Primera Toma Coach.
Por eso, la actitud con la que se enfrentan a las diferentes formas
de exposición es importante. Ya no solo en medios o galas de premios,
sino también en las redes sociales,
que han cambiado el paradigma. "No dejan de ser un juicio externo que
puede tener mucho impacto emocional en estos chicos y chicas", señala el
psicólogo.
Domínguez comparte que desde instituciones como la Academia del Cine se intente controlar estas situaciones. Una manera es evitando la competición por un galardón que
“les puede confundir respecto a crearles expectativas que luego a lo
mejor no se van a cumplir. Y que les generarían una frustración
importante”, concluye.
Este itinerario anual de lecturas quiere proponer diálogos, miradas personales de libros que abran mundos, que sean ensueño, abismo, salto con alas o con la idea de alas, refugio y riesgo, que piensen la forma, el fondo, el contexto, que escuchen las preguntas y deseos de niñes y jóvenes alrededor y que extiendan las representaciones de infancias y juventudes todavía tan centradas en las clases blancas y privilegiadas. El lugar desde el que yo también escribo.
En 2022, y con la vuelta a los encuentros presenciales, leí muchos más títulos que en los años previos y decidí circular una preselección entre niñes y jóvenes: miembros del Consejo Editorial Juvenil de Linternas y bosques y sobrines y sus amigues. ¡Muchas gracias Dany, Isaac, Alma, Mich, Cóbari, Andreu, Abi, Mía, Lili, Ian, Nati, Alonso y Aranza por sus opiniones! Me ayudaron a determinar buena parte de este recorrido. Y a Mariela, mi compañera, con quien siempre converso el listado.
Cada año identifico ciertas temáticas, zonas de interés, perspectivas, ideas de infancia y juventud en la muestra de libros que consigo reunir gracias a la generosidad de coordinadores editoriales, editores y creadores que me envían sus publicaciones en físico.
Este año en mi revisión estuvo muy presente la música y la poesía, por eso decidí titular con baile y lectura esta primera entrada en donde reseño sólo los libros de esa zona. A diferencia de los itinerarios de otros años, en 2023 acentuaré el rasgo de «índice», que ha tenido siempre esta selección, mencionando libros que reseñaré en entradas posteriores.
En la que encontrarán a continuación fueron también protagonistas los animales, siempre favoritos, alegres y curiosos para les niñes. Tres años de pandemia después, empiezo por aquí, por la alegría, la música, la tradición oral, la poesía como expresiones de resistencia.
Recientemente visité una exposición en el MUAC, en la Ciudad de México, «que da cuenta de los vocabularios y las visualidades de la protesta», en la que alguna visitante escribió con gis la siguiente protesta: «La niñez, una etapa que debería ser feliz…». Quizá esta entrada quiera sumarse a esa llamada a reforzar los ensueños y la imaginación implícita en el «debería».
La lectura de poesía (escrita o dibujada) enciende la imaginación y es capaz de incendiar al lenguaje para que renazca con otras palabras. Así me resultó con libros como Palabras manzana o El mono infinito; otros como El convite de los animales o ¡Que llueva! ¡Que llueva! son fiesta y de manera explícita reclamo de justicia o expresión de libertad.
Las sabiduría de las ancianas y de las niñas entretejen mucho de lo que leí en 2022, tanto en los 15 libros centrales, todos ellos provenientes de Latinoamérica, como en los más de 30 que conversan con éstos. También están presentes la hermandad, la noche y la hora de dormir, un regreso a la naturaleza (en particular al jardín), el viaje a las estrellas, la búsqueda del origen y el reclamo de memoria histórica....