Día mundial contra el trabajo infantil y sus widgets
Intentaría
hacerles entender qué es un ‘widget’ visualizando ambos a cualquier niño
y/o niña en su itinerancia al colegio si en su correspondiente mirada
coincidimos en aquello que estipuló el hermeneuta John B. Thompson sobre
la reinterpretación de las cosas en la vida cotidiana, y su ‘análisis
tripartito de la hermenéutica profunda’ en 3 niveles: Primero,
producción y transmisión de símbolos; segundo, vehiculización de esos
símbolos; y tercero, la apropiación de los símbolos.
No
se requiere de mucho discurrir para sumarse a la pancarta del
abolicionismo del trabajo infantil. Y este día (o el otro día 12 de
junio) “Día Mundial contra el trabajo infantil” pudo reunir a los más
cuerdos y cuerdas, y avezados con este objeto para o hacerse notar en
estos maratones públicos o televisados o dar el paso a quienes abanderan
la cordura. ¿Saben que el término malicia procede de milicia? Cuándo o
dónde la sagrada milicia de los ‘cruzados’ tomó este cariz de lo
invertido o no conveniente…
Habrá que prestar atención a los
‘widgets’ incluidos en nuestra vida cotidiana. Entre éstos, la dotación y
el equipamiento del escolar: Cartera o mochila, aún libros analógicos e
incluso ‘tablet’, insignia, pantalón o falda a medida de su género,
pertenencia a un club deportivo o religioso, color de vestuario (a veces
verde-militar), graduación por calificaciones a medida de los currícula
de la industria y/o empresa, asignación del número de horas lectivas,
asignación del número de horas extraescolares, posible respuesta a qué
quiero ser de mayor (profesionalmente), categorización por modelo de
enseñanza público-privada, infravaloración cognitiva e incipiente
capacitación hacia el trastorno obsesivo… creo que es posible que usted
mismo agregara más ‘artefactos’.
Ahora que podemos escoger el
‘widget-hora’, en formato local o internacional, e incluso con
información del ‘widget-tiempo\meterológico’, también local o
internacional… la elección de objetos o de distintos ‘widget-objetos’
añadidos a nuestra vida cotidiana puede discriminar entre preferencias
adultas e infantiles a la hora de componer sus mundos simbólicos. Porque
afirmamos el concepto escuela como lo propio del niño y de la niña pero
podría asegurar que ni el niño ni la niña jamás se han apropiado del
espacio-escuela pues es y ha sido un terreno adscrito a símbolos propios
de la adultez. De igual manera que en la crítica al trabajo infantil se
nos olvida la conversión, esta vez, del término malicia en milicia, al
apropiarse de cierto espacio-laboral adulto y propio, en este caso, los
‘Movimientos de niños, niñas y adolescentes trabajadores’ de América
Latina, NAT’s. Es la razón por la que les reprendía con esta cuestión de
la hermenéutica profunda de la apropiación de símbolos.
Defiendo la educación como valor
universal y humano, y como tal derecho de la infancia, pero pido
progreso también para abandonar la simbología laboral que perdura en la
escuela como espacio adulto.
Para la niña y el niño los ‘widgets’
quizá simbolicen juguetes y/o juegos pero en la ‘guerra de símbolos
intergeneracional’ impedimos la agencialidad infantil para luego
denostar su conducta como impropia y limitada en los parámetros de lo
conceptualizado por nosotros/as como lo virtual. La agencialidad es un
paso participativo cuando el niño y la niña pueden descargar sus
símbolos sobre el otro espacio local y físico. Y en ese apropiamiento
implicarnos en su milicia y en su mundo construido.
La proximidad entre ‘malicia’ y ‘milicia’
también tiene su raya de tiza en el suelo, cuando fueron las milicias
las constructoras de los símbolos y sus mitos.
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