Día Mundial de la Niña,
Hoy 11 de octubre.
Hay que promover también la igualdad entre niños y niñas y que haya cada vez más niñas empoderadas que lideren su propio movimiento feminista.
El 16% de la población mundial son adolescentes, en total 1.200
millones de chicos y chicas de entre 10 y 19 años. Nazareth Mateos,
especialista de género de Unicef Comité Español,
afirma que los adolescentes son especialmente vulnerables y, en
particular, las niñas y chicas debido a que “tienen menos oportunidades
para tener un desarrollo pleno, además de enfrentarse a una serie de
amenazas específicas”.
Una circunstancia que se intenta revertir, según
relata Nazareth Mateos, con la puesta en funcionamiento del Plan de Acción de Género desarrollado por la Organización, con el que quieren
abordar los principales problemas que afectan a las niñas:
- Salud de niñas adolescentes: en este periodo de su vida, las niñas requieren servicios que las atiendan y orienten de forma respetuosa y adecuada. Los centros de salud han de ser lugares de referencia para abordar temas como el embarazo adolescente, el VIH, la ablación o mutilación genital femenina (en todo el mundo 200 millones de niños han sufrido la MGF) o la violencia sexual y física.
- Educación Secundaria para niñas: si bien más de dos tercios de los países han alcanzado la paridad de género en la educación primaria, solo en uno de cada tres hay paridad en secundaria.
- Matrimonio infantil: 650 millones de mujeres en el mundo contrajeron matrimonio antes de los 18 años, lo que habitualmente implica que renuncien a su educación, tengan embarazos tempranos y sean muy vulnerables a la violencia y la exclusión. Es necesario un cambio social que favorezca el desarrollo de las niñas y su educación, y les permita tomar decisiones libres.
- Violencia de Género en situaciones de Emergencia: las niñas y jóvenes son especialmente vulnerables a la violencia sexual o de otro tipo en emergencias. Es necesario identificar situaciones de riesgo y trabajar para prevenirlas, así como ofrecer apoyo integral a las supervivientes.
No obstante, según Nazareth Mateos, el plan no mejorará la vida de
las niñas y las chicas si no se consigue, además, “modificar las normas
sociales y estereotipos de género que limitan las posibilidades de
desarrollo y la libertad de las niñas, y atentan contra su salud y sus
vidas”.
En España, a lo largo de los últimos meses, hemos asistido a una
serie de movilizaciones por parte de distintas instituciones para lograr
empoderar y dar mayor visibilidad a la mujer y denunciar las
desigualdades que sufren respecto a la población masculina por el simple
hecho de ser mujer. En este aspecto, Lucía Curtu, referente de
Feminismo y Enfoque de Género de Cruz Roja Juventud,
recalca que “alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres es el
principal reto de nuestra sociedad”. Para lograrlo, Lucía Curtu explica
que, desde hace más de 20 años, “trabajamos en proyectos enfocados a la
Coeducación y la Perspectiva de Género en centros educativos y en la
calle para conseguir transmitir estos valores a niños, niñas, jóvenes,
personas educadoras y familias desde sus entorno más próximos”. Porque
tal y como apunta Curtu, promover la igualdad es también cambiar la
perspectiva y deber ser algo que practiquemos cada día, “las niñas
tienen que tener una voz con más fuerza y tienen que tomar las
decisiones que les den la oportunidad de expresar sus opiniones. Son el
presente y el futuro de su generación. Nuestro deber es promover también
la igualdad entre niños y niñas y que haya cada vez más niñas
empoderadas que lideren su propio movimiento feminista”.
Entre todas las herramientas para lograr la igualdad entre hombres y
mujeres, la educación es fundamental. “Invertir en la educación de las
niñas les ofrece libertad para cumplir sus sueños. Les ayuda a forjarse
una vida mejor para ellas y contribuir a la salud, la seguridad y la
prosperidad de sus familias, sus comunidades y el resto del mundo”,
afirma Nazareth Mateos. “Los verdaderos cambios radicales pasan por la
educación” proclamó el filósofo Emilio Lledó. Si bien, Marta Domínguez
Pérez aboga por una alternativa educativa que “pasa por la educación
emocional, en valores, por la toma de conciencia. En la medida en que
seamos conscientes de lo emocional, de la parte de cuidado, de lo
afectivo, del cuerpo, etc., y no solo de lo intelectual, de lo racional,
se podrá conseguir el cambio”.
“Porque la educación general y la alfabetización de la población son
una herramienta fundamental para que un país pueda desarrollarse
económica y socialmente. El derecho al acceso universal a la educación
es un derecho humano reconocido por ley en la mayoría de los países,
pero no en todos, y poder acceder o no a la educación, marca la
diferencia y repercute en el futuro directamente en la realidad de los
hogares y en el propio desarrollo de un país” reitera Lucía Curtu desde
Cruz Roja Juventud.
*Marta Domínguez Pérez, es socia y miembro de la Junta directiva de la Asociación GSIA.
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