¿Sabes qué uso hace la generación Alpha de dispositivos y aplicaciones?.








Imagen decorativa ¿Sabes qué uso hace la generación Alpha de dispositivos y aplicaciones?¿Crees que existen diferencias por sexo, edad, renta y territorio según el uso de dispositivos y apps?, ¿conoces las preferencias de la generación Alpha en ocio, educación, y socialización en el ámbito digital? Consulta el estudio “Consumo y uso de los dispositivos y apps por la generación Alpha”, codirigido por el Observatorio de Contenidos Audiovisuales de la USAL y la Cátedra de Comunicación en la Infancia y la Adolescencia de la UCM, en el marco del proyecto SIC-Spain.
El trabajo de campo se realizó en julio de 2019, con una muestra de 525 niños y niñas en ciudades de más de 10.000 habitantes del territorio nacional español en la población de niños de los siete a los nueve años (Generación Alpha) y por cuotas de sexo, región de residencia, centro educativo y renta percibida. 

En el recurso se muestran los resultados obtenidos de la primera oleada del «Barómetro de los hábitos de uso y consumo de la infancia y adolescencia en las pantallas inteligentes», codirigido conjuntamente por el Observatorio de Contenidos Audiovisuales de la Universidad de Salamanca y la Cátedra Complutense de Comunicación en la Infancia y la Adolescencia de la Universidad Complutense de Madrid (miembro del consorcio del “Safer Internet Centre Spain”,SIC – Spain, coordinado por INCIBE, Instituto Nacional de Ciberseguridad de España).

Entre otros, se presentan aspectos como el uso y consumo de las pantallas, la necesidad de conocimiento de los distintos proveedores de productos y servicios (share, rating, tiempos y hábitos de consumo, consumo de publicidad, consumo acompañado, oportunidades y amenazas percibidas…), el lugar de uso y el momento del uso de los dispositivos y la valoración de la disponibilidad, tanto de los dispositivos como de las apps por parte de la generación Alpha.



El estudio destaca que es necesario mejorar el cuidado y el tiempo de acompañamiento digital de calidad con los niños y las niñas, aportando conclusiones y recomendaciones basadas en las tendencias y hábitos actuales de los resultados extraídos.

Además, para apostar por un uso seguro y responsable de Internet por parte de los menores, podemos apoyarnos en la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE, a través del teléfono gratuito y confidencial 017, donde es posible recibir asesoramiento preventivo y/o reactivo personalizado a la situación particular. 

Sin Ley de Garantía, no se vota Servicio de Protección a la Niñez:

 La jugada política para avanzar en derechos de la infancia en Chile.

La ley que crea el Servicio de Protección de la Niñez será votada el próximo martes (hoy)
 tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado (Chile), 
sin embargo, en comisión mixta, dicha normativa se supeditó 
a la aprobación de la Ley de Garantía, que descansa en el Congreso hace cinco años.

Camilo Villa J.



Ambas cámaras deberán resolver el destino del Servicio de Protección de la Niñez el próximo martes. El proyecto, presentado por el Ejecutivo, busca reemplazar el cuestionado Sename, sin embargo, su aprobación podría verse dilatada producto de un “amarre” impuesto en la comisión mixta que revisaba la norma, cuyo fin es que, de la mano del servicio, se vote la Ley de Garantía de Derechos de la Niñez, un viejo anhelo en el sector preocupado por los niños, niñas y adolescentes en el país y que duerme en el Congreso desde 2015.

Dicha iniciativa es una ley marco que pretende establecer un sistema de garantías y protección del ejercicio de los derechos de la infancia a través de un conjunto de normas, instituciones y políticas según lo establecido en la Convención de Derechos del Niño y otros instrumentos internacionales.

Además establece, entre otros, que “los NNA tienen derecho a la igualdad en el goce, ejercicio y protección de sus derechos sin discriminación arbitraria”. En este ítem se incluyen los conceptos de raza, nacionalidad, religión y condición socioeconómica, pero también los de orientación sexual, identidad de género y expresión de género. He aquí una de sus polémicas.

El Gobierno, a través de la subsecretaria de la Infancia, Carol Brown, lamentó este 2×1 entre el Servicio de Protección de la Niñez y la Ley de Garantía de Derechos de la Niñez, pues para la autoridad esta última normativa tiene cierto carácter ideológico que podría significar un traspié en la aprobación del Servicio de Protección de la Niñez. Incluso, el diputado RN y miembro de la comisión mixta, Gonzalo Fuenzalida, calificó de chantaje político de la oposición este llamado “amarre” .

La presidenta de la comisión mixta que ve los temas de infancia, senadora Ximena Rincón (DC), rechazó rotundamente los dichos de Fuenzalida y cuestionó el lamento de la Subsecretaria de la Niñez, pues, para la legisladora, es de sentido común aprobar, antes de cualquier servicio, un marco que garantice los derechos de la niñez.

“Es una condición obvia y lógica (…) no parece lógico que estemos aprobando una ley de servicios de la infancia si no hay un marco claro de los derechos y garantías que esos niños van a tener”, dijo a Radio y Diario Universidad de Chile.

Si para el Gobierno los niños son primero, y el Servicio de Protección de la Niñez atiende a niños vulnerados en sus derechos, lo lógico es que tengamos claro los derechos que van a ser considerados vulnerados, y a mí me parece que sería más coherente que la Subsecretaria se preocupe de sacar rápidamente la ley de garantía en vez de estar hablando de problemas ideológicos. Yo no veo problema ideológico alguno en exigir que los derechos de los niños estén claros. Si ella los ve, es un problema de ella”, continuó la parlamentaria.

Similar opinión es la que tiene David Órdenes, director de la ONG La Caleta, entidad dedicada a desarrollar experiencias comunitarias y socio educativas con niños, niñas y adolescentes.

Para Órdenes, el Servicio de Protección de la Niñez es necesario, pero es primordial tener antes una ley que garantice los derechos de niñas y niños”

Es imposible que salga una ley de servicio de protección sin antes tener una ley de protección integral y de garantía de derechos, porque al final lo que se desarrolla concretamente con focalizar el tema específicamente en la situación de las niñas y niños con mayor vulneración, es responder a realidades contingentes, inmediatas, necesarias y urgentes, pero las niñas y niños lo que requieren es una ley de protección integral de derechos para que todas y todos tengan sus derechos garantizados”.

En ese sentido, Órdenes celebró la supeditación del Servicio a la Ley e Garantía de Derechos de la Niñez.

El Servicio de Protección de la Niñez estará a cargo de los servicios y prestaciones para la protección y restitución de los derechos gravemente vulnerados de los NNA, mientras que la Ley de Garantía de Derechos de la Niñez es el marco que establecerá las garantías y protección de los derechos de la infancia....

Este 26 de enero se cumplieron 30 años de la ratificación de la Convención sobre los derechos de niños, niñas y adolescentes y, pese a ese compromiso internacional, Chile sigue sin contar con una ley marco que regule los derechos de los NNA.

#REJUEGACONMIGO, Charlas en línea para reflexionar y disfrutar JUGANDO.


Me apunto a las charlas gratuitas #REJUEGACONMIGO,

Del 25 al 29 de MAYO

Dale al ¡Sí, quiero! 
y ve derechita a revisar tu bandeja de mails. 
Necesito que me des otro juego de dedos en ese mail para que yo pueda mandarte todos los accesos y recordatorios de estas charlas gratuitas y super, pero supernutritivas.

¡Mira abajo quién nos va a acompañar!
8 ponentes de lujo que nos activarán la mirada y reconectarán con el juego en la vida.
7 Charlas para reflexionar y disfrutar jugando.
Del 25 al 30 de Mayo recibirás los accesos a Zoom.

Acceso a la grabación.
Contraseña: REJUEGACONMIGO


y tendrás 72 hs. para volver a ver las ponencias en diferido y gratis.
01

Anna Sánchez

"El juego en la primera infancia"

Maestra de infantil especializada en educación viva y acompañamiento respetuoso.


LUNES 25 · Directo a las 10 hs.
02

Cristina Saraldi

"Juegos de vínculos"


Divulgadora del juego consciente y fundadora de Froggies, empresa que crea experiencias basadas en el juego respetuoso.

LUNES 25 · Directo a las 15 hs.
03

Jesús Guillén

"El Cerebro y el juego"


Astrofísico, investigador, docente y divulgador de la neuroeducación. Escritor y creador de "Escuela de Cerebro".

MARTES 26 · Directo a las 15 hs.
04

Lourdes Gaitán

"Cambiar la mirada"


Socióloga de la infancia. Fundadora de GSIA (Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia).

MIERCO. 27 · Directo a las 15 hs.
05

Francesco Tonucci

"La importancia del juego durante la infancia"

Psicopedagogo, escritor, dibujante y creador del proyecto internacional "La ciudad de las niñas y de los niños".
JUEVES 26 · Diferido 10 hs.
06

Enrique Aguilar

"Juego, creatividad y propósito vital"

Autodidacta, investigador, conferenciante y creador del Sistema Ludocorporal para el desarrollo humano.
VIERNES 29 · Directo a las 10 hs.
07

Irene Fernández

"Espacios de juego y experimentación"

Arquitecta, músico especializada en el diseño de espacios artísticos y pedagógicos y creadora de CREATECTURA.

SÁBADO 30 · Directo a las 10 hs.
08

Yessica Clemente

"Activa tu juego"

Divulgadora, asesora, formadora, conferenciante sobre juego y educación consciente y creadora de Rejuega y organizadora de #REJUEGACONMIGO.

TODOS LOS DÍAS CONTIGO.

Apúntate desde aquí

*NOTA: Puede surgir alguna modificación de horario y ponente. Agradecemos tu comprensión.

Pon tus principios en cuarentena!.

Renta Mínima Sí: Pon tus prejuicios en cuarentena.

La Campaña #RentaMínimaSí moviliza a la sociedad civil ante la inminente aprobación del Ingreso Mínimo Vital.

Más de 400 entidades, redes y plataformas, que representan a más de 28.000 organizaciones sociales y culturales en España, apoyan la campaña ‘Renta Mínima Sí’: Pon tus prejuicios en cuarentena’
Esta iniciativa tiene como objetivo sensibilizar a la opinión pública y eliminar los prejuicios y el discurso aporofóbico asociados a la adopción de una renta mínima estatal como derecho subjetivo de las personas en situación de mayor vulnerabilidad en España.

La renta mínima estatal que propone EAPN-ES debe ser un instrumento ágil, accesible y compatible con los sistemas autonómicos, que permita eliminar la pobreza severa, reducir la pobreza relativa y, junto con otros instrumentos, eliminar la pobreza infantil, asegurar una vivienda digna e incrementar la inclusión social de las personas con mayores dificultades.

El presidente de EAPN-ES, Carlos Susías agradeció su apoyo a las más de 400 organizaciones y plataformas que ya se han adherido a la campaña, “porque es un apoyo a la dignidad de las personas. EAPN y sus entidades miembros llevamos muchos años pidiendo una renta mínima que sea un elemento de justicia social e inteligencia económica. Es una medida que beneficia a millones de familias carentes de ingresos, al tiempo que impulsa el desarrollo económico del país”.

Carlos Susías también destacó el gran esfuerzo que está realizando la sociedad española para mejorar la vida de las familias. “Estos recursos no deben servir para aliviar el compromiso de las comunidades autónomas. Ellas tienen la responsabilidad como hasta ahora de proteger a las familias más vulnerables. Estos recursos no deben disminuir, sino adecuarse a la nueva realidad y aumentar, puesto que la situación que vamos a vivir en los próximos meses y el próximo año va a ser extremadamente complicada. Es momento de sumar los esfuerzos”.

Antes de esta crisis, en España había 600.000 hogares sin ingresos de ningún tipo y 2,5 millones de personas vivían en situación de pobreza severa (menos de 370 € al mes). En este contexto, una renta mínima estatal no es sólo un instrumento de justicia social, sino de inteligencia económica, que beneficia al conjunto de la población.

La renta estatal permitirá, entre otras cosas, que las personas inviertan en la compra de alimentos, el pago de suministros y otros servicios básicos, que moverán la economía local en unos parámetros de mayor dignidad para quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Más información sobre la Campaña #RentaMínimaSí:
https://participacionsocial.org/renta-minima-si

Que la infancia y la adolescencia no se vuelvan invisibles.



Esta pandemia, con cuarentena indefinida incluida, tiene mucho dicho y escrito sobre los adultos y más aún sobre los adultos mayores. Los riesgos, la letalidad del Covid-19 para ellos, e incluso un enorme debate sobre si corresponde ser coercitivo con las medidas de aislamiento, o si se debe apostar en todo caso a la conducta asertiva. Todo ello para cuidarlos de la enfermedad por coronavirus Covid-19, pero sin descuidar su salud mental y respetando sus derechos.


Entre tanta preocupación “adulta por los adultos” recordé que 
desde tiempos remotos la infancia y la adolescencia fueron invisibles para la sociedad.
Es más: durante la mayor parte de la historia del mundo no fueron tenidos en cuenta,
 o aún peor fueron sometidos y/o abusados por la sociedad de la época. 
Es hora entonces de priorizarlos o. al menos. 
Proponernos tenerlos en cuenta.
Infobae



Como dice Joan Manuel Serrat en uno de sus maravillosos poemas, “uno solo es lo que es y anda siempre con lo puesto”. Quizás por eso que yo no puedo dejar de pensar como pediatra...

Todos tenemos miedo, estamos más o menos asustados, o al menos inquietos con esta realidad tan incierta.

Qué difícil debe ser para los más pequeños no poder correr, saltar, tirarse del tobogán, caminar “sin ton ni son” y ensuciarse en el parque, el arenero o la plaza del barrio. Porque esa es su manera de conocerse y conocer el mundo, el que van construyendo junto a los adultos. Ni que hablar los que empezaban su etapa de socialización, de juego compartido, de pequeña rutina y normas de convivencia con sus pares.

¡Y qué decir de los adolescentes! Esa etapa tan compleja de la vida en la que necesitamos tanto de nuestros amigos, de ese otro espejo que nos va construyendo y modelando más allá de nuestros padres. Justamente esa enorme necesidad de ser un otro distinto de mi mamá y mi papá. Tan difícil y tan necesario para su independencia, autonomía y desarrollo de una vida adulta saludable. Entender en esta etapa de rebeldía y “ebullición” que tengo que quedarme en casa con mis padres 24/7 es pedirles un acto de solidaridad y responsabilidad social gigantesco.

A esta altura pensarán: ¿y que otra posibilidad hay? ¡Los estamos y nos estamos cuidando! Es verdad, pero se me ocurre que tal vez agradecerles por su compromiso para que todos estemos bien, mostrarles nuestra preocupación porque están “adentro”.

Incentivar, a la inversa de lo que recomendamos siempre, el contacto con pares a través de las redes sociales, los juegos grupales online, y las charlas con amigos por Zoom o similar.

La mayoría de los chicos tienen un celular, de ellos o de los papás que se lo podemos prestar para que estén comunicados, por esta vez sin quejarnos.

Y con los más chiquitos una enorme cuota de paciencia y tolerancia a los almohadones por el suelo, a alguna pared con crayón (aunque si tiene su cuarto es mejor que lo haga allí...) y a que corran alrededor de la mesa “todo el día”. Es su aporte a que nos quedemos en casa. En fin, todo esto pensando en que no nos olvidemos de ellos, que haya mucho hablado y escrito sobre cuánto nos preocupa lo que les pasa con esta pandemia, con tanta incertidumbre y tanto miedo rondando...

Y un capítulo aparte para aquellos niños que además cursan una enfermedad que no es COVID-19 y les corren las generales de la ley en todo lo dicho; para ellos y sus familias, el mayor respeto y solidaridad. Me atrevo a decir desde todos los que somos profesionales de la salud.

Para que la infancia y la adolescencia al menos en esta oportunidad no se vuelvan invisibles.

*Patricia Elmeaudy es médica pediatra del Hospital Garrahan

Reapertura de escuelas: ¿cómo decidimos qué es lo mejor?.



Una panorámica de las opciones que manejan 
desde distintos paises, distintos intereses...

Es la pregunta que todos formulan a medida que los países luchan por la importancia de la educación de los niños con el riesgo potencial de aumentar las infecciones por COVID-19. Algunas ciudades incluso han dicho que desafiarán a sus respectivos gobiernos y mantendrán cerradas las escuelas. Child in the City echa un vistazo a algunos de los enfoques que se están adoptando en Europa y qué lecciones potenciales se pueden extraer.

Children are not COVID-19 super spreaders: time to go back to school.

 Los niños no son súper propagadores de COVID-19: 
¿es hora de volver a la escuela?.

"En la actualidad, los niños no parecen ser súper contagiadores. 
Los datos de serovigilancia no estarán disponibles para confirmar o refutar estos hallazgos antes de las decisiones políticas urgentes que deben tomarse en las próximas semanas, como cómo y cuándo volver a abrir las escuelas. 
Las políticas para intervenciones no farmacológicas que involucren a niños tendrán que hacerse sobre una base de riesgo-beneficio con evidencia actual disponible.

Los gobiernos de todo el mundo deberían permitir que todos los niños regresen a la escuela, independientemente de las comorbilidades. Se necesitará una vigilancia detallada para confirmar la seguridad de este enfoque, a pesar de los análisis recientes que demuestran la ineficacia del cierre de escuelas en el pasado reciente.

Los medios de comunicación destacan una posible nueva vasculitis similar a Kawasaki que puede o no deberse al SARS. CoV2 no cambia el hecho de que COVID-19 grave es tan raro como muchos otros síndromes de infección grave en niños que no provocan el cierre de las escuelas. 
La evaluación del riesgo individualizada y la toma de decisiones por parte de los médicos deben realizarse para aquellos considerados con un riesgo excepcional (como inmediatamente después del trasplante de médula ósea) o donde hay otros miembros mayores de la familia con un riesgo significativo".

Acceso al artículo Children are not COVID-19 super spreaders: time to go back to school.
  1. Alasdair P S Munro1,2,
  1. Saul N Faust1,2
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http://dx.doi.org/10.1136/archdischild-2020-319474

La fuerza del grupo ante el virus de la soledad, Yamileth.

Aicha, Siham y Malak,
SPE L’Olivar,
Fundació Idea.

*Aicha, Siham y Malak son tres chicas migrantes que residen en SPE L'Olivar, y  que han creando al personaje Yamileth*un personaje que nos trae sus propias historias personales durante el confinamiento causado por la Covid-19.
Esta es su experiencia, y magnífica reflexión...

La fuerza del grupo ante el virus de la soledad.

Barcelona, 21 de mayo de 2020.

Soy Yamileth*, tengo 17 años, decidí emigrar desde Tánger, buscando nuevas oportunidades y un lugar donde empezar de nuevo; llegué a Barcelona en avión, con nada más y nada menos que un futuro incierto y un equipaje que cabía en una mochila de colegio. Decidí pedir ayuda y, al ser menor de edad, me trasladaron a un centro, que luego supe que se llamaba de protección y emergencia fuera de la ciudad Condal. A llegar, quedé maravillada por el entorno tan bonito y acogedor y por el recibimiento de las otras chicas que ya vivían allí.

Poco después de llegar al centro, una horrible noticia llegó hasta nosotras: un virus no conocido que se propaga con facilidad y contagia a hombres y mujeres, sobre todo a los mayores. Con el paso de los días, empecé a angustiarme, creo que porque teníamos que quedarnos en casa sin poder salir, con unas medidas de seguridad que asustaban y que nunca antes vi, y que tanto nosotras como los educadores y educadoras debíamos mantener: limpiarnos las manos una y otra vez a lo largo del día, usar mascarillas, mantener un metro y medio de distancia... Y, además, escuchar en la tele cómo iban aumentando los contagiados y los muertos y cómo el virus se iba  escampando por todo el mundo.

En esta situación, y separada de mi familia y de mi país de origen, sentí entonces (y siento aún) mucha preocupación y miedo porque sé que yo estoy protegida y cuidada y cuento con los medios necesarios para no contagiarse, pero mis padres, hermanos pequeños, abuelos, tíos y primos, como tanta otra gente en Marruecos, sé seguro que no tienen los medios que yo tengo. Empecé a tener pesadillas, me costaba dormir por las noches, hasta sentía dolor en el pecho durante el día y no podía dejar de pensar en ellos. Necesitaba contactar con ellos para oírlos, saber que estaban bien. Ellos se alegraban de que yo estuviera bien, pero yo seguía muy preocupada por ellos.

Con el paso de los días, fui sumando a mis preocupaciones mis deseos y anhelos que han quedado truncados por esta crisis sanitaria, paralizando así mi proyecto de vida. El tiempo corre y para mí el tiempo es muy importante. Estos pensamientos, que se pasean por mi mente una y otra vez a lo largo de los días, hacen que llore, a veces a escondidas, otras abrazada a alguna de mis compañeras, otras al hablar con mi educadora… Hay momentos en que noto que estoy perdiendo las fuerzas que tenía para seguir.

Sin embargo, un día como otro cualquiera, porque parece que todo ha quedado parado, alguien me dijo: “todo saldrá bien”. Hablé durante mucho rato con ella, mi tutora, y al final pude comprender que a pesar del dolor, algo podía aprender de este momento, algo que me pueda ayudar en un futuro a seguir con más fuerza y quizás mejorando, yo y el resto de la humanidad, en muchos aspectos que quizás muchos habíamos olvidado: la importancia del medio ambiente, decir a quien queremos que les queremos, el valor de ayudar y dejarse ayudar…

Y fue entonces cuando decidí empezar a valorar todos esos pequeños detalles diarios que, hasta ahora, me habían pasado por alto y que se escondían detrás de los grandes objetivos y prioridades, que ahora ya no lo son tanto, y que no veía. Así que decidí marcar un antes y después en cada momento, aprendiendo a disfrutar de los espacios conmigo misma como nunca antes había hecho, fortaleciéndome en mis buenos recuerdos y replanteándome nuevas metas, valorando el trabajo de acompañamiento que mis educadores y educadoras me prestan, la compañía de mis compañeras, que, aun sintiendo quizás lo mismo que yo, han estado a mi lado, acompañándonos mutuamente durante todo este tiempo y apoyándonos en largas charlas de desahogo. He dedicado tiempo y he descubierto el entorno tan maravilloso donde está el centro, disfrutando de momentos como el amanecer, los pajaritos, las flores… Que son vida, eso que tanto necesitamos ahora.

Me doy cuenta de todos los que mueren solos, de los enfermos y de los que lo pasan mal. Yo también lo pasé mal, estuve sola, y por eso me siento más cerca de todos ellos. Y por eso saldré hoy, como todos los días, a las 20 h al balcón, y aplaudiré con fuerza. Intentaré hacer llegar mi solidaridad y mi reconocimiento al personal médico y sanitario, pero también a los educadores y educadoras, cocineras, tenderos y tenderas, que en un momento así no nos hayan dejado solas.

¡Todo saldrá bien!.

Aicha, Siham y Malak,
SPE L’Olivar,
Fundació Idea.




La Fundació Idea, creada en 1985 en Sabadell (Barcelona) es una entidad sin ánimo de lucro que tiene como objetivo fundamental la promoción y atención a niños, adolescentes y jóvenes en situación de exclusión social o en riesgo de padecerla. El Servicio de Protección en la Emergencia L'Olivar, un centro gestionado por Idea, acoge y atiende a chicas adolescentes migrantes en una situación particularmente vulnerable.
Barcelona, 21 de mayo de 2020

¿Cómo están viviendo los chicos y chicas la escuela en casa?,



Encuentro en la segunda sesión del ciclo de participación online sobre la escuela en casa:
participan Néstor, Erika, María, Naiara y Fran, y modera Marina, de Santa Eulària des Riu
Sesión 2 – La escuela en casa
¿Cómo están viviendo los chicos y chicas la escuela en casa?.
  • Alumnos y alumnas hablan de los pros y contras del sistema de clases online y de la incertidumbre ante el desconocimiento de las fechas de reapertura de clases y de exámenes
  • Creen que esta es una oportunidad para repensar y mejorar los sistemas de evaluación, de deberes y de comunicación con profesores y centros
  • “El mayor error es intentar que todo sea igual que como si siguiéramos en cases presenciales”, opinan. “No podemos pretender trasladar las clases presenciales al entorno online, sino adaptarlas”
Ningún alumno o alumna imaginaba hace unos meses que las escuelas iban a cerrarse y que tendrían que adaptarse a un nuevo sistema de estudio y asistencia a clase en formato virtual. Debido a la cuarentena por la crisis del COVID-19 y la imposibilidad de las clases presenciales de forma temporal, las aulas se han convertido en plataformas de videollamada, las tutorías en mensajes de WhatsApp y los deberes les llegan en archivos de Word. Ante este panorama tan nuevo, y frente a la incertidumbre del futuro, ¿cómo han sido estos meses de escuela en casa para los niños, niñas y adolescentes.



Los primeros días, Erika, de Laviana (Asturias), los describe como como un caos: “Cada profesor lo sacó como pudo”, recuerda la adolescente de 16 años. “Me llegó información de un montón de lados”. El estado de alarma hizo que los centros educativos tuvieron que adaptarse de la noche a la mañana, y alumnos y profesores han mantenido el contacto a través de un sistema combinado de correos electrónicos, plataformas educativas online, videollamadas y aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp. En clase de Néstor, de Madrid, trabajan con varias plataformas al mismo tiempo: “Agradecería que se pusieran de acuerdo los profesores con una sola”, comenta el estudiante de 15 años.
Durante las primeras semanas de adaptación, la comunicación no ha sido tan fluida como lo era en persona: algunos señalan que es complicado contactar con los profesores o el centro de estudios en caso de dudas o problemas, mientras que otros no tienen queja. María, bilbaína de 15 años y participante en el proyecto Generación Z, señala que sus profesores cumplen: responden a los mensajes en seguida, tanto en horas lectivas como fuera de ellas. Fran, de 17 años y de Aljarraque (Huelva), reconoce que “al principio llega a ser confuso saber qué deberes tienes que hacer y cuáles no. Poco a poco eres capaz de organizarte”. Todos admiten que, pese a las dificultades iniciales, se han ido adaptando a este nuevo sistema de dar clases.

Un modelo nuevo: pros y contras

"Cuando empecemos de nuevo, tras el covid-19, deberemos inventar otra escuela"

Tres cosas básicas de la experiencia actual: 
Lo principal: a los niños les faltan los amigos.
Lo segundo: a los niños  les gusta pasar tiempo con sus padres.
Lo tercero: los niños están hartos de la tarea de manera virtual


Desde Roma, el célebre pedagogo italiano propone sacar las tareas en cuarentena y que la casa sea un laboratorio. 
Y para después del virus, aboga por aulas desjerarquizadas y centradas en la diversidad.






Francesco Tonucci

"Me arruiné las vacaciones". Francesco Tonucci sonríe al otro lado del teléfono y menciona una agenda interminable de videollamadas (con colegas, funcionarios, periodistas) que le impide un consumo típico de cuarentena, como libros o series. "Y va a seguir, porque me preguntan mucho por el después", agrega en perfecto español. Tonucci habla del Covid-19, como todos en estos días, pero especialmente de las infancias y de la escuela en este contexto de crisis, ilusionado con que sirva como oportunidad para cambiar el modelo educativo imperante.
Un currículum a las apuradas dirá que es pedagogo, escritor, dibujante, investigador y creador del proyecto internacional La Ciudad de los Niños y las Niñas, que se replica en más de 200 localidades de todo el mundo –unas 30 en la Argentina–, en las que se propone dar voz a los pequeños y brindarles espacios públicos donde puedan jugar en libertad. Uno de los que habló con él esta semana fue el ministro de Educación, Nicolás Trotta, que apoyó su iniciativa de que, cuando se abran completamente las ciudades, se les deje el primer día solo a los chicos y chicas, para que jueguen y las disfruten como nunca las vieron.
Francesco vive en Roma, "con el miedo de una persona vieja como yo, y la preocupación de que no se generen más problemas ahora que todo se empieza a abrir". Lo que más lo angustia es que hace más de 70 días no puede ver a sus hijos y, sobre todo, a sus nietos. "Estoy solo en mi casa, aislado, como todos, abriendo la puerta una vez a la semana para comprar". Al segundo se corrige. De hecho, el miércoles dio un paseo por su barrio, en la periferia de la capital italiana, por primera vez en dos meses. "Hice tres kilómetros, paseando por calles y monumentos que no conocía, cerca del Cementerio del Verano, que sorprendentemente tiene nombre español y aquí nadie sabe qué significa. Después de 50 años de transitar una ciudad que vive de manera caótica, con un movimiento espantoso, verla vacía es un efecto muy fuerte... Qué poder tiene un virus para conseguir parar el trabajo y el tráfico, dos dioses de nuestra cultura. Pensemos que aquí la contaminación aérea produce el doble de muertos que el Covid".

-¿Qué le dice su nieta de doce años?
-Lo mismo que estamos recogiendo de los chicos de nuestros Consejos de Niños de todo el mundo. Cuando empezó todo este rollo, me golpeó mucho que todos buscaran expertos para dar consejos a padres y maestros y nadie se preocupara por preguntarles a los niños qué pensaban y qué proponían, por lo cual le pedí a alcaldes e intendentes de nuestra red de ciudades, que convoquen al Consejo de Niños. Y lo que sale de esos testimonios son tres cosas básicas. Lo principal: les faltan los amigos. Esto ha sido mal interpretado, creyendo que decían "me falta la escuela". Pero no: les falta la escuela porque es el único lugar donde se encuentran sus amigos. Décadas atrás, se los encontraban en la calle, en el tiempo libre, para hacer otras cosas, inventar, jugar, y en la escuela estaban los compañeros de clase. Ya no es así: se perdió la calle. Lo segundo que dicen en las encuestas es que les gusta pasar tiempo con sus padres. Es un regalo de la pandemia. Muchos niños o no los conocían o los veían casi de casualidad. Ahora tienen que compartir y participan de las cosas de la casa. Lo tercero: todos manifiestan que están hartos de la tarea de manera virtual. Es algo que la escuela no ha entendido que no debía hacer. Por eso propuse aprovechar la casa para que sea un laboratorio, y que sean las acciones con los padres las verdaderas tareas, no las del libro de texto. Aprender a cocinar, coser, recuperar las fotos, pintar, y que la escuela trabaje con los niños sobre estas experiencias. Si "hacen pasta” y nada más, no sirve; veamos si hay matemáticas dentro de la cocina: hay pesos, proporciones, tiempos de cocción. O aprovechar para hacer lengua, escribiendo recetas, que no es escribir cualquier texto, debe ser útil para que otra persona que no me conoce pueda repetir el mismo plato. Cuando el mundo se amplíe de nuevo fuera de las casas, me gustaría que la escuela no perdiera este descubrimiento: que se puede trabajar sobre el mundo, el barrio, las historias, la naturaleza y los problemas ambientales, y no sobre los libros de textos.

-¿Cree posible un cambio en la escuela después de la pandemia?

¿Aprenderemos?: educación, pandemia y derechos de la infancia.

Mario Andrés Candelas *
Han pasado más de dos meses desde que se decretó el cierre de todos los centros educativos debido a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Más de dos meses sin que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes acudan a sus escuelas e institutos. A finales de febrero, aunque cueste recordarlo, no sabíamos quién era Fernando Simón, ni qué era eso de FPP2. Aquel febrero, cuando todo era “normal”, queda lejos.

En aquella añorada normalidad, antes de la COVID-19, nuestro sistema educativo presentaba elevadísimos niveles de segregación escolar por motivos socioeconómicos, altas tasas de repetición, la mayor tasa de abandono escolar de la Unión Europea y escasísimos avances, por no decir ninguno, en el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en lo que a educación inclusiva se refiere.

Si estos problemas ponían en peligro el derecho a la educación de buena parte del alumnado, la cuestión no estaba mejor en cuanto al alcance de otros derechos de la infancia, ya que en torno al 20% de niños y niñas vivían en riesgo de pobreza, no existía una ley integral contra la violencia hacia la infancia y Save the Children advertía, en enero de 2020, que el nacer en un hogar pobre afectaba gravemente, entre otras cuestiones, a la salud y a las posibilidades de éxito educativo de los niños y niñas en nuestro país.

Y así, con los deberes sin hacer, nunca mejor dicho, nos llegó la pandemia. En este periodo de confinamiento y cierre de centros educativos estamos comprobando cómo los derechos de los niños y niñas tampoco están ocupando un lugar prioritario. En este aspecto parece que la “vieja normalidad” y los tiempos de la COVID-19 se parecen bastante. Intentaré justificar esta afirmación en lo que al derecho a la educación se refiere.

Los centros educativos se cerraron de forma apresurada, sin saber por cuánto tiempo, ni cómo podrían atender al alumnado. Poco a poco, las autoridades educativas fueron dando algunas pistas: el sistema educativo no puede parar, sigue a distancia, sin presencialidad. Un cambio que, en la mayoría de los casos, hubo que hacer sin medios, sin tiempo, sin formación. Ni para los centros, ni para el alumnado, ni tampoco para las familias. No se me ocurre mejor definición que la que propone Jesús Rogero: ficción educativa. Y es una ficción porque ha delegado la responsabilidad que tiene la administración educativa al criterio de los equipos directivos y a la buena voluntad de los docentes. Todo ello supeditado a la disposición de recursos por parte del alumnado y a la capacidad y tiempo de las familias de prestar ayuda a sus hijos e hijas. Y también  porque no tiene en cuenta el contexto de emergencia sanitaria en el que vivimos; como dice Carlos Skliar, “un mundo en estado de excepción no puede pedirle normalidad a la escuela”.

Esta ficción es, además, muy peligrosa porque aumenta la desigualdad preexistente en el sistema educativo. Es importante recordar que para alcanzar de forma efectiva el derecho a la educación es necesario garantizar el acceso, la participación y el logro de todo el alumnado. Es decir, ni el derecho a la educación se garantiza en lo presencial con una silla y una mesa en la escuela para cada alumno, ni en lo virtual con wifi y un ordenador en cada casa, la cuestión es mucho más compleja. Ahora bien, la virtualidad ha puesto de manifiesto muchas de nuestras carencias y la falta de respuesta que estaba ofreciendo el sistema educativo a aquellos que más lo necesitaban. Antes, en la presencialidad, no promocionaban de curso, faltaban a clase, tenían dificultades de aprendizaje y abandonaban. Ahora, directamente, no están. La virtualidad les ha expulsado. El rey, como en la fábula, estaba desnudo y ha tenido que venir esta pandemia para que, efectivamente, nos demos cuenta.

El cierre de las escuelas está afectando de forma desigual al alumnado dependiendo de sus condiciones económicas, culturales, sociales y personales, y también de la respuesta que está ofreciendo cada escuela y cada docente, que son de una gran diversidad. Por esto, al contrario de lo que pueden pensar algunos, es tan grave. Es importante, más en estos tiempos, entender que hay realidades más allá de la que nosotros vivimos en primera persona. Esto también ocurre en el espacio social que es la infancia, habitada por niños, niñas y adolescentes diferentes, que están viviendo este tiempo de confinamiento y centros educativos cerrados de formas diversas y desiguales, tal y como ha recogido la investigación “Infancia Confinada”. De esta diversidad y desigualdad nace la necesidad de ofrecer, desde el sistema educativo, respuestas equitativas y diferenciadas que, por el momento, no se han puesto en marcha.

La escuela, más allá de su función educativa, debe ejercer como una institución compensadora de desigualdades. Esta acción compensadora podría haberse intentado mantener y fortalecer incluso en estos tiempos de confinamiento, pero no se ha hecho, a pesar de que las escuelas ya llevan más de dos meses cerradas y parece que no se volverán a abrir hasta septiembre (y veremos cómo). Esto supondrá que las niñas y niños habrán estado seis meses sin acudir a la escuela. De este hecho, lo que menos me preocupa es la falta de adquisición de contenidos. Estoy más preocupado porque un gran número de niños y niñas habrán estado lejos del contacto con sus iguales, de un ambiente que posibilita la convivencia y de un contexto cultural enriquecedor. El sistema educativo, tal y como hemos visto, no era perfecto ni permitía la movilidad social como prometía, pero, para muchos niños y niñas era la única ventana al mundo, más allá de sus familias.

Esta pandemia ha hecho reales cosas que parecían imposibles, como el propio cierre de las escuelas. Esto pone de manifiesto que podemos realizar cambios profundos y significativos, tanto en el sistema educativo como en las políticas de infancia, con el objetivo de alcanzar de forma efectiva los derechos de los niños y niñas. Es cuestión de voluntad y de establecer un nuevo orden de prioridades. Esperemos que, como dice Boaventura de Sousa, esta pedagogía cruel que nos ha traído el virus nos sirva para imaginar y construir una escuela “otra”, que no se parezca a la que teníamos en la vieja normalidad, centrada en el alumnado y sus familias, en la relación con el contexto, en la convivencia, en el cuidado mutuo y de nuestro planeta, en la generación de conciencia crítica, de significado y de sentido, en la que nadie sobre ni sea expulsado. Una escuela que aporte para la construcción de sociedades más justas, donde las personas, en especial aquellas que más lo necesitan, sean la prioridad. Ahora bien, también existe el peligro de que, como decía Saskia Sassen, no aprendamos nada de todo esto y la “nueva normalidad” se revele más cruel que nunca.

* Mario Andrés Candelas. Es educador social y pedagogo. Miembro de Enclave de Evaluación.

Revista Sociedad e Infancias: COVID-19.






    Covid-9,  Llamada  Extraordinaria  a  Contribuciones.


La irrupción de un fenómeno como el de la pandemia provocada por el COVID-19 
está cambiando la vida social en todo el mundo a un ritmo muy acelerado. 
Los hábitos y las formas de vida cotidiana se ven alterados de múltiples maneras 
o se detienen por completo. 
Pero, a la vez, aparecen nuevas formas de socialidad 
que dan cuenta de la capacidad de reacción de los seres humanos frente a las amenazas.


Los niños, niñas y adolescentes no son ajenos al impacto de la enfermedad ni a sus consecuencias en sus familias, en sus comunidades, en sus países o en el mundo entero. 
Antes al contrario, como co-constructores de la vida social experimentan de distintas maneras los cambios que se están produciendo y son conscientes del desafío que estos representan para las categorías establecidas, como son las relaciones adultos/niños, tecnología/naturaleza, política/economía, igualdad/desigualdad, bienestar o pobreza. 
La vulnerabilidad frente al coronavirus alcanza a todos, pero las consecuencias tienen diferente cariz, dependiendo del lugar en que se viva y de la posición que se ocupe en la escala social.

La comunidad que formamos los estudiosos de la infancia no somos ni podemos ser ajenos a la reflexión sobre lo que está significando la pandemia para niños y niñas, las consecuencias sociales que está teniendo ahora y las que puede tener en el futuro un fenómeno que, sin duda, será una marca en sus biografías personales, a la vez que pensar en las oportunidades que pueden surgir para una infancia cada vez más protagonista.

SOCIEDAD E INFANCIAS abre su espacio de intercambio entre académicos/as y estudiosos/as de la infancia del ámbito iberoamericano para recibir esas reflexiones de urgencia, o bien el relato de esas actuaciones que espontáneamente se ponen en marcha para y por niñas y niños, e incluso para conocer las investigaciones sobre el terreno que pueden estarse realizando en nuestros países de América Latina y el Caribe, Brasil, Portugal y España.

CARACTERÍSTICAS DE LA LLAMADA:

- Textos de una extensión de entre 1.000 y 2.500 palabras (1)
- Enviados a través de la plataforma de la revista: http://revistas.ucm.es/index.php/SOCI
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- Hasta el 20 de mayo de 2020 

- Contacto: Secretaría de la Revista: sociedadeinfancia@ucm.es
SOCIEDAD E INFANCIAS es una revista interdisciplinaria, cuyo objetivo es promover el conocimiento científico sobre las vidas de los niños, niñas y adolescentes, principalmente en el ámbito español, portugués e iberoamericano y orientado en la línea de los nuevos estudios de infancia.

(1) Los textos recibidos tendrán el carácter de “Otras Colaboraciones” de la revista Sociedad e Infancias, si bien no tendrán necesariamente que ajustarse a las recomendaciones establecidas para la estructura de los artículos para esta sección, sino que podrán tener un estilo más libre.

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