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Menores que migran solos: un enfoque desde los derechos humanos con perspectiva de infancia

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha puesto sobre la mesa una propuesta que podría transformar la gestión de los menores extranjeros no acompañados que llegan a las islas: alcanzar un acuerdo con Marruecos para que estos niños, niñas y adolescentes (NNA) sean atendidos en su país de origen. 



elDiario.es

Iratxe Serrano

20 de octubre de 2024




Esta iniciativa, presentada tras su reunión con el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, ha suscitado un debate en torno a la viabilidad y las implicaciones de confiar a Rabat la atención de los NNA marroquíes bajo tutela canaria. Pero, ¿es esta la solución adecuada? Analicemos el contexto, las implicaciones legales y, sobre todo, el impacto desde una perspectiva de derechos humanos.


Contexto: La responsabilidad de la acogida y la Ley de Extranjería


El fenómeno migratorio hacia Canarias ha alcanzado cifras alarmantes en los últimos años, y la infancia que migra forma parte de esta realidad. Según el artículo 35.2 de la Ley de Extranjería, las comunidades autónomas tienen la posibilidad de establecer acuerdos con los países de origen para procurar la integración social de los NNA en su entorno. Sin embargo, esta opción ha sido rara vez explorada, probablemente por las dificultades y riesgos asociados a garantizar las condiciones adecuadas para su protección en el extranjero.  Ya hubo un intento en 2008 siendo presidente Paulino Rivero. No obstante, se quedó en eso, en un intento porque el procedimiento, además de ser altamente engorroso, caducó.


Clavijo ha enfatizado que no se trata de trasladar a los NNA a un tercer país, como ha hecho Italia con Albania, sino de devolverlos a su entorno de procedencia, asegurando las garantías previstas por la ley. Sin embargo, el reto es asegurar que los derechos de la infancia migrante se protejan de manera efectiva, sin importar dónde se encuentren.


Garantías insuficientes: la protección del interés superior del menor 


Aunque la propuesta de Clavijo parece estar respaldada por la Ley de Extranjería, la legislación nacional e internacional establece claramente que el interés superior del menor debe prevalecer en todas las decisiones que les afecten. La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada tanto por España como por Marruecos, obliga a los Estados a tomar medidas que garanticen el bienestar y desarrollo integral de los NNA, asegurando su protección contra cualquier forma de abuso o explotación.


En este sentido, la propuesta de confiar a Marruecos la atención de estos menores despierta ciertas dudas. ¿Qué mecanismos se implementarán para supervisar y garantizar que los NNA reciban la protección y los cuidados adecuados? ¿Cómo se asegurará Canarias de que estos acuerdos se respeten en la práctica y no se conviertan en una herramienta para gestionar el problema migratorio sin abordar sus raíces ni asegurar el bienestar de los niños y niñas que migran solos?


Perspectiva internacional y relaciones diplomáticas


La relación entre España y Marruecos ha sido siempre compleja, influenciada por intereses económicos, políticos y geoestratégicos. El presidente Clavijo ha mencionado en distintas ocasiones la importancia de mantener buenas relaciones con Marruecos, un socio estratégico en cuestiones migratorias. No obstante, los acuerdos diplomáticos no deberían comprometer la seguridad y el bienestar de los NNA. En este sentido, es fundamental que las decisiones no estén motivadas únicamente por intereses políticos o económicos, sino que estén guiadas por el compromiso de proteger a las personas menores de edad que migran solas y que son vulnerables.


La historia nos ha mostrado que confiar la atención de los niños, niñas y adolescentes a terceros países o incluso a sus propios países de origen no siempre ha dado los resultados esperados. Se requiere de un seguimiento constante y mecanismos de transparencia que aseguren que los derechos de los NNA se respetan. En este caso, la tutela compartida que menciona Clavijo no es suficiente si no se define claramente cómo se garantizará la seguridad, educación y bienestar de estos NNA  en Marruecos.


Reforma de la Ley de Extranjería: una solución necesaria


El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ha defendido la reforma de la Ley de Extranjería para que las comunidades autónomas compartan obligatoriamente la responsabilidad de la acogida de la infancia que migra sola. Esta propuesta busca evitar que la atención de los menores recaiga únicamente en las regiones más expuestas a la migración, como es el caso de Canarias. Es un enfoque más equitativo y sostenible, que permitiría una distribución justa de la carga y garantizaría que los NNA recibieran el apoyo necesario sin importar dónde se encuentren.


La reforma de la Ley de Extranjería puede ser un camino más seguro y justo para afrontar este reto, compartiendo la responsabilidad entre todas las comunidades autónomas y asegurando que los menores reciban el apoyo adecuado dondequiera que estén. La gestión de la infancia migrante requiere empatía, responsabilidad y, sobre todo, un compromiso firme con los derechos humanos.


Sin embargo, la propuesta del presidente Clavijo demuestra una interpretación errónea de las competencias establecidas en la ley actual. Lo que se plantea en el artículo 35.2 de la Ley de Extranjería, que permite acuerdos con los países de origen para procurar la integración social de los menores, no es equivalente a las repatriaciones reguladas en el artículo 35.5. Estas últimas fueron exploradas años atrás, pero resultaron complicadas debido a procedimientos burocráticos complejos y plazos muy limitados que provocan que los expedientes caducaran con frecuencia. Además, la Comunidad Autónoma no tiene competencia alguna en la decisión final de una repatriación. Una vez que se ejecuta, el menor queda bajo la tutela de su familia o de los servicios sociales del país de origen, sin posibilidad de una tutela compartida con Canarias.


En cuanto al artículo 35.2, la propuesta de Clavijo presenta varios problemas legales. En primer lugar, aunque este artículo menciona la posibilidad de acuerdos con países de origen, la Constitución Española establece que la competencia para firmar tratados internacionales corresponde exclusivamente al Estado. Las comunidades autónomas podrían suscribir acuerdos internacionales administrativos, pero solo si existe un tratado internacional previo que lo permita. De momento, no parece haber indicios de que el Estado firme un convenio de este tipo que habilite a Canarias para avanzar en esta dirección.


Por otro lado, la ley también permite a las comunidades autónomas establecer acuerdos internacionales no normativos, pero estos carecen de fuerza vinculante y no crean obligaciones legales a nivel internacional, lo que los convierte en papel mojado. Así que, en la práctica, el margen de maniobra para el Gobierno de Canarias se limita a la repatriación de menores, un ámbito en el que tampoco tiene competencia directa. La interpretación del presidente Clavijo sobre el artículo 35.2 no refleja una comprensión precisa de las limitaciones legales y competenciales que impone la legislación vigente.


Enfoque de infancia y derechos humanos: la clave del debate


Cualquier decisión sobre el destino de las personas menores de edad migrantes no acompañadas debe ser analizada caso por caso y siempre con el interés superior del menor como eje central. Esto significa evaluar si su entorno de origen es seguro, si existen oportunidades reales de integración y desarrollo, y si hay garantías de protección frente a posibles abusos. Las experiencias previas de repatriación o traslado a terceros países han demostrado que, sin un seguimiento adecuado, los NNA corren el riesgo de caer en situaciones de desprotección o, en el peor de los casos, de explotación.


Si Canarias decide avanzar en la propuesta de acuerdos con Marruecos, será fundamental que la comunidad internacional supervise y asegure el cumplimiento de las normas de derechos humanos. No se trata solo de gestionar cifras migratorias, sino de proteger vidas humanas. La infancia migrante es una de las más vulnerables, y su bienestar debe ser la prioridad absoluta de cualquier acuerdo.


Una responsabilidad que va más allá de las fronteras


La propuesta de Canarias abre un debate necesario sobre cómo gestionar la acogida de la infancia en movimiento en un contexto de crisis migratoria. No obstante, debe quedar claro que la protección de los derechos de los NNA no puede ser sacrificada por conveniencia política o diplomática. Cualquier acuerdo debe estar respaldado por garantías reales y mecanismos de supervisión eficaces que aseguren la protección y el bienestar de estos niños, niñas y adolescentes.


La reforma de la Ley de Extranjería puede ser un camino más seguro y justo para afrontar este reto, compartiendo la responsabilidad entre todas las comunidades autónomas y asegurando que los menores reciban el apoyo adecuado dondequiera que estén. La gestión de la infancia migrante requiere empatía, responsabilidad y, sobre todo, un compromiso firme con los derechos humanos.


En este contexto, no podemos ignorar el precedente de las tesis defendidas por líderes europeos como Giorgia Meloni en Italia, que promueven acuerdos de externalización de la gestión migratoria, trasladando a migrantes a terceros países en lugar de garantizar su protección en territorio europeo. Este enfoque plantea serias preocupaciones desde una perspectiva de derechos humanos, ya que prioriza la reducción de las cifras migratorias a costa de la seguridad y el bienestar de las personas, incluidas las personas menores de edad. Canarias debe evitar caer en la trampa de convertir un asunto humanitario en una cuestión de simple logística migratoria. En lugar de externalizar responsabilidades, la prioridad debe ser reforzar las estructuras de acogida y protección, asegurando que ningún NNA quede en una situación de desamparo, independientemente de las fronteras.


Iratxe Serrano

Ex directora general de Protección a la Infancia y las Familias. 

Infancia perdida en Gaza

Nur y Susan, de 14 y 12 años respectivamente, sufren las consecuencias de la brutal ofensiva israelí y representan la situación de miles de niños y niñas



elDiario.es

5 de agosto de 2024




Las niñas y niños en Gaza están viviendo un auténtico infierno  UNRWA

Los 10 meses de ofensiva en Gaza se han convertido en un auténtico infierno para su población, especialmente para los niños y niñas de la Franja. Son los que están pagando el precio más alto. De las más de 39.300 personas palestinas asesinadas, 15.000 son niños y niñas, y hay alrededor de 21.000 menores desaparecidos, según el Ministerio de Sanidad.


Nur Ziyad, de 14 años, es de Beit Lahia, en la región norte de la franja de Gaza. Hace unas semanas, un intenso bombardeo golpeó la casa de su familia y el edificio vecino de cuatro pisos se derrumbó sobre su hogar. Nur y su familia de 10 personas se refugiaron en una clínica de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina —UNRWA por sus siglas en inglés— en el campamento de refugiados de Jabalia. 


En medio de los bombardeos y los incendios, Nur estaba constantemente preocupada por la seguridad de su familia, agarrando con fuerza la mano de su madre por miedo a perderla. Las condiciones en la clínica eran difíciles, más de 80 personas hacinadas en una sola habitación, todas ellas sin comida, agua, ni artículos de primera necesidad. Después de 30 días de miedo y peligro continuos por los bombardeos cercanos, la familia decidió trasladarse al sur, coaccionada por las órdenes de desplazamiento forzado de las fuerzas israelíes. 


Caminaron desde el norte a través de un puesto de control militar cerca de Wadi Gaza, y a lo largo del camino observaron cuerpos en descomposición y mutilados por perros.  


Tras pasar el puesto de control, continuaron en camión hasta Nuseirat y luego hasta Rafah. El viaje a Rafah duró dos días enteros. Mientras cruzaba el puesto de control, las fuerzas israelíes le ordenaron que se deshiciera de todos sus enseres.  


Oyeron hablar de una escuela en el este de Rafah en la que podrían encontrar refugio, por lo que caminaron durante un día para llegar hasta ella. Afortunadamente, cuando llegaron aun había sitio y se pudieron refugiar allí, sin embargo, la comida era escasa e insuficiente para las necesidades de Nur y sus hermanos y menudo hacían largas colas para conseguir algo de comida. 


Según informes, 8.000 menores de cinco años sufren malnutrición aguda en Gaza y 3.500 tienen riesgo de morir por malnutrición. Además, más de medio millón de niños y niñas llevan diez meses sin poder recibir educación o ir a la escuela. Las nuevas generaciones están viviendo lo que ya vivieron sus antepasados, lo que los palestinos llaman la Nakba o la catástrofe, cuando en 1948, tras la guerra Árabe-Israelí, fueron expulsados a la fuerza de sus hogares. Hoy en día, la Nakba continúa en Gaza.  


Susan, de 12 años, también carga con el peso del trauma de la generación de refugiados y refugiadas de Palestina que la precedió. “Nunca olvidaré esos restos esparcidos por todas partes... Perdí el contacto con mis amigos y no sé quién de ellos sigue vivo. Extraño a mi alma gemela, Lama”, asegura. 


En los primeros días de la ofensiva sobre Gaza, las fuerzas israelíes le exigieron a ella y su familia que abandonaran su casa, pero su padre no lo hizo. “No sabíamos adónde ir, ya que no teníamos otro lugar. Cuando se intensificaron los impredecibles bombardeos en nuestro barrio, nos vimos obligados a huir de Shuja'iyya a una escuela en Khan Younis”, relata. “Unos días después, esa escuela fue bombardeada. Corrí a buscar a mi padre por los pasillos, todos llenos de muertos y heridos. Nunca olvidaré haber visto restos esparcidos por todas partes. Seguí llamando a mi padre hasta que lo encontré. ¡Lo abracé y no podía creer que todavía estuviera vivo!”. 


A pesar de las notables dificultades que ha atravesado, Susan ha tenido suerte y sus padres siguen a su lado. En Gaza se estima que 17.000 menores no corren la misma suerte y están huérfanos o se han visto separados de sus padres. Absolutamente ningún niño ni niña deberían vivir una situación así.  

“Sueño que la guerra terminará y que podremos volver a nuestras vidas como antes”, concluye Susan con esperanza e inocencia.   

La infancia en Gaza y el trauma del genocidio: "Es el lugar más peligroso del mundo para ser un niño o una niña"

"Una persona de 18 años que vive hoy en Gaza, habrá vivido conflictos en 2006, 2008, 2012, 2014, 2021 y desde octubre de 2023, presenciando cosas que ningún niño o niña debería vivir. Esto tiene un impacto muy profundo y duradero en una mente joven", denuncia Unni Krishnan, director humanitario de Plan International. En otras palabras, un joven gazatí de 18 años ha presenciado un conflicto armado cada tres años, de media. 


Público

ADRIANA RODRÍGUEZ

MADRID, 08/04/2024



"En este momento, Gaza es el contexto de respuesta humanitaria más intrincado del mundo. Es el lugar más peligroso del mundo para ser un niño o una niña y para el personal humanitario", añade Krishnan. La ONG alerta, además, de que las personas que logren sobrevivir quedarán dañadas psicológicamente.


Tras seis meses de genocidio, los bombardeos de Israel han hecho que casi toda la población civil de Gaza dependa de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Sin embargo, "las agencias humanitarias solo han logrado permisos para entregar una pequeña parte de los suministros necesarios", incide Plan Internacional en un comunicado.


Gaza, un mal lugar para la infancia


Según la ONG, además del riesgo de morir en los ataques, la infancia se enfrenta al hambre, la falta de asistencia médica y a sufrir consecuencias psicológicas de por vida tras presenciar la muerte de familiares, amistades y el propio contexto de guerra. Se teme que el número de personas asesinadas en Gaza ya son 33.175, entre ellas 14.500 menores, 484 trabajadores médicos y más de 100 periodistas, según el Ministerio de Salud Palestino. Además, se intuye que hay otros 8.000 cuerpos bajo los escombros.


"El tiempo se acaba para los niños y niñas en Gaza. Es crucial y urgente que se produzca un aumento significativo en la ayuda humanitaria", explica Krishnan. "A pocos minutos en coche de Rafah, donde las familias se refugian en condiciones inimaginables y rudimentarias, hay miles de camiones que contienen alimentos y otros suministros que salvan vidas. Es absolutamente crítico que se garantice un acceso humanitario seguro a Gaza rápidamente", añade.


Hambruna en Gaza


Después de que siete trabajadores de la organización World Central Kitchen murieran en un ataque aéreo de Israel, otras ONG se han visto obligadas a salir de la Franja. De 2,3 millones de gazatíes, dos millones están forzosamente desplazados. Organizaciones humanitarias y la ONU acusan a Israel de usar el hambre como arma de guerra, y la mitad de la población del enclave está en riesgo de hambruna.


Sin embargo, el hambre ya es una realidad: 27 niños y niñas han muerto por desnutrición hasta la fecha. Mientras, otros 28.180 menores padecen malnutrición, según la ONU, que también expone que, entre los menores de dos años, la cifra de desnutrición se eleva a uno de cada tres


Durante el mes de marzo, unos 161 camiones de media con ayuda humanitaria cruzaron cada día a Gaza, lo cual es un cifra muy por debajo de la capacidad que tienen los pasos de Kerem Shalom y Rafah, por donde podrían pasar unos 500 diarios. Este agravamiento de la situación ha impulsado que Plan International, junto con otras organizaciones humanitarias, haya hecho un llamamiento "a todas las partes involucradas en el conflicto a garantizar la seguridad del personal humanitario y la población civil, de acuerdo con el derecho internacional humanitario".

Perspectivas para la infancia en 2024, cooperación en un mundo fragmentado

La más reciente publicación de la Oficina Internacional de Investigación UNICEF Innocenti, se presenta planteando al mundo que es el momento ya de elegir entre dos caminos. Hay un camino marcado por la colaboración global creciente, la innovación, conocimiento compartido, transferencia de políticas y crecimiento igualitario. Y hay otro camino que implica menos unidad y más proteccionismo, vinculado a países que afrontan individualmente los retos del cambio climático, los conflictos y la escasez de recursos. Escoger uno u otro determinará el futuro de la infancia en el mundo.


DIARIO FEMINISTA

Susana Gómez

Enero 31, 2024


Este informe examina cómo impactará en la infancia la fragmentación global geopolítica y económica, destacando ocho tendencias que marcarán las vidas de la infancia y la juventud en este año que acaba de comenzar, así como las directrices políticas para proteger sus derechos y bienestar en medio de tanta incertidumbre.


Los cambios geopolíticos y el riesgo de guerras; la fragmentación económica y la subida de los precios consecuencia de la pandemia del COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania; un sistema multilateral fragmentado que está fallando en temas clave para la infancia; la crisis de endeudamiento que empuja a muchos países a presupuestos de austeridad y al debilitamiento de los sistemas de protección social; la desinformación potenciada por los enormes avances tecnológicos y los elevados niveles de violencia política; la acelerada transición a las energías renovables que está remodelando los principales mercados minerales y laborales; el fenómeno climático El Niño y las enfermedades transmitidas por los mosquitos, así como la escasez de agua que amenazan la salud de la infancia; y finalmente, la preocupación ante los potenciales impactos de tecnologías sin control, conforman las ocho amenazas identificadas en este informe.


Aun con todo, la visión es esperanzadora al presentar al mismo tiempo las recomendaciones políticas y las oportunidades que ofrece un mundo en el que las posibilidades de corresponsabilidad y cooperación son prometedoras; la solidaridad económica, la colaboración entre los mercados y la inversión en futuras capacidades pueden proteger los derechos y el futuro de la infancia. Es posible reconducir el sistema actual mediante el compromiso hacia una reforma de financiación global más inclusiva. Por otro lado, el debate público puede reactivar y fortalecer la confianza en la democracia mediante la colaboración entre todos los agentes implicados, incluyendo a la juventud y garantizando la libertad de expresión y el rigor informativo. En cuanto a la transición ecológica, actuar de manera responsable, solidaria y justa beneficiará a la infancia; también la cooperación internacional en la investigación y la planificación integral puede mitigar los daños de los fenómenos climáticos en la salud y en la nutrición de la infancia. Y por último, políticas digitales proactivas centradas en la infancia han de asegurar un diseño y regulación responsables que minimicen los riesgos de las tecnologías sin control.


En 2024, el mundo debe reconocer que su destino es compartido. Se impone la cooperación para poner los intereses y las voces de la infancia en el centro de las decisiones sobre nuestro futuro común.


ENLACE DE ACCESO AL INFORME (En inglés)