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Miedo, dolor, negligencia, abandono, solidaridad... Y cambio climático, “una verdad como un piano”

  LA VOZ DE LAS PERSONAS JÓVENES

Alumnos y alumnas de Bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás, en la provincia de Valencia, relatan a través de una entrevista coral cómo vivieron la dana. Aquellos días, la juventud, armada con cepillos y cubos, fue un referente.
Entrevista online de Yayo Herrero al alumnado de Economía 
de 1º de bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás.

Tienen derecho a contar su historia 
y la sociedad adulta la obligación de escucharla.

Entrevista online de Yayo Herrero al alumnado de Economía 
de 1º de bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás. / Mónica Soriano


“El día antes llovió mucho por Utiel, pero por Aldaia nada. El mismo día de la dana yo tenía academia a las ocho. Sobre las siete de la tarde empezaron a hablar por el grupo diciendo que no iban a ir a clase, entonces mi madre me dijo que yo tampoco iba a ir. Sobre las siete, mi padre llegó del supermercado y a los diez minutos empezaron a chillar los vecinos que el barranco iba lleno. Mi padre salió a mover el coche de sitio pero ya venía el agua por mi calle. Mi madre, mi hermana y yo empezamos a subir las cosas encima de muebles altos y sobre la cama por si entraba un poco de agua, para que no se mojaran. También pusimos toallas en las puertas y las baldas de los armarios en la puerta de entrada. Mientras, mi padre quitaba con la escoba el agua que subía al primer escalón y justo a las 20:11 sonó la alarma en nuestros teléfonos. El agua ya nos llegaba al segundo escalón y, de repente, se produjo una gran ola que movió todos los coches de la calle que se nos quedaron taponados en la puerta y el agua empezó a entrar. No sabíamos qué hacer, así que mi padre se armó de valor y nos dijo que cogiéramos las llaves y los móviles y saliéramos de allí. Primero lanzó a mi madre por encima de los coches, después a mi hermana y por último a mí. Después saltó él y fuimos por encima de ellos hasta que vimos un portal abierto con vecinos y saltamos al agua y nos cogieron. Subimos al primer piso y nos dieron mantas y ropa para cambiarnos, ya que íbamos mojados y llenos de suciedad. A mi madre le dio por asomarse al balcón y escuchó a un hombre pidiendo auxilio que estaba aplastado por dos coches. Mi padre y el resto de vecinos bajaron para ver si podían hacer algo y sí, le salvaron. A las 3:31 apareció la UME por nuestra calle recogiendo a los vecinos que aún seguían con vida. A las seis de la mañana entramos en casa. Estaba todo lleno de barro y los muebles volcados. Como aún no podía hacer nada, fui a casa de mi vecina a dormir. Cuando desperté vi los mensajes de mi amiga diciendo que sus tíos habían fallecido”.

Quien habla es Marianela, una alumna de 1º de Bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás, en la provincia de Valencia.

Una familia intenta sobrevivir a la riada subiéndose encima de los coches. Calle virgen del remedio, Aldaia. / Silvia Zamora Vilar

El 7 de marzo de 2023 estuve en ese instituto. Mónica Soriano, profesora de Economía, había leído con su alumnado de 4º de la ESO el libro Los cinco elementos y me invitó a comentarlo con ellos y ellas. Fue una de las visitas a centros educativos que más he disfrutado. El trabajo de reflexión que habían hecho era muy profundo. Habían preparado las preguntas con mucha atención. La visita, que tenía que durar una hora, se prolongó casi al doble.

El día 2 de noviembre leí en la prensa que Alaquás era uno de los pueblos afectados por la dana. No era de los que la habían sufrido con mayor violencia, pero me preocupé. Escribí a Mónica para ver cómo estaban. Aún no se habían reanudado las clases y el profesorado se estaba preparando para ver cómo acoger a un alumnado que no sabían cómo iba a llegar. Me emocionó la importancia que le dieron a la acogida, a la escucha y al cuidado que pusieron para que el instituto fuese un un lugar seguro capaz de hacerse cargo del dolor y la rabia.

El año anterior yo había estado hablando con el alumnado de eventos climáticos extremos, de los desequilibrios ecológicos y sociales que ponen en riesgo la vida. De la capacidad que tienen los seres humanos para cooperar y afrontar las consecuencias de una forma de organizar las sociedades en contra de la trama de la vida. Y ahora, lo habían vivido en su piel, en la de sus familias y vecindarios, en su casa, sus barrios y pueblos.

Las personas jóvenes no suelen tener espacios en los que puedan hacer valoraciones sobre los tiempos que les estamos obligando a vivir y se les escuche. Creo que es injusto que no los tengan, que no sean visibles sus análisis, sus acciones y los sentimientos que las impulsan. Ellos y ellas me habían escuchado el año anterior y me sentí responsable de que el mundo también los escuchase a ellos.

Le propuse a Mónica la posibilidad de tener un encuentro con el mismo alumnado para que pudiesen expresar y contar lo que habían vivido, para que sus voces y testimonios fuesen escuchados por cuanta más gente mejor. Ella fue, como siempre, receptiva a mi propuesta y el 27 de noviembre les hice una entrevista online.

Venían del recreo y Mónica me había advertido de que igual llegaban un poco tarde. Pero no, algunos incluso llegaron antes de la hora. Los y las jóvenes quieren hablar.

Les planteé cuatro preguntas: ¿cómo vivisteis el momento de la riada? ¿Cómo valoráis las respuestas políticas? ¿Qué hicisteis vosotros y vosotras? ¿Qué habéis aprendido?

Las respondieron en clase y fui tomando notas, pero además, las reflexionaron con más tranquilidad y las escribieron, excepto un alumno, Carlos, que estaba lesionado y me envió unos archivos de voz.

Tenía todas las respuestas individuales y las que se compartieron en grupo y no sabía cómo seguir con la entrevista. Así que acudí a Vanesa Jiménez, compañera de CTXT, que me ayudó a plantear la pieza. Lo que viene a continuación es lo que contaron. No hemos incluido ninguna valoración o comentario a sus respuestas. Sí que las hemos editado para agrupar respuestas comunes y resaltar sus acuerdos y desacuerdos.

¿Cómo vivisteis la dana?

Los avances tecnológicos, el cambio demográfico y la crisis climática moldearán la infancia del futuro

Según el informe de UNICEF 'Estado Mundial de la Infancia 2024: el futuro de la infancia en un mundo cambiante', se debe actuar para que estos cambios sean en positivo y evitar posibles riesgos


Unicèf España,

30 de noviembre de 2024



Imagen: UNI616813 / Unicef

¿Cómo será el mundo en el que vivirán los niños y niñas de 2050? A pesar de parecer un horizonte aún lejano, un estudio de UNICEF ha querido dar respuesta a esta pregunta cuando estamos llegando al final del primer cuarto de siglo XXI. Y los posibles escenarios que apunta este último ‘Estado Mundial de la Infancia 2024’ (EMI 2024) dibujan un futuro en el que tres grandes fuerzas globales —o “megatendencias”— influirán de forma significativa en la infancia y adolescencia de 2050 y después:  la crisis climática y medioambiental, el cambio demográfico y los avances tecnológicos.


Crisis climática


Las previsiones preliminares no son buenas. Se estima que en la década de 2050-2059 las crisis climáticas y medioambientales se generalizarán aún más, con ocho veces más niños, niñas y adolescentes expuestos a olas de calor extremas, tres veces más expuestos a inundaciones fluviales extremas y casi el doble expuestos a incendios forestales extremos, en comparación con la década de 2000.


Esto supone, además, una verdadera amenaza para la salud y el desarrollo de niños y niñas. Sin embargo, la severidad de estos efectos dependerá de factores como edad, salud, situación socioeconómica y acceso a los recursos.


Por lo tanto, en un futuro próximo será esencial la capacidad de disponer de recursos para hacer frente a estas situaciones climáticas extremas como refugios, infraestructuras de refrigeración, atención sanitaria, educación y agua potable.


Tendencia demográfica


Los cambios demográficos que nos afectan en la actualidad se consolidarán en las próximas décadas. Por un lado, en 2050 se prevé un envejecimiento de la población global, pero al mismo tiempo, también habrá tantos niños y niñas en el mundo como hoy, unos 2.300 millones.


No obstante, si prestamos atención a este dato, veremos que una proporción menor vivirá en países de renta alta y una proporción mayor, en el sur de Asia y África. Estas últimas son regiones que en ocasiones tienen dificultades para satisfacer las necesidades básicas de muchos niños y niñas, y el apoyo para la infancia de estos lugares será clave. 


Avances tecnológicos


La tecnología digital es una de las mayores trasformaciones que ha vivido el mundo en las últimas décadas y, en las próximas, serán fuente tanto de beneficios como de riesgos. Uno de esos riesgos, que ya experimentamos hoy en día, es la brecha digital entre jóvenes de países de ingresos altos y jóvenes pertenecientes a países de ingresos bajos.


Para ser capaces de utilizar de forma eficaz y responsable las herramientas digitales en la educación, o incluso en los futuros puestos de trabajo, el acceso a las competencias digitales es determinante. Y para mejorarlo, se debe actuar sobre factores como el entorno socioeconómico, el género, la lengua o la accesibilidad, que se convierten en grandes obstáculos a la hora de adquirir y desarrollar estas necesarias competencias digitales.


Una infancia próspera en 2050


A pesar de los evidentes desafíos que se presentan en las próximas décadas, el EMI 2024 también apunta a significativas mejoras en las condiciones de vida de la infancia en 2050.

  • Por ejemplo, se prevé un aumento de la supervivencia infantil, situando la tasa de supervivencia neonatal en el 98 %.
  • También crecerán los porcentajes de educación, llegando al 77 % en el caso de jóvenes en el mundo que cuentan al menos con educación secundaria. Esto supone un gran aumento en comparación con el 40 % que persistía en la década de los 2000. 

Sin embargo, aunque estos datos dan pie al optimismo, se deben tener en cuenta las disparidades entre regiones. En este sentido, es fundamental comenzar desde ahora a poner los derechos de la infancia en el centro de todas las estrategias, políticas y acciones.


Medidas para un cambio en positivo


Tomando como punto de partida la Convención sobre los Derechos del Niño, UNICEF plantea algunas medidas para lograr que el impacto en niños y niñas de estas «megatendencias» sea más positivo que negativo:

  • Prepararse para las transiciones demográficas, entre otras cosas invirtiendo en educación y prestaciones para la infancia. Aunque los niños y niñas representen una parte cada vez menor de la población, sus necesidades deben seguir siendo prioritarias. La educación, la atención a la salud física y mental, la lucha contra la pobreza infantil y los servicios públicos como centros educativos, escuelas infantiles e instalaciones de ocio deben seguir estando disponibles y ser accesibles.
  • Invertir en adaptación climática y medioambiental, mitigación y educación, incluyendo el fortalecimiento de capacidades y sistemas para una prevención, respuesta y recuperación efectiva y con enfoque de infancia ante las crisis climáticas. 
  • Ofrecer conectividad online que garantice un acceso inclusivo para todos los niños y niñas con un diseño seguro que incluya la elaboración de medidas necesarias para que el ámbito digital sea un entorno protector.  
  • De esta manera, estaremos más cerca de garantizar un futuro en el que se hagan realidad los derechos de todos los niños y niñas, un mundo en el que toda la infancia sobreviva, prospere y alcance su pleno potencial. El futuro es nuestro, y la tarea de hacerlo realidad empieza ahora.

Las previsiones anuncian un futuro difícil para la infancia, que en 2050 vivirá en un mundo transformado por crisis climáticas extremas, cambios demográficos y desigualdades tecnológicas

El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro, y es necesario tomar medidas urgentes para salvaguardar los derechos de la infancia en un mundo en transformación, según ha alertado UNICEF en su informe más destacado, publicado hoy con motivo del Día Mundial de la Infancia.



unicef

América Latina y el Caribe

Nueva York, 20 de noviembre de 2024



UNICEF/UNI551113/Willocq

El Estado Mundial de la Infancia 2024 predice que tres grandes fenómenos mundiales –o megatendencias– tendrán importantes efectos sobre la vida de los niños y las niñas de aquí a 2050 y en los años posteriores. Estas megatendencias –cambios demográficos, crisis climáticas y medioambientales y las tecnologías de vanguardia– son importantes indicadores de los retos y las oportunidades que se le podrían presentar a la infancia en el futuro.


La crisis climática se manifiesta ya de forma extrema. Por ejemplo, se considera que 2023 fue el año más caluroso desde que hay registros y, de acuerdo con el informe, se espera que las crisis climáticas y medioambientales se generalicen aún más en la década 2050-2059. Como resultado, se prevé que la cifra de niños y niñas expuestos a olas de calor extremas sea ocho veces mayor, que el número de niños y niñas expuestos a inundaciones extremas provocadas por la crecida de los ríos se multiplique por tres, y que casi el doble de niños y niñas se vea expuesto a incendios forestales extremos en comparación con la década de 2000.


La manera en que estos riesgos climáticos afecten a los niños y las niñas dependerá de su edad, salud, entorno socioeconómico y nivel de acceso a los recursos. Así, un niño o una niña que tenga acceso a una vivienda resiliente al clima, infraestructuras de refrigeración, atención sanitaria, educación y agua potable tendrá más probabilidades de sobrevivir a las perturbaciones climáticas que un niño o niña que no lo tenga. El informe pone de relieve la urgente necesidad de acometer acciones medioambientales específicas para proteger a todos los niños y niñas y mitigar los riesgos a los que se enfrentan.


Según las previsiones, África Subsahariana y Asia Meridional serán las regiones con mayor población infantil en la década de 2050. Los pronósticos también apuntan a un envejecimiento de la población y a una proporción de niños y niñas que se reducirá en todas las regiones del mundo. Aunque la población infantil en África seguirá siendo elevada, se calcula que caerá por debajo del 40 por ciento en 2050, frente al 50 por ciento en la década de 2000. También descenderá por debajo del 17 por ciento en Asia Oriental y Europa Occidental, donde los niños y las niñas representaban el 29 por ciento y el 20 por ciento de la población, respectivamente, en la década de 2000.


Los países deberán afrontar diversos retos derivados de estos cambios demográficos. Así, mientras algunos se verán presionados para ampliar los servicios destinados a una población infantil numerosa, otros deberán atender las necesidades de una población cada vez más envejecida.


El informe reconoce por otro lado que las tecnologías de vanguardia, como la inteligencia artificial (IA), presentan tanto oportunidades como riesgos para los niños y las niñas, que de hecho ya interactúan con esta tecnología integrada en aplicaciones, juguetes, asistentes virtuales, juegos y software educativo. Aun así, la brecha digital sigue siendo notable. En 2024, más del 95 por ciento de las personas que viven en países de ingresos altos tienen conexión a Internet, frente a apenas un 26 por ciento en los países de ingresos bajos. 

Según el informe, un alto porcentaje de jóvenes de países de ingresos bajos y medios tiene dificultades para acceder a las competencias digitales, un hecho que afectará a su capacidad para utilizar de forma eficaz y responsable las herramientas de este tipo en la educación y en sus futuros empleos. Estas barreras suelen estar vinculadas con el entorno socioeconómico, el género, el idioma y la accesibilidad.


El informe también ofrece algunas noticias alentadoras. Por ejemplo, se espera que aumente la esperanza de vida al nacer y que continúen también los avances logrados en los últimos 100 años en el acceso de la infancia a la educación. De hecho, las previsiones apuntan a que, en la década de 2050, casi el 96 por ciento de los niños y las niñas de todo el mundo completará, al menos, la educación primaria, frente a un 80 por ciento en la de 2000. El informe también concluye que, con una mayor inversión en educación y salud pública y una protección más estricta del medio ambiente, la situación podría mejorar significativamente para la infancia en algunos aspectos: se estrecharía, por ejemplo, la brecha de género en los logros educativos y se reduciría la exposición a los riesgos medioambientales.


En el Estado Mundial de la Infancia 2024: El futuro de la infancia en un mundo en transformación también se pone de relieve la importancia de priorizar los derechos de la infancia –tal y como se definen en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño– en todas las estrategias, políticas y acciones. El documento hace un llamamiento para que se aborden los retos y las oportunidades planteadas por las tres megatendencias mencionadas, a través de las siguientes medidas:

  • Invertir en educación, servicios y ciudades sostenibles y resilientes para la infancia.
  • Aumentar la resiliencia climática de las infraestructuras, la tecnología, los servicios esenciales y los sistemas de apoyo social.
  • Ofrecer conectividad y diseños tecnológicos seguros para todos los niños y niñas.

Este año, el Día Mundial de la Infancia –la jornada anual de acción de UNICEF por y para los niños y las niñas– se celebra bajo el lema “Escucha al futuro”. Dentro de la campaña, UNICEF ha pedido a los niños y las niñas que escriban una carta explicando cómo les gustaría que fuera el mundo en 2050. Las respuestas han llegado de todas partes del mundo –incluidas la ciudad de Gaza, Haití y Tanzanía– y en ellas se expresa el deseo de los niños y las niñas de vivir seguros, estar sanos, recibir educación y estar protegidos frente a las guerras y los riesgos climáticos. Las cartas pueden consultarse aquí (en inglés). 

La violencia contra los niños es una crisis global: El poder es el peor violador de la niñez.

La violencia contra los niños es una crisis global
© UNICEF/Abed Zaqout Los médicos decidieron amputar el pie a un niño de tres años en Jan Yunis, Gaza, debido a la escasez de recursos médicos

Durante una reunión de alto nivel en Colombia para discutir el tema, los países se comprometen a proteger a los niños de la violencia, la explotación y los abusos de todo tipo. El presidente colombiano afirma que el hambre, el colapso climático, la guerra y el éxodo van más allá de los golpes y son los peores de violadores de los niños

La Comunidad Internacional lo reconoce por primera vez

La violencia contra los niños -física, emocional o sexual– constituye una crisis mundial que ocurre en los hogares, las escuelas, las comunidades y en internet, y que tiene efectos tan graves como lesiones permanentes, infecciones de transmisión sexual, problemas de salud mental como ansiedad y depresión, y la muerte.

La problemática se aborda por primera vez este jueves en una reunión internacional de alto nivel que contó con la participación del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y más de 1400 ministros, funcionarios de gobierno y responsables de políticas, líderes de organismos de la ONU, representantes de la sociedad civil, supervivientes, jóvenes y niños.

La Conferencia Mundial Ministerial para poner fin a la violencia contra los niños tiene lugar en Bogotá, Colombia, auspiciada por el gobierno colombiano con apoyo de Suecia, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Algunas estadísticas de la violencia contra los niños…
Más de la mitad de los niños de dos a 17 años —en total, más de mil millones— sufren alguna forma de violencia cada año
Alrededor de tres de cada cinco niños reciben castigos físicos de manera regular en su hogar
Una de cada cinco niñas y uno de cada siete niños son víctimas de violencia sexual
Entre el 25% y el 50% de los niños han experimentado acoso escolar
La principal causa de muerte entre los varones adolescentes es la violencia, a menudo con armas de fuego o de otro tipo

Preocupación por falta de inclusión de niños, niñas y adolescentes en textos finales de la COP16: “Es nuestro deber”

En el evento internacional sobre biodiversidad hubo representantes de la niñez que expresaron sus puntos de vista sobre la crisis medioambiental en el mundo



infobae

Carol Salazar

03 Nov, 2024



Varios niños, niñas y adolescentes hicieron presencia en la COP16
y enviaron mensajes de esperanza - crédito Unicef Colombia

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), llevada a cabo en Cali (Valle del Cauca) terminó el 1 de noviembre de 2024 con el establecimiento de varios acuerdos, entre ellos, la creación de un órgano subsidiario de trabajo para pueblos indígenas y comunidades locales. Así, estas poblaciones contarán con poder institucional.


De igual manera, fueron aprobadas varias modalidades para actualizar y ampliar descripciones de zonas marinas que son de importancia biológica y ecológica, lo cual se logró luego de negociar durante ocho años. De esta manera, se espera que se avance en la implementación del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).


“Tenemos áreas marinas que están por fuera de las jurisdicciones de países, o sea que se ata el tratado de áreas marinas por fuera de jurisdicciones, se le da poder a la Asamblea de Naciones Unidas para seguir regulando la biodiversidad en el mar, pero además se logra poner las partes de acuerdo en que para definir dónde hay un área marina de importancia ecológica”, explicó la ministra de Ambiente y Desarrollo, Susana Muhamad, que fungió como presidenta de la COP16.


Sin embargo, hay inconformismo a nivel internacional por la falta de inclusión explícita de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en los textos finales de la COP16, lo que implica una menor probabilidad de que se ejecuten programas que sirvan para adelantar tareas de protección de biodiversidad. Así lo explicó Tanya Chapuisat, representante Residente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).


“Garantizar la inclusión efectiva de la infancia no es solo darles la palabra, sino realmente incluirlos explícitamente en el texto final de la COP. Si no se menciona a la niñez, adolescencia y juventud, es menos probable que haya programas que financien la protección de la biodiversidad pensando en cómo esto afecta su supervivencia, y que se gestionen acciones y soluciones diferenciadas que respondan a sus necesidades particulares”, indicó la funcionaria, citada en un comunicado de Unicef.


Cabe resaltar que los Estados están obligados a garantizar un buen futuro para los niños en materia de contar con un entorno sano y sostenible, de ahí la importancia de incluirlos en los acuerdos que se pacten de cara a la protección de la biodiversidad. Además, serán las personas más afectadas por la crisis medioambiental.


En consecuencia, Chapuisat resaltó la necesidad de escuchar las preocupaciones de los menores. “Instamos a los tomadores decisión a que las voces de los niños, niñas y adolescentes sean incluidas en las resoluciones y políticas que en adelante incorporen los países. Es nuestro deber que sus preocupaciones se traduzcan en acciones concretas, por ello seguiremos acompañando a los gobiernos para que las voces y derechos de la niñez y adolescencia sean tenidos en cuenta”, precisó.


Cabe resaltar que en la COP16 hubo niños presentes, que tuvieron un corto espacio de intervención. Sin embargo, el canciller Luis Gilberto Murillo aseguró que había solicitado que más representantes de la niñez estuvieran presentes, lo cual no fue posible. “Aquí quiero sentar una voz de queja y de protesta porque no me dejaron entrar a los niños que tenían que presentarse aquí”, indicó.


Una de las niñas que intervino es Sara Díaz, que invitó a los menores de edad a utilizar la tecnología de manera adecuada y buscando beneficiar al planeta. “Aprovechemos la tecnología que tenemos, y en vez de utilizarla para ver videos de TikTok, la utilicemos para informarnos sobre la triple crisis climática que estamos viviendo, porque defender la madre Tierra no es cuestión de un júbilo de ambientalistas, es cuestión de supervivencia”, dijo. 

La infancia es la más afectada por la migración por causa climática en el Sudeste Asiático, según World Vision

La infancia es la más afectada por la migración relacionada por el cambio climático en el Sudeste Asiático, según el informe 'Climate Change, Vulnerability and Migration', de la organización World Vision.



infobae

Newsroom Infobae




El estudio se basa en 92 relatos de primera mano de niños migrantes y menores que se quedaron cuando sus padres y cuidadores emigraron, así como entrevistas con líderes y expertos locales. Ha sido elaborado en colaboración con el Centro Asiático del Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI, por sus siglas en inglés) y describe el agravamiento de la pobreza, las privaciones y la carga de la deuda en las comunidades rurales, que llevan a las personas a emigrar; la explotación y los abusos a los que se enfrentan muchas personas migrantes; y las luchas de los que se quedan en casa.


World Vision recuerda que las Naciones Unidas calculan que en 2020 había 10,6 millones de personas migrantes internacionales en el Sudeste Asiático, siendo Tailandia, con diferencia, el país que acogía a un mayor número de ellos, de los que alrededor de 1,27 millones eran menores de 18 años. "A medida que se intensifican los efectos del cambio climático, que empujan a más personas a emigrar, es crucial que se protejan sus derechos e intereses, especialmente los de la infancia, que es muy vulnerable", subraya la organización.


Del informe se desprende que especialmente las niñas mayores asumen de forma rutinaria "importantes tareas" en casa y en las granjas y, además, trabajos asalariados, incluso a expensas de su educación. "Tanto los adultos como los niños y niñas describieron profundos impactos emocionales por la separación familiar, y experiencias traumáticas durante la migración", expone.


A través de un análisis detallado de seis aldeas rurales de Camboya, Laos y Vietnam, el informe muestra cómo el cambio climático, con lluvias torrenciales e inundaciones cada vez más frecuentes, se traduce en hambre, ausencias escolares y ansiedad por las deudas crecientes. "Muestra los sacrificios que hacen los padres, el sentido del deber de los niños y niñas hacia su familia y sus aspiraciones de una vida mejor. Y pone de relieve muchas formas en las que gobiernos nacionales, donantes y socios para el desarrollo, así como las organizaciones internacionales, pueden marcar la diferencia", apunta la organización.


También asegura que, a medida que se agrava la crisis climática, los niños y jóvenes del Sudeste Asiático se enfrentan a "crecientes amenazas" para su salud, educación, medios de subsistencia y perspectivas económicas. En este sentido, explica que los efectos del cambio climático, amplificados en algunos casos por el desarrollo de infraestructuras como la construcción de presas, "están empeorando la situación de pobreza y la desigualdad y haciendo que las personas sean cada vez más vulnerables a la migración forzosa y se expongan potencialmente a la explotación y el abuso".


La investigadora principal y directora mundial del programa de Migración y Movilidad del SEI, Sara Vigil, ha indicado que la investigación "revela una realidad desgarradora: el cambio climático y la migración están transformando las vidas de innumerables niños y niñas vulnerables, muchos de los cuales deben afrontar las consecuencias emocionales y físicas de la separación y la inestabilidad". Por ello, ha agregado que "es fundamental que se aborden las causas profundas de esta angustia y garanticemos que la infancia esté en el centro de los esfuerzos para crear un futuro más seguro".


Por su parte, el líder Regional para Asia Oriental de World Vision, Terry Ferrari, ha recalcado que "la carga física, emocional y mental que la migración supone para las niñas y los niños empeora su vulnerabilidad". He hecho, ha señalado que los retos a los que se enfrentan, agravados por la migración relacionada con el clima, "han pasado desapercibidos durante demasiado tiempo, pero ya no se pueden ignorar". "Es necesario tomar medidas urgentes para abordar las causas profundas de la migración relacionada con el clima y proteger el futuro de estas jóvenes vidas", ha concluido.

En el informe, World Vision recomienda aumentar la resiliencia de las comunidades mediante infraestructuras sólidas y preparación ante las catástrofes; proporcionar un apoyo "flexible y justo" a los medios de vida sostenibles; proteger tanto a los padres como a los hijos que emigran; cuidar a los cuidadores y a los niños que se quedan con ellos; y capacitar a niños y jóvenes para que puedan construirse un futuro mejor. 

Comité de niñas, niños, adolescentes y jóvenes de UNICEF-Colombia defiende los derechos a vivir en ambientes limpios, sanos y sostenibles

En la presentación oficial del Comité de niñas, niños, adolescentes y jóvenes defensores del clima de UNICEF manifestaron que les preocupa el futuro del planeta y la humanidad debido al cambio climático e hicieron un llamado para ser tenidos en cuenta en las decisiones sobre el ambiente.  



Unicef-Colombia

30 de agosto de 2024




El Encano, Nariño. La Laguna de la Cocha, el segundo embalse natural más grande del país, es el escenario escogido para presentar oficialmente el Comité de niñas, niños, adolescentes y jóvenes defensores del clima de UNICEF.  


El comité está integrado por cinco niñas, niños, adolescentes y jóvenes de diversas regiones del país, dispuestos a aportar su talento, liderazgo y entusiasmo para la protección del ambiente y la acción climática. Bajo su liderazgo, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) busca incluir sus ideas, iniciativas, conocimientos y acciones en procesos de incidencia con diferentes actores para garantizar el goce a plenitud de sus derechos a crecer en ambientes, limpios, sanos, y sostenibles.  


Este grupo se consolidó luego de la realización de un mapeo de liderazgos ambientales interesados en fortalecer sus procesos de incidencia en las políticas relacionadas con el cambio climático. El comité está integrado por 2 niñas de 11 y 12 años pertenecientes a comunidades indígenas y afrocolombianas y por 3 niños y adolescentes de 13, 17 y 18 años provenientes de Nariño, Valle del Cauca y Meta, respectivamente. Todos ellos lideran procesos de activismo por la justicia climática y el medio ambiente.  


Durante el evento de presentación, Isaac Luna Betancourt de 13 años y miembro del Comité asesor manifestó “Ya estamos viviendo los efectos del calentamiento global. Vemos la pérdida de la biodiversidad, el aumento del nivel del mar y el incremento de los desastres de origen natural. Nos preocupa porque somos nosotros los que heredaremos el planeta y no estamos siendo tenidos en cuenta en las decisiones que afectan nuestra salud y bienestar”. 


UNICEF promueve la creación de este Comité al reconocer la importancia de incorporar las voces y propuestas de los más jóvenes para hacer frente a la triple crisis planetaria derivada del cambio climático, la contaminación ambiental y la pérdida de biodiversidad. Es un llamado para que las autoridades y actores relevantes de la agenda climática y ambiental del país, incluyan la participación efectiva de la niñez y adolescencia ya que el liderazgo de las nuevas generaciones es clave para reducir las múltiples amenazas contra su supervivencia y bienestar. 


“Nuestro comité asesor nace con el propósito de empoderar a las nuevas generaciones por la defensa del clima y la biodiversidad. Queremos que sus voces sean escuchadas y que se promuevan sus derechos a vivir en un ambiente limpio, sano y sostenibles tal como lo establece la Observación 26 del sobre los derechos del niño y el medioambiente emitida por el Comité de los Derechos de los Niños y las Niñas”, señaló Valentín Estrada, oficial de Cambio climático, ambiente, energía y reducción de riesgo de desastres de UNICEF Colombia.


Durante el evento de presentación al que asistieron autoridades locales, ambientales, de la sociedad civil y la academia del departamento de Nariño, Andrés Julián Moreno de 17 años y miembro del comité asesor manifestó “los jóvenes somos el futuro de la humanidad y del planeta tierra. Nosotros actuamos con el corazón y somos capaces de pensar y hacer lo imposible.  Por eso si hacemos posible que más personas reconozcan la importancia de cuidar y proteger el medio ambiente, podremos vivir una gran vida y el futuro será mejor”.