En el nuevo Ministerio de Juventud e Infancia entran y salen continuamente personas cargadas con cajas y pantallas de ordenador. Hace apenas unos días que se mudaron después de estar un año compartiendo edificio con Sanidad y Derechos Sociales. Ni siquiera el despacho de la ministra, Sira Rego (Valencia, 1973), está todavía completo, pero aun así recibe a 20minutos para hacer balance de su primer año al frente de un departamento que no había existido hasta esta legislatura.
23.12.2024
De ella depende la primera ley de protección de los menores en el entorno digital, con la que pretende poner fin a "la ley de la selva" que rige en el ámbito tecnológico y que espera enviar al Congreso "con carácter inmediato", tras introducir algunas medidas sugeridas por los 50 expertos a los que encargó elaborar un informe. También le está tocando negociar la reforma de la ley de extranjería para reubicar a los menores migrantes de los territorios saturados, que no parece que vaya a salir por lo pronto. Tiene pendiente una ley de juventud en la que espera ampliar la edad de voto a los 16 años, un Pacto de Estado contra la Pobreza Infantil y una reforma de la ley de protección a la infancia de 2021 para prohibir el síndrome de alienación parental. Son, dice, cuestiones que siempre han estado ahí, pero que con la creación de este nuevo ministerio han podido pasar a un primer plano y se han plasmado en políticas públicas.
Hace poco más de un año que asumió su cargo como ministra de Juventud e Infancia. ¿Cuáles han sido los principales retos de estar al frente de un ministerio que no existía hasta esta legislatura?
Poner en marcha todo el engranaje de lo que supone un ministerio de nueva creación y asumir los retos de poner con nombre propio las políticas de infancia y de juventud en la conversación del país y, por tanto, en la acción política del Gobierno. Asuntos como la pobreza infantil, poniendo en marcha un Pacto de Estado; todo lo que tiene que ver con los entornos seguros; la erradicación de todo tipo de violencias contra la infancia; y por supuesto la ley de juventud, que para nosotras es una demanda histórica de la juventud en nuestro país y que tiene que contener elementos sustanciales como la participación política o la cuestión de los derechos intergeneracionales.
La primera iniciativa de su departamento que se llevó a Consejo de Ministros es el anteproyecto de ley para la protección de los menores en los entornos digitales. ¿Cuándo prevén enviarla al Congreso?
Como toca alguna cuestión que tiene que ver con la norma europea, hemos tenido que hacer la consulta a las instituciones europeas. No creo que tardemos mucho ya, no podría decir una fecha exacta, pero con carácter inmediato vamos a ir a la segunda ronda. Somos conscientes de la dimensión que tienen los entornos digitales. Yo no estoy de acuerdo con eso de que "no se le pueden poner puertas al campo". Si hemos sido capaces tecnológicamente de poner en marcha un sistema global que ha generado un cambio de paradigma en las relaciones sociales, políticas, económicas, afectivas, personales… tenemos que ser capaces de dar una solución global. Lo que puede ser es que el entorno digital siga siendo la ley de la selva o que no esté articulado con mecanismos democráticos y se quede a merced del capricho de un Elon Musk.
¿Cómo lo hacemos en la colaboración de las tecnológicas, que no parece que esté muy por la labor?
Las tecnológicas, igual que cualquier empresa o multinacional, tienen que estar sujetas a las reglas del juego democrático. No es aceptable que tengamos una sociedad paralela articulada con reglas que no son democráticas. La autorregulación de las empresas no se está cumpliendo. Nosotros nos hemos basado en este informe de 50 expertos que señalan que la no regulación del entorno digital está generando problemas serios en nuestros niños y en nuestros jóvenes. Por tanto, hay que regularlo. Y hay mecanismos. Nosotros hemos lanzado esta ley de entornos digitales. Vamos ahora con la estrategia nacional, que pretendemos que tenga una mirada amplia y que intervenga en procesos de acompañamiento y de creación de entornos digitales seguros.
¿Qué recogerá esa estrategia?
El enfoque que tenemos es que sea un mecanismo útil e inmediato para trabajar la alfabetización mediática y, sobre todo, el conocimiento por parte de la infancia y de la adolescencia de cuáles son sus derechos en el entorno digital. ¿Cómo se plantea esto? Con varias líneas de trabajo. Por ejemplo, los laboratorios de creación de entornos digitales seguros. Creemos que puede ser una fórmula para ver, a través de los creadores de contenido, cómo podemos ir transitando hacia estos espacios de alfabetización y, sobre todo, formarnos a través de quienes están generando estas nuevas formas de comunicación.
¿Se refiere a recurrir a los influencers para esa alfabetización digital?