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35 niños y niñas nacieron condenados al hambre en 2024

Al menos 18,2 millones de niños y niñas es decir, unos 35 niños por minuto, nacieron en 2024 en condiciones que les han destinado a pasar hambre. Los conflictos y las crisis climáticas sumaron al menos a 800.000 niños y niñas más al hambre a lo largo del año, según un análisis de Save the Children.


8 de enero de 2025


El análisis de los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha mostrado que el número de niños y niñas que nacieron destinados a pasar hambre aumentó alrededor de un 5% en 2024 en comparación con el año anterior y un 19% más que los 15,3 millones registrados en 2019, cuando el progreso en la lucha contra el hambre infantil comenzó a estancarse.  


Los conflictos, los desplazamientos, los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del coste relativo de los alimentos han contribuido al deterioro de la nutrición infantil en todo el mundo. Hannah Stephenson, directora de nutrición de Save the Children, ha explicado que “el hambre no conoce fronteras. Erosiona la infancia, agota la energía de las niñas, niños y corre el riesgo de robarles su futuro. Los niños deben ser libres para jugar, aprender y no para preocuparse por cuándo será su próxima comida”.  


La especialista en nutrición recalca que “necesitamos financiación inmediata y acceso seguro a servicios humanitarios básicos para niñas, niños y familias que necesitan desesperadamente alimentos, atención sanitaria, agua potable, saneamiento e higiene”. La organización humanitaria dice que, si no se abordan las causas profundas del hambre y la malnutrición, “seguiremos viendo cómo se invierten los progresos realizados en favor de la infancia”.


Entre los niños y niñas que han pasado hambre el pasado año, hay bebés nacidos en países con riesgo de hambruna o en condiciones catastróficas de inseguridad alimentaria, como Sudán del Sur, Haití, Malí y Sudán, donde los niveles de hambruna y malnutrición se han extendido por el territorio.  


Además, a principios de noviembre se alertó de la gran probabilidad de que la hambruna fuera inminente o ya estuviera en marcha en el norte de la Franja de Gaza, y de que 345.000 personas pudieran enfrentarse a una hambruna catastrófica en los próximos meses[2]. El Territorio Palestino Ocupado no está incluido en los datos anuales de la FAO sobre desnutrición [3].


Las niñas y niños son siempre los más vulnerables en las crisis alimentarias y, sin alimentos suficientes y un equilibrio nutricional adecuado, corren un alto riesgo de desnutrición aguda. La desnutrición puede causar retraso en el crecimiento, impedir el desarrollo mental y físico, aumentar el riesgo de contraer enfermedades mortales y, en última instancia, causar la muerte.  


Madagascar, a pesar de su población relativamente pequeña, también tuvo uno de los mayores números de bebés que han nacido en contextos de hambre, unos 400.000 en 2024. Aina (nombre ficticio), de 6 meses, fue uno de ellos. Su madre, Genie (nombre ficticio), tenía dificultades para cuidar y alimentar a su hija por el elevado coste de los alimentos y la falta de dinero. Alimentaba a Aina sólo dos veces al día con leche materna, antes y después de volver del trabajo en el campo. “Mis hábitos habían repercutido en su dieta y en el peso de Aina. Adelgazó y a menudo se encontraba irritable”, cuenta Genie.  


Save the Children ha acompañado a Genie a alimentar a su hija de forma saludable con alimentos locales de bajo precio y le ha informado de la necesidad de ofrecer la lactancia materna de manera más frecuente a Aina para reducir su índice de desnutrición.


La ONG hace un llamamiento a los líderes mundiales para conseguir más financiación para abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria, lo que incluye trabajar para reducir los conflictos, hacer frente a la crisis climática y la desigualdad mundial, y crear sistemas de salud, nutrición y protección social más resistentes.  


SAVE THE CHILDREN Y SUPERVIVIENTES DEL HAMBRE


La organización humanitaria en defensa de la infancia acaba de lanzar la campaña Supervivientes del Hambre para poner rostro a los millones de niños y niñas que sufren desnutrición mostrando su situación tan crítica: viven en condiciones extremas y superan duras situaciones cada día, pero no lo hacen para ganar premios como los concursantes de un reality, sino para sobrevivir. Ellos son los verdaderos supervivientes, que a pesar de tenerlo todo en contra, luchan, resisten y encuentran la forma de sobrevivir al mundo en el que les ha tocado vivir.

Las niñas, niños, adolescentes y jóvenes son actores clave para frenar la pérdida de biodiversidad, la degradación ambiental y el cambio climático.

Por primera vez, Colombia fue sede de la Conferencia de las Partes (COP) de biodiversidad. En su versión número 16, niñas, niños y adolescentes de diversas regiones del país y de Latinoamérica alzaron sus voces en más de 45 espacios de incidencia para decirles a las y los tomadores de decisiones que todas las conversaciones sobre la biodiversidad, el ambiente y el cambio climático deben incluirles: que su participación y liderazgos activos no son opcionales.



unicef Colombia

Mery Cárdenas y Laura López

20 de diciembre de 2024



El evento en el que se discutió la Agenda ambiental Global de Niñez y Juventud fue uno de ellos. Allí, jóvenes participantes de distintos programas respaldados por UNICEF conversaron con Mauricio Cabrera Leal, viceministro de Políticas y Normalización Ambiental; Gareth Sella Forero, entonces viceministro de la Juventud del Ministerio de Igualdad y Equidad; Olivier Rukundo, senior Programme Manager del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés), y Xiomara Acevedo, coordinadora Nacional de GYBN Colombia.  


Durante el encuentro fue clave la declaración nacional de niñez y adolescencia, que exige un compromiso real y urgente por la protección de la biodiversidad, la justicia climática y la igualdad de género con atención diferenciada a la niñez perteneciente a minorías étnicas. Las y los jóvenes buscan establecer un diálogo directo y constructivo con los  tomadores de decisión; incidir para que se garantice la seguridad de los liderazgos ambientales; propiciar la inclusión de los sistemas de conocimientos tradicionales en la generación de políticas públicas; asegurar la participación de las diversidades étnicas y de género en la toma de decisiones; fomentar la transición justa a hacia una bioeconomía inclusiva y garantizar el derecho a vivir en espacios urbanos limpios y seguros. 


Así mismo fueron cruciales los alcances del Global Youth Biodiversity Network (GYBN) en donde se presentaron las prioridades para las estrategias nacionales de biodiversidad y planes de acción. Estas incluyeron, en especial, un cambio de perspectiva que entiende la biodiversidad desde las comunidades involucradas desde lo local, con un énfasis en el liderazgo de niños, niñas, adolescentes y jóvenes entendidos como pares y tomadores de decisión. 


UNICEF está comprometido en seguir propiciando y fortaleciendo espacios para que las voces de la niñez y la adolescencia sean escuchadas y tomadas en cuenta. Su participación es vital en la construcción de las políticas públicas que les impactan: ellos son quienes más sufren los efectos de la triple crisis climática derivada de la pérdida de biodiversidad, la degradación ambiental y el cambio climático.


El reto: la inclusión de la niñez, adolescencia y juventudes en los textos y decisiones sobre biodiversidad


A pesar de su amplia participación en los eventos de la COP16, y su mención explícita en diferentes textos relacionados con biodiversidad e inclusión de comunidades locales y/o indígenas, la niñez, adolescencia y juventudes no fueron mencionados en todos los acuerdos finales.  


En la agenda de Biodiversidad y Salud, los niños y niñas fueron excluidos de la lista de grupos poblacionales clave en la toma de decisiones y acciones. Del mismo modo, en la agenda de Biodiversidad y Cambio Climático no fueron reconocidos como un grupo vulnerable, lo que tiene implicaciones directas en la destinación de recursos y las promesas para frenar la pérdida de biodiversidad.   


La participación de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes es fundamental para frenar la pérdida de biodiversidad, la degradación ambiental y el cambio climático. Ponerlos en el centro de las discusiones, planes, presupuestos y acciones de sostenibilidad de los gobiernos, y promover su inclusión efectiva en la toma de decisiones en la agenda de biodiversidad, ambiental y climática es clave para reducir las múltiples amenazas para la supervivencia y bienestar de las generaciones actuales y futuras.


En este sentido, UNICEF pide a los gobiernos y partes interesadas en la COP 16 que adopten medidas urgentes y sensibles a la niñez, adolescencia y juventud para abordar la pérdida de biodiversidad y proteger los derechos de las generaciones futuras en las Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad, a través de:

i) La incorporación de las perspectivas, experiencias y aportes de la niñez, adolescencia y juventud.

ii) La creación de estrategias y planes de acción nacionales sensibles en materia de biodiversidad. 

iii) El fortalecimiento de la sostenibilidad y la resiliencia.

iv) El financiamiento de acciones ambientales y climáticas sensibles a los niños, niñas y adolescentes a través de una mayor cooperación internacional. 

v) La creación de un marco de indicadores nacionales para monitorear las políticas, programas y actividades de protección de la biodiversidad y sus impactos en la niñez y así, reportar sus avances. 


Tras la COP 16, UNICEF reitera su compromiso de acompañar a los Estados para garantizar que una agenda de niñez y adolescencia sea incluida efectivamente en todas las decisiones sobre temas ambientales y reitera su disposición para apoyar estos procesos. UNICEF continuará fortaleciendo la participación de la niñez y adolescencia, e incidiendo para que las necesidades de ellos y de ellas sean consideradas en compromisos y acciones más ambiciosas, entendiendo que la biodiversidad y el cambio climático influyen directamente en el bienestar, desarrollo y supervivencia de los niños, niñas y adolescentes.   

La Corte suprema de Montana (USA) determina que tener un medio ambiente limpio es un "derecho constitucional"

El Supremo de Montana da la razón a los niños y jóvenes, dictamina en USA que un "medio ambiente limpio" 
y, sobre todo, a un "clima estable" 
es un "derecho constitucional" de los jóvenes.

El de Montana es el primer juicio por el estilo en el país.

Hace 3 años 16 chavales entre 5 y 20 años recurrieron ante los tribunales de Montana por conculcación de sus derechos a la salud..., causados por la contaminación, deterioros en  la naturaleza, en el medio ambiente y en el clima.

Tras varias vicisitudes en los tribunales (15 agosto 2023, una jueza de Montana les dio la razón al considerar que el Estado violó su derecho a un "medio ambiente limpio y saludable" garantizado por la constitución estatal), la Corte Suprema de Montana, en Estados Unidos, ha dictaminado por primera vez en la historia que el acceso a un "medio ambiente limpio" y, sobre todo, a un "clima estable" es un "derecho constitucional" de los jóvenes

En esta misma línea, el tribunal también afirma que las políticas que alientan o permiten la quema de los combustibles fósiles, las sustancias que más están alimentando los desastres naturales en el mundo, suponen una "violación los derechos constitucionales" de la población.


Los 16 adolescentes que hace tres años reclamaron su derechos
ante los tribunales del Estado de Montana (USA),
a quienes la Corte Suprema les ha reconocido su derecho a un medio ambiente sano.

Comentario e Información complementaria
 El protagonismo de las personas mayores y menores de edad en la lucha por garantizar que sus derechos a un medio ambiente sano sean respetados por el Estado está adquiriendo fuerza internacional.
Los derechos medioambientales también son derechos humanos, la protección del clima es un derecho humano. Los abuelos y los adolescentes son los pioneros en exigir a los Estados que respeten sus derechos a que el clima, la naturaleza, el aire, el agua... los recursos naturales no sean pervertidos, o que esa perversión afecta a su salud y correcto disfrute de la vida.
Niños y Mayores, todo un Equipo.

En este mismo año en una sentencia histórica, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha fallado contra Suiza y a favor de una demanda planteada por mujeres mayores. contra la acción insuficiente de ese Estado para limitar el cambio climático y considera que ha violado los derechos humanos de ese grupo de mujeres mayores porque se han constatado “lagunas críticas” en las políticas del país contra el cambio climático.




En otoño de 2023 un grupo de 6 niños y jóvenes portugueses, de entre 11 y 24 años exigen a los gobiernos responsabilidades ante el Tribunal de Estrasburgo por incumplir sus compromisos frente a la crisis climática
Una niña portuguesa de 11 años se sentó en la gran sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para enfrentarse a 86 abogados de 32 países en la mayor acción legal del mundo contra el cambio climático. Foto TEDH

Un nuevo enfoque transcendental
 Un batallón de 300 abogados para cambiar la partida del clima: los ciudadanos no deben ser los acusados, Esos abogados que defienden a los activistas climáticos han creado una red para que sean los propios ciudadanos los que emprendan acciones legales contra el Estado y las compañías contaminantes: 
Se trata de invertir la actual dinámica. 
Es decir, que quienes alzan su voz a favor del clima 
dejen de estar del lado de los acusados 
y que ese lugar lo ocupen los verdaderos responsables de la crisis climática”.

Miedo, dolor, negligencia, abandono, solidaridad... Y cambio climático, “una verdad como un piano”

  LA VOZ DE LAS PERSONAS JÓVENES

Alumnos y alumnas de Bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás, en la provincia de Valencia, relatan a través de una entrevista coral cómo vivieron la dana. Aquellos días, la juventud, armada con cepillos y cubos, fue un referente.
Entrevista online de Yayo Herrero al alumnado de Economía 
de 1º de bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás.

Tienen derecho a contar su historia 
y la sociedad adulta la obligación de escucharla.

Entrevista online de Yayo Herrero al alumnado de Economía 
de 1º de bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás. / Mónica Soriano


“El día antes llovió mucho por Utiel, pero por Aldaia nada. El mismo día de la dana yo tenía academia a las ocho. Sobre las siete de la tarde empezaron a hablar por el grupo diciendo que no iban a ir a clase, entonces mi madre me dijo que yo tampoco iba a ir. Sobre las siete, mi padre llegó del supermercado y a los diez minutos empezaron a chillar los vecinos que el barranco iba lleno. Mi padre salió a mover el coche de sitio pero ya venía el agua por mi calle. Mi madre, mi hermana y yo empezamos a subir las cosas encima de muebles altos y sobre la cama por si entraba un poco de agua, para que no se mojaran. También pusimos toallas en las puertas y las baldas de los armarios en la puerta de entrada. Mientras, mi padre quitaba con la escoba el agua que subía al primer escalón y justo a las 20:11 sonó la alarma en nuestros teléfonos. El agua ya nos llegaba al segundo escalón y, de repente, se produjo una gran ola que movió todos los coches de la calle que se nos quedaron taponados en la puerta y el agua empezó a entrar. No sabíamos qué hacer, así que mi padre se armó de valor y nos dijo que cogiéramos las llaves y los móviles y saliéramos de allí. Primero lanzó a mi madre por encima de los coches, después a mi hermana y por último a mí. Después saltó él y fuimos por encima de ellos hasta que vimos un portal abierto con vecinos y saltamos al agua y nos cogieron. Subimos al primer piso y nos dieron mantas y ropa para cambiarnos, ya que íbamos mojados y llenos de suciedad. A mi madre le dio por asomarse al balcón y escuchó a un hombre pidiendo auxilio que estaba aplastado por dos coches. Mi padre y el resto de vecinos bajaron para ver si podían hacer algo y sí, le salvaron. A las 3:31 apareció la UME por nuestra calle recogiendo a los vecinos que aún seguían con vida. A las seis de la mañana entramos en casa. Estaba todo lleno de barro y los muebles volcados. Como aún no podía hacer nada, fui a casa de mi vecina a dormir. Cuando desperté vi los mensajes de mi amiga diciendo que sus tíos habían fallecido”.

Quien habla es Marianela, una alumna de 1º de Bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás, en la provincia de Valencia.

Una familia intenta sobrevivir a la riada subiéndose encima de los coches. Calle virgen del remedio, Aldaia. / Silvia Zamora Vilar

El 7 de marzo de 2023 estuve en ese instituto. Mónica Soriano, profesora de Economía, había leído con su alumnado de 4º de la ESO el libro Los cinco elementos y me invitó a comentarlo con ellos y ellas. Fue una de las visitas a centros educativos que más he disfrutado. El trabajo de reflexión que habían hecho era muy profundo. Habían preparado las preguntas con mucha atención. La visita, que tenía que durar una hora, se prolongó casi al doble.

El día 2 de noviembre leí en la prensa que Alaquás era uno de los pueblos afectados por la dana. No era de los que la habían sufrido con mayor violencia, pero me preocupé. Escribí a Mónica para ver cómo estaban. Aún no se habían reanudado las clases y el profesorado se estaba preparando para ver cómo acoger a un alumnado que no sabían cómo iba a llegar. Me emocionó la importancia que le dieron a la acogida, a la escucha y al cuidado que pusieron para que el instituto fuese un un lugar seguro capaz de hacerse cargo del dolor y la rabia.

El año anterior yo había estado hablando con el alumnado de eventos climáticos extremos, de los desequilibrios ecológicos y sociales que ponen en riesgo la vida. De la capacidad que tienen los seres humanos para cooperar y afrontar las consecuencias de una forma de organizar las sociedades en contra de la trama de la vida. Y ahora, lo habían vivido en su piel, en la de sus familias y vecindarios, en su casa, sus barrios y pueblos.

Las personas jóvenes no suelen tener espacios en los que puedan hacer valoraciones sobre los tiempos que les estamos obligando a vivir y se les escuche. Creo que es injusto que no los tengan, que no sean visibles sus análisis, sus acciones y los sentimientos que las impulsan. Ellos y ellas me habían escuchado el año anterior y me sentí responsable de que el mundo también los escuchase a ellos.

Le propuse a Mónica la posibilidad de tener un encuentro con el mismo alumnado para que pudiesen expresar y contar lo que habían vivido, para que sus voces y testimonios fuesen escuchados por cuanta más gente mejor. Ella fue, como siempre, receptiva a mi propuesta y el 27 de noviembre les hice una entrevista online.

Venían del recreo y Mónica me había advertido de que igual llegaban un poco tarde. Pero no, algunos incluso llegaron antes de la hora. Los y las jóvenes quieren hablar.

Les planteé cuatro preguntas: ¿cómo vivisteis el momento de la riada? ¿Cómo valoráis las respuestas políticas? ¿Qué hicisteis vosotros y vosotras? ¿Qué habéis aprendido?

Las respondieron en clase y fui tomando notas, pero además, las reflexionaron con más tranquilidad y las escribieron, excepto un alumno, Carlos, que estaba lesionado y me envió unos archivos de voz.

Tenía todas las respuestas individuales y las que se compartieron en grupo y no sabía cómo seguir con la entrevista. Así que acudí a Vanesa Jiménez, compañera de CTXT, que me ayudó a plantear la pieza. Lo que viene a continuación es lo que contaron. No hemos incluido ninguna valoración o comentario a sus respuestas. Sí que las hemos editado para agrupar respuestas comunes y resaltar sus acuerdos y desacuerdos.

¿Cómo vivisteis la dana?

Los avances tecnológicos, el cambio demográfico y la crisis climática moldearán la infancia del futuro

Según el informe de UNICEF 'Estado Mundial de la Infancia 2024: el futuro de la infancia en un mundo cambiante', se debe actuar para que estos cambios sean en positivo y evitar posibles riesgos


Unicèf España,

30 de noviembre de 2024



Imagen: UNI616813 / Unicef

¿Cómo será el mundo en el que vivirán los niños y niñas de 2050? A pesar de parecer un horizonte aún lejano, un estudio de UNICEF ha querido dar respuesta a esta pregunta cuando estamos llegando al final del primer cuarto de siglo XXI. Y los posibles escenarios que apunta este último ‘Estado Mundial de la Infancia 2024’ (EMI 2024) dibujan un futuro en el que tres grandes fuerzas globales —o “megatendencias”— influirán de forma significativa en la infancia y adolescencia de 2050 y después:  la crisis climática y medioambiental, el cambio demográfico y los avances tecnológicos.


Crisis climática


Las previsiones preliminares no son buenas. Se estima que en la década de 2050-2059 las crisis climáticas y medioambientales se generalizarán aún más, con ocho veces más niños, niñas y adolescentes expuestos a olas de calor extremas, tres veces más expuestos a inundaciones fluviales extremas y casi el doble expuestos a incendios forestales extremos, en comparación con la década de 2000.


Esto supone, además, una verdadera amenaza para la salud y el desarrollo de niños y niñas. Sin embargo, la severidad de estos efectos dependerá de factores como edad, salud, situación socioeconómica y acceso a los recursos.


Por lo tanto, en un futuro próximo será esencial la capacidad de disponer de recursos para hacer frente a estas situaciones climáticas extremas como refugios, infraestructuras de refrigeración, atención sanitaria, educación y agua potable.


Tendencia demográfica


Los cambios demográficos que nos afectan en la actualidad se consolidarán en las próximas décadas. Por un lado, en 2050 se prevé un envejecimiento de la población global, pero al mismo tiempo, también habrá tantos niños y niñas en el mundo como hoy, unos 2.300 millones.


No obstante, si prestamos atención a este dato, veremos que una proporción menor vivirá en países de renta alta y una proporción mayor, en el sur de Asia y África. Estas últimas son regiones que en ocasiones tienen dificultades para satisfacer las necesidades básicas de muchos niños y niñas, y el apoyo para la infancia de estos lugares será clave. 


Avances tecnológicos


La tecnología digital es una de las mayores trasformaciones que ha vivido el mundo en las últimas décadas y, en las próximas, serán fuente tanto de beneficios como de riesgos. Uno de esos riesgos, que ya experimentamos hoy en día, es la brecha digital entre jóvenes de países de ingresos altos y jóvenes pertenecientes a países de ingresos bajos.


Para ser capaces de utilizar de forma eficaz y responsable las herramientas digitales en la educación, o incluso en los futuros puestos de trabajo, el acceso a las competencias digitales es determinante. Y para mejorarlo, se debe actuar sobre factores como el entorno socioeconómico, el género, la lengua o la accesibilidad, que se convierten en grandes obstáculos a la hora de adquirir y desarrollar estas necesarias competencias digitales.


Una infancia próspera en 2050


A pesar de los evidentes desafíos que se presentan en las próximas décadas, el EMI 2024 también apunta a significativas mejoras en las condiciones de vida de la infancia en 2050.

  • Por ejemplo, se prevé un aumento de la supervivencia infantil, situando la tasa de supervivencia neonatal en el 98 %.
  • También crecerán los porcentajes de educación, llegando al 77 % en el caso de jóvenes en el mundo que cuentan al menos con educación secundaria. Esto supone un gran aumento en comparación con el 40 % que persistía en la década de los 2000. 

Sin embargo, aunque estos datos dan pie al optimismo, se deben tener en cuenta las disparidades entre regiones. En este sentido, es fundamental comenzar desde ahora a poner los derechos de la infancia en el centro de todas las estrategias, políticas y acciones.


Medidas para un cambio en positivo


Tomando como punto de partida la Convención sobre los Derechos del Niño, UNICEF plantea algunas medidas para lograr que el impacto en niños y niñas de estas «megatendencias» sea más positivo que negativo:

  • Prepararse para las transiciones demográficas, entre otras cosas invirtiendo en educación y prestaciones para la infancia. Aunque los niños y niñas representen una parte cada vez menor de la población, sus necesidades deben seguir siendo prioritarias. La educación, la atención a la salud física y mental, la lucha contra la pobreza infantil y los servicios públicos como centros educativos, escuelas infantiles e instalaciones de ocio deben seguir estando disponibles y ser accesibles.
  • Invertir en adaptación climática y medioambiental, mitigación y educación, incluyendo el fortalecimiento de capacidades y sistemas para una prevención, respuesta y recuperación efectiva y con enfoque de infancia ante las crisis climáticas. 
  • Ofrecer conectividad online que garantice un acceso inclusivo para todos los niños y niñas con un diseño seguro que incluya la elaboración de medidas necesarias para que el ámbito digital sea un entorno protector.  
  • De esta manera, estaremos más cerca de garantizar un futuro en el que se hagan realidad los derechos de todos los niños y niñas, un mundo en el que toda la infancia sobreviva, prospere y alcance su pleno potencial. El futuro es nuestro, y la tarea de hacerlo realidad empieza ahora.

Las previsiones anuncian un futuro difícil para la infancia, que en 2050 vivirá en un mundo transformado por crisis climáticas extremas, cambios demográficos y desigualdades tecnológicas

El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro, y es necesario tomar medidas urgentes para salvaguardar los derechos de la infancia en un mundo en transformación, según ha alertado UNICEF en su informe más destacado, publicado hoy con motivo del Día Mundial de la Infancia.



unicef

América Latina y el Caribe

Nueva York, 20 de noviembre de 2024



UNICEF/UNI551113/Willocq

El Estado Mundial de la Infancia 2024 predice que tres grandes fenómenos mundiales –o megatendencias– tendrán importantes efectos sobre la vida de los niños y las niñas de aquí a 2050 y en los años posteriores. Estas megatendencias –cambios demográficos, crisis climáticas y medioambientales y las tecnologías de vanguardia– son importantes indicadores de los retos y las oportunidades que se le podrían presentar a la infancia en el futuro.


La crisis climática se manifiesta ya de forma extrema. Por ejemplo, se considera que 2023 fue el año más caluroso desde que hay registros y, de acuerdo con el informe, se espera que las crisis climáticas y medioambientales se generalicen aún más en la década 2050-2059. Como resultado, se prevé que la cifra de niños y niñas expuestos a olas de calor extremas sea ocho veces mayor, que el número de niños y niñas expuestos a inundaciones extremas provocadas por la crecida de los ríos se multiplique por tres, y que casi el doble de niños y niñas se vea expuesto a incendios forestales extremos en comparación con la década de 2000.


La manera en que estos riesgos climáticos afecten a los niños y las niñas dependerá de su edad, salud, entorno socioeconómico y nivel de acceso a los recursos. Así, un niño o una niña que tenga acceso a una vivienda resiliente al clima, infraestructuras de refrigeración, atención sanitaria, educación y agua potable tendrá más probabilidades de sobrevivir a las perturbaciones climáticas que un niño o niña que no lo tenga. El informe pone de relieve la urgente necesidad de acometer acciones medioambientales específicas para proteger a todos los niños y niñas y mitigar los riesgos a los que se enfrentan.


Según las previsiones, África Subsahariana y Asia Meridional serán las regiones con mayor población infantil en la década de 2050. Los pronósticos también apuntan a un envejecimiento de la población y a una proporción de niños y niñas que se reducirá en todas las regiones del mundo. Aunque la población infantil en África seguirá siendo elevada, se calcula que caerá por debajo del 40 por ciento en 2050, frente al 50 por ciento en la década de 2000. También descenderá por debajo del 17 por ciento en Asia Oriental y Europa Occidental, donde los niños y las niñas representaban el 29 por ciento y el 20 por ciento de la población, respectivamente, en la década de 2000.


Los países deberán afrontar diversos retos derivados de estos cambios demográficos. Así, mientras algunos se verán presionados para ampliar los servicios destinados a una población infantil numerosa, otros deberán atender las necesidades de una población cada vez más envejecida.


El informe reconoce por otro lado que las tecnologías de vanguardia, como la inteligencia artificial (IA), presentan tanto oportunidades como riesgos para los niños y las niñas, que de hecho ya interactúan con esta tecnología integrada en aplicaciones, juguetes, asistentes virtuales, juegos y software educativo. Aun así, la brecha digital sigue siendo notable. En 2024, más del 95 por ciento de las personas que viven en países de ingresos altos tienen conexión a Internet, frente a apenas un 26 por ciento en los países de ingresos bajos. 

Según el informe, un alto porcentaje de jóvenes de países de ingresos bajos y medios tiene dificultades para acceder a las competencias digitales, un hecho que afectará a su capacidad para utilizar de forma eficaz y responsable las herramientas de este tipo en la educación y en sus futuros empleos. Estas barreras suelen estar vinculadas con el entorno socioeconómico, el género, el idioma y la accesibilidad.


El informe también ofrece algunas noticias alentadoras. Por ejemplo, se espera que aumente la esperanza de vida al nacer y que continúen también los avances logrados en los últimos 100 años en el acceso de la infancia a la educación. De hecho, las previsiones apuntan a que, en la década de 2050, casi el 96 por ciento de los niños y las niñas de todo el mundo completará, al menos, la educación primaria, frente a un 80 por ciento en la de 2000. El informe también concluye que, con una mayor inversión en educación y salud pública y una protección más estricta del medio ambiente, la situación podría mejorar significativamente para la infancia en algunos aspectos: se estrecharía, por ejemplo, la brecha de género en los logros educativos y se reduciría la exposición a los riesgos medioambientales.


En el Estado Mundial de la Infancia 2024: El futuro de la infancia en un mundo en transformación también se pone de relieve la importancia de priorizar los derechos de la infancia –tal y como se definen en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño– en todas las estrategias, políticas y acciones. El documento hace un llamamiento para que se aborden los retos y las oportunidades planteadas por las tres megatendencias mencionadas, a través de las siguientes medidas:

  • Invertir en educación, servicios y ciudades sostenibles y resilientes para la infancia.
  • Aumentar la resiliencia climática de las infraestructuras, la tecnología, los servicios esenciales y los sistemas de apoyo social.
  • Ofrecer conectividad y diseños tecnológicos seguros para todos los niños y niñas.

Este año, el Día Mundial de la Infancia –la jornada anual de acción de UNICEF por y para los niños y las niñas– se celebra bajo el lema “Escucha al futuro”. Dentro de la campaña, UNICEF ha pedido a los niños y las niñas que escriban una carta explicando cómo les gustaría que fuera el mundo en 2050. Las respuestas han llegado de todas partes del mundo –incluidas la ciudad de Gaza, Haití y Tanzanía– y en ellas se expresa el deseo de los niños y las niñas de vivir seguros, estar sanos, recibir educación y estar protegidos frente a las guerras y los riesgos climáticos. Las cartas pueden consultarse aquí (en inglés).