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La infancia enfrenta una nueva era de amenazas y retos

El exponencial aumento de la desigualdad y los conflictos, junto con la amenaza del cambio climático y la tecnología crean un época de incertidumbre para los niños en todo el mundo. La agencia de la ONU para la infancia exige reforzar los sistemas diseñados a mitigar el impacto de todos esos fenómenos.



Naciones Unidas

Noticias ONU

13 Enero 2025


© UNICEF/Patricia Willocq

El mundo ha entrado en una nueva era para los niños en la que el cambio climático, los conflictos, la desigualdad y sus interconexiones están perturbando sus vidas y limitando su futuro, advierte un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).


A principios de cada año, UNICEF examina los riesgos a los que probablemente se enfrentarán los niños y sugiere formas de reducir los posibles daños. El último informe, Perspectivas de la infancia 2025: Construir sistemas resilientes para el futuro de los niños, exige reforzar los sistemas nacionales diseñados para para garantizar que tengan acceso al apoyo que necesitan.


UNICEF HA desglosado las principales tendencias que habrá que tener en cuenta en 2025:


Se duplica el número de niños que viven en zonas de conflicto


La intensificación de las guerras seguirá planteando graves riesgos para los niños. Los conflictos también están aumentando en intensidad y violencia.


Alrededor de 473 millones de niños, más de uno de cada seis en todo el mundo, viven actualmente en zonas afectadas por conflictos, y el mundo experimenta el mayor número de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial. El porcentaje de niños del mundo que viven en zonas de conflicto se ha duplicado: de alrededor del 10% en la década de 1990 a casi el 19% en la actualidad.


En medio de las crecientes rivalidades geopolíticas y la parálisis de las instituciones multilaterales, los actores estatales y no estatales parecen cada vez más dispuestos a incumplir las leyes internacionales diseñadas para proteger a la población civil, y los ataques contra infraestructuras civiles como escuelas y hospitales son cada vez más frecuentes.


Este desmoronamiento de décadas de esfuerzos para proteger a la población civil se está cobrando un alto precio entre los niños. Además de los riesgos para sus vidas, los niños se enfrentan al desplazamiento y a la amenaza del hambre y las enfermedades. También existen riesgos sustanciales para su bienestar psicológico.


El sistema multilateral ha tenido dificultades para responder con eficacia. Se necesita un esfuerzo concertado y sostenido para invertir las pérdidas de los últimos años.


El sistema financiero no funciona

Los gobiernos de los países en desarrollo tienen cada vez más dificultades para financiar inversiones clave en la infancia, debido al lento crecimiento, el aumento de la deuda y la insuficiencia de los ingresos fiscales y la ayuda al desarrollo.


Otro factor importante es la creciente carga de la deuda soberana. Cerca de 400 millones de niños viven en países endeudados y, si no se llevan a cabo reformas importantes, esta cifra aumentará. El coste del servicio de esta deuda está reduciendo inversiones esenciales para la infancia.


En 2025, nos enfrentaremos a decisiones cruciales sobre las reformas del marco de instituciones, políticas, normas y prácticas que rigen el sistema financiero mundial.


Las consecuencias irreversibles de la crisis climática


Los niños sufren de forma desproporcionada las consecuencias del cambio climático y los efectos sobre su desarrollo, salud, educación y bienestar pueden ser irreversibles y duraderos.


2025 presenta oportunidades cruciales para avanzar hacia los objetivos climáticos mundiales. Esto implica una formulación de políticas exhaustiva y sólida, una financiación y unas inversiones adecuadas y equitativas, unos marcos normativos y de rendición de cuentas sólidos y unos sistemas de seguimiento eficaces.


Mejor acceso a los servicios digitales


Varias tendencias digitales están a punto de dar forma a nuestro futuro en 2025 y más allá. Los rápidos avances de las tecnologías emergentes seguirán configurando todas las esferas de la vida de los niños, desde la educación a la comunicación, pasando por la participación en la economía digital.


Una tendencia clave es la aparición de infraestructuras públicas digitales, un conjunto de sistemas digitales compartidos que pueden proporcionar un acceso equitativo a los servicios públicos y privados. Permite la prestación a gran escala de servicios públicos digitales, incluidos los destinados a los niños, y se está adoptando rápidamente en todo el mundo.


La infraestructura pública digital tiene el potencial de cambiar radicalmente la forma en que los gobiernos atienden y se relacionan con sus ciudadanos, incluidos los niños. También puede ser fundamental para promover normas que impulsen el desarrollo, la inclusión, la confianza, la innovación y el respeto de los derechos humanos.


Pero las desigualdades persistentes en el acceso digital, especialmente en los países menos desarrollados, son un obstáculo importante para garantizar que esa infraestructura legue a todos los niños. También hay problemas para asegurar la armonización de los datos entre los sistemas y para garantizar una protección y seguridad adecuadas de los datos.   


La gobernanza mundial, bajo presión


Las crisis nuevas y actuales seguirán poniendo a prueba el futuro de la gobernanza mundial.


En 2025, las naciones y las instituciones deberán abordar la cuestión fundamental de si el marco multilateral mundial se unificará para dar una respuesta cohesionada a nuestros retos comunes o se fragmentará aún más, con el riesgo de que se pierda la acción colectiva.


La dirección que tomemos repercutirá profundamente en los esfuerzos para proteger los derechos y el bienestar de los niños en todo el mundo.


Los derechos de la infancia deben seguir siendo prioritarios


La conclusión a la que llegan los autores del informe es la importancia fundamental de adoptar y promover sistemas que mejoren la vida y las perspectivas de los niños.

Estos sistemas deben incorporar los principios de inclusión, equidad y responsabilidad, garantizando que los derechos y las necesidades de los niños permanezcan en primer plano. Y, lo que es igual de importante, no sólo deben abordar los retos mundiales actuales, sino también anticiparse y prepararse para lo que está por venir. 

35 niños y niñas nacieron condenados al hambre en 2024

Al menos 18,2 millones de niños y niñas es decir, unos 35 niños por minuto, nacieron en 2024 en condiciones que les han destinado a pasar hambre. Los conflictos y las crisis climáticas sumaron al menos a 800.000 niños y niñas más al hambre a lo largo del año, según un análisis de Save the Children.


8 de enero de 2025


El análisis de los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha mostrado que el número de niños y niñas que nacieron destinados a pasar hambre aumentó alrededor de un 5% en 2024 en comparación con el año anterior y un 19% más que los 15,3 millones registrados en 2019, cuando el progreso en la lucha contra el hambre infantil comenzó a estancarse.  


Los conflictos, los desplazamientos, los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del coste relativo de los alimentos han contribuido al deterioro de la nutrición infantil en todo el mundo. Hannah Stephenson, directora de nutrición de Save the Children, ha explicado que “el hambre no conoce fronteras. Erosiona la infancia, agota la energía de las niñas, niños y corre el riesgo de robarles su futuro. Los niños deben ser libres para jugar, aprender y no para preocuparse por cuándo será su próxima comida”.  


La especialista en nutrición recalca que “necesitamos financiación inmediata y acceso seguro a servicios humanitarios básicos para niñas, niños y familias que necesitan desesperadamente alimentos, atención sanitaria, agua potable, saneamiento e higiene”. La organización humanitaria dice que, si no se abordan las causas profundas del hambre y la malnutrición, “seguiremos viendo cómo se invierten los progresos realizados en favor de la infancia”.


Entre los niños y niñas que han pasado hambre el pasado año, hay bebés nacidos en países con riesgo de hambruna o en condiciones catastróficas de inseguridad alimentaria, como Sudán del Sur, Haití, Malí y Sudán, donde los niveles de hambruna y malnutrición se han extendido por el territorio.  


Además, a principios de noviembre se alertó de la gran probabilidad de que la hambruna fuera inminente o ya estuviera en marcha en el norte de la Franja de Gaza, y de que 345.000 personas pudieran enfrentarse a una hambruna catastrófica en los próximos meses[2]. El Territorio Palestino Ocupado no está incluido en los datos anuales de la FAO sobre desnutrición [3].


Las niñas y niños son siempre los más vulnerables en las crisis alimentarias y, sin alimentos suficientes y un equilibrio nutricional adecuado, corren un alto riesgo de desnutrición aguda. La desnutrición puede causar retraso en el crecimiento, impedir el desarrollo mental y físico, aumentar el riesgo de contraer enfermedades mortales y, en última instancia, causar la muerte.  


Madagascar, a pesar de su población relativamente pequeña, también tuvo uno de los mayores números de bebés que han nacido en contextos de hambre, unos 400.000 en 2024. Aina (nombre ficticio), de 6 meses, fue uno de ellos. Su madre, Genie (nombre ficticio), tenía dificultades para cuidar y alimentar a su hija por el elevado coste de los alimentos y la falta de dinero. Alimentaba a Aina sólo dos veces al día con leche materna, antes y después de volver del trabajo en el campo. “Mis hábitos habían repercutido en su dieta y en el peso de Aina. Adelgazó y a menudo se encontraba irritable”, cuenta Genie.  


Save the Children ha acompañado a Genie a alimentar a su hija de forma saludable con alimentos locales de bajo precio y le ha informado de la necesidad de ofrecer la lactancia materna de manera más frecuente a Aina para reducir su índice de desnutrición.


La ONG hace un llamamiento a los líderes mundiales para conseguir más financiación para abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria, lo que incluye trabajar para reducir los conflictos, hacer frente a la crisis climática y la desigualdad mundial, y crear sistemas de salud, nutrición y protección social más resistentes.  


SAVE THE CHILDREN Y SUPERVIVIENTES DEL HAMBRE


La organización humanitaria en defensa de la infancia acaba de lanzar la campaña Supervivientes del Hambre para poner rostro a los millones de niños y niñas que sufren desnutrición mostrando su situación tan crítica: viven en condiciones extremas y superan duras situaciones cada día, pero no lo hacen para ganar premios como los concursantes de un reality, sino para sobrevivir. Ellos son los verdaderos supervivientes, que a pesar de tenerlo todo en contra, luchan, resisten y encuentran la forma de sobrevivir al mundo en el que les ha tocado vivir.

MSF alerta de la vulnerabilidad de la infancia en Gaza tras la muerte de tres bebés por hipotermia

La muerte de tres bebés por hipotermia en la Franja de Gaza refleja, según la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), la vulnerabilidad de la infancia gazatí ante un invierno que la población local encara en condiciones aún peores que las del año pasado, ya que hace doce meses "todavía había algunos edificios para refugiarse".


Infobae

Por Newsroom Infobae

02 Ene, 2025


Un año después, la destrucción es mayor, como explica la coordinadora de emergencias de MSF en Gaza, Pascale Coissard. "Tras casi 15 meses de guerra y la destrucción de casi todas las infraestructuras, la mayoría de la gente en Gaza vive en tiendas que apenas aíslan del viento, frío y la lluvia", lamenta en un comunicado.


Las familias carecen de los servicios y artículos más esenciales y los niños son el eslabón más débil de la cadena. Sólo la semana pasada, tres bebés menores de un mes llegaron sin vida al hospital Nasser de Jan Yunis, antecedentes de enfermedades crónicas y víctimas de un descenso extremo de la temperatura corporal. Vivían en tiendas junto a cientos de familias desplazadas en Al Mawasi, en el sur de la Franja de Gaza.


MSF colabora en el departamento de pediatría del citado hospital, a donde llegan cada vez más niños con infecciones respiratorias. Un pediatra del centro, Mohammad Abu Tayyem, denuncia que "todas estas afecciones se deben al aumento del frío y también al mal estado de las tiendas de campaña y los escasos recursos para calentarlas".


En esta línea, Coissard advierte de que los bebés están ya en peligro en el útero de sus madres y, una vez han nacido, hacen frente a "desafíos inmediatos y extremos", entre ellos el frío. "Israel continúa bombardeando Gaza y restringiendo la entrada de suministros esenciales", mientras que "el saqueo de camiones dificulta que la poca ayuda permitida por las autoridades israelíes llegue a quienes la necesitan", lamenta.


La responsable de la ONG reclama un alto el fuego "inmediato y duradero" como "única solución para aliviar el sufrimiento de la población palestina y garantizar el acceso a la atención médica y la ayuda humanitaria". De lo contrario, el personal médico seguirá siendo incapaz de cubrir todas las necesidades: "Nuestras actividades en atención pediátrica, neonatal y obstétrica son solo una gota en el océano de enormes necesidades médicas en Gaza".

 

Para los niños y niñas en zonas de conflicto, 2024 ha sido “uno de los peores años de la historia de UNICEF”: no podemos permitir que esta sea la nueva normalidad

La repercusión de los conflictos armados sobre los niños y niñas de todo el mundo ha alcanzado niveles devastadores –y, probablemente, sin precedentes– en 2024, según un análisis de UNICEF sobre los datos más recientes disponibles y las tendencias mundiales predominantes.



unicef

28 Diciembre 2024


UNICEF/UNI589800/Subieh
Sila, una niña de 4 años, perdió su pierna derecha cuando su casa fue bombardeada en Gaza.
También perdió a su madre, su padre y sus tres hermanas, Saba, Farah y Laila.

Se calcula que más niños y niñas que nunca están viviendo en zonas de conflicto o se encuentran desplazados por la fuerza a causa de las guerras y la violencia. Los derechos de la infancia se ven sistemáticamente vulnerados en este tipo de situaciones, y un número récord de niños y niñas afectados por conflictos han muerto o han resultado heridos[1], se han visto obligados a abandonar la escuela, no han recibido las vacunas esenciales o padecen graves niveles de desnutrición. Además, se prevé que las cifras sigan aumentando. Los conflictos generan aproximadamente el 80% de todas las necesidades humanitarias en el mundo[2], al ser uno de los causantes de la interrupción de servicios esenciales como el agua potable, los alimentos y la atención médica.

Más de 473 millones de niños y niñas –al menos 1 de cada 6 a nivel mundial– viven actualmente en zonas afectadas por conflictos[3]. El número de situaciones de conflicto en todo el mundo es el más alto registrado desde la Segunda Guerra Mundial[4]. Además, el porcentaje de niños y niñas que viven en estas regiones se ha duplicado, pasando de alrededor del 10% en la década de 1990 a casi el 19% en la actualidad[5].

A finales de 2023, la cifra de niños y niñas desplazados por los conflictos y la violencia ascendía a 47,2 millones[6]. Las tendencias registradas en 2024 revelan un aumento adicional en el número de niños y niñas desplazados por la intensificación de los conflictos, en particular en el Estado de Palestina, Haití, Líbano, Myanmar y Sudán. Los niños y niñas representan el 30% de la población mundial, pero, en promedio, suponen alrededor del 40% de las personas refugiadas y el 49% de los desplazados internos[7]. En los países afectados por los conflictos, un promedio de más de una tercera parte de la población es pobre (34,8%), lo que contrasta con una tasa de poco más del 10% en los países que no sufren conflictos[8].


“Según casi todos los indicadores, 2024 ha sido uno de los peores años de la historia de UNICEF para los niños y niñas que viven en zonas en conflicto, tanto por el número de niñas y niños afectados como por la magnitud del impacto que estos conflictos tienen en sus vidas”, ha declarado Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF. “Un niño o una niña que crece en una zona de conflicto tiene muchas más probabilidades de no estar escolarizado, de sufrir desnutrición o de verse obligado a abandonar su hogar –en ocasiones, con demasiada frecuencia– que un niño o una niña que vive en una región en paz. Esto no debe convertirse en la nueva normalidad. No podemos permitir que toda una generación de niños y niñas se conviertan en víctimas colaterales de las guerras descontroladas que azotan al mundo”, ha añadido.


Según los últimos datos disponibles, referidos a 2023, las Naciones Unidas constataron un total de 32.990 violaciones graves cometidas contra 22.557 niños y niñas[9], la cifra más alta desde que se inició el seguimiento por mandato del Consejo de Seguridad. Dada la tendencia mundial al alza en el número de violaciones graves –en Gaza, por ejemplo, miles de niños y niñas han muerto y otros tantos han resultado heridos, y las Naciones Unidas constataron más víctimas infantiles en Ucrania en los nueve primeros meses de 2024 que en todo 2023[10]–, es probable que las cifras de este año sean aún más altas.


La situación de las mujeres y las niñas es especialmente preocupante en situaciones de conflicto, habida cuenta de las denuncias generalizadas de casos de violación y violencia sexual. En Haití, por ejemplo, en lo que va de año, el número de denuncias de casos de violencia sexual contra la infancia ha aumentado en un 1000%[11]. En estas situaciones, además, los niños y niñas con discapacidad suelen estar expuestos de forma desproporcionada a la violencia y la vulneración de sus derechos.


La educación también se ve gravemente perturbada en las zonas donde hay conflictos. Se calcula que en los países afectados hay más de 52 millones de niños y niñas sin escolarizar. Los niños y niñas de la Franja de Gaza y buena parte de los de Sudán, por ejemplo, llevan más de un año sin ir a la escuela, y en países como Ucrania, la República Democrática del Congo y Siria, los centros educativos han sido dañados, destruidos o utilizados con otros fines, lo que ha dejado a millones de niños y niñas sin acceso a la educación. La destrucción de las infraestructuras educativas y la falta de seguridad en las inmediaciones de las escuelas han exacerbado una situación que ya de por sí planteaba trabas para la educación de los niños y las niñas de estas regiones.


La desnutrición infantil en las zonas en conflicto también ha alcanzado niveles alarmantes. En efecto, los conflictos y la violencia armada siguen siendo las principales causas del hambre en muchas zonas críticas, al perturbar los sistemas alimentarios, provocar desplazamientos de población y obstaculizar el acceso de la ayuda humanitaria. En Sudán, por ejemplo, este año se ha declarado la primera situación de hambruna desde 2017, concretamente en Darfur del Norte. Por otro lado, se calcula que en 2024 más de medio millón de personas de cinco países afectados por conflictos están viviendo en la Fase 5 de la CIF*, la situación más extrema en la escala de inseguridad alimentaria[12].


Los conflictos también tienen un efecto devastador sobre el acceso de la infancia a los servicios de salud básicos. Alrededor del 40% de los niños y niñas que no están vacunados o que no han recibido todas sus vacunas viven en países parcial o totalmente afectados por conflictos[13]. Estos niños y niñas suelen ser los más vulnerables a brotes de enfermedades como el sarampión y la poliomielitis, debido a la inseguridad y a la falta de acceso o la interrupción de los servicios de salud y nutrición.


La repercusión sobre la salud mental de los niños y niñas también es enorme. En los más pequeños, la exposición a la violencia, la destrucción y la pérdida de seres queridos puede manifestarse mediante depresión, pesadillas y trastornos del sueño, así como a través de comportamientos agresivos o retraídos, tristeza y miedo.


El año 2024 también se ha convertido en el más mortífero de la historia para el personal humanitario: 281 trabajadores humanitarios han muerto en todo el mundo, una cifra que supera las registradas anteriormente[14].


“Los niños y las niñas que viven en zonas de guerra luchan cada día por sobrevivir y eso les roba su infancia”, ha afirmado Catherine Russell. “Sus escuelas son bombardeadas, sus casas quedan destruidas y sus familias, devastadas. No solo se ven privados de la seguridad y la posibilidad de satisfacer sus necesidades vitales básicas, sino también de la oportunidad de jugar, de aprender o de disfrutar de su infancia. El mundo está dejando de lado a estos niños y niñas. En 2025, debemos hacer todo lo posible para invertir la tendencia y salvar y mejorar la vida de la infancia”, ha añadido.

UNICEF hace un llamamiento a todas las partes en conflicto y a todos aquellos que tienen influencia en ellas para que tomen medidas decididas que pongan fin al sufrimiento de los niños y las niñas, garanticen el respeto de sus derechos y cumplan sus obligaciones de conformidad con el derecho internacional humanitario. 

[1] Informe anual del Secretario General para la cuestión de los niños y los conflictos armados
[2] Estrategia del Grupo del Banco Mundial sobre la reducción de la fragilidad, los conflictos y la violencia 2020-2025, Grupo del Banco Mundial, febrero de 2020 (en inglés).
[3] Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO)
[4] Índice de Paz Mundial
[5] Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO)
[6] https://data.unicef.org/topic/child-migration-and-displacement/displacement/
[7] Informe sobre Tendencias Globales de ACNUR
[8] https://www.undp.org/es/comunicados-de-prensa/1100-millones-de-personas-viven-en-situacion-de-pobreza-multidimensional
[9]tps://childrenandarmedconflict.un.org/2024/06/2023-alarming-levels-of-violence-inflicted-on-children-in-situation-of-armed-conflict
[10] https://www.unicef.org/press-releases/unicef-executive-director-catherine-russells-remarks-united-nations-security-0
[11] https://www.unicef.org/press-releases/remarks-unicef-executive-director-catherine-russell-ecosoc-special-session-haiti
[12] https://www.ipcinfo.org/ipcinfo-website/ipc-dashboard/en/
[13] https://www.unicef.org/es/inmunizacion/inmunizacion-y-conflictos
[14] https://www.unocha.org/news/un-relief-chief-decries-bullets-and-bombs-against-aid-workers