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Pobreza y Desigualdad. Informe OIAA 2024

El cuaderno Pobreza y Desigualdad forma parte de la serie monográfica Estado de la Infancia y Adolescencia en Andalucía, cuyo objetivo es dar a conocer la realidad de la población menor de 18 años en distintos ámbitos de conocimiento a partir de indicadores cuantitativos procedentes de registros oficiales y encuestas consolidadas.



Observatorio de la Infancia y Adolescencia de Andalucía (OIAA)

Junta de Andalucía. 

Consejería de Inclusión social, Juventud, Familias e Igualdad

Ainhoa Rodríguez García de Cortázar

Octubre de 2024



Esta publicación presenta los resultados de los principales indicadores disponibles sobre pobreza infantil en Andalucía, comparados con los de España y la Unión Europea, así como con las cifras de pobreza entre la población de todas las edades. Incluye indicadores como el riesgo de pobreza o exclusión social (AROPE), el riesgo de pobreza relativa y de pobreza grave o severa tanto en niñas como en niños, el efecto que las transferencias sociales y las pensiones tienen en la reducción de la pobreza relativa y la pobreza grave, las carencias sociales y materiales severas, las distintas carencias materiales, así como los principales índices de desigualdad económica.


En 2023 el 38,3% de las personas menores de 18 años de Andalucía se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social (umbral de pobreza relativa de Andalucía), el 47,1% si se calcula el AROPE con el umbral de pobreza relativa de España. En un año ha aumentado entre 2 y 4 puntos porcentuales el riesgo de pobreza o exclusión social en la infancia y adolescencia de la comunidad autónoma.


Los hogares monoparentales con hijos/as dependientes de Andalucía experimentan mayor riesgo de pobreza o exclusión social que otros tipos de hogares. En 2023 el 57,3% (umbral de pobreza de Andalucía) o el 66,1% (umbral de pobreza de España) de estos hogares se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. De 2022 a 2023 se ha incrementado 9 puntos porcentuales el porcentaje de hogares monoparentales con hijos o hijas dependientes en riesgo de pobreza o exclusión social en la comunidad autónoma.


La pobreza relativa o riesgo de pobreza alcanza en 2023 al 29,2% de la población andaluza menor de 18 años si se calcula con el umbral de pobreza de Andalucía, al 42,5% de los niños y niñas con el umbral de pobreza de España. Este riesgo de pobreza es entre 10 y 12 puntos porcentuales más elevado que el de la población de todas las edades. Las transferencias sociales contribuyen a reducir la pobreza infantil 10 puntos porcentuales, las pensiones la reducen 3 puntos porcentuales (umbral de pobreza de Andalucía).


Además, el 16,3% de los niños, niñas y adolescentes en la comunidad autónoma viven en situación de pobreza grave o severa (umbral de pobreza severa de Andalucía) en 2023, el 21,3% si se emplea el umbral de pobreza severa de España. Este riesgo de pobreza es 7 u 8 puntos porcentuales más elevado en la infancia y adolescencia que entre la población general. Si no existiesen las transferencias sociales y las pensiones de jubilación o supervivencia la pobreza grave o severa en la población andaluza menor de edad sería 8 puntos porcentuales mayor (umbral de pobreza grave de Andalucía).


El 10,2% de los niños, niñas y adolescentes de Andalucía residen en hogares sin empleo o con muy baja intensidad laboral según la Encuesta de Condiciones de Vida de 2023, en España el 6,9% de la población menor de edad.


Además, padecen carencias sociales y materiales severas el 16,9% de las personas menores de 18 años en Andalucía y carencias materiales el 14,6%. En 2023 más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes andaluces (50,9%) viven en hogares sin capacidad para afrontar gastos imprevistos,el 45,0% en familias que no pueden permitirse salir de vacaciones al menos una semana al año, el 23,9% viven en hogares que no pueden mantener la vivienda a una temperatura adecuada, el 19,5% viven en hogares que han tenido en el último año retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, comunidad, gas, etc.), el 13,3% de los niños, niñas y adolescentes de Andalucía no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días y el 13,6% no pueden disponer de un ordenador personal.


Andalucía es en 2023 la comunidad autónoma con mayores desigualdades económicas, si bien superada por Ceuta y Melilla. En la Encuesta de Condiciones de Vida de 2023 se observa una estabilización de las desigualdades de este tipo, que se habían reducido en 2021 y 2022. En concreto, el coeficiente de Gini alcanza el valor de 32,6 (en una escala de 0 a 100) y el índice S80/S20 de 5,9, es decir, la quinta parte de la población andaluza que cuenta con mayor nivel de renta ha recibido 5,9 veces más ingresos que la quinta parte con menor nivel de renta.

Acceso al documento  

Más de 250 millones de niños en el mundo no asisten a la escuela

Pese a décadas de avances y compromisos internacionales, la población mundial no escolarizada se ha reducido apenas un 1% y la cantidad de niños y jóvenes fuera de las escuelas sigue siendo muy alta, señala la agencia de la ONU para la educación, que atribuye el problema a la falta crónica de inversiones en el sector.



Naciones Unidas

Noticias ONU

1 Noviembre 2024



                                                    UNICEF Kenya. Estudiantes de una escuela en Kilifi, Kenya


El número de niños y adolescentes escolarizados se ha incrementado en 110 millones desde que se adoptó el Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre educación en 2015, con más niños en la escuela hoy que nunca; sin embargo, la cantidad de niños que no asisten a la escuela llega a 250 millones, una cifra demasiado elevada en este punto de la historia, apuntó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).


En su nuevo Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2024, el organismo destaca que las tasas de finalización de estudios también han subido y que en la actualidad, los jóvenes que terminan la secundaria superan por 40 millones a los que lo hacían en 2015.


Este avance muestra que los esfuerzos mundiales para garantizar la educación universal han llegado a un punto muerto preocupante, ya que la población no escolarizada se ha reducido apenas un 1% en casi diez años.


La educación de calidad, privilegio de unos pocos


La directora general de la UNESCO recordó que la educación “es el motor fundamental de las sociedades prósperas, inclusivas y pacíficas”.


“Sin embargo, la educación de calidad corre el riesgo de convertirse en el privilegio de unos pocos si no tomamos medidas serias para dar a todos los niños del mundo la misma oportunidad de aprender y prosperar”, enfatizó Audrey Azoulay.


Si bien ha habido avances en la matriculación escolar, las disparidades persisten, señala el informe.


Brecha alarmante entre ricos y pobres


Además, la brecha entre los países ricos y pobres sigue siendo alarmante: en las naciones de renta baja el 33% de los niños y jóvenes en edad escolar está fuera de la escuela, en comparación con el 3% de las de renta alta.


África subsahariana es la región del mundo con mayores desafíos, ya que alberga a más de la mitad de todos los niños y adolescentes sin escolarizar del mundo, subraya el estudio.


En un segundo informe, que monitorea el financiamiento de la educación, se recalca la falta crónica de inversión como el gran obstáculo para alcanzar la escolarización universal.


Elaborado por la UNESCO y el Banco Mundial, el texto detalla que los países de altos ingresos invierten 8543 dólares por estudiante, mientras que los países de ingresos bajos y medios sólo destinan 55 dólares a cada alumno.


Deuda y educación


La situación se complica aún más por la carga de la deuda. Así, en África los países gastan ahora casi tanto en el servicio de la deuda como en educación, mientras que la ayuda mundial a la educación disminuyó del 9,3% en 2019 al 7,6% en 2022.


Para responder a esta situación, la UNESCO en colaboración con la presidencia brasileña del G20 ha instado a diseñar mecanismos de innovadores de financiamiento, incluidos los canjes de deuda por educación.


Los líderes discuten acciones concretas para resolver la crisis educativa mundial en la Reunión Mundial de Educación de la UNESCO, que tiene lugar en Fortaleza, Brasil desde ayer 31 de octubre.


Al término del cónclave, más de 40 ministros de Educación ratificarán la Declaración de Fortaleza, que llama a priorizar la educación como una herramienta clave para un futuro más justo y sostenible. 

Asimimismo, ese documento final pide enfoques educativos renovados a los desafíos más apremiantes mediante la incorporación de la educación climática en los planes de estudio escolares, la promoción de la educación para la paz contra el aumento de la incitación al odio y la discriminación, y la promoción de la igualdad de género en la educación y a través de ella. 

La mala salud mental en la infancia también tiene que ver con la pobreza y la salud mental de los progenitores.

Las situaciones de dificultad económica conllevan un mayor riesgo de mala salud mental de los progenitores y ésta también se asocia a una peor salud mental de sus hijos e hijas. La correlación se ha mostrado más fuerte en situaciones de pobreza material grave y alta inseguridad alimentaria.



Catalunya-Plural

Xavier Bartoll-Roca

23/10/2024





Numerosas investigaciones han evidenciado que los niños que crecen en un hogar de posición socioeconómica desfavorecida tienen menos oportunidades de desarrollo, sobre todo en la dimensión cognitiva, pero también en la emocional o de comportamiento. Otras investigaciones han matizado que las dificultades económicas aumentan los trastornos psicosociales de los niños incluso por efecto de la mala salud mental de sus progenitores. Así, la preocupación de los adultos por no disponer de recursos económicos suficientes dificulta una crianza adecuada. El estrés económico incrementa los conflictos de pareja y favorece prácticas parentales inconsistentes, ya sean más rígidas o más laxas. Otros condicionantes son también importantes para el desarrollo máximo de los niños, en concreto, la diferencia entre recibir o no ayudas públicas, la calidad de las escuelas y/o el entorno de barrio. Para conocer la interrelación de algunos de estos elementos se ha analizado una muestra representativa de los hogares con niños de la Encuesta de Salud que elabora la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) en la ciudad del año 2016, cuando todavía persistían los efectos de la crisis económica, con tasas de paro en torno al 27% (2012).


El estudio ha analizado tres tipos de dificultades económicas en el hogar: la situación de empleo de los padres y/o madres, la pobreza material y la inseguridad alimentaria. Se trataba de comparar cómo afecta alguna de estas situaciones a la salud mental de los progenitores y, por extensión, a sus hijos. En todos los casos se ha mostrado cómo las situaciones de dificultad económica conllevan un mayor riesgo de mala salud mental de los progenitores y ésta también se asocia a una peor salud mental de sus hijos e hijas. La correlación se ha mostrado más fuerte en situaciones de pobreza material grave y alta inseguridad alimentaria. También se ha demostrado que los progenitores con mayor riesgo de mala salud mental ejercen un estilo parental más inconsistente con sus hijos e hijas.


Para precisar más estos efectos negativos sobre el bienestar psicosocial de los niños, es posible diferenciar los problemas en dos dimensiones: por un lado, la dimensión que exterioriza el malestar de los niños, por ejemplo, en forma de agresividad, carencia de atención y/o conflictividad relacional; por otro, la dimensión que interioriza el malestar en forma de sentimientos de retraimiento, tristeza y otros efectos emocionales adversos.


Por lo que se refiere a la primera dimensión (exteriorización del malestar), se demuestra el peso de la mala salud mental de los progenitores en la mala salud mental de los niños que se encuentran en dificultades económicas. Pero, en cambio, en lo que se refiere a la segunda dimensión (interiorización del malestar) la asociación entre sufrir dificultades económicas en el hogar y los problemas relacionados con la depresión del niño es directa (es independiente del estado de salud mental de los progenitores). Esta relación directa puede estar relacionada con el hecho que los niños sufren directamente las dificultades económicas, por ejemplo, en los cambios en la rutina de las comidas, o en una menor disponibilidad de alimentos que a su vez comporta debilitamiento físico e incide en el sentimiento de retraimiento o tristeza de los niños. Una situación de pobreza persistente también agrava este mecanismo de depresión del niño.


En paralelo a estos resultados, otros estudios también han detectado asociaciones entre situaciones de pobreza persistente y problemas de hiperactividad, disminución en el autocontrol y un empeoramiento en las relaciones interpersonales de los niños. Desgraciadamente, las limitaciones muestrales no nos han permitido conocer si los efectos sobre la salud mental de los niños y niñas de sufrir dificultades económicas son más intensos en determinados subgrupos de hogares. Sin embargo, se han podido observar indicios que indican que los hogares monomarentales son los de mayor riesgo de padecer pobreza. Tampoco se ha podido discernir si los efectos en los niños se diferenciaban según la relación con la madre o con el padre, ya que, como la literatura indica, cambia según quien asume roles del hogar, cuidados y/o del trabajo remunerado. En cualquier caso, la conclusión es clara: los niños que viven en hogares más desfavorecidos experimentan menos bienestar psicosocial e interiorizan ese sentimiento.


Para analizar la influencia del entorno de barrio se utiliza la opinión de los progenitores sobre si consideran que el barrio dónde viven tiene un problema de violencia. Aunque con limitaciones, con este indicador hemos querido captar la importancia de la calidad del entorno de barrio en la salud mental de los niños más allá de las dificultades económicas del hogar. Los resultados muestran cómo la opinión sobre la violencia en el barrio se asocia en todos los casos con una mala salud mental de los progenitores y también de los niños. Con coincidencia con otros estudios, uno de los aspectos que los niños más valoran es un entorno seguro, tanto en la escuela como en los barrios. Tal y como muestran los últimos análisis de la Encuesta de Bienestar Subjetivo de la Infancia en Barcelona (año 2021), sentirse seguro o segura es la variable que más se vincula a la satisfacción con la vida por parte de los niños.


El bienestar mental y físico de los niños es relevante, no solo para su presente, sino también porque tiene consecuencias en su vida adulta. Los niños que crecen en entornos económicos desfavorecidos tienen una mayor probabilidad de desempeñar trabajos precarios con menores ingresos y tener peores indicadores de salud, entre otros efectos negativos.

Diversas líneas de intervención son factibles para preservar la mejor salud mental posible en niños y niñas. Primeramente, desde el punto de vista de las finanzas familiares, el alivio de la falta de recursos, sea por incremento o extensión de salarios mínimos, vía reducción de tasas, o por el impulso de programas de transferencias para necesidades o de otros similares, tendrían el potencial de mejorar la salud mental de los padres y/o madres y, por tanto, también la de sus hijos. También son favorables las políticas públicas que facilitan la provisión de bienes y servicios de calidad a los niños, como las ayudas a los comedores escolares y al cuidado de los menores de edad, asegurar la accesibilidad a guarderías o una mayor flexibilidad laboral que facilite la conciliación familiar. Una segunda línea de acción son las intervenciones que combinan la educación de progenitores y niños, o también las que se dirigen a mejorar las habilidades parentales, que requieren menos recursos que las dirigidas a ambas generaciones. Por último, se recomiendan las actuaciones urbanas destinadas a promover entornos seguros, saludables y de ocio enriquecedor, como son los espacios jugables, los entornos verdes y de calidad. 

El Gobierno anuncia una estrategia contra la pobreza mientras Unicef advierte sobre el escaso 1,2% del PIB que España dedica a protección de la familia y la infancia

Aunque los detalles se conocerán más adelante, el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, ha adelantado que la iniciativa estará lista antes de finales de año y en ella figurará la necesidad de una prestación universal por crianza



Infobae

María García Arenales

17 Oct, 2024



El ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy. (Europa Press)

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado que, antes de que acabe este año 2024, el Gobierno aprobará una nueva estrategia de lucha contra la pobreza, en la que figurará la necesidad de una prestación universal por crianza, y que se marcará como objetivo la “erradicación completa” de la pobreza en España.


Así lo ha avanzado el ministro este jueves en declaraciones a los medios antes del Acto institucional por el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se celebra cada 17 de octubre. El evento, organizado junto a la Red de lucha contra la pobreza EAPN, ha tenido lugar en el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. “Hoy quiero anunciarles que antes de que acabe el año, el Gobierno lanzará su nueva estrategia de lucha contra la pobreza. La explicaremos debidamente, pero les puedo avanzar que incidirá especialmente en la problemática de la pobreza infantil, que es algo inaceptable e inasumible en una democracia”, ha subrayado Bustinduy, según informa Europa Press.


Entre los asuntos que figurarán en esta estrategia, el ministro ha destacado la necesidad de que España adopte una prestación universal por crianza, y la necesidad de mejorar los esquemas de garantía de ingresos y de los ingresos mínimos, que, según el ministro, requiere de “una mejor coordinación con las comunidades autónomas”.


Además, ha señalado que se incluirá en ella “la problemática de la vivienda” al tratarse de “uno de los principales factores de exclusión social y riesgo de pobreza”. Según ha recordado Bustinduy, en España hay 12 millones de personas en una situación de riesgo de exclusión social o de pobreza, y 3 millones son niños, niñas y adolescentes (uno de cada tres).


El riesgo de pobreza aumenta


Este anuncio se ha producido en el mismo día en que la ONG Unicef ha alertado de que España solo invierte un 1,5% del PIB en protección social de la infancia y las familias, frente al 2,4% de la media europea (354 euros de gasto por habitante cuando en la UE son 678), por lo que insta a los gobiernos, tanto a nivel nacional como autonómico y local, a que prioricen la atención a la infancia en sus presupuestos.


“Si bien nuestro país se encuentra en una coyuntura macroeconómica favorable, las cifras de pobreza infantil indican que se está dejando atrás a los niños y niñas”, ha señalado José María Vera, director ejecutivo de UNICEF España. La ONG recuerda que el riesgo de pobreza de la población menor de 18 años “ha aumentado del 28% al 29% respecto al año anterior, mientras que para el resto de población se mantiene estable o disminuye”, por lo que resulta “urgente y necesario invertir más en protección social de la infancia y las familias”.


Unicef asegura que España es el país que tiene menos capacidad para reducir la pobreza infantil mediante transferencias de toda la Unión Europea: solo el 17%, frente a la media del 41% o más del 50 % en Alemania, Finlandia, Irlanda o Polonia.


La organización también considera fundamental la creación de una prestación universal para la crianza en forma de deducción fiscal reembolsable en los próximos Presupuestos Generales del Estado y un Pacto de Estado por la Infancia con medidas y presupuestos que la hagan eficaz.


“Las prestaciones por hijo a cargo son eficaces no solo para reducir la pobreza, sino para mejorar los resultados educativos y la salud física y mental de los niños, niñas y adolescentes”, añade Vera. Según los análisis de Unicef y otras organizaciones sociales, la implementación de una deducción fiscal reembolsable de al menos 1.440 euros anuales por niño reduciría la pobreza infantil en 5,4 puntos porcentuales.

 

Pobreza infantil y adolescente en México-2022 Análisis de la pobreza multidimensional y de las carencias sociales

Este documento, elaborado por UNICEF México y el CONEVAL, ofrece un análisis detallado sobre la pobreza infantil y adolescente en México en 2022. Examina la pobreza multidimensional y las carencias sociales que afectan a niñas, niños y adolescentes, destacando los grupos más vulnerables, como la población indígena y la primera infancia. 


unicef México

Octubre de 2024




También se analizan las disparidades regionales y el impacto de los programas federales de protección social en la reducción de la pobreza. Este informe proporciona información clave para tomadores de decisiones, con el objetivo de orientar políticas públicas que promuevan el bienestar y los derechos de la infancia y adolescencia en México.



Asimismo, estudia cómo afecta la pobreza multidimensional a determinados grupos específicos de la infancia y adolescencia, su incidencia en el territorio nacional y el impacto potencial de los programas federales de protección social en su reducción. Este documento tiene como objetivo brindar información a tomadores de decisiones que les permita orientar las acciones públicas para avanzar en la reducción de la pobreza infantil y adolescente, asegurando su bienestar y la garantía integral de sus derechos.



Entre los principales hallazgos se destaca que:


  • De 2020 a 2022 hubieron avances importantes en la disminución de la pobreza para toda la población, sin embargo, los NNA siguen siendo el grupo de la población con los niveles más altos de pobreza.
  • La situación de pobreza para la niñez y adolescencia indígena es particularmente grave, la mitad de ellos viven en condiciones de pobreza extrema (50.2%), y casi su totalidad no tiene acceso a la seguridad social (93.9%).
  • De todos los grupos etarios, los niños y niñas en la primera infancia son quienes viven en condiciones de mayor pobreza (48.1%) y los que menos acceso tienen a la seguridad social (59.3%).
  • Existen grandes disparidades en la pobreza infantil y adolescente en el territorio mexicano. La niñez y la adolescencia en la región sureste tienen un porcentaje de pobreza de 62.5%, comparado con las NNA en la región noroeste (24.0%).
  • Los programas de protección social ayudaron a reducir la incidencia de pobreza infantil y adolescente a través de las mejoras en los niveles de ingreso de los hogares. Para continuar avanzando con la reducción de la pobreza infantil y adolescente., se recomienda que estos programas sean universales y se complementen con acceso a servicios de calidad como salud y nutrición.

Contenido del documento


Lista de acrónimos 7 

Resumen ejecutivo 9 

Introducción 13


1. Pobreza infantil y adolescente en México 15 

2. Perfil de la población infantil y adolescente en situación de pobreza
        2.1.Pobreza infantil y adolescente por grupos etarios 23
        2.2. Pobreza infantil y adolescente por sexo 25 
        2.3. Pobreza infantil y adolescente por condición de habla de lengua indígena 27 
        2.4. Pobreza infantil y adolescente por características de los hogares 29 
                2.4.1.  Pobreza infantil y adolescente por tipo y tamaño del hogar 29 
                2.4.2.  Pobreza infantil y adolescente por presencia de personas
                            con discapacidad en el hogar 31 
                2.4.3.  Pobreza infantil y adolescente por razón de dependencia
                            y ocupación en el hogar 32 
                2.4.4.  Pobreza infantil y adolescente por características
                            de la jefatura del hogar 33 
3. Contexto territorial de la pobreza infantil y adolescente 37 
4. Programas federales de protección social y su impacto potencial en la pobreza infantil y adolescente 47 
4.1.  Programas federales de protección en la pobreza infantil y adolescente 
4.2.  Programas federales de protección en la pobreza infantil y adolescente 
4.3.  Programas federales de protección en la pobreza infantil y adolescente 
4.4.  Programas federales de protección en la pobreza en la primera infancia 
5. Consideraciones finales 
6. Referencias bibliográficas