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Las tres niñas madrileñas que revolucionan la lectura con una aplicación sostenible.

Las ganadoras de tan solo 11 años del concurso mundial Technovation Girls 2024 han creado «Book to book», una plataforma que promueve la igualdad de género y la sostenibilidad a través de una aplicación desarrollada con IA
Niñas madrileñas que han ganado un concurso de tecnología @Gonzalo Pérez Mata
Niñas madrileñas que han ganado un concurso de tecnología @Gonzalo Pérez Mata Gonzalo Pérez Mata Fotógrafos

 Elena, Clara y Jimena, ganadoras en la categoría de Beginners del programa internacional «Technovation Girls», se preocupan por la importancia de crear un hábito de lectura o la conservación del formato en papel; pero también por la sostenibilidad o la igualdad de género;  «A nosotras nos encanta leer y nos dimos cuenta de que había problemas con este tema: hay niños que no tienen acceso regular a libros, otros que descartan el libro digital porque prefieren el papel, bibliotecas con catálogos desactualizados o lejos de las residencias y no todas las familias pueden asumir su coste», apunta. En este contexto, nació la aplicación «Book a book», que brinda la posibilidad de intercambiar libros a través del registro en la plataforma. Con las facilidades de un catálogo, un scanner y un chat compartido, la Inteligencia Artificial personalizable permite tanto localizar libros buscados como ofrecer y compartir los propios. Además, también incluye un contador de CO2.

«Accedes con tu usuario, indicas el libro y el autor y el estado en el que se encuentra el libro. Y siempre podemos estar en contacto directo gracias al chat», explican las creadoras de «Book to book», apta tanto para Android como IOS. 

¿Qué hace que ahora los adolescentes sean menos felices? El FMI lo explica

El organismo recalcó la importancia de atender la salud mental de los jóvenes debido a que representa un problema sanitario que podría generar consecuencias económicas en el futuro



Infobae

Valeria González

05 Ago, 2024



Imagen ilustrativa/ Infobae
Es un hecho, la salud mental de la juventud y la adolescencia está dañada. Y aunque el deterioro se ha visto remarcado en los últimos cuatro años (desde 2020 hacia la actualidad), este malestar colectivo no está ligado únicamente a la pandemia de COVID-19. Vivimos en un mundo donde los adolescentes se enfrentan a una sensación de crisis antes de llegar a la edad adulta, lo que ha revertido las cifras históricas de optimismo en esta etapa vital.


Cimenna Chao Rebolledo, investigadora de la Universidad Iberoamericana, habló con Infobae recientemente sobre este malestar colectivo que se presenta en los jóvenes en años recientes, sin embargo, consideró que si se revisan con detenimiento las cifras, es una tendencia que venía decayendo desde hace años atrás.


De acuerdo con el último Informe Mundial sobre la Felicidad, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hay una realidad preocupante: los jóvenes de todo el mundo declaran hoy niveles de felicidad inferiores a los de sus mayores. Desde 2006, los niveles de felicidad juvenil declarados han disminuido en América del Norte, América Latina, Europa, el sur de Asia, Oriente Medio y el norte de África. ¿A qué se debe esto?


¿Cuáles son los factores que hacen infeliz a la juventud?


Según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), hay varios factores que contribuyen a esta disminución de los índices de felicidad. Entre los factores a considerar se encuentran los económicos, sociales, digitales, así como del cambio climático e incertidumbre de mañana.


Presiones sociales y tecnológicas


Si las redes sociales bien ofrecen una conexión con el resto del mundo, pueden fomentar la incompetencia y la comparación social. Según el estudio de 2022 titulado Asociaciones entre el uso de las redes sociales y la soledad en una población transnacional: ¿Importan los motivos del uso de las redes Según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), hay varios factores que contribuyen a esta disminución de los índices de felicidad. Entre los factores a considerar se encuentran los económicos, sociales, digitales, así como del cambio climático e incertidumbre de mañana.


Presiones sociales y tecnológicas


Si las redes sociales bien ofrecen una conexión con el resto del mundo, pueden fomentar la incompetencia y la comparación social. Según el estudio de 2022 titulado Asociaciones entre el uso de las redes sociales y la soledad en una población transnacional: ¿Importan los motivos del uso de las redes sociales?, se encontró una fuerte correlación entre el aumento del uso de las redes sociales y los síntomas de depresión y soledad en los adultos jóvenes como una probable una tendencia mundial, debido al tiempo en que la población adolescente y juvenil invierte dentro de estas plataformas, donde se ubican estereotipos y estándares a seguir para pertenecer a los círculos sociales, tanto digitales como físicos.


Al mismo tiempo, y a pesar de las conexiones en línea, los jóvenes pueden experimentar una falta de relaciones personales sólidas debido a factores como la disminución del tiempo libre, la movilidad geográfica o la ansiedad social. Sentirse desconectado de una comunidad que los apoya puede afectar negativamente a la felicidad.


Incertidumbre y ansiedad


De acuerdo con el FMI, la amenaza inminente del cambio climático pesa mucho sobre las generaciones más jóvenes, que están heredando un mundo plagado de desafíos ambientales y pueden sentir una falta de control o de capacidad para abordarlos.


Al mismo tiempo, el aumento de las divisiones sociales y políticas puede alimentar la ansiedad y la desesperanza. Ser testigo de una negatividad constante puede resultar emocionalmente agotador. Un informe de UNICEF de 2023 concluyó que los jóvenes que viven en zonas de conflicto en todo el mundo, como Siria y Yemen, presentan niveles particularmente altos de ansiedad y depresión.


Mundo económico y laboral


De acuerdo con el estudio, hay un ascenso más empinado hacia la prosperidad que las generaciones anteriores. La asequibilidad de la vivienda, la educación y la atención sanitaria pueden ser obstáculos importantes para la seguridad financiera y el bienestar general. Aun cuando se trate de adolescentes, el conocer que cada día hay presiones monetarias más grandes puede producir un estrés desmedido en las nuevas generaciones, recalcó el FMI.


De la misma forma, la deuda por préstamos estudiantiles y los salarios estancados obstruyen aún más sus finanzas, retrasando hitos como la compra de una vivienda y la formación de una familia, que contribuyen a los sentimientos de falta de logros personales, profesionales, así como de poca estabilidad. En un informe del Banco Mundial, publicado en 2022, se concluyó que el aumento de los costes de la vivienda también es una preocupación importante para los adultos jóvenes en economías en desarrollo como Brasil y la India, así como en países de Occidente y Oriente, es decir, un malestar global.


Al mismo tiempo, la economía informal, las presiones laborales y las condiciones de trabajo precarias ofrecen menos seguridad y beneficios en comparación con tiempos. Esta falta de estabilidad dificulta la planificación financiera y aumenta la incertidumbre sobre el futuro. Acorde a un informe de 2023 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) concluyó que las tasas de desempleo juvenil siguen siendo obstinadamente altas en las economías desarrolladas y son aún peores en los países en desarrollo. Todo lo anterior puede provocar presiones tanto en los adolescentes como en los jóvenes adultos.


El informe del Fondo Monetario Internacional reveló una disparidad geográfica y de desigualdad. Mientras que en Noruega, Suecia, Alemania, Francia, el Reino Unido y España los adultos mayores manifiestan una mayor felicidad que los jóvenes, en Portugal y Grecia se observa la tendencia opuesta. Además, los jóvenes de América del Norte están ahora sensiblemente menos satisfechos que sus mayores por los factores antes mencionados, ligado a las propias batallas que la región atraviesa, como altos índices de inseguridad en México, por ejemplo. La desigualdad en materia de felicidad también ha aumentado en todas las regiones, con excepción de Europa, que pronto podría seguir este cambio “histórico” y “desconcertante”.


Según el organismo, de no abordarse esta problemática, las consecuencias podrían ser catastróficas. Como señala el informe: “Pensar que en algunas partes del mundo los niños ya están experimentando el equivalente a una crisis de la mediana edad exige una acción política inmediata”, pues cuando la felicidad disminuye, también lo hacen la motivación, la productividad, la salud y la esperanza de vida.


¿Cómo se puede volver a los adolescentes felices?


Si bien el informe presenta un panorama preocupante, también ofrece esperanza. En países como Costa Rica y Kuwait, la felicidad de los jóvenes aumentó. Aunque las razones específicas aún están siendo estudiadas, estos ejemplos sugieren que la clave podría ser centrarse en el apoyo social y en un sentido de propósito.


El FMI consideró que los siguientes puntos son claves para regresar la felicidad de los adolescentes y jóvenes a niveles saludables


1. Priorizar el apoyo a la salud mental a nivel mundial. Es necesario invertir en servicios de salud mental accesibles e integrales para los jóvenes en las escuelas y comunidades de todo el mundo. La intervención y el apoyo tempranos son fundamentales para abordar los efectos negativos de las redes sociales y otros factores estresantes. Programas como el entrenamiento de atención plena y las sesiones de terapia de grupo han demostrado ser eficaces para reducir la ansiedad y la depresión en los jóvenes. Además, la creación de recursos en línea y líneas de ayuda específicamente dirigidas a los problemas de salud mental de los jóvenes puede garantizar una mayor accesibilidad.


2. Fomentar las conexiones entre culturas en el mundo real. Se deben apoyar y alentar las actividades que promueven la interacción social genuina y un sentido de pertenencia en todas las culturas. Los programas de intercambio internacional, en los que jóvenes de diferentes países viven y aprenden juntos, pueden fomentar la comprensión y las amistades para toda la vida. Las iniciativas de tutoría virtual para jóvenes pueden conectar a los jóvenes con profesionales experimentados que pueden ofrecer orientación y apoyo. Incluso las comunidades globales en línea centradas en intereses compartidos, como el activismo ambiental o la escritura creativa, pueden brindar un sentido de pertenencia y propósito.


3. Impulsar la reforma de las redes sociales. Las empresas de redes sociales y los gobiernos tienen la responsabilidad global de priorizar el bienestar de los usuarios. Es fundamental implementar regulaciones y políticas de contenido más estrictas que limiten la propagación de negatividad y desinformación. Las plataformas también pueden explorar funciones que limiten el tiempo de uso de la pantalla o exijan la verificación de edad para ciertos tipos de contenido. La cooperación internacional puede garantizar que estas reformas se implementen de manera efectiva a través de las fronteras, creando un entorno en línea más seguro y positivo para los jóvenes de todo el mundo.


4. Promover la educación para el futuro. Las escuelas deben ir más allá de los programas académicos tradicionales y dotar a los estudiantes de habilidades para la vida que puedan aplicarse en cualquier lugar. Además de educación emocional, talleres de educación financiera pueden ayudar a los jóvenes a tomar decisiones informadas y a afrontar las complejidades de los gastos y la elaboración de presupuestos. Enseñar hábitos saludables en línea puede garantizar un uso responsable y seguro de las redes sociales.

El mundo se encuentra en una encrucijada ante la cruda realidad de la disminución de la felicidad de los jóvenes. El Informe Mundial sobre la Felicidad 2024 nos recuerda nuestra responsabilidad colectiva de fomentar el bienestar de las generaciones futuras. Los jóvenes de hoy son la fuerza laboral del mañana; al abordar ahora los factores que contribuyen al descontento juvenil, las empresas y la sociedad pueden allanar colectivamente el camino hacia un futuro más brillante.

Jaime Funes: «Los adolescentes tienen más valores que el mundo adulto»

Consideramos la adolescencia la edad compleja por excelencia, pero me da la sensación de que lo hacemos desde el punto de vista de los adultos ¿Somos conscientes de cómo viven ellos esta etapa tan complicada?

elPeriódico

Juan Carlos Garza

26/04/2024


Jaime Funes en Zaragoza. / JOSEMA MOLINA

El temor a la adolescencia está en lo que los chicos se pueden encontrar en las calles, en los amigos que pueden tener... El problema de las adolescencias desconcierta a los adultos, que muchas veces piensan ‘que no sea o que no haga lo que yo hice’, buscando una seguridad imposible. El adolescente está en una etapa de experimentar, de probar, y eso angustia a los adultos. Pero hay siempre gente cerca que va a ayudarles a gestionar ese mundo que están descubriendo.


¿Por qué preocupa tanto al adulto?


Cuando algo es nuevo, diferente a lo que uno vivió, el pánico se apropia del adulto, pero el adolescente solo acabará mal si no se le ayuda a encontrar el camino. Nos acojonamos al ver las incertezas de la vida, pero tenemos que ver las cosas desde la perspectiva del joven, tratar de entender sus argumentos, que no son los nuestros. La mejor manera de educar es la conexión con la vida, tener claro que el aprendizaje de la vida tiene que ver con la convivencia.


¿Y el adolescente cómo vive esa etapa? ¿Cómo es de complicada para ellos?


Es complicada por una serie de confluencias de variables, desde problemas en casa a amigos que conocen en la calle, los porros que amenazan... El adolescente no deja de ser alguien desconcertado por vivencias que no conocía, amistades diferentes... Eso le genera una vida feliz, pero inestable, pues además los adultos adolecen de falta de sensibilidad por ver que lo que el chico dice es importante para él, de demostrar que les interesa su vida y no solo los problemas puntuales. Nos dedicamos a reprender lo que consideramos que no hacen o que no está bien, pero no a escucharlos.


En los últimos tiempos, los adolescentes están en el foco por la cantidad de problemas de salud mental que están sufriendo y que a algunos les llevan incluso al suicidio. ¿Qué está pasando, qué hacemos mal?


Los adultos traspasamos nuestros problemas a la realidad adolescente. El drama del suicidio ya era la primera causa de muerte externa antes de la pandemia, y no ha aumentado. Solo que ahora nos hemos dado cuenta. ¿Qué pasa, que se nos han acabado las razones para explicarles que vale la pena vivir? Los chicos siempre han tenido necesidad de expresarse, pero nosotros no les permitimos hablar de cómo se sienten. Estos problemas no habría que derivarlos a salud mental, sino entender qué les pasa y ayudarles con ello. Seguro que tiene otra manera de expresar su malestar que en un sofá con un psicólogo.


El mundo digital se ha demonizado como una de las causas que están influyendo de forma negativa en los adolescentes. ¿Lo ve así?


Los adultos cometemos el error de pensar que lo digital es negativo, pero nosotros también estamos digitalizados. Es verdad que los chicos están más expuestos, pero hoy también sienten diferente, construyen su identidad de forma diferente. Los amigos virtuales, también son amigos. La vida real está ahí, pero también la digital, donde escuchamos música o aprendemos cosas. Aunque hay que tener claro que el móvil es un instrumento individualista. Hablas con otros, pero no te obliga a comunicarte con ellos, al igual que las gafas de realidad virtual no te conectan con nadie, mientras la escuela obliga a trabajar juntos, a descubrir juntos. La vida ha de desarrollarse en contextos diferentes, no solo en el virtual. El problema son aquellos adolescentes que se aíslan con los móviles.


A pesar de las críticas que reciben los adolescentes de hoy, yo me encuentro con un gran porcentaje de jóvenes con muchos valores.


Objetivamente, tienen más capacidades y más valores que los adultos. El problema es que el adulto que se queja de ello es precisamente el que no los tiene e invoca a tradiciones periclitadas. El compromiso político de hace 30 años es muy distinto al de hoy, pero los jóvenes de este tiempo demuestran, por ejemplo, un gran compromiso con el medio ambiente. Otros van a lugares con ganas de apreciar determinados estados de ánimo que les permiten estar felices; también son conscientes de que hay compañeros de su edad que, por distintas circunstancias, padecen penurias y no tienen lo que tienen ellos. Si comparamos, el conjunto de la juventud tiene más valores que el mundo adulto.

Adolescentes, de señalados en la pandemia a salvadores del mundo en las distopías de la literatura juvenil

Las novelas ‘Solos [13-18]’, de Rafael Salmerón, y ‘Reyes de la montaña’, de Daniel Hernández Chambers, coinciden en convertir a los jóvenes en la única esperanza de la humanidad


EL PAÍS

Mamás & Papas

ADRIAN CORDELLAT

Madrid, 2 de abril de 2024


Los adolescentes son los protagonistas de varias novelas de literatura juvenil.
BOONCHAI WEDMAKAWAND (GETTY IMAGES)

Los adolescentes fueron los grandes señalados de la pandemia de la covid, sobre todo tras la relajación de las estrictas medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno de España entre el 15 de marzo y el 21 de junio de 2020 para intentar poner freno al número de contagios y muertes. Cada vez que hubo un rebrote de contagios a partir del verano de 2020, todas las miradas apuntaban a este grupo de población: que si no cumplían las medidas de seguridad, que si eran irresponsables, que si solo pensaban en ellos…


No es de extrañar: los adolescentes siempre han sido sospechosos habituales. “La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores y chismea mientras debería trabajar”, escribía Sócrates hace 2.500 años. Pareciera que nada ha cambiado desde entonces. O sí. Dos novelas distópicas juveniles publicadas recientemente en España —aunque concebidas antes de la pandemia— coinciden al convertir a los adolescentes en la única esperanza para la humanidad. De señalados a salvadores del mundo.


Solos [13-18] (Loqueleo), del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Rafael Salmerón, es una asfixiante y adictiva distopía que sitúa al lector en un fin del mundo al que misteriosamente solo sobreviven los adolescentes de entre 13 y 18 años. “Pensé que, si quedaban supervivientes adultos con las habilidades para intentar recuperar la civilización actual, lo iban a intentar; así que como necesitaba que eso no ocurriera, me libré de los adultos. Los adolescentes podrían recordar cómo era el mundo antes de, pero no tendrían la técnica, el conocimiento, la teoría y la práctica para recuperar el mundo tal y como era”, explica Salmerón a EL PAÍS.


Ambientada en Estados Unidos, en un pueblo de Carolina del Norte próximo a los montes Apalaches (“ambientarla allí me permitió que los personajes tuviesen más movilidad, ya que pueden conducir desde los 16, y que, además, la lucha por los pocos recursos fuese más desequilibrada al tener acceso a las armas”), la muerte de niños y adultos sitúa a sus protagonistas en un mundo absolutamente salvaje en el que la ley del más fuerte de los institutos se eleva a la máxima potencia. “Todo adolescente ha soñado alguna vez con un mundo sin adultos (…) Sin embargo, eso que parecía un sueño se ha hecho realidad. Y ya no es un sueño. Es una pesadilla. Una pesadilla en la que no hay reglas, no hay mañana, no hay más que violencia y muerte”, reflexiona Sam, el narrador y protagonista.


En mitad de esa espiral de violencia adolescente sin sentido, un grupo de cinco chavales atraviesa las montañas de Carolina del Norte luchando por sobrevivir y con la esperanza de refundar el mundo desde la sencillez y la humildad de sus orígenes. “Yo soy una especie de optimista patológico. Y aunque conozco muy bien cómo es el mundo, no pierdo nunca la esperanza. La esperanza en los adultos sí que la he perdido, pero las nuevas generaciones aún pueden tomar dos caminos: el de la repetición de los mismos errores, que nos llevará al desastre absoluto, o elegir hacer todo lo contrario. Espero que haya una parte suficientemente significativa de las próximas generaciones que cojan este camino para poder poner el mundo en otra dirección”, afirma Salmerón, que impregna su novela de reflexiones con una gran carga ambientalista y de crítica hacia el insostenible modo de vida occidental (consumismo, obsolescencia programada, productividad, prisas, pantallas...), hacia todas esas cosas que, como reflexiona su protagonista, “antes eran importantes y ahora no son nada”.


También un grupo de 10 adolescentes conflictivos que cumplen condena en un centro de menores son la única esperanza humana en Reyes de la montaña, la novela distópica con la que Daniel Hernández Chambers ha conquistado recientemente el Premio Edebé 2024 de Literatura Juvenil. El hecho de estar de convivencia, aislados en la montaña, les salva de un virus mortífero que, en su ausencia, aniquila a un ritmo vertiginoso a toda la humanidad. La novela recuerda por momentos, inevitablemente, a la película La Sociedad de la Nieve de Juan Antonio Bayona. Incluso dos de los protagonistas, como en el filme ganador del último Goya, asumen el riesgo de volver a la civilización arrasada en busca de víveres y ayuda (con menos suerte que en la tragedia de Los Andes). Sin embargo, ahí acaban las comparaciones.


“Al principio los chavales intentan formar un equipo, que es lo que les ha inculcado el monitor que les ha llevado hasta allí, pero al final sale la naturaleza de cada uno. Algunos de ellos, a pesar de que todos han acabado en un correccional por diferentes delitos, tienen un fondo bueno; a otros, sin embargo, una situación tan brutal les hace sacar lo peor de sí mismos”, cuenta Hernández Chambers. El autor explica que eligió como protagonistas a un grupo de chavales conflictivos “porque quería mostrar a gente con problemas, dada a la violencia”, cuyo perfil, además, le servía para representar la realidad de la adolescencia, “ese momento vital en el que cualquier problema se nos hace una montaña insuperable”.


“La acelerada evolución de la sociedad en los últimos años, sobre todo desde las dos últimas décadas del siglo XX, había llevado a que una gran mayoría de las personas careciera de una mínima urdimbre de cariño. Había adultos que no eran capaces de sobrellevar esa falta, pero en los adolescentes la cosa empeoraba”, afirma el narrador de Reyes de la Montaña. “Hoy muchos adolescentes han perdido esa red de relaciones, ya no solo la de los amigos, sino las relaciones en casa: muchas veces los padres les empujamos al móvil, a Netflix o a lo que sea porque siempre tenemos cosas que hacer; y es una pena, porque todos necesitamos cercanía, afecto y cariño, pero sobre todo en la adolescencia, porque es el momento en el que todo parece mucho más exagerado de lo que realmente es y cualquier cosa se vive de un modo mucho más magnificado”, sostiene Chambers. El escritor tinerfeño considera que tras muchos de los comportamientos problemáticos de chavales como los protagonistas de su novela se esconde esa ausencia de una mínima urdimbre de cariño: “Si nos ponemos a escarbar, casi siempre encontramos una familia desestructurada o problemas inimaginables que han sufrido y que los convierten en víctimas; lo que pasa es que no somos capaces de ver a esa víctima, sino a un culpable”.


Aunque la novela de Hernández Chambers deja entrever la posibilidad de un nuevo comienzo, de unos nuevos Eva y Adán, el texto y los sucesos que tienen lugar en el grupo de supervivientes irradian cierto pesimismo, ya que parecen dar la razón al filósofo británico Thomas Hobbes y a su “el hombre es un lobo para el hombre”. “El ser humano es un ser bélico. Solo hay que echar un vistazo a la historia. Pero desde luego tengo esperanza en las futuras generaciones. Cuando tengo encuentros con adolescentes veo a chavales que me hacen pensar que el futuro va a ser mucho mejor que el presente que tenemos ahora ―sin pensar que lo que tenemos ahora es tan malo, que a veces somos excesivamente negativos―”, considera.