Medio
centenar de docentes de 26 países optan a este galardón, al que Bona,
quien ha desarrollado su carrera en escuelas rurales, se presentó por
insistencia de un amigo. "Es raro pero estoy muy feliz porque puede
venir muy bien. Los mensajes de otros profesores y padres en mi vídeo de
presentación demuestran que somos muchos los que pensamos que hay
proyectos de enseñanza interesantes por conocer", afirma en
declaraciones a El Huffington Post.
La educación es
"mucho más que meter datos en la cabeza" para este profesor. "En alguna
de nuestras aulas está el futuro presidente del Gobierno, el futuro
líder de una empresa global... Si no les enseñamos empatía y
sensibilidad, algo falla", explica. El maestro, que ha dado clase en la
escuela pública, privada y concertada, considera que enseñar resiliencia
es vital. "Hay gente que pierde el trabajo y se hunde... Hay que dar
pistas para encarar las cosas", considera.
El Global Teacher Prize
valora el trabajo de los docentes que abren las mentes de los alumnos y
favorecen el estímulo para que otros se conviertan en profesores. Los
responsables del premio han indicado que la elección de Bona se debe a
que es "un defensor infatigable de los derechos de la infancia" y por
"creer en el potencial creativo de los niños".
"Busco que los niños se impliquen, se sientan parte de algo", explica el maestro, que lamenta los recortes en la enseñanza pública
y reivindica el trabajo de sus colegas a pesar de la falta de medios.
"Como salmones, los profesores nadamos contracorriente porque sabemos lo
que los niños necesitan mientras que los políticos parece que no han
entrado nunca en un aula", opina el candidato a mejor profesor.
Bona,
que ha tenido alumnos de entre 6 y 18 años, considera imprescindible
adaptar la forma de enseñar a los estudiantes. "Educamos niños, no
máquinas. No se les puede hacer saltar a todos por la misma valla. Yo
intento conocer las circunstancias e intereses de mis alumnos antes de
enfocar el programa. Hay que enseñar a todos lo mismo pero de forma que
les resulte atractivo", explica.
Pero también tiene
recomendaciones para los docentes: considera que es importante que los
profesores sean "seres curiosos" y tengan vocación y actitud positiva.
"A mí me encanta enseñar, soy un privilegiado por poder ser maestro. El
aula es un espacio de surrealismo, son aguas de imaginación donde las
reglas no existen", afirma.
PROYECTOS DE PELÍCULA
Su
propuesta didáctica se desarrolla de formas poco convencionales a
través de proyectos que estimulan la creatividad de sus alumnos. Uno de
los más reconocidos es La importancia de llamarse Applewhite,
un largometraje mudo de 40 minutos dirigido y escrito por seis
estudiantes de entre 4 y 12 años. Ambientada en "la Bureta americana de
1910", retrata la vida de una familia pudiente con dos hijas en edad de
casarse antes del crack de 1929.
La idea se le ocurrió cuando
trabajaba en Bureta, un pueblo de poco más de 280 habitantes. "Iba en el
coche escuchando una banda sonora de Woody Allen. De repente, tuve un flash
y lo vi", recuerda. No sabía nada de cámaras, así que se puso a
investigar. Después fueron los alumnos los que tuvieron que indagar en
la época en que ambientarían la historia para poder presentarla antes de
su exhibición.
El experimento recibió premios dentro y fuera de España e inauguró
una serie de proyectos educativos audiovisuales, el primero de ellos una
serie de cortos protagonizados por los abuelos de sus alumnos de Bureta
que "unió al pueblo más estrechamente", según cuenta, y fue una
"experiencia mágica".
"Con cada proyecto aprendo yo también.
Siempre digo a mis alumnos 'yo soy maestro pero no lo sé todo; vosotros
también me tenéis que enseñar'. Quiero que aprendan a discriminar y a
ser críticos pero también que todos tenemos valor. Hay que enseñarles
que todo el mundo tiene algo que aprender de todo el mundo", explica.
"LO QUE HAGO SE BASA EN LO QUE ME PASABA DE PEQUEÑO"
El proyecto más ambicioso que lleva Bona actualmente es Children for Animals
(Niños por los Animales), una protectora virtual dirigida por 12
exalumnos suyos. La idea nació en 2010 cuando un circo llegó a Muel
(Zaragoza), el pueblo donde daba clases entonces.
"Me mandaron a sustituir a una profesora de infantil y decidí leer un cuento a la clase. El título era El circo viene a la ciudad
y acabé inventándomelo todo. Me di cuenta de que, desde pequeños,
tenemos el pensamiento mediatizado, nos ponen a los animales del circo
como si fueran felices en los cuentos", explica el zaragozano.
Children
for Animals persigue que sean los menores quienes promuevan en la
sociedad el respeto a los animales y ha obtenido el reconocimiento de la
famosa naturalista Jane Goodall. Dos alumnos de Bona dieron una
conferencia en la Universidad Autónoma de Barcelona ante 400 personas
sobre este tema y fueron muy aclamados. Hablar bien en público es algo
prioritario en las iniciativas del maestro.
"Mucho de lo que hago
es una proyección de lo que me pasaba de pequeño. Por ejemplo, aunque
sacaba buenas notas, nunca levantaba la mano, era muy tímido", detalla
Bona. "Tengo la teoría de que hay un tubo que une el adulto que somos
con el niño que fuimos. A veces se obstruye pero yo tengo banda ancha",
admite.
Bona reconoce que la suya no es una fórmula cómoda, que los padres la
cuestionan al ver que sus hijos hacen tareas que no son sólo aprender
ortografía, sumar o restar. "Pero con el tiempo me lo han agradecido. Me
han escrito diciendo que sus hijos han madurado mucho y son más
responsables", manifiesta el profesor.
EL PREMIO, PARA FORMARSE EN CINE
Si
Bona resulta ganador, lo invertirá en formarse en cine o fotografía.
"También me gustaría dedicar algo a estimular la creatividad. Parte de
los 20.000 euros del premio de Applewhite lo dedicamos a crear
una biblioteca en la que poder leer en pufs, en tiendas de campaña... El
espacio donde lees es muy importante", opina.
"Pero tengo los pies en el suelo y uno listo para saltar. ¡Hay que tener ilusión pero no hacerse ilusiones!", matiza.
"Con la ley Wert pasamos a educar en competitividad en lugar de tolerancia o cooperación"
César Bona, el único español nominado a mejor profesor del mundo nos va a descubrir en ‘laSexta’ Noche qué métodos utiliza para dejar huella en todos sus alumnos. "A mis chavales les enseño también valores y les digo que cada paso que dan sirve de ejemplos para otros niños", asegura. Adémás, entre otros asuntos relacionados con la educación, analiza la ley Wert desde el punto de vista de los docentes.
*En este vídeo se resumen 6 años del trabajo de César
Bona en las aulas. En él aparecen ex-alumnos, padres y madres de
ex-alumnos, directores de escuela, maestros, quienes fueran Directora
General de Política Educativa y Consejera de Educación del Gobierno de
Aragón, profesoras de universidad, miembros del Parlamento Nacional,
Jane Goodall, primatóloga y Premio Príncipe de Asturias y Embajadora
Mundial de la Paz; gente de España, México, Perú... dando su opinión
sobre el trabajo de César y su repercusión a nivel personal y social. En
el recorrido por las experiencias que César ha creado allá donde ha
ido, veremos documentos gráficos de gran valor, recogidos a lo largo de
su trabajo: un niño enseñando a un maestro a tocar el cajón gitano; una
clase en un barrio marginal aprendiendo a leer gracias a una obra de
teatro; los 6 niños de una escuela unitaria llegando a ganar un premio
en el Festival Internacional de la India y haciendo soñar a un pueblo;
unos abuelos sintiéndose protagonistas de todas las miradas como si
fueran estrellas de cine, y recuperando el peso social que nunca
debieron perder; doce niños y niñas de otro pueblo que llegaron a hablar
en el Congreso de los Diputados y consiguieron contagiar a miles de
niños de todo el mundo creando una red global, con el respeto a los
animales como bandera y con la empatía y la sensibilidad como
principales fuentes, abriendo un camino muy ancho para hacer de este
mundo un lugar mejor...
Veremos cómo un maestro de escuela ha traspasado las barreras que a
veces suponen las paredes de un aula y ha viajado por cientos de lugares
compartiendo su trabajo: charlas en reuniones nacionales de pedagogos;
en el Colegio de Abogados de Barcelona; a futuros maestros en la
Universidad de Zaragoza, Granada, Valencia, País Vasco, Guanajuato
(México)...; charlas en el Congreso de los Diputados… y, cómo no,
charlas a niños en decenas de colegios.
“Los niños no son sólo los adultos del futuro –comenta-; también son
los habitantes del presente y han de poder expresar lo que piensan”.
Y por su parte, esto es lo que dice Jane Goodall de él: “César está
abriendo nuevos horizontes para los niños. Está creando líderes del
futuro, animándoles a tomar las riendas para emprender acciones y
cambiar actitudes -y prácticas- en sus sociedades”.