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«La presentación entre la familia biológica y la familia de acogida. Una necesidad a corto, medio y largo plazo», Renovando desde Dentro, nº12


Antes de empezar quiero pedir disculpas, porque la herramienta que voy a presentar parte de la experiencia en acogimiento familiar y en adopciones abiertas. Pondré muchos ejemplos de casos de acogimiento familiar, con el propósito de transmitir como mensaje que la mesa del cambio requiere que primero todos y todas sus protagonistas se conozcan, se pongan cara, como primer paso para poder más adelante empezar a pensar juntos en cómo ayudar a los chicos y chicas.

Un mini-ejemplo real de hace menos de un mes y medio …

Hola Alberto, buenas noches. Te agradecemos mucho tus palabras porque no estamos habituados a que nadie nos explique ni cómo está nuestra hija ni mucho menos cómo nos sentimos nosotros.

Te voy a dar una alegría. Hoy la visita ha sido estupenda. María nos ha hablado de José y Marián (la familia de acogida con la que está empezando a salir poco a poco) y estaba muy orgullosa de la tarta en forma de corazón que les ha preparado. Ha sido muy natural y no se ha agobiado como otras veces. Le hemos dicho que nosotros mañana les íbamos a conocer y que, como ella, teníamos un poco de mariposas en el estómago.

Se ha sentido relajada y hablando con normalidad, lo que nos ha dado paz y cierta tranquilidad en la visita. Le hemos visto muy bien creo que se sintió a gusto ayer. Y eso para mí es todo.

Este mensaje de una madre biológica que no puede cuidar de su hija viene a dar continuidad a las preguntas que en el artículo de hace un año “Diseñando la mesa del cambio” [1]escribía…

Quiénes deben participar en la intervención especialmente planteando si las familias negligentes y/o desprotectoras pueden y deben participar en el cambio de sus hijos e hijas.
Cómo debe ser esa intervención: si se debe priorizar el trabajo individual con los chicos y chicas, o si se debe privilegiar la participación tanto de las familias que han generado el daño como las familias de acogida y adoptivas.
Y qué papel deben tener los profesionales que participan en esa mesa.

El mensaje de esta madre biológica, que podría ser cualquier madre de cualquier sistema de protección que no puede cuidar de su hija, sorprende porque transmite que hay otra mirada posible en el sistema de protección, una mirada que no se centra en lo que los profesionales deben hacer, sino en cómo ayudar a que los chicos y chicas atendidos puedan contar con la implicación, colaboración y participación de sus familias: tanto las de acogida, las adoptivas, las biológicas como los referentes técnicos emocionales de muchos chicos y chicas en centros de acogida.

Sus palabras transmiten cuestiones clave que debemos plantearnos y sobre las que queremos reflexionar en este artículo:

- La necesidad de que los padres y madres biológicos puedan tener información acerca de cómo están sus hijos e hijas, fotos y mensajes en momentos clave que les ayuden a sentir que siguen formando parte de su vida, aunque no vivan juntos. ¿Qué información reciben las familias de origen sobre sus hijos e hijas a lo largo de la intervención de protección?
- La importancia de que los chicos y chicas sepan que no deben elegir entre familias, porque las familias (de origen, de acogida o adoptivas) pueden pensar de manera conjunta o al menos de manera compartida, las soluciones para ayudar en las dificultades, miedos o inseguridades de cualquier chico o chica. ¿En cuántas ocasiones se plantea la búsqueda de soluciones a síntomas que muestran el miedo, el conflicto de lealtades y el sufrimiento no resuelto de manera conjunta con las familias de origen? Sin ellas, es difícil reparar todo el dolor que esconden las conductas difíciles de muchos chicos y chicas.
- La urgencia de que los espacios de visitas se conviertan en espacios donde poder hablar de la vida del chico o chica, donde se pueda manejar el conflicto de lealtades y donde se pueda explicar la historia de vida. Aún no se pueden juntar las dos familias de María, pero en breve lo van a hacer e incluso planificarán cómo poder contar la historia de lo que ha pasado para que reciba un mensaje coherente. ¿Podemos confiar en que esto lo pueden hacer las familias de origen o están dispuestas a participar en esto las familias adoptivas o de acogida, por el bienestar del chico o la chica?
- ¿Creemos posible que sean los propios padres y madres biológicos quienes presenten a sus hijos e hijas a las familias de acogida y esto dé paso a iniciar el proceso de acoplamiento?
Esta madre nos decía lo siguiente un par de semanas más tarde, habiendo participado en la presentación con la familia de acogida y habiendo entendido la necesidad de que ambas familias realicen gestos continuos que ayuden a María a sentir el permiso de sus dos familias para vivir tranquila este paso…

😉😉😉😉 muchísimas gracias por irnos contando estos momentos tan importantes para nuestra hija. Por lo que parece la niña va bien y se va poco a poco adaptando a la familia de acogida. A nosotros como padres nos da muchísima paz.

Hemos pensando en comprar nosotros un pijama divertido y alegre para su primera noche en casa de José y Marián así como el Gusiluz que creemos le puede ayudar por las noches. La idea es que se lo podáis dar a José y Marián y lo dejen en su casa así para que mi hija tenga eso preparado.

Eso lo haríamos encantados.

La presentación con ellos fue un día muy positivo y de comienzo de una fase distinta y de respeto. Nuestra hija no merece menos. Aquí nos va a tener la familia para todo.

Era la propia madre la que había respondido a la pregunta que solemos hacer a las familias que acogen: ¿cómo podría la familia de origen ayudar a la estabilidad de tu acogimiento familiar en situaciones de crisis? Ya lo veis, algo tan complicado y tan sencillo como que María descubra al llegar a su casa un pijama que le han regalado sus padres y que ha llegado de manos de su familia de acogida.

La presentación entre las familias de acogida y las familias de origen es una intervención imprescindible para que cualquier medida de protección contribuya a reparar dolor. Todas las medidas de protección generan dolor y sufrimiento, y es esta presentación la que minimiza uno de los talones de Aquiles del acogimiento familiar o la adopción, como es el conflicto de lealtades.

¿Qué buscamos con esta intervención?

Unos meses antes esta madre biológica hacía esa misma pregunta: “¿Para qué esa presentación?, ¿Qué aporta…?”. Y le respondíamos que sus beneficios eran muchos, pero que sobre todo buscábamos que al finalizar la misma pudiéramos hacer una foto de ambas familias juntas con los o las profesionales que intervienen en el centro, para que el niño o la niña pueda visualizar a todas las personas que van a hacer todo lo posible por mejorar su situación.

Y es una pregunta oportuna porque estos encuentros generan mucho miedo de entrada en ambas familias: cómo le va a ver la otra parte, qué reacción van a tener cuando nos vean (rechazo, culpa, rabia…). Y esa pregunta me hace recordar una escena en que un padre biológico con muchos descontroles y muy violento participó en la presentación de la familia que iba a acoger a su hija de manera permanente, y fue vestido con sus mejores galas, hizo lo posible por estar muy educado, tanto que no paraba de sudar y de pedir perdón. Sólo quería que su hija supiera que había estado ahí y que se había portado bien con su nueva familia…

En el fondo buscamos que los chicos y chicas sepan que los mayores (sus familias y el equipo de profesionales) somos capaces de buscar todas las vías de encuentro, comunicación y diálogo necesarias para minimizar su dolor y su sufrimiento.

Una madre biológica hace un año le decía a su hija de 6 años en acogimiento familiar permanente en el intercambio de la visita con su acogedora delante: “Yo he hecho muchas cosas mal y voy a hacer lo posible por arreglarlas, pero quiero que te portes bien con Nekane, ella es tu mamá todo el tiempo y yo soy tu mamá en las visitas”. El gesto de la niña cambió.

Este gesto, este cambio es lo que buscamos, porque las consecuencias de una presentación bien hecha, impactan en los chicos y chicas en protección, en sus cuerpos, en su mirada y en lo que sienten.

¡Esto no puede ser posible! No vamos a conseguir con padres y madres complicadas lo que no se logra ni en los divorcios más funcionales.

Esta frase se repite muchas veces entre los profesionales y es un prejuicio de muchas familias. Nadie cree que esto sea posible. Las familias de origen participan en esta presentación por sus hijos e hijas. Y no requiere un gran trabajo convencerles de sus beneficios, porque cuando se les transmite que eso va a dar tranquilidad a sus hijos e hijas, como para la madre de María, dicen  “Eso para mí es todo”.

No sé si a lo largo de mis 25 años de intervención en casos de acogimiento familiar he podido participar en muchos milagros, pero puedo decir que esto es una práctica sistematizada, estructurada y ritualizada, que permite que esto se lleve a cabo en todos los casos, no solo con los padres y madres biológicas colaboradoras o sencillos (es decir los que no van a dar problemas), sino en todos los casos, independientemente del tipo de maltrato que hayan vivido los chicos y chicas.

Es decir, la presentación sigue siendo buena y necesaria, aunque haya sospecha de que un padre biológico haya podido tener conductas abusivas con su hijo o hija, o le haya maltratado físicamente. Porque el conflicto de lealtades es igual de intenso y contenerlo es igual de prioritario en todos los tipos de maltrato infantil.

Al menos considero imprescindible que se intente técnicamente desde antes de empezar la acogida y, si no se consigue, se mantenga el esfuerzo a lo largo de la medida para lograrlo. Es posible que en algunos casos no se consiga, pero son los mínimos.

Si la pregunta es en qué casos de acogimiento familiar en familia ajena debe favorecerse esta presentación, mi respuesta es que hay que intentarlo en todos los casos. Algunas aclaraciones:

- Independientemente del tipo de maltrato previo. Porque una cosa es que esta herramienta ayude a disminuir el conflicto de lealtades y otra es el proceso emocional de reparación y elaboración del daño vivido de cada chico o chica. Esta presentación no interfiere. Ayuda.
- A veces se considera que, si hay algún tipo de orden de alejamiento entre el chico o la chica y su familia de origen, tampoco sería deseable. Pero tenemos que explicar que las órdenes de alejamiento son de los padres o madres biológicos respecto al chico o la chica, no respecto a la familia de acogida ni respecto a los profesionales, argumento en que se ampara a menudo la ausencia de intervención con los padres y madres biológicos en estos supuestos.
- Las familias biológicas que colaboran presentan problemáticas muy graves, pero la capacidad de expresar frases como las recogidas aquí es porque, como suele señalar coloquialmente mi compañero Javier Múgica, las familias no son 100 % buenas ni malas, y lo que hacen lo hacen por sus hijos e hijas. Las familias biológicas a menudo quieren a sus hijos e hijas y son capaces de participar en estos espacios solo por evitarles sufrimiento.
- Intentarlo debe implicar ser capaz de planteárselo a todos los casos; en muchos se consigue antes de empezar el acoplamiento, pero, cuando no es posible, seguimos intentándolo, porque las familias biológicas también necesitan tiempo para desatascarse y entender lo que se les propone.

No es cuestión de términos, pero las palabras sí importan

¿Qué debemos buscar en la participación de una familia biológica en el acogimiento familiar? Su aceptación de la medida, suimplicación, la colaboración o su consentimiento formal.

- Consentimiento: cuando la intervención busca este, normalmente los esfuerzos se dirigen a que dejen por escrito su aceptación.
- Aceptación de la medida: cuando se habla de aceptación se entiende la capacidad para reconocer la imposibilidad de cuidar de los propios hijos e hijas, y asumir la medida de acogimiento familiar como una medida necesaria y beneficiosa.
- Colaboración en el acogimiento: cuando se trabaja desde esta perspectiva, no se necesita tanto que los padres y madres consientan el acogimiento ni que lo acepten emocionalmente, ya que se considera que es un objetivo que se logra a largo plazo. Sino que se busca que la familia biológica participe dando mensajes que no interfieran en el acogimiento, ayuden a sus hijos e hijas reconociendo que no pueden cuidarles, y faciliten la presentación de la familia de acogida en un primero momento.
Pero la colaboración implica necesariamente una actitud positiva y favorable de la familia de origen a lo largo de la acogida. Por eso, si bien este es el objetivo que se persigue con las familias de origen, los y las profesionales debemos tomar otro término como referencia: la implicación de la familia de origen.

La implicación supone todas aquellas estrategias que son dirigidas o fomentadas por los equipos profesionales y que favorecen esta colaboración. Presentamos algunas de estas medidas, respecto a las cuales la madre de María se mostraba sorprendida porque no se había sentido así atendida en muchos momentos:

- No dar ningún paso con el chico o la chica hasta informar a la familia biológica y buscar su participación y colaboración.
- Fomentar que la familia biológica valide al profesional que va a preparar a sus hijos o hijas para cualquier decisión.
- Dar explicaciones claras a las familias de origen y realistas, destacando su papel en la estabilidad emocional de sus hijos o hijas.
- Ofrecer una explicación sencilla que puedan trasladar a sus hijos e hijas de por qué no pueden cuidarles y en qué situación van a estar (acogimiento familiar, residencial, adopción…).
- Preparar a la familia de origen ante eventuales o posibles preguntas de sus hijos e hijas que se les haga difíciles poder responderlas.
- Trabajar la disponibilidad a conocer a la familia de acogida que va a cuidar de sus hijos e hijas, para que les trasladen directamente las características de estos y así evitar una triangulación compleja que sostiene el conflicto de lealtades a largo plazo.
- Ofrecerles ejemplos y pautas de cómo dar permiso emocional a sus hijos e hijas (el ejemplo del pijama de los padres de María…).
- Ayudarles a transmitir a sus hijos e hijas una explicación adecuada y realista de su actitud inicial cuando no están de acuerdo con el acogimiento. Porque se puede no estar de acuerdo e incluso oponerse judicialmente a las medidas establecidas por los equipos técnicos, y colaborar en el acogimiento de sus hijos e hijas. El ejemplo de María es uno de ellos.
- Y el más importante de todos, mantener informados a los padres y madres biológicos a lo largo de toda la intervención. Por ejemplo, una madre que el día de Reyes recibe un mensaje con la foto de su hija abriendo los regalos de su familia biológica en casa de su familia de acogida o la posibilidad de que algo tan sencillo y a la vez tan complejo como organizar los regalos de Navidad, se haga de manera compartida entre ambas familias.
Ambos son ejemplos de cuestiones sencillas, fundamentales para muchos chicos y chicas, que, cuando no se buscan soluciones entre las familias y los equipos técnicos, los chicos y chicas terminan asumiéndolas. Entonces hablamos de chicos y chicas parentalizados, y en la práctica son chicos y chicas que buscan soluciones cuando los mayores han renunciado a la posibilidad de establecer canales de comunicación centrados exclusivamente en las necesidades de los niños, niñas y adolescentes acogidos.

Porque la familia de origen puede no estar de acuerdo con una medida de protección y al mismo tiempo puede colaborar y ayudar a minimizar el daño de su hijo o hija. Pero lo que no se puede hacer es exigir a una familia de origen que colabore y que a nivel técnico no se promueva y se busquen todas las estrategias y recursos creativos para favorecer su implicación, aunque cueste técnicamente.

Pero ¿por qué la insistencia en una técnica tan específica como la presentación?

Porque la presentación entre la familia de acogida y de origen, evita el proceso de dilución o disolución familiar que tanto ha denunciado Jorge Colapinto[2]. La dilución del proceso familiar se basa en la tendencia de los equipos técnicos a centralizar todas las decisiones de las familias en cualquier medida de protección, cuando los profesionales deben ser quienes ayuden a construir la red de relaciones que deberán funcionar cuando el sistema de protección haya dejado de intervenir por ejemplo tras la mayoría de edad.

La presentación pone en el centro del tablero a las dos familias y sitúa a los equipos técnicos con una función clave que es establecer inicialmente las reglas de la comunicación (que siempre es una, todo lo que se aborde debe estar relacionado con lo único que tienen en común, que es el niño o la niña) y luego favorecer una comunicación donde se ayude a la traducción de las emociones subyacentes.

Suelo contar como un recuerdo emotivo cómo hace ya casi diez años una chica que había atendido y que había estado en acogimiento familiar, me invitó a su boda y me explicó que el motivo era que quisiera que me sentara entre su madre de acogida y su madre biológica. Sin duda fue una boda diferente, pero tenía sentido en el proceso de ayudar a construir una red de relaciones entre dos familias en situaciones diferentes, que se han vivido como competencia y con miedo a que una le quite a la otra el niño o la niña. Porque son familias condenadas a entenderse con el tiempo para ayudar a que la fragilidad y vulnerabilidad de estos chicos y chicas no les haga más daño cuando tengan que gestionar sus dos familias ellos solos.

La presentación entre ambas familias ayuda a transmitir que no hay familias mejores y peores, sino que ambas son necesarias. Permite huir de una tendencia a establecer prejuicios morales contra la familia de origen y a tener una visión heroica de las familias de acogida y adoptivas. Todas son necesarias para construir ese canal de comunicación de mínimos que facilite la vida y la reparación del daño y del sufrimiento en todos ellos.

Una intervención profesional práctica que prioriza el encuentro continuo entre ambas familias

Es necesario huir de idealizaciones de esta práctica. Esta metodología es pragmática porque tiene como objetivo minimizar el impacto doloroso de cualquier medida de protección, entre otras cosas. Por eso necesitamos clarificar qué se busca y qué no se busca en esta relación con intermediación profesional continua…

- No se busca crear relaciones de afecto entre ambas familias, sino de colaboración y cordialidad… Pero no descartemos que estos lazos se generen a medio y largo plazo, momento en el que la intermediación profesional deberá ser menor.
- No se trata de conseguir una relación abierta. La relación entre ambas familias requiere de límites que con el tiempo se puedan ir diluyendo y que se vaya facilitando que ambas familias puedan buscar soluciones de manera más autónoma. Este paso requiere tiempo.
- No busca tampoco fomentar la empatía ni el apoyo mutuo entre ambas familias, sino fomentar una colaboración centrada en el chico o la chica exclusivamente. La comprensión mutua ayuda sin duda.
A modo de ejemplo, hace muchos años un niño acogido les dijo a sus acogedores si podían regalarle a su madre el sofá que ellos iban a cambiar, porque la madre no tenía apenas dinero para uno nuevo. El equipo técnico dijimos que no, porque el límite de su relación se centraba en las necesidades del niño y el sofá no tenía que ver nada con eso. Este límite debe ser muy claro al principio y diluirse conforme las familias han comprendido los límites de la comunicación y de la relación entre ambas.
- Implica mantener espacios de encuentro continuados entre ambas familias (en los intercambios de las visitas, en reuniones cada dos o tres meses para planificar por ejemplo cómo trabajar la historia de vida, abordar dificultades del chico o la chica…).
- Requiere ofrecer estrategias de respuesta para posibles encuentros casuales informales entre ambas familias en la calle, en la playa, en un partido de fútbol, en un centro comercial o en la Cabalgata de los Reyes Magos, ejemplos todos ellos donde se han producido estos encuentros. Si estos encuentros no han sido organizados con ambas familias presencialmente, cuando llegue el momento, es altamente posible que se genere una situación incómoda para las personas adultas y de alta angustia para el chico o la chica.
- Facilitar que sea la familia biológica quien cuente la historia del niño, niña o adolescente y que sea la familia de acogida la que ayude a dar continuidad a la misma, o que participe transmitiendo a la familia de origen dudas que pueden tener los chicos y chicas.
- Garantizar una transmisión continuada de información sobre el niño o la niña ayudándole a transmitir que el mayor gesto de respeto hacia la otra familia es trasladarle la información real de lo que vive el niño o niña. En este caso son los acogedores quienes transmiten al principio de la visita cómo ha estado el chico o chica desde la última visita y son los padres y madres biológicos quienes transmiten a la familia de acogida todo lo que han hecho en la visita.
- Implica un trabajo de estructuración de límites, normas de relación y de gestión del régimen de visitas que favorezca actitudes de flexibilidad por todas las partes.
- Y, sobre todo, supone ayudar a comprender a todas las personas que participan (familias y profesionales) que ambas familias son necesarias.

Cómo se prepara a las familias para este encuentro

La presentación forma parte de un modelo de intervención global, integral y continuado que tiene como base un modelo teórico específico y propio. No es necesario llevar a cabo la preparación de la familia de acogida ajena porque una familia de acogida que no está dispuesta a conocer a los padres y madres biológicos no debería participar en un acogimiento familiar y porque en la formación previa se trabaja con ejemplos y dinámicas concretas.

Por su parte la preparación de la familia biológica se lleva a cabo desde que se propone que su hijo o hija vaya a vivir con una familia de acogida y de manera continua a lo largo de toda la acogida. Esta preparación implica trasladar firmeza y determinación al tiempo que trasladar la importancia de su implicación para la tranquilidad de su hijo o hija. A menudo cuando empezamos a preparar a una familia biológica le decimos: “El acogimiento lo vamos a poner en marcha sí o sí, pero podemos hacerlo contigo o sin ti; preferimos hacerlo contigo” y, a continuación, les explicamos los pasos clave y cómo pueden participar y colaborar.

Esta preparación implica una intervención muy intensiva durante tres semanas como mínimo, intentando que en esa tercera semana se pueda llevar a cabo la presentación entre las familias. Se explica a las familias todo el ritual, su papel, cómo se les va a ayudar, trasladando desde la convicción que son figuras relevantes para sus hijos e hijas. Si la figura profesional no se cree este mensaje, será difícil que pueda gestionarla adecuadamente. No nos pagan por juzgar a las familias, sino por buscar soluciones al dolor y sufrimiento que sus familias de origen han generado.

Un modelo de intervención sistematizado, ritualizado y de sentido común

Me maravilla cuando me dicen que esta intervención que hacemos es maravillosa porque nunca olvidaré que el día que me planteé dejar a mi hijo pequeño con alguien que le cuidara porque yo no podía hacerlo. Sencillamente estuve un rato largo con esa persona, lo que facilitó que mi hijo se fuera de mis manos a las de ese otro amigo, sin problema confiado y tranquilo. Este es el sentido común que intentamos promover con el siguiente modelo de trabajo: que los chicos y chicas pasen de manos a manos en todos los procesos y cambios de medidas. Aunque los ejemplos no son iguales, la acción genera el mismo impacto: tranquilidad a las personas menores de edad y eso es lo que vale.

La presentación entre la familia de origen y la de acogida se intenta llevar a cabo en todos los casos de familia ajena antes de que se inicie el acoplamiento. Esta presentación se prepara durante varias semanas con ambas familias y se organiza hasta el más mínimo detalle.

Esto supone que no se activa la presentación del niño o la niña a la familia de acogida (salvo contadas excepciones) sin que se hayan conocido ambas familias y sin que se haya intentado que sea la propia familia de origen quien presente a su hijo o hija a la familia de acogida. Esta segunda presentación daría para otro artículo y la experiencia habla de su gran potencial a nivel emocional. 

Suena bonito, pero la realidad y las numerosas fotografías que hemos venido haciendo a lo largo de los años, muestran que el sistema de acogida requiere que en la mesa estén ambas familias y el equipo técnico con el niño o la niña.

La propia presentación requiere en torno a un espacio de 45 minutos.

- Se inicia con un saludo formal entre ambas partes, sentados en torno a una mesa redonda, con la participación de dos profesionales (uno que se centre más en atender a la familia de acogida y la otra profesional a la familia biológica) que van a hacer una presentación inicial que ayude a clarificar los límites de la relación entre ambas y los beneficios para el niño o niña de dicho encuentro.
- A continuación, se pide que sea la familia de origen la que traslade información relevante sobre su hijo o hija (salud, hábitos, dificultades, estrategias que le ayudan)…
- … Para ir dando paso a una conversación en la que es la familia de acogida la que pregunta y la familia de origen la que aporta información y sugiere.
- Y finaliza el ritual con una foto conjunta que será utilizada para trabajar con el niño o niña y que ambas familias van a tener diluyendo el miedo a la reacción o rechazo de la otra parte.

En muchos de estos encuentros es común ver cómo el equipo técnico empieza en la mesa dirigiendo la conversación y termina poco a poco echando el cuerpo hacia atrás y dejando a ambas familias compartir información. Todos los gestos técnicos ponen en el centro de la reunión al niño o niña y el esfuerzo de ambas familias, generando un proceso de dilución de los profesionales necesario. Porque cuando podemos conseguir esta comunicación, el conflicto de lealtades no es una prioridad técnica y podemos enfocarnos en reparar el daño concreto que las experiencias adversas en sus familias de origen generaron.

Presentar a ambas familias no significa tener que promover la reunificación. Esta presentación es independiente de la modalidad de acogida (excepto en los acogimientos de urgencia), del tipo de maltrato que ha originado la situación de desprotección y de la familia de acogida. Sin embargo, no es posible llevarlo a cabo cuando la familia de acogida mantiene una visión muy negativa, crítica o cargada de prejuicios de la familia de origen. En nuestra forma de trabajar, este modelo de intervención implica evaluar la disposición a esta colaboración en la familia de acogida también. Por tanto, es un modelo que condiciona el tipo de valoración psicosocial previa al acogimiento o la adopción, la intervención a lo largo de la medida y en especial todo el trabajo de historia de vida y de reparación traumática.

Y después de esta presentación, ¿qué más se hace?

La presentación solo es el primer paso de una forma de relación que va a promover entre otras acciones a lo largo de toda la acogida que…

- Ambas familias se encuentren en los intercambios de las visitas y compartan la información sobre el niño o niña.
- Que se puedan organizar encuentros entre ambas familias cuando hay que hacer frente a situaciones de crisis del acogimiento, conductas complejas o pensar en cómo abordar la historia de vida, o responder a preguntas importantes de la persona menor de edad.
- Favoreciendo que en temas tan pequeños como los regalos de Navidad, cumpleaños, etc.,  se promuevan formas colaborativas que eviten la confusión cuando una persona menor de edad debe celebrar su cumpleaños en diferentes días con sus dos familias, recibe los mismos regalos por no haber sido posible una comunicación entre las partes…

Porque se puede trabajar para que las familias biológicas aprendan a cuidar de sus hijos e hijas en la distancia cuando se encuentran con medidas de protección a la infancia.

Sentido y sensibilidad

El título de esta película, que emociona a mi mujer desde hace años, está a la base de lo que quiero transmitir: este modelo de intervención REQUIERE…

- SENTIDO, porque es una intervención que requiere una visión en la que nadie sobra y todas las partes son necesarias para reparar el daño y sufrimiento. Esto no supone ni una visión edulcorada ni ingenua de la familia biológica, porque el foco está en lo que el niño o niña necesita para poder superar sus vivencias y recuerdos dolorosos.
- Y SENSIBILIDAD, porque es una intervención que no se debe improvisar, muestra una estrategia continuada de la necesidad de intermediar en la comunicación y relación entre ambas familias. Los gestos son claves para transmitir la importancia de ambas familias y este proceso solo se puede llevar a cabo cuando uno mismo como profesional está convencido o convencida.

Un ejemplo transferible a todas las medidas de protección

Si bien hemos hablado del acogimiento familiar en familia ajena, esta herramienta se puede trasladar con matices y con la misma eficacia a los acogimientos en familia extensa, los procesos de mediación de orígenes en adopción, las adopciones abiertas, los acogimientos referenciales o de fin de semana y vacaciones, los acogimientos familiares especializados, el papel de la familia de origen cuando un chico o chica se incorpora a un centro de acogida…

En el fondo, más que una técnica concreta, este proceso materializa un modelo de intervención en el que se busca que el chico o la chica cuente con una red bien tejida entre sus familias y los profesionales, para que con el tiempo oriente su vida y decida lo que más le ayude, pudiendo saber que cuenta con el apoyo de todos los referentes emocionales, familiares y profesionales que han participado en su proceso.

Vuelvo a traer a Colapinto con esta frase que ya puse en mi artículo anterior: “Una vez que el valor de la conexión familiar es reconocido, las ‘intervenciones’ no son tan complicadas de diseñar”[3]. Pero para ver cómo valoramos esa conexión familiar, debemos preguntarnos:

- ¿Qué información transmitimos tanto a las familias de origen, las de acogida, adoptivas, etc., a lo largo de la intervención de protección? Cuanta más información, más capacidad y autonomía de las familias para pensar conjuntamente.
- ¿En cuántas ocasiones se plantea la búsqueda de soluciones a síntomas o problemas graves de los chicos y chicas con la participación e implicación de ambas familias?
- ¿Qué importancia doy a promover esta relación pensando en la mayoría de edad de los chicos y chicas que atendemos?
- ¿Puedes imaginarte que las dos familias de un chico o chica acogido o adoptado, o la familia de origen y los profesionales con importante referencia emocional para un menor en un centro de acogida, colaboren y faciliten explicaciones sobre su historia de vida pensadas conjuntamente?
- ¿Creemos posible que sean los propios padres y madres biológicos quienes presenten a sus hijos e hijas a las familias de acogida o a los equipos técnicos de los centros de acogida y esto dé paso a iniciar la medida de protección?
- ¿Qué procesos deberíamos cambiar técnicamente y en los protocolos para que este tipo de presentación ayude a minimizar el daño que toda medida de protección genera?

Y para terminar y tomando como referencia al personaje del Principito de Antoine de Saint-Exupéry diré, después de toda la extensión de este artículo, una frase que resume mi experiencia con esta metodología de trabajo y el impacto que he observado de la misma en muchos chicos y chicas y sus familias: LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS. Porque el impacto de una presentación se siente, se incorpora a la memoria corporal y permite un conocimiento más profundo de los chicos y chicas a través del conocimiento previo de sus padres y madres. Y eso, para cualquier niño, niña o adolescente, al igual que para la madre del principio LO ES TODO. Quiero dar especialmente las gracias a Javier Múgica, que fue el primer profesional que abogó por esta técnica hace más de 25 años y que el tiempo nos ha ayudado a perfeccionarla, afinarla y generalizarla en nuestros equipos técnicos. Con mucho cariño, Javi. Este artículo también es tuy

[1]Rodríguez González, A. (2022). Artículo 4 (enero 2022): Diseñando la mesa del cambio. ¿Qué tipo de intervención es más eficaz en la reparación de daños por desprotección infantil? https://renovandodentro.wordpress.com/2022/01/19/articulo-4-disenando-la-mesa-del-cambio-que-tipo-de-intervencion-es-mas-eficaz-en-la-reparacion-de-danos-por-desproteccion-infantil-por-alberto-rodriguez/

[2] Colapinto, J. (1998) La dilución del proceso familiar en los servicios sociales: Implicaciones para el tratamiento de las familias negligentes. Redes: revista de psicoterapia relacional e intervenciones sociales, 1(2), pp. 9-36. Recuperado de: https://www.colapinto.com/files/Dilucion_Proceso.pdf

[3] Minuchin, P., Colapinto, J., y Minuchin, S. (2013). Pobreza, institución y familia. Barcelona: Amorrortu

Consulta pública Estrategia estatal de desinstitucionalización para una buena vida en la comunidad.

Se inicia (6 de marzo 2023) la consulta pública en el marco del diseño 
de la Estrategia estatal de desinstitucionalización 
para una buena vida en la comunidad.

Esta consulta está dirigida a cualquier persona relacionada con los diferentes grupos de población a los que se dirige esta Estrategia: personas mayores, personas con discapacidad, personas en situación de sinhogarismo, niños, niñas y adolescentes en el sistema de protección.

En ella, pueden participar personas que tengan una experiencia personal de institucionalización o sean susceptibles de tenerla, sus personas cuidadoras, profesionales del sector social, personas expertas o que brinden apoyo o servicios a estos grupos de población, y toda aquella persona que tenga interés en participar en el desarrollo de la Estrategia estatal de desinstitucionalización.

Se puede acceder a la consulta pública a través del siguiente enlace:
ACCEDE DESDE AQUÍ

Nos interesa contar con la opinión de todas las personas, por ello es de vital importancia contar con el máximo de opiniones, para de este modo obtener unos resultados robustos que apoyen el desarrollo de la Estrategia.

Pedimos vuestra ayuda para darle la mayor difusión posible a esta encuesta compartiendo este enlace entre todos vuestros contactos, pudiéndolo compartir a través de redes sociales, páginas web o cualquier otro canal de comunicación que se considere oportuno.

Para cualquier duda, se puede escribir a: estrategiadesinstitucionalizacion@fresnoconsulting.es ¡Muchas gracias!

 

La Sociología de la Infancia en tiempo de incertidumbre, II Encuentro Nacional, CI-17, FES.


II ENCUENTRO NACIONAL

LA SOCIOLOGÍA DE LA INFANCIA EN TIEMPO DE INCERTIDUMBRE

15 de febrero de 2023

Escuela de Gobierno. Universidad Complutense de Madrid

 

Tomamos la palabra incertidumbre en su genuino significado, esto es, la falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo. Cuando todo el mundo estaba sufriendo la pandemia y luchando para contrarrestar sus efectos, la incertidumbre se cernía sobre cuál sería la forma de salida y cómo sería el mundo después de que la sociedad hubiera experimentado que ciertos riesgos anunciados podían materializarse. Sin apenas haber tenido tiempo para rehacerse y aprovechar las enseñanzas de este fenómeno, tan inusual hasta el momento, otras amenazas globales han tomado cuerpo, invadiendo nuestra vida cotidiana: la evidencia de la crisis climática, la guerra en Europa, los conflictos largamente larvados que estallan en otros lugares, las consecuencias políticas, económicas y sociales de todo ello.

Los niños, las niñas y las y los adolescentes, no son seres de otro planeta, sino que habitan el mismo que las personas adultas, y experimentan las consecuencias de los cambios estructurales de cualquier orden igual que ellas, como seres humanos, pero también como niños, circunstancia que amplía su vulnerabilidad.

En el Encuentro se presentarán las aportaciones que han sido presentadas, respondiendo a la convocatoria que se realizó el pasado mes de diciembre. Dentro de la diversidad, todas ellas comparten algunos rasgos en común, como son la forma de aplicar una perspectiva genuinamente sociológica a fenómenos que afectan a la infancia y la adolescencia y hacerlo con un enfoque reflexivo y crítico que invita y da pie a la construcción teórica al servicio del estudio de las vidas de niños y niñas en nuestro país.

El Encuentro se desarrollará en 3 sesiones, dedicadas a aportaciones teóricas, investigación y jóvenes investigadoras, respectivamente.

Todas las personas que presentan sus trabajos, habrán recibido previamente los resúmenes correspondientes al resto de ponencias, con el fin de facilitar el diálogo entre las distintas aportaciones. Y así, el tiempo de cada presentación se distribuirá entre mitad para exposición y mitad para discusión.

Al encuentro podrán asistir presencialmente otras personas que no presenten ponencias. Estas podrán participar en los debates y recibirán el correspondiente certificado de participación.

El Encuentro también podrá seguirse online a través del enlace que se facilitará oportunamente y participar a través de sus comentarios en el oportuno chat.

Inscripción aquí

Información y consultas: comitedeinfancia@gmail.com

 PROGRAMA

Horario

Sesión

Presentaciones

De 9,15 a 9,30

 

Recepción de participantes. Entrega de documentación

De 9,30 a 10,00

Saludo y presentación del Encuentro

Diana Jareño Ruiz. Vicepresidenta de la FES para la Formación y Escuela de Doctorado

Equipo CI17

De 10,00 a 10,30

Descanso, café

 

De 10,30 a 12,30

I.Aportaciones teóricas

 

Ø  Educación y emociones en la infancia: El mercado de las ilusiones. Eva María Jiménez Andújar. U. Zaragoza

Ø  Adultismo: una propuesta de demarcación conceptual desde el marco teórico e investigador de la Sociología de la Infancia. Iván Rodríguez Pascual. U. Huelva.

Ø  El papel de los niños en la construcción social del cuidado. Lourdes Gaitán Muñoz. Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA).

Ø  Desincronización en la organización del tiempo escolar: una forma latente de violencia estructural hacia la infancia y la juventud. Daniel Gabaldón Estevan. U. Valencia.

De 12,30 a 14, 30

II.Investigación

 

Ø  Protección social y pobreza infantil: ¿Vamos bien?. Mª Carmen Mesa Raya. U. Zaragoza.

Ø  Las dimensiones de la desinstitucionalización de los niños tutelados en España. Kepa Larrañaga Martínez y Francisco Mielgo García. UCM y U. Granada.

Ø  Experimentando los comunes educativos. Niñas, Niños y Adolescentes en torno a prácticas de (pro) común. Mizzy Arciniega (UPF), Lucía del Moral (UCA), Cristina Serván (UCA), Sonia Páez (UPF)

Ø  La autonomía a debate en las políticas de emancipación. Elisabet Marco Arocas. U. Valencia.

De 14,30 a 16,00

Comida

 

De 16,00 a 18,00

I y II.  (continuación)

III.Jóvenes investigadores

 

Ø  Navegación social de niños y niñas migrantes no acompañados en Andalucía: adaptación en procesos de (in) movilidad. José David Gutiérrez Sanchez, Mariana Gómez Vicario. U. Pablo de Olavide.

Ø  La construcción de la identidad en Las adolescentes de ascendencia Magrebina en la comarca de la Ribera. Neus Sanchís Niclós. U Valencia.

Ø  Adolescentes y jóvenes adoptadas de origen chino: racismo daltónico en contexto de pandemia. Lucía Rabadán Gómez, Ainhoa Rodríguez García de Cortázar. U. Granada.

Ø  La Metodología Participativa Audiovisual: una propuesta de construcción teórica. Mª José Palacios, Mizzy Arciniega, Mónica Figueras, Sonia Paez. Grupo de Investigación en Juventud, Sociedad y Comunicación. U. Pompeu Fabra.

De 18,00 a 18,30

Conclusiones y despedida

Equipo CI17


Localización del encuentro
Escuela de Gobierno
Universidad Complutense de Madrid. 
Edificio B. Mas Ferré - Campus Somosaguas. 28223 Madrid. 
(Autobús A, desde Moncloa, Pº Ruperto Chapí).






La Infancia y los cuidados alternativos de calidad: Hacia una innovación de las prácticas, Curso Colegio Of. Trabajo Social de Granada.

  LA INFANCIA Y LOS CUIDADOS ALTERNATIVOS DE CALIDAD: 
Hacia una innovación de las prácticas.
¡NUEVO CURSO! 

e impartido por GSIA  (Asociación Grupo Sociología de la Infancia y la Adolescencia).

Dirigido a: Profesionales de la intervención social (Trabajadores/as Sociales, Educadores/as, Psicólogos/as...)
Duración del curso de formación: 25 horas lectivas divididas en 7 sesiones de 3h30m; a desarrollar en formato online, los jueves y viernes (del 2 al 17 y el viernes día 24) del mes de febrero próximo.

Entre sus objetivos están:

. Contribuir a la aplicación de las recomendaciones contenidas en la Resolución de las Naciones Unidas referidas a la calidad del sistema de cuidados alternativos que se ofrece a niñas, niños y adolescentes carentes de atención familiar.
. Ofrecer una formación teórica sobre las prácticas de cuidados a la infancia y adolescencia a las personas que desempeñan actividades profesionales con ellos.
. Profundizar en el conocimiento y manejo de instrumentos necesarios para promover y garantizar unos cuidados de calidad, como son las herramientas de validación de los procesos o el papel de los profesionales en la organización de los cuidados.
. Presentar experiencias de cuidados en el medio comunitario, así como de participación de diversos agentes y de los propios niños/as a y adolescentes en su propio proceso de autonomía y emancipación.

DISTRIBUCIÓN FORMATIVA:

SESIÓN JUEVES 2 FEBRERO 2023
IMPARTE: Lourdes Gaitán Muñoz
Los cuidados. Las dimensiones del cuidado. Derechos del niño y cuidados alternativos

SESIÓN VIERNES 3 FEBRERO 2023
IMPARTE: Myriam Fernández Nevado
Marco legal: cuidados alternativos en la Ley de Protección y en la LOPIVI

SESIÓN JUEVES 9 FEBRERO 2023
IMPARTE: Antonia Picornell-Lucas
El sistema de protección a la infancia: alternativas para el cuidado de los niños y niñas

SESIÓN VIERNES 10 FEBRERO 2023
IMPARTE: Marta Muñoz / Justina de Pablo
El sistema de protección a la infancia: Los distintos recursos y si distribución en España

SESIÓN JUEVES 16 FEBRERO 2023
IMPARTE: Maribel Illescas Taboada / Olivia de Cos Cuesta
Niñas, niños y adolescentes en el sistema de protección: Una visión de su trayectoria: situaciones de vulnerabilidad, sus capacidades y expectativas

SESIÓN VIERNES 17 FEBRERO 2023
IMPARTE: Kepa Paul Larrañaga
La evaluación de calidad: Políticas y programas en el sistema de acogimiento residencial y familiar

SESIÓN VIERNES 24 FEBRERO 2023
IMPARTE: Francisco Mielgo García
Cuidar a los que cuidan: Conocimientos y competencias y autocuidado de profesionales y familias cuidadoras. Evaluación final del curso

Formato docente: online.
Contacto:
Email de contactogranada@cgtrabajosocial.es
Teléfonos 958 805 268 / 658 823 384

  


«Individuo, comunidad y sistema», Renovando desde Dentro, Art. 10, Pepa Horno Goicoechea.

Soy consciente de que las experiencias que más me han enseñado como persona han sido la crianza de mi hijo y el fallecimiento de mis padres. Pero si tuviera que añadir una tercera, sería sin duda los viajes que he tenido el privilegio de realizar por diferentes continentes para trabajar la prevención de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes en diferentes contextos sociales, culturales, geográficos y etnográficos.

He tenido el privilegio de conocer diferentes culturas y pueblos viviendo junto a ellos. He podido conversar sobre su infancia, su crianza o la forma de relacionarse en sus familias. No eran viajes de turista, eran encuentros humanos con personas que de un modo u otro podían contribuir al cambio social necesario para eliminar el castigo físico a los niños, niñas y adolescentes. Trabajé con profesionales de la educación, del ámbito social, del periodismo o de la medicina, entre otros; con políticos y legisladores y con familias que en lugares lejanos trataban de mejorar las condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes en sus comunidades.

Aquellas experiencias generaron en mí una mirada asombrada, pequeña y humilde hacia el ser humano. Una mirada que ha marcado en gran medida mi desarrollo profesional. Aprendí infinidad de cosas, pero sobre todo quedó dentro de mí la certeza de lo que trasciende a lo cultural en el ser humano. Y quiero quedarme con dos aspectos que trascienden lo cultural:

•La universalidad del desarrollo afectivo. Darse cuenta de que el ser humano es un ser en relación, que se crea desde un “otro” y para un “otro”. La necesidad básica, primaria y universal del ser humano es el apego: tener alguien que le cuide y le proteja. Y aprendí a valorar en su justa medida la fuerza de esa necesidad. El apego no es una cuestión de amor, sino de seguridad, vinculada a la supervivencia misma. Es el cuidado del otro el que va a permitir sobrevivir a la persona porque le dará de comer, le tapará cuando haga frío, etc. Conseguir esa persona que le cuide, la figura de apego, no es una necesidad afectiva sólo, es la única posibilidad de sobrevivir. Por eso las personas van a preferir tener una mala familia a no tener familia. La herida mayor que puede recibir un niño, niña o adolescente es el abandono. La soledad es el mayor temor de las personas a cualquier edad pero de niño, de niña, el abandono genera terror. El terror que llega cuando ve amenazada su subsistencia sin ser todavía suficientemente autónomo para conseguirlo por sí mismo. Y eso no depende de la cultura donde nacemos. Es algo universal.

•El abuso de poder como la clave para comprender la violencia en cualquiera de sus formas y en cualquier escenario donde tiene lugar. No se es violento con quien se quiere sino con quien se puede. Cualquier forma de violencia es posible porque existe una relación de poder. Era interesante que, fuera donde fuera, todo el mundo me decía que el castigo físico a los niños, niñas y adolescentes era imposible de erradicar porque era parte de su cultura. Pero no era así. El castigo físico era parte de la crianza en todas y cada una de las culturas donde trabajé. Y se da porque los niños, niñas y adolescentes son el eslabón más débil de cualquier sociedad. Se les pega porque se puede. Se puede porque son más débiles físicamente, porque quieren a los adultos y dependen de ellos, porque no pueden sobrevivir solos, porque la sociedad legitima el castigo y les da la autoridad a las familias para aplicarlo, porque la ley lo permite… Se puede por varios factores relacionados entre sí.

Pero también de aquel aprendizaje surgió un esquema que quiero desarrollar en este artículo, tanto en lo general como en lo referente al sistema de protección. Un esquema que me ha permitido estructurar programas de intervención, analizar y evaluar diferentes problemáticas sociales y comprender la parte sistémica del ser humano en la intervención terapéutica, entre otras muchas cosas.

Individuo, comunidad y sistema

Para que una sociedad se desarrolle de forma positiva, necesita preservar estos tres pilares: el individuo, la comunidad y el sistema.

Cuando me refiero al INDIVIDUO, pienso en la persona, en cada uno de nosotros y nosotras. Me refiero a preservar y promover la consciencia individual. Esto se logra si en su proceso de socialización la persona puede:

•Fortalecer su conexión interna con sus propias sensaciones corporales, vivencias emocionales y pensamientos, de forma que puedan construir un psiquismo en el que los tres niveles de procesamiento, somatosensorial, emocional y racional, sean integrados. Esta conexión interna se genera desde la relación con las figuras de apego. Son ellas quienes nombran las cosas: “Esto es una mesa”; las sensaciones: “Tienes frío, ¿verdad?” y las emociones: “Estás contento”. Dan significado a las sensaciones corporales y vivencias emocionales del bebé, enseñándole a reconocerlas y legitimarlas (mentalización). Si ese proceso se realiza de forma errónea, parte de esa vivencia interna del niño o niña queda sin ser integrada o nombrada, queda disociada. Esto puede ocurrir por la falta de escucha, conexión y ajuste de la figura de apego a las señales que emite el bebé, o bien porque la figura de apego adjudica a esas señales significados erróneos más vinculados a su propia vivencia que a la del bebé.

•Lograr la autonomía suficiente para ser protagonista de su propia vida, generando un proyecto de vida propio que puede coincidir, o no, con el que sus figuras parentales y su comunidad haya definido para esa persona. Desde la libertad individual de tomar sus propias decisiones generará también una red afectiva propia. Esa autonomía se fomenta desde la participación del niño, niña y adolescente en diferentes áreas de su vida, su familia y su comunidad.

•Validar su identidad desde el respeto y la aceptación de su entorno de la misma. La identidad es el reflejo de la individualidad. Incluye diferentes aspectos: la identidad sexual, la identidad étnica o racial o la identidad religiosa, entre muchos otros. Conforme surge la consciencia individual se va estructurando el autoconcepto de la persona sobre sus habilidades, destrezas o cualidades y una validación emocional de las mismas, a la que llamamos autoestima. Desde ahí se construirá una identidad que debe ser única e integrar la diferencia como un valor positivo, como un aporte a la familia y a la comunidad.

Cuando me refiero a la COMUNIDAD, pienso en una red de personas que construyen relaciones afectivas estables y comparten un lugar de pertenencia. Incorpora a la familia pero va un paso más allá. Hablamos de elegir, construir y cuidar las redes afectivas que sostienen al individuo y le dan su lugar de pertenencia. Me refiero a preservar y fomentar la consciencia de pertenencia.

La comunidad exige asumir la corresponsabilidad en el cuidado del individuo. El cuidado de las personas más débiles de la comunidad no es una responsabilidad exclusiva de sus familias ni del sistema, es una responsabilidad colectiva de la comunidad. Por lo tanto, la comunidad es una red de vínculos afectivos sanos que se relacionan desde la reciprocidad y la corresponsabilidad.

Está construida de dos tipos de relaciones afectivas que forman parte de la cotidianeidad de las personas:

•Las redes familiares, que conservan la historia de vida de la persona y configuran su identidad. Las personas eligen a otras personas con las que generan vínculos afectivos profundos y asumen el compromiso de permanencia. Estas redes familiares van más allá de la familia nuclear e implican romper con el presupuesto de la unión entre la familia y la biología. Pensando en la crianza, lo que convierte a un adulto en figura de apego de un niño o niña es el cuidado cotidiano, asumir su crianza y su seguridad y hacerlo desde un vínculo afectivo profundo. Esta responsabilidad puede asumirse con la misma fuerza aunque no se tenga vínculo biológico alguno con ese niño o niña, como hacen las familias adoptivas y acogedoras o como hace la “tribu” en diferentes lugares del mundo. Ver las redes familiares que van más allá de la familia nuclear es un aspecto especialmente importante en las sociedades donde las familias se han reducido. Las familias extensas, mucho más habituales hace unos años, podían llegar a funcionar como pequeñas comunidades en sí mismas.

•Las redes afectivas más amplias. Son aquellas que se pueden generar desde la pertenencia a un lugar, una actividad o una entidad, entre otras. Redes afectivas en torno al lugar donde se reside, el barrio o el municipio, a valores culturales o religiosos, a entidades sociales, deportivas o en torno a actividades de ocio o al mundo asociativo. Son redes de relaciones interpersonales donde se comparten elementos de la identidad propia: vivencias, experiencias, aficiones, etc. Todas ellas funcionan como redes de pertenencia de la persona.

Por lo tanto, la comunidad se construye si:

•Se crean espacios de relación afectiva entre las personas, espacios compartidos en torno a actividades comunes, sencillas, en las que las personas se prestan ayuda mutua para lograr una mayor eficacia. Esas tareas pueden ir desde las actividades relacionadas con la supervivencia y el cuidado, hasta espacios relacionados con el placer, el disfrute y el ocio.

•Si en el proceso de socialización se plantea a los niños, niñas y adolescentes la comunidad como un valor positivo, un lugar de seguridad y fortaleza. Se les enseña a pedir ayuda cuando se sienten débiles o vulnerables por algún motivo, a lograr mayor eficacia desde el trabajo en grupo o comunitario y a las oportunidades de aprendizaje que supone relacionarse con otras personas, especialmente aquellas que son más diferentes. Por el contrario, si se les educa desde el temor, desde la protección mal entendida, desde el miedo a la diferencia y la necesidad de control, se genera aislamiento social y se coloca a las personas en situación de riesgo.

•Si en ese mismo proceso de socialización, se une el concepto de familia al de red y comunidad, promoviendo habilidades para construir redes afectivas que vayan más allá de las familias y educando en la corresponsabilidad en el cuidado de los más débiles y la reciprocidad como un valor afectivo.

•Si se da una regulación informal, basada en las relaciones afectivas de cuidado mutuo. Las comunidades no están estructuradas en torno a ningún sistema oficial. Las personas asumen esas “reglas no escritas” porque se sienten pertenecientes a la comunidad y afectivamente vinculadas a la misma.

Cuando me refiero al SISTEMA, pienso en las instituciones. No sólo en los gobiernos, sino en todas las instituciones sociales que se crean para organizar y estructurar de forma más eficaz la atención a las necesidades sociales. Pienso en quien legisla, en los ministerios, las organizaciones, las empresas, los medios de comunicación, las multinacionales… Me refiero a estructurar la atención, a preservar y fomentar la consciencia colectiva. El sistema surge cuando:

•La comunidad crece tanto que es difícil atender las necesidades individuales y comunitarias sólo desde las relaciones interpersonales y porque se generan desigualdades estructurales en las comunidades que no pueden ser paliadas y atendidas únicamente desde las relaciones interpersonales.

•Se regula la convivencia a través de instrumentos varios: legislación, normativas e instituciones.

•El sistema requiere especialización: formación, profesionalización e inversión que la posibilite.

•El sistema conlleva dos elementos clave: generar una estructura especializada que conlleva unos costes humanos y económicos de mantenimiento independientes de la necesidad a la que pretende dar respuesta; y generar relaciones de poder que deben ser reguladas con consciencia para que no permitan o legitimen situaciones de abuso de poder, de violencia.

Mi certeza es que para que una sociedad esté sana y permita el desarrollo pleno de las personas debe preservar con estos tres pilares: individuo, comunidad y sistema.

Una mirada al mundo…

Sin embargo, al recorrer casi cuarenta países de cuatro de los cinco continentes, me di cuenta de que en todas las sociedades se había sacrificado de forma significativa uno de los tres pilares, o al menos había carencias muy serias en su desarrollo. Y con cada uno de los pilares que falla, se desarrollan problemáticas diferentes.

En los países del sur de Asia y y del Sudeste Asiático, así como en aquellos que conocí en África, la comunidad es el pilar clave de la sociedad. Es la comunidad la que define la identidad individual de las personas. La pertenencia a la comunidad condiciona el proyecto de vida que desarrollan las personas. Los sistemas tienen un nivel débil de desarrollo, aunque esto varía enormemente de un país a otro, pero en general no tienen la fortaleza suficiente para atender las necesidades individuales de las personas. Este predominio de la comunidad se puede percibir en las costumbres sociales, los ritos de iniciación, incluso en el mismo idioma.

Los países de la región de Latinoamérica y el Caribe la comunidad sigue presente aunque el individuo y su consciencia individual tiene más fuerza. Los conflictos que surgen en esta región y los movimientos sociales y políticos no son tribales ni religiosos, son movimientos que surgen de la consciencia de la injusticia y la desigualdad. Pero también en esta región los sistemas tienen verdaderas dificultades en su implementación y desarrollo y no logran cubrir las necesidades individuales de modo que las comunidades tratan de atender lo que los sistemas no logran cubrir.

Y en Europa y América del Norte la comunidad está muy mermada, por no decir desaparecida. Se establece la relación entre el individuo y el sistema. El individuo demanda al sistema que cubra sus necesidades de forma individual. Las estructuras comunitarias son puntuales, en determinados barrios, o zonas, pero no son generalizadas. En algunos de los países, la familia aún ha podido paliar la ausencia de la comunidad y cubre algunas necesidades de las personas que el sistema no llega a atender: necesidades de cuidados, económicas o de integración social. Pero la transformación de los modelos familiares hacia modelos de familia nuclear está conllevando que la familia esté dejando de poder paliar los efectos de la desaparición de la comunidad.

En todas las sociedades parecemos haber perdido uno de los tres pilares. Y creo de verdad que una sociedad no alcanza su pleno desarrollo si no promueve sus tres pilares.

Cuando el individuo desaparece, se pierde la posibilidad de plena implementación de todos sus derechos humanos fundamentales. Se esfuma la consciencia crítica, el pensamiento divergente, la creatividad y las personas renuncian a su proyecto de vida y a su identidad generando, entre otras muchas problemáticas, problemas de salud mental.

Cuando la comunidad desaparece, la sociedad se vuelve individualista con unos niveles de aislamiento social y exclusión social preocupantes, el cuidado de las personas vulnerables pasa a ser limitado y se pierde calidez humana. Las personas pueden sentir cubiertas sus necesidades básicas y que la soledad les ahogue. Y sin una comunidad fuerte, el sistema no llega a cubrir todas las necesidades individuales porque hay necesidades que tienen que ver con la relación, el cuidado, la cercanía y el afecto que ningún sistema puede cubrir. Pero además, la comunidad permite generar movimientos de cambio, unir a la gente en redes afectivas de apoyo comunes, romper con el miedo y el aislamiento social.

Y si el sistema falla, entonces el bienestar de una sociedad se limita a lo que puede cubrir la comunidad, falta estructura y cobertura de los derechos humanos, falla el sistema de bienestar social al que el sistema permite llegar.

Y en cierto sentido merece la pena cuestionarse la interrelación entre los tres pilares cuando en vez de trabajar para el bienestar común lo hacen para otros intereses. Entonces, ¿al sistema le interesa una comunidad fuerte o prefiere que las personas se mantengan aisladas y sin movilizarse? ¿Y a la comunidad le interesa el pensamiento crítico y divergente del individuo o prefiere la obediencia? ¿Y el individuo está dispuesto a aceptar la corresponsabilidad que supone la comunidad y el costo de mantenimiento del sistema?

Necesitamos los tres pilares para poder garantizar el desarrollo pleno de una persona y de una sociedad, pero cualquiera de esos tres pilares puede fallar, desaparecer o pervertirse. Un sistema sin los mecanismos necesarios de control puede colocarse en una posición de impunidad. Y en ese caso toca recordar el título de aquel libro de Henry Mash que debería ser obligatorio: “Ante todo, no hagas daño”(1). De hecho, una comunidad potente puede y debe producir los cambios necesarios en el sistema y exigir el cumplimiento de sus mecanismos de control.

Asimismo, una comunidad sin un sistema que la complemente y la regule y un individuo consciente y crítico puede anular al individuo, violar sus derechos humanos y convertirse en una trampa de la que el individuo se vea obligado a huir. Y un individuo que pierde o rechaza el sostén afectivo de su comunidad y no encuentra un sistema que e brinde un marco protector puede enfermar y hacerse daño o hacérselo a los demás.

¿Y los tres pilares en el sistema de protección?

Como decía al principio, este sistema de análisis desde los tres pilares lo empleo en el diseño y evaluación de programas de intervención y en la evaluación de cualquier estructura organizativa. El sistema de protección se puede y se debe mirar desde esta perspectiva. A continuación desarrollo algunas preguntas que merece la pena hacerse sobre el sistema de protección analizado desde esta perspectiva. No pretende ser un listado de preguntas exhaustivo, sino una invitación a la reflexión.

¿Quién es el individuo en el sistema de protección? Los niños, niñas y adolescentes. Y si miramos las claves de desarrollo del pilar del individuo…

•¿Podemos decir que en los recursos del sistema de protección se fomenta la conexión interna del niño, niña o adolescente? Yo diría que al contrario. En niños, niñas y adolescentes que vienen en muchos casos ya desconectados fruto de los mecanismos de disociación que tuvieron que poner en marcha para sobrevivir o por las carencias de sus figuras de apego a la hora de ajustarse emocionalmente a ellos, sintonizar y ayudarles a nombrar sus vivencias, ¿trabajamos con programas de estimulación sensoriomotriz que permitan a los niños, niñas y adolescentes reconectarse? ¿Contemplamos el trabajo corporal como elemento de intervención deseable del sistema de protección? ¿Cuidamos los entornos del sistema de protección para que generen conexión interna en los niños, niñas y adolescentes? ¿Formamos a los profesionales en habilidades de mentalización?

•¿Podemos decir que el sistema de protección promueve el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes sobre sus propias vidas? Creo que en este sentido se ha avanzado muchos los últimos años, pero es necesario ver hasta qué punto el sistema llega a anular el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes. Pensemos en las distintas áreas donde el niño o niña necesita ser protagonista de su propia vida: la vida cotidiana (qué vestir, a qué hora levantarse, si se ducha por la mañana o por la noche…), las decisiones de su propia vida (va o no al campamento, ve o no a sus padres, va a terapia o no…), el protagonismo en la comunidad donde viven (participación en las actividades del barrio, instalaciones, con los vecinos…), el protagonismo sociopolítico y el protagonismo en la evaluación y mejora de los entornos donde viven (¿cuántos recursos evalúan con los niños, niñas y adolescentes su funcionamiento?). Sin participación no hay autonomía, y sin autonomía no se logra el protagonismo sobre la vida propia necesario para cualquier proceso de recuperación. Aunque esta reflexión probablemente sería igual de válida para el nivel de protagonismo que se permite a los niños, niñas y adolescentes que crecen en familias protectoras.

•¿Podemos decir que el sistema de protección respeta y valida la identidad de los niños, niñas y adolescentes? Creo que en este sentido la situación es muy variada. Se ha mejorado mucho en el abordaje de la diversidad en el sistema de protección, se integran las diferentes identidades religiosas, sexuales y étnicas o raciales. Aunque queda mucho que mejorar en este sentido, sólo es necesario pensar en la atención que el sistema brinda a los adolescentes migrantes no acompañados.

¿Trabaja el sistema de protección de forma integrada con la comunidad?

•¿Está el sistema de protección integrado en la comunidad o permanece como un desconocido para la sociedad, funcionando de forma aislada y hacia dentro, llevando a los adolescentes al salir del sistema de protección a una situación de exclusión social?

•¿Realizan las instituciones las medidas necesarias para combatir los estereotipos sociales sobre los niños, niñas y adolescentes del sistema de protección? ¿Existen campañas de sensibilización social que los visibilice de forma positiva?

•¿Se promueven programas de familias colaboradoras que puedan mantener una relación con los niños, niñas y adolescentes sin acogerlos, sacándolos en verano o los fines de semana, etc.?

•¿Se trabaja con los niños, niñas y adolescentes para que vean la comunidad como un recurso, un espacio en el que pedir ayuda?

•¿Pueden ir los niños, niñas y adolescentes a dormir a casas de sus amistades? ¿A fiestas de cumpleaños sin rellenar cuatro formularios por escrito? ¿Pueden venir los amigos del colegio a verles a los centros residenciales?

•¿Se trabaja el acogimiento como una responsabilidad comunitaria? ¿Se entiende que no sólo acoge una familia sino también su comunidad, que el cuidado de estos niños, niñas y adolescentes en situación de desprotección es responsabilidad de toda la comunidad donde viven, de todos nosotros?

•¿Se trabaja el concepto de comunidad más allá de la familia en el sistema de protección? ¿Responde a este enfoque comunitario el abordaje que se hace de la familia biológica dentro del sistema de protección?

No me extiendo en las respuestas a estas preguntas porque están ampliamente desarrolladas en los artículos previos escritos en el marco de “Renovando desde Dentro” por Alberto Rodríguez (2), Javier Múgica (3) y Antonio Ferrandis (4).

Y respecto al pilar del sistema, el sistema de protección es uno de los elementos clave del sistema de cualquier sociedad desarrollada. Sería importante plantearse:

•¿Tiene el sistema de protección recursos suficientes? ¿Cuenta con la especialización adecuada: formación de los profesionales, espacios de supervisión? Desde el momento en que la supervisión solo empieza ahora a ser incorporada como obligatoria en los pliegos de concertación de algunas comunidades autónomas, que las titulaciones necesarias para determinados profesionales del sistema de protección no están reguladas en todos los territorios y que la formación inicial de las profesiones relacionadas con niños, niñas y adolescentes no incluyen todo el tema de protección, puedo responder sin riesgo a equivocarme que no.

•¿Se cumple la legislación que regula el sistema de protección o se aceptan las diversas vulneraciones de la ley sin imponer las sanciones correspondientes? Sólo un dato: más de 1.200 niños y niñas menores de seis años siguen viviendo en centros de protección, aunque la legislación aprobada en 2015 lo prohíbe expresamente para menores de 3 años y recomienda evitarlo para menores de 6 años. Y no ha habido ninguna sanción por ese incumplimiento de la ley. El único avance ha sido que el Plan de Acción y Lucha contra la Explotación Sexual Infantil en los Centros de Acogida aprobado en mayo de 2022 incluye medidas destinadas a solucionar esta situación antes del 2026.

•¿Contempla el sistema de protección las medidas necesarias para el cuidado de su propia estructura: cuidado y formación de los profesionales, actualización y evaluación de los sistemas de trabajo o mantenimiento de entornos e infraestructuras, entre otros? Aunque se está realizando una inversión muy potente en la mejora y actualización de los recursos del sistema de protección, queda mucho por avanzar.

•¿Existen medidas suficientes para regular las relaciones de poder dentro del sistema de protección y erradicar las distintas formas de violencia? Creo que todos los casos que han salido en medios de comunicación en los últimos dos años responderían por mí a esta cuestión.

El sistema de protección no es diferente de cualquier otro sistema que podamos evaluar. Necesita un marco normativo claro y que se cumpla en la práctica, unos sistemas de intervención actualizados, la especialización necesaria y mecanismos externos de control de su funcionamiento.

Una forma de mirar…

Un individuo consciente, una comunidad fuerte y un sistema sólido son condiciones imprescindibles para lograr la plena implementación de los derechos humanos y el desarrollo de sociedades justas que posibiliten vidas plenas a sus ciudadanos. No es que un pilar sea más importante que el otro, es que necesitamos los tres para lograr el desarrollo pleno como personas y como sociedades.

Este esquema es aparentemente sencillo pero, en mi experiencia, de gran calado. Para mí fue especialmente relevante entender lo que pasa cuando falla uno de esos pilares, hacia dónde deriva la sociedad. Y lo he aplicado tanto en la visión sociológica de los lugares en los que he vivido o trabajado como al análisis, evaluación y mejora de sistemas y programas de intervención.

(1) Mash, H. (2016). Ante todo, no hagas daño. Madrid: Salamandra.

(2) Rodríguez González, A. (2022). Las imágenes del acogimiento familiar que merman su desarrollo y la captación de nuevas familias. En el marco de la iniciativa Renovando desde dentro. Siete retos y propuestas de mejora del sistema de protección de la infancia en España.

Recuperado de: https://renovandodentro.wordpress.com/2022/01/19/articulo-4-disenando-la-mesa-del-cambio-que-tipo-de-intervencion-es-mas-eficaz-en-la-reparacion-de-danos-por-desproteccion-infantil-por-alberto-rodriguez/

(3) Múgica Flores, J. J. (2022). Las imágenes del acogimiento familiar que merman su desarrollo y la captación de nuevas familias. En el marco de la iniciativa Renovando desde dentro. Siete retos y propuestas de mejora del sistema de protección de la infancia en España.

Recuperado de: https://renovandodentro.wordpress.com/2022/06/20/articulo-8-las-imagenes-del-acogimiento-familiar-que-merman-su-desarrollo-y-la-captacion-de-nuevas-familias-por-javier-j-mugica-flores/

(4) Ferrandis Torres, A. (2022). La permanencia, todavía una asignatura pendiente. En el marco de la iniciativa Renovando desde dentro. Siete retos y propuestas de mejora del sistema de protección de la infancia en España.

Recuperado de: https://renovandodentro.wordpress.com/2022/10/04/articulo-9-la-permanencia-todavia-una-asignatura-pendiente-por-antonio-ferrandis-torres/