Hace unos meses, en septiembre de 2017, 
creamos el Consejo Asesor Infantil del proyecto
Érase una Voz de Educo. 
Ahora, los diez chicos y chicas que lo conforman 
nos cuentan con sus palabras  quiénes son y cuáles son sus tareas.

Les preguntamos cómo explicarían qué es el Consejo Asesor Infantil y dos participantes de un pueblo de la Rioja definen el Consejo como: “Un grupo de niños y niñas que proceden de distintos lugares de España y que se reúnen en diferentes ocasiones para investigar, comentar y opinar de ciertos temas, como los derechos o la violencia infantil”.


Los que vienen de Gijón nos cuentan que participar en el Consejo es “una manera de que los niños puedan abrirse, relacionarse, conocer cosas nuevas y debatir de diferentes cuestiones”.Otra participante que procede de Cuenca cree que, aunque sean pocos, representan a los que no pueden estar, además, sin dudar, recomienda participar porque han creado un ambiente familiar y amistoso a la vez que aprenden, y dicen que ¡Ojalá haya más Érase una Voz!. También los chicos que vienen de Canarias creen que en este espacio se les escucha y se les permite expresarse de manera abierta sobre los problemas y las situaciones que viven diferentes niños y niñas.

Participantes de Córdoba valoran, además, que pueden hablar en libertad sobre la violencia que se ejerce contra la infancia y que el Consejo puede servir para que los mayores les escuchen y para que su voz importe. Entre todos también aportan otras opiniones, como por ejemplo, destacan que son los perfectos para el Consejo, porque al ser distintos, cada uno tiene diferentes formas de pensar y así pueden tener muchas más ideas y puntos de vista. Creen que todos los chicos son muy amables y amistosos… ¡y las chicas también!

Una de las chicas se siente como una investigadora, muy feliz y a la vez importante. Cree que es algo “muy chulo” porque no lo había hecho antes y además cree que puede aportar cosas muy buenas para su futuro. Otro chico se siente contento porque puede debatir temas comunes de estos tiempos con otros chicos y chicas, además está satisfecho porque cree que esto puede ayudar.

Creen que los temas que trabajan son muy importantes porque les ayudan a pensar y luchar por los derechos y a ser más libres. Las familias se sienten contentas porque creen que puede ser una experiencia enriquecedora y que hay que aprovechar. Además, piensan que sirve para que la población adulta sea más consciente y que pueda concienciarse de los temas que están trabajando.

El último encuentro fue en enero en un albergue juvenil en Madrid. De este encuentro algunos chicos destacan que les gustó reencontrarse con sus compañeros, y las actividades realizadas, como ver un video del primer encuentro, una simulación de cómo realizar entrevistas o un mural que hicieron como quiso el grupo, con sus ideas y respetando decisiones y opiniones de grupo: “¡Fue una buena muestra de que somos un buen equipo!”, dice una de las chicas. También tuvieron la oportunidad de realizar juegos en el jardín y disfrutar de la salida por el centro de Madrid.

Para el próximo encuentro, piden que dure más días y que haya un jardín, luz y calor. También dan sugerencias para el menú y para los tiempos de ocio y tiempo libre. Y con todas estas ideas ya estamos trabajando en la organización del próximo encuentro en junio,  donde seguiremos compartiendo un espacio de diálogo y aprendizaje.

¡Muchísimas gracias a todo el equipo del Consejo, por vuestras ideas y vuestro compromiso!.

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