Privacidad de los niños en la era de las redes sociales.


Los padres ahora dan forma a la identidad digital de sus hijos mucho 
antes de que estos jóvenes abran su primer correo electrónico.
El uso compartido es el marco para hacerlo en los contextos de los derechos, 
la privacidad y la salud pública de los niños.

Stacey B. Steinberg,


A través de compartir, o compartir en línea sobre las imágenes y la crianza de los hijos, los padres ahora dan forma a la identidad digital de sus hijos mucho antes de que estos jóvenes abran su primer correo electrónico. Las revelaciones que los padres hacen en línea seguramente seguirán a sus hijos hasta la edad adulta. De hecho, las redes sociales y los blogs han cambiado drásticamente el panorama que enfrentan los niños de hoy en día a medida que crecen.



Los niños tienen un interés en la privacidad. Sin embargo, los derechos de los padres a controlar la crianza de sus hijos y los derechos de los padres a la libertad de expresión pueden prevalecer sobre este interés. Cuando los padres comparten información sobre sus hijos en línea, lo hacen sin el consentimiento de sus hijos. Estos padres actúan como guardianes de la información personal de sus hijos y como narradores de las historias personales de sus hijos. Este doble papel de los padres en la identidad en línea de sus hijos les brinda poca protección a medida que su identidad en línea evoluciona. Existe un conflicto de intereses ya que los niños podrían algún día resentirse de las revelaciones hechas por sus padres años antes.

Este artículo es el primero en ofrecer un análisis legal profundo del conflicto inherente entre el derecho de los padres a compartir en línea y el interés de un niño en la privacidad. Considera si los niños tienen el derecho legal o moral de controlar su propia huella digital y analiza el conflicto único y novedoso en el corazón de la participación de los padres en la era digital. El artículo explora posibles soluciones legales para este problema y ofrece un conjunto de mejores prácticas para que los padres las consideren cuando comparten información sobre niños en línea. Concluye al proporcionar un modelo de reforma basado en la salud pública y centrado en el niño que protege el interés de un niño en la privacidad, al tiempo que reconoce el derecho de los padres a compartir en línea......

Conclusión
Becky, Johnny y Emily, los niños mencionados en la Introducción de este artículo, probablemente algún día aprenderán sobre las revelaciones en línea de sus padres. 
En ese momento, cada uno formará una opinión sobre la huella digital creada sobre ellos durante su infancia. A diferencia de las revelaciones hechas por terceros, las personas responsables de compartir la información de los niños son las mismas personas encargadas de proteger la privacidad de los niños: los padres. Estos niños pueden tener argumentos legales que podrían ofrecerles protección de la privacidad de las revelaciones en línea de sus padres, pero también es posible que un modelo de salud pública les ofrezca protección incluso mejor respetando la autonomía familiar. De manera similar a las decisiones en línea que los niños tomarán un día por su propia cuenta, la información digital tiene el potencial de seguirlos durante toda la vida. Este artículo alienta a los académicos, responsables políticos y padres a reconsiderar las formas en que la sociedad ve la infancia y la privacidad en la era digital. Al explorar el uso compartido, este artículo proporciona el marco para hacerlo en los contextos de los derechos, la privacidad y la salud pública de los niños y madura el hecho de ser un tema poco investigado y listo para una discusión más a fondo.

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NO SUBA ESA FOTO DE SU HIJO.

Tres de cada cuatro menores de dos años tienen fotos en Internet. 
¿Deberíamos frenar esta costumbre?.

Carmen Pérez-Lanzac

fotos internet
Un menor muestra sus emociones.  Getty Images.


Nuestras redes están llenas de imágenes de niños haciendo monerías. En verano, su sobrexposición aumenta más si cabe. Cada imagen es compartida —sin consentimiento alguno—  por el padre, la madre o algún familiar o amigo para orgullo de quien comparte y disfrute de sus conocidos. Se reciben likes y alguna alabanza que lleva a reincidir. Así ha  
sido durante varios años sin que nadie se planteara las consecuencias. Hasta que, acompañando al resquemor creciente hacia las redes sociales, una duda ha empezado a extenderse: ¿acaso hacemos mal subiendo a Internet imágenes de niños?

Tres de cada cuatro menores de dos años tienen fotos online, según un estudio de la empresa de seguridad en Internet AVG con datos de ciudadanos de 10 países (Estados Unidos, Canadá, Alemania, el Reino Unido, Francia, España, Italia, Australia, Nueva Zelanda y Japón). La emoción ante la paternidad es una de las causas de esta pulsión, la versión actualizada de las imágenes que se guardaban en la cartera. De media, los progenitores de niños menores de 6 años suben 2,1 informaciones a la semana sobre estos, según un estudio con información de 1.300 padres estadounidenses de la aplicación Local Babysitter. Entre los 6 y los 13, hay un descenso: 1,9 informaciones por semana. Cuando el menor cumple 14 años, el ímpetu se reduce a menos de una vez a la semana (0,8). En España, los padres son los más preocupados, según AVG, por las consecuencias futuras en la vida de sus hijos de la cantidad de información online que proporcionan sobre estos (valoran su grado de preocupación en un 3,9 sobre 5). Esta preocupación posiblemente se habrá visto reforzada tras saber que Mark Zuckerberg —el hombre que más ha hecho porque compartamos como compartimos — cree que el futuro, en lugar de abierto, como sostenía hasta ahora, será privado.


Mientras que el sector de la comunicación se ve obligado a proteger la identidad de los menores que salen en su  s páginas, la publicación masiva de imágenes sin filtro de niños en las redes ha convertido la protección en una ironía. El fenómeno es tal que ha dado origen a un nuevo término: sharenting, la suma de share (compartir) y parenting (crianza). En 2015 dos holandeses lanzaron al mercado la marca Koppie Koppie, una tienda online de tazas con fotos de niños cogidas de la Red para señalar el problema. Pero la primera persona que escribió un estudio detallado sobre este extendido fenómeno fue la abogada Stacey Steinberg, que en 2016 publicó el informe Sharenting, la privacidad de los niños en la era de las redes sociales. Esta profesora de Derecho de la Universidad de Florida, EE UU, y madre, estudió en profundidad las implicaciones de esta costumbre planetaria en marcha desde hace más de una década. Los padres son, por un lado, “los veladores de la información personal de sus hijos y, por otro, los narradores de la vida de estos”, escribe Steinberg. Al narrar, compartimos información sobre los hijos a la vez que les privamos del derecho a hacerlo ellos mismos en sus propios términos. Y eso es una fuente potencial de daño a la que hemos prestado poca atención.

Los riesgos a los que se ven sometidos los menores son varios. Para empezar, ponemos más fácil su localización física a criminales o pervertidos. Pero hay además otros peligros de origen digital. Si alguien captura una imagen o un vídeo de un menor, puede simular que sufre algún tipo de peligro y reclamar un rescate. También puede suplantar su identidad en las redes, como ya le ha sucedido a varias influencers. Si, además, al anunciar el nacimiento de un bebé añadimos la fecha (cosa que hacen no pocos padres), podríamos estar propiciando el robo de su identidad. Por no hablar del ciberbullying que quizá causamos al subir una foto ridícula de nuestro hijo (se calcula que en 2018 lo habían sufrido el 59% de los menores, según Pew Research).

Pero hay otra consecuencia más obvia que tampoco solemos tener en cuenta: la opinión del menor. Un 58% de los padres estadounidenses que comparten fotos creen que subirlas sin el consentimiento expreso de sus hijos es correcto, según la empresa de seguridad McAfee. Y un 40% cree que la foto podría llegar a avergonzar al menor, pero que no le importará o que acabará superándolo. Sin embargo, lo que se está comprobando es precisamente lo contrario: que a muchos sí les disgusta el uso que sus padres hacen de su imagen. Valga de ejemplo lo que le dijo la hija de la actriz Gwyneth Paltrow cuando esta subió una imagen de ambas en la que la menor llevaba unas gafas de esquí que cubrían su rostro: “Mamá, ya lo hemos hablado. No puedes publicar fotos mías sin mi consentimiento”, se quejaba Apple. A lo que Paltrow respondía: “¡Pero si ni siquiera se te ve la cara!”.
¿Deberíamos pedir entonces permiso a nuestros hijos cada vez que subamos una foto de ellos? De esto trataba el debate que mantuvieron el pasado mes de octubre varias influencers españolas —Lidia Bedman, mujer de Santiago Abascal, líder de Vox, o Jennifer Ortiz, entre otras—, madres y famosas que, además, reciben dinero por exhibir y exhibirse. Ortiz resumía el dilema durante el debate de la siguiente forma: “El día de mañana, cuando mi hijo me pregunte sobre las fotos que subí de él, le diré: ‘Hijo, lo hice quizá desde mi egoísmo, pensando que eran fotos bonitas y que no te iban a hacer daño. Entonces, en ese momento le pediré perdón y le daré una tarjeta [de crédito] con su dinero”.

Poco a poco van trascendiendo casos puntuales llegados a los tribunales de menores que denuncian a sus padres en Italia, Francia o Estados Unidos. En Francia, las autoridades pueden imponer multas de hasta 45.000 euros más un año de prisión por publicar fotos íntimas de los hijos sin su permiso. “En España no conozco ningún caso aún”, afirma Samuel Parra, abogado especializado en temas tecnológicos. “Lo más habitual es que un padre denuncie al otro por subir fotos sin su consentimiento como le ha sucedido a Bisbal, que denunció a su exmujer, Elena Tablada, por subir a las redes imágenes de la hija de ambos. Si el padre denunciado no retira las fotos, ahí vienen los problemas”.

“Hay una realidad”, opina Laura Baena, publicista y creadora de la web Malasmadres. “Las fotos de menores lo petan. ¿Subimos las imágenes porque nos tocan la parte emocional o realmente estamos mercantilizando a los niños?”.

¿Podemos esperar que las propias redes pongan freno a nuestra locuacidad? Nathan Freitas, del Berkman Klein Center for Internet & Society, un centro de investigación sobre tecnología dependiente de la Universidad de Harvard, cree que sería naif esperarlo: “No les resultaría nada difícil crear un botón muy grande y claro que dijera: ‘Compartir SOLO con mi familia directa’. Pero si eso supone recolectar menos dinero, vayamos olvidándonos de ello”. Y los tribunales ¿podrían poner freno a los padres? Lo habitual es que sean reticentes a priorizar el derecho a la privacidad de los menores ante su propia familia. Se supone que los padres son los mejores guardianes de la privacidad de sus hijos y cuando no lo son, los jueces generalmente aceptan que los padres hacen lo mejor para estos.

Stacey cierra su texto con varias recomendaciones a los padres interesados en proteger a sus hijos: que se familiaricen con las políticas de privacidad de las redes en las que suben fotos. Que fijen alertas que les avisen cuando el nombre de su hijo salga en algún resultado de búsqueda en Google. Que antes de contar algo se planteen no revelar la identidad del menor. Que no den pistas sobre los lugares que visita. Que pidan permiso a estos antes de compartir una información sobre ellos. Que no suban nunca una foto de estos con poca ropa. Y la última: que consideren si esa información que están valorando compartir puede tener algún efecto en el bienestar y en el desarrollo psicológico del pequeño.

Apoyar a los niños a afrontar la pérdida de un compañero de clase por suicidio.

La pérdida de un ser querido por suicidio es un suceso muy doloroso, tanto para los niños como para los adultos. Reconociendo esta realidad, el Instituto de la Mente Infantil (Child Mind Institute) ofrece las siguientes recomendaciones para ayudar a niños y adolescentes a responder a una pérdida dolorosa de un modo saludable:
  • Es fundamental hablar del suicidio de forma clara, pero sin proporcionar detalles a los niños y adolescentes sobre el método específico del suicidio. Docentes y padres deben transmitir mensajes consistentes, para reducir la confusión, la información errónea y el “secretismo”.
  • El suicidio debe explicarse en términos de un trastorno psiquiátrico no tratado. En ocasiones, las personas ocultan el dolor emocional, incluso de aquellos que son más cercanos, lo que dificulta la ayuda. Es esencial no dramatizar o “sensacionalizar” el suicidio, pero no evitar hablar de ello.
  • Los padres deben animar a su hijo o hija a hablar sobre lo que ha oído y lo que está pensando al respecto, escuchándole sin juzgar. Es importante continuar verificando sus dudas, dado que a los niños les lleva tiempo procesar las experiencias perturbadoras, y puede que, más adelante, tenga preguntas importantes que hacerle. Si bien en el caso de los adolescentes, es posible que prefieran hablar de ello sus amigos, los padres deben transmitirles su interés por sus inquietudes y preocupaciones.
  • Si un niño o niña tiene depresión o tiene antecedentes de tentativa de suicidio antes del suceso, es prioritario que los padres tengan esta conversación, y no la eviten porque sea difícil hablar de ello o y porque les preocupe que su hijo/a pueda sentirse peor. Es fundamental ayudarle a exteriorizar sus pensamientos y sentimientos, haciéndole ver la conexión entre ambos. En estos casos, cabe señalar que hablar sobre el suicidio no incrementará el riesgo de que el niño/a con antecedentes previos pueda llegar a cometer otro intento, al contrario: hablar de ello, disminuye el riesgo.
  • Algunos niños pueden sentir culpabilidad, llegando a pensar que podrían haber hecho algo para evitar el suicidio de su compañero/a. Hay que hacerles saber que este es un sentimiento común: cuando una pérdida es muy difícil de aceptar, no podemos evitar pensar en lo que deberíamos o podríamos haber hecho de manera diferente. Hay que ayudarles a comprender que no son responsables, en ningún modo, de lo que ha sucedido, y que cuando sucede algo tan inesperado, el shock inicial tarda un tiempo en desaparecer, antes de poder comenzar a comprender lo que ha sucedido y finalmente lo aceptemos.
  • Es saludable para la comunidad educativa el responder a una pérdida de esta índole mediante una celebración u obituario sobre la vida del niño o adolescente que ha fallecido, así como el poder asistir al funeral, si así lo permite la familia.
  • A veces, los adolescentes pueden recurrir al consumo de alcohol y/o drogas u otras conductas de riesgo, como una forma de enfrentar la pérdida dolorosa. Hay que observarlos de cerca y explicarles que es normal experimentar una amplia variedad de emociones intensas (tristeza, enfado, confusión…), y, algunas veces, al mismo tiempo. Asimismo, es oportuno enseñarles algunas estrategias que les ayuden a controlar estos sentimientos, tales como hablar de ello con amigos o un adulto de confianza, correr o realizar otro ejercicio intenso, ejercicios de respiración, permitirse llorar, etc. Esto es lo que se conoce como “afrontar el problema”, o anticipar posibles dificultades y saber cómo tratarlas.
  • Hay dos factores clave que están involucrados en el suicidio (y ambos se derivan de la depresión). El primero es tener el deseo de morir, que surge de pensamientos negativos (por ej., cuando un niño o niña siente que es una carga, que está completamente solo o que todo el mundo estará mejor sin él o ella). Para contrarrestar esto, los adultos deben expresar de forma clara y concisa lo devastador que sería para ellos si el niño o niña desapareciera de su vida. El segundo factor de riesgo es la capacidad de morir, que proviene de la planificación y de la tolerancia al dolor y al miedo. Los niños que cometen autolesiones presentan un mayor riesgo de suicidio, porque anulan su impulso de autoconservación y se acostumbran a sentir dolor. En estos casos, conocer que otros menores se han suicidado y cómo lo han hecho, puede influir en esta capacidad e incrementar el riesgo de suicidio.
El Instituto concluye recordando que el dolor y la aceptación de una muerte repentina en tales circunstancias lleva tiempo, y no se puede evitar o acelerar este proceso. Sin embargo, ofreciendo a los niños la oportunidad de compartir sus sentimientos, podemos ayudarles a recuperarse de un modo saludable.

Fuente a través del Consejo Gral. de Psicología España

Máster Propio en Políticas de Infancia y Adolescencia: Retos Actuales.

¡¡¡NUEVO!!!.
Máster Propio en Políticas de Infancia y Adolescencia: 
Retos Actuales.














Duración 1 año:
Desde octubre de 2019 a junio de 2020.

El Máster Propio en Políticas de Infancia y Adolescencia: Retos actuales ofrece herramientas teórico-prácticas a profesionales o futuros profesionales e investigadores, que permitan conocer e intervenir en el campo social de la infancia, desde una comprensión global de la misma, que se apoya en las aportaciones de los nuevos estudios de infancia y en las orientaciones que emanan de la Convención sobre los Derechos del Niño, de las Naciones Unidas, para las políticas de infancia.


  • Objetivos
  • Programa
  • Claustro de Profesores
  • Duración y Horario
  • Precio / Becas
  • Eventos
  • Antecedentes
  • Prácticas / Trabajos
  • Preinscripción
  • Redes internacionales

  • El concepto de infancia ha ido evolucionando a lo largo de la historia. En el siglo XX, especialmente en sus últimos años, se ha prestado mayor atención al desenvolvimiento de los seres humanos en esta etapa de la vida, atención que se ha concretado, entre otras cuestiones, en el interés creciente hacia los derechos de la infancia.

    En 1989 este proceso se ve reforzado por la aprobación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los niños y las niñas, que reconoce a las personas menores de 18 años de edad derechos civiles, sociales, económicos, culturales y políticos, derechos de ciudadanía en suma para el colectivo infantil, considerado previamente como puro objeto de protección.

    En el ámbito de las ciencias sociales se ha producido también una transformación. Desde un enfoque sociológico se considera que la infancia es un espacio temporal en la trayectoria de vida de las personas, y también el espacio social definido para el desarrollo de la vida de los niños. Se reconoce que también los niños, como grupo social, no sólo pueden actuar, sino que actúan de hecho, y se relacionan con los demás grupos sociales, modificando, construyendo y contribuyendo a los cambios que se producen en la sociedad.

    En el nivel internacional, la revisión crítica de los viejos paradigmas aplicados en las llamadas “ciencias del niño” ha conducido a un fructífero desarrollo de los “nuevos estudios de infancia” donde confluyen diferentes disciplinas, además de la sociología: desde el derecho a la pedagogía, desde la economía al trabajo social, desde la antropología a la psicología, con amplias y novedosas contribuciones al conocimiento de los rasgos que caracterizan a la infancia y la adolescencia actualmente.

    Por fin, desde las distintas instituciones dedicadas a promover el bienestar de la infancia, se viene destacando la necesidad de contar con profesionales amplia y profundamente formados que contribuyan al diseño e implementación de las políticas sociales, bien sean éstas promovidas por organismos internacionales, Administraciones públicas o por las diferentes organizaciones no gubernamentales que actúan en el país o en la cooperación internacional.

    Con la creación del Máster en Políticas de Infancia y Adolescencia se pretende responder a una demanda creciente de capacitación en el área del diseño y aplicación de políticas de infancia, con especial atención a temas como vulnerabilidad, inmigración, espacio urbano, participación, derecho a la salud y la educación, bienestar y protección jurídico-social de la infancia, indicadores y métodos de investigación

    Así, este Master viene a rellenar un vacío que existe en España, en comparación con el desarrollo que los nuevos estudios de infancia y la formación en Derechos del Niño vienen experimentando en otros países, facilitando:

        La formación de nuevos especialistas o investigadores.
        La posibilidad de realizar intercambios con otras universidades de nuestro entorno geográfico o cultural.

    La asociación con proyectos de investigación transversales sobre la situación de los niños y adolescentes en distintos contextos.


    El Comité de los Derechos del Niño (Naciones Unidas) 
    recomienda a España la formación de profesionales.

    En sus Observaciones finales sobre los informes periódicos quinto y sexto combinados de España expresa reiteradamente la necesidad de que los profesionales que trabajan en administraciones públicas, instituciones, empresas o servicios a la infancia y la adolescencia posean una formación adecuada sobre los derechos humanos de los niños. Así recomienda al Estado que:

    16. c) Imparta a los profesionales que trabajan con los niños y para ellos formación sobre la manera de determinar el interés superior del niño.

    17. b) Promueva los conocimientos de los profesionales de distintos ámbitos que trabajan con los niños y para ellos, incluidos los jueces y fiscales de familia, e imparta programas de formación acerca de los derechos del niño y de la aplicación del derecho del niño a ser escuchado, entendido como un derecho y no como una obligación.

    31. c) Imparta formación permanente de buena calidad a todo el personal docente en las clases ordinarias y vele por que se presten un apoyo individual suficiente y la debida atención a los niños con dificultades de aprendizaje.

    43. b) Impartir a todos los profesionales que intervienen en cuestiones de protección internacional y de migración formación sobre la Convención, los derechos del niño y el deber de proteger a los niños que solicitan protección internacional.


    El Máster en Políticas de Infancia y Adolescencia: Retos actuales
     ofrece un programa formativo que satisface ampliamente 
    las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño.









    “No es el fin del mundo, estamos a tiempo”.

    La lucha contra el cambio climático no puede esperar. No hay planeta B”.
    Entrevista a Manuela Martín,  Jóvenes por el clima.

    Cristina Benito,

    Con solo 16 años, Manuela Martín lucha para que los líderes mundiales escuchen el grito de auxilio de las generaciones más jóvenes, que en pocos años sufrirán los efectos del cambio climático. Aunque sabe que ya es demasiado tarde para pararlo, insiste en que aún estamos a tiempo de paliar sus consecuencias. Pero hay que actuar ya. Espera que la próxima huelga mundial del clima en septiembre sea un punto de inflexión.

    Digna representante de su generación, la Generación Z , Manuela Martín deja cada viernes sus clases de 4º de la ESO para reclamar a los líderes mundiales medidas inmediatas que frenen el cambio climático y les aseguren un planeta para ellos y sus descendientes.
    Con apenas 16 años Manuela lo tiene claro. A pesar de no tener acceso a la Administración ni a las instituciones, ni siquiera edad para votar, si los jóvenes no alzan la voz ahora, cuando tengan posibilidad de intervenir ya será demasiado tarde.

    Activista del movimiento global Jóvenes por el clima,  es consciente de que “no se puede frenar o parar el cambio climático, aunque sí que podemos intentar mitigar algunos de sus efectos”. “En España vamos a sufrirlo y todavía no somos conscientes de ello”, añade Manuela.

    La juventud le hace ser optimista e insiste en que hay esperanza.  “No es el fin del mundo, estamos a tiempo”, confiesa Manuela. La buena noticia es que la gente está tomando conciencia de esta crisis climática: “Los ciudadanos mayores empiezan a ver la necesidad de dejar un mundo mejor para sus hijos, que son los que realmente van a sufrir el cambio climático”.

    En lucha
    Las reclamaciones de los jóvenes se personalizan en la joven sueca Greta Thumberg, que inició en Estocolmo el pasado verano el movimiento Fridays for Future. El 15 de marzo de 2019 se dio el pistoletazo de salida para la lucha en España. Ese día, miles de personas salieron a la calle de decenas de ciudades con un manifiesto por delante y un lema por bandera: “La lucha contra el cambio climático no puede esperar. No hay planeta B”.
    Manuela hace un llamamiento para la próxima gran convocatoria. “Esperamos que la huelga mundial que va a haber en septiembre sea descomunal. Que no haya un solo político en el mundo que no nos escuche gritar que queremos un planeta, porque no va a haber otro“.




    Es un movimiento que comenzó en agosto de 2018. Greta Thunberg se sentó frente al parlamento sueco todos los días escolares durante tres semanas para protestar contra la falta de acción contra la crisis climática. Ella publicó lo que estaba haciendo en Instagram y Twitter y pronto se volvió viral.
    El 8 de septiembre de ese año, Greta decidió continuar golpeando todos los viernes hasta que las políticas suecas proporcionaran un camino seguro por debajo de los 2 grados centígrados, es decir, uno de los objetivos del Acuerdo de París de 2015.
    Su iniciativa inspiró a jóvenes del todo el globo, que comenzaron a seguir su ejemplo y a reivindicar la lucha por un mundo que, como rezan su consignas, "no se puede reemplazar". 

    El niño activista al que, tras cinco años en prisión, Arabia Saudí quiere crucificar.

    Murtaja Qureiris tenía 10 años cuando habló con un megáfono en una concentración.
     Tres años después, fue detenido. 
    Ahora, con 18 recién cumplidos, se enfrenta a la pena capital.
    "Murtaja es, sin duda, la víctima más joven de un sistema judicial saudí 
    que descaradamente incumple la legislación internacional"
    Francisco Carrión,
    El niño activista al que, tras cinco años en prisión, Arabia Saudí quiere crucificar
    Corría 2011. Soplaba el viento a favor de la primavera árabe. Murtaja Qureiris apenas tenía diez años cuando, en una concentración de chiquillos con bicicletas, lanzó megáfono en mano una súplica: "El pueblo reclama derechos humanos". Por aquel episodio fue detenido tres años después y ahora, recién cumplida la mayoría de edad, se enfrenta a la pena capital, con la petición del fiscal de que su cuerpo sea sometido a la crucifixión pública y la desmembración.
    "Murtaja es, sin duda, la víctima más joven de un sistema judicial saudí que descaradamente incumple la legislación internacional", reconoce a EL MUNDO Maya Foa, directora de la ONG británica Reprieve. "Hay otros muchos jóvenes en el corredor de la muerte saudí, con un riesgo inminente de ejecución por ejercitar su derecho a la libertad de expresión. Los socios occidentales del reino deberían exigir justicia para todos ellos", comenta.
    Murtaja se ha convertido en el enésimo icono del calvario que sufren quienes desafían a la monarquía saudí del príncipe heredero Mohamed bin Salman. El joven procede de una provincia del este de Arabia Saudí y creció en una familia de activistas de la minoría chií, que denuncia décadas de marginación. Su hermano Ali murió en la represión gubernamental de una de las marchas que han tomado la calle desde 2011, al calor de las revueltas que sacudieron la región y que fueron sofocadas con la complicidad occidental a través de una renovada oleada de autoritarismo.
    El menor fue detenido en septiembre de 2014 pero la fiscalía general saudí no presentó cargos en su contra hasta tres años después. Entre las acusaciones, figuran participar en protestas antigubernamentales, asistir al funeral de su hermano, estar en posesión de armas de fuego, arrojar cócteles molotov contra una comisaría, y enrolarse en una organización terrorista. Murtaja, trasladado a un centro de detención juvenil, pasó su primer mes entre rejas en confinamiento solitario.

    "Hay al menos seis menores ejecutados el pasado abril"

    Su defensa denuncia que fue forzado a ofrecer una confesión con la promesa falsa de que sería puesto en libertad. Lejos de recobrarla, en mayo de 2017 fue conducido a un centro penitenciario de adultos. Las autoridades no le permitieron contactar con un abogado hasta la primera vista de su juicio, celebrada el pasado agosto ante una corte especializada en delitos de terrorismo. Según Amnistía Internacional, la petición del fiscal es que sea condenado a pena capital -habitualmente por decapitación- y sometido a la "crucifixión", un término empleado por los tribunales locales para referirse a la exposición pública del cuerpo tras el degollamiento.
    Su más que probable futuro en el corredor de la muerte ha suscitado ahora la alarma internacional. "No hay vulneraciones más graves de la legislación internacional que la ejecución de un niño. Al pedir la pena capital para Murtaja, poco después de ejecutar a otras personas que fueron arrestadas cuando eran adolescentes, el régimen saudí está publicitando su impunidad ante el mundo", denuncia Foa.
    Murtaja Qureiris, en el centro de la imagen, en una captura del vídeo de 2011 difundido
    El "vía crucis" de Murtaja, que aguarda a la próxima sesión de su juicio, no es un caso aislado en el reino ultraconservador. "Hay al menos diez menores que fueron ejecutados durante el reinado de Salman, entre ellos seis el pasado abril. Es una práctica que se ha convertido en común en este Gobierno", advierte en declaraciones a este diario Ali Adubisi, director de la Organización Europea Saudí de Derechos Humanos.
    "Junto a Murtaja, las vidas de otros tres menores de edad, Dawud al Marhun, Ali al Nimr y Abdalá al Zaher corren peligro por la brutalidad del Gobierno", agrega Adubisi. El caso más conocido es precisamente el de Al Nimr, de 24 años y sobrino de Nimr al Nimr, un reformista chií ejecutado a principios de 2016 por liderar las protestas pacíficas que recorrieron la provincia saudí de Al Qatif exigiendo el fin de la discriminación a la minoría chií del país y una reforma constitucional.
    A finales de abril Riad ejecutó a 37 presos en seis ciudades del reino. Las víctimas eran, en su mayoría, miembros de la maltratada minoría chií y habían sido condenados por espionaje, violencia, terrorismo y participación en manifestaciones. Entre los enviados al cadalso, se encontraban tres súbditos que fueron arrestados cuando eran menores. "La información que manejamos nos indica que otros menores son candidatos a sumarse a la lista de condenados a muerte", admite Adubisi.

    Confesiones extraídas bajo tortura

    En todos los casos -subraya el activista-, se cumplió el mismo patrón. "Los menores fueron ejecutados después de confesiones extraídas bajo tortura y coerción. La mayoría fueron acusados por protestar y reclamar derechos y han sido privados de cualquier derecho legal. Algunos ni siquiera han tenido oportunidad de reunirse con un letrado", detalla.
    Las recientes ejecuciones han concitado la condena internacional para un país que aún arrastra el descrédito por el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul. Según Human Rights Watch, 139 personas fueron ejecutadas en el reino el pasado año. En lo que va de 2019, 110 personas han corrido la misma suerte. Riad alega que la aplicación de la pena capital "solo puede ser impuesta para los delitos más graves y tras someterse a los controles más estrictos".
    Un argumento que rechazan las organizaciones de derechos humanos. "Las autoridades saudíes tienen un escalofriante historial de uso de la pena de muerte como arma para aplastar la disidencia política y castigar a los manifestantes antigubernamentales, incluidos menores de la perseguida minoría chií del país", denuncia Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional en Oriente Próximo. Un decapitación que ahora sobrevuela sobre el sombrío porvenir del pequeño Murtaja.

    Más información relacionada:

    ¡Cumplimos 30!. Proceso participativo del Día de la Infancia ¡30 Aniversario de la Convención!.

    ¡30 Aniversario de la Convención!.






    Para participar en el proceso y solicitar talleres, 
    es necesario realizar una prescripción 
    a través del formulario 
    hasta el 15 de septiembre.

    Con motivo de la conmemoración del Día Universal de los Derechos de la Infancia la Plataforma de Infancia, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social organiza, desde hace más de 10 años, actividades para la formación, toma de conciencia y divulgación de los derechos de niñas, niños y adolescentes recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño.

    Este año la Convención sobre los Derechos del Niño cumple 30 años y, para celebrarlo, queremos contar un año más, con la participación de niñas, niños y adolescentes, y reivindicar que sus opiniones deben ser consideradas en todos los temas que les afectan, porque las decisiones que se tomen ahora comprometen su presente y su futuro.

    Por eso, lanzamos el proceso participativo “Cumplimos 30”, para que niños, niñas y adolescentes puedan trabajar las propuestas que se presentarán el 20 de noviembre en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social con motivo del Día de la Infancia. Para ello, desde la Plataforma de Infancia hemos desarrollado una Guía para Educadores, e impartiremos talleres a aquellos grupos que lo soliciten. Además, recopilaremos todas las conclusiones y demandas de los chicos y chicas y las elevaremos a los organismos competentes para que sean tenidas en cuenta.

    Para participar en el proceso y solicitar talleres, es necesario realizar una prescripción a través del formulario hasta el 15 de septiembre.

    Calendario para el proceso ¡Cumplimos 30!

    • Inscripción a las actividades y/o talleres: hasta el 15 de septiembre.
    • Confirmación de los talleres (daremos preferencia a las organizaciones miembro de la Plataforma de Infancia): del 16 al 20 de septiembre
    • Ejecución de las actividades: desde la confirmación de inscripción hasta el 15 de octubre.
    • Envío de conclusiones de las actividades: hasta el 15 de octubre.
    La información completa de la convocatoria, materiales, participantes, puede encontrarse en la web www.diadelainfancia.es

    MÁSTER Políticas de Infancia y Adolescencia: Retos actuales. Abierto plazo curso 2019/2020.

    MÁSTER
    Políticas de Infancia y Adolescencia: Retos actuales

    Escuela de Gobierno (Universidad Complutense de Madrid)
    ABIERTO EL PLAZO DE INSCRIPCIÓN
    Presentación
    El concepto de infancia ha ido evolucionando a lo largo de la historia. En el siglo XX, especialmente en sus últimos años, se ha prestado mayor atención al desenvolvimiento de los seres humanos en esta etapa de la vida, atención que se ha concretado, entre otras cuestiones, en el interés creciente hacia los derechos de la infancia.
    Por fin, desde las distintas instituciones dedicadas a promover el bienestar de la infancia, se viene destacando la necesidad de contar con profesionales amplia y profundamente formados que contribuyan al diseño e implementación de las políticas sociales, bien sean éstas promovidas por organismos internacionales, Administraciones públicas o por las diferentes organizaciones no gubernamentales que actúan en el país o en la cooperación internacional.
    Con la creación del Máster en Políticas Sociales de Infancia y Adolescencia se pretende responder a una demanda creciente de capacitación en el área del diseño y aplicación de políticas de infancia, con especial atención a temas como vulnerabilidadinmigraciónespacio urbanoparticipación, derecho a la salud y la educaciónbienestar y protección jurídico-social de la infancia, indicadores y métodos de investigación
    Así, este Máster viene a rellenar un vacío que existe en España, en comparación con el desarrollo que los nuevos estudios de infancia y la formación en Derechos del Niño vienen experimentando en otros países, facilitando:
    • La formación de nuevos especialistas o investigadores.
    • La posibilidad de realizar intercambios con otras universidades de nuestro entorno geográfico o cultural.
    • La asociación con proyectos de investigación transversales sobre la situación de los niños y adolescentes en distintos contextos.

    Estructura del PROGRAMA:
    BLOQUE I: Perspectivas teóricas en los estudios de infancia (7 créditos)
    Sociología de la Infancia en España
    Teorías de infancia y sociedad
    Calidad de vida y bienestar subjetivo en la infancia
    La infancia como agente en la sociedad digital y su relación con las nuevas tecnologías
    BLOQUE II: Políticas y derechos de los niños (7,5 créditos)
    Modulo 2.1. Bienestar social y políticas sociales:
    Modulo 2.2. Derechos de infancia:
    BLOQUE III. Métodos de investigación e intervención con infancia (10,5 créditos)
    Modulo 3.1. Métodos de investigación con infancia
    Modulo 3.2. Métodos de intervención con infancia
    BLOQUE IV. El derecho a la educación, la salud y una vida digna (8,5 créditos)
    Modulo 4.1. El derecho a la educación
    Modulo 4.2. El derecho a la salud
    Modulo 4.3. El derecho a una vida digna
    BLOQUE V. Infancia y adolescencia en un mundo urbano, globalizado e hiperconectado (6,5 créditos)
    Modulo 5.1. La infancia en un mundo globalizado
    Modulo 5.2. La vida de los niños, niñas y adolescentes en la ciudad
    Modulo 5.3. La infancia en la era de internet
    BLOQUE PRÁCTICO (20 créditos)
    Elaboración y defensa de una tesis de fin de máster
    El Master en Políticas de Infancia y Adolescencia: Retos actuales ofrece un programa formativo que satisface ampliamente las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño.

    Perfil del estudiante

    a) Profesionales del ámbito de la infancia, en los servicios públicos, la empresa o el tercer sector que en la actualidad ya están trabajando y desean profundizar en estos conocimientos, así como adquirir un Título Propio de Máster de la UCM.

    b) Graduados o equivalentes que procedan de titulaciones afines y quieran especializarse en estas materias para ejercer en el futuro su carrera profesional en ellas, así como obtener una titulación de Máster Propio UCM.

    c) Investigadores predoctorales y postdoctorales que desean profundizar en la línea de los nuevos estudios de la infancia.

    Metodología

    Clases teóricas, dirigidas a proporcionar los conocimientos teóricos a los alumnos, mediante un diálogo con el profesor.
    Clases prácticas, dirigidas al debate y la reflexión de los alumnos para que los conocimientos adquiridos puedan aplicarse en el ámbito profesional.
    Tutorías individuales, para la orientación del trabajo de fin de Máster.
    DuraciónOctubre de 2019 a Junio de 2020
    HorarioViernes, de 15.30 a 20.00 h y algunos sábados, de 9.30 a 14.00 h

    Lugar: Escuela de Gobierno - Universidad Complutense de Madrid

    Información sobre financiación, forma de pago y becas:
     solicitarla en la siguiente dirección ebrey@ucm.es

    INFORMACIÓN pulsar AQUÍ

    PREINSCRIPCIÓN pulsar AQUÍ

    Conferencia Inaugural:
    4 de octubre de 2019,
    de 15h30 a 17h30,
    En la Escuela de Gobierno,
    Campus de Somosaguas de la UCM.
    Es un placer anunciar la conferencia inaugural del "Máster en Políticas de Infancia y Adolescencia: Retos Actuales" (2019-2020), de la Escuela de Gobierno de la UCM, a cargo de Felipe Morente, Catedrático de Sociología de la Infancia en la Universidad de Jaén. 
    Dicha intervención acerca de "La imagen actual de la infancia, de la paidolatría a la ciudadanía incierta" será celebrada en la Escuela de Gobierno, en el Campus de Somosaguas de la UCM, el 4 de octubre de 2019, de 15h30 a 17h30, antes de la primera sesión del título. 
    Si desea asistir, se ruega inscripción mediante el siguiente enlace: 

    Los chicos que practican gimnasia rítmica: "Sufren más insultos de lo que la gente imagina".





    Aunque su familia trató de aislarle de comentarios, insultos y situaciones que pudieran afectarle, el joven vizcaíno ha tenido momentos críticos. "Como todos los niños que han elegido este camino", apunta Anabel a eldiario.es. "Todas las familias tenemos historias comunes y lo único que queremos es que las siguientes generaciones puedan practicar la gimnasia en igualdad".


    Para Eneko el proceso de incorporación a un deporte que a priori le excluía fue muy natural. En su barrio estaba el Sakoneta, uno de los mejores clubes, donde también entrenaba su hermana. Con apenas dos años las entrenadoras vieron potencial en él y crearon un grupo de iniciación. A los cuatro ya tenía una importante dedicación, y fue entonces cuando el entorno se volvió hostil.

    "Empezamos a filtrar comentarios tipo 'a estos padres habría que darles un par de hostias para que saquen a su hijo de ahí' o 'se le pasaba la tontería con un par de tortas' o 'por culpa de ese niño a mi hijo le está gustando esto'. Infinidad de cosas hemos tenido que aguantar. Intentamos que no le llegasen a él, pero qué tontería, le acabarían llegando. De 'eres un maricón' o 'eres una nena'… para arriba". El momento más difícil llegó a los 13 años, con la explosión de hormonas –como lo define su madre–. "No quiso dejar la gimnasia, pero sí le afectaban los comentarios que escuchaba. Con ayuda externa hemos conseguido sacarlo de ahí y ahora lo tiene muy claro. Él es gimnasia".

    Según datos de la Federación de Gimnasia, en el primer campeonato de España individual en 2012 participaron 15 gimnastas. Siete años después han sido 67 los participantes, a los que hay que sumar los 34 de la nueva Copa de España. Entre los que se han incorporado recientemente está Ismael Gómez, campeón benjamín en pelota y subcampeón en la clasificación general. Perteneciente al C.D.Húecar de Cuenca, su padre Rubén se asombra con la evolución de la gimnasia rítmica masculina en solo tres temporadas, desde que se inició con siete años.

    "En este poco tiempo ya hay otros dos niños de cinco y seis años que siguen sus pasos en el club y a nivel nacional hay una enorme diferencia. Cuando empezamos había dos o tres campeonatos en toda la temporada y ahora tenemos diez o doce salidas cada año". Como todos los niños que se sumergen en este deporte, Ismael también ha pasado momentos difíciles, especialmente en el colegio. "La gimnasia rítmica masculina es complicada. No está bien vista para un hombre y ha sufrido más insultos de lo que la gente se imagina. El chaval ha tenido muy malos momentos. Sus amigas lo adoran y lo quieren, pero los niños no lo ven tan bien".

    Sobre el tapiz se aíslan de esos comentarios y se transforman. "Eneko ahí es feliz, es su vía de escape. Pero fuera es otra historia", dice su madre. "Ha tenido que sacar fuerza para entrenar porque los niños dicen verdaderas brutalidades cuando son pequeños, lo que escuchan en casa, y luego crecen y hay un boom donde el hombre es hombre, la mujer es mujer, y hay machitos y princesitas. No sabemos gestionar las diferencias porque no hay educación en las casas y en el cole. Luego poco a poco van madurando. Ahora algunos de los compañeros a los que llama 'machitos', los del fútbol, también le admiran".

    Necesidad de referentes

    Según los datos del Consejo Superior de Deportes, en España hay 3.966 hombres federados en la gimnasia de 41.897, pero al no existir el equipo nacional masculino, es difícil cuantificar cifras concretas sobre la rítmica como especialidad masculina. En su afán por crecer, saben que el apoyo entre ellos es esencial, que cualquier gesto o comentario ayuda a los más pequeños. Los mayores son conscientes de que pueden suponer un referente como lo fue para Eneko el valenciano Álvaro Prada, quien le animó a seguir durante una competición.

    "Ahora es él quien se acerca a los pequeños", relata su madre. "Cuando eres bueno en un deporte tienes que utilizarlo para mejorar la sociedad, y hacerlo fuera del tapiz. En casa lo hablamos. Trabajamos para que sea un buen deportista pero también para cambiar cosas. Tenemos mucho camino por delante, hay tanto que hacer por la igualdad… Todos los padres que estamos con niños en la gimnasia tenemos estos problemas. Sabemos que tenemos que hacer que los que vengan después lo tengan más fácil. Como hizo Rubén Orihuela, el primer federado, que se partió la cara por dar a conocer este deporte. Eneko no es consciente de que sea un referente. Me dice 'mamá, pero qué les voy a decir yo'. Pero sabe que puede marcar su trayectoria. Tomamos el relevo de Rubén".

    Rubén Orihuela se lanzó a la gimnasia rítmica hace veinte años, cuando nadie imaginaba que un niño pudiera practicarla. Lo hizo de forma inconsciente. "Tuve la suerte de ser un ignorante", comenta. Tenía 11 años y realmente no sabía que los chicos no la practicaban, que no existía. "Simplemente pensaba que donde yo entrenaba no había niños pero que si mejoraba algún día me encontraría con otros. Con el tiempo te das cuenta y entonces vienen las dificultades. Era un sueño, pero era muy complicado tener un sueño cuando no puedes ver que alguien lo ha hecho, no puedes tener referentes. Te gustaría volar, vale, pero ¿has visto a alguien volar alguna vez?"

    Entrenador desde 2010 y especialmente desde su retirada en 2018, Rubén Orihuela trata de aconsejar y ayudar. "Cuando te reúnes con ellos o te escriben, miras atrás. Recuerdo cómo viví ese momento en el que me está preguntando, por el que está pasando, y pienso en qué puedo colaborar". Lo hace también en su gimnasio, donde ya hay algún niño. "Estos chicos son muy valientes solo con el hecho de ir cada día, compartir espacio con tantísimas niñas y todo lo que repercute por detrás… Aunque tenga solo uno o dos niños llenan el espacio. Es muy diferente, aman lo que hacen. Hay muchas niñas que hacen gimnasia porque sus padres les apuntan porque es lo que toca, porque es lo normal y después ya ves si le gusta. El niño que decide hacer gimnasia está teniendo una lucha tremenda en su vida, y sabes que va a dar todo en cada entrenamiento".

    Los gimnastas se fijan en España

    Pese a las carencias y la lentitud con la que ha crecido, España es ya un referente para gimnastas masculinos de todo el mundo. La Federación Internacional –muy influenciada por las potencias de Rusia o Japón– no concibe que los hombres puedan practicar esta especialidad. Gimnastas de Italia, Francia o Sudamérica toman España como referencia. "Vivimos un poco al margen de lo que dicen", explica Anabel. "Este año ha sido el primer torneo en Ámsterdam y han ido Eneko, Álvaro y Javier con otros dos chicos franceses. Conocemos que hay alguno en Grecia, en Estados Unidos… pero tienen muy poca posibilidad de desarrollarse. Nosotros estamos mal, porque también hay voces discordantes y mucho miedo al cambio, pero nada que ver con lo que vemos fuera".
    En ese camino, Rubén Orihuela, primer federado, fue esencial. "Hay países ahora que se encuentran exactamente igual que cuando empecé yo", dice. "Tienen un solo niño intentando cambiar las normas. Hay un movimiento, hay gimnastas en todo el mundo tratando de romper esos moldes. Se ponen en contacto con entrenadores y gimnastas de aquí para ver cómo pueden hacerlo. Su camino va a ser más corto que el que pude tener yo, porque una cosa es iniciar el movimiento y otra es sumarse a él".
    Para cambiar la percepción social sobre su participación en la gimnasia conocen dos vías: visibilidad y educación. La primera es la sensación de que lo que no sale en televisión no existe. La segunda, que mientras se siga imponiendo el fútbol para ellos, habrá pocos cambios. "Hay que empezar desde los colegios, donde esos profesores pasan tantísimas horas con los niños", dice Rubén. "Crecemos con lo que vamos escuchando día a día. Si desde el colegio ya te dicen que los niños juegan al fútbol y las niñas hacen ballet, vamos a seguir de la misma forma. Es muy complicado cambiar esto, tenemos que pensar que estamos en una disciplina que ha cambiado sus normas por completo, que es un movimiento importante", recalca. "La gimnasia, pese a las licencias, es minoritaria. Y dentro de eso lo chicos aún más. Son lo último de lo último", recalca Anabel. "Para cambiar esto tiene que cambiar la sociedad, pero si hacemos ruido conseguiremos que dejemos de ver como ‘machorra’ a una chica por jugar al rugby o ‘amariconado’ a un niño porque hace gimnasia".