La actitud de quien acompaña.
Pepa Horno Goicoechea*,
mes de julio 2017,
el número 105,
pgs 629-641
El acompañamiento a las personas que fueron víctimas de abuso sexual cuando eran niños, niñas o adolescentes a lo largo de su vida exige mirar el abuso sexual infantil en su verdadera complejidad.
Tan equivocado es asumir que el abuso sexual infantil es una «enfermedad crónica» que no tiene cura, como decir que el abuso sexual infantil se puede «superar», «olvidar» o «pasar página».
Al igual que todas las vivencias traumáticas que tienen lugar en la fase del desarrollo evolutivo en que se está construyendo la estructura de la personalidad, el abuso sexual infantil es una experiencia que deja huella en el psiquismo. es una huella que forma parte de los esquemas afectivos y cognitivos que la persona usa para afrontar el mundo.
Pero lo que determina el desarrollo de la persona no es tanto esa huella, cuanto el significado que la persona le adjudica.
Muchas personas logran convertir el abuso sexual infantil en una experiencia que les brinda fortaleza emocional. Pero lograr esa transformación requiere un esfuerzo interno que difícilmente se puede comprender por parte de quien no lo ha vivido y que conlleva un agotamiento emocional importante que, si no se regula bien, puede acabar dañando la salud física y emocional.
Para un proceso de acompañamiento eficaz
se requieren tres condiciones actitudinales en la persona que acompaña:
.- Primero, no negar el abuso, no minusvalorarlo ni quitarle importancia.
.- La segunda condición sería no tratar a la persona víctima como si estuviera «loca» o «enferma», como si tuviera una enfermedad crónica que la hiciera menos capaz.
.- Y la tercera condición supone reconocer a la persona el derecho a la rabia.
“Como conclusión, si no se pudo impedir el abuso sexual, la sociedad
y las instituciones que la representan están obligadas a ofrecer a las
personas que fueron víctimas recursos de calidad para su recuperación,
así como a reconocerles su derecho a vivir esa herida como puedan, sepan
o quieran, sin establecer límites de tiempo ni formas recomendables o
censurables. No todas las personas que fueron víctimas de abuso sexual
infantil necesitan mostrarse públicamente, ni todas se calificarán a sí
mismas como “supervivientes”. Pero que no lo hagan no significa que no
lo sean. Y como sociedad les debemos ese reconocimiento público, la
garantía de un proceso de recuperación de calidad y las medidas
institucionales, sociales y políticas necesarias para prevenir y
erradicar el abuso sexual infantil” (p. 640).
*En el artículo “Honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso sexual infantil a lo largo de la vida”
he intentado reflejar los esquemas cognitivos y afectivos que quedan
anclados en los niños, niñas y adolescentes que son víctimas de abuso
sexual y con los que tienen que aprender a vivir, y muy a menudo a
pelear, a lo largo de toda su vida. Son esquemas sobre el mundo, sobre
su propia identidad y sobre las relaciones con los demás. Esquemas que
son complejos, radicales y sutiles al mismo tiempo y que explican mucha
de la patología y problemáticas que puede afrontar un hombre o mujer que
fue fruto de abuso sexual en su infancia o adolescencia.
Reflejar la profundidad de la herida del abuso y al mismo tiempo la
inmensa posibilidad de resiliencia de los hombres y las mujeres que
fueron víctimas de abuso cuando eran niños, niñas o adolescentes fue un
gran reto para mí como profesional y como persona.
Asimismo abordo las condiciones necesarias para desarrollar un
proceso de acompañamiento respetuoso hacia la persona. Una actitud en
quien acompaña, sea desde el contexto personal o institucional, que
“honre su dolor”. Y desarrollo las falsas creencias sobre el abuso y el
proceso que puede seguir una víctima a lo largo de la vida, creencias
que dificultan ese proceso en el entorno de las víctimas, pero también a
nivel social e institucional. Por eso quiero acabar este post
transcribiendo literalmente el párrafo con el que cierro el artículo y
que, gracias a la cortesía del consejo editorial de la revista,
podemos
adjuntarlo de forma íntegra en versión PDF:
** La Revista Sal Terrae ha dedicado todo este número al Abuso Sexual a NNA:
.- El abuso sexual infantil en España.
Save the Children
.- Responsabilidad, actuación y recursos contra el abuso sexual infantil.
Pilar Polo
Hágase la luz. Iglesia Católica y abuso sexual a menores
Miguel Campo, SJ
.- Honrar su dolor. El acompañamiento a las víctimas de abuso sexual infantil a lo largo de la vida
Pepa Horno Goicoechea
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