Cada parada es una oportunidad para ser niños.
Para jugar entre ellos y olvidar el cansancio.
En brazos, en hombros o caminando.
Cientos de niños acompañan a sus
familiares en los más de 4 mil kilómetros
que separan San Pedro Sula,
Honduras, con Estados Unidos.
18 Octubre, 2018,
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Una niña entretiene a un bebé en un albergue de la Casa del Migrante en la zona 1.
Fotos: Carlos Sebastián.
En los albergues facilitados por la Casa del Migrante en la zona 1, los menores se hidrataron y se juntaron entre ellos.
Algunos traían canicas para pasar el rato, otros descargaron el peso de sus mamás y ayudaron
a cargar a los bebés, otros aprovecharon para dormir.
Durante la madrugada de este jueves la caravana continuó su marcha rumbo a Tecún Umán, San Marcos,
para proseguir la ruta que los lleve a Estados Unidos.
Estas son las imágenes que captaron Carlos Sebastián y Pia Flores en los albergues de la zona 1.
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Un niña sostiene sus zapatos mientras descansa sus pies en el frío del asfalto. Tomada de la mano de su mamá, ve con incertidumbre el movimiento de personas y las decisiones que toman. Ella forma parte de los niños que acompañan la caravana de hondureños. |
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Los equipajes son livianos pero nada cómodos para transportar. Algunos hondureños llevan bolsas de plástico negro donde apenas llevan ropa e insumos básicos. Los menores ayudan a sus padres para aliviar el peso del camino. |
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En brazos, hombros, caminando y los que tienen suerte en carruajes. Es la manera en la que viajan los niños que acompañan a sus padres en esta aventura de cruzar las fronteras de Guatemala y México para llegar a Estados Unidos, donde aún es incierto si les permitirán cruzar. |
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Siempre cerca de sus mamás. Para los menores llegar a Estados Unidos es una oportunidad para mejorar sus vidas. Escuchan los sueños de sus padres y los toman para ellos. En sus miradas reflejan esa esperanza de llegar. |
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Sus miradas reflejan agotamiento. Niños viajan en hombros para no sentir tan cansado el viaje.
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Así llegaron a la Casa del Migrante en la Ciudad de Guatemala donde la caravana hizo escala previo a su viaje a la frontera con México. |
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Los equipajes son livianos pero nada cómodos para transportar. Algunos hondureños llevan bolsas de plástico negro donde apenas llevan ropa e insumos básicos. Los menores ayudan a sus padres para aliviar el peso del camino. |
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Niños se reúnen para jugar con canicas mientras todos toman un descanso en la Ciudad de Guatemala. Los hondureños tomaron un descanso en la Casa del Migrante, zona 1, para encaminarse hacia la frontera con México. |
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Ellos son parte de los hondureños que buscan un refugio en Estados Unidos y una vida diferente, lejos de la violencia y la falta de trabajo en su país. Varias mujeres viajan con sus hijos en brazos. |
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Una niña, unos tenis viejos, unas sandalias de plástico, un jugo en caja y un juguete en el piso de granito. La niña hondureña toma un descanso luego de un largo camino entre Chiquimula y la Ciudad de Guatemala. |
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Lo primero, descansar. El camino es largo, cansado y peligroso para los niños que acompañan a sus papás. Cuando una parada segura los protege, se descalzan para aliviar el dolor en sus pies. |
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Dos mujeres contemplan el descanso de los niños que las acompañan. Esta familia hondureña se acomodó para tomar fuerzas y continuar con el largo trayecto que les espera hacia Estados Unidos. |
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Familias completas se protegen en el albergue y duermen unas horas para tomar fuerzas en su camino hacia Estados Unidos. La Casa del Migrante, en zona 1, abrió sus puertas y les brindó un espacio para dormir, voluntarios también les llevaron algo de comida e hidratación. |
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Dejar su país, a pie, con la esperanza de encontrar una vida más digna, no es un juego de niños. Pero ellos, con su inocencia, buscan un momento para sonreír, divertirse y tratar de pensar que la caravana es nada más un sueño. |
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Cincos, canicas, china, mara o lechita. Esas esferas diminutas sirven para entretener a los niños que acompañan la caravana de hondureños. Un movimiento de personas que busca un refugio en Estados Unidos. (Foto: Pia Flores) |
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Cincos, canicas, china, mara o lechita. Esas esferas diminutas sirven para entretener a los niños que acompañan la caravana de hondureños. Un movimiento de personas que busca un refugio en Estados Unidos. (Foto: Pia Flores) |
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El camino aún es largo. Los hondureños que buscan un refugio en Estados Unidos toman un descanso en la Ciudad de Guatemala, donde se les brindó apoyo y muestras de solidaridad. (Foto: Pia Flores) |
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Una niña sonríe, aún porta una camisa de escuela. Sonríe porque ve apoyo de la gente que observa cómo una marea de hondureños se desplaza para escapar de la pobreza y la inseguridad con la esperanza de hallar en Estados Unidos una oportunidad para una vida más digna. (Foto: Pia Flores) |
Es el fotógrafo de Nómada.
Huye de las masas.
De pocas palabras.
De ocupación testigo de miradas.
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