Generación Mei Ming: "Sin Nombre"
La adolescencia de las niñas chinas abandonadas y adoptadas en España
miradas desde la adolescencia
Película Documental de David Gómez Rollán Photo-Films on Vimeo.
Un documental cuenta la historia de
la primera generación de menores chinas
que llegaron al país en 1995,
luego de ser abandonadas por sus padres que querían tener hijos varones.
Mei Ming, que significa "sin nombre",
en homenaje a todas aquellas niñas
que nunca pudieron salir de los orfanatos
“De china tengo los ojos pero no tengo el idioma, y de España tengo el idioma pero no tengo los rasgos, así que soy rara en todas partes”, cuenta Marina, una adolescente china de 17 años que vive desde sus primeros meses de vida en Sevilla con su familia adoptiva. Ella, al igual que otras 99, forman parte de la primera generación de niñas chinas adoptadas en España en 1995.
Según explica la periodista Lola Hierro, de El País de Madrid, la oleada de adopciones se dio en los años noventa, años después de que en el país asiático se implementara la ley de hijo único, con el fin de reducir el crecimiento demográfico en las zonas urbanas. Estos cambios en la planificación familiar en China llevaron a la terrible consecuencia de que muchas familias que buscaban tener un varón abandonaran a las niñas en las estaciones de tren, en la calle o en refugios. España fue el segundo país del mundo que más adoptó niños y hoy residen allí 18.000 menores de procedencia asiática.Esa primera generación, a la que pertenece Marina, está atravesando la adolescencia, etapa en la que las dudas, las preguntas, y los cuestionamientos sobre la doble identidad y el abandono se hacen inevitables.En este sentido, el director cinematográfico David Gómez Rollán, que tiene una hermana adoptada de 10 años, decidió poner a seis de ellas ante las cámaras para que cuenten sus historias, experiencias y preocupaciones. Así fue que nació el documental Generación Mei Ming: miradas desde la adolescencia, que está siendo presentado en varias ciudades españolas.
Allí las jóvenes relatan como temas relevantes la inseguridad, la falta de autoestima y los ataques racistas que han recibido, sobre todo en esta etapa de la vida que están atravesando. También la importancia de la ayuda de sus padres para enfrentar los problemas.
“Había un niño que iba a por ella. La llamaba puta china y le decía que se fuera a su país”, recuerda Mariví, la madre adoptiva de Estela, de 12 años. “Cuando me rechazan por el hecho de ser china me afecta, me duele que solo por eso no me vayan a aceptar”, cuenta la adolescente.“Tenemos un plus de dificultad en comparación con los que no son adoptados. Nosotros pensamos en nuestros orígenes, en por qué nos abandonaron… son preguntas que alguien que no ha sido adoptado no se plantea”, expresa por su parte Irene, que llegó a España con 17 meses.“No me siento adoptada, mis padres son mis padres sin ninguna etiqueta”, agrega. “Los padres biológicos que están en China sí que la tienen; no los conozco y no forman parte de mí”, afirma.“A veces he pensado que estaría mejor en China, pero no puedo saberlo; allí no tendría familia, no tendría el amor que tengo de mi madre…”, dice por su parte Estela.
Rollán explica que el documental se llama Mei Ming, que significa "sin nombre", en homenaje a todas aquellas niñas que nunca pudieron salir de los orfanatos.
Según informa Hierro, hoy las adopciones de niños chinos en España han descendido de forma abismal. En 2005 llegaron 2.753 menores provenientes de ese país y las últimas cifras, de 2012, indican que ese año fueron adoptados 447.
Esta baja se adjudica principalmente a las restricciones que se han puesto a las adopciones. Ahora quien quiera adoptar a un niño chino deberá tener pareja, nivel de estudios por encima del bachillerato y niveles de ingresos mínimos anuales de US$10.000 por cada miembro del núcleo familiar, entre otras exigencias.