'Tu cuerpo es tuyo', 'Kiko y la mano' o 'Estela grita muy fuerte'
son
algunos de los cuentos para abordar la prevención de los
abusos.
“Tu cuerpo. Ese sitio donde suceden todas las cosas que te
pasan”. Con esta frase comienza un cuento infantil especial. Sus autoras
son Helena Torija, fisioterapeuta de profesión, y sus dos hijas, Eva y
Julia. La primera, de 5 años, pone título al proyecto: 'Tu cuerpo es tuyo. El mensaje de Eva'. El
verano pasado sufrió un episodio de abuso sexual en su entorno próximo,
como la inmensa mayoría de casos que suceden. Ante esa experiencia, la
familia se puso manos a la obra para escribir y dibujar el cuento.
Construyeron así una herramienta más para prevenir el abuso sexual en la
infancia.
“La idea fue al principio escribirlo para ayudarnos a nosotros
mismos porque lo necesitábamos”, destaca Helena Torija. A la madre de
Eva le salió de dentro la necesidad de contarlo y desterrar el tabú que
puede existir alrededor de casos como el de su hija. “A mí casi lo
primero que me comentaron fue que lo que había pasado no iba a salir de
ahí y nadie se iba a enterar. A mí me chirrió muchísimo. Sí que
intentamos nombrar el tema, hablarlo, que nuestros hijos lo hicieran
también. Las cosas que no se nombran no existen, y como no existen no se
les puede poner nunca solución. Para mí es una manera de liberar un
dolor y ayudar a otros. Lo que quiero es que se hable del tema, lo que
quiero es que se nombre”, añade.
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Portada el cuento. |
El cuento se ha hecho de manera muy artesanal pero ha ido
creciendo poco a poco. En un primer momento se distribuyeron apenas 300
cuentos. Luego se realizó un crowdfunding para financiar el reparto de
otros 3.000 más. A día de hoy lo están usando ya profesores o educadores
en algunos centros educativos y muchas familias. Ha recibido muchas
llamadas que le cuentan “historias impresionantes” de abusos sexuales en
la infancia. “He conocido familias que querían tratar este tema y no
tenían cómo hacerlo y a raíz de leerlo sus niños han soltado algunas
cosas. También he recibido testimonios de madres que querían contar sus
propias experiencias de abusos sexuales a sus hijas y a raíz de contar
el cuento habían iniciado el proceso”, explica.
Habla Helena de una “amalgama” de sentimientos desde que se
lanzó el cuento. "Desde el primer minuto dije que si el cuento servía
para ayudar a un solo niño o niña, ya era válido mi esfuerzo. Pero, por
otro lado ves que hay gente muy dañada”, comenta.
Toda la familia colaboró en la creación. Desde el padre, Víctor,
hasta los otros dos hijos de la familia. “El dibujo en la infancia es
súper poderoso”, señala Helena. Y el lenguaje utilizado, clave. “Las
niñas te sorprenden porque ellas mismas participaron para decir qué tipo
de palabras funcionarían mejor para explicarlo a otros niños”, añade.
Eva pensaba titular su libro así, según cuenta su madre: “Hay gente
mala, pero no te preocupes, este es tu cuerpo y este es tu cuento para
que lo sepas”. “Es largo. Al final cambiamos el título, pero la idea es
tan potente que yo no tengo nada más que añadir”, señala.
El cuento se puede adquirir actualmente contactando con la plataforma Mejorando Infancias,
habilitada para ello. La idea, además, es ceder los derechos a la
Fundación Lydia Cacho, para darle más impulso a la iniciativa.
El silencio y la desinformación, aliados del abusador
Helena forma parte de la comisión de violencia del hospital en
el que trabaja, por tanto, tenía ya cierto conocimiento previo sobre
protocolos o herramientas a usar en este tipo de casos. Nos pone como
ejemplo a Aspasi (Asociación
para la sanación y prevención del abuso sexual infantil). Entre otras
actividades, realizan charlas y talleres. La psicóloga Margarita García
Marqués es su fundadora. “Para trabajar la prevención lo primero que hay
que hacer es informar a los niños. Si ellos no están informados, no
saben lo que les está ocurriendo. Los mayores aliados del abusador son
el silencio y la desinformación”, afirma. Los primeros que tienen que
estar informados, añade, son obviamente los padres y madres.
Entre las cosas concretas que destaca se encuentran saber
distinguir las distintas partes del cuerpo y ponerles nombre y decirles
que no se deben tocar por nadie salvo excepciones como consultas
médicas. Para ello, hay un trabajo general que consiste en que los niños
sepan que cuando algo no les gusta tienen que decir que no. “Que sepan
poner los límites”. García Marqués ha escrito dos cuentos infantiles, '¿De qué color son tus secretos?', y 'Tu cuerpo es tu tesoro', además de un libro, 'Stop Abusos', dirigido a los adultos.
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Portada del cuento. |
Por su parte, la psicóloga Maribel Gámez señala que “es
importante hablar de las realidades que nos rodean”. Y considera de
utilidad destacar una serie de síntomas en niños y niñas que pueden ser
indicadores de estar sufriendo abuso sexual: cambios en el
comportamiento como, por ejemplo, irritabilidad o retraimiento,
conocimiento de temas sexuales que no corresponden a su edad,
alteraciones en el sueño y la alimentación, autolesiones y, por
supuesto, irritación e infecciones en la zona genital. “Sin información,
esas claves pueden pasar desapercibidas o ser mal interpretadas y, por
lo tanto, perder la oportunidad de ofrecer la ayuda que el niño
necesita”.
Entre los recursos recomendados por Gámez destacan cuentos como 'Kiko
y la mano' o 'Estela grita muy fuerte'. “Son cuentos que ayudan a
detectar situaciones incómodas o de malestar en los niños. Siempre
recomiendo adaptar los cuentos a la realidad concreta de cada pequeño.
No todos los niños son coaccionados cuando sufren algún tipo de abuso
sexual ni todos lo interpretan como algo negativo, sobre todo, cuando el
abuso viene de un pariente de primer orden, en el que confía
plenamente. Y eso es algo a tener en cuenta. Cada caso es diferente".
La psicóloga Elisenda Pascual publicó hace unos años otro cuento destinado a trabajar la prevención. Se llama 'Clara y su sombra'
y cuenta además con una extensa guía metodológica para ayudar a padres y
madres. “Primero, los adultos tienen que hablar consigo mismos. A veces
también cuando nos suena la campana como madres y padres es porque hay
algo en el baúl de la memoria y que no ha salido a la luz”, afirma.
Esta profesional, que asesora a escuelas públicas en materia
educativa sobre sexualidad, argumenta que “venimos de una educación
judeocristiana donde hay un yugo de represión encima de la sexualidad
sana”. “En psicología tenemos una frase, que todo lo que reprimimos lo
pervertimos. Si no lo ponemos encima de la mesa y no lo hablamos,
seguiremos reproduciendo la educación del silencio”, comenta.
La nueva ley y la importancia de la educación
Desde organizaciones como Save The Children ponen en valor la
importancia del desarrollo de la educación afectivo-sexual dentro de los
centros educativos. “Es una de las herramientas más eficaces para poder
proteger y prevenir a la infancia”, explica Lucía Martínez, responsable
de incidencia política. Y en este sentido destacan el impulso que puede
suponer la nueva Ley Integral de Protección a la Infancia, en la que
también han colaborado y que está a pocos pasos de aprobarse en el
Congreso. “Es una oportunidad magnífica que permitirá poner en práctica
una estrategia que aterrice muchas cuestiones”, señala mientras pone de
relieve el gran consenso que ha suscitado la ley.
Entre las herramientas con las que cuenta esta organización se
encuentra una “Escuela de Padres” con contenidos audiovisuales sobre
sexualidad. “En centros educativos, nuestra apuesta es que este tipo de
educación se haga desde las edades más tempranas posibles porque es
cuando empieza a construirse la sexualidad de los niños y niñas. Cuanto
antes se empiecen a facilitar herramientas que les permite conocerse y
conocer al resto, van a estar más empoderados ante cualquier posible
situación de acoso o abuso”, afirma.
Desde el Ministerio de Igualdad destacan respecto a la nueva ley que
por primera vez se diseñan “itinerarios de acompañamiento específicos
para los niños y niñas que sufren violencia sexual”. Fuentes del
Ministerio explican que “la clave también es el enfoque con el que se
trabaja”. “Prevenir y atender la violencia sexual en la infancia debe
realizarse desde un enfoque de género y derechos humanos, que sitúe los
derechos de las niñas y niños en el centro. Por ejemplo, con el derecho a
ser escuchados por las instituciones públicas y organismos judiciales”.
Para Helena Torija, que ha vivido una demora judicial en su caso
familiar, lo relevante es que la ley vaya dotada de medios y recursos
económicos. “Si no hacemos todos un poco de pedagogía social para sacar
esto de debajo de la alfombra y ponerlo por encima, nunca vamos a
cambiarlo”, insiste