El tiempo de la infancia es ahora

Elementos como, por ejemplo, la dificultad para acceder a una vivienda adecuada o el precio que las familias tienen que pagar para acceder están contribuyendo al aumento de la pobreza. Y esto tiene un impacto mayúsculo en los niños


elPeriódico

Jaume Lanaspa

Presidente de Unicef Comité Catalunya

02 MAY 2024


Un grupo de niños en el patio de una escuela. / FERRAN NADEU

La infancia no es una etapa como cualquier otra de la vida. Es un momento clave en nuestro desarrollo. Todo lo que vive -o no vive- un niño o una niña tiene un impacto que marca no solo su infancia y adolescencia, sino también su vida adulta y la de las futuras generaciones. Por eso es tan importante invertir en los niños, niñas y adolescentes e incorporar su opinión en la toma de decisiones: porque más allá de ser una cuestión de derechos, es fundamental para avanzar hacia una sociedad más justa y cohesionada.


En el tiempo de la infancia, cada minuto de cada día, cuenta. Y las elecciones al Parlament de Catalunya son una nueva oportunidad para situar los derechos de la infancia en el lugar que les corresponde en la agenda política. Aunque no votan, los niños y adolescentes son casi el 18% de la población del país.


Los periodos electorales son un buen momento para mirar atrás y valorar los avances conseguidos, pero sobre todo para fijar la mirada en los retos y compromisos todavía pendientes. En la última legislatura se ha conseguido poner el foco en retos estructurales que hay que abordar de manera urgente y prioritaria, como la pobreza infantil o la salud mental de los niños y adolescentes.


Catalunya, con 1 de cada 3 niños en riesgo de pobreza o exclusión social, se sitúa a la cola de la Unión Europea. Nuestra sociedad genera muchas desigualdades y la protección social a la infancia y las familias no consigue revertir esta situación. De hecho, la tendencia de los últimos años muestra que esta problemática ya es crónica, y elementos como, por ejemplo, la dificultad para acceder a una vivienda adecuada o el precio que las familias tienen que pagar para acceder están contribuyendo al aumento de la pobreza. Y esto tiene un impacto mayúsculo en los niños.


Que un niño o una niña viva la pobreza o la exclusión social se traduce en vulneraciones de derechos que le dificultan una vida plena y reducen sus oportunidades. Es un factor que alimenta la crisis de salud mental que vive actualmente la infancia, con trastornos que aparecen cada vez en edades más tempranas y que demasiado a menudo no reciben una atención y seguimiento adecuados. También incide de manera clara en su experiencia y resultados educativos, porque es evidente que quienes más sufren la segregación escolar o quienes más abandonan prematuramente los estudios son los niños y adolescentes en situación más vulnerable.


En UNICEF Comité Catalunya hemos compartido 10 propuestas con las fuerzas políticas con representación parlamentaria, haciendo hincapié en los grandes retos que amenazan a la infancia y sus derechos. Es imprescindible que, gobierne quién gobierne, a partir del 12 de mayo, se desarrolle e implemente la estrategia de lucha contra la pobreza infantil. Y también es fundamental que esta hoja de ruta cuente con la participación de los niños, con los recursos económicos necesarios y que ponga especial atención en los niños y niñas en situaciones más vulnerables.


En paralelo, debemos cuidar la salud mental de la infancia y la adolescencia, cosa que pasa por reforzar el papel de la atención primaria y desplegar el Pacte Nacional de Salut Mental para avanzar hacia un abordaje psicosocial, preventivo y comunitario. Al mismo tiempo, hay que garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes en el entorno digital, impulsar las figuras de protección a la infancia, fortalecer el sistema de protección, con especial atención a los chicos y chicas migrantes no acompañados, y defender los derechos de niños y niñas en todo el mundo con el cumplimiento del 0,7%.

Los niños no pueden esperar más. A pesar de los avances, las políticas públicas todavía no los tienen suficientemente en cuenta. Porque los niños y las niñas no son solo responsabilidad de sus familias: lo son de todas y todos. Y si no se toman acciones decididas ya, las consecuencias negativas también las sufrirá todo el mundo. Como ciudadanos del presente que son, ahora es el momento de que la agenda política en Catalunya se comprometa decididamente con los niños y sus derechos. Es el momento de que gane la infancia. 

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