Es prioritario que los niños vuelvan a la escuela con todas las garantías de salud y seguridad., UNICEF.


Bajo ese nombre, UNICEF recopila en una guía principios básicos 
para asegurar el derecho a la salud al reabrir los centros educativos 
y apoyar a las comunidades autónomas.

"La educación no puede parar. 

Cada vez que se detenga la escuela por el COVID-19
habrá niños que no tendrán garantizados sus derechos a la salud, 
la educación y la protección”



El Gobierno estudia cómo llevar a cabo la reapertura de las escuelas para el próximo curso escolar y, desde UNICEF España, aportamos una serie de medidas con el objetivo de que sirvan para dar respuesta al reto excepcional al que se enfrenta el sistema educativo: proteger el derecho a la salud de todos los niños para garantizar su derecho a la educación.

En el informe COVID-19: Proteger la salud en las aulas, que acabamos de lanzar, ofrecemos una serie de propuestas para una vuelta segura de los centros educativos

Coronavirus: la educación no puede parar

“La educación no puede parar. Cada vez que se detenga una escuela a consecuencia del COVID-19, habrá niños que no podrán ver garantizados sus derechos a la salud, la educación y la protección”, señala nuestro presidente Gustavo Suárez Pertierra.
“Sin embargo, para la reapertura segura de las escuelas, es esencial que se cumplan una serie de condiciones. En este sentido, confiamos en que este informe que incluye unas medidas claras y detalladas, sea una herramienta útil”, añade. 
Desde el comienzo de la crisis, en UNICEF España hemos estado apoyando los esfuerzos del Gobierno para atender las necesidades inmediatas de la emergencia a través de la entrega de suministros de salud, desarrollo de contenidos educativos o la puesta en marcha de herramientas de apoyo para el personal que se ocupa de atender a niños en centros de protección, pero es el momento de apoyar el siguiente paso: la planificación y la preparación para la vuelta a las aulas.  
Este informe es una adaptación al contexto español basada en las directrices internacionales elaboradas conjuntamente por UNICEF, OMS y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja para el funcionamiento seguro de los centros escolares y en el marco de trabajo de la Coalición Global por la Educación (UNICEF, UNESCO, PMA y Banco Mundial).

Coronavirus: escuelas, entornos de transmisión

“No podemos olvidar que las escuelas, junto con los centros de trabajo y el transporte público, pueden ser uno de los principales entornos de transmisión del COVID-19. Por eso es esencial que su reapertura se realice con todas las garantías, que todas las autoridades educativas colaboren para hacerlo posible y que cada comunidad educativa, cada uno de sus miembros, se haga responsable de las medidas necesarias para una vuelta a clase con todas las garantías higiénicas, de salud y seguridad”, explica nuestro responsable de Educación Nacho Guadix.
Para garantizar la reapertura segura de los centros educativos, recordamos la necesidad de disponer de un marco legal acorde a la situación y que cuente con la financiación suficiente. Es crucial también que pueda establecerse un sistema de información que monitorice la evolución de la puesta en marcha de las medidas.
Además, en cualquiera de las fases de la emergencia que pudieran desarrollarse a partir de este momento, deben garantizarse: el funcionamiento seguro del centro educativo, la continuidad del aprendizaje, la inclusión de las personas y colectivos más vulnerables y el bienestar y la protección de la infancia en todo momento.

Coronavirus: 4 propuestas para asegurar la #SaludEnLasAulas

En este sentido, nuestro informe recoge una serie de propuestas en cuatro ámbitos fundamentales: 
1.    Seguridad: para que los centros educativos puedan abrir, es necesario que lo hagan en condiciones de funcionamiento seguro. Esto supone un esfuerzo de recursos, dedicación y tiempo que implica a toda la comunidad educativa y que requiere del apoyo de las autoridades. Los centros educativos deben asegurar el cumplimiento del distanciamiento físico recomendado y el aislamiento de las personas contagiadas, así como seguir procedimientos adecuados de limpieza y desinfección de aulas y espacios comunes.
2.    Aprendizaje: la capacidad de respuesta de los centros educativos, los docentes y las familias ha sido muy diversa y ha estado condicionada por factores estructurales, y también emocionales, que hay que tener en cuenta al reanudar la enseñanza presencial. Urge adoptar medidas y procedimientos que permitan la recuperación de lo perdido y aseguren el cumplimiento de los objetivos del nuevo curso. Entre nuestras propuestas está el uso de plataformas digitales de enseñanza gestionadas por las administraciones educativas que garanticen la homogeneidad y la calidad del acceso.
3.    Vulnerabilidad: la educación es esencial para la reducción de las desigualdades en la sociedad y, para ello, es clave asegurar el acceso y la continuidad en el proceso educativo de los colectivos más vulnerables y con menor capacidad de resiliencia. En concreto, una de nuestras propuestas es que los niños de los grupos más vulnerables sean objeto de especial consideración al planificar la reapertura gradual de las aulas, valorando la posibilidad de darles prioridad en el acceso a las clases presenciales.
4.    Protección: es necesario asegurar que la función compensatoria que ejerce la escuela se desarrolla, especialmente en los aspectos de salud física y mental de los niños. Para los niños que ya estaban en riesgo de abuso, maltrato o negligencia, el confinamiento ha podido suponer un agravamiento de su situación. Proponemos, entre otras medidas, reforzar la figura del Coordinador de Protección en los centros educativos para ayudar a los alumnos que puedan estar enfrentándose a situaciones difíciles. Además, es necesario tener en cuenta los peligros adicionales a los que se han expuesto los niños a través del uso intensivo de las TIC en su tiempo de estudio y entretenimiento. 
El estado de alarma que comenzó el 14 de marzo, y que derivó en el cierre de las escuelas, ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del sistema educativo, de las familias y de los propios niños ante una situación insólita. A la vez, esta emergencia ha permitido percibir el enorme valor de compensación social que tiene la escuela en España, aun con todas sus limitaciones y carencias.

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