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‘El alto precio de la belleza: Explotación laboral infantil en la cosmética mundial’,

Gran parte del crecimiento de la industria cosmética podría producirse 
a expensas de los niños o de su explotación laboral.
Investigación sobre millones de niños trabajan en la producción de ingredientes para cosméticos.
«Puede que los productos libres de crueldad no incluyan pruebas con animales, 
pero es probable que incluyan ingredientes obtenidos con el explotación laboral infantil»

El mercado mundial de cosméticos está creciendo rápidamente, impulsado por los cambios en los  vida, la creciente  conciencia de los consumidores, el aumento de los ingresos disponibles el papel de las redes sociales y los influencer.

Valorado 532,43 mil millones de dólares americanos en 2018, el mercado mundial de cosméticos experimentó una rápida contracción del 15% durante la pandemia mundial de COVID-19 en 2020, volviendo al crecimiento en 2021.
Se espera que alcance un valor de 622.000millones de dólares en 2028. 
Sin embargo, a menos que cambien las políticas mundiales y nacionales, aumente la responsabilidad de las empresas y los consumidores tomen medidas, gran parte del crecimiento de la industria cosmética podría producirse a expensas de los niños o de su explotación.


La investigación identificó ingredientes en cosméticos que tienen "un alto riesgo de trabajo infantil" en su abastecimiento y producción.

«En las minas ilegales de la India y el Congo, los niños mueren en pozos mineros derrumbados mientras excavan en busca de minerales que nos ayuden a brillar y a retrasar el envejecimiento. La enrevesada naturaleza de las cadenas de suministro mundiales hace que las familias no ganen lo suficiente para mantener a sus hijos escolarizados y sin trabajar. Mientras la demanda y los beneficios de las empresas cosméticas aumentan, también lo hace el riesgo de trabajo infantil», ha alertado la responsable de Sensibilización y Relaciones Externas de World Vision, Daniela Buzducea.

El informe de World Vision también revisa las políticas de las siete mayores empresas de belleza en 2018, y de nuevo en 2022, y se observan «avances en la documentación de las normas de los proveedores, la formación, la disponibilidad de líneas directas y las auditorías». Si bien, en el mismo período también se observa «un aumento masivo» de niños y niñas que trabajan para recolectar ingredientes utilizados en cosméticos como el cacao, el cobre, la mica y la vainilla...

Código de autorregulación de la publicidad infantil de juguetes

Código de autorregulación de la publicidad infantil de juguetes
Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ)
Año de edición: 2022.



Las niñas y niños, al igual que el resto de la ciudadanía, tienen derecho a ser informados sobre los productos que les interesan y perciben la publicidad como parte de su vida cotidiana. 

 El presente Código se inserta en el marco de la estrategia de protección del menor que lleva desarrollando la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) desde 1993, y cuyo objetivo es promover el derecho a la comunicación comercial y a la libre competencia de las empresas jugueteras, salvaguardando los intereses de la infancia.

Han transcurrido casi tres décadas desde que la AEFJ y la UCE firmaran el primer código de autorregulación de la publicidad en España, el Código Deontológico para la Publicidad Infantil,
al que posteriormente se adhirieron las asociaciones de consumidores: ASGECO, ATR, AUC, CECU, FUCI, HISPACOOP y UNAE. 
Su aplicación a partir del año 2003 se encomendó al organismo español de autorregulación publicitaria, AUTOCONTROL
Durante este periodo se han producido cambios tecnológicos, comunicativos y socioculturales que han tenido repercusiones legales y normativas sobre la publicidad de juguetes, que han exigido actualización de este documento en 2010 y 2015 y ahora en 2021. 

Las empresas adheridas al Código se comprometen a respetar en su publicidad dirigida a menores las normas contenidas en él, a través de las cuales se precisa y amplía el alcance de las obligaciones legales exigibles a la publicidad y promoción de juguetes dirigida a NNA, en beneficio del interés general, de los consumidores y del mercado.

El Código entrará en vigor el día 1 de diciembre de 2022 para todos los anuncios que se emitan por primera vez a partir de esa fecha. Los anuncios ya emitidos antes de esa fecha tendrán un periodo de un año para adaptarse a las nuevas disposiciones deontológicas, hasta el 1 de diciembre de 2023.

Recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño para proteger los derechos de la infancia en el entorno digital.

Durante el mes de marzo de 2021, El Comité de los Derechos del Niño publicó su Observación General núm. 25 sobre cómo proteger los derechos de la infancia en el entorno digital. 

El objetivo de esta observación general es otorgar directrices interpretativas sobre cómo los Estados parte deben aplicar la Convención sobre los Derechos del Niño en relación con el entorno digital, así como ofrecer orientación sobre las medidas legislativas y normativas para que las niñas, niños y adolescentes puedan hacer uso de su derecho a la información y comunicación, a través del entorno digital, de una manera segura. 

Es importante señalar que, en la elaboración de estas recomendaciones, el Comité realizó un proceso de consultas que tuvo en cuenta las opiniones de más de 700 niños y niñas de diferentes edades y países. Desde la Plataforma de Infancia hicimos llegar al Comité las aportaciones propuestas por los 70 chicos y chicas participantes en el VIII encuentro estatal de la red Cibercorresponsales en 2019.

Cibercorresponsales es la red de la Plataforma de Infancia en la que participan alrededor de 900 chicas y chicos de 12 a 17 años a través de blogs en los que tratan cuestiones que les interesan, les preocupan o les afectan directamente. En el Ciberencuentro los chicos y chicas reflexionaron sobre la ciberseguridad y elaboraron un posicionamiento consensuado respecto al borrador del Comentario General. Este posicionamiento incluía, entre otras cuestiones, su preocupación sobre «cómo afrontar los bulos, las cadenas de mensajes, los contenidos ofensivos y con cualquier expresión de violencia”, así como propuestas como «fomentar una enseñanza adecuada a los usuarios, que permita un aprendizaje progresivo a todas las edades, permitiendo así tener un mayor conocimiento sobre el verdadero uso de las redes y también sobre los medios que existen para protegernos”. 

De acuerdo con el Comité de los Derechos del Niño, el entorno digital ofrece nuevas oportunidades para hacer efectivos los derechos de la infancia, aunque también plantea riesgos relacionados con su violación o abuso. El reconocimiento del derecho de los niños, niñas y adolescentes en un entorno digital debe tener muy presente los cuatro principios generales de la Convención:

  • No discriminación.
  • Interés superior del menor.
  • Supervivencia y desarrollo.
  • Respetar el punto de vista de los niños y niñas.

En este sentido, el Comité establece las recomendaciones del Estado para dar cumplimiento a dichos principios, así como a las medidas generales de aplicación, requiriendo una amplia gama de medidas legislativas, administrativas y de otra índole, incluidas medidas preventivas.  

Asimismo, el Comité hace una mención especial a las obligaciones de los Estados en relación con las empresas, de forma que estas cumplan con sus obligaciones de respetar los derechos de la infancia e impedir y reparar toda vulneración de sus derechos en relación en el entorno digital.

Si bien el Comité se pronuncia sobre los derechos de la infancia en el entorno digital en relación con cada una de las áreas temáticas, una de las principales preocupaciones del Comité es la violencia que se ejerce contra la infancia en internet, en particular en épocas de crisis, como la actual pandemia. Por ello, se insta a los Estados a diseñar y ejecutar normativa que proteja a los niños de contenidos engañosos y nocivos, de todas las formas de violencia que se producen en el entorno digital como, por ejemplo, ciber agresiones, trata de niños o extorsión por información.  

Durante la pandemia, la brecha digital, que afecta a más de un millón de niños, niñas y adolescentes en España se ha hecho más visible, especialmente por las dificultades para acceder a internet, la falta de dispositivos adecuados, supresión de recursos de apoyo, entre otros. Esta situación supuso que, debido a las diferencias socioeconómicas, muchas niñas y niños no pudieron seguir su formación como lo hacían sus compañeros y compañeras. Es importante destacar que España aún no ha traspuesto la Directiva (UE) 2018/1808, cuyo objetivo, entre otros es, evitar de forma efectiva el acceso de los niños y niñas a contenidos adultos. España además se comprometió en 2018 a elaborar una ley dirigida a garantizar los derechos de la infancia ante el impacto de internet y garantizar su seguridad.  

«Un acceso significativo a las tecnologías digitales puede empoderar a los niños, niñas y adolescentes y ayudarles a realizar toda la gama de sus derechos civiles, políticos, culturales, económicos y sociales. Si estas tecnologías sólo están disponibles para algunos niños y no para otros, se producirán mayores desigualdades y se verán afectadas sus oportunidades de futuro», explicó Luis Pedernera, presidente del Comité. 

El texto completo de la Observación General 25 del Comité de los Derechos del Niño puede consultarse en español en el apartado Observaciones Generales de nuestra web.

Fuente web de la Plataforma de Infancia

La nueva publicidad infantil entra en los hogares a través de vídeos divertidos y cotidianos protagonizados por niños reales de carne y hueso.

Niños ‘influencers’( niños influyentes) y regalos de Navidad: 
¿dónde está el límite de la nueva publicidad de juguetes?. 
¿Niños Trabajadores en la Publicidad?. ¿...en la publicidad dirigida a sus coetáneos?

Llega la Navidad un año más y con ella la publicidad de juguetes. Más allá de los anuncios tradicionales, la nueva publicidad infantil entra en los hogares a través de vídeos divertidos y cotidianos protagonizados por niños reales de carne y hueso. Este artículo analiza el papel que están ocupando los kid influencers –niños influencers– en Youtube, por qué resultan tan atractivos y ofrece evidencias de su influencia.

El objetivo es hacer una llamada a una mayor regulación de este tipo de publicidad y, sobre todo, al fomento de una educación digital publicitaria en familia y en la escuela, la mejor y más útil herramienta que tenemos a nuestra disposición.


Los reyes del consumo de medios infantil

Youtube se ha convertido en el rey del consumo infantil, por encima de la televisión tradicional e incluso de las plataformas de streaming. Durante el confinamiento de 2020, el 78 % de los niños veían con asiduidad vídeos de Youtube. Ahora es la plataforma favorita de los niños entre 5-14 años, que pasan en ella una media de 85 minutos al día.

Dentro de este medio de comunicación es creciente la presencia de los llamados kid influencers. Son niños y niñas que graban actividades cotidianas (jugar, comer…) en vídeos de formato corto y divertido. Muchas veces, ayudados por sus padres y con contenido de marcas incluidos. Estos influencers tienen millones de visualizaciones e incluso están doblados en múltiples idiomas.

No consuma noticias, entiéndalas.

Algunos de los kids más populares en Youtube son El mundo de Ryan, con 30 millones de suscriptores (y que ha dado el salto a la televisión: en España lo podemos ver en Clan TV) o Sis and Bro, con más de 16 millones. En español, son muy conocidas Las Ratitas (24 millones de suscriptores) o Dani y Evan (3,16 millones), que han sacado incluso libros de sus aventuras.

Esta plataforma basa sus recomendaciones en algoritmos e insiste en el contenido que sabe que gusta a cada niño. Así, hace que nuestros hijos puedan pasar horas “pegados” a una pantalla viendo a otros niños abrir sobres sorpresa o jugar con sus juguetes en bucle. Horas y horas de los mismos impactos. Pero ¿saben los niños identificar que muchos de esos vídeos son publicidad?, ¿influyen en sus decisiones de compra?, ¿debemos ponerles límites?

Influencia probada: “Quiero eso”

La influencia de la publicidad en los niños es uno de los temas más trabajados desde la comunidad científica. 
Las investigaciones nos dicen que los niños a partir de cinco años empiezan a distinguir la publicidad tradicional de otro tipo de contenido. Pero hasta los 9-11 no comprenden correctamente la intención persuasiva de estos mensajes. Además, los niños en edad escolar pueden diferenciar la publicidad, pero no muestran resistencia cuando el mensaje persuasivo viene de sus redes de confianza o celebridades. Es decir, les influye más un contenido que viene de un influencer que de un spot tradicional.

La influencia de los kid influencers se produce en un proceso persuasivo de diferentes capas:

  1. Los niños quedan fascinados por una estética divertida e inmersiva que les hace tener una actitud positiva hacia el personaje y lo anunciado.

  2. Se crea una ilusión de intimidad que genera una relación especial con esos personajes en el tiempo (algo que se llama parasocial interaction).

  3. Se produce una identificación aspiracional con ellos, tal y como también sabemos que ocurre con los personajes de ficción seriada. De ahí que muchos padres y madres habrán escuchado a sus hijos decir “quiero eso” cuando ven este tipo de vídeos. Quieren tener lo que tienen ellos y, finalmente, ser como ellos.

Con la señalización no es suficiente

Aunque algunos de estos vídeos estén identificados como publicidad cuando hay una marca (no lo están todos), su influencia comercial sigue siendo predominante en unos niños que no tienen la madurez crítica necesaria para entender completamente un mensaje publicitario. Muchos de ellos ni siquiera saben leer de manera correcta, por lo que habría que armonizar una señalización que incluyera avisos orales, entre otras cuestiones. Es necesaria más regulación de este tipo de contenido publicitario por parte de las plataformas: reducir la presencia de marcas, las recomendaciones que hace el algoritmo y valorar qué tipo de productos es adecuado que se publiciten. Mención especial se llevarían, por ejemplo, la comida ultraprocesada que tan presente está en estos contenidos y que puede promover un estilo de vida poco saludable entre los pequeños, aunque no haya una marca concreta detrás.

Fomento del consumismo exacerbado

No podemos poner vallas al campo inmenso que es Youtube. Tampoco hay que alarmarse porque mucho del contenido de juguetes que ven es inofensivo, aunque de manera reiterada puede fomentar un consumismo exacerbado, especialmente en esta época del año, o no coincidir con los valores que quieren inculcar los padres.

Se recomienda ampliar el contenido que los niños pueden ver en Youtube y reducir o negociar el cambio de vídeos si han estado mucho tiempo viendo un tipo de contenido específico como los kid influencers. Sobre todo, es bueno sentarnos con ellos para reflexionar cuando aparezca una marca en ese contenido y reflexionar con ellos sus decisiones de consumo.

Por otro lado, es muy recomendable analizar este tipo de contenido en los colegios desde las primeras etapas de Educación Infantil, ya que la reflexión pausada con otros compañeros reforzará la actitud crítica y una auténtica alfabetización mediática que irá creciendo con los años.

Tal y como nos muestra la ciencia, los niños pueden aprender a entender la publicidad, también en los complejos escenarios en línea. Y es lo más efectivo que tenemos por el momento.

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N.R.: En todo esto hay  un trasfondo que recorre toda esta sociedad: estos fenómenos que "padecen" los niños, ¿no son similares a los que "disfrutan" los mayores de edad?. Usando indebidamente el concepto "infantilización"  hay estudios y se han hecho análisis similares sobre los adultos y la publicidad, en los que la posición de una parte no pequeña de la sociedad adulta se vería perfectamente y similarmente retratada. 
Si parte de la sociedad importante adulta no está madura para soportar, analizar y comprender la presión, los significados y la potencia persuasiva de la publicidad, por qué hemos de hacer lo "apropiado" con los niños, y no con los adultos?. 
Y si un ejemplo vale más que mil palabras,  qué pretendemos con sermonear, restringir a los niños..., si los adultos se dejan llevar, alucinan... con los anuncios igual que aquellos?.
¿No estará esta contradicción más allá de donde la estamos planteando?.

Otro punto importante es la perspectiva de niños trabajadores de estos niños influyentes.

“La regulación de la comunicación audiovisual en España: la búsqueda de un consenso de mínimos para la protección de los derechos del niño”

Colaboran la Cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial-ICADE 
y la Cátedra de Comunicación en Infancia y Adolescencia-UCM

Tendrá lugar el próximo día 23 de noviembre, 9,15h 
presencial en la sede de la Universidad Pontificia Comillas 
y también podrán seguirse por streaming.

INSCRIPCIONES EN LOS SIGUIENTES ENLACES
ONLINE- https://eventos.comillas.edu/74505/
PRESENCIAL- https://eventos.comillas.edu/74520/
                       AULA P. MARTÍN DE NICOLÁS (E-308).

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Los niños son personas consumidoras vulnerables y tenemos la obligación de protegerles frente a la publicidad.

El Gobierno regulará la publicidad de alimentos perjudiciales a la salud infantil
 para defender sus intereses frente a los de la industria alimentaria.



El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha anunciado que su cartera regulará, a través de un real decreto, la emisión de publicidad de alimentos y bebidas no saludables cuando se dirija al público infantil y adolescente. 
Según Garzón, el sistema de autorregulación que lleva vigente desde 2005 se ha mostrado "insuficiente", tal y como muestran los datos de sobrepeso y obesidad que afectan a los niños y niñas españoles y de los que la publicidad es una de las causas. 

La normativa afectará a cinco categorías de productos que no podrán hacer publicidad a menores independientemente del contenido de nutrientes. 
La primera categoría es la de productos de confitería de chocolate y azúcar, barritas energéticas y coberturas dulces y postres. 
Le sigue el grupo de alimentos que incluye pasteles, galletas dulces y demás productos de pastelería. 
Tampoco se podrán anunciar otras tres categorías que conforman los zumos, las bebidas energéticas y los helados. 
Para el resto de categorías de productos, se establece un límite de contenido en nutrientes por cada 100 gramos. En este caso, se podrán anunciar siempre y cuando las grasas totales y saturadas, el azúcar total y añadido y los niveles de sal se mantengan por debajo de los límites establecidos cada producto.

Consumo así opta por un marco regulatorio mínimo para seguir las recomendaciones de los organismos internacionales y asimilar la normativa española a la de países como Reino Unido, Portugal o Noruega. "Los niños son personas consumidoras vulnerables y tenemos la obligación de protegerles frente a la publicidad", ha señalado el ministro en una rueda de prensa junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

En su comparecencia, Garzón ha informado sobre algunos aspectos de la nueva normativa que afectará a los horarios de protección reforzada y a los espacios publicitarios de programas destinados al público infantil. Asimismo, regulará tanto televisión lineal como no líneal, contenidos radiofónicos, salas de cine y publicidad en internet, redes sociales, webs o app móviles, cuando los contenidos se dirijan a menores de 16 años. La normativa incluirá también limitaciones en la publicidad de medios impresos. A partir de estas premisas, las empresas podrán tener su propia autorregulación siempre y cuando supongan un marco de protección superior al de la propia norma.

Los horarios de protección reforzada de los canales de televisión generalista van de lunes a viernes, entre las 08:00 a 9:00 y de 17:00 a 20:00 horas, y los sábados y domingos, entre las 9:00 y las 12:00 horas, mientras que la prohibición en los canales infantiles de televisión será permanente.

    
    .- En España, 1 de cada 3 niños y niñas sufre sobrepeso u obesidad
    .- La publicidad es una de las causas de esta cifra pic.twitter.com/aiwDdHtWmi 
    .- Ministerio de Consumo (@consumogob) 28 de octubre de 2021

23,3% de niños con sobrepeso
El Ministerio se ha apoyado para tomar esta decisión en el estudio ALADINO 2019 –relativo a niños y niñas de entre 6 y 9 años– donde se refleja que un 40,6% tiene exceso de peso, de los que el 23,3% está en niveles de sobrepeso y el 17,3% sufre obesidad. El estudio, elaborado por la Agencia Española de Nutrición y Seguridad Alimentaria (AESAN), muestra que los progenitores de los menores con exceso de peso –que incluye tanto a quienes tienen sobrepeso como a quienes tienen obesidad– no perciben el problema y frecuentemente consideran su peso como normal o sólo como ligero sobrepeso. El 88,6% de los padres de escolares con sobrepeso no lo perciben como tal. La cifra se sitúa en un 42,7% cuando se trata de obesidad y en el 19,1% cuando el niño o niña sufre obesidad severa.
En cuanto a la calidad de su alimentación, el informe detalla que un 76,2% de los escolares ha de mejorarla. Aunque ha aumentado el consumo de fruta respecto a años anteriores, solo un 20,1% de los escolares la consume habitualmente en el desayuno, mientras que los alimentos que deberían ser ocasionales tales como galletas, pasteles, bollería, batidos, néctares y golosinas se consumen incluso cuatro o más veces por semana, en un porcentaje elevado de escolares.

Barcelona regula la presencia de publicidad en el espacio público
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona ha anunciado que el Consistorio regulará, mediante dos instrucciones municipales, la presencia de publicidad de alimentos y bebidas perjudiciales para la salud en el espacio público y reforzará también la presencia de productos saludables en los servicios de alimentación presentes en equipamientos públicos. Las dos instrucciones van en la línea del anuncio realizado por el ministerio de Consumo.

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“La infancia vulnerable en los medios de comunicación” 2020, Informe Aldeas Infantiles SOS...

Aldeas Infantiles SOS, en colaboración con la FAPE y el Consejo General de la Abogacía Española , ofrecen la sexta edición del informe anual La infancia vulnerable en los medios de comunicación, un estudio basado en noticias publicadas a lo largo de 2020 que analiza el tratamiento que los medios de comunicación nacionales (prensa escrita y digital) dan a los niños, niñas y adolescentes.





El trabajo en común entre Aldeas y la FAPE comenzó en 2014 con la redacción del Código ético periodístico para la infancia vulnerable, un documento en el que se ofrecían consejos y recomendaciones para tratar de manera adecuada las informaciones sobre la infancia.

Se trata de un estudio que analiza el tratamiento que hacen los medios de las noticias en las que los niños y las niñas son protagonistas. Para elaborarlo se registraron 47.099 comunicaciones sobre infancia publicadas en prensa nacional impresa y digital entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2020. De ellas, se efectuó una primera extracción de 1.000 noticias y, finalmente, se seleccionaron 100 para la realización de un análisis más exhaustivo por parte de los expertos participantes en el proyecto, en el que se han tenido en cuenta criterios vinculados con el derecho a la privacidad y la intimidad de niños y niñas.

Cada informe anual examina seis criterios, tres de ellos escogidos de los consejos recogidos en el Código ético. 
En el presente análisis los criterios elegidos han sido: 
.-  denuncia de las injusticias y de las vulneraciones de los derechos de la infancia; 
.- no ofrecer datos que permitan identificar a un niño o niña en situación de riesgo; y 
.- evitar referencias al niño, niña o a su familia por su procedencia o religión. 
Además de estos tres criterios de valoración, el informe analiza cada año el tratamiento de la infancia en los titulares, el cuerpo de las noticias y en las imágenes o infografías publicadas.
 Asimismo y siguiendo la estela del informe anterior, en el que se empezó a prestar una atención más exhaustiva a una temática específica, la presente edición contiene un seguimiento especial de las noticias relacionadas con la salud mental de la infancia en tiempos de pandemia.

El trabajo en común entre Aldeas y la FAPE comenzó en 2014 con la redacción del Código ético periodístico para la infancia vulnerable, un documento en el que se ofrecían consejos y recomendaciones para tratar de manera adecuada las informaciones sobre la infancia.

Respecto al informe sobre la infancia vulnerable, en 2015 se publicó la primera edición y un año después se sumó al proyecto el Consejo General de la Abogacía Española, que desde entonces aporta sus conocimientos sobre las leyes relacionadas con la infancia y las implicaciones legales que pueden derivarse de la vulneración de los derechos de los niños, niñas y sus familias en las noticias.

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Por qué debemos proteger a los niños de la publicidad!, y eso no es atentar contra la libertad de nadie.

¡Cómo una medida que busca proteger la salud de la población infantil 
puede ser calificada de amenaza contra la libertad!.  
La medida del Ministerio no trata de prohibirte que sigas comiendo magdalenas para desayunar, lo que pretende es que todas esas empresas que condicionan tus elecciones alimentarias lo tengan más difícil.
Para defender el derecho a la salud de todos los niños y niñas debemos empezar por tratarles como ciudadanos y no como consumidores.

DIANA OLIVER, 
@Diana_Oliver

Es difícil de entender. Yo al menos no logro comprender cómo una medida que busca proteger la salud de la población infantil puede ser calificada de amenaza contra la libertad. 
Hablo de la medida anunciada por el Ministerio de Consumo de limitar la publicidad de alimentos insanos dirigida a público infantil y adolescente en televisión, radio, redes sociales, webs, aplicaciones, cine y periódicos y que ha suscitado reacciones cuanto menos sorprendentes. 
Como la de Ismael Sirio López, el responsable de comunicación online del PP, que con este tuit dejaba muy clara su opinión. «Que dice Alberto Garzón que va a prohibir no sé qué». O la de Isabel Ayuso, también en Twitter. De verdad que me cuesta entender los conceptos de prohibición y libertad que se manejan en estos tiempos posmodernos.

En junio de 2020 el abogado Francisco José Ojuelos publicaba junto al nutricionista Julio Basulto el artículo Libertad parental como barrera frente a la publicidad de productos alimentarios malsanos dirigidos al público infantil en la revista Pediatría Atención Primaria. En el texto sus autores afirmaban que la libertad de las familias de rechazar la oferta de alimentos insanos no es un mecanismo de protección eficaz, “porque el mensaje publicitario de alimentos malsanos es normalmente engañoso”. Y es engañoso porque incumplen sistemáticamente un buen número de normas y tratados de “buenas intenciones” que resultan ser nada. Un trampantojo. 

Es por esto que situar el debate desde la “libertad” no es solo una falacia sino algo que vulnera directamente los derechos de la infancia. Desde que en 2005 se firmó el código de autorregulación PAOS, encargado de regular el marketing de los alimentos insanos, nuestra alimentación y la de nuestros hijos e hijas no ha dejado de empeorar. El 40,6% de los niños de entre 6 y 9 años, y el 20% de los adolescentes, tienen sobrepeso u obesidad. Está ampliamente demostrado que la mayor presencia de anuncios publicitarios de alimentos malsanos se relaciona con las actuales tasas de obesidad infantil.

Pedir a la industria alimentaria que se autorregule para proteger la salud de la población es como pedirle a la lluvia que no nos moje. Ya lo advirtió Margaret Chan, directora de la OMS de 2007 a 2017: “Si una industria está involucrada en la formulación de políticas de Salud Pública, tengan la seguridad de que aquellas medidas más eficaces serán: o bien minimizadas o bien apartadas en su totalidad”. Si ser el cuarto país europeo con mayor prevalencia de obesidad infantil no nos da pistas de que hay que hacer algo más que lo que se ha venido haciendo no sé muy bien qué más necesitamos. Podría decir como Richard Louv en Los últimos niños en el bosque cuando habla sobre el trastorno por déficit de naturaleza: “Es la salud, idiotas”.

Además, hay un problema de comprensión lectora bastante importante porque hay una gran diferencia entre limitar la publicidad de productos que son perjudiciales para la infancia (y para el resto de la población) y prohibir su consumo. La medida del Ministerio no trata de prohibirte que sigas comiendo magdalenas para desayunar o que le sigas llevando a tus hijos el bollo relleno de chocolate de tu infancia, lo que pretende es que todas esas empresas que condicionan tus elecciones alimentarias lo tengan más difícil para hacer pasar como “buenrolleros” alimentos que tienen un claro impacto en nuestra salud. Oh, sorpresa, la mala alimentación es un problema de salud pública y la industria alimentaria no es un dulce corderito. A los negacionistas y a los defensores de la libertad les pregunto: ¿para qué necesita la población infantil la publicidad? ¿A quién beneficia? ¿Qué le aporta en su vida? ¿Qué derechos infantiles vulnera su regulación?.

Para abordar el problema de la alimentación infantil se requiere un enfoque ambicioso y valiente que deje a un lado los intereses económicos de la industria alimentaria y que ponga en el centro la salud. Es curioso, porque poner en el centro la salud, a su vez también está muy relacionado con los intereses económicos, pero no con los de la industria, sino con los del sistema sanitario: mejor alimentación, menos enfermedades prevenibles, menos gasto. Es difícil escapar de las técnicas del marketing alimentario, ya que van más allá de hacer anuncios divertidos o con los que se identifiquen los niños. También hay otras técnicas que se nos pasan desapercibidas, como los conflictos de interés de asociaciones y organismos que se suponen defensores de la salud infantil y que sin embargo avalan productos insanos a cambio de financiación. Es cierto: la publicidad no es la única causa de los datos de malnutrición. No lo es, pero es uno de los factores que condicionan nuestra salud junto con otros como la educación y el nivel económico. Educación y regulación de la publicidad no son acciones excluyentes. Hay que promover una mayor y mejor educación alimentaria desde la infancia –empezando por los adultos–, pero también hay que repensar quiénes pueden acceder a la información y, por supuesto, a los alimentos saludables. No es casualidad que los grupos de población más desfavorecidos sean los que tienen unas mayores tasas de obesidad y enfermedades prevenibles. 

Todas las familias necesitan tener acceso tanto físico como económico a alimentos frescos y saludables para mejorar sus decisiones alimentarias, lo que requiere de acciones reales que no busquen complacer a la industria alimentaria. ¿Esta es una cuestión que depende únicamente de la responsabilidad individual o debemos tratarlo como un problema colectivo? Claramente lo segundo.

Tengo que volver a escribirlo para encontrar la trampa: limitar la publicidad de alimentos insanos dirigida a público infantil. A lo mejor hay algo que yo no veo, porque donde otros encuentran una prohibición, yo encuentro una protección. Ensalzamos la infancia nominalmente, pero en la práctica nos importa muy poco. Lo hemos visto quizás con más nitidez desde que empezó la pandemia. 

Por ejemplo, los niños fueron los últimos en poder salir a la calle y en poder volver a tener contacto con otros iguales. ¿Recordáis que los parques estuvieron cerrados mientras que los bares permanecían abiertos? ¿O la clase de menús escolares que se dieron en la Comunidad de Madrid a los niños y niñas más vulnerables
A la infancia hay que protegerla, pero no construyendo parques de caucho con infames vallas de colorines, ni agendizando sus vidas con extraescolares infinitas, ni llevándoles en coche a la puerta del colegio hasta que cumplen los 18. 

A la infancia hay que protegerla dejándola de utilizar para nuestro beneficio adulto. Porque para defender el derecho a la salud de todos los niños y niñas debemos empezar por tratarles como ciudadanos y no como consumidores. Porque no puede ser que la infancia solo nos importe si podemos sacar un rédito de ella.



Pornografía y adolescencia: la otra pandemia.

No seamos alarmistas, el porno no mata, pero sí puede convertirse en una crisis, 
una crisis de salud pública que ya se ha declarado en otros países del mundo, como EEUU. 
La pornografía puede generar adicción y otras consecuencias perjudiciales, 
deteriorando la vida sexual, académica, personal, familiar o social de los adolescentes.
Según estudios recientes, la pornografía puede alterar la visión 
que los hombres tienen en las mujeres en los más jóvenes generando una visión más 
machista, misógina y objetificante del sexo, favoreciendo los estereotipos de género. 
También diversos estudios argumentan que el consumo repetido de pornografía puede 
fomentar el desarrollo conductas sexuales de riesgo, aumentando las promiscuidad,...  

Alejandro Villena Moya*,  

La sensación de aislamiento, ansiedad, tristeza, aburrimiento, soledad y desesperación causada por el Covid-19 ha dejado una huella importante en los seres humanos de nuestra generación. Una nueva etapa para la que no estábamos preparados, y donde nuestros mecanismos de resiliencia y afrontamiento han tenido que sacar todo su armamento para mantenernos a flote.

El Mundo.
Mientras tanto la industria de la pornografía aprovechaba el efecto virus para esparcir y contagiar su material sexual explícito a más rincones, más hogares y más adolescentes. Utilizando estrategias de marketing asociadas a bienes sociales o benéficos, como: “Si ves este vídeo porno salvarás a las abejas de la extinción” o publicando de forma gratuita algunos de sus contenidos Premium, como si fuera un regalo a la sociedad, un consuelo a la tristeza para los que sobrevivían a los días más duros de la pandemia.

Fue así como el consumo de pornografía se convirtió en una fuente de alivio o refugio para muchas personas que pasaban horas y horas en casa matando el tiempo. Un alivio fugaz y efímero, cortoplacista, que no alcanzaba a ver más allá del placer instantáneo, algo, desgraciadamente, muy común en los seres humanos. Según un estudio publicado tras el primer confinamiento en la Journal of Behavioral Addictions el consumo de pornografía se vio incrementado a nivel mundial en un 11% durante el mes de marzo de 2020.

De esta manera muchos adolescentes, encerrados en casa y con un acceso ilimitado a internet, donde padres y madres hacían malabares para conciliar la vida laboral, personal y familiar, se iniciaron en un consumo cada vez más rutinario de la pornografía.

“En la pandemia empecé con el porno, antes no lo veía de forma habitual, pero la soledad me llevó a consumirlo cada vez más. Ahora necesito más cantidad y porno más intenso cada vez. Creo que me estoy enganchando y no soy capaz de dejarlo” (Raúl 17 años)

Estas palabras las relataba el primer adolescente que atendí de forma presencial después del confinamiento, me entristeció, y me hizo pensar sobre los paralelismos que la pornografía y un virus tan letal como el Covid-19 tienen: el efecto contagio y el deterioro de la salud.

El efecto contagio

Una industria que ha conquistado de forma totalitaria el internet, donde podemos encontrar más de 750 millones de webs pornográficas, 230 millones de apps pornográficas descargadas cada año y más de 219.000 vídeos vistos por minutos. Su capacidad de esparcirse es realmente potente.

Tanto es así que, en España según el último informe publicado por la Universidad de las Islas Baleares, el 62,5% de los adolescentes entre 13 y 17 años ha visto pornografía en algún momento de su vida, con una edad media para el inicio de contacto entre los 9-11 años, adelantándose incluso a los 8 años en algunos casos.

Además a nivel internacional el 37,7% de los varones y el 19,3% de las mujeres son usuarios de riesgos, porque presentan una mayor probabilidad de desarrollar una adicción a la pornografía, un porcentaje que debería preocuparnos.

El deterioro de la salud

No seamos alarmistas, el porno no mata, pero sí puede convertirse en una crisis, una crisis de salud pública que ya se ha declarado en otros países del mundo, como EEUU. La pornografía puede generar adicción y otras consecuencias perjudiciales, deteriorando la vida sexual, académica, personal, familiar o social de los adolescentes.

Según estudios recientes, la pornografía puede alterar la visión que los hombres tienen en las mujeres en los más jóvenes generando una visión más machista, misógina y objetificante del sexo, favoreciendo los estereotipos de género. También diversos estudios argumentan que el consumo repetido de pornografía puede fomentar el desarrollo conductas sexuales de riesgo, aumentando las promiscuidad, el número de parejas sexuales y favorecer el contagio de enfermedades de transmisión sexual.

El reciente informe de Save The Children alerta sobre como el consumo de pornografía puede afectar a la satisfacción sexual de los adolescentes, donde el 36,8% no distingue entre la realidad o la ficción y entre el 14,4%-35,3% de los adolescentes consumen más pornografía de la que les gustaría.

¿Cuándo se convierte en un problema?

Ñam. Sobre lo que comemos, libro para jóvenes lectores.

 Los niños actuales, cada día mas alejados de la naturaleza y su alimento en estado primario,
vivirán menos que nosotros a causa de la actual epidemia de obesidad infantil. 
Por eso es importante este libro para jóvenes lectores. 

Este álbum ofrece datos útiles y atractivos sobre la  importancia de la alimentación, para ayudar a los jóvenes  lectores, y a las familias, a tomar conciencia sobre lo que  comemos para poder elegir con argumentos.  


En los últimos años, la sociedad ha tomado conciencia de la importancia de la alimentación como factor clave para disfrutar de una buena salud y evitar las enfermedades. Cada día nos interesa más saber qué comemos, de dónde viene, cómo se ha preparado, qué elementos contiene y cómo afectará a nuestro organismo. Queremos comer sano.

Pero ¿Qué es comer sano? Hoy es difícil saberlo. La publicidad nos ha hecho un lío importante, y a veces no sabemos ni lo que estamos comiendo. Comida sana es conseguir todos los nutrientes que necesitamos a partir de la cantidad necesaria de alimentos saludables. Y cocinarlos o prepararlos con mucho cuidado y amor. Comer sano es también evitar el consumo de alimentos que no son saludables o reducirlos al máximo. ¿Fácil? Seguro que hay muchas cosas en las que podemos mejorar nuestra alimentación. Pero necesitamos información.

Según el último informe de la European Heart Network, la primera causa de muerte en Europa son las enfermedades cardiovasculares, y la principal causa de estas enfermedades son factores dietéticos modificables.
Debemos tener en cuenta que nuestros hijos vivirán menos que nosotros a causa de la actual epidemia de obesidad infantil que azota el planeta. Debemos informarles sobre lo que comen y así les daremos la posibilidad de tener una vida mejor y más feliz.

Por eso es importante leer y compartir toda la información que nos ofrece "Ñam", un libro sobre lo que comemos.

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Las infancias y el currículo del capital: el caso Divercity.

Cuervo-Montoya, E., & Giraldo-Urrego, L. M.(2020). 
Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 18 (3), 1-25.
https://dx.doi.org/10.11600/1692715x.18302 .     

Acceso al estudio.


En Colombia, un modelo de negocio educativo centra su interés en la infancia como nicho de clientes, asegurándose rentabilidad por dos vías: desde el ofrecimiento de servicios de entretenimiento infantil y procesos de formación, y desde la fidelización de marcas comerciales a través de juegos de rol, los cuales pretenden educarles para el «mundo real». 

Divercity, una «ciudad (divertida) a escala, donde los niños  y las niñas entre los 3 y los 13 años pueden asumir más de 45 roles entre oficios y profesiones mientras aprenden cómo funciona el mundo real» (Divercity, 2018a)

El artículo presenta reflexiones teórico-críticas sobre Divercity bajo la estrategia de análisis documental, develando sus intencionalidades y prácticas formativas, así como identificando componentes curriculares que le constituyen desde el punto de vista ideológico-económico. Los resultados apuntan a un creciente ejercicio de consumo instructivo de los infantes en los centros comerciales. 

Se concluye que existe una consolidación de procesos iniciales de mímesis del consumo adulto y una fidelización de las grandes marcas presentadas por Divercity. 

*N.R.: Traemos este artículo por su posible relación con similar dispositivo, que en España se llama Micropolix.