Los avances tecnológicos, el cambio demográfico y la crisis climática moldearán la infancia del futuro

Según el informe de UNICEF 'Estado Mundial de la Infancia 2024: el futuro de la infancia en un mundo cambiante', se debe actuar para que estos cambios sean en positivo y evitar posibles riesgos


Unicèf España,

30 de noviembre de 2024



Imagen: UNI616813 / Unicef

¿Cómo será el mundo en el que vivirán los niños y niñas de 2050? A pesar de parecer un horizonte aún lejano, un estudio de UNICEF ha querido dar respuesta a esta pregunta cuando estamos llegando al final del primer cuarto de siglo XXI. Y los posibles escenarios que apunta este último ‘Estado Mundial de la Infancia 2024’ (EMI 2024) dibujan un futuro en el que tres grandes fuerzas globales —o “megatendencias”— influirán de forma significativa en la infancia y adolescencia de 2050 y después:  la crisis climática y medioambiental, el cambio demográfico y los avances tecnológicos.


Crisis climática


Las previsiones preliminares no son buenas. Se estima que en la década de 2050-2059 las crisis climáticas y medioambientales se generalizarán aún más, con ocho veces más niños, niñas y adolescentes expuestos a olas de calor extremas, tres veces más expuestos a inundaciones fluviales extremas y casi el doble expuestos a incendios forestales extremos, en comparación con la década de 2000.


Esto supone, además, una verdadera amenaza para la salud y el desarrollo de niños y niñas. Sin embargo, la severidad de estos efectos dependerá de factores como edad, salud, situación socioeconómica y acceso a los recursos.


Por lo tanto, en un futuro próximo será esencial la capacidad de disponer de recursos para hacer frente a estas situaciones climáticas extremas como refugios, infraestructuras de refrigeración, atención sanitaria, educación y agua potable.


Tendencia demográfica


Los cambios demográficos que nos afectan en la actualidad se consolidarán en las próximas décadas. Por un lado, en 2050 se prevé un envejecimiento de la población global, pero al mismo tiempo, también habrá tantos niños y niñas en el mundo como hoy, unos 2.300 millones.


No obstante, si prestamos atención a este dato, veremos que una proporción menor vivirá en países de renta alta y una proporción mayor, en el sur de Asia y África. Estas últimas son regiones que en ocasiones tienen dificultades para satisfacer las necesidades básicas de muchos niños y niñas, y el apoyo para la infancia de estos lugares será clave. 


Avances tecnológicos


La tecnología digital es una de las mayores trasformaciones que ha vivido el mundo en las últimas décadas y, en las próximas, serán fuente tanto de beneficios como de riesgos. Uno de esos riesgos, que ya experimentamos hoy en día, es la brecha digital entre jóvenes de países de ingresos altos y jóvenes pertenecientes a países de ingresos bajos.


Para ser capaces de utilizar de forma eficaz y responsable las herramientas digitales en la educación, o incluso en los futuros puestos de trabajo, el acceso a las competencias digitales es determinante. Y para mejorarlo, se debe actuar sobre factores como el entorno socioeconómico, el género, la lengua o la accesibilidad, que se convierten en grandes obstáculos a la hora de adquirir y desarrollar estas necesarias competencias digitales.


Una infancia próspera en 2050


A pesar de los evidentes desafíos que se presentan en las próximas décadas, el EMI 2024 también apunta a significativas mejoras en las condiciones de vida de la infancia en 2050.

  • Por ejemplo, se prevé un aumento de la supervivencia infantil, situando la tasa de supervivencia neonatal en el 98 %.
  • También crecerán los porcentajes de educación, llegando al 77 % en el caso de jóvenes en el mundo que cuentan al menos con educación secundaria. Esto supone un gran aumento en comparación con el 40 % que persistía en la década de los 2000. 

Sin embargo, aunque estos datos dan pie al optimismo, se deben tener en cuenta las disparidades entre regiones. En este sentido, es fundamental comenzar desde ahora a poner los derechos de la infancia en el centro de todas las estrategias, políticas y acciones.


Medidas para un cambio en positivo


Tomando como punto de partida la Convención sobre los Derechos del Niño, UNICEF plantea algunas medidas para lograr que el impacto en niños y niñas de estas «megatendencias» sea más positivo que negativo:

  • Prepararse para las transiciones demográficas, entre otras cosas invirtiendo en educación y prestaciones para la infancia. Aunque los niños y niñas representen una parte cada vez menor de la población, sus necesidades deben seguir siendo prioritarias. La educación, la atención a la salud física y mental, la lucha contra la pobreza infantil y los servicios públicos como centros educativos, escuelas infantiles e instalaciones de ocio deben seguir estando disponibles y ser accesibles.
  • Invertir en adaptación climática y medioambiental, mitigación y educación, incluyendo el fortalecimiento de capacidades y sistemas para una prevención, respuesta y recuperación efectiva y con enfoque de infancia ante las crisis climáticas. 
  • Ofrecer conectividad online que garantice un acceso inclusivo para todos los niños y niñas con un diseño seguro que incluya la elaboración de medidas necesarias para que el ámbito digital sea un entorno protector.  
  • De esta manera, estaremos más cerca de garantizar un futuro en el que se hagan realidad los derechos de todos los niños y niñas, un mundo en el que toda la infancia sobreviva, prospere y alcance su pleno potencial. El futuro es nuestro, y la tarea de hacerlo realidad empieza ahora.

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