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¿Es posible acabar con la trata infantil en España?,

Desarrollamos una herramienta que nos permite estimar las cifras 
y fijar criterios comunes para su definición. 

Todos nos echamos las manos a la cabeza cuando leemos noticias como estas: “Liberadas en Sevilla dos niñas rumanas vendidas por 1.700 euros”, “Desarticulada una red de explotación de menores que captaban las víctimas en Huelva. La Guardia Civil detiene a nueve miembros de la organización por trata de seres humanos con fines de explotación sexual y corrupción de menores”.

Y a la vez nos preguntamos: ¿cómo es posible que siga habiendo explotación de niños y niñas en nuestro país?, ¿es posible acabar con la trata de seres humanos?,

Los niños y niñas también son víctimas de trata

Los datos y las estadísticas nos cuentan la historia oficial, y esta es que la trata estaría principalmente protagonizada por mujeres víctimas de explotación sexual, identificadas en contextos de prostitución. Sin embargo, la historia real de la trata es otra, y los niños y niñas explotados también son víctimas.

Desconocer ese aspecto nos lleva a desvincular a la infancia de la trata de personas, aunque poco a poco vamos teniendo conocimiento de esa realidad gracias a las entidades que se ocupan de las víctimas, o incluso a través de los medios de comunicación. Cada vez son más frecuentes noticias sobre niños retenidos por adultos, informaciones que los implican en adicciones y tráfico de drogas, o en “relaciones románticas destructivas”, aunque todas ellas con un mismo patrón: no incluyen referencia alguna a la trata de seres humanos.

Lo que mejor define a la trata de seres humanos es la explotación de la vulnerabilidad de una persona concreta, más allá de la edad. Ya sea por una red criminal, su propia familia, un supuesto novio o una compatriota, se va a aprovechar la situación de la víctima para cubrir una demanda y sacar un beneficio económico.

Puede ser a través del servicio doméstico, en clubs de prostitución, con la mendicidad organizada, el transporte de drogas, en el campo o en un taller. En cualquiera de estos casos, lo que tienen en común sus víctimas es que han perdido el control sobre sus vidas y están controladas por quienes los explotan.

Una herramienta para la estimación de las víctimas 

Convencidos de la importancia de los datos para mejorar cualquier situación, desde UNICEF estamos trabajando, junto al Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM) de la Universidad Pontificia Comillas, para que la historia de la trata en España tenga unas cifras y un lenguaje común.

Es necesario que las distintas culturas profesionales de quienes luchan para erradicarla y trabajan con sus víctimas, manejen los mismos criterios a la hora de definir qué se considera “explotación”, “víctima”, “modos de captación”, etc., todos ellos conceptos que determinan que una persona sea considerada o no víctima de trata y, por tanto, tenga que ser protegida y sus derechos reconocidos.

Para generar datos que aporten a esta historia que queremos contar, hemos desarrollado una herramienta de estimación de víctimas según las recomendaciones de la Agencia de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que ya se ha utilizado en países de nuestro entorno.

Para probarla, hemos observado los datos disponibles de la Comunidad de Madrid*, y en este contexto la herramienta revela que apenas se estarían atendiendo el 26% de personas vinculadas a procesos de trata, dejando al 74% restante oculto o invisible a los ojos de las organizaciones, autoridades y de la sociedad en general.

En lo que respecta a los niños, niñas y adolescentes, entre 2015 y 2019 los distintos organismos y entidades detectaron a 85 víctimas menores de edad; sin embargo, los cálculos estiman que ese número ascendería hasta los 571 en la Comunidad de Madrid, lo que significaría que no hemos sabido mirar a 486 niños y niñas que estaban siendo explotados.

La tecnología utilizada para aumentar la protección  

La tecnología tiene un papel cada vez mayor en la explotación de personas. Los tratantes utilizan las redes sociales como método de captación de personas, una nueva forma de explotación online que ha surgido con fuerza, y las transacciones monetarias ligadas a la explotación se hacen con tecnología imposible de rastrear, lo que impide la persecución de los delincuentes.

Sin embargo, la tecnología también puede estar a nuestro favor para cubrir lagunas y abordar algunos de los numerosos retos que se nos plantean. Así, frente a las dificultades que muchas de las víctimas enfrentan, como la protección de sus datos, probar la filiación de sus hijos, abrir una cuenta bancaria como solicitante de asilo, etc., la tecnología nos brinda posibilidades para reforzar a la persona como titular de sus datos y facilitar la autogestión de su identidad.

A través de una nueva plataforma creada con tecnología blockchain y puesta a disposición de todos los agentes claves en la lucha contra la trata y la atención a sus víctimas, pretendemos aumentar la protección de toda esa información personal tan delicada, sobre la que solo podrán mandar las víctimas. 

Conocer los datos reales es clave para acabar con la trata 

Volviendo a la pregunta inicial, podemos decir que la explotación de seres humanos está claramente imbricada con la forma en que nuestras sociedades y economías se organizan, y no parece fácil acabar con ella si seguimos con la lógica de cubrir servicios con mano de obra barata y sin derechos.

Sin embargo, podríamos afirmar que el principio del fin de la trata pasa por poder contar la historia completa, ya que solo conociendo la realidad a la que nos enfrentamos podremos adoptar medidas para frenar la explotación y proteger a las víctimas. ¡Y en esa dirección estamos trabajando muchas organizaciones como UNICEF!

Sirva este post también para agradecer a todos aquellos que han compartido su experiencia y formas de hacer las cosas, junto a los que hemos estado trabajando para conseguir ese lenguaje común. Los espacios de reflexión conjunta y la innovación tecnológica también son fundamentales en la lucha contra la trata de personas y la adecuada atención a sus víctimas.

*Datos proporcionados por Fiscalía, Guardia Civil, CITCO y entidades que atienden a víctimas.

"Ventanas" novela a partir de 14 años que denuncia la guerra y sus destrozos en la infancia: los niños soldados entre ellos.

Una denuncia de la indefensión de la infancia en los conflictos armados 
y el drama que convierte a los niños en soldados. 


Cuando se impone la dictadura del miedo, las ventanas no sirven para dejar entrar la luz, para ver, se convierten en ojos que nos vigilan.

Finalizada la guerra, un grupo de hombres armados detiene inesperadamente a los padres y tíos de Bruno y Silvina. Cuatro niños y un bebé se quedan solos e indefensos en la casa que comparten sus familias, abandonados a su suerte en una ciudad hostil en la que los ciudadanos se vigilan unos a otros desde las ventanas.

Bruno y Silvina, acompañados por el fantasma de la pequeña Alicia, desaparecida en un bombardeo, luchan por sobrevivir, cuidar del bebé, de sus primos pequeños y encontrar a sus padres, pese a que la cobardía de vecinos, allegados y desconocidos los va empujando a un callejón sin salida.

La falta de solidaridad hace de los débiles un blanco fácil. Basta un paso en falso para reducir nuestras expectativas de la vida a la estrechez de la mirilla de un fusil. 

Critica:
"Tal vez el lector, sumergido en esta historia inquietante, cautivadora, impecablemente escrita, decida poner nombres a las cosas y buscar geografías concretas. Le invitaría a hacerlo, aunque la visión de lo que vaya descubriendo a un lado y otro de las ventanas le conmueva y le sobrecoja. Un libro muy necesario." Alfredo Gómez Cerdá.


Día contra el uso de los niños y niñas en las guerras.

El 12 de febrero del 2002 entró en vigencia el Protocolo Facultativo de ONU que condena el uso de niños y adolescentes menores de 18 años en cualquier conflicto armado. Hasta el momento, más de 100 Gobiernos han ratificado dicho Protocolo. Pese a ello, muchos grupos armados y también ejércitos gubernamentales legales en muchos países siguen reclutando y usando a niños y niñas soldado. A muchos de ellos se los recluta por la fuerza y después, ya no pueden salir de su unidad armada. La mayoría de los niños soldado tiene entre 15 y 18 años de edad. No obstante, en varios conflictos, se han reclutado niños de no más de 9 años. Muchos otros niños viven y crecen en zonas de guerra, y si no se unen a un grupo armado “por su propia voluntad”, sus posibilidades de sobrevivencia son muy escasas. Para conmemorar este importante paso y a fin de garantizar el derecho a la protección de conflictos armados para todos los niños, la Coalición Internacional contra el Uso de Niños Soldado ha proclamado el Red Hand Day o el Día de la Mano Roja.

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Manual para la atención a situaciones de Maltrato Infantil.

Gancedo Baranda A, editor
Editorial Grupo 2 Comunicación Médica; 2021
D.L.: 09/240051.9/21
ISBN: 978-84-123334-0-4 


Prólogo
Es un privilegio poder prologar esta 2.ª edición del Manual para la atención a situaciones de maltrato infantil. Este manual ha sido elaborado por el Grupo de Trabajo de Atención al Maltrato Infantil de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP) y creo contribuirá a la mejora en el diagnóstico y manejo de los niños víctimas de maltrato, en los Servicios de Urgencia de nuestro país.

El maltrato infantil (MTI) está muy presente en nuestra sociedad y genera siempre sufrimiento, en ocasiones lesiones de gravedad, e incluso muertes, y muchas veces secuelas de por vida. Sus diferentes formas de presentación, muchas veces sutiles, hacen difícil su diagnóstico, por lo que es preciso mantener un alto índice de sospecha y disponer de recursos que faciliten su manejo. La protocolización del proceso para establecer la sospecha de maltrato, y las actuaciones a llevar a cabo, es una de las claves para ofrecer una atención adecuada a los niños que consultan en cualquier ámbito sanitario y más concretamente en urgencias. 
En los Servicios de Urgencia muchas veces no disponemos de la suficiente información sobre la salud global del niño y de su entorno social, pero sí de los medios para el diagnóstico e inicio de los trámites que garanticen la protección de los niños, niñas y adolescentes (NNA). Por este motivo, es preciso contar con documentos que  faciliten la identificación de los casos sospechosos y el manejo global del maltrato infantil, adaptados al ámbito de urgencias. 

Esta nueva versión aborda los diferentes tipos de maltrato, pero añade nuevas formas como la violencia
de género en adolescentes y la vinculada a las nuevas tecnologías.
También detalla cómo realizar y registrar los datos de una adecuada historia y exploración física,  la redacción de informes y comunicación de los casos, además de otros muchos aspectos, como la normativa legal, la prevención, el autocuidado de los profesionales que atienden estos casos, etc. 
En definitiva, aporta un documento de referencia para los profesionales que atienden las urgencias pediátricas. 

Por último, y no por esto de menor importancia, agradecer a los miembros del Grupo de Trabajo de Atención al Maltrato Infantil de SEUP la labor desarrollada, no solo por la elaboración de este manual,
sino también por la labor de investigación y docencia que viene desarrollando
todos estos años.

Deseo que esta obra tenga una gran difusión, ya que estoy seguro contribuirá a incrementar la detección
del maltrato en urgencias y facilitará las complejas gestiones que en ocasiones es preciso realizar en estas situaciones. 

Dr. Javier Benito Fernández
Jefe de Servicio de Urgencias de Pediatría - Hospital Universitario Cruces
Profesor Asociado del Departamento de Pediatría
de la Universidad del País Vasco (UPV)
Presidente de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP)

Gancedo Baranda A, editor. Manual para la atención a situaciones de Maltrato Infantil.
Editorial Grupo 2 Comunicación Médica; 2021
D.L.: 09/240051.9/21
ISBN: 978-84-123334-0-4 


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¿Y si enseñamos a gestionar el fracaso, la frustración y el éxito?.

Toda la enseñanza debería ser como la educación infantil.
Atribuyen al escritor Charles Dickens la siguiente sentencia: 
«Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender»
Sin embargo, los fracasos habitualmente se esconden porque suelen estigmatizar. 
Esta forma de actuar obedece a muchos factores, que van desde ser una cuestión cultural, 
a un rasgo de debilidad tanto individual como colectiva.
La escuela, en todas sus etapas, debe abordar con decisión la educación 
en la gestión del éxito y el fracaso personal, y de los escenarios de frustración y de egocentrismo. 
La familia, es decir, la sociedad, también


Sea cual sea el motivo para ocultar una situación de fracaso, lo importante es que actuando así no se consigue normalmente aprender nada de esa vivencia. Si volvemos a las citas, nadie podrá afirmar que desconoce esa de «el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra». Y esto casi siempre es consecuencia de no asumir el fracaso para poder aprender, reflexionando para ello con calma y sinceridad interna.

En la vida, nuestros jóvenes fracasarán muchas veces y lograrán el éxito en pocas, como le ha ocurrido a sus mayores. No obstante, orientamos la enseñanza a castigar el fracaso y le cerramos fácilmente las vías de progreso a quienes tropiezan en algún momento. Es consecuencia de un modelo basado en evaluaciones sumativas y no en modelos formativos. Se trata de acumular aprobados mucho más que de ayudar a descubrir las carencias que están detrás de cada «suspenso». Y con esta forma de enseñar no sólo desperdiciamos el gran potencial que tiene cada persona sino que engañamos a la inmensa mayoría porque acaban asumiendo que se trata de no fracasar y eso, obviamente, lleva aparejado que piensen que es mejor no hacer, no arriesgarse, no probar. Les enseñamos a autocensurarse.

Es más, en demasiadas ocasiones hemos escuchado como padres y madres mensajes de los docentes como “pregunta demasiado e interrumpe la clase”. Y seamos sinceros, tampoco son muchos los padres y madres que encajan con serenidad una sucesión de preguntas del tipo “y por qué…”. La primera ni se cuestiona, se suele responder de forma automática. Las siguientes pueden incluso parecer graciosas, pero pronto aparece el pensamiento de “no se callará” o de “a ver si encuentro la respuesta que lo calle”. Tarde o temprano sucederá el cierre brusco de la situación, enviando un mensaje al menor en el sentido de “preguntas demasiado”, es decir, que le decimos con nuestra actuación que debe preguntar menos si no quiere enfadarnos. Listo, círculo cerrado. Ese camino lleva a que deje de preguntar.

Toda la enseñanza debería ser como la educación infantil
Cuando me han preguntado sobre cómo pensaba que debía ser la enseñanza, siempre he respondido que como la educación infantil. Las más de las veces me han respondido que eso es imposible, confirmando con ello también lo que decía antes de la autocensura. Como es difícil cambiar el sistema, es más fácil decir que es imposible.

Recordarán que está demostrado -no es una opinión- que los primeros años de la vida son un periodo de aprendizaje constante. Es una etapa vital que marca el resto de nuestras vidas, y que se desarrolle en ambientes ricos de experiencias es imprescindible.

Sin entrar ahora en otras consideraciones, me interesa visibilizar cómo aprenden los bebés y los menores en sus primeros años. Utilizan la técnica del ensayo y el error, aprendiendo de este último siempre. No tienen miedo al fracaso porque no lo conocen, nadie les ha enseñado todavía a quedarse en quietud para no fracasar. Gracias a eso, nuestra especie ha evolucionado y evitado su desaparición. Recuerden, por ejemplo, a Edison y su célebre respuesta sobre el invento de la bombilla: “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”.

Pero cuando vamos creciendo, nuestra sociedad se empeña en frenar esa ansia por aprender y estropea las oportunidades de aprendizaje de la inmensa mayoría. Les contamos a los y las estudiantes en la escuela, a nuestros hijos e hijas en la familia, que existe el fracaso, y que lo deben evitar para no ser objeto de señalamiento negativo. Es decir, fastidiamos el invento.

Fracasar es inevitable. Siempre habrá dos o más personas que piensen en la misma dirección, tengan iniciativas coincidentes, busquen las mismas salidas a las situaciones que vivan conjuntamente, pugnen por los mismos puestos en algún trabajo o experiencia vital, ansíen ocupar las mismas responsabilidades… Y solo habrá una persona “ganadora” en esa carrera por conseguir lo deseado. El resto fracasará, o eso pensará. Habrá quien se reponga rápido y quien no, pero seguro que no conseguir lo ansiado generará frustración en mayor o menor medida. Quien la sienta con fuerza se paralizará, e intentará evitar el volver a tomar cualquier decisión que le pueda conducir a un escenario de posible fracaso. Con carácter general enseñamos a evitar el fracaso en lugar de aprovecharlo, y además no preparamos para afrontar la frustración y superarla. No es que lo hagamos muy bien que se diga.

Debemos entonces estar haciéndolo bien con la gestión del éxito individual
Ya que ponemos tanto énfasis en que se logre el éxito individual y se esquive por todos los medios el fracaso -habría que definir muy bien qué se entiende por ambas cosas-, deberíamos ser una sociedad muy bien enfocada a educar para gestionar adecuadamente ese éxito. Pero resulta que tampoco ocurre esto. Cuando alguien “triunfa” en algo, pocos nos apresuramos simplemente a reconocerlo y felicitarlo. Siempre hay quien se dedica a sufrir envidia hacia la persona que ha triunfado -no sana en demasiadas ocasiones-, y también quien se afane en buscar razones que argumenten -sean ciertas o no- que su éxito se debe a la casualidad o la influencia de terceros que estaban interesados en que ello ocurriera. Esto último busca en el fondo justificar no haber sido la persona que aparezca como triunfadora, al seguir pensando en ser la verdadera merecedora del éxito ajeno, algo que se ha evitado injustamente según su parecer. Siempre he dicho que se debe distinguir entre argumentos y excusas.

La persona triunfadora estará muy contenta, obviamente, pero muchas veces no sabrá exactamente a qué se debe realmente su éxito. Casi nunca es una cuestión sencilla de descubrir, por no ser habitualmente una simple relación directa entre lo hecho y el resultado obtenido. En un éxito suelen influir múltiples factores y, si no se analizan bien, es improbable que el éxito pueda repetirse salvo por casualidad. Hagámonos, por ejemplo, una sencilla pregunta: cuando dos personas pugnan por ascender a un puesto de mayor responsabilidad, quien lo consigue ¿ha acertado más en su propósito que la persona rival, o ha sido ésta la que ha fallado más que la agraciada sin que ésta última haya sido especialmente brillante?

Atribuyen a Séneca la siguiente sentencia: «Una persona inteligente se repone pronto de un fracaso. Un mediocre jamás se recupera de su éxito.» Y les sonará más “de éxito también se muere”. Cuando apostamos por no analizar los éxitos obtenidos, lo hacemos a la vez también por aceptar una falsa sensación de inteligencia en muchas personas que son mediocres pero que, por razones que desconocen, obtuvieron éxito en alguna actuación que realizaron. Esa forma de actuar va generando “bombas de relojería” que tarde o temprano estallan, y no siempre de forma inocua. Es más, seguro que han escuchado -sobre todo en la política- eso de “si tienes un problema con alguien, patada para arriba y que el problema vaya para otro sitio”. Explicaría esto en parte la cantidad de mediocres que llegan a ocupar cargos de alta responsabilidad, por ejemplo en la política. Y de que no educamos bien para gestionar el éxito -sin salir del ejemplo de la política- es prueba lo sucedido con líderes que aparecieron como exitosos porque sus formaciones políticas alcanzaron niveles de respaldo que inicialmente nadie hubiera imaginado; algunos ya no están al frente de las mismas y sus partidos han bajado tan rápidamente como subieron a los altares. Siempre se ha dicho que lo difícil no es tanto llegar como mantenerse.

Cambiemos la situación a futuro
Nadie con algo de sentido común pensará que se puede reeducar a personas de mediana edad, supuestamente exitosas, que son mediocres tanto en su fuero interno como en su exposición pública. Piensan que sus habilidades les han llevado a estar en esa situación de éxito, sin pararse quizás a pensar -o a reconocer- que son los errores ajenos los que han podido causar que estén en esa posición. Pero lo que nadie debería dudar es que podemos hacer las cosas de otra forma para las siguientes generaciones, tanto para las que están ahora en los centros educativos como para las que lleguen en el futuro.

En mi opinión, debemos dar más protagonismo a la educación emocional y al análisis crítico de cuanto nos rodea. Solo con personas que tengan, como se suele decir, la cabeza bien amueblada, conseguiremos superar estos escenarios de mediocridad que nos invaden constantemente. Por ejemplo, cuando nos preguntamos cómo existen tantas personas dispuesta a creer en bulos, difundirlos, e incluso a generarlos personalmente, deberíamos asumir que hemos educado personas con carencias que les llevan a no saber analizar los mensajes que reciben.

Recuerden, les hemos enseñado a que preguntar -cuestionar- no es deseable. A que enfrentarse a probar cosas distintas a las que les ofrecemos es un camino que debe abandonarse. A que asuman lo que se les diga y guarden silencio.

La escuela, en todas sus etapas, debe abordar con decisión la educación en la gestión del éxito y el fracaso personal, y de los escenarios de frustración y de egocentrismo. La familia, es decir, la sociedad, también. No es una cuestión baladí. Generar personas bien formadas en el plano individual, además de ayudarlas a mejorar su transcurso vital, nos permite construir escenarios positivos hacia el bien común. Y necesitamos avanzar en esto último de forma decidida porque tenemos cada vez más una sociedad individualista, egoísta y despreocupada de los problemas ajenos. No estamos construyendo sociedad, sino burbujas artificiales de grupos e individuos aislados, muy manejables por quienes muevan los hilos, por su falta de análisis crítico y de resiliencia ante el posible fracaso.

Y esto debe cambiar. Hay que sacar a todo el mundo de su zona de confort, porque de lo contrario seguirán disfrutando de privilegios inmerecidos quienes simplemente los han heredado. Necesitamos personas con ideas propias, con capacidad para argumentarlas y defenderlas, con coraje para hacerlas realidad y cambiar la sociedad actual por otra en la que tanto nuestros aciertos como nuestros errores sean siempre oportunidades para aprender y crecer. Se trata de orientar todo el sistema social y educativo a educar con mayúsculas.

“…pero crecerás, te harás mayor, y tendrás tus ideas, las mías o las de tu padre, y te darás cuenta de que son mucho más de lo que parecen, de que son una manera de vivir, una manera de enamorarse, de entender el mundo, no tengas miedo de las ideas, Julio, porque los hombres sin ideas no son hombres del todo, los hombres sin ideas son muñecos, marionetas o algo peor, personas inmorales, sin dignidad, sin corazón…”, Almudena Grandes, El corazón helado.

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Explotación Sexual de la Infancia y la Adolescencia(ESIA), España a examen, VI Seminario ESIA/FAPMI.

[Descargar Programa en .pdf]

[Programa y ponenetes]

   El Comité de Derechos del Niño en su informe de 2018 sobre la aplicación de la Convención de los Derechos del Niño en España, puso de manifiesto diferentes preocupaciones en materia de violencia contra la infancia y la adolescencia, incluyendo la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, instando al país a implementar medidas para hacerle frente.  Desde entonces, se han producido algunas mejoras, especialmente a nivel jurídico que aumentan la protección de la infancia y la adolescencia frente a la ESIA, como por ejemplo la aprobación de la tan esperada Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI).  Con el nuevo examen por parte de este organismo a España que tendrá lugar nuevamente en 2023, buscamos, con este seminario, analizar los avances que han acontecido en nuestro país en el contexto del abordaje de la explotación sexual de la infancia y la adolescencia, pero también los retos para seguir avanzando en la protección efectiva de los derechos de niños, niñas y adolescentes. 

Fecha y formato

25 y 26 de noviembre de 2021

ONLINE a través de la Plataforma Zoom

Personas destinatarias

Este seminario se dirige a profesionales y estudiantes de las distintas disciplinas afines al ámbito infantil y adolescente, organizaciones que trabajan en el contexto de la protección a la infancia y la adolescencia y al público general sensibilizado con esta realidad.

Inscripciones

Gratuitas, requiere inscripción previa.

Aforo: 250 personas por orden de inscripción. 

Acceso e inscripciones a través de: https://forms.gle/HG3hCx9SNV94bs7F9

Secretaría técnica

Jessica Rodríguez García, Responsable dl Área de Gestión de la Información y el conocimiento, FAPMI-ECPAT España.
jessica.rodriguez@fapmi.es  


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Informe de ejecución del Comité de Lanzarote - Procesos de implementación.

del Comité Lazarote.

El informe aborda muchos aspectos del tema sumamente relevante de la violencia sexual contra los niños facilitada en línea y contiene recomendaciones para las Partes sobre cómo abordar los desafíos y corregir las deficiencias identificadas. 
El informe también incluye en su análisis las ideas y sugerencias de los propios niños.

El Comité también adoptó 3 informes de cumplimiento en el contexto del seguimiento dado por las Partes a su ronda de monitoreo urgente sobre "Protección de los niños afectados por la crisis de refugiados de la explotación y el abuso sexuales"
Estos informes se refieren a las Recomendaciones sobre el intercambio de información sobre sensibilización (R17), líneas telefónicas de ayuda a los niños víctimas (R32) y niños desaparecidos transfronterizos (R35), que pronto estarán disponibles en la página web del Comité de Lanzarote. 

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IX Jornada Prevención y Atención al Maltrato Infantil desde los Servicios de Emergencias

Atención de emergencias a niños, niñas y adolescentes en situaciones de extrema vulnerabilidad: la importancia de la detección precoz.

Dirección General de Emergencias y  Protección Civil 
y Área de Gobierno de Portavoz, Seguridad y Emergencias.



26 de Noviembre, 9,00h.

Sede Central del SAMUR-Protección Civil
Ronda de las Provincias, 7, Casa de Campo (Madrid).


AFORO LIMITADO 200 Plazas. 


Prevención y atención al maltrato infantil

Un año y medio después del inicio de la pandemia por Covid-19, varios estudios han puesto de manifiesto las secuelas que los niños, niñas y adolescentes padecen tras las situaciones de confinamiento y de restricciones sociales y sanitarias durante una de las peores catástrofes naturales sufridas en la era contemporánea.

A los ingentes retos sanitarios planteados por la pandemia, se han sumado otras situaciones dramáticas en nuestra zona geográfica, como los problemas de acceso a los servicios causados por el temporal Filomena en Madrid, la avalancha de migrantes menores de edad o la crisis humanitaria de Afganistán. Expertos y diversas instituciones y asociaciones han expresado en diferentes momentos su preocupación por la vulneración de derechos de la infancia durante estas crisis, una inquietud que se ve agravada en colectivos especialmente vulnerables, como el de las personas con discapacidad.

Los diferentes agentes sociales en contacto con la infancia tenemos la obligación legal, ética y profesional de actualizar nuestros conocimientos y prácticas con el objeto de garantizar el cumplimiento de unos derechos reconocidos en la Convención de Derechos del Niño de Naciones Unidas.

Una formación insuficiente en cuestiones técnico-sanitarias tendrá un impacto negativo importante, pero éste se acrecienta enormemente si el profesional desconoce los recursos disponibles, la red de apoyo a nivel local y nacional, la legislación actual o no ha adquirido competencias interculturales, absolutamente necesarias en la actualidad.

Con esta jornada pretendemos actualizar parte de esta necesaria información y formación para garantizar una adecuada atención a nuestros niños, niñas y adolescentes.

 Documentación asociada

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35.000 niños y adolescentes fueron asesinados en Brasil en cinco años.

Unos 35.000 niños y adolescentes perdieron la vida de forma violenta en Brasil entre 2016 y 2020, lo que supone un promedio de 7.000 víctimas de asesinato por año en esta franja etaria, según un estudio divulgado el 22 de octubre.

Foto EFE
De ese total, más de 31.000 víctimas eran adolescentes entre los 15 y 19 años, pero los casos que más han aumentado son los de menores de 4 años de edad, con un crecimiento del 27 % entre 2016 y 2020. Y 45.000 violaciones al año.

Los datos corresponden a un estudio adelantado conjuntamente por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Fórum Brasileño de Seguridad Pública.

De acuerdo con la investigación, las causas de las muertes cambian de acuerdo con la edad. Mientras los niños suelen ser víctimas de violencia doméstica y pierden la vida a manos de agresores conocidos, en su mayoría familiares cercanos, los adolescentes mueren lejos de sus casas, víctimas de la violencia armada urbana y del racismo.

Un factor que resalta el estudio como una señal de alerta es que, si bien las muertes letales han disminuido en los últimos años, luego de tener el mayor pico entre 2016 y 2017, los asesinatos de menores de 4 años de edad han crecido.

Entre 2016 y 2020 fueron identificadas al menos 1.070 muertes violentas de niños de hasta 9 años de edad, pero solo en 2020, cuando la pandemia de la covid llegó a Brasil y obligó a que las familias permanecieran en sus casas para evitar la transmisión del virus, 213 menores de esa franja etaria fueron asesinados.

La mayoría de los casos fue de menores de 4 años, que pasaron de 112 víctimas fatales en 2016 a 142 el año pasado.

"En el total de niños hasta los 9 años asesinados, el 56 % eran negros, el 33 % eran niñas, el 40 % murieron dentro de sus casas, el 46 % de las muertes fue por arma de fuego, el 28 % por uso de armas blancas o por agresión física", señala el estudio.

La investigación también destaca las muertes de niños y adolescentes entre los 10 y los 19 años a manos de la Policía. Solo en 2020 fueron 787 víctimas de esta franja etaria, unas dos por día.

UNAS 45.000 VIOLACIONES POR AÑO

De acuerdo con el estudio, los casos de violencia sexual se dan principalmente en la infancia y al comienzo de la adolescencia.

La falta de datos sobre este tema en 2016 limitó la investigación a cuatro años (2017-2020), en los que fueron registrados 179.277 casos de violación con víctimas de hasta 19 años, un promedio de 45.000 casos por ano.

Según la investigación, la mayoría de las víctimas eran de sexo femenino, principalmente con 13 años de edad, mientras que, para los niños, los crímenes son cometidos principalmente en su infancia (entre los 3 y lo 9 años).

"No es amor": un análisis sobre la violencia de género entre adolescentes, publicación Save the Children.


Observaciones
Esta publicación ha sido elaborada con base en el estudio previo «Investigación sobre violencia de género en la adolescencia» de Ana García Díaz y Manuela de Gaspari de la consultora CBDE.

La normalización de la violencia de género y la repetición de roles sexistas se mantienen también entre adolescentes, según el último informe de Save the Children: ‘No es amor’
Han analizado las políticas, estudios y datos existentes en España sobre violencia de género entre adolescentes y ha constatado que las niñas y jóvenes menores de 18 años quedan en gran medida fuera del foco de las campañas y recursos contra la violencia de género, pero también de las centradas en la prevención de la violencia hacia la infancia y la adolescencia, produciéndose una mayor invisibilización de sus circunstancias.

La adolescencia es un periodo fundamental en el desarrollo humano, vital en la conformación de la identidad y la personalidad; un periodo de actividad cerebral solo comparable al de la primera infancia. Cualquier experiencia traumática o de violencia vivida en este periodo puede tener consecuencias en la conformación de modelos, roles y patrones en la vida adulta.

Por ello, en Save the Children quieren abordar las relaciones y la violencia en la adolescencia. En este informe pretenden arrojar algo de luz sobre la violencia de género entre adolescentes, para conocer no solo los números, sino también su naturaleza y sus mecanismos, así como de qué manera debemos abordarla para lograr su erradicación. 

Trabajar con los y las adolescentes es fundamental para que dejen de normalizar roles y relaciones que perpetúan la desigualdad y la violencia, y que consideren deseable y beneficiosa la igualdad de género.

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