¿Nos la jugamos o lo cambiamos?
17/10/2012
En España, 1 de cada 4 menores de edad
vive bajo el umbral de la pobreza
Si comparamos las tasas de pobreza infantil alcanzadas por España con respecto a otros países europeos, según cifras de la Comisión Europea de 2009, vemos que registra una de las más altas de pobreza infantil de la Unión Europea de los 15. Los últimos datos publicados por Eurostat indican que el 27,2% de los niños y niñas en España vive por debajo del umbral de la pobreza, es decir, supone 1 de cada 4 menores de edad en el país. Ya en 2010 la Plataforma de Infancia advertía el preocupante aumento de la tasa de pobreza infantil en su Informe sobre pobreza infantil ¿Nos la jugamos o lo cambiamos? y se refería sólo al 24 %.
Asimismo, el informe de UNICEF “La Infancia en España 2102-2013”, apunta que “en España los niños y niñas nacen actualmente con una deuda pública de unos 15.570 euros,
y la crisis está aumentando la carga financiera que los niños y niñas
de la actualidad tendrán que acarrear en el futuro; posiblemente sin
haber disfrutado de los mismos niveles de inversión en educación, salud y
equidad que la anterior generación. Esto, junto con la notable
reducción de la capacidad de ahorro de los hogares y el altísimo paro
juvenil, enfrenta a niños, niñas y adolescentes a un panorama muy poco
esperanzador en este momento”.
La
pobreza infantil está afectando la vida de millones de niños y niñas en
todo el mundo, a pesar del compromiso asumido por los Estados Parte,
entre ellos España, a cumplir con la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN),
aprobada por las Naciones Unidas en 1989. Según la CDN, todas las
niñas y todos los niños gozan del derecho a una infancia y adolescencia
en la que puedan aprender, jugar, gozar de buena salud y desarrollarse.
Pero la pobreza infantil es un problema actual, que debe ser analizado,
reconocido y tratado urgentemente.
La infancia es uno de los grupos sociales más vulnerables y, al tiempo, cuenta con derechos y necesidades específicas, resultando clave para el desarrollo de las sociedades. En este sentido, lo que entraña la pobreza en la infancia no sólo se acentúa en términos de carencia y limitación de los recursos disponibles en la actualidad, sino sobre todo, de vulneración de derechos y de limitación de las oportunidades para el desarrollo de los proyectos vitales en el futuro.
La infancia es uno de los grupos sociales más vulnerables y, al tiempo, cuenta con derechos y necesidades específicas, resultando clave para el desarrollo de las sociedades. En este sentido, lo que entraña la pobreza en la infancia no sólo se acentúa en términos de carencia y limitación de los recursos disponibles en la actualidad, sino sobre todo, de vulneración de derechos y de limitación de las oportunidades para el desarrollo de los proyectos vitales en el futuro.
En este contexto, la Plataforma de Infancia recuerda el artículo 27 de la CDN en el que “los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado
para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social”.
Por
esta razón, emplaza a los Estados, y especialmente a España, a
cumplir con la obligación que tienen de invertir en el bienestar de la
infancia, defendiendo al tiempo el interés superior de niños y niñas que
debe primar en todas las medidas que les conciernen.
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