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Miedo, dolor, negligencia, abandono, solidaridad... Y cambio climático, “una verdad como un piano”

  LA VOZ DE LAS PERSONAS JÓVENES

Alumnos y alumnas de Bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás, en la provincia de Valencia, relatan a través de una entrevista coral cómo vivieron la dana. Aquellos días, la juventud, armada con cepillos y cubos, fue un referente.
Entrevista online de Yayo Herrero al alumnado de Economía 
de 1º de bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás.

Tienen derecho a contar su historia 
y la sociedad adulta la obligación de escucharla.

Entrevista online de Yayo Herrero al alumnado de Economía 
de 1º de bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás. / Mónica Soriano


“El día antes llovió mucho por Utiel, pero por Aldaia nada. El mismo día de la dana yo tenía academia a las ocho. Sobre las siete de la tarde empezaron a hablar por el grupo diciendo que no iban a ir a clase, entonces mi madre me dijo que yo tampoco iba a ir. Sobre las siete, mi padre llegó del supermercado y a los diez minutos empezaron a chillar los vecinos que el barranco iba lleno. Mi padre salió a mover el coche de sitio pero ya venía el agua por mi calle. Mi madre, mi hermana y yo empezamos a subir las cosas encima de muebles altos y sobre la cama por si entraba un poco de agua, para que no se mojaran. También pusimos toallas en las puertas y las baldas de los armarios en la puerta de entrada. Mientras, mi padre quitaba con la escoba el agua que subía al primer escalón y justo a las 20:11 sonó la alarma en nuestros teléfonos. El agua ya nos llegaba al segundo escalón y, de repente, se produjo una gran ola que movió todos los coches de la calle que se nos quedaron taponados en la puerta y el agua empezó a entrar. No sabíamos qué hacer, así que mi padre se armó de valor y nos dijo que cogiéramos las llaves y los móviles y saliéramos de allí. Primero lanzó a mi madre por encima de los coches, después a mi hermana y por último a mí. Después saltó él y fuimos por encima de ellos hasta que vimos un portal abierto con vecinos y saltamos al agua y nos cogieron. Subimos al primer piso y nos dieron mantas y ropa para cambiarnos, ya que íbamos mojados y llenos de suciedad. A mi madre le dio por asomarse al balcón y escuchó a un hombre pidiendo auxilio que estaba aplastado por dos coches. Mi padre y el resto de vecinos bajaron para ver si podían hacer algo y sí, le salvaron. A las 3:31 apareció la UME por nuestra calle recogiendo a los vecinos que aún seguían con vida. A las seis de la mañana entramos en casa. Estaba todo lleno de barro y los muebles volcados. Como aún no podía hacer nada, fui a casa de mi vecina a dormir. Cuando desperté vi los mensajes de mi amiga diciendo que sus tíos habían fallecido”.

Quien habla es Marianela, una alumna de 1º de Bachillerato del IES Dr. Faustí Barberà de Alaquás, en la provincia de Valencia.

Una familia intenta sobrevivir a la riada subiéndose encima de los coches. Calle virgen del remedio, Aldaia. / Silvia Zamora Vilar

El 7 de marzo de 2023 estuve en ese instituto. Mónica Soriano, profesora de Economía, había leído con su alumnado de 4º de la ESO el libro Los cinco elementos y me invitó a comentarlo con ellos y ellas. Fue una de las visitas a centros educativos que más he disfrutado. El trabajo de reflexión que habían hecho era muy profundo. Habían preparado las preguntas con mucha atención. La visita, que tenía que durar una hora, se prolongó casi al doble.

El día 2 de noviembre leí en la prensa que Alaquás era uno de los pueblos afectados por la dana. No era de los que la habían sufrido con mayor violencia, pero me preocupé. Escribí a Mónica para ver cómo estaban. Aún no se habían reanudado las clases y el profesorado se estaba preparando para ver cómo acoger a un alumnado que no sabían cómo iba a llegar. Me emocionó la importancia que le dieron a la acogida, a la escucha y al cuidado que pusieron para que el instituto fuese un un lugar seguro capaz de hacerse cargo del dolor y la rabia.

El año anterior yo había estado hablando con el alumnado de eventos climáticos extremos, de los desequilibrios ecológicos y sociales que ponen en riesgo la vida. De la capacidad que tienen los seres humanos para cooperar y afrontar las consecuencias de una forma de organizar las sociedades en contra de la trama de la vida. Y ahora, lo habían vivido en su piel, en la de sus familias y vecindarios, en su casa, sus barrios y pueblos.

Las personas jóvenes no suelen tener espacios en los que puedan hacer valoraciones sobre los tiempos que les estamos obligando a vivir y se les escuche. Creo que es injusto que no los tengan, que no sean visibles sus análisis, sus acciones y los sentimientos que las impulsan. Ellos y ellas me habían escuchado el año anterior y me sentí responsable de que el mundo también los escuchase a ellos.

Le propuse a Mónica la posibilidad de tener un encuentro con el mismo alumnado para que pudiesen expresar y contar lo que habían vivido, para que sus voces y testimonios fuesen escuchados por cuanta más gente mejor. Ella fue, como siempre, receptiva a mi propuesta y el 27 de noviembre les hice una entrevista online.

Venían del recreo y Mónica me había advertido de que igual llegaban un poco tarde. Pero no, algunos incluso llegaron antes de la hora. Los y las jóvenes quieren hablar.

Les planteé cuatro preguntas: ¿cómo vivisteis el momento de la riada? ¿Cómo valoráis las respuestas políticas? ¿Qué hicisteis vosotros y vosotras? ¿Qué habéis aprendido?

Las respondieron en clase y fui tomando notas, pero además, las reflexionaron con más tranquilidad y las escribieron, excepto un alumno, Carlos, que estaba lesionado y me envió unos archivos de voz.

Tenía todas las respuestas individuales y las que se compartieron en grupo y no sabía cómo seguir con la entrevista. Así que acudí a Vanesa Jiménez, compañera de CTXT, que me ayudó a plantear la pieza. Lo que viene a continuación es lo que contaron. No hemos incluido ninguna valoración o comentario a sus respuestas. Sí que las hemos editado para agrupar respuestas comunes y resaltar sus acuerdos y desacuerdos.

¿Cómo vivisteis la dana?

Los avances tecnológicos, el cambio demográfico y la crisis climática moldearán la infancia del futuro

Según el informe de UNICEF 'Estado Mundial de la Infancia 2024: el futuro de la infancia en un mundo cambiante', se debe actuar para que estos cambios sean en positivo y evitar posibles riesgos


Unicèf España,

30 de noviembre de 2024



Imagen: UNI616813 / Unicef

¿Cómo será el mundo en el que vivirán los niños y niñas de 2050? A pesar de parecer un horizonte aún lejano, un estudio de UNICEF ha querido dar respuesta a esta pregunta cuando estamos llegando al final del primer cuarto de siglo XXI. Y los posibles escenarios que apunta este último ‘Estado Mundial de la Infancia 2024’ (EMI 2024) dibujan un futuro en el que tres grandes fuerzas globales —o “megatendencias”— influirán de forma significativa en la infancia y adolescencia de 2050 y después:  la crisis climática y medioambiental, el cambio demográfico y los avances tecnológicos.


Crisis climática


Las previsiones preliminares no son buenas. Se estima que en la década de 2050-2059 las crisis climáticas y medioambientales se generalizarán aún más, con ocho veces más niños, niñas y adolescentes expuestos a olas de calor extremas, tres veces más expuestos a inundaciones fluviales extremas y casi el doble expuestos a incendios forestales extremos, en comparación con la década de 2000.


Esto supone, además, una verdadera amenaza para la salud y el desarrollo de niños y niñas. Sin embargo, la severidad de estos efectos dependerá de factores como edad, salud, situación socioeconómica y acceso a los recursos.


Por lo tanto, en un futuro próximo será esencial la capacidad de disponer de recursos para hacer frente a estas situaciones climáticas extremas como refugios, infraestructuras de refrigeración, atención sanitaria, educación y agua potable.


Tendencia demográfica


Los cambios demográficos que nos afectan en la actualidad se consolidarán en las próximas décadas. Por un lado, en 2050 se prevé un envejecimiento de la población global, pero al mismo tiempo, también habrá tantos niños y niñas en el mundo como hoy, unos 2.300 millones.


No obstante, si prestamos atención a este dato, veremos que una proporción menor vivirá en países de renta alta y una proporción mayor, en el sur de Asia y África. Estas últimas son regiones que en ocasiones tienen dificultades para satisfacer las necesidades básicas de muchos niños y niñas, y el apoyo para la infancia de estos lugares será clave. 


Avances tecnológicos


La tecnología digital es una de las mayores trasformaciones que ha vivido el mundo en las últimas décadas y, en las próximas, serán fuente tanto de beneficios como de riesgos. Uno de esos riesgos, que ya experimentamos hoy en día, es la brecha digital entre jóvenes de países de ingresos altos y jóvenes pertenecientes a países de ingresos bajos.


Para ser capaces de utilizar de forma eficaz y responsable las herramientas digitales en la educación, o incluso en los futuros puestos de trabajo, el acceso a las competencias digitales es determinante. Y para mejorarlo, se debe actuar sobre factores como el entorno socioeconómico, el género, la lengua o la accesibilidad, que se convierten en grandes obstáculos a la hora de adquirir y desarrollar estas necesarias competencias digitales.


Una infancia próspera en 2050


A pesar de los evidentes desafíos que se presentan en las próximas décadas, el EMI 2024 también apunta a significativas mejoras en las condiciones de vida de la infancia en 2050.

  • Por ejemplo, se prevé un aumento de la supervivencia infantil, situando la tasa de supervivencia neonatal en el 98 %.
  • También crecerán los porcentajes de educación, llegando al 77 % en el caso de jóvenes en el mundo que cuentan al menos con educación secundaria. Esto supone un gran aumento en comparación con el 40 % que persistía en la década de los 2000. 

Sin embargo, aunque estos datos dan pie al optimismo, se deben tener en cuenta las disparidades entre regiones. En este sentido, es fundamental comenzar desde ahora a poner los derechos de la infancia en el centro de todas las estrategias, políticas y acciones.


Medidas para un cambio en positivo


Tomando como punto de partida la Convención sobre los Derechos del Niño, UNICEF plantea algunas medidas para lograr que el impacto en niños y niñas de estas «megatendencias» sea más positivo que negativo:

  • Prepararse para las transiciones demográficas, entre otras cosas invirtiendo en educación y prestaciones para la infancia. Aunque los niños y niñas representen una parte cada vez menor de la población, sus necesidades deben seguir siendo prioritarias. La educación, la atención a la salud física y mental, la lucha contra la pobreza infantil y los servicios públicos como centros educativos, escuelas infantiles e instalaciones de ocio deben seguir estando disponibles y ser accesibles.
  • Invertir en adaptación climática y medioambiental, mitigación y educación, incluyendo el fortalecimiento de capacidades y sistemas para una prevención, respuesta y recuperación efectiva y con enfoque de infancia ante las crisis climáticas. 
  • Ofrecer conectividad online que garantice un acceso inclusivo para todos los niños y niñas con un diseño seguro que incluya la elaboración de medidas necesarias para que el ámbito digital sea un entorno protector.  
  • De esta manera, estaremos más cerca de garantizar un futuro en el que se hagan realidad los derechos de todos los niños y niñas, un mundo en el que toda la infancia sobreviva, prospere y alcance su pleno potencial. El futuro es nuestro, y la tarea de hacerlo realidad empieza ahora.

Ha llegado la DANA y nos han pasado muchas cosas. Cómo nos podemos sentir las niñas y niños en esta situación

Plataforma de Infancia ha preparado 
este material adaptado a niñas y niños sobre lo que está pasando con la DANA, 
para ayudarles a comprender la situación y que sepan cuáles son sus derechos. 


Este material sirve también para que las niñas y niños sepan identificar qué les está pasando y que puede pasar a partir de ahora y también está disponible en valenciano, porque la infancia también tiene derecho a recibir la información en su lengua.


Queremos agradecer a las personas que nos han acompañado para desarrollar este material: Raíces Psicología Respetuosa, Equipo ReCrea y Laura García de Crecer Sumando.

La infancia es la más afectada por la migración por causa climática en el Sudeste Asiático, según World Vision

La infancia es la más afectada por la migración relacionada por el cambio climático en el Sudeste Asiático, según el informe 'Climate Change, Vulnerability and Migration', de la organización World Vision.



infobae

Newsroom Infobae




El estudio se basa en 92 relatos de primera mano de niños migrantes y menores que se quedaron cuando sus padres y cuidadores emigraron, así como entrevistas con líderes y expertos locales. Ha sido elaborado en colaboración con el Centro Asiático del Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI, por sus siglas en inglés) y describe el agravamiento de la pobreza, las privaciones y la carga de la deuda en las comunidades rurales, que llevan a las personas a emigrar; la explotación y los abusos a los que se enfrentan muchas personas migrantes; y las luchas de los que se quedan en casa.


World Vision recuerda que las Naciones Unidas calculan que en 2020 había 10,6 millones de personas migrantes internacionales en el Sudeste Asiático, siendo Tailandia, con diferencia, el país que acogía a un mayor número de ellos, de los que alrededor de 1,27 millones eran menores de 18 años. "A medida que se intensifican los efectos del cambio climático, que empujan a más personas a emigrar, es crucial que se protejan sus derechos e intereses, especialmente los de la infancia, que es muy vulnerable", subraya la organización.


Del informe se desprende que especialmente las niñas mayores asumen de forma rutinaria "importantes tareas" en casa y en las granjas y, además, trabajos asalariados, incluso a expensas de su educación. "Tanto los adultos como los niños y niñas describieron profundos impactos emocionales por la separación familiar, y experiencias traumáticas durante la migración", expone.


A través de un análisis detallado de seis aldeas rurales de Camboya, Laos y Vietnam, el informe muestra cómo el cambio climático, con lluvias torrenciales e inundaciones cada vez más frecuentes, se traduce en hambre, ausencias escolares y ansiedad por las deudas crecientes. "Muestra los sacrificios que hacen los padres, el sentido del deber de los niños y niñas hacia su familia y sus aspiraciones de una vida mejor. Y pone de relieve muchas formas en las que gobiernos nacionales, donantes y socios para el desarrollo, así como las organizaciones internacionales, pueden marcar la diferencia", apunta la organización.


También asegura que, a medida que se agrava la crisis climática, los niños y jóvenes del Sudeste Asiático se enfrentan a "crecientes amenazas" para su salud, educación, medios de subsistencia y perspectivas económicas. En este sentido, explica que los efectos del cambio climático, amplificados en algunos casos por el desarrollo de infraestructuras como la construcción de presas, "están empeorando la situación de pobreza y la desigualdad y haciendo que las personas sean cada vez más vulnerables a la migración forzosa y se expongan potencialmente a la explotación y el abuso".


La investigadora principal y directora mundial del programa de Migración y Movilidad del SEI, Sara Vigil, ha indicado que la investigación "revela una realidad desgarradora: el cambio climático y la migración están transformando las vidas de innumerables niños y niñas vulnerables, muchos de los cuales deben afrontar las consecuencias emocionales y físicas de la separación y la inestabilidad". Por ello, ha agregado que "es fundamental que se aborden las causas profundas de esta angustia y garanticemos que la infancia esté en el centro de los esfuerzos para crear un futuro más seguro".


Por su parte, el líder Regional para Asia Oriental de World Vision, Terry Ferrari, ha recalcado que "la carga física, emocional y mental que la migración supone para las niñas y los niños empeora su vulnerabilidad". He hecho, ha señalado que los retos a los que se enfrentan, agravados por la migración relacionada con el clima, "han pasado desapercibidos durante demasiado tiempo, pero ya no se pueden ignorar". "Es necesario tomar medidas urgentes para abordar las causas profundas de la migración relacionada con el clima y proteger el futuro de estas jóvenes vidas", ha concluido.

En el informe, World Vision recomienda aumentar la resiliencia de las comunidades mediante infraestructuras sólidas y preparación ante las catástrofes; proporcionar un apoyo "flexible y justo" a los medios de vida sostenibles; proteger tanto a los padres como a los hijos que emigran; cuidar a los cuidadores y a los niños que se quedan con ellos; y capacitar a niños y jóvenes para que puedan construirse un futuro mejor. 

Percepción entre los jóvenes de las desigualdades en huella de carbono

Investigación seleccionada en la convocatoria para apoyar proyectos de investigación sobre la realidad social de las personas jóvenes (FS22-1B)



Fundación “la Caixa”

ElObservatorioSocial

Mayo 2024




El cambio climático y la desigualdad económica están interconectados y, a la vez, relacionados con la justicia intergeneracional. Las personas ricas y de ingresos elevados tienden a dejar huellas de carbono superiores a las del resto de la población, y los ingresos y la riqueza tienden a aumentar con la edad, pero serán los jóvenes de hoy quienes sufrirán en mayor medida los daños climáticos más severos. Los autores de este artículo realizaron una encuesta a 1.547 personas de entre 16 y 32 años, residentes en España, para explorar cómo perciben los jóvenes distintas relaciones entre la desigualdad económica y el cambio climático. Las conclusiones de la investigación sugieren que, en términos generales, un elevado porcentaje de jóvenes perciben diferencias en materia de huellas de carbono que oscilan entre moderadas y significativas. Al comparar sus percepciones con datos de investigaciones académicas, se observa que los jóvenes tienden a sobreestimar la magnitud de tales diferencias, aunque en todos los casos son conscientes de que guardan una mayor relación con las diferencias de ingresos que con la edad. Los resultados señalan que, en la transición hacia una economía baja en carbono, la mayoría de los jóvenes consideran que los responsables políticos deberían tener en cuenta las desigualdades en materia de huellas de carbono. También coinciden en que deberían aplicarse políticas públicas concretas —como gravar los activos sucios— que sean susceptibles de reducir tales desigualdades.

Puntos clave

  1. Muchos jóvenes consideran que, en España, las diferencias en materia de huellas de carbono son moderadas (31%), significativas (33%) o muy acusadas (24%). Al comparar los valores percibidos en materia de huellas de carbono con datos de publicaciones académicas, se observa que las percepciones de muchos jóvenes son imprecisas, dado que tienden a sobreestimar, en lugar de subestimar, las emisiones generadas por quienes más contaminan.
  2. El 78% de los encuestados consideran que las personas de ingresos elevados dejan huellas de carbono superiores a la huella media de la población. En cambio, las diferencias percibidas en las emisiones generadas por los distintos grupos de edad están bastante equilibradas, aunque el porcentaje de los encuestados que creen que las personas mayores dejan huellas de carbono superiores rebasa ligeramente el de aquellos que consideran que son los jóvenes quienes dejan huellas más elevadas (32% y 26%, respectivamente).
  3. El porcentaje de encuestados que consideran que las personas de ingresos elevados, en comparación con las de bajos ingresos, tienen más facilidades para reducir sus huellas de carbono rebasa significativamente el de quienes difieren de esta afirmación (54% y 11%, respectivamente). Las posibilidades percibidas de reducción de emisiones de carbono según se trate de personas jóvenes o de personas mayores son prácticamente las mismas.
  4. Un elevado porcentaje de jóvenes (74%) consideran que las desigualdades en materia de huellas de carbono deberían desempeñar un papel significativo en la configuración de políticas encaminadas a mitigar el cambio climático.
  5. Gravar los activos sucios se cuenta entre las políticas susceptibles de reducir las desigualdades en materia de huellas de carbono, y la mayoría de los jóvenes, con independencia de que sean de izquierdas o de derechas, están de acuerdo con ello. Sin embargo, solamente el 40% de los encuestados están a favor de aplicar un impuesto sobre los vuelos frecuentes.

Autores de la investigación: 


Stefan Drews, Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales, Universidad Autónoma de Barcelona (España), Universidad de Málaga (España); Théo Konc, Universidad Técnica de Berlín (Alemania), Instituto Potsdam para la Investigación sobre el Impacto del Cambio Climático (Alemania)


Ver artículo completo

 

La crisis climática es una crisis de los derechos de la niñez

La crisis climática amenaza directamente la capacidad de las niñas y los niños para sobrevivir, crecer y prosperar.



ANIMAL POLÍTICO

Save the Children en México

23 de julio, 2024



Imagen tomada de la web de Humanium

Quizá llevamos décadas escuchando y hablando del cambio climático, pero la realidad es que la crisis climática ya no es un problema del futuro, está aquí y ahora. La degradación ambiental se ha convertido en un factor que pone en riesgo los derechos de las niñas, niños y adolescentes en general, y sobre todo en su derecho a un ambiente limpio, saludable y sostenible.


La crisis climática amenaza directamente la capacidad de las niñas y los niños para sobrevivir, crecer y prosperar. Los fenómenos meteorológicos extremos ponen en riesgo sus vidas y destruyen la infraestructura para su bienestar, ya que son física y fisiológicamente más vulnerables a las crisis climáticas y ambientales que las personas adultas.


Las niñas y los niños son menos capaces de soportar condiciones climáticas extremas como inundaciones, sequías, tormentas y olas de calor, y en realidad, no tendrían por qué resistir estas condiciones. La mayor amenaza para nuestro planeta es la creencia de que alguien más lo va a salvar.


Desde Save the Children hemos observado que, gracias a la crisis climática a la que nos enfrentamos, 35 millones de niñas, niños y adolescentes están bajo amenaza en la temporada de huracanes más activa registrada en el Atlántico.


La temporada de huracanes en el Atlántico comenzó oficialmente este mes y se prolongará hasta finales de noviembre. Los investigadores de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) prevén 23 tormentas con nombre esta temporada, de las cuales 11 se convertirán en huracanes y cinco alcanzarán la categoría de huracán mayor (categoría 3-5). Por su parte, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos pronostica que el Atlántico Norte podría registrar hasta 25 tormentas con nombre y entre cuatro y siete huracanes de gran intensidad de aquí a finales de noviembre.


Según los investigadores de la CSU, este nivel de actividad es un 170  % superior a la media de la temporada de 1991-2020, debido principalmente a las temperaturas récord de la superficie del mar debido al cambio climático inducido por el hombre, el desarrollo de las condiciones de La Niña en el Pacífico, la reducción de los vientos alisios del Atlántico y la menor cizalladura del viento.  Las tormentas que se desplazan por aguas oceánicas más cálidas absorben más vapor de agua y calor, lo que acelera la velocidad del viento y puede causar más daños si la tormenta toca tierra.


A medida que la crisis climática intensifica la frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos y las zonas costeras se van poblando, millones de niños, niñas y adolescentes de zonas propensas a las tormentas se enfrentan a mayores riesgos como inundaciones, corrimientos de tierra, daños en viviendas y escuelas, mayor exposición a enfermedades e incluso la muerte.


Para la niñez que ya está en desventaja, los riesgos del cambio climático son aún mayores. A medida que los eventos climáticos se vuelven más frecuentes e intensos, las familias más pobres enfrentarán dificultades cada vez mayores para recuperarse. Los efectos combinados del cambio climático y la degradación ambiental están exacerbando las desigualdades existentes y empujando a las niñas, niños, jóvenes y mujeres más pobres y vulnerables a la pobreza, lo que impulsa la migración y la tensión social.


La emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar. Como bien dijo Wangari Maathai, defensora y activista medioambiental (Premio Nobel de la Paz en 2004), “La generación que destruye el medioambiente no es la generación que paga el precio. Ese es el problema”.


En Save the Children mantenemos nuestro compromiso para que la niñez, sus familias y sus comunidades sean más resilientes; sin embargo, hacemos un llamado a la sociedad en general para que se haga consciencia, se informe y, desde sus acciones, sume a que el planeta sea un lugar seguro para el presente y el futuro.

No tendremos una sociedad si destruimos el medioambiente. El momento de actuar ya no puede esperar.



La infancia, una de las más afectadas por el cambio climático

Los fenómenos climáticos extremos afectan especialmente al presente y futuro de los más jóvenes, especialmente de aquellos que viven en países en los que estos fenómenos tienen más incidencia.

Diario de Sevilla

Beatriz Ocaña

08 Enero, 2024 - 10:00 h.


El cambio climático es una amenaza que afecta a todo el planeta, pero al que ciertos grupos son más vulnerables, entre ellos los niños y las niñas. Según datos de UNICEF más de 43 millones de niños y niñas se encuentran entre la población que se ha visto forzada a desplazarse por las condiciones climáticas extremas, todo en los últimos 6 años.


12 millones de desplazamientos de niños y niñas tan solo en 2022


Según datos de UNICEF, en el año 2022 unos 12 millones de niños y niñas tuvieron que dejar atrás sus hogares de forma forzosa por culpa de los fenómenos meteorológicos extremos que tuvieron lugar aquel año, como las inundaciones de Pakistán o la sequía en la zona del Cuerno de África. En el caso de Etiopía, uno de los países afectados por la sequía, casi 2 millones de niños y niñas se encontraban en riesgo de desnutrición severa, según datos de mediados de 2023. A estos datos se les debe sumar los desplazados por desastres climáticos de 2023, por desastres como las inundaciones en Libia que han obligado al desplazamiento forzado de más de 43.000 personas más entre niños y adultos.


Inger Ashing, directora general de Save the Children, declaró lo siguiente para el medio Euronews Green durante la celebración de la COP28 en 2023: "Es fundamental garantizar que la crisis climática se reconozca y se aborde como una crisis de los derechos de la infancia".


Los derechos de la infancia y cómo pueden verse afectados por el cambio climático, ha sido tratado desde organizaciones como UNICEF, desde la que han hecho llamamiento a los gobiernos para la protección de la infancia. Sin embargo, según un informe de Save the Children, Unicef y Plan Internacional muestra que tan solo un 2,4% de los principales fondos dedicados a la lucha climática tienen alguna relación con actividades de apoyo y protección a la infancia. 


También para Euronews Green, Inger Ashling señaló que la financiación a los proyectos que cuentan con participación directa de niños y niñas, mientras que para aquellos proyectos que se dirigen directamente a ellos el dinero que se percibe es todavía menor. Destaca que la participación infantil, por ejemplo en reuniones y eventos como la COP28 ya terminada, debería tener una mayor prioridad, ya que "es la única forma de hacerlo más respetuoso con los niños". 


Por otra parte, en la Observación General nº 26 del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, se señala que los gobiernos han de considerar los derechos de la infancia cuando se toman decisiones relacionadas con la lucha contra el cambio climático. Entre las obligaciones se encuentran el mitigar el impacto del daño climático, incluir a los niños y niñas en la toma de decisiones y proporcionar ayuda financiera y técnica a los países que así lo necesiten, entre otras.