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¿Cómo afecta el horario al rendimiento de los estudiantes?

  Desde que a comienzos de la década de los años 90 en Canarias se decidiera concentrar todas las sesiones de enseñanza-aprendizaje en la primera mitad del día (antes de la comida), la denominada jornada escolar continua se ha extendido a la gran mayoría de comunidades autónomas españolas. 
La jornada escolar partida, con sesiones de aprendizaje antes 
 y después de una pausa para la comida, mengua cada año.
Algunos de los argumentos que esgrimen los defensores de la primera es que reduce la fatiga del alumnado y favorece la atención y el rendimiento académico. 

Ahora bien, ¿qué dice la investigación 
sobre el impacto de la jornada escolar continua y partida en los alumnos?







Estudios y limitaciones

Para comenzar, conviene subrayar que los estudios que se han realizado hasta la fecha para determinar qué tipo de jornada favorece en mayor medida el rendimiento académico son escasos y presentan una serie de limitaciones metodológicas que dificultan extraer una respuesta concluyente.

Por ejemplo, no siempre es posible aislar el efecto del tipo de jornada del de otras variables, como el tipo de centro escolar o las características del alumnado. 

Con esto presente, los resultados disponibles en España no apuntan a una superioridad de la jornada escolar continua sobre la partida y sugieren más bien que la jornada partida promueve en mayor medida el rendimiento académico.

Jornada escolar partida y continua. ¿Existen evidencias que motiven el cambio en la gestión del tiempo escolar en España?
Francisco José Morales Yago, Universidad Nacional de Educación a Distancia
Arturo Galán, Universidad Nacional de Educación a Distancia (ESPAÑA)
Ramón Pérez Juste, Universidad Nacional de Educación a Distancia (España)
DOI: https://doi.org/10.5209/RCED.55335

Ciclos atencionales

En contraste con lo anterior, sí existen abundantes estudios sobre cómo se distribuyen los ciclos atencionales de los escolares a lo largo de la jornada escolar.

Para responder a esta pregunta, la atención se mide en diferentes momentos del día con, por ejemplo, tareas de discriminación visual, en las que los estudiantes tienen que localizar en un tiempo limitado letras, números o símbolos concretos dentro de una cadena.

Por etapas, los resultados muestran que:

  1. En el alumnado de infantil hay un aumento de la atención durante la mañana que pasa a reducirse durante la tarde.

  2. En el alumnado de primaria, el pico de mayor atención comienza a trasladarse a la tarde.

  3. Y en el alumnado de etapas superiores de primaria los mayores niveles de atención se desplazan claramente hacia la tarde, mientras que se mantienen especialmente bajos durante las primeras horas de mañana.

En términos generales, se podría decir que el alumnado experimenta un pico atencional hasta media mañana y otro más o menos pronunciado a lo largo de tarde. Precisamente por ello, la jornada escolar partida, que se distribuye en dos períodos lectivos (uno matinal y otro vespertino), se adapta mejor a la curva de atención de los escolares que la jornada continua.

Adolescentes: un caso especial

El caso de los adolescentes merece una consideración especial. Por una parte, conviene subrayar que en la etapa secundaria del sistema educativo español predomina la jornada escolar continua.

A eso se suma el hecho de que la media de horas de clase que pasan los adolescentes dentro del aula en España es significativamente superior a la media de la OCDE, cuestión que no se ve reflejada en las pruebas de evaluación externas, como PISA.

El resultado es que los adolescentes arrancan la jornada muy pronto por la mañana para cubrir todas las sesiones de aprendizaje diarias estipuladas.

Cambio en los patrones de sueño

Ahora bien, existen pruebas sólidas de que esta población se caracteriza por unos patrones de sueño diferentes a la población preadolescente o adulta. Concretamente, los jóvenes de estas edades están más activos y en alerta a medida que se acerca la noche; se inclinan por retrasar el momento de acostarse y experimentan, en consecuencia, una clara somnolencia a primeras horas de la mañana.

¿Cuál es el resultado de esta desconexión entre el horario escolar y los ciclos de sueño de los adolescentes? Que reciben buena parte de las clases en un claro estado de sopor; por cierto, confundido a menudo con un clima de concentración elevado por el silencio que impera en el aula en horas tempranas de la mañana.

De hecho, numerosos estudios han puesto de relieve cómo comenzar la jornada escolar a primera hora de la mañana se traduce, a efectos prácticos, en una privación del sueño en esas edades. Y esto tiene consecuencias no deseables como, por ejemplo, la aparición de problemas conductuales, la falta de atención, un rendimiento académico inferior o un número mayor de accidentes o lesiones.

Empezar más tarde

Una solución planteada en numerosas ocasiones desde la comunidad científica pasa por modificar la hora de comienzo de la jornada escolar.

La toma de decisiones en materia educativa es compleja e implica siempre múltiples factores. Aunque aún falta más investigación en este campo, sería muy recomendable tomar en consideración las pruebas disponibles sobre la distribución de las sesiones de aprendizaje a lo largo del día y su relación con el rendimiento académico y bienestar de los escolares.

*Marta Ferrero González: Docente, investigadora y vicedecana de investigación y transferencia en la Facultad de Formación del Profesorado y Educación, Universidad Autónoma de Madrid

Las niñas y niños se plantan en la tierra y piden la palabra.

El número 114 de la revista Biodiversidad se dedica en gran parte a la infancia: 
ante ese futuro, las niñas y niños se plantan en la tierra y piden la palabra. 
Son ahora quienes comienzan a hacer propuestas para asentar el paso entre los huecos de la incertidumbre. 
Su fuerza nos asombrará, en su mirada camina la vida.



Hoy la niñez ya no autogestiona la infancia como antes, cuando podía deambular por prados y bosques, estanques o riachuelos, por el monte de regreso o ida a los quehaceres de la casa. Cuando se cruzaba el barrio donde se podía jugar en la calle, donde la seguridad era un asunto político resuelto por la convivencia y las buenas relaciones entre las familias, los ámbitos de comunidad, las fiestas y encuentros.

by Véronica Villa (Grupo ETC). 
Aunque desde los años noventa se habla de la responsabilidad con las generaciones futuras, la velocidad con que se pierden bosques, la insistencia en el derroche energético, la voracidad de las industrias mineras, han enterrado todas las buenas intenciones de las Naciones Unidas por discutir el desarrollo teniendo en cuenta verdaderamente las voces jóvenes y las generaciones futuras...
Ante la destrucción ambiental, “la mayor parte de la gente que se manifiesta en el mundo posiblemente sean jóvenes, sobre todo mujeres, en Asia, América Latina y otros lugares. La generación que ahora tiene 15 años es una generación que ha decidido salir a la calle a reclamar, no solamente en el tema climático. Nunca ha sido más cierto que ahora esa vieja frase que aprendí cuando era joven”...

by niñas Liberth Jurado y Denisse Nuñez.
Somos dos niñas ecuatorianas, vivimos en la Región Amazónica, en las provincias de Sucumbíos y Orellana. Nacimos aquí hace catorce años y nuestro mayor deseo es seguir viviendo bien. Seguir viviendo en este hermoso lugar y por eso estamos luchando para que se termine con una de las fuentes de contaminación que aquí existen: los mecheros que queman el gas asociado al petróleo y provocan mucha contaminación.
Ya son 56 años desde que en el Ecuador se empezó a extraer petróleo en el norte de la Amazonía y en todo este tiempo, esta actividad ha provocado mucha contaminación. Nosotras vivimos en medio de esos campos petroleros y somos testigos y víctimas de los daños irreparables que ocasiona el petróleo al agua, a los suelos, al aire, a la flora y fauna y a la población, a las familias que aquí vivimos...

by Julián Ariza Arias* 
Una de las varias experiencias estimulantes para reflexionar sobre la garantía de los derechos a “Tierra, Techo y Trabajo” de juventudes del campo y la ciudad, de clase popular y trabajadora, sucede en Uruguay y es protagonizada por el colectivo de jóvenes de la Aldea Avatí.
Las y los jóvenes de Avatí accedieron en 2014 a 20 ha de tierras públicas y desde entonces desarrollan no sólo un proyecto productivo de horticultura agroecológica, sino una apuesta de vida.
La Aldea Avatí no tiene nada que ver con las famosas “ecoaldeas”, “ecovillas” o “ecocomunidades”, que se encuentran en cualquier región de América Latina y que pueden tener aprendizajes interesantes, pero que fundamentalmente están restringidas a clases privilegiadas...
El despoblamiento del campo es un fenómeno complejo y multidimensional que tiene causas diversas como la guerra, las presiones del agronegocio, la concentración de la tierra, la falta de acceso a mercados, la vulneración a derechos fundamentales o la avasallante narrativa del progreso. Este fenómeno de despojo, que se vive en toda América Latina, tiene un correlato con el crecimiento de los cinturones de pobreza en las ciudades y es una expresión del periodo de crisis civilizatoria por el que estamos atravesando...

by Marielle Palau (BASE-IS).
Este artículo presenta el impacto del modelo del agronegocio en las escuelas rurales del país, particularmente en la región oriental, donde se encuentran 5 mil 010 de las 5 mil 330 instituciones educativas rurales y el 99% de los cultivos del agronegocio...
Los datos que se comparten son los resultados más significativos del estudio de Palau, M., Lo Bianco, M. (2022). Agronegocios y escuelas rurales. El peligro de las fumigaciones en la Región Oriental. BASE-Is. Asunción. Paraguay...

by Red de Coordinación en Biodiversidad.
Costa Rica consume unos 34,4 kg de ingredientes activos por hectárea cultivada por año. Así lo confirman los datos publicados en el mes de junio por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en el estudio Uso aparente de plaguicidas en la agricultura de Costa Rica. Este país centroamericano se coloca a la cabeza a nivel global en materia de uso de agrotóxicos...

by Colectivo por la Autonomía.
.- Una charla del Colectivo por la Autonomía con la partera y doctora Norma Escalante
.- Diálogo con José Luis Pamplona sobre la experiencia de huerta educativa “Semillas Colibrí” con niñas y niños.
.- Contaminación y presencia de pesticidas en la infancia y el territorio: Reconfiguración Agroecológica Alimentaria y de Salud (RAAS).
.- Reflexiones con el Centro de Investigación y Recursos para el Desarrollo (CIRDAC, AC).
.- Agroecología en el contexto agroindustrial, diálogos con la Red en Defensa del Maíz en Jalisco, Palos Altos, ejidos de San Isidro y La Ciénega, comunidades cocas de Mezcala y wixárika de San Sebastián, GRAIN y el Colectivo por la Autonomía. Colectivo de jóvenes...


Editorial de la revista Biodiversidad, nº 114.
Zapotlán, Jalisco, México. Foto Santiago Villalobos Villalobos
  ...Hoy la niñez ya no autogestiona la infancia como antes, cuando podía deambular por prados y bosques, estanques o riachuelos, por el monte de regreso o ida a los quehaceres de la casa. Cuando se cruzaba el barrio donde se podía jugar en la calle, donde la seguridad era un asunto político resuelto por la convivencia y las buenas relaciones entre las familias, los ámbitos de comunidad, las fiestas y encuentros. Donde las conversaciones o los contactos entre niñas, niños y personas adultas, muchachas y muchachos incluidos, no entrañaban las zozobras de ahora.

Era un mundo que se basaba en la confianza, y la incertidumbre casi no estaba teñida de miedo. Podían ocurrir accidentes y hasta desastres, pero el miedo no era la moneda de cambio. En esa niñez autogestionada donde niñas y niños se organizaban aparte de sus familiares había principios de responsabilidad que eran posibles porque el tejido social no sólo los permitía sino que los cuidaba. Y los cuidaba porque era factible hacerlo.

Lo que cambió en el mundo actual es que en el tramado social se instauró la zozobra. En muchas comunidades los acaparamientos de tierra son súbitos, y la gente tiene que abandonar su vida, no la tierra. Y moverse a ciudades o campos de labor. Y los menores cambian de vida también, si bien les va seguirán en la escuela pero tal vez tengan que ponerse a trabajar también en términos que no esperaban.

Según un informe reciente de del Fondo Internacional de Emergencia Infantil de Naciones Unidas (Unicef) junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la cantidad de niños que trabajan se eleva actualmente a 160 millones en todo el mundo, tras un aumento de 8. 4 millones en los últimos cuatro años, y varios millones de niños más se encuentran en situación de riesgo debido a los efectos de la Covid-19.

En el informe se destaca un aumento sustancial de la cantidad de niños de 5 a 11 años que trabajan, y que actualmente representan algo más de la mitad de todos los casos de trabajo infantil a escala mundial. La cantidad de niños de 5 a 17 años que realizan un trabajo peligroso, por el cual se entiende todo trabajo susceptible de mermar su salud, seguridad o moral, ha aumentado en 6.5 millones desde 2016, hasta alcanzar 79 millones.

En ese mismo informe, se calcula que 8.2 millones de niños de entre 5 y 17 años trabajan en América Latina y el Caribe. La mayoría de estos niños son adolescentes varones, y el 33% son niñas. El trabajo infantil está presente tanto en las zonas rurales como en las urbanas, y el 48.7% se encuentra en el sector agrícola. Algo menos del 50% de los que participan en el trabajo infantil lo hacen en el trabajo familiar.

Esto significa llanamente que la idea de la infancia se ha desdibujado para muchas sociedades. Y claro, la historia del trabajo infantil no podría soslayar que la niñez ha laborado en condiciones deplorables desde la Edad Media, por lo menos, pero lo que hoy ocurre es una normalización y un crecimiento desmesurado de esa población infantil que no tiene infancia.

La ecología política nos puede decir más cosas respecto de la degradación de las condiciones para una infancia sana.

Hablamos de la contaminación del agua y del aire. De la contigüidad de las estructuras peligrosas y contaminantes con el entorno que podría ser un espacio de seguridad y vida sana para niñas y niños incluidas las escuelas y los campos de recreación y juego. Hablamos de la zozobra por la inseguridad, y el ataque a la integridad plena de las personas, que ha aumentado también desproporcionadamente.

La condición de pandemia en el mundo en realidad nos avisó de la existencia de un colapso en varios procesos macro que ya no cuadran unos con otros, como la calidad del aire, el CO2 en la atmósfera, los índices extremos de polución del agua. Además, asistimos a un proceso general de degradación de las condiciones de la vida.

Según algunos informes existe una disminución radical en esas condiciones de vida por “la contaminación general del aire y los daños en los sistemas de polinización cruciales para la reproducción de las especies utilizadas por las personas y el impacto de las catástrofes ambientales como las inundaciones y los incendios forestales”. Estos dos últimos rubros, que podrían considerarse “desastres naturales”, en realidad siempre tienen implícito el tramado de irresponsabilidades, intereses oscuros, corrupciones y desprecio que orillan a declarar que no hay desastres naturales. Así lo concluyó El Tribunal “Tiempo de Desastres” que sesionó en Quito, Ecuador el 18 de octubre de este año al decir en su dictamen final:

En un mundo que enfrenta una crisis climática y ambiental, y un deterioro de la naturaleza sin precedentes, los desastres se han incrementado de manera dramática, y al ser llamados ‘desastres naturales’ ocultan acciones y omisiones de los Estados, así como la responsabilidad de las empresas. Los desastres son el resultado de la interacción de la degradación ambiental [que también ha sido provocada por la acción de las empresas], las condiciones de marginalidad de las poblaciones (y otros sucesos, naturales o no) que los desencadenan. Sus impactos son diferenciados de acuerdo a la clase social, al género, las condiciones de vida, al grupo étnico al que pertenecen las sociedades afectadas por éstos.

Si estas condiciones afectan gravemente a las poblaciones, afectan mucho más a las niñas y niños que las sufren, porque los efectos son multidimensionales y pocas veces se muestran fácilmente. Según la Unicef, de nuevo.

Las sequías y la variabilidad de los regímenes pluviométricos alrededor del mundo están ocasionando la pérdida de cosechas y elevando los precios de los alimentos, lo que significa para los pobres inseguridad alimentaria y privaciones nutricionales que pueden tener repercusiones a lo largo de toda la vida. También pueden destruir los medios de subsistencia, propiciar la migración y los conflictos, y acabar con las oportunidades para los niños y los jóvenes.

Los niños son las personas más vulnerables a las enfermedades que más se propagarán como resultado del cambio climático; por ejemplo, el paludismo y la fiebre del dengue. Cerca del 90% de la carga de morbilidad atribuible al cambio climático recae en los niños menores de 5 años.

Todo lo que podamos hacer para reparar los daños ocasionados por esa multidimensionalidad de las crisis que se agolpan en nuestros territorios y de las que quieren culpar genéricamente a un “antropoceno” abstracto, tendremos que hacerlo en aras de un futuro que va creciendo en nuestras casas, nuestros patios, nuestros campos. Ese futuro, nuestras niñas y niños, se plantan en la tierra y piden la palabra. Son ahora quienes comienzan a hacer propuestas para asentar el paso entre los huecos de la incertidumbre. Su fuerza nos asombrará, en su mirada camina la vida.

Deporte y Trabajo Infantil.


Para la 'Serie de investigación sobre los niños y el trabajo' mensual en línea, invitamos a investigadores y profesionales a compartir trabajos recientes relacionados con el trabajo de los niños y la explotación laboral infantil. 
Las sesiones tienen una duración de 1 hora (10 a 15 minutos de presentación y 45 minutos para salas de discusión/grupos de trabajo) y brindan un espacio donde las personas y las organizaciones de dentro y fuera de la red pueden reunirse para entablar conversaciones fructíferas sobre temas relevantes y diversos en nuestro campo

El Centro por el Deporte y los Derechos Humanos organizó un proyecto sobre Deporte y Trabajo Infantil con la tiene como objetivo producir un libro blanco sobre este tema como una contribución a la 5ª Conferencia Mundial sobre la Infancia Trabajadora celebrada en Durban en mayo de 2022. 
El libro blanco fue el resultado de una extensa revisión y una serie de consultas con diferentes grupos de partes interesadas, p. sindicatos de atletas, organizaciones deportivas internacionales, expertos en derechos del niño y trabajo infantil, atletas y padres.

En todo el mundo, los adultos que fueron niños atletas han comenzado a alzar la voz, recordando
situaciones y condiciones que encontraron como jóvenes en el deporte que inquietantemente tienen algunos de las características del trabajo infantil. 
Los resultados de este proyecto se presentarán brevemente y se discutirán las recomendaciones.

Copa Mundial de Niños de la Calle, Doha 2022. 'Soy alguien'

28 EQUIPOS - 25 PAÍSES - UN EVENTO INOLVIDABLE

La Copa Mundial de Niños de la Calle Doha 2022, del 8 al 15 de octubre de 2022, 
reunirá a jóvenes conectados con la calle de todo el mundo 
para participar en un torneo de fútbol, ​​un festival de las artes y defender sus derechos y protección a través de un evento centrado en los niños. Congreso y Asamblea General. 

Será la cuarta Copa Mundial de fútbol de Street Child, tras los éxitos en Sudáfrica (2010), Brasil (2014) y Rusia (2018).
El SCWC 2022 brindará a los niños más vulnerables de todo el mundo la oportunidad de representar a sus países y decirle al mundo 'Soy alguien'.
 
Los mejores futbolistas del planeta asumirán el papel estelar cuando comience la Copa Mundial de la FIFA en Qatar en menos de dos meses, pero no antes de que la capital, Doha, albergue la Copa Mundial de Niños de la Calle (SCWC).



'Ahora soy un líder en mi comunidad'
El torneo de este año será el cuarto SCWC después de Sudáfrica (2010), Brasil (2014) y Rusia (2018). El objetivo de SCWC es brindar ejemplos como el de Sadock John, un joven líder de Tanzania, que jugó en el primer evento. “Ese fue el momento en que mi vida cambió para siempre: conocí a mi familia SCU”, dijo.

“Al representar a mi país y participar en el SCWC, regresé a mi comunidad como un héroe. Ahora soy un líder en mi comunidad y ayudo a inspirar a la próxima generación a través de una academia de fútbol local. Siempre estaré agradecido por las oportunidades que Street Child United me ha brindado y su continuo apoyo a través del programa Street Child United Young Leader, donde he encontrado confianza y creencia de que soy alguien”.

Diez de los equipos de este año participarán por primera vez, incluidos tres equipos de refugiados (Darfur, Hungría y Zaatari), además de un equipo femenino de Palestina. Otros equipos nuevos en la familia SCU incluyen Uganda, Nepal, Inglaterra, México, Perú y Zimbabue. A ellos se unirán equipos que han participado anteriormente en al menos un SCWC e incluyen equipos de: Brasil, India, Bangladesh, Indonesia, Filipinas, EE. UU., Burundi, Tanzania, Pakistán y Mauricio.

Con sede en Londres, Street Child United es una organización benéfica del Reino Unido que, dice, utiliza "el poder del deporte, específicamente los eventos deportivos internacionales, para cambiar las percepciones negativas y el trato de los niños conectados con la calle en todas partes".

Estas son las consecuencias de la falta de tiempo libre en niños y adolescentes

El juego permite aprender de los errores, de las caídas, de la pandilla de amigos, 
de las risas, de las riñas, del ir y venir, del hacer y deshacer, del entretenerse 
y de aburrirse en mayúsculas.

Hace unos meses, en una ponencia realizada por videoconferencia en el marco de las jornadas  Madrid, ciudad de las niñas y los niños, el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci, afirmaba: 
Hoy los niños no tienen tiempo libre entre la escuela, los deberes 
—que para mí deberían ser ilegales— 
y las múltiples extraescolares a las que les apuntan sus padres con la obsesión 
de que estén bien preparados para el futuro”.


La reflexión de Tonucci tiene poco de opinión personal. Así lo demuestran los resultados del programa Hablan los niños y niñas: el bienestar subjetivo de la infancia en Barcelona, coordinado por el Institut Infància y Adolescència del área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona. Con base en los resultados de una encuesta en la que participaron 4.000 niños y niñas de entre 10 y 12 años de la ciudad, se elaboró y se dio a conocer un documento que recogía 11 demandas y 115 propuestas de actuación importantes. 


Las dos primeras demandas eran

“tener más tiempo para disfrutar con su familia”

“menos tiempo de estudios y más tiempo libre para jugar y estar con amigos y amigas”

Estas demandas coinciden con la percepción sobre el tiempo libre que se observó en los niños, niñas y adolescentes del distrito Fuencarral–El Pardo del Ayuntamiento de Madrid. 

Según los resultados de un informe elaborado por el Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA), un 46% de menores decía no estar de acuerdo con la afirmación de que tienen suficiente tiempo libre, un porcentaje que se dispara hasta casi el 75% en el caso de los adolescentes.


Niños juegan en un parque. T. M. BARWICK (GETTY I.)
"Vivimos en sociedades totalmente institucionalizadas en función de brindar formación y cuidados al niño. Las exigencias laborales de los adultos y las ideas respecto al futuro de esa persona que está en una etapa en la cual debe primar el cariño y el cuidado signan el presente de los niños, sus necesidades actuales y, por lo tanto, los derechos de su niñez en función de un futuro incierto”

afirma Beatriz Migues Pouy, vocal de Comunicación de la Asociación GSIA, que considera que en esta falta de tiempo libre confluyen dos factores primordiales. Por un lado, la idea del tiempo productivo, que hace que los adultos consideren erróneamente el tiempo de ocio en la infancia como un tiempo no-productivo. Por otro, la falta de disposición de espacio, especialmente en las grandes ciudades, para la realización de actividades de ocio y tiempo libre no dirigido.

Antes los niños nos pasábamos el día en el cole preguntándonos qué íbamos a hacer por las tardes. Ahora son los padres los que se preguntan qué van a hacer con sus hijos por las tardes”, afirmaba Tonucci en su ponencia, haciendo hincapié en esta idea de la falta de espacios. Las respuestas a esa pregunta son limitadas: parque o extraescolares. Y las extraescolares, a diferencia del tiempo libre, siempre tienen ese aura de tiempo productivo. 

Más aún, en un contexto marcado, según Kepa Paul Larrañaga (Asociación GSIA), sociólogo e investigador de la Universidad Complutense de Madrid, por la obsesión adulta por la sobreformación” de los niños y niñas, una situación que según el experto se acentúa más si cabe en los estratos sociales más favorecidos, donde los niños pasan más tiempo haciendo deberes y actividades extraescolares.

Las extraescolares, en muchos casos, buscan rellenar los baches de la educación formal, además de constituir la canalización de los miedos adultos respecto a que sus hijos e hijas no estén adecuadamente preparados para las futuras necesidades del mercado laboral”, expone Kepa Paul Larrañaga, que destaca que la educación formal no tendría que ser una carrera de fondo para ver quién llega mejor preparado al mercado laboral. “Por lo menos los niños y niñas no tendrían que vivirlo de esa manera, ni sus padres transmitírselo”, añade. 

En ese sentido, recuerda que el documento La comparación internacional para la mejora escolar: PISA para Centros Educativos destaca a Finlandia como “un excelente ejemplo de un sistema educativo con éxito” que parte de un objetivo: que todos los niños encuentren en el centro educativo de su barrio lo suficiente y necesario para cubrir sus necesidades y las expectativas de sus padres. Sin necesidad de extraescolares.


Consecuencias de la falta de tiempo libre


Para Beatriz Migues Pouy existe una consecuencia directa de la ausencia de tiempo libre de los niños y las niñas: “No cumplir con uno de los derechos fundamentales de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas: el derecho al juego y, por tanto, al tiempo libre. Y no cumplir tampoco con el Interés Superior del Niño si estos ni tan siquiera participan en la toma de decisiones con los adultos para gestionar el tiempo personal o el que comparten con sus progenitores”, reflexiona la experta, que lamenta que el espacio-tiempo de la infancia esté colonizado por los adultos, obviando así el derecho de los niños a disfrutar y decidir sobre el mismo: “Sería muy importante preguntarse de qué manera los niños eligen qué tipo de actividades extraescolares quieren realizar y cuántas”.


Pero el impacto de la falta de tiempo libre va mucho más allá de los derechos y también tiene un reflejo a nivel psicológico. Así lo mantiene la psicóloga Sara Tarrés, miembro del Grupo de Trabajo en Inteligencia Emocional del Colegio Oficial de la Psicología de Catalunya y autora de Mis emociones al descubierto. Guía y cuaderno emocional para trabajar en familia, que considera que jugar de forma libre —y si puede ser al aire libre, mejor— debería ser la principal actividad de la infancia, porque jugar, sostiene, “permite aprender de los errores, de las caídas, de los golpes, de la pandilla de amigos, de las risas, de las riñas, del ir y venir, del hacer y deshacer, del entretenerse y de aburrirse en mayúsculas”. Al no disponer de tiempo para ese juego libre, sin embargo, y al invertirse este en actividades estructuradas, organizadas, dirigidas y supervisadas siempre por un adulto, “el desarrollo de determinadas habilidades y capacidades físicas, intelectuales y emocionales se ve afectado”.

Según Tarrés, a corto plazo, la falta de tiempo libre y de juego se traduce en un aumento de la irritabilidad por cansancio, falta de iniciativa y dificultad para la organización del tiempo de forma autónoma. “Poco a poco vamos viendo como estos niños se vuelven más dependientes, inseguros, con dificultades para saber qué les gusta y cuáles son sus intereses reales, propios, más allá de los que los padres y madres les insuflan, porque siempre tienen un adulto que les organiza, gestiona y resuelve cualquier cuestión, incluido el juego y su tiempo libre”, reflexiona.

A largo plazo, añade, la ausencia de tiempo libre se puede traducir en la aparición de problemas de ansiedad y depresión ante cualquier pequeña dificultad o adversidad. “Nos encontramos frente a niños y adolescentes que no han podido desplegar sus habilidades sociales ni emocionales porque ya había quién lo hacía y pensaba todo por ellos, padres y madres que desde el amor —y creyendo hacer lo mejor por sus hijos— les llenaron el tiempo de actividades privándoles de la libertad de experimentar y aprender por ellos mismos”, concluye.

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MÁS INFORMACIÓN

Cómo vivían los niños hace 1.500 años en Inglaterra durante la Edad Media.

Las tradiciones en torno a la muerte y los entierros han proporcionado a los arqueólogos información clave para entender cómo vivían los más jóvenes en la Inglaterra altomedieval.


Pareja joven y arquero en una celebración del Día de Mayo.
Después de que el Imperio Romano colapsara a principios del siglo V, a las costas británicas llegaron grupos de personas procedentes del noroeste de Europa. Así, entre los siglos V y VII, los pueblos germánicos se asentaron en lo que hoy es Inglaterra.

Las tradiciones en torno a la muerte y los entierros que ellos trajeron brindan hoy información clave sobre la vida y la muerte de las personas de esas comunidades. Además, las tumbas y los ritos funerarios son esenciales para adquirir datos sobre un grupo que a menudo es pasado por alto: los niños.

Dada la falta de registros escritos, la información que tenemos sobre las personas que vivían en la Inglaterra altomedieval suele proceder de la excavación de tumbas. Dos ejemplos de ello son el cementerio de barcos de Sutton Hoo, en Suffolk, y la tumba de cámara de Prittlewell, en Essex. En estos lugares se descubrieron objetos muy elaborados, como el casco de Sutton Hoo. Sin embargo, este tipo de sepulturas son poco frecuentes y nos dan una visión sesgada de la historia, ya que muy pocas personas tenían funerales tan ostentosos.

Durante este periodo histórico, hubo dos tipos de entierro. En el primero, los muertos eran incinerados en una pira abierta, acompañados de objetos y ofrendas de animales. Los depósitos de estos huesos incinerados se encuentran en urnas de cerámica enterradas, en las que, en algunos casos, se añadían objetos no quemados, como peines de hueso. El otro tipo de entierro era más sencillo. El difunto era enterrado en una tumba con objetos que habían sido importantes para él o ella en vida. Esto se conoce como “inhumación".

Pistas del pasado medieval

Los objetos enterrados junto a las personas dan pistas importantes sobre sus vidas. Entre las pertenencias de las tumbas medievales se encuentran joyas y peines, cuchillos y vasijas de cerámica. También puede haber huesos de animales de diversas especies, como caballos, vacas, cerdos, perros, aves y osos.

Los objetos con los que se enterraba a los niños estaban directamente relacionados con aquellos que se les otorgaban en vida. Los análisis han demostrado que los bebés y los niños menores de 12 años tenían menos probabilidades de ser enterrados con ofrendas de animales y, en los casos en los que sí lo estaban, se les obsequiaba con una gama reducida de especies, entre ellas ovejas, cabras o cerdos.

Otro dato interesante es que en las tumbas de los niños suele haber una gama más reducida de objetos, como anillos, peines, cuchillos y malacates. En cambio, a los hombres adultos se les solía enterrar con armas como espadas, escudos y puntas de lanza, y a las mujeres adultas con joyas, incluyendo diferentes tipos de broches. Que los niños fueran enterrados con una menor cantidad de objetos probablemente indica su diferente estatus social, sus funciones dentro del hogar y da información sobre su identidad en vida.

Curiosamente, los restos incinerados de bebés y niños eran enterrados en urnas más pequeñas y sus coetáneos de los cementerios de inhumación eran enterrados con cuchillos más cortos que los adolescentes y adultos. Esto sugiere que las personas recibían cuchillos más largos o vasijas más altas a medida que superaban etapas clave de la vida.

Adolescencia medieval en Inglaterra

Una época crucial para los jóvenes era la adolescencia, ya que asumían nuevos roles y responsabilidades. Es probable que algunas de estas funciones incluyeran la gestión del ganado y la participación en otras actividades económicas, como la artesanía.

Esto casaría con una ley redactada en el siglo VII d.C. que establecía que los individuos de más de diez años eran lo suficientemente mayores como para administrar las tierras y los bienes de su familia. Por lo tanto, una mayor interacción con los animales y una mayor contribución económica podrían haber justificado la dotación de animales o una mayor variedad de objetos en el funeral.

Aunque los niños eran socialmente distintos de los individuos de mayor edad, es evidente que se les cuidaba. Se les incluía en las parcelas de tumbas domésticas entre los grupos que practicaban la cremación.

Además, en ocasiones se enterraba a los niños junto a los adultos en lo que se conoce como "rito de enterramiento múltiple". El emparejamiento demográfico más frecuente era el de un bebé o niño y un adulto. Aunque no podemos asumir que los individuos encontrados en las tumbas múltiples fueran parientes consanguíneos. Lo más probable es que se enterrara a dos personas juntas por compartir atributos sociales, como las creencias ideológicas, o lazos de parentesco.

El arqueólogo Nick Stoodley ha sugerido que las responsabilidades de cuidado de los adultos se prolongaban hasta el "más allá". Esto podría explicar por qué este emparejamiento demográfico es el más habitual.

Mirando al futuro

Aunque los investigadores están empezando a prestar más atención a los niños de contextos altomedievales, el desarrollo de las técnicas osteológicas (que se utilizan para analizar los restos óseos) y los avances en los métodos de análisis nos permitirán conocer mejor a los miembros más jóvenes de la sociedad altomedieval.

Organizaciones como la Sociedad para el Estudio de la Infancia en el Pasado (SSCIP) defienden la investigación centrada específicamente en los niños del pasado y en el importante papel que desempeñaban en la sociedad.

El fomento de la investigación arqueológica centrada en los niños no solo permitirá conocer mejor a los niños de la Inglaterra altomedieval, sino también a los jóvenes de otros momentos de la historia.

* Kirsty Squires es pofesora asociada de bioarqueología en la Universidad de Staffordshire. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.


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La nueva publicidad infantil entra en los hogares a través de vídeos divertidos y cotidianos protagonizados por niños reales de carne y hueso.

Niños ‘influencers’( niños influyentes) y regalos de Navidad: 
¿dónde está el límite de la nueva publicidad de juguetes?. 
¿Niños Trabajadores en la Publicidad?. ¿...en la publicidad dirigida a sus coetáneos?

Llega la Navidad un año más y con ella la publicidad de juguetes. Más allá de los anuncios tradicionales, la nueva publicidad infantil entra en los hogares a través de vídeos divertidos y cotidianos protagonizados por niños reales de carne y hueso. Este artículo analiza el papel que están ocupando los kid influencers –niños influencers– en Youtube, por qué resultan tan atractivos y ofrece evidencias de su influencia.

El objetivo es hacer una llamada a una mayor regulación de este tipo de publicidad y, sobre todo, al fomento de una educación digital publicitaria en familia y en la escuela, la mejor y más útil herramienta que tenemos a nuestra disposición.


Los reyes del consumo de medios infantil

Youtube se ha convertido en el rey del consumo infantil, por encima de la televisión tradicional e incluso de las plataformas de streaming. Durante el confinamiento de 2020, el 78 % de los niños veían con asiduidad vídeos de Youtube. Ahora es la plataforma favorita de los niños entre 5-14 años, que pasan en ella una media de 85 minutos al día.

Dentro de este medio de comunicación es creciente la presencia de los llamados kid influencers. Son niños y niñas que graban actividades cotidianas (jugar, comer…) en vídeos de formato corto y divertido. Muchas veces, ayudados por sus padres y con contenido de marcas incluidos. Estos influencers tienen millones de visualizaciones e incluso están doblados en múltiples idiomas.

No consuma noticias, entiéndalas.

Algunos de los kids más populares en Youtube son El mundo de Ryan, con 30 millones de suscriptores (y que ha dado el salto a la televisión: en España lo podemos ver en Clan TV) o Sis and Bro, con más de 16 millones. En español, son muy conocidas Las Ratitas (24 millones de suscriptores) o Dani y Evan (3,16 millones), que han sacado incluso libros de sus aventuras.

Esta plataforma basa sus recomendaciones en algoritmos e insiste en el contenido que sabe que gusta a cada niño. Así, hace que nuestros hijos puedan pasar horas “pegados” a una pantalla viendo a otros niños abrir sobres sorpresa o jugar con sus juguetes en bucle. Horas y horas de los mismos impactos. Pero ¿saben los niños identificar que muchos de esos vídeos son publicidad?, ¿influyen en sus decisiones de compra?, ¿debemos ponerles límites?

Influencia probada: “Quiero eso”

La influencia de la publicidad en los niños es uno de los temas más trabajados desde la comunidad científica. 
Las investigaciones nos dicen que los niños a partir de cinco años empiezan a distinguir la publicidad tradicional de otro tipo de contenido. Pero hasta los 9-11 no comprenden correctamente la intención persuasiva de estos mensajes. Además, los niños en edad escolar pueden diferenciar la publicidad, pero no muestran resistencia cuando el mensaje persuasivo viene de sus redes de confianza o celebridades. Es decir, les influye más un contenido que viene de un influencer que de un spot tradicional.

La influencia de los kid influencers se produce en un proceso persuasivo de diferentes capas:

  1. Los niños quedan fascinados por una estética divertida e inmersiva que les hace tener una actitud positiva hacia el personaje y lo anunciado.

  2. Se crea una ilusión de intimidad que genera una relación especial con esos personajes en el tiempo (algo que se llama parasocial interaction).

  3. Se produce una identificación aspiracional con ellos, tal y como también sabemos que ocurre con los personajes de ficción seriada. De ahí que muchos padres y madres habrán escuchado a sus hijos decir “quiero eso” cuando ven este tipo de vídeos. Quieren tener lo que tienen ellos y, finalmente, ser como ellos.

Con la señalización no es suficiente

Aunque algunos de estos vídeos estén identificados como publicidad cuando hay una marca (no lo están todos), su influencia comercial sigue siendo predominante en unos niños que no tienen la madurez crítica necesaria para entender completamente un mensaje publicitario. Muchos de ellos ni siquiera saben leer de manera correcta, por lo que habría que armonizar una señalización que incluyera avisos orales, entre otras cuestiones. Es necesaria más regulación de este tipo de contenido publicitario por parte de las plataformas: reducir la presencia de marcas, las recomendaciones que hace el algoritmo y valorar qué tipo de productos es adecuado que se publiciten. Mención especial se llevarían, por ejemplo, la comida ultraprocesada que tan presente está en estos contenidos y que puede promover un estilo de vida poco saludable entre los pequeños, aunque no haya una marca concreta detrás.

Fomento del consumismo exacerbado

No podemos poner vallas al campo inmenso que es Youtube. Tampoco hay que alarmarse porque mucho del contenido de juguetes que ven es inofensivo, aunque de manera reiterada puede fomentar un consumismo exacerbado, especialmente en esta época del año, o no coincidir con los valores que quieren inculcar los padres.

Se recomienda ampliar el contenido que los niños pueden ver en Youtube y reducir o negociar el cambio de vídeos si han estado mucho tiempo viendo un tipo de contenido específico como los kid influencers. Sobre todo, es bueno sentarnos con ellos para reflexionar cuando aparezca una marca en ese contenido y reflexionar con ellos sus decisiones de consumo.

Por otro lado, es muy recomendable analizar este tipo de contenido en los colegios desde las primeras etapas de Educación Infantil, ya que la reflexión pausada con otros compañeros reforzará la actitud crítica y una auténtica alfabetización mediática que irá creciendo con los años.

Tal y como nos muestra la ciencia, los niños pueden aprender a entender la publicidad, también en los complejos escenarios en línea. Y es lo más efectivo que tenemos por el momento.

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N.R.: En todo esto hay  un trasfondo que recorre toda esta sociedad: estos fenómenos que "padecen" los niños, ¿no son similares a los que "disfrutan" los mayores de edad?. Usando indebidamente el concepto "infantilización"  hay estudios y se han hecho análisis similares sobre los adultos y la publicidad, en los que la posición de una parte no pequeña de la sociedad adulta se vería perfectamente y similarmente retratada. 
Si parte de la sociedad importante adulta no está madura para soportar, analizar y comprender la presión, los significados y la potencia persuasiva de la publicidad, por qué hemos de hacer lo "apropiado" con los niños, y no con los adultos?. 
Y si un ejemplo vale más que mil palabras,  qué pretendemos con sermonear, restringir a los niños..., si los adultos se dejan llevar, alucinan... con los anuncios igual que aquellos?.
¿No estará esta contradicción más allá de donde la estamos planteando?.

Otro punto importante es la perspectiva de niños trabajadores de estos niños influyentes.

El primer contrato de los menores extranjeros.

En solo un mes el cambio del reglamento de Extranjería lleva a más de 4.500 jóvenes inmigrantes a solicitar sus permisos de residencia y trabajo en España

El pasado mes de octubre, el Consejo de Ministros aprobó un cambio del reglamento de la ley de Extranjería que eliminó muchas de las barreras que impedían vivir y trabajar legalmente a los menores y jóvenes extranjeros que han migrado solos a España. Unos 15.000 chavales entre 16 y 23 años encontraban todo tipo de trabas, sobre todo para poder trabajar. Entre los requisitos para conseguir una autorización de trabajo, más allá de la de residencia, la ley les exigía ofertas de contrato de un año a jornada completa o medios propios de vida imposibles de alcanzar (hasta 2.000 euros mensuales). Desde que el cambio entró en vigor, la segunda semana de noviembre, conseguir autorizaciones de residencia y trabajo es mucho más fácil y rápido y las oficinas de extranjería han recibido una avalancha de peticiones. Cientos de jóvenes han empezado ya a enderezar su futuro en el campo, en fábricas o restaurantes.


Borja Zárraga es el director entusiasta de una compañía que, por lo que cuenta, va como un tiro. El grupo vasco Haizea Wind se dedica a la fabricación de molinos de viento que se exportan a los enormes parques eólicos del norte europeo. Ya les iba bien —facturan 200 millones de euros al año—, pero la apuesta de la UE por las energías renovables para salir de la crisis acaba de ofrecerles una oportunidad de expansión sin precedentes. Zárraga planea incrementar la plantilla y duplicar la capacidad de la fábrica, aunque hay un pero: no encuentra los trabajadores que precisa. “Si queremos crecer necesito profesionales muy específicos, formados y entrenados. Podemos buscarlos en otros sitios, pero nuestra apuesta es meter gente joven en la base con ganas de aprender, trabajar y profesionalizarse para que vayan subiendo”, explica el ejecutivo en la fábrica del puerto de Bilbao. “No importa de donde sean”.

En la sala de reuniones donde Zárraga proyecta el futuro de la empresa se encuentran Othmane, Bandja y Mohamed, tres chavales de 20 años de Marruecos, Guinea y Costa de Marfil, respectivamente, que llegaron a España en patera cuando eran unos críos. Hace unos meses ninguno de los tres tenía la esperanza de poder trabajar porque sus papeles no se lo permitían, pero ahora ellos y otros 10 jóvenes inmigrantes como ellos están a punto de incorporarse al engranaje de esta compañía de más de un millar de empleados. Formados en distintos cursos de FP, cobrarán 20.000 euros brutos al año como auxiliares de pintura y soldadura y serán uno más en el plan de carrera de la empresa. “Se habla mucho de los chavales que dan problemas, que claro que los hay, pero se habla poco de todos los que tienen un hambre por trabajar, por cumplir y por aprovechar la oportunidad, que es muy difícil encontrar en la gente joven hoy en día. Y es de admirar”, tercia Zárraga.

El pasado mes de octubre, el Consejo de Ministros aprobó un cambio del reglamento de la ley de Extranjería que eliminó muchas de las barreras que impedían vivir y trabajar legalmente a los menores y jóvenes extranjeros que han migrado solos a España. Unos 15.000 chavales entre 16 y 23 años encontraban todo tipo de trabas, sobre todo para poder trabajar. Entre los requisitos para conseguir una autorización de trabajo, más allá de la de residencia, la ley les exigía ofertas de contrato de un año a jornada completa o medios propios de vida imposibles de alcanzar (hasta 2.000 euros mensuales). Desde que el cambio entró en vigor, la segunda semana de noviembre, conseguir autorizaciones de residencia y trabajo es mucho más fácil y rápido y las oficinas de extranjería han recibido una avalancha de peticiones. Cientos de jóvenes han empezado ya a enderezar su futuro en el campo, en fábricas o restaurantes.

La Secretaría de Estado de Migraciones, impulsora de la reforma contra el criterio de Interior, mantiene que desde que la medida entró en vigor, el pasado 9 de noviembre, hasta la última semana de diciembre se han tramitado al menos 4.500 peticiones. De todas ellas, según fuentes de la Administración, cerca de 1.500 eran de menores y mayores de edad que no contaban con ninguna autorización, es decir, que estaban sin papeles. Migraciones no ha concretado el número de concesiones, pero aquellos que están acompañando los procesos administrativos destacan la rapidez con la que se están resolviendo los expedientes.

Mohammed Cissé ya tiene un contrato firmado con la empresa a la espera de que su permiso de residencia le autorice a trabajar.
Mohammed Cissé ya tiene un contrato firmado con la empresa a la espera de que
su permiso de residencia le autorice a trabajar. 
Fernando Domingo-Aldama

El contrato de Mohamed Cissé en Haizea Wind está ya preparado y firmado a la espera de que su permiso de residencia incluya la frase “autoriza a trabajar”. Tras el cambio del reglamento, solicitó la modificación de sus papeles, pero aún tendrá que esperar unas semanas hasta que se la tramiten. Está impaciente por poder enviar dinero por primera vez a su familia. “Joer, llevo haciendo prácticas desde 2019. Dos empresas me llegaron a ofrecer un contrato, pero me dijeron que no podían esperar a que intentase cambiar mis papeles. Podían tardar tres meses [en el mejor de los casos] y eso para una empresa es muchísimo”, cuenta. Mientras, la compañía le mantiene en prácticas y se ha comprometido a pagarle como a cualquier empleado contratado hasta que se incorpore.

A casi 1.000 kilómetros de distancia de la fábrica de molinos, en Jerez de la Frontera, Hamza Guerrouje, de 19 años, acaba de empezar a trabajar en una empresa que exporta losas hidráulicas al Reino Unido. Guerrouje era uno de esos chavales que tenía todas las papeletas para echarse a perder. Llegó a Melilla en 2019 y, aunque le tramitaron la residencia, entre burocracias y pandemias, nunca llegó a finalizar el trámite y tener su tarjeta de extranjero. Cumplió los 18 años, se quedó en la calle y escapó de la ciudad autónoma en los bajos de un camión a bordo de un ferri. Acabó en Barcelona malviviendo entre parques y casas okupas con su autorización caducada. “No encontraba trabajo, ni dónde comer, ni dónde ducharme. Fue bastante sufrimiento”, cuenta por videollamada.

Sin saber cómo salir del agujero, Guerrouje se marchó en busca de Michel Bustillo, el fundador de la ONG Voluntarios por otro Mundo que lleva años volcada en buscar oportunidades a los menores extranjeros que se hacen adultos en la precariedad más absoluta. Se mudó a Jerez y su decisión y el cambio de reglamento viraron su suerte. También un partido de fútbol.

El pasado 16 de octubre, tres días antes de la aprobación de la nueva norma, Alex Aguirre, socio de la empresa de losas Maitland & Poate Familia acudía a un trofeo benéfico de fútbol que él mismo organizaba. Aguirre se fijó en que nadie quería ponerse de portero y que bajo los palos acabó un chaval que no solo aceptó el encargo, sino que se tiró al suelo con cada balón que intentaban colarle. “Me llamó la atención porque más allá de ponerse en un sitio donde nadie quería, lo hacía lo mejor que podía. Y cuando terminó, de buen humor, se puso a saludar a todo el mundo”, recuerda Aguirre. “Y eso es justo lo que necesitamos, gente que se implique y ponga todo de su parte. Y no creas que es fácil encontrarlo. Es complicado encontrar a gente para determinados trabajos”. El chico de la portería era Hamza Guerrouje y aquel día, sin saberlo, firmó su primer contrato.

El precipicio de la mayoría de edad

La situación de los menores extranjeros que migran solos se complica en cuanto cumplen la mayoría de edad. En España la edad media de emancipación juvenil es de 29,5 años, una de las más tardías de Europa, pero los jóvenes extranjeros están obligados a buscarse la vida en cuanto llegan a los 18 años, cuando les expulsan de los centros de acogida. Mantener o lograr sus papeles, en el caso de que no se los hayan tramitado, es aún una de las principales trabas, además de continuar formándose, alquilar una casa y sustentarse cuando, en la mayoría de los casos, no se les permite trabajar. Algunos programas públicos, como el de la diputación de Bizkaia, o la labor de varias ONG, como la de Voluntarios por Otro Mundo, en Jerez de la Frontera, logran acompañar esa etapa crítica de transición hacia la vida adulta. Othmane, Bandja y Mohamed son tres de los 250 jóvenes que desde 2018 han pasado por el programa de inserción juvenil de la Diputación Foral de Bizkaia, enfocado sobre todo en su inserción laboral. Con esta iniciativa, los jóvenes han podido formarse en hostelería, soldadura, informática o fontanería y se les han gestionado prácticas remuneradas. Con el cambio del reglamento, la mayoría de ellos podrá trabajar

Cómo blindar la infancia de los niños artistas!.... O la Felicidad del Segundo Violín.

Las niñas, niños y adolescentes de menos de 16 años pueden trabajar legalmente en espectáculos y rodajes bajo fuertes controles de la autoridad laboral.
No hay problema y su capacidad para el trabajo está demostrada. 
El problema está cuando hay empresarios que no respetan a esos NNA ni esa legislación, y algunos padres que tampoco los respetan. 



Billy Elliot, Manolito Gafotas, Harry Potter o Anakin Skywalker. Lo que tienen en común estos personajes de ficción, en apariencia tan dispares, es algo evidente: todos fueron una vez interpretados por niños. Y algo que no lo es tanto: los actores que les dieron vida cobraron sus primeras nóminas cuando apenas empezaban la pubertad.

Los actores Liam Neeson (izquierda), el niño Jake Lloyd y Ewan McGregor, en ‘La amenaza fantasma’, de Star Wars

La mayoría de los países prohíben el trabajo infantil, pero el mundo del espectáculo es la excepción. Esta relación laboral, sumamente regulada, está sujeta a fuertes protocolos y medidas de seguridad. El objetivo es blindar la infancia para que los niños sean felices sobre los escenarios.

En España, el Estatuto de los Trabajadores prohíbe el trabajo infantil por debajo de los 16 años, pero levanta la mano en el caso de espectáculos públicos como única excepción. El Real Decreto 1435/1985, de 1 de agosto art. 2... (BOE» nº. 194, 14/08/1985) detalla en qué condiciones pueden trabajar estos niños artistas.

Por ejemplo, no pueden realizar horas extras, ni horarios nocturnos, o participar en espectáculos peligrosos. Un tutor o representante debe supervisar los rodajes y los ensayos y acompañar al menor. Los niños actores tienen que gozar de tiempo libre suficiente para continuar con normalidad sus estudios y no despegarse de la familia y los amigos. Ello justifica que gocen de “una serie de condiciones laborales especiales respecto al resto de los trabajadores, como más descansos o límites de jornada inferiores”, apunta Julio García Cantó, letrado del despacho García Carbonell Abogados.

Cada sector cuenta con sus propias reglas. Por ejemplo, en los teatros de Madrid, donde no es raro que los menores protagonicen musicales como El rey león o Billy Elliot, “los niños de 4 a 16 años no pueden trabajar más de cinco horas diarias, con ensayos incluidos”, explica García. También tienen prohibido “realizar dos actuaciones en un mismo día” y no pueden ser discriminados salarialmente “por razón de la edad”.



....Cuando Carlitos Alcántara apareció por primera vez en la serie de televisión Cuéntame cómo pasó (donde era protagonista), Ricardo Gómez, el actor que lo interpretó, tenía siete años. Representantes del Grupo Ganga, la productora de la serie, comentan que, en estos casos, deben seguir al pie de la letra las pautas que marca la autoridad laboral para que los jóvenes compaginen la faceta de actor con la de estudiante y niño. “Tuvieron maestros en el plató, pero el mérito de sus éxitos académicos y profesionales es exclusivamente suyo”, explica la productora. Además, en la Comunidad de Madrid, “los actores menores pueden grabar un máximo de cinco horas al día y con el límite de dos días por semana”.

¿Pueden firmar sus propios contratos? La cuestión trae debate. Patricia García, socia directora de Laboral de FILS Legal, aclara que el acuerdo de trabajo debe ser firmado por los padres en nombre del hijo. Solo es obligatorio el consentimiento complementario del menor “si tuviere suficiente juicio”, según dicta la ley. El problema estriba en saber qué se entiende por “suficiente juicio”. Los tribunales han tenido que decidir cuándo un menor puede considerarse maduro para que su opinión sea tenida en cuenta. Así, en el caso de niños muy pequeños (siete, ocho o nueve años), la potestad para firmar el contrato de trabajo “va a recaer exclusivamente en sus padres”, explica Patricia García, mientras que a edades de 11 o 12 años lo normal es que “se requiera también la firma del menor”.
Cotizar como artistas

En todo caso, la autoridad laboral mira con lupa que todo está en regla antes de conceder el permiso de trabajo, que siempre “tiene carácter excepcional”, recalca la abogada. Tras firmar el contrato, el menor pasa a ser un trabajador y a cotizar por ello, por lo que “se le da de alta en la Seguridad Social, en el régimen de artistas”, añade Jaime Garrido, socio director del despacho especializado en derecho del entretenimiento Visualiza Legal.

En este entramado legal, la cesión de la imagen de los niños es un asunto espinoso. No es raro que los actores, una vez adultos, se nieguen a que su imagen se siga asociando a una película que los encasilla, o a un anuncio que todos recuerdan.

La decisión, propia o parental, tiene difícil marcha atrás. Garrido aclara que, por lo general, a partir de los 14 años los menores pueden ceder voluntariamente su propia imagen.

En el caso de niños más pequeños, los padres o los tutores deciden por él. En opinión del abogado, esto significa que si el afectado, una vez adulto, reclama una indemnización por el uso de su imagen, “las acciones las tendrían que dirigir contra sus progenitores o los tutores legales”. El plazo para reclamar, además, es corto: cuatro años “desde que el legitimado hubiera podido presentar su acción civil contra cada intromisión ilegítima”.

Esto no significa que los pequeños estén a merced de los padres. El Ministerio Fiscal puede intervenir de oficio si considera que la integridad del menor que participa en un espectáculo o en una película está en peligro. “Si la utilización de la imagen o el nombre del menor en los medios de comunicación menoscaba la honra o reputación del menor, no será válida la autorización prestada por él o por sus representantes”, agrega el abogado.

Además, contratar a niños sin seguir los protocolos puede desembocar en importantes sanciones. La ley califica estos comportamientos como muy graves, resalta Julio García Cantó, por lo que las multas para las productoras “pueden ir desde los 49.181 hasta los 983.763 euros”.


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