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La crisis climática también es una crisis de los derechos de la infancia

El cambio climático, o crisis climática, hace referencia a “los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos”, según Naciones Unidas. Desde el siglo XIX, explica el organismo, “las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas”. Las principales consecuencias de esta crisis climática se expresan en toda la Tierra a través del ascenso de las temperaturas medias, la subida del nivel del mar, el deshielo en el Ártico o el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. 


Save the Children

09 Abril 2024



¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE EL CAMBIO CLIMÁTICO EN LOS NIÑOS Y NIÑAS? 


Hace unos años publicamos el informe Born into the climate crisis en el que se mostraba cómo los niños y niñas nacidos en 2020 se enfrentarán de media a siete veces más olas de calor abrasadoras durante su vida que sus abuelos, con el nivel actual de cumplimiento de los compromisos actuales de reducción de emisiones del Acuerdo de París.  


La crisis climática no solo está cambiando el mundo que conocemos sino también está afectando a nuestro bienestar, porque afecta a nuestra salud mental y física, y, en especial, la de los niños y niñas. Diferentes estudios muestran que “desde el momento de la concepción hasta la edad adulta, la salud y el desarrollo del cerebro, los pulmones, el sistema inmunitario y otras funciones fundamentales de los niños y niñas resultan afectados por el entorno en el que crecen”. Por ejemplo, los más pequeños son más propensos a sufrir los efectos de la contaminación atmosférica que los adultos. Por lo general, respiran más deprisa que los adultos y sus cerebros, pulmones y otros órganos aún se están en crecimiento. 


Por dar otro ejemplo, los bebés, los niños y niñas pequeños tienen menos capacidad para regular su temperatura corporal y son más propensos a sufrir casos de deshidratación, lo que aumenta su vulnerabilidad durante las olas de calor extremo. Además, los niños y niñas que sufren la desnutrición infantil ven como su salud empeora por los efectos de las malas cosechas y el aumento de los precios de los alimentos, que al mismo tiempo son una consecuencia de la subida de las temperaturas y el aumento de las precipitaciones vinculadas al cambio climático.  


¿POR QUÉ LAS NIÑAS SON LAS MÁS AFECTADAS POR EL CAMBIO CLIMÁTICO?  


Las niñas son los más afectadas por la crisis climática. El  informe mundial sobre la infancia 2023  muestra que, de aquí a 2030, aproximadamente el 60 % de las niñas (931 millones) vivirá al menos un fenómeno meteorológico extremo, como una inundación, una sequía o una ola de calor. Estos desastres climáticos provocarán un aumento de casos de matrimonio infantil.   


Aproximadamente 2 de cada 3 matrimonios forzados de niñas tienen lugar en las regiones con un alto riesgo climático, como Sudán del sur, Burkina Faso, entre otros. Estos desastres pueden dar lugar al cierre de escuelas, con el riesgo que conlleva para las niñas, porque está demostrado que salir del sistema educativo las aboca a menudo al matrimonio forzado. “Los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones y sequías, también implican la pérdida de las cosechas, que se traducen en una disminución en los ingresos de las familias. Y para sobrellevar la situación económica, toman la dolorosa decisión de casar a sus hijas”, dice el informe. Además, en época de crisis, la violencia de género aumenta y es probable que las familias decidan no enviar a sus hijas a la escuela u  obligarlas a casarse  para evitar esa violencia o asegurarse de que otra familia las mantenga.


¿CÓMO ES EL IMPACTO DE LA CRISIS CLIMÁTICA EN LOS NIÑOS Y NIÑAS DE ESPAÑA? 


El 86% de los niños y niñas de nuestro país sufren al menos un fenómeno climático extremo al año -sequías, olas de calor y lluvias torrenciales-. La infancia que vive en familias con ingresos bajos y medios, así como en comunidades desfavorecidas, es la más afectada al tener ya un riesgo mucho mayor de padecer enfermedades, y sus hogares suelen ser más vulnerables a las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos como las olas de calor.  


En España, la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia, Castilla La Mancha y Extremadura son las comunidades con más niños y niñas a los que les impacta a la vez la pobreza y los fenómenos extremos causados por la crisis climática.

 

¿QUÉ MEDIDAS DEBEN IMPLEMENTARSE PARA PROTEGER A LOS NIÑOS Y NIÑAS PEQUEÑOS FRENTE A LOS IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO?  


Desde Save the Children sabemos que tenemos que eliminar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, establecer redes económicas de seguridad y apoyar a las personas más afectadas, como son los niños y niñas y pasar a la acción. Si conseguimos no superar el límite de 1,5 grados de calentamiento global, incluyendo el progresivo abandono de los combustibles fósiles, aumentar la financiación para el clima para ayudar a la infancia y a las comunidades a adaptarse a la crisis climática, poner las voces, las demandas y los derechos de la infancia en el centro de los compromisos climáticos e invertir en redes y sistemas de protección social para la infancia y sus familias amenazadas por la crisis climática habrá muchas más esperanzas de un futuro justo y sostenible para los niños y niñas que aún no han nacido. 

Todos podemos tomar acción para transformar nuestros entornos

Mi nombre es Francisco, tengo 14 años y nací en Colombia. Vivo en España y soy un activista y defensor del derecho humano a un ambiente sano, limpio y digno. Lidero un movimiento de niños, niñas y adolescentes que se movilizan por la justicia climática y la paz con la naturaleza. También soy un joven defensor de la acción climática de UNICEF y soy orador sobre diversos temas.


LA JUVENTUD OPINA

UNICEF

Creado por Francisco

26 de marzo de 2024


Cuando no estoy haciendo abogacía ni movilizándome por los derechos humanos me gusta bucear en el Mar Mediterráneo, hacer los deberes de la escuela, compartir con mis amigos e ir al club de la lectura de la biblioteca de mi ciudad. Tengo muchos proyectos que llevo a cabo con mis compañeros de mi organizacióm, Guardianes por la Vida. 


Una de las cosas que más orgulloso me hace sentir es saber qué la labor que hago para que las voces de los niños y las niñas sean escuchadas ha logrado frutos y que ha motivado a muchos niños y niñas a hacer lo mismo. Mi inspiración son justamente mis compañeros y compañeras activistas, quienes desde América Latina y algunos lugares de Europa se enfrentan al reto de ser escuchados en una sociedad profundamente adultocéntrica.  



La crisis climática es uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos como especie pero también como generación. El aumento de las temperaturas pone en riesgo nuestro presente y futuro y la posibilidad de ejercer nuestros derechos por lo que es vital que se comprenda lo que está pasando en el mundo. Por eso escribí un libro que se llama: "Pregúntale a Francisco: ¿Qué es el cambio climático?," y promuevo proyectos de educación climática y ciudadana en Colombia y España. 


La crisis climática se relaciona con la seguridad de los niños y niñas pero también con los derechos que tenemos, pues si no existen planes de adaptación y mitigación al cambio climático vamos a tener problemas muy graves como dificultades en el acceso a la educación, al agua potable y al saneamiento básico. Por eso es necesario que se tome acción climática ya, y que defendamos nuestro derecho a habitar un planeta sano, limpio y digno.  


Cuando hago abogacía y educación climática busco que los gobiernos generen políticas para la vida, que piensen que sus acciones repercuten en la vida cotidiana de las personas, en sus sueños y en la posibilidad de vivir en condiciones dignas.  

Por último reivindico el derecho que tenemos los niños, niñas y en general todas las personas, a la ecoesperanza, como una ecoesperanza que nos moviliza a tomar acción y a defender la vida y que convierte la indignación en acción. 


Mi mensaje a los niños, niñas y jovenes es que no importa cuantos años tengamos, de dónde seamos ni en dónde nos encontremos, todos podemos tomar acción para transformar nuestros entornos no sólo con referente al clima, sino a todos los retos que tenemos como generación.