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6 cosas no forman parte de la declaración de los derechos del niño.

 A veces, a los padres, nos cuesta poner límites…
- Nos asusta no ser justos.
- Nos asusta ser demasiado bruscos.
- Nos asusta no darles lo que necesitan.
- Nos asusta que nuestros hijos se enfaden.
- Nos asusta no saber manejar esos enfados.



Pero, la realidad es que nuestro trabajo es proteger y educar a nuestros hijos, aunque para ello tengamos que decir "NO". Por eso me gusta recordarles… 
Que estas 6 cosas no forman parte de la declaración de los derechos del niño. 

1. Jugar con el teléfono de mamá/papá
A los niños pequeños les encanta el teléfono, sí. Pero los estudios son muy claros al respecto... Hasta los dos años nada de pantallas y durante los 6 primeros años cuanto menor sea la  exposición… mejor. 

2. Ganar un premio por hacer sus tareas
Recoger sus juguetes, abrocharse el cinturón, comer, cepillarse los dientes, bañarse o hacer los deberes no son concursos, sino responsabilidades y los estudios han demostrado que los premios desmotivan (a largo plazo) el cumplimiento de responsabilidades.

3. Comer viendo dibujitos
El rato de la comida es un rato para crear vínculo con la familia. Los dibujos eliminan casi por completo las miradas entre el niño y su mamá o papá e interfieren con ese proceso de aprendizaje. No les hace falta (a menos que se hayan habituado a ello, en cuyo caso se pueden deshabituar).

4. Pegarnos cuando se enfadan
Todos tenemos derecho a frustrarnos y enfadarnos, pero también tenemos derecho a no ser agredidos. Parte de la educación en positivo se centra en respetar los derechos del niño haciendo valer también los derechos de los adultos. No dejes que tus hijos te agredan.

5. Elegir el menú todos los días
Están los restaurantes y luego están los hogares. Por supuesto que todos podemos opinar, pero la mejor forma de educar el paladar es que los padres elijan la calidad (un menú equilibrado) y los niños decidan la cantidad.

6. Elegir siempre la música en el coche
Por supuesto que los niños tienen derecho a elegir su música, pero si queremos educarles en respeto es importante que entiendan que todos tenemos un ratito. Se que se enfadan, pero no olvides que tienes que cuidarte; la "muerte por cantajuegos” es real. 

No tengas miedo a decir "NO". Todos los padres pueden aprender a decirlo de una forma firme y respetuosa a la vez y todos los niños son más felices cuando aprenden lo que SÍ y lo que NO pueden hacer.  

👉 Si te cuesta educar sin gritar, echa un vistazo a la clase magistral que he dejado para tí en la BIO👆, te ayudará a aprender un técnica muy eficaz para manejar situaciones difíciles de una forma mucho más calmada. No te la pierdas!

Unidas Podemos, ERC y Más País presionan al PSOE para reducir la edad de votar a los 16 años.

 "Abriremos el debate sobre la posibilidad de otorgar 
el derecho de sufragio activo y pasivo a las personas jóvenes de 16 y 17 años", 
reza el acuerdo de coalición pactado entre el PSOE y Unidas Podemos.

Argentina, Brasil, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Malta, Austria y Chipre 
establecen la edad mínima de voto en los 16 años, 
mientras que Grecia la fija un año después

Accede a algunos de los artículos blog Asociación GSIA sobre este tema:











EP
A los 16 años un joven puede trabajar, contraer matrimonio, emanciparse, mantener relaciones sexuales consentidas, abortar (cuando entre en vigor la reforma de la ley de Salud Sexual y Reproductiva) o conducir una moto de forma legal sin que un adulto le supervise. 
Pero no puede comprar tabaco ni alcohol, apostar, ir a la cárcel y tampoco votar. 
Este último punto es una de las reivindicaciones históricas de Podemos, compartida también por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que ha puesto en valor con varias iniciativas en la Cámara Baja.

A estas formaciones se le ha unido esta semana Más País. La formación dirigida por Íñigo Errejón ha registrado una Proposición de Ley para potenciar el desarrollo de consultas ciudadanas, en las que podrían participar los jóvenes de 16 años. Con esas propuestas, las tres formaciones, que suman 50 escaños en el Congreso, buscan que los jóvenes se impliquen más en política y sus demandas se vean representadas. Fuentes de EH Bildu también trasladan a infoLibre su predisposición de apoyar esta prerrogativa. Con los abertzales, únicamente faltaría el apoyo del PSOE (y el de un parlamentario extra) para llegar a la mayoría absoluta.

"Nosotros hemos traído este tema al Congreso en tres ocasiones. El PSOE solo votó a favor una vez. Y porque estaba en la oposición", se lamentan en la dirección de ERC. "Albergamos serias dudas de que el PSOE apoye esta propuesta", añaden en Más País. En Unidas Podemos creen que habrá que "hacer fuerza" desde el Congreso, ya que no ven "muy predispuesto" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pese a que este debate está recogido en el acuerdo de gobierno.

Lo que aparece en el documento pactado por el PSOE y la formación morada en enero de 2020 es que esta cuestión se abordará en el marco de la Comisión Constitucional del Congreso. “Abriremos el debate sobre la posibilidad de otorgar el derecho de sufragio activo y pasivo a las personas jóvenes de 16 y 17 años”, reza el texto.

Esa subcomisión fue constituida hace apenas unas semanas precisamente para estudiar cambios en la Ley Orgánica del Régimen Electoral (LOREG), entre los que se incluyen la derogación del voto rogado, las listas cremallera, la proporcionalidad del sistema electoral o la prohibición de publicar encuestas durante los cinco días previos a las elecciones. La última reunión se ha producido este mismo miércoles a puerta cerrada.

Belarra: "No tenemos miedo a dar la voz a la juventud"

En la inauguración de una jornada de trabajo sobre la Estrategia Nacional de Juventud 2030 el pasado 11 de noviembre, la ministra Ione Belarra aseguró que reducir la edad para votar es una medida "excepcionalmente buena" para hacer "real" la participación de los jóvenes en política: "Es tal la que tiene convicción que tiene este Gobierno de que es imprescindible escuchar a la juventud y que participe en nuestra sociedad, que nos comprometimos a abrir el debate sobre el voto a los 16 años, que sin duda sería una medida excepcionalmente buena para que esa participación fuera real y efectiva",  aseguró. 

"Esta sociedad ha infantilizado a los jóvenes y les niega ser sujetos decisorios de su propio devenir vital y social por una cuestión electoralista y por intereses partidistas como en su día ocurría con el debate del sufragio femenino", fue la reflexión ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, que también ocupa el cargo de secretaria general de Podemos. "Nosotras no tenemos miedo a dar voz a la juventud porque creemos firmemente en vuestra capacidad transformadora", zanjó.

Pese al compromiso de Belarra, este debate no ha llegado al seno del Gobierno, según confirman las fuentes consultadas por este medio. "Ione no puede dar todas las peleas", enfatizan. En el grupo parlamentario tampoco son especialmente optimistas. "Da igual que haya dos Consejos de Ministros a la semana que tres. Al final el tema legislativo lo seguirá marcando el PSOE", sintetiza un parlamentario. "Es un compromiso del acuerdo de gobierno", razona una tercera voz, que profetiza que sucederá "lo de siempre". "El PSOE al principio opondrá mucha resistencia pero acabará cediendo porque no le queda otra", resume. 

 La cuestión es si este cambio llegará antes de que acabe la legislatura, para que ya se aplique en los comicios generales del 2023 (siempre que no haya adelantos electorales de por medio). En este punto todas las fuentes admiten que será "difícil". "Lo que recoge el acuerdo de gobierno es el compromiso de abrir el debate, cosa que ya estamos haciendo en la subcomisión", alegan fuentes socialistas. "Nosotras queremos que esto salga para adelante, pero la verdad es que será complicado hacerlo esta legislatura", admiten los morados. Actualmente, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) hay 857.000 jóvenes comprendidos entre esas edades.

¿En qué países se puede votar antes de los 18 años?

Antes de la Segunda Guerra Mundial la edad mínima para ir a votar eran los 21 de manera generalizada, un derecho del que únicamente podían hacer uso los hombres. Uno de los primeros países en romper con esa brecha de edad (que no de género) fue Checoslovaquia, que en el año 1946 lo redujo a los 20 años. No fue hasta las décadas de los sesenta y setenta cuando la mayoría de los Estados occidentales lo fijaron en los 18 años: Reino Unido fue el precursor en 1969 y Estados Unidos lo introdujo dos años más tarde, a ellos se les unió Canadá (1972), Alemania Occidental (1972), Australia (1974),  Francia (1974) o Suecia (1974). 

Actualmente los 18 son la edad mayoritaria a nivel mundial para comenzar a ejercer el derecho al voto, tal y como muestran los datos del ACE Electoral Knowledge Network. Sin embargo, hay también excepciones, especialmente en el continente americano: Argentina, Brasil, Ecuador, Cuba, Nicaragua establecen la edad mínima a los 16 años. A ellos se les suma Malta, Austria y Chipre, en Europa, mientras que Grecia establece el mínimo en 17 años.

Hay otros países europeos que permiten votar a los 16 años, aunque bajo ciertos requisitos: es el caso de Bosnia, Eslovenia, Serbia y Croacia, países en los que los menores pueden votar si tienen trabajo, mientras que en Hungría e Indonesia (Asia) pueden hacerlo únicamente si están casados. A nivel local hay otras excepciones como la de Alemania, Israel y Reino Unido (Escocia), que sí permiten hacerlo en comicios regionales.     

El adultocentrismo y los derechos de niños y niñas.

Cada 20 de noviembre se celebra el Día Universal del Niño y se conmemoran los aniversarios de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989), tratados internacionales clave para garantizar y promover derechos universales y derechos específicos de niñas y niños.

A lo largo de estos días se están llevando a cabo numerosas actividades de celebración, visibilización e inspiración, muchas protagonizadas por niñas y niños, que nos mueven a desempeñar cada día un papel fundamental para alcanzar el bienestar de la infancia.

En Mientras Creces queremos que el tema se lleve a los hogares y se viva con reflexiones y acciones concretas que nos ayuden a transformar(nos), a garantizar derechos también en la esfera privada y a sumar nuestras voces a las de niños y niñas que nos recuerdan constantemente que son ciudadanos hoy, en presente.

¿Qué tal si comenzamos por transformarnos, por cuestionarnos?

Captura de pantalla de un momento de la presentación de Santiago Morales

Hemos pensado que una manera de contribuir a este objetivo es compartir con vosotras las reflexiones, análisis y experiencias extraídas en la segunda sesión del Taller de Infancias que organiza la Universidad Carlos III de Madrid y al que asistimos.

Adultocentrismo

Nos guste o no reconocerlo, vivimos en un sistema adultocéntrico, que va más allá de un adjetivo que coloca al adulto en el centro de la vida. “El adultocentrismo es un régimen político (…), un sistema de dominio de carácter histórico ancestral (…) y su crítica problematiza que los vínculos intergeneracionales se basen en violencias estructurales (…)”. Son algunas de las definiciones que dimensionan el alcance y complejidad del término y que Santiago Morales, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires, compartió el pasado 19 de noviembre en la sesión “El adultocentrismo y el paradigma del protagonismo” junto a Marta Martínez Muñoz, Cofundadora de Enclave de Evaluación y Derechos Humanos.

¿Por qué hablar de adultocentrismo si lo que queremos hablar es de los derechos de la infancia? Precisamente porque necesitamos tomar conciencia del lugar y el sistema de dominio desde el que criamos, acompañamos y educamos a niños y niñas y comprender cómo eso impacta en sus vidas y en la garantía de sus derechos. Es más, ¿habéis pensado que para conquistar derechos, niñas y niños deben hacerlo desde una lógica adulta? Morales se encarga de que lo tengamos presente.

De la misma manera que la sociedad, especialmente el feminismo, ha hecho visible el patriarcado para poder comenzar a derribarlo, se precisa hacer evidente el adultocentrismo -que no deja de ser “una extensión del patriarcado”- para dar espacio al protagonismo de niños y niñas.

“No se trata de defender la niñocracia, ni bregar por la destrucción de la persona adulta y demonizarla. Tampoco de negar todo tipo de autoridad en el vínculo intergeneracional”, apremia en aclarar Morales. “Se trata de rechazar el autoritarismo, se trata de superar las  desigualdades existentes entre las diferentes “clases de edad”, se trata de desasociar la autoridad de una determinada edad y de generar vínculos de respeto”, expone el también educador popular argentino.

Violencias adultistas

Este sistema de dominación y superioridad moral a todos los niveles por parte de los adultos sobre la infancia se traduce, en un nivel práctico y doloroso, en un ejercicio de “violencias adultistas” que normalizamos y que obviamos. ¿Por ejemplo? Negar que niños y niñas son sujetos de pensamiento, censurar su participación en la vida social y política, tolerar el castigo físico y humillante, son algunas de las que menciona Morales ¿Encontráis más? Quizá este cuadro que presenta el educador sobre características de la adultez y la niñez de las sociedades adultocéntricas nos ayude a identificar más violencias y a revisar cuáles nos atraviesan.

Protagonismo de niñas y niños

Ante el enfoque de control y protección que siguen perpetuando las visiones adultocéntricas, Marta Martínez Muñoz, cofundadora de Enclave de Evaluación y Derechos Humanos, nos hace ver las resistencias que desde hace más de 40 años ejercen niñas, niños y adolescentes hacia el protagonismo y la ruptura de visiones clásicas e inequívocas de la infancia. ¡40 años!

Martinez destaca la necesidad de equilibrar la agenda de protección y la agenda de capacitación para avanzar hacia el protagonismo infantil, en el que “niños y niñas son sujetos que reclaman desempeñar un papel activo en la sociedad y poder influir significativamente en las decisiones que afectan a sus vidas”.

¿Qué podemos hacer en casa con todo esto?

La oficina de Santiago de Chile de UNICEF elaboró en 2013 la serie de materiales “Participación Adolescente Ahora”, formada por cuadernos temáticas. Uno de ellos, el cuarto de la colección, elaborado por Sergio Rodríguez Tramolao, se centra en cómo superar el adultocentrismo. Recurrimos a él para compartir desde Mientras Creces algunas recomendaciones para cambiar nuestras actitudes y prácticas adultistas.

Cuestionemos en casa el “modelo ideal” de ser adultos ¿Estás seguro de que ser adultos es el modelo ideal de persona? Los niños son niños y no son “proyectos de adultos” ni “un adulto pequeño”. Son niños, niñas y adolescentes, “una forma de ser persona hoy, válida y respetable (…), una etapa de desarrollo efectivo de la autonomía personal, social y jurídica” que va permitiendo el ejercicio de la responsabilidad. Reflexionemos en familia sobre los estereotipos que tenemos sobre niños, niñas y adolescentes, para frenar nuestras propias prácticas adultistas.

Identifiquemos nuestros privilegios de adultos frente a la infancia. Como madres y padres, debemos cuestionar nuestros privilegios, romper la lógica dominador-dominado, confiar en las capacidades de nuestros hijos e hijas y acompañarles en su proceso de autonomía y participación. Es probable que esto cree resistencias, nos deje sin referentes y no veamos cuestionados por nuestro nuevo rol frente a la infancia. Pero podemos hacerlo y “podemos construir otra forma de relación basada en el respeto recíproco de nuestros derechos humanos y nuestra dignidad, independiente de la edad biológica”.

Eliminemos los típicos mensajes adultistas. “Cuando seas grande podrás saber/opinar sobre ese tema”; “eres muy pequeño para entenderlo”, “haz lo que te digo, porque yo lo digo y punto”. ¿Os suenan? Si no las decís, es probable que os las hayan dicho de pequeños. Y es que niños y niñas internalizan y hacen suyos estos mensajes negativos con los que también construyen estereotipos. “El adultismo es contagioso y se reproduce”. Y si no los superamos, nos acompañarán toda la vida adulta.

Convirtámonos en adultos aliados: este modelo supone, según UNICEF “reconocer a niños, niñas y adolescentes como un verdadero otro y, al mismo tiempo, educar y co-aprender con ellos y ellas para transmitir el conocimiento de sus límites sin anular su personalidad; de esta forma podrán crecer de manera saludable y ejercer sus derechos en forma responsable. Esto nos lleva a poder asumir nuestros límites como adultos, reconocer que no lo sabemos todo, asumir que la participación de la infancia no es una amenaza y a entender que los derechos de la niñez y adolescencia no se ejercen contra los adultos.

Pongámoslo en práctica. La agencia Europea del Medicamento acaba de autorizar la primera inmunización para niños entre 5 y 11 años en la Unión Europea. La Asociación Española de Pediatría ya ha recomendado su uso y si bien aún no hay un pronunciamiento del Ministerio de Sanidad, la decisión para aplicarla está casi tomada. ¿Cómo ejerceréis en casa el rol de adulto aliado ante este tema que afecta de lleno a niños y niñas?.

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El niño filósofo y la ética. "Dar tiempo de calidad a los niños implica escucha y apartar el móvil", entrevista Jordi Nomen.


 J. 
Nomen ha publicado una trilogía de libros en los que propone ejercicios prácticos 
para que madres y padres (y profesores) activen el diálogo filosófico con los niños. 
En El niño filósofo y la ética (Arpa, 2021), su nuevo trabajo, promueve los valores sociales para que ejerzan como ciudadanos comprometidos, empáticos y responsables.  

Entrevista a Jordi Nomen.

Los niños tienen la capacidad de filosofar, de hacerse preguntas y de dudar de todo. Afirma que pueden empezar de muy muy pequeños. ¿Cómo hacemos los padres y las madres para iniciarlos?

La primera premisa es escucharlos. Normalmente no damos espacio para que los niños y las niñas puedan expresar cuáles son sus preguntas o dudas o hipótesis. La segunda cuestión sería enseñarles a problematizar: mostrarles que la realidad es polifacética y polivalente, que se construye en colectividad y que no hay una verdad absoluta porque la verdad es contextual. Los padres debemos preguntarles más que responderles.

Recomienda a los padres y a las madres sobre todo “darles tiempo”.

Vivimos en una sociedad en la que el tiempo se ha monetarizado y mercantilizado, así que disponemos de poco tiempo para nosotros, y menos para los niños. Parece que no es importante dedicarles tiempos de calidad. "De calidad", añadiendo el sintagma preposicional, quiere decir escuchándoles con atención y dejando el móvil o la lavadora a un lado. Incluso si son pequeños situarnos a su altura para que podamos ver y puedan ver nuestros ojos.

¿Es importante mirarnos a los ojos?

Cuando nos comunicamos tenemos que asegurarnos que el canal del mensaje está libre. Si estamos mirando a otro lado se detecta que el canal está ocupado. Cuando miramos a alguien, a sus ojos, la persona entiende que el canal está libre y la comunicación se establece de forma fluida y plena.

Cuando nos comunicamos tenemos que asegurarnos que el canal del mensaje está libre. Si estamos mirando a otro lado se detecta que el canal está ocupado

¿Qué preguntas podemos hacerles para activar el pensamiento filosófico?

Las primeras preguntas podrían ser formarles ante sus decisiones o acciones. Preguntarles por las intenciones y las consecuencias de sus acciones. Como cuáles son los medios que se está tomando para llegar a la decisión, o qué implicación va a tener esta en las demás personas. O qué consecuencias puede tener o cuál es el contexto o qué alternativas hay. Tienen que aprender a hacer hipótesis, así que el "tú por qué crees" hay que practicarlo mucho.

Estas preguntas sirven para formar diálogo y construir pensamiento propio. Ponen en marcha las habilidades de pensamiento de las criaturas. Lipman dice que debemos fomentar habilidades diversas y que las preguntas que les hacemos son las que las mueven. Pedirle un ejemplo a un niño o a una niña sobre lo que afirma es trabajar la habilidad de ejemplificar, o pedirles resumir su pensamiento en un titular procura la habilidad de sintetizar.

Usted dice que el ejercicio de filosofar hace a niñas y niños creativos, críticos y cuidadosos. ¿A qué se refiere con cuidadosos?

El pensamiento cuidadoso es el que se ocupa de pensar sobre las demás personas. Es un pensamiento valorativo, que emplea los valores, que trabaja la inteligencia emocional porque usa las emociones. Es un pensamiento que se preocupa por los demás: que tengan su espacio y lugar. También trabaja sobre las consecuencias que tienen nuestros actos en el resto y que los tengamos en cuenta cuando tomamos decisiones. Es lo mismo que el pensamiento ético, es un ejercicio de ciudadanía porque tiene un papel social.

Hay que explicar a los niños que los demás siempre tienen que estar en nuestra ecuación. Hay que plantearles pensar cómo van a afectar las decisiones propias en otras personas. Y sobre todo, cómo mostrar respeto hacia ellos con nuestras acciones

¿Cómo se educa a los niños y niñas en la ciudadanía?

Explicándoles que los demás siempre tienen que estar en nuestra ecuación. Hay que plantearles pensar cómo van a afectar las decisiones propias en otras personas. Y sobre todo, cómo mostrar respeto hacia ellos con nuestras acciones. Estamos acostumbrados a imponer a los demás cómo deben pensar y cómo deben sentirse. Lo vemos continuamente en las clases: "Oye, has herido con tus palabras a un compañero", y la respuesta es "era una broma". Y la pregunta que hay que hacerle es: ¿pero tienes derecho a decidir cómo tiene que sentirse la otra persona? Quizá será una broma en intención pero, si la otra persona lo ha vivido mal, ya no es una broma porque no se han reído juntos. Nadie tiene derecho a decidir cómo deben sentirse ni pensar las otras personas. He ahí el pensamiento cuidadoso: no decidir por los demás, sino tenerlos en cuenta.

¿El pensamiento cuidadoso sería el pilar para educar a los niños y las niñas en democracia?

Sí, sobre el bien común y el interés general, se trata por tanto de pensar que no estamos solos y que convivimos con otras personas que tienen los mismos derechos y deberes que nosotros. Es imprescindible educar a nuestros niños en el pensamiento cuidadoso para vivir la ciudadanía responsable, activa y rebelde. Y digo rebelde porque rebeldes son aquellos que no se conforman cuando hay alguien que está mal y piensa y trabaja para que todos estemos bien. Hay un concepto sudafricano que me encanta: ubuntu, que significa "yo soy porque nosotros somos". El mundo iría mucho mejor si tuviéramos en el pensamiento que si los demás no son felices, es imposible que uno lo sea.

Las familias y la escuela estamos intentando inculcarles el valor del bien común a la vez que el de la competencia y el sálvese quién pueda. ¿Cómo casa?

Este es el gran dilema. Entiendo que hay otra manera de interactuar con el mundo más allá de la adaptación social, me refiero a la transformación social. Hay demasiada injusticia y cuestiones que no funcionan y nosotros tenemos el poder, sobre todo si nos asociamos y lo hacemos con los que tenemos al lado, de intentar cambiar a un mundo mejor. La filosofía no puede ser una entelequia que sueña y en la que los filósofos están flotando en el éter: desde pequeños hay que remangarse e intentar trasformar las cosas para que seamos mejores. Por supuesto esta idea contrapone a toda idea mercantilista, de súper éxito o de emprender negocios sin tener en cuenta a los demás.

La filosofía no puede ser una entelequia que sueña y en la que los filósofos están flotando en el éter: desde pequeños hay que remangarse e intentar trasformar las cosas para que seamos mejores

Si la filosofía consiste principalmente en hacerse preguntas y los niños demandan principalmente respuestas, ¿no les podemos frustrar?

Lo importante es que comprendan que las respuestas no son cerradas, porque eso es dogmatismo. Hay que explicarles que las respuestas dependen del contexto y las circunstancias, así que se construyen con los demás. Y para esto hay que valorar la diversidad y educarles en la escucha a todo el mundo. Las respuestas cerradas solo son posible en la ciencia. Mis alumnos no se frustran con las respuestas diversas, al contrario, las analizan e incluso aceptan que se han equivocado. Es importante que aprendan que no tener la razón no significa inferioridad.

¿Hay que educarles en la tolerancia incluso a la intolerancia?

No, es una línea roja. La intolerancia se carga a la tolerancia, entonces ya no hay espacio para seguir siendo tolerante. Frente a la intolerancia hay que actuar con métodos como la denuncia o la desacreditación de la validez de esas opiniones que seguro estarán basadas en prejuicios y estereotipos o en sesgos cognitivos erróneos. La intolerancia se basa en la ignorancia, por tanto es imperiosa la necesidad de desenmascarar la ignorancia.

¿Cuándo y cómo matamos la curiosidad y las ganas de saber de los niños?

Cuando no les escuchamos. La Filosofía para niños tiene esa ventaja, no es un currículum cerrado en el que se dice lo que hay que hacer, sino que se invita a los niños y niñas de qué quieren hablar. Matamos su curiosidad cuando les entregamos la tecnología sin haber trabajado su buen uso antes. La tecnología lo que hace es absorber la atención y a la vez dispersarla. Si los mantenemos encerrados en cuatro paredes también merma, así que es bueno salir a la naturaleza, viajar y abrirles el mundo, conocer otras culturas y personas diversas. Y por supuesto acercarles el arte: ver cuadros, películas o música juntos y reflexionar luego o mientras.

Dice en sus libros que a sus alumnos los pone a dibujar. ¿Por qué el dibujo puede ser filosófico?

Les propongo por ejemplo dibujar la isla de sus pensamientos. Les indico que, metafóricamente, su cabeza es una isla, y si esto es así, qué pensamientos habría en esa isla. El dibujo incluye una forma de simbolismo, es lo que se llama pensamiento analógico. En esta isla ellos han llegado a poner el volcán de la rabia, el río de la calma o la bahía de la amistad. Lo interesante es que te expliquen por qué identifican un río con la calma. El dibujo les ayuda a hacer un ejercicio de introspección y a analizar sus pensamientos y sus emociones. El dibujo es una manera fantástica de entrar en el mundo filosófico de los niños y las niñas.

Cuando un juego es reflexivo, después del juego es un buen momento para preguntarles cosas como: ¿por qué solo juegan a fútbol los niños? o ¿qué han sentido los que han perdido?

¿Por qué es tan importante el juego en la educación y, como cuenta usted en sus libros, también en la filosofía?

El juego es una forma de acercarse al mundo y de conocer la realidad. Todos nos hemos acercado a las normas de convivencia y a las reglas sociales a través de este. Así que considero que cuando un juego es reflexivo, después del juego es un buen momento para preguntarles cosas como: ¿por qué solo juegan a fútbol los niños? o ¿qué han sentido los que han perdido? El juego acompañado de preguntas pertinentes puede dar lugar a buena filosofía.

El Gobierno ha eliminado en la Lomloe la Ética en la ESO. ¿Qué opina usted?

La ética es imprescindible para una democracia y una ciudadanía de calidad. La ética se centra en el pensamiento cuidadoso. Perder ética es perder humanidad en las aulas. Considero que la asignatura no debe impartirse como el estudio de lo que han dicho anteriores pensadores sino que la ética tiene que bajar a la calle. Esto quiere decir aterrizarla y abordar los problemas sociales e individuales que tenemos. Tiene que basarse en dilemas éticos y morales y hablar sobre estos temas. Por ejemplo, la pandemia nos ha planteado un buen dilema: libertad o seguridad. Esto debería abordarse en las aulas. No hay ningún interés en promover una ciudadanía crítica, creativa y cuidadosa y esto da que pensar. ¿Por qué a los estados no les interesan ciudadanos y ciudadanas pensantes?, ¿es porque les vuelve más rebeldes y exigentes a la hora de pedir transparencia al poder?. 

*Filosofía para niños fue el proyecto creado en los años 60 por el educador y filósofo Matthew Lipman (Vineland, 1932). Si un niño piensa, un niño puede filosofar, así que el reto consiste en plantearles problemas y preguntas filosóficos desde la cotidianidad, el diálogo entre iguales y la escucha activa. 
*Jordi Nomen (Barcelona, 1965) es discípulo de Lipman: profesor de Filosofía y Ciencias Sociales en la escuela Sadako de Barcelona. Nomen ha publicado una trilogía de libros en los que propone ejercicios prácticos para que madres y padres (y profesores) activen el diálogo filosófico con los niños. En El niño filósofo y la ética (Arpa, 2021), su nuevo trabajo, promueve los valores sociales para que ejerzan como ciudadanos comprometidos, empáticos y responsables.  
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Al #colegio hay que ir andando y con amigos.

 ¿Por qué sigue siendo importante 
ir a la escuela andando con amigos y amigas a pesar de la pandemia?
Diferentes investigaciones apuntan a los beneficios 
que tiene ir a la escuela de una manera activa (andando, en bicicleta, en patinete) 
en el bienestar integral de los y las NNA, y no solo en los aspectos físicos, 
también en los sociales, emocionales y académicos.

#HábitosSaludables #ActividadFísica.

Naiara Berasategui Sancho,  
e   Israel Alonso, y otros...* 
Euskal Herriko Unibertsitatea,
Fuente The Conversation/Educación.

La Covid-19 ha demostrado que el mundo que conocemos puede cambiar en cualquier momento. El estrés motivado por la inseguridad económica, política y social nos puede llevar a pensar que planificar el futuro, incluso el cercano y simple, puede parecer imposible. Para muchas personas, estas situaciones no han hecho más que agravar la creciente sensación de inseguridad.

Aunque sean tiempos de incertidumbre, los niños y las niñas tienen que seguir creciendo y desarrollándose. La infancia sigue teniendo necesidades y capacidades que hay que atender: socializarse, desarrollar su autonomía, movimiento, conocimiento del entorno…

Diferentes investigaciones apuntan a los beneficios que tiene ir a la escuela de una manera activa (andando, en bicicleta o en patinete) en el bienestar integral de los menores, no solo en los aspectos físicos, también en los sociales, emocionales y académicos.

En esta línea, investigadores de la Universidad de Granada han demostrado que ir a clase de esta manera mejora la autoestima, la autonomía de los niños y niñas y su salud individual.
Únase y apueste por información basada en la evidencia.

Pero ¿por qué sigue siendo importante ir a la escuela andando con amigos y amigas a pesar de la pandemia? La Covid-19 ha traído consigo muchos cambios en el ámbito social que han influido e influyen directamente en la vida de los niños y niñas. Con el fin de controlar la crisis sanitaria, se han impuesto varias limitaciones tanto en la movilidad como en las relaciones.

Proyectos paralizados
Entre otras medidas, la nueva normalidad ha paralizado proyectos que estaban en marcha y que mejoran la calidad de vida y el bienestar de las y los menores, entre los que se encuentran el proyecto Caminos Escolares.

Puede parecer que el hecho de que un niño o niña vaya caminando a la escuela junto a otros niños y niñas y sin ninguna persona adulta que vigile sus pasos no supone ningún cambio, pero con cada paso que da, ese niño, esa niña, descubre su entorno, aprende, crece… Ese camino, que recorre cada día, le ayuda a ganar seguridad en sí mismo, a ser corresponsable, a saber que hay personas adultas que confían en ellos y ellas, a construir relaciones de cercanía y apoyo mutuo entre iguales. En definitiva, a desarrollar su autonomía y sus interacciones de manera gradual.

Un mapa de mínimos
Para ello, desde Haurren Hirien Sarea –Red Vasca de Ciudades por la Infancia– se ha dibujado un mapa –unos mínimos y unas acciones- que puede ayudar a aterrizar en lo concreto de cada situación o imaginar un recorrido posible.

Eskolara Lagunekin (A la escuela con Amig@s) es una apuesta municipal de transformación del espacio común y nuestros hábitos de relación/movilidad a través de la promoción de la autonomía de movimiento de la infancia en la ciudad.

El camino de casa a la escuela se convierte en un espacio que se realiza sin la ayuda de una figura adulta. Para ello, la transformación de los entornos y la implicación de la comunidad, como las personas de los comercios, supone que esos tránsitos sean seguros.
Shutterstock / LeManna

¿Qué se consigue de camino al colegio?
Diferentes entidades y personas que compartimos, más allá de preocupaciones, el compromiso de restaurar la autonomía de la infancia desde la salud comunitaria y el desarrollo de nuestros pueblos y ciudades hemos redactado un documento porque sabemos que hoy, en este contexto de pandemia, ir andando a la escuela con amigos y amigas tiene más sentido que nunca.

Hoy también es necesario seguir incentivando este tipo de estrategias y proyectos como los Caminos Escolares para fomentar la autonomía de la infancia y para promover, entre otros, estos aspectos:
    La realización de actividad física y los desplazamientos activos.
    El descubrimiento y conocimiento de sus barrios, pueblos y ciudades.
    El fortalecimiento de redes y el tejido de alianzas.
    La puesta en valor de lo comunitario.
    La transformación de relaciones y espacios.
    La contribución al diseño de nuevas estrategias.
    La conciliación familiar.

Por todo ello, como se recoge en el manifiesto COVID 19: Una respuesta comunitaria para una pandemia social, del Observatorio de Salud Comunitaria Covid-19, es importante, no solo disponer de una estrategia sanitaria, sino también desarrollar intervenciones conjuntas de toda la sociedad con las que se aprenda a convivir con la pandemia.

Es necesario diseñar nuevas formas de proteger a las personas más vulnerables promoviendo la educación y el desarrollo social de la infancia y juventud, mejorando la calidad de vida, la interacción social y los cuidados personales.

* Naiara Berasategui Sancho: Profesora en el Departamento de Didáctica y Organización escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
  Israel Alonso: Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea.
Este artículo se ha redactado en coautoría con Pedro Blanco (Solasgune), Eneritz González (Solasgune), Patxi Cirarda (Departamento de Salud Gobierno Vasco), Aitziber Benito (Departamento de Salud Gobierno Vasco) y Goizalde Atxutegi (Innobasque).

Información a través de la Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, Estrategia de Promoción de una Vida Saludable en Andalucía Familia y Salud; Consejería de Salud y Familias Escuela Andaluza de Salud Pública Ventana Abierta a la Familia.

El desarrollo de la alfabetización televisiva: conversación, texto y contexto.

Esta publicación se ha convertido en un clásico para entender la relación de los niños con la TV. 
Bajo la revisión y renovación de la teoría de la "alfabetización televisiva", pretende analizar y visualizar la comprensión y las competencias que los niños emplean para interpretar y utilizar el medio, que es tanto social como de desarrollo. 
El enfoque principal de la investigación es la forma en que estas competencias se movilizan y definen en conversaciones en grupos pequeños.

David Dennis Buckingham*
Tesis en Instituto de Educación
Universidad de Londres, 1993,


Los datos proceden de una serie de entrevistas con una muestra básica de noventa niños de tres grupos de edad diferentes, de entre siete y doce años. Los grupos fueron variados con el fin de proporcionar comparaciones sistemáticas en términos de edad, clase social, género y etnia. El análisis de los datos se basa particularmente en enfoques derivados del análisis del discurso y está relacionado con hipótesis planteadas en investigaciones anteriores, particularmente dentro de los campos de la psicología cognitiva y los estudios de medios. 

La tesis comienza con una revisión de los paradigmas teóricos que se han empleado para analizar la relación entre los niños y la televisión, y una descripción crítica de las definiciones anteriores de "alfabetización televisiva" dentro de la investigación educativa y psicológica. 
La segunda sección de la tesis analiza algunos problemas metodológicos asociados con el estado y la interpretación de las entrevistas en grupos pequeños en este campo. 
Continúa ofreciendo un marco analítico alternativo, que considera las relaciones entre el contenido de la charla, las posiciones de sujeto de los hablantes y las relaciones sociales del grupo entrevistado. 
La tercera sección considera el uso que hacen los niños de conceptos de "orden superior" que son el foco de la educación en medios, a saber, los de género, representación, modalidad y agencia. En cada caso, el análisis de datos empíricos está relacionado con una revisión crítica de investigaciones previas en el campo. 
En la sección final, se consideran las conclusiones e implicaciones para la futura investigación cualitativa de audiencias y para la educación en medios. 

Educación mediática:
alfabetización, aprendizaje y
cultura contemporánea, 2013
 * David Buckingham es un académico, escritor y consultor especializado en jóvenes, medios de comunicación y educación. Es profesor emérito en la Universidad de Loughborough y profesor invitado en la Universidad de Sussex. David ha dirigido numerosos proyectos de investigación sobre las interacciones de los jóvenes con los medios y sobre la alfabetización mediática, financiados por los consejos de investigación del Reino Unido, la Comisión Europea y fundaciones benéficas. Ha sido consultor de organismos como la UNESCO, Naciones Unidas, Unicef, Ofcom y el gobierno del Reino Unido. Es autor, coautor o editor de 30 libros y más de 240 artículos académicos y capítulos de libros, y su trabajo ha sido traducido a 15 idiomas. David ha sido profesor invitado en universidades de Estados Unidos, Australia, Noruega, Italia, Hong Kong y Sudáfrica. y ha impartido y dirigido conferencias en más de 30 países alrededor del mundo. Entre sus libros más recientes se encuentran The Material Child: Growing Up in Consumer Culture (2011), The Civic Web: Young People, the Internet and Civic Participation (2013) y Youth Cultures in the Age of Global Media (2014). El sitio web y el blog de David están en: davidbuckingham.net.

Buenos días, tristeza (Bonjour tristesse), un relato de verano?.

 ‘Bonjour tristesse’: la novela epicúrea de una  “encantadora monstruito de 18 años”.
 "Le diable au corps": escrito por Raymond Radiguet, igualmente de 18 años.

Éxito popular de la novela.

En 1954 se publicó en Francia la novela breve Buenos días, tristeza (Bonjour tristesse) de Françoise Sagan (1935-2004). Su autora tenía solo 18 años, en un momento en que la mayoría de edad estaba fijada en los 21. La obra conoció un éxito editorial tremendo, pero también suscitó un notable escándalo.

Con el transcurso de las décadas se ha convertido en libro de culto, especialmente entre la juventud francesa. Casi 70 años después de su publicación original, puede ser un buen momento para introducir el libro al lector actual y tratar sobre las razones de su éxito y del escándalo. Además, una lectura detenida de la historia revela que la novelista se basó, para la caracterización de los protagonistas, en la filosofía epicúrea clásica.

Cubierta traducción española
En 1954 la novela fue merecedora del prestigioso Premio de los Críticos franceses. Para finales del mismo año había vendido doscientos mil ejemplares en Francia. Solo cuatro años después de la publicación, en 1958, se estrenó una versión cinematográfica con el mismo título, dirigida por el director Otto Preminger.

El libro acabaría traducido a 22 idiomas, aunque en Portugal la iglesia católica vetó la traducción al portugués. En 1954, la editorial de José Janés imprimió una traducción española, obra de Noel Clarasó, pero solo se distribuyó en Hispanoamérica, porque el régimen franquista prohibió su difusión en España.

Un relato de verano.

La novela puede ser una buena lectura de verano, porque nos cuenta las vacaciones estivales de la protagonista. Su nombre es Cécile y tiene 17 años. Vive con su padre, Raymond, un viudo rico de cuarenta años, juerguista y mujeriego. Padre e hija disfrutan de los placeres mundanos de París: tabaco, alcohol, espectáculos, fiestas, ligues y juego. Aunque a Cécile le han quedado varias asignaturas del bachillerato para septiembre, han alquilado un chalé en la Riviera francesa. Allí se trasladan para pasar unas largas vacaciones en compañía de Elsa, la última conquista de Raymond. Cécile comienza un amor de verano con Cyril, un joven estudiante de derecho, también veraneante.

Esta felicidad idílica se rompe cuando los visita Anne Larsen, una antigua amiga de la familia, seria y responsable. Elsa abandona la villa, despechada, mientras que Raymond y Anne se prometen en matrimonio. Cécile toma la intrusión de Anne como una amenaza para su vida disipada, de modo que trama un plan maquiavélico para deshacerse de ella. Ejerce la manipulación psicológica, como en la novela clásica francesa Las amistades peligrosas (1782) de Pierre Choderlos de Laclos.

El desenlace trágico, que no vamos a destripar aquí, motiva la tristeza del título. Ahora bien, al final padre e hija deciden continuar con su vida frívola, como si nada hubiera ocurrido. Incluso planean alquilar otra villa en la misma zona para el siguiente verano.
Cartel de la versión cinematográfica: Otto Preminger, Bonjour tristesse, Columbia, 1958.

Edición con la banda ‘le diable au coeur’ 
Montaje editorial

No es difícil imaginar las razones del éxito de la novela. Para empezar, algo de montaje editorial hubo. El editor, René Juillard, usó como reclamo la juventud de la autora. Así, añadió a los ejemplares de la primera edición una banda amarilla, que incluía una foto de la escritora con aspecto de colegiala y la leyenda “le diable au coeur” (el diablo en el corazón).

Era una alusión a otro libro escandaloso y de contenido atrevido, publicado en 1923 y titulado Le diable au corps (El diablo en el cuerpo), que había sido escrito por Raymond Radiguet cuando tenía igualmente 18 años.

La dolce vita antes de Fellini.

El escándalo también fue un factor del éxito. El escritor católico François Mauriac escribió una reseña del libro en Le Figaro del 1 de junio de 1954, en la que calificó a la escritora como “encantador monstruito de 18 años”. Lo que escandalizaba a la sociedad burguesa de la Francia de posguerra era el tratamiento desenfadado de la sexualidad femenina: Cécile mantiene relaciones sexuales plenas con Cyril, sin estar enamorada de él; no se queda embarazada y, por si fuera poco, no se avergüenza de compartir su disfrute con los lectores.

Por otra parte, la clase media y trabajadora francesa soñaba con el panorama presentado en el libro, de placeres, lujo y fiesta, para superar el trauma de la segunda guerra mundial y avanzar hacia la modernidad. Estamos en un período de la historia francesa, desde 1945 hasta 1975, que acabaría por conocerse como los “Trente Glorieuses” (los treinta gloriosos). La época se caracterizó por el crecimiento económico, el auge del consumismo, la influencia de la cultura americana, la relajación de las costumbres y la reivindicación feminista. Seis años antes de la película de Fellini, Sagan había inventado la dolce vita.
Otro cartel de la versión cinematográfica: Otto Preminger, Bonjour tristesse, Columbia, 1958.

Una novela epicúrea y moderna

En un artículo hemos investigado que la obra puede considerarse una novela filosófica, porque los personajes principales (Raymond y Cécile) adoptan, como actitud vital, una versión banalizada de la filosofía epicúrea clásica. Pretenden alcanzar la felicidad a través del hedonismo (búsqueda del placer). También son materialistas: el padre explica los estados de ánimo como consecuencia de causas fisiológicas. No creen en el amor, pero sí en la satisfacción sensual proporcionada por el sexo. Son ateos y no creen ni en la providencia ni en el azar. Todas estas ideas habían sido postuladas por la filosofía de Epicuro, a su vez difundida en la Roma clásica por el poeta Lucrecio mediante su poema didáctico De rerum natura.

Pero ¿cómo tuvo la joven autora conocimiento de la filosofía epicúrea? Aquí entra en juego el filósofo francés Henri Bergson, que es citado en numerosas ocasiones en la novela como autor que Cécile debe “empollar” para la recuperación de septiembre.

Bergson había publicado una antología comentada del De rerum natura de Lucrecio. Es verosímil que Françoise Sagan conociera el epicureísmo a través de este manual de Bergson. En cualquier caso, es relevante que la joven novelista recurra al epicureísmo antiguo como armazón ideológico de una novela que, con el tiempo, se iba a convertir en un texto de culto. También, lo que es más importante, en proclama por la libertad femenina, el amor libre y, en suma, la modernidad. ¿Necesitamos más razones para leer o releer esta novela?

Algunos hoteles o restaurantes prohíben el acceso con niños. ¿Es discriminatorio?.

Cartel restaurante en Alemania, 2018 prohibió el acceso a niños a partir de las cinco de la tarde. PICTURE ALLIANCE VIA GETTY IMAGES

Hay personas que no quieren que el llanto o el ruido de un niño les arruine una velada. 
Sin embargo, varios expertos afirman que en una sociedad democrática no es legítimo discriminar por edad. 
Al protagonista de Telmo no quiere ser un niño, de Carlo Frabetti, no le gusta caminar bajo un bosque de piernas ni que le regañen por hacer las cosas que hacen los niños. Para Telmo las personas mayores son “como sombras borrosas” que no entienden sus necesidades vitales. Soñar, crear, jugar. Su historia puede servir como ejemplo del espacio social que ocupan niños y niñas en nuestra cultura. 

¿Podemos hablar de niñofobia? ¿Existe?


Hace una o dos generaciones, lo habitual en nuestra sociedad era que los niños pasaran mucho tiempo en el exterior, jugando y relacionándose con niños de distintas edades, sin intervención de adultos, explica María José Garrido Mayo, doctora en Antropología y especialista en maternidad e infancia. Hoy los niños y los adolescentes “molestan en todas partes”, por eso creamos espacios específicos para ellos y no forman parte de la vida social de los adultos. Michaeleen Doucleff, corresponsal y autora de El arte perdido de educar, cree que la cultura occidental insiste en esta división porque se piensa que los niños no son capaces de aprender a participar en el mundo de los adultos hasta que son bastante mayores.

Espacios libres de niños.

 Restaurantes, hoteles, vagones de tren y celebraciones cuyo principal reclamo o atractivo es ser espacios libres de niños. No es un fenómeno nuevo. En el año 2000, un artículo publicado en The New York Times ya hablaba de un movimiento surgido en Estados Unidos que reivindicaba “childfree zones”, zonas libres de niños. En él se menciona a la organización No Kidding!, un “club social sin ánimo de lucro” para personas sin hijos. “Como individuos, los miembros del club estamos a favor de las zonas libres de niños, al igual que los no fumadores apoyan los lugares públicos y de trabajo libres de humo”, explica su fundador, Jerry Steinberg, por correo electrónico. Los cines con películas para adultos, los restaurantes de lujo y las salas de conciertos son espacios en los que, opina, los lloros o los gritos de un niño pueden arruinar la diversión. El fundador de No Kidding! no cree que su postura sea discriminatoria: técnicamente, cualquier restricción lo es, pero en muchos casos está justificado. “Las restricciones de covid discriminan a las personas que no están vacunadas, pero salvan vidas. Cuando vas a un hotel no quieres que los bebés que lloran, los niños pequeños incontrolados y los adolescentes detestables arruinen tu escapada”, afirma. Según datos del portal especializado en escapadas temáticas Weekendesk.es, las reservas de planes para adultos han aumentado un 34% con respecto al año pasado. Brigitte Hidalgo, directora de operaciones del portal, considera que en España se ha popularizado el concepto como respuesta a una diversificación en la demanda turística. “Hay momentos en los que además de conocer un destino queremos descansar y pasarlo bien. Estos establecimientos se han especializado en ofrecer servicios orientados a satisfacer ese deseo. El reclamo no es discriminatorio porque el 50% de las reservas las hacen personas con hijos”, señala.

Los que abogan por zonas libres de niños perciben a estos como un asunto privado”, asegura Lourdes Gaitán, socia fundadora de la Asociación GSIA. Para Gaitán es importante reflexionar sobre la posición de los niños en la sociedad, su invisibilidad, y la separación de los espacios públicos y privados, cada vez más marcada en las sociedades posmodernas. Los niños, sostiene Gaitán, están contenidos dentro de espacios particulares y rara vez se les permite expresarse en espacios públicos, que parecen pertenecer a los mayores.

¿Tenemos los adultos potestad para reservar espacios solo para nosotros
Si bien espacios como un hotel o un restaurante cuenta con derecho de admisión, normas claras y objetivas de obligado cumplimiento, estas afectan por igual a la persona que ocupa ese lugar, sea un adulto o un niño. Iván Rodríguez y Marta Martínez, sociólogos del grupo de trabajo por los derechos de la infancia Enclave y autores del estudio Infancia confinada, recuerdan que el artículo 14 de la Constitución Española señala que no se puede discriminar a nadie por razones de nacimiento, raza, sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, que es donde puede encajar la edad. “Los espacios libres de niños son una suerte de apartheid basado en la edad”, asegura Marta Martínez.

Sociedad “adultocentrista”.

Cabe preguntarse si el rechazo a los niños por ser niños es equiparable al racismo o la homofobia. Para el sociólogo Iván Rodríguez, en todos los casos se produce el rechazo hacia un colectivo basándose en rasgos innatos o adscritos o bien de los que el individuo difícilmente puede desprenderse: es el caso del color de la piel, el sexo o la orientación sexual y, tratándose de la infancia, de los años. La cuestión, según Rodríguez, es que el racismo, el sexismo o la homofobia acontecen en un contexto social en el que ya se es consciente del problema y hay un discurso explícito que los combate. En el caso de la infancia es diferente: “No tenemos desarrollada esa sensibilidad ni esa conciencia y hemos naturalizado representaciones de lo infantil en las que los niños son ingobernables, molestos o inferiores a nosotros, por lo que no nos pueden comprender ni respetar”, apunta. La experta Lourdes Gaitán, que recuerda que la sociología de la infancia ha estudiado ampliamente la “discriminación por motivo de edad”, invita a cuestionar estereotipos que establecen que los niños y las niñas son incapaces o carecen de habilidades.

Los adultos, como en el cuento de Telmo, desconocemos en realidad lo que es la infancia, ese “país extraño donde todo pasa de una manera diferente”, que decía Carmen Martín Gaite. Este “adultocentrismo”, para la antropóloga María José Garrido, es una consecuencia de una sociedad obsesionada por la productividad. “El sistema económico que determina nuestra organización social, basado en el capitalismo y el liberalismo económico, genera una sociedad muy estructurada y jerarquizada, marcadamente adultocéntrica”, reflexiona. Según ella, los grupos que no son consumidores no interesan: “Ni los espacios para niños se piensan desde la infancia. Tampoco se consulta a los niños en relación con cualquier medida que les pueda afectar. Un claro ejemplo de las prioridades sociales lo vimos el pasado año durante la pandemia, cuando las terrazas de los bares estaban abiertas mientras los parques infantiles seguían clausurados”.

¿Qué necesitamos para cambiar? Dice el reconocido psicopedagogo italiano Francesco Tonucci que los adultos somos muy egoístas pensando que podemos construirlo todo alrededor del mundo adulto. Nos equivocamos. Escuchar a la infancia significa abrir la política a las necesidades de todos. Es una cuestión democrática”, declara. 
Una sociedad que incluya a la infancia y que no la discrimine va de la mano del fomento de su participación y de dotar de valor sus capacidades. 

No se trata de que los niños se comporten como adultos, 
sino de que contemos con ellos. 
Dejar de ser el “bosque de piernas” 
y la “sombra borrosa” que ve Telmo.