El Proyecto ‘Listen to the child’

Aborda prácticas validadas para niños víctimas y testigos en procesos legales

(Conferencia Final)



El proyecto ‘Listen to the child – Justice befriends the child’ (Escucha al niño – La justicia hace amistad con el niño’) celebró su conferencia final en Sofía el 26 y 27 de abril, titulada ‘Integrated Approach for Fair Justice’ (‘Enfoque integrado para una Justicia justa’). El trabajo principal del proyecto de dos años se centró en crear vínculos entre instituciones de protección del niño, así como en la implementación efectiva de enfoques integrados en interés de los niños víctimas, en cuatro Estados miembros de la Unión Europea (Bulgaria, Rumania, Italia y Francia). El proyecto está bajó la coordinación de Social Activities and Practices Institute (SAPI, Bulgaria), miembro del CEJJ, con el apoyo del programa de justicia penal de la Unión Europea.


Los socios del proyecto, entre ellos el OIJJ, han unido esfuerzos y conocimientos para identificar prácticas validadas, reforzarlas y compilar una lista de recomendaciones con el fin de mejorar la situación de los niños víctimas o testigos de delitos en procesos legales de acuerdo con la directiva 2012/29/EU, por la que se establecen normas mínimas sobre los derechos, el apoyo y la protección de las víctimas de delitos.

Durante la conferencia final, los resultados del proyecto presentados subrayaron la importancia de contar con lugares protegidos para los niños víctimas, acciones y evaluaciones multidisciplinares, y prácticas innovadoras. Socios y expertos presentaron ante una audiencia internacional prácticas validadas y mejoras que resultaron de las actividades del proyecto en relación con la implementación de los requisitos de la directiva. De igual manera, las recomendaciones europeas y las opiniones de los jóvenes sobre diferentes iniciativas fueron presentadas por los socios del proyecto, en el contexto de una ‘Declaration for a Child Friendly Justice’(‘Declaración de una justicia adaptada a los niños’).

El Observatorio Internacional de Justicia Juvenil, representado por Sophie Duroy, presentó su investigación sobre la Justicia Restaurativa con niños, considerado como el siguiente paso en la implementación de la directiva. Dicha investigación de Justicia Juvenil Restaurativa ha sido realizada en el contexto de la actividad del Consejo Europeo de Justicia Juvenil del OIJJ.

Expulsión Social y recuperación Económica.Fundación FOESSA

Fundación FOESSA y Cáritas, 
correspondiente a 2016 




En el informe se analiza la doble cara de la realidad que revelan los indicadores sociales, donde la situación de las personas y los hogares en el cambio de ciclo económico no muestra una fotografía homogénea en términos de igualdad de oportunidades. 

Estructurado en tres secciones, en el primer epígrafe, “Analizamos”, se examina cuál está siendo la evolución por Comunidades Autónomas de la desigualdad, la pobreza y el desempleo en España. E intenta responder a la pregunta de si las diferentes comunidades están en la misma situación ante un escenario de salida de la crisis.

En el apartado “Profundizamos”, los autores plantean, por una parte, respuestas a la pregunta “¿es posible revertir la desigualdad en España?” y, por otra, ahondan en las transformaciones que la crisis actual del Estado social está provocando en el vínculo social y en las nuevas condiciones que este cambio está produciendo en la solidaridad.

Por último, en el capítulo “Debatimos” se abordan tres temáticas de fondo: la Cumbre del Clima desde el punto de vista de los más excluidos; la situación de los refugiados y las capacidades de nuestro sistema de acogida; y una valoración sobre lo que se esconde tras las siglas TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership).

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También recientemente la Fundación FOESSA ha editado los materiales pedagógicos derivado del VII Informe FOESSA el año 2014.




Los podéis encontrar en el link que os ofrecemos a continuación: http://www.foessa2014.es/informe/material_pedagogico.php

Se trata de 6 vídeos breves y una guía pedagógica de cómo trabajar con ellos.

Este material va orientado a todo tipo de grupos interesados en reflexionar sobre algunas de las cuestiones recogidas en el VII Informe FOESSA.

Aprovechamos además para facilitaros el acceso al canal de Youtube de la Fundación FOESSA: https://www.youtube.com/channel/UCZ7PynCkyqbWPFZrMquXTxA

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Fundación FOESSA
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Encomio de una generación resiliente.

La pérdida de respeto y consideración por el trabajo propio. Los eternos contratos de formación, la sonrisa forzada del falso autónomo. La igualdad traducida en la normalización del contrato parcial, las diferencias salariales, el techo de cristal, la desprotección frente al acoso de la trabajadora precaria. Los años invertidos en una tesis doctoral, borrados en cuestión de segundos del currículum: no buscan a gente tan preparada.

Las sillas vacías en las comidas familiares; las lágrimas que ruedan por las mejillas cuando la hermana, el primo, el nieto o la sobrina aparecen en la pantalla del ordenador. La mala conexión no logra disimular la voz quebrada que saluda a miles de kilómetros de distancia. “Abuela, no llores, que allí al menos tiene una vida digna”. El vacuo consuelo de quienes han pagado el pato de la primera gran estafa del siglo.
“Por mucho empeño que se le ponga, es difícil ser activo en política cuando te faltan horas al día o cuando hace ya un año que te marchaste a la isla Reunión”
Había que contarlo. De ellos y ellas eso se trataba, de la Generación NiNiNi: “ni estudio, ni trabajo, ni me dejan hacerlo”. Alguno, duro de oídos o de entendimiento, ha respondido que de joven él también tuvo que trabajar duro. Ser joven nunca fue fácil, argumenta.

El proyecto Sueños Rotos solo ha confirmado lo que esta lógica reaccionaria se niega a ver: que esta generación ya vive peor que la de sus padres. La recompensa por los años de trabajo parece haberse esfumado. Al menos, en España.


De ahí también los 100 retratos, un caleidoscopio de la emigración juvenil española, un fenómeno que ha afectado ya a más de 823.000 jóvenes, según el Instituto Nacional de Estadística, aunque hay quien denuncia que tras las estadísticas oficiales se esconde una cifra mucho mayor.
Los números, sin embargo, no bastaban. Quizás un error de nuestro tiempo sea conformarnos con cuantificarlo todo. Había que darles voz. Que contasen sus experiencias, sus expectativas, sus decepciones. Que diesen un puñetazo en la mesa, que brindasen por su éxito, que pudiesen poner su nostalgia por escrito. Si el voto rogado les robó el derecho al sufragio, al menos les debíamos la oportunidad de aportar al debate público la escurridiza realidad de la “movilidad exterior”, Báñez dixit.
Hace poco leí un interesante artículo sobre la inesperada capacidad de resiliencia que han demostrado los españoles durante esta crisis. En los peores momentos para las instituciones y los actores económicos, la sociedad civil ha actuado de colchón a la hora de paliar algunas de las consecuencias más nefastas de la crisis. Creo sinceramente que nuestros jóvenes son un inspirador ejemplo de ello.
El 15-M, en este sentido, solo fue la punta del iceberg de una movilización juvenil que contra todo pronóstico supo dar a luz proyectos de un inestimable valor para lo común, lo de todos; valgan la Marea Granate o la Oficina Precaria como ejemplos de las muchas otras iniciativas que han defendido lo que otros habían dado por perdido.
Y, sin embargo, han estado a menudo ausentes del debate público. Quizás porque, por mucho empeño que se le ponga, es difícil ser activo en política cuando te faltan tantas horas al día o cuando hace ya un año que te marchaste a la isla Reunión; pero también, sin ninguna duda, porque brilló por su ausencia el interés en ir a buscarlos.
Reconocer que hacía falta hablar de ellos y de ellas no es, en mi opinión, autocomplacencia, sino un ejercicio de justicia (periodística, democrática, social). Lo resumió bien Miguel Vila cuando le pedimos, como a otros representantes políticos, que escuchara a estos jóvenes: “un país del que sus jóvenes se tienen que ir es un país enfermo”.
Antes lo intuíamos, ahora lo sabemos: las consecuencias económicas, demográficas y políticas estaban ahí, solo hacía falta tener voluntad para echar un vistazo. La pregunta, en este eterno año preelectoral, es si habrá voluntad para ofrecer algo distinto a esta generación cuyos sueños se han roto en mil pedazos.

* Enrique Anarte es un estudiante de Relaciones Internacionales que se está formando como periodista y colabora en diferentes medios como Diagonal y el blog 1 de cada 10, de 20 Minutos.
En el momento de escribir este post, está realizando prácticas universitarias en la fundación porCausa.

Humanitarismo de tapadera: a base de buenas intenciones se olvidan de las personas.













La Cumbre Mundial Humanitaria: 
que todo cambie para que todo siga igual. 

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Foto: UNOCHA.
“Mientras continúan cada día las violaciones más escandalosas de la ley internacional humanitaria y los derechos de los refugiados, los participantes de la Cumbre Mundial Humanitaria (CMU) se sentirán obligados a expresar buenas y vagas intenciones sobre la necesidad de ‘hacer cumplir las normas’ (…). 

A base de buenas intenciones, la cumbre se ha convertido en una tapadera que permite que estas violaciones sistemáticas sean ignoradas, en especial por los estados”. El pasado 5 de mayo la organización internacional Médicos Sin Fronteras anunció su boicot a la primera Cumbre Mundial Humanitaria con un comunicado cuajado de frases como la anterior. Pocas semanas después, como para probar que MSF no se lo había inventado, las autoridades griegas comenzaron la evacuación forzosa de miles de refugiados de los campos de Idomenei. La casualidad (y la habilidad política de un mandril) quiso que el penúltimo capítulo de la vergonzosa actuación europea se produjese en paralelo a la inauguración de la cumbre.

En asuntos humanitarios, la UE padece un alarmante problema de presbicia
 Sus principios brillan claros en África central, Venezuela o cualquier país lejano de nombre impronunciable, pero se difuminan a medida que los problemas se acercan a casa. En cierto modo, esto es una metáfora de lo que ha ocurrido en la CMU, donde 173 delegaciones oficiales (incluyendo 55 jefes de estado) demostraron una asombrosa capacidad para llegar a acuerdos firmes sobre los asuntos periféricos y arrinconar en el cajón de las declaraciones retóricas algunas las cuestiones que, literalmente, destruyen cada día la existencia de quienes deben ser protegidos y quienes los protegen.


El resultado principal del año y medio de preparación de esta cumbre es un acuerdo de los 30 principales donantes y agencias ejecutoras para mejorar la transparencia, flexibilidad y eficiencia del gasto, lo que incluye apoyarse cada vez más en programas de donaciones monetarias y reducir el uso de cupones o ayuda en especie. No es un asunto menor. Las redundancias, la concentración arbitraria de recursos, la vinculación de la ayuda a intereses comerciales o el desmesurado papel de los intermediarios internacionales frente a los locales han lastrado en el pasado el impacto de unos fondos cada vez más escasos, sobre todo si consideramos que las necesidades globales se han multiplicado por 5 en los diez últimos años. Si el conjunto del acuerdo fuese aplicado en todos sus términos (algo que muchos dudan), podría suponer una liberación anual de unos 1.000 millones de dólares.

Lamentablemente, este resultado se queda muy corto y buena parte de los temores de MSF con respecto a la cumbre se han hecho realidad. No solo los líderes reunidos en Estambul han perdido la oportunidad de afrontar una reforma radical del modelo de intervención humanitaria, sino que las discusiones han sorteado vergonzosamente algunas de las cuestiones más relevantes y urgentes, como la inviolabilidad de las instalaciones y profesionales que protegen a la población civil o el deterioro galopante de las obligaciones internacionales con respecto a los refugiados y solicitantes de asilo, por no hablar de la reforma de una ONU cuya sumisión a las miserias e intereses de los gobiernos ha quedado clara una vez más a lo largo de la propia cumbre.

Las inacabables y tediosas discusiones técnicas acerca de la naturaleza y el impacto de la ayuda son a menudo una manera eficaz de evitar los nudos que están en el origen de los problemas a los que se quiere hacer frente, sean políticos o económicos. Este es un juego que los gobiernos autocráticos han practicado con habilidad a lo largo de medio siglo de acción humanitaria y parece claro que los estados más desarrollados, como los europeos, están aprendiendo sus reglas con rapidez. 

Todos menos el Gobierno español, cuyo Ministro de Exteriores se despachaba la semana pasada con un emocionado artículo sobre la necesidad de proteger a los profesionales sanitarios en conflicto. Él no se ha dejado distraer por los tecnicismos del debate de la ayuda humanitaria… tal vez porque en esta legislatura se ha ocupado de volatilizarla casi por completo, reduciendo sus presupuestos un 70% desde 2011. Había poco que discutir.

A participar se aprende Participando.


Pilar Muñoz Villanueva, Coordina
Plataforma de Infancia







La Plataforma de Infancia, alianza de entidades sociales dedicadas a la protección, promoción y defensa de los derechos de los niños y niñas en España, organiza acciones, actividades, materiales, talleres, entre otros recursos, para facilitar el ejercicio del derecho a la participación que tienen los niños y niños en la sociedad. Se trata de fomentar el ejercicio a su derecho a opinar, a expresarse, a decir lo que piensan, a la libertad de pensamiento, a elevar su voz y tomar parte en aquellos asuntos que les afectan o les interesan, entre otros.

En este sentido, A participar se aprende participando,   es   una   Guía   metodológica   que hemos  diseñado  especialmente  para  educadores y educadoras u otros profesionales que trabajen directamente con niños y niñas y que busquen alternativas diferentes para profundizar en el conocimiento de sus derechos, especialmente de aquellos derechos relacionados con su derecho a participar.
La Guía se estructura en 5 actividades y está orientada a trabajar con chicos y chicas de edades comprendidas entre los 7 y 17 años. Cada educador o educadora podrá adaptar y ambientar la actividad para que resulte lo más atractiva posible en el grupo, dependiendo de la edad o intereses, e incluso realizar todas, varias o una sola de ellas.

Esta Guía se ha diseñado en el marco de la conmemoración del Día Universal de los Derechos de la Infancia. Cada año la Plataforma de Infancia organiza unos meses previos a esta fecha, 20 de noviembre, una serie de talleres y de recursos metodológicos para que niños y niñas puedan profundizar en el conocimiento de sus derechos y participen en la sociedad, en la familia, en la escuela y en todas las decisiones importantes que les afectan. El día de la conmemoración, presentan sus conclusiones a las autoridades presentes y la Plataforma de Infancia recoge sus demandas para elevar su voz en todos los espacios donde estamos presentes.

Objetivos de la actividad:                                                                
Analizar el “papel” que los niños, niñas y adolescentes tienen en la sociedad a partir de los medios de comunicación.
Empoderar a los niños y niñas en el ejercicio de su derecho a participar como ciudadanos de pleno derecho.

4º Encuentro Estatal de Consejos de Participación Infantil y Adolescente, Inscripciones abiertas.

“Tras la pista de mis derechos”.

La Plataforma de Infancia, 
UNICEF Comité español y 
el Ayuntamiento de Santander 
impulsan

días 4, 5 y 6 de noviembre 
en la ciudad de Santander.

NNA-sardina-santander-2016El Cuarto Encuentro Estatal de Consejos es un espacio de trabajo en red donde niños, niñas y adolescentes pertenecientes a Consejos locales de participación infantil procedentes de distintas Comunidades Autónomas, elaboran propuestas para mejorar el ejercicio de sus propios derechos en España.


Esta edición 2016 tiene como lema “Tras la pista de mis derechos”  porque los chicos y chicas ejercerán de investigadores sobre cómo está la aplicación de sus derechos en España y compartirán sus hallazgos y recomendaciones en un manifiesto que se hará publico en Santander y se trasladará a las autoridades responsables del diseño de las política de infancia en España y del seguimiento de la aplicación de los derecho en el ámbito internacional.


Los objetivos del Encuentro se centran en:
  • Facilitar el ejercicio del derecho de los niños, niñas y adolescentes a participar en todo lo que les afecta.
  • Promover y potenciar las estructuras de participación infantil de ámbito local poniendo en valor su derecho a ser escuchados y tenidos en cuenta.
  • Conocer las demandas de los niños, niñas y adolescentes para incluirlas en el Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia y en el Informe complementario al Informe de España que se presentará a Naciones Unidas sobre el cumplimiento de sus derechos.

¡Apúntate!

Ya hemos iniciado la primera fase…
Hemos abierto el plazo de inscripción para que los Consejo de Participación Infantil y Adolescentes que lo deseen, empiecen a apuntarse. 

Así que si tienes entre 8 y 17 años, y participas activamente en un Consejo, anima a tu grupo a apuntarse y participar de todo el proceso previo y durante la celebración del Encuentro.

Si deseas conocer más información, no esperes más, entra a la web del Cuarto Encuentro

Érase una voz... Lo que opinan niñas y niños sobre la violencia






© Armando Bello** 
( investigador y redactor )
© Educo
Coordinación: Miriam Torán
Colaboradores: Gonzalo de Castro, 
Clarisa Giamello 
y Macarena Céspedes *






Muchos estudios, incluso los más recientes (Unicef, 2014)1, demuestran cómo hoy en día la violencia sigue siendo parte de la vida de muchos niños y niñas en todo el mundo y en todos los sectores de la sociedad. Se trata de un fenómeno global, multidimensional y multicausal que se manifiesta en formas muy distintas y con diferentes intensidades, que tiene lugar en entornos muy variados (hogar, escuela, comunidad, Internet, etc.), y que se ejerce por parte de muchos actores distintos. Existe, además, una amplia y compleja gama de factores, individuales y sociales, que aumenta el riesgo de violencia y ayuda a perpetuarla, y es la combinación de estos factores, a diferentes niveles, que influye en la probabilidad de que la violencia ocurra, se repita o finalmente cese.

Tradicionalmente los estudios sobre violencia han prescindido de los niños y las niñas para entender este fenómeno y elaborar estrategias para hacerle frente, centrándose en las personas adultas como únicos intérpretes y responsables de la protección de la infancia. Durante mucho tiempo, se ha impuesto la idea de que escuchar y tomar en cuenta la opinión de niños y niñas no solo es inútil sino que incluso puede aumentar la desprotección ya que solo los adultos saben lo que es mejor para la infancia y cómo protegerla. Este enfoque perpetua una visión de la infancia como mero objeto de protección, incapaz de decidir por sí misma y que no dispone de los medios y capacidades suficientes para entender y hacer frente a la violencia, dejando a las personas adultas no solo con la responsabilidad, sino también con la exclusividad en materia de protección de la infancia.

En los últimos años, y coincidiendo con la afirmación del enfoque de derechos consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), se ha ido superando este enfoque proteccionista y generando  un amplio consenso  sobre la necesidad  de buscar un equilibrio entre el derecho de los niños y niñas a recibir una protección adecuada y su derecho a participar, ser tomados en cuenta  y asumir, de forma progresiva,  responsabilidades respecto a aquellas  decisiones  y acciones que les afectan. Al mismo tiempo resulta necesario que este consenso, más evidente en el ámbito académico y político, se consolide  mucho más en la práctica y se traduzca en un mayor empoderamiento  y en una efectiva participación directa y permanente  de la infancia en todas las fases de identificación, formulación e implementación de políticas y programas.

Son muchas las razones para dejar atrás el enfoque  proteccionista y adultocentrista y enfocar a los niños y niñas como sujetos activos de su propia protección, aunque podríamos resumirlas en tres principales motivos:

1. Porque es un derecho universal e inalienable de cada niño y niña y por ende una obligación de la sociedad. La CDN afirma que cualquier niño o niña tiene derecho  a recibir una protección adecuada y apropiada, pero también reconoce en varios artículos el derecho de los niños y niñas a ser escuchados y tomados debidamente en cuenta, y a participar en las decisiones que afectan sus vidas, asumiendo cada vez más responsabilidades a medida que evolucionan sus competencias. Esta afirmación de derechos  implica el deber de la sociedad, no solo de brindar el máximo nivel de protección a la infancia, sino también de reconocer y promover el papel de la infancia como agente de su propia protección, dotándole de las capacidades y medios necesarios.

2. Porque si queremos luchar contra el fenómeno de la violencia contra la infancia debemos conocer plenamente su realidad y para ello no podemos prescindir del conocimiento y las opiniones de ninguno de sus protagonistas y aún menos de sus víctimas. Los niños y las niñas pueden y deben ser informantes clave en este sentido ya que aportan una información muy valiosa para la toma de decisiones.

3. Porque reconocer y promover el papel activo y la participación de la infancia en todo lo que le afecta, y especialmente en su protección, reduce su vulnerabilidad y se convierte en un factor de protección en sí mismo. Existen muchos estudios que demuestran cómo la participación aumenta la autoestima de los niños y niñas, la confianza en sí mismos, su sentido de autonomía e independencia, y su adaptabilidad social. Disponen así de los medios y competencias  necesarios  para comprender y enfrentar las situaciones de riesgo y contribuir a su propia protección.

Este estudio parte del profundo convencimiento de que los niños y las niñas tienen mucho que decir y nosotros mucho que aprender sobre un fenómeno con tanto impacto en su desarrollo y tan poco conocido  como el de la violencia contra la infancia. Su principal objetivo es, por lo tanto, dar voz a los niños y niñas que viven en nuestro país y hacerse eco de sus opiniones  y expectativas, siendo conscientes  de que este es solo un primer paso en esta dirección y que es necesario seguir ampliando y profundizando en este sentido.

Asimismo, nace como respuesta a la escasez de estudios que incorporen la opinión de los niños y niñas sobre la violencia y el maltrato, y pretende promover  esta línea de investigación entre las instituciones y sensibilizar sobre la oportunidad y necesidad  de impulsar procesos  participativos de este tipo.

Por otra parte, hemos querido también resaltar las opiniones de aquellos niños y niñas que, por las características del contexto familiar y social en el que viven, están particularmente expuestos a la violencia directa o indirecta. Por este motivo, el estudio analiza las vivencias, opiniones y
expectativas de los niños y niñas sobre el fenómeno de la violencia contra  la infancia desde una doble perspectiva. Por un lado, hemos consultado una muestra aleatoria de la población infantil general de 10 a 12 años residentes en el territorio español y por otro, hemos realizado grupos focales con niños y niñas que participan en programas sociales promovidos por entidades colaboradoras de Educo, que se desarrollen en contextos de elevado riesgo de violencia. De esta forma, hemos querido capturar una fotografía de la población general pero al mismo tiempo focalizar la atención de manera específica sobre una parte de la población  infantil que, por las condiciones de su contexto personal, familiar y social, se encuentra particularmente expuesta a algunos de los principales factores de riesgo mencionados  anteriormente. Por último, hemos querido incluir una comparativa con los resultados más llamativos del informe internacional de ChildFund Alliance: Pequeñas Voces Grandes Sueños 2015, realizado en 44 paises, entre ellos España.

Es importante aclarar que no queremos  insinuar que el fenómeno  de la violencia sea un problema que afecta solo a determinados colectivos en determinados contextos, ni que exista un perfil concreto de “niño o niña víctima de violencia” (o de “persona adulta maltratadora”). La violencia infantil es un fenómeno que no distingue entre sus víctimas. No obstante, la existencia de múltiples factores de riesgo implica que existen mayores niveles de vulnerabilidad en los niños y niñas más expuestos a uno o varios de estos factores. Así, la vulnerabilidad está relacionada por ejemplo con la edad y la evolución de las capacidades. Igualmente, ciertos niños y niñas son más expuestos al maltrato y la violencia debido a su género, origen étnico, diversidad funcional o porque se encuentran institucionalizados o privados de libertad. Finalmente, la incidencia de la violencia está vinculada con factores socioeconómicos  de las familias y el entorno, como el desempleo, la pobreza y la desigualdad.


En definitiva, no se puede enfrentar y estudiar el fenómeno  de la violencia hacia la infancia como un problema puntual y aislado. Sin embargo, no debemos olvidar que existen vulnerabilidades específicas  que necesitan ser tratadas de manera particular en cada entorno, es decir que existen algunos ámbitos de la sociedad en los que la incidencia de la violencia es mayor, y algunos colectivos que, por factores ligados también al contexto social y económico en el que viven, tienen mayores riesgos de ser víctimas, testigos o cómplices de esta violencia. Sin caer en el error de estigmatizar ni etiquetar a estos niños y niñas ni a sus familias, es importante estudiar y analizar su realidad y sus vivencias de manera específica, ya que muchas veces estas características se quedan en segundo plano en las investigaciones sobre esta temática. Hemos querido dar voz a estos niños y niñas que, a pesar de ser los más implicados, ya que son muchas veces son víctimas y testigos de esta violencia, muy a menudo resultan ser los menos consultados y no se les da la oportunidad de expresar sus opiniones y puntos de vista.


Las tres partes del informe nos dejan claro que niños y niñas de todo el mundo saben que la violencia y el maltrato es un problema global, generalizado, y exige un trabajo conjunto hacia un futuro sin violencia.



Índice
NIÑOS    Y NIÑAS   OPINAN  SOBRE VIOLENCIA Y  MALTRATO  CONTRA LA INFANCIA:
UNA PRIMERA APROXIMACIÓN CUANTITATIVA                                                                 11
Entornos y ámbitos de la violencia                                                                                12
Posibles causas                                                                                                             16
Respuestas a la violencia                                                                                              18


REFLEXIONES Y  TESTIMONIOS   DESDE LOS GRUPOS FOCALES                                         33
Libertad, seguridad y felicidad                                                                                     35
Situaciones  de violencia  y maltrato, y sus principales causas                                       42
¿Qué hacer? Respuestas frente a la violencia                                                                 49
Conclusiones de los grupos focales                                                                                57


PEQUEÑAS  VOCES  GRANDES SUEÑOS 2015:
COMPARATIVA RESULTADOS INTERNACIONALES                                                               61


ALGUNAS  RECOMENDACIONES                                                                                      65
Participación infantil                                                                                                   66
Protección  infantil                                                                                                     67
Educación y sensibilización                                                                                          68


Basado en el proyecto: “Pequeñas Voces Grandes Sueños 2015.
Con la colaboración de: Asociación Aventura 2000, Asociación Ciudad Joven, Asociación Digmun, Asociación el Colletero, Asociación sociocultural Grupo Cinco Cuenca, Associació Educativa Itaca, Fundación Canaria Farrah, Fundación  Iniciativa Solidaria Ángel Tomás, Fundación  Juan Soñador, Fundación por la
Acción Social “Mar de Niebla”, Fundación Social Universal, Málaga Acoge, Mojo de Caña, Salvetti&Llombart
Corrección: Christine Antunes Maquetación: Anaïs López Fotografía: Entidades colaboradoras
Para más información sobre los temas tratados en este documento, póngase  en contacto con: actua@educo.org

** Armando es socio de la Asociación GSIA

En torno a la crianza cooperativa.

Lo característico de las sociedades postmodernas es que fingimos 
que esa dimensión cooperativa de la crianza no existe 
y le ponemos toda clase de obstáculos.
César Rendueles   


Hacemos como si criar un hijo fuera un asunto privado que negocian y solventan dos adultos en el interior de su hogar que, además, deben respetar la centralidad del trabajo asalariado en sus vidas. Cualquier colaboración externa es concebida como un complemento bienvenido pero que no forma parte del núcleo de los dispositivos de crianza.

Solucionar o paliar la crisis de los cuidados de un modo aceptable en sociedades ilustradas y deseosas de preservar altos estándares de libertad individual no es en absoluto sencillo

1. Los seres humanos somos una especie de crianza cooperativa. Esto no es una opinión política o una opción cultural sino un hecho biológico. De hecho, se trata de un rasgo muy característico de nuestra especie. La crianza cooperativa es poco habitual en los mamíferos y entre la mayor parte de los primates no humanos las madres se encargan en exclusiva de cuidar de las crías. La crianza cooperativa significa que miembros del grupo que no son sus padres genéticos colaboran en el cuidado de las crías. Se suele llamar alomadres y alopadres a estos cooperadores. Muy posiblemente la crianza cooperativa entre los humanos esté relacionada con características evolutivas básicas, como la larguísima duración de nuestra infancia.

2. La crianza cooperativa ha tenido numerosas expresiones históricas y culturales: desde los distintos tipos de familias extensas hasta modelos familiares en los que los padres biológicos pierden su centralidad y otros miembros de la colectividad actúan como alopadres. 
Si la crianza cooperativa es un hecho biológico, la diversidad familiar es un hecho histórico. A día de hoy se suelen distinguir al menos siete grandes sistemas familiares en el mundo, cada uno de ellos con subsistemas, que se están transformando e hibridando dando lugar a nuevas formas de cooperación familiar. De hecho, la familia nuclear típica de nuestras sociedades es una creación histórica reciente y no necesariamente óptima o definitiva, al menos a juzgar por la cantidad de conflictos y malestares que genera. Científicos sociales poco sospechosos de perroflautismo han señalado que entre el amplio catálogo de formas de crianza arcaicas hay algunas que parecen amigables y razonables. Pensar que es imposible aprender nada de esas experiencias porque pertenecen al pasado, es como decir que no se puede correr una maratón porque eso significaría volver al esclavismo y a la religión olímpica.

3. La crianza cooperativa no es una opción. Tampoco en nuestra sociedad. Las guarderías y los colegios, los cuidados compartidos entre los cónyuges, la participación de las abuelas (más de la mitad de los abuelos españoles cuida de sus nietos a diario), el cuidado entre hermanos… Todo ello es crianza cooperativa. Lo característico de las sociedades postmodernas es que fingimos que esa dimensión cooperativa de la crianza no existe y le ponemos toda clase de obstáculos. Hacemos como si criar un hijo fuera un asunto privado que negocian y solventan dos adultos en el interior de su hogar que, además, deben respetar la centralidad del trabajo asalariado en sus vidas. Cualquier colaboración externa es concebida como un complemento bienvenido pero que no forma parte del núcleo de los dispositivos de crianza. El resultado ha sido catastrófico. La familia nuclear moderna es una red colaborativa demasiado exigua para algo tan complejo y agotador como cuidar de una cría humana (no digamos ya de dos, tres o cuatro). De hecho, en ciencias sociales se habla habitualmente de " crisis de los cuidados" para designar los problemas estructurales que afrontan las personas dependientes y sus cuidadores en nuestras sociedades y cómo estos conflictos están atravesados por la desigualdad económica y de género.

4. Las soluciones a los problemas de las sociedades complejas suelen ser complejos. Y lo mismo ocurre con la crianza cooperativa. Solucionar o paliar la crisis de los cuidados de un modo aceptable en sociedades ilustradas y deseosas de preservar altos estándares de libertad individual no es en absoluto sencillo. Algo así requiere cambios en la relación entre el trabajo reproductivo y el trabajo asalariado, la concepción de los servicios públicos de ayuda a la crianza, las extensión de las redes informales de apoyo mutuo, la normalización de la presencia de los niños en el espacio público y, por supuesto, un radical igualitarismo de género. 
Algunas personas, como Anna Gabriel, quieren ir más allá y se cuestionan el modelo de familia nuclear convencional. No es mi opción –soy muy conservador y me aterra la contracultura– pero me parece respetable y, desde luego, infinitamente más digna que el adultocentrismo ambiente que celebra las imposiciones del mercado de trabajo como si fueran elecciones de espíritus libres emancipados de todo sometimiento

V y VI Informe de Aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño de NN.UU. España.


Fuente Plataforma de Infancia.      










España ha remitido (mes de mayo) al Comité de los Derechos del Niño el V y VI Informe de Aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño de NN.UU. y sus Protocolos Facultativos, junto con su Anexo

El citado documento da respuesta a lo establecido en la propia Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) respecto a la obligación de los Estados Partes de la misma de enviar informes periódicos al Comité mencionado sobre la aplicación de la Convención.

El Comité de los Derechos del Niño hará próximamente públicos los periodos de sesiones en los que entablará diálogo tanto con los órganos competentes que considere para el envío de información complementaria a la ya remitida por el Estado, como con el propio Estado, dando a conocer tras ello sus recomendaciones para la mejora de las políticas de infancia en España.

Para la Plataforma de Infancia resulta sumamente valioso contar ya con la versión final del Informe del Estado, pues ello sirve de base, junto con las últimas recomendaciones del Comité a España, de 2010, para los trabajos de elaboración de su Informe Complementario al Informe de España desde el trabajo en red, así como para el apoyo a la elaboración, por primera vez, de un Informe propio de chicos y chicas sobre el respeto a sus derechos en España.

Este V y VI Informe procura seguir las pautas marcadas por el Comité de los Derechos del Niño a los Estados para el envío de información, recogiendo en primer lugar en su presentación inicial las actuaciones destacadas en el ámbito de la infancia desde las últimas recomendaciones a España de 2010, haciendo una especial mención a la reforma del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia. Además, se traslada en dicha presentación el proceso participativo que ha tenido lugar durante la elaboración de dicho informe.

El Informe de España aborda diferentes aspectos para dar a conocer la situación de la infancia, organizando su contenido en los siguientes bloques temáticos:
  • Medidas generales de aplicación
  • Definición de niño
  • Derechos y libertades civiles
  • Violencia contra el niño
  • Entorno familiar y modalidades alternativas de cuidado
  • Discapacidad, salud básica y bienestar
  • Educación, esparcimiento y actividades culturales
  • Medidas especiales de protección
  • Principios generales
  • Protocolo facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía.
  • Protocolo facultativo relativo a la participación de niños en los conflictos armados.
Por: Conchi Ballesteros Vicente, Responsable de Programas

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