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Jóvenes mexicanos de Xochimilco promueven la salud sexual y reproductiva en su comunidad

La alcaldía del sur de la Ciudad de México registra una tasa de embarazo adolescente que duplica el promedio mundial. Un grupo de jóvenes decididos a revertir esa realidad se vale del arte como uno de los vehículos para informar a la comunidad cómo cuidar su sexualidad, en un proyecto coauspiciado por la dependencia de la ONU especializada en el tema.




Naciones Unidas

Centro de Información de Naciones Unidas en México

Eloísa Farrera e Iza Euan

6 de septiembre de 2024




                                    UNFPA
 
Ana Fernanda y Ricardo participan en un proyecto de promoción de la salud sexual y reproductiva impulsado
por el Programa de Población de la ONU en Xochimilco, México.

Conscientes de que el embarazo adolescente es un problema que afecta a Xochimilco, Ana Fernanda y Ricardo decidieron participar en una convocatoria impulsada por el Programa de Población de la ONU (UNFPA) en México y su socio Petit Fils, A.C. para transformar esta realidad a través del arte y la comunicación.


Ambos viven en la zona de la montaña de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México. Se trata de una alcaldía que tiene una de las tasas más altas en embarazo adolescente: 81 embarazos por cada 1000 adolescentes, el doble de la media mundial de 40 embarazos por cada 1000 adolescentes, de acuerdo con UNFPA México. Esta situación limita sus derechos humanos, entre ellos, el acceso a un empleo digno y provoca una mayor deserción escolar, sobre todo para las mujeres. Además, contribuye al aumento de la pobreza y de la violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, e, incluso, a una mayor mortalidad de mujeres a temprana edad, entre otros problemas.


La convicción de jóvenes como Ana Fernanda Fabila, de 18 años, y de Ricardo González, 17, para cambiar esta situación, es ejemplar. Ambos decidieron actuar concursando en una convocatoria lanzada por UNFPA junto a la asociación civil de Xochimilco de nombre “Petit Fils”, para realizar un mural promotor de los derechos sexuales y reproductivos en su localidad, además de brindar información y herramientas clave para que las juventudes puedan trazar y disfrutar de un proyecto de vida. Su propuesta resultó ganadora entre más de 55 proyectos de 83 participantes.


“A tu manera pero cuídate… Estamos muy chicos para cuidar kitty bebés”, se puede leer en su mural recién pintado en Xochimilco, el cual cuenta con teléfonos para brindar asistencia inmediata y oportuna de violencia de género, atención psicológica y denuncias en contra de la vulneración de los derechos humanos, así como acceso a los Servicios Amigables de Salud Sexual y Reproductiva para juventudes, ubicados en los Centros de Salud de Xochimilco.


“¡No debes tener miedo a cuidar tu sexualidad!”, exhorta Ricardo, quien está muy orgulloso de contribuir con este tipo de mensajes en una comunidad donde apenas hace algunos años era muy difícil hablar de cómo cuidar de la salud sexual y reproductiva para prevenir embarazos a temprana edad y evitar contagiarse de infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH.


“Hablar de sexo en nuestra adolescencia era malo. Nunca nos dijeron que nos teníamos que cuidar y que había miles de formas de cuidarnos. Para nosotras nunca hubo este tipo de información”, comenta Ana Lilia Flores, mamá de Ana Fernanda, quien aplaude este tipo de iniciativas y campañas informativas no sólo porque involucran a las juventudes y a sus familias, sino porque tienen el potencial de salvarle la vida a muchas niñas y adolescentes.


“Muchas niñas mueren porque no tienen la información necesaria”, indica Ana Lilia, de 39 años. “Se meten a sitios [web o redes sociales[ donde te dicen: ‘si te tomas este tecito, ya con esto’ [interrumpes el embarazo]. ¿Pero, qué ocasiona? Que muchas niñas mueran por eso. Porque no tienen la información necesaria”. Con este mural en la calle, agrega, se pone información confiable a la mano de las niñas y adolescentes que lo necesitan. “Ayuda a que no se sientan solas y sepan a dónde acudir”.


“Que el dibujo haya llegado a este punto no me lo imaginaba. Nos da mucha emoción. Nos sorprendió el resultado. A veces con decir: ‘a ver, vamos a intentarlo’ no pierdes nada (...) Nos inspira bastante a seguir adelante y a seguir con estos proyectos”, agregaron Ricardo y Ana Fernanda. 

Reconocimiento de diversidad sexual y de género de niñez y adolescencia les protege de discriminación

Se garantizan sus derechos humanos a la dignidad humana, la igualdad y no discriminación, la vida privada y familiar y el derecho al libre desarrollo de la personalidad


Gobierno de México

Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes

18 de julio de 2024




Niñez transgénero


Desde la publicación de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA) en 2014, se han registrado avances en el reconocimiento de estas poblaciones como titulares de derechos, así como su materialización en su vida diaria. Sin embargo, aún existe un sector que sufre los efectos de una discriminación y vulneración sistemática a sus prerrogativas legales por su orientación sexual y/o identidad de género: la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, intersexual, queer y otras (LGBTTTIQ+) de la que forman parte niñas, niños y adolescentes.


Para asegurar el reconocimiento y la expresión de la diversidad sexual y de género hay que considerar derechos y principios indispensables al diseñar y ejecutar políticas públicas, así como el análisis de casos en la materia, señaló durante la Sesión Permanente de la Comisión de Secretarías Ejecutivas de Protección Integral de los Sistemas Nacional y de las Entidades Federativas (Comse) la encargada de la Secretaría Ejecutiva (SE) del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), adscrita a la Secretaría de Gobernación, Constanza Tort San Román.


Apuntó que entre ellos se encuentra la dignidad humana, la igualdad y no discriminación, la vida privada y familiar y el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Este último destaca porque es el reconocimiento por parte del Estado de la facultad de toda persona para ser individualmente como quiera ser, sin coacción ni impedimentos de otras personas, con el fin de cumplir las metas o el proyecto de vida que cada sujeto se ha fijado.


Especificó que este mandato legal incluye orientaciones sexuales, identidad de género y relaciones familiares que las personas LGBTTTIQ+ establecen dentro de la sociedad; es en este sector de la población en el que el derecho al libre desarrollo de la personalidad ha evolucionado con mayor rapidez.


Enfatizó que a pesar de contar con normativas y criterios jurisprudenciales en la materia, niñas, niños y adolescentes aún no cuentan con lineamientos sólidos para enfrentar las dificultades que implican la diversidad sexual y de género.


Las y los menores de 18 años son personas en desarrollo, por lo que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad respecto a la población adulta. Esto comprende la expresión de la diversidad sexual y de género, por lo que enfrentan acciones de acoso dentro de centros de enseñanza, marginación y exclusión de servicios como educación y asistencia médica, expulsión de sus hogares, formas de intimidación, violencia física y sexual; así como internamientos o terapias para “corregirles”.


Expuso que en espacios como la Comse se difunden marcos conceptual y jurídico del tópico y datos estadísticos de diversidad sexual y género de esta población etaria. Solo así se reconoce esta diversidad y se identifican recomendaciones para reducir la discriminación, la estigmatización y la exclusión que enfrentan niñez y adolescencia LGBTTTIQ+ en el país.


En la sesión intervinieron Gloria Careaga Pérez, directora de Fundación Arcoíris; Enrique Minor Campa, profesor en la  Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública (EGAP) del Tecnológico de Monterrey (ITESM), campus Ciudad de México; Tania Morales Olvera, directora y fundadora de la Asociación para las Infancias Transgénero, A.C.; Enrique Ventura Marcial, director general adjunto de Quejas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).


Para mayor información se presentan los siguientes materiales:


Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2021.


Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Comunicado prensa.


Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Marco conceptual.


Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Prontuario de resultados.


Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Presentación de resultados.


“La educación afectivosexual es un derecho que no se puede ejercer en España”.

España es uno de los países europeos con mayores deficiencias a la hora de cumplir 
las múltiples recomendaciones de la UE dirigidas a incluir 
la educación afectivosexual en los currículos escolares
La falta de voluntad política obstaculiza un cambio en las aulas 
que solo se dará si las leyes obligan a ello, 
y ejemplos como ‘Sexualidades’ o ‘Skolae’ lo demuestran. 
Está en juego construir una sociedad más igualitaria


Aula de un colegio público, en 2014. Juan Carlos Mejías

España es uno de los países europeos con mayores deficiencias a la hora de cumplir las múltiples recomendaciones de la UE dirigidas a incluir la educación afectivosexual en los currículos escolares desde edades tempranas. Así queda recogido en el informe ‘Comprehensive sexuality education: why is it important?’,
publicado en febrero de 2022 a petición de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género (FEMM). De los 27 Estados integrantes de la Unión, solo ocho siguen sin implementar la educación afectivosexual en sus centros educativos de forma obligatoria, y España se encuentra en esa lista.

El documento recoge hasta seis resoluciones en firme del Parlamento Europeo, que, desde el año 2015, ha pedido a “la Comisión [Europea] que apoye la implementación en los Estados miembro de programas de educación afectivosexual integral” (2019) y a los propios “Estados miembro que aseguren el acceso universal a una educación afectivosexual integral, científicamente rigurosa, basada en evidencias, adecuada a la edad y libre de prejuicios para todos los niños y niñas” (2021). A nivel internacional, es la UNESCO quien marca la pauta al establecer la garantía de “una educación sexual integral y de calidad” para “todos los niños y jóvenes” como la primera prioridad en su ‘Estrategia de Educación para la Salud y el Bienestar’.

‘Sexualidades’, un ejemplo del modelo español
A pesar de todo ello, la realidad es que, hoy en día, “la educación afectivosexual es un derecho que no se puede ejercer en España”. Lo afirma José Vázquez, coordinador de proyectos de salud y educación sexual en la Consejería de Salud de Asturias, poco después de descolgar el teléfono para hablar con CTXT acerca del programa ‘Ni ogros ni princesas’. Enmarcado en la línea de trabajo ‘Sexualidades, proyecto educativo’, se trata de una iniciativa autonómica ideada para aquellos centros en los que “haya profesorado que se comprometa a dar sesiones de educación afectivosexual en el aula, bien en horario de tutoría o bien en sus materias”, cuenta Vázquez. Él mismo resume las implicaciones de este requisito: “Los centros educativos deciden de forma voluntaria si quieren participar o no, es voluntariedad pura y dura”.

La educación afectivosexual en España es muy limitada, por no decir precaria, y se basa en la voluntariedad

En este sentido, el funcionamiento de la educación afectivosexual en Asturias sirve como ejemplo para explicar la situación en la que se encuentra esta cuestión a nivel nacional. José Vázquez participó en un estudio sobre los programas educativos autonómicos, llevado a cabo en el año 2021, cuya conclusión demostró que “la educación afectivosexual en España es muy limitada, por no decir precaria, y se basa en la voluntariedad”. “A nadie se le ocurre que las Matemáticas puedan ser voluntarias; sin embargo, sí pasa con la educación afectivosexual, que es un cuerpo de conocimientos objetivos y científicos amparados por la OMS y la UNESCO”, denuncia.

A la hora de buscar culpables, Vázquez lo tiene claro: “Esto depende del Estado, en realidad. Las comunidades autónomas tienen cierto margen, pero el currículum se decide con una ley de educación estatal. La última es la LOMLOE, y no recoge la educación afectivosexual” más allá de “objetivos que, si no se concretan, se quedan en intenciones”. De hecho, la reforma educativa del Gobierno de coalición ha tenido un impacto negativo en el proyecto ‘Sexualidades’.
En origen, la iniciativa impulsó la creación de cuatro materias curriculares de educación afectivosexual en Asturias, una para cada curso de la ESO, que se ofrecían como parte de las materias de libre configuración autonómica. De esta manera se abría la posibilidad de que los centros que así lo decidieran pudieran ofertar dos horas a la semana de educación afectivosexual en primero, segundo y tercero de la ESO, y tres horas a la semana en cuarto. “Ahora, con la LOMLOE, de primero a tercero de la ESO ya vienen todas las materias fijadas, tanto a nivel nacional como la concreción que se hace después de forma autonómica, entonces solo hay posibilidad de ofertar una materia que proponga el centro en cuarto de la ESO”, cuenta Raquel Busto, licenciada en Psicología y orientadora de un centro educativo asturiano.

En este nuevo contexto, ‘Sexualidades’ pierde gran parte de su alcance. Su punta de lanza, el programa ‘Ni ogros ni princesas’, ha quedado reducida al acceso –siempre voluntario– del profesorado a un “material didáctico con una parte teórica, con contenidos, y una parte práctica, con propuestas para desarrollarlos en el aula”, explica José Vázquez. Superada la barrera de la voluntariedad, los y las profesoras que quieran recibir esta formación se enfrentan a otros obstáculos. “En nuestro caso la formación es fuera del horario lectivo, por las tardes. Dependes de la conciliación, muchas veces implica presencialidad… no es fácil”, desvela Raquel Busto.
Como complemento, ‘Ni ogros ni princesas’ ofrece talleres externos y puntuales, normalmente uno para cada curso de la ESO, impartidos por personal de enfermería, la Consejería de Juventud o la asociación LGTBI+ Xega.
Tanto Busto como Vázquez coinciden en la necesidad de introducir la obligatoriedad de la educación afectivosexual, un factor prácticamente inexistente en España.

‘Skolae’, la excepción obligatoria
“‘Skolae’ es un programa obligatorio para todas las etapas de escolarización (desde 0-3 años hasta bachillerato y grados medios y superiores) y todos los centros navarros sostenidos con fondos públicos. Por normativa, todos los centros tienen que entrar”. Amelia Fernández de Monje, jefa del Negociado de Coeducación en ‘Skolae’, es quien pronuncia las palabras que persiguen tantos proyectos de educación afectivosexual y que, de momento, solo pueden decirse desde Navarra. Cuestionada acerca de lo que ha propiciado esta excepcionalidad, Fernández de Monje pone en valor la existencia de una “apuesta política” a nivel autonómico que empieza a abrirse camino con “la ley foral 14/2015, de 10 de abril, y la ley foral 17/2019, de 4 de abril. Ahí es donde nos dicen: hay que trabajar la coeducación”.
Gracias a este andamiaje legislativo, complementado con un decreto foral publicado en 2021, “que refuerza la obligatoriedad”, y una serie de órdenes forales “que concretan” el empuje en medidas y acciones bien definidas, los centros educativos públicos y concertados en Navarra se encuentran inmersos en un proceso de “construcción de estructuras estables para que se vaya creando una identidad coeducadora”, afirma Amelia Fernández de Monje. Tanto ella como su compañera Oihana Etxarte, asesora en coeducación y también presente en la conversación con CTXT, insisten en la necesidad de ampliar la mirada más allá de la educación afectivosexual: “Nosotras creemos que la educación sexual tiene que estar dentro de un contexto coeducativo, porque si no, no tiene sentido”. ¿Y qué es la coeducación? Se trata de un enfoque educativo que tiene como objetivo “que los alumnos y alumnas vayan construyendo esa mochilita para poder elegir el proyecto vital desde la libertad, la diversidad de opciones, sin condicionantes de género y aprendiendo a identificar las desigualdades y hacerles frente”, cuentan desde ‘Skolae’.

La experiencia evidencia que la obligatoriedad es un aspecto crítico para lograr una transformación educativa integral

Una de las quejas de Raquel Busto, desde Asturias, entronca a la perfección con los argumentos de ‘Skolae’. “Cuando hay cursos de educación afectivosexual siempre vamos las mismas personas. Y siempre somos mujeres. Para los chicos es mucho más potente que sea un hombre el que les dice determinadas cosas, porque se va a convertir en un referente de otro tipo de masculinidad”, dice Busto; “si permitimos la voluntariedad, vemos que durante años se formaban siempre las mismas mujeres. Y eso no puede ser. Entonces se decidió que tenía que ser todo el claustro quien recibiese estas formaciones”, coinciden Amelia Fernández de Monje y Oihana Etxarte.
Más concretamente, el programa ‘Skolae’ se apoya en la creación de dos figuras fundamentales: el grupo impulsor y el plan de identidad coeducadora. La justificación para la primera de ellas demuestra que en Navarra están más de un paso por delante del resto del país: “No es suficiente con formar a todo el claustro, necesitamos un grupito en el que haya alguien del equipo directivo que dé continuidad al proyecto, para que no desaparezca con la movilidad que tenemos en los centros públicos”.
En esa misma línea, el plan de identidad coeducadora está diseñado para garantizar que la coeducación se instala en el núcleo mismo de los centros públicos y concertados. ‘Skolae’ propone cuatro fases de formación obligatoria para todo el profesorado, cada una de ellas con el requisito de reservar 12 de las 35 horas anuales de formación con las que cuentan los y las profesoras –quienes forman parte del grupo impulsor deben utilizar las 35 horas para esto–, a través de las cuales se va integrando “la transformación progresiva de un centro educativo mixto en un centro coeducativo”, en palabras de Amelia Fernández de Monje, que sigue desarrollando: “La idea es que la formación sea teórico-práctica: tú te vas formando y a la vez eso lo llevas al aula. El profesorado tiene que pasar de utilizar las actividades que propone ‘Skolae’ a saber cómo hacerlo para introducir en sus programaciones propias el enfoque coeducativo. Que la coeducación esté todo el rato en su mirada”. Esta pretensión de transversalidad queda afianzada por los mencionados planes de identidad coeducadora, que, según explica Etxarte, quedan plasmados “dentro de la propia documentación interna del centro”. De esta manera, tras completar las cuatro fases, se mantiene por escrito “la obligación de seguir coeducando”.
El esfuerzo político en Navarra ha posibilitado que cada uno de estos elementos esté perfectamente desgranado en la legislación autonómica, condición insoslayable a la hora de impulsar un progreso verdaderamente significativo hacia la coeducación. El problema, también para Fernández de Monje y Etxarte, es que “la LOMLOE menciona la educación afectivosexual, pero no concreta nada”, así que todo “depende de que cada comunidad autónoma lo haya querido especificar”.

Hacia una sociedad más igualitaria
A pesar de las barreras que generan la voluntariedad y la falta de iniciativa política, Raquel Busto ha observado progreso en su experiencia impartiendo Sexualidades Diversas en cuarto de la ESO: “Sobre todo las chicas se ven más fuertes para dar su opinión acerca de las cosas que quieren hacer y las que no”. Como ejemplo más concreto, cuenta que pone en práctica un reto quincenal “en el que todo el alumnado tiene que cocinar en casa, planchar, etc. Ahí se dan cuenta y ponen en valor muchas cuestiones que antes no valoraban”.
Oihana Etxarte destaca que uno de los cambios más inmediatos que ‘Skolae’ introduce en los centros tiene que ver con el lenguaje: “El alumnado se vuelve superexigente cuando no escuchan lenguaje inclusivo”. Y por si esto fuera poco, añade: “También están más receptivos y más alerta a casos de agresiones sexistas”.
En relación a los contenidos, Amelia Fernández de Monje asegura que “los conocimientos y aprendizajes están adaptados a cada etapa”. Junto a su compañera, enumeran algunas de las cuestiones a tratar según el ciclo educativo: “En educación infantil podemos trabajar los apegos seguros. En primaria se puede hablar de los cambios fisiológicos que irán teniendo nuestros cuerpos, especialmente con las chicas, que suelen mostrar actitudes negativas hacia sí mismas y que viven la menstruación como algo sucio. Hablamos también de los modelos de belleza desde una perspectiva crítica para minimizar esa presión social. En secundaria podemos entrar en las atracciones, los celos y la frustración cuando me ponen límites, o de cómo saber ponerlos”.
Además de formar parte de ‘Skolae’, Oihana Etxarte cuenta con experiencia docente, y recuerda con especial cariño una anécdota con un grupo de primero de primaria: “Teníamos diferentes materiales para relajarnos cuando estábamos enrabietadas, uno de ellos era un masajeador para la cabeza. Me di cuenta de que dos txikis se estaban haciendo un masaje y, sin intervenir, escuché cómo le preguntaba uno al otro ‘¿dónde quieres que te haga el masaje?’, y la respuesta fue ‘prefiero que no sea en la cabeza’. Ese momento se aprovechó para remarcar lo bien que estaba preguntar dónde quería el masaje, que la otra persona haya sabido decir dónde no quería y que tú le hayas respetado”.

La reacción ultra
Corresponsabilidad, consentimiento, denuncia de desigualdades, identificación de violencia de género… A pesar de las grandes diferencias entre ‘Sexualidades’ y ‘Skolae’, ambos proyectos demuestran la capacidad de la educación afectivosexual para provocar cambios profundos. Mar Venegas, socióloga e investigadora de la Universidad de Granada especializada en educación, género y sexualidad, explica a CTXT que “el modelo de ciudadano y ciudadana que queremos construir en nuestra sociedad se configura fundamentalmente a través de la socialización escolar”, por ello, “todo el trabajo que se hace a nivel coeducativo es precisamente para contrarrestar los referentes dominantes patriarcales, que pueden ser homófobos, tránsfobos y abiertamente machistas”.
En un contexto de reacción antifeminista enfervorecida, esta socióloga destaca el “pánico moral” propagado por “grupos y lobbies ultraconservadores financiados para reforzar los valores religiosos contra la apuesta de la educación afectivosexual”. Titulares como ‘La guía educativa que enseña a masturbarse desde los tres años llega a los tribunales de Cataluña’, publicado en el diario ABC en diciembre de 2022, alimentan una campaña del miedo que ha calado. Desde la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género (FEMM) se advierte de que el profesorado en España “ha expresado su malestar por tener que abordar el tema de la educación sexual debido a las posibles consecuencias que puedan tener las opiniones de los padres y las madres”. Raquel Busto lo nota cuando “algunas familias dicen que queremos convencer a sus hijos de algo. Piensan, por ejemplo, que la homosexualidad es algo de lo que les podemos convencer”. Por su parte, desde ‘Skolae’ reconocen que, más o menos, tienen “una denuncia cada año”, aunque “siempre son de ocho familias como mucho”.
[Durante la realización de este reportaje, una de esas denuncias interpuestas por algunas familias provocó la anulación del Plan de Coeducación 2021-2023 aduciendo errores en su tramitación. Sin embargo, “la sentencia no afecta al programa”, aseguran desde ‘Skolae’, puesto que el plan 2021-2023 ya está extinto.]


España es el cuarto mayor inversor europeo en cuestiones antigénero
El esfuerzo de la ultraderecha en este sentido es notorio. Según una investigación del Foro Parlamentario Europeo para los Derechos Sexuales y Reproductivos, entre 2009 y 2018 se invirtieron 707,2 millones de dólares en lo que el documento denomina activismo “antigénero”, dentro del que se encuentra la guerra abierta contra la educación afectivosexual.
España ocupa un lugar privilegiado en esta red de asociaciones, partidos políticos, think tanks y millonarios ultracatólicos. Concretamente, las organizaciones españolas Hazte Oír y CitizenGO “generaron unos ingresos de 32,8 millones de dólares” entre 2009 y 2018, “convirtiéndose en el cuarto mayor inversor europeo” en cuestiones “antigénero”, revela este exhaustivo informe.
Frente a todo ello, el optimismo de Amelia Fernández de Monje: “Sigue habiendo familias que ese día no mandan a su hijo o hija a clase, pero cada vez va a ser más difícil porque es transversal ya. Es como el txirimiri, que no lo notas pero te va calando”. Y una petición: “Hemos comprobado que en la medida en que generamos espacios y dedicamos tiempo en los centros educativos, el alumnado sí expone cuáles son sus malestares y sus necesidades, y agradecen mucho que se hable de ello. Pero esto resulta insuficiente. Vemos muy necesaria esa apuesta política, porque si no se facilita ese escenario, difícilmente se avanza”.

La Ley de Infancia y la Ley Trans avanzan con el consenso de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, en el Parlamento Vasco

En los meses finales de la legislatura, y quizás por la proximidad de las elecciones autonómicas vascas de este 2024, tanto el Ejecutivo vasco como el resto de fuerzas de la oposición parecen mostrar un perfil mucho más conciliador que el mostrado en los últimos cuatro años. Una actitud negociadora que se traduce en cuatro acuerdos para otras tantas normas que se someterán a votación en las próximas semanas. 


CRONICA VASCA

Javier Ojembarrena Alba

30 enero, 2024


La Ley de Infancia y la Ley Trans avanzan con el consenso de EH Bildu y Elkarrekin Podemos / Legebiltzarra


De hecho, en tres de estas, la de Infancia y Adolescencia; la de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales (conocida como Ley Trans); y la de Cooperación y Solidaridad contarán con, al menos, el apoyo de Podemos y EH Bildu. A lo que en el caso de la Ley de Infancia podría sumarse también el Partido Popular, tras haber incluido algunas enmiendas en el texto final. 


En concreto, este martes la Comisión de Políticas Sociales y Juventud del Parlamento vasco ha aprobado el dictamen de este proyecto de ley con el voto favorable de los partidos que conforman el Ejecutivo vasco (PNV y PSE-EE), así como el apoyo de la coalición morada y la izquierda abertzale. Además, de la abstención del PP, desde donde todavía no han dado a conocer qué harán el día en que se vote esta iniciativa en la Cámara vasca. Algo que, previsiblemente tendrá lugar el próximo 15 de febrero


Tras la comisión, las parlamentarias del grupo jeltzale y el grupo socialista: Eva Juez Garamendia y Gloria Sánchez, han destacado el consenso general para la futura aprobación de una norma que, a su juicio, es "el resultado de un proceso colaborativo y consultivo integral", en el que han participado diversos organismos gubernamentales y entidades sociales, y cuyos ejes fundamentales son "la prevención y el interés superior del niño y la niña".


"Esta nueva ley es un paso fundamental en nuestro compromiso con la protección de los derechos de la infancia y la adolescencia. Estamos asegurando que el interés superior del niño y la niña esté en el centro de todas nuestras políticas y acciones", han señalado ambas parlamentarias.


Por otra parte, en lo relativo a la Ley Trans, la coalición soberanista ya ha confirmado que votará a favor de esta otra medida tras haber introducido varias iniciativas propias en el texto original. Ante este amplio consenso, del que también forma parte Podemos, el parlamentario de Bildu, Ikoitz Arrese, ha señalado que de esta forma se van a poder "defender y garantizar mejor" los derechos de las personas trans . “Es muy importante que la ley salga con un consenso tan grande en un momento en que la LGBT+fobia y la transfobia siguen estando muy presentes y desde la ultraderecha se alientan los discursos de odio contra las personas LGBT+ y trans”.


Así, Arrese ha asegurado que gracias al pacto alcanzado con su formación, la ley incluirá "el establecimiento de una fecha conmemorativa y la creación de espacios de reconocimiento y recuerdo para recuperar y difundir la memoria de las personas y el movimiento trans". Además, entre las aportaciones de Bildu, el portavoz soberanista ha destacado "el impulso a la introducción de cláusulas en los convenios laborales para impedir la discriminación de las personas trans en el empleo tanto público como privado".

Las relaciones afectivo sexuales en la infancia y la adolescencia. IX Jornada GSIA

La pregunta que queda en el aire es quiénes y cómo vamos a acompañar 
a nuestros hijos e hijas a una visión y vivencia positiva de la sexualidad, cómo 
“una energía que nos impulsa a buscar afecto, contacto, placer, ternura e intimidad.., 
influye en nuestros pensamientos, sentimientos, acciones e interacciones 
y por tanto está relacionada con nuestra salud física y mental”. 
Si seguimos eludiendo esta labor, sin abordar con ellos sus inquietudes y experiencias, 
sus conocimientos, hábitos, riesgos, comportamientos, los dejamos solos.




Esperemos que a este escaparate no haya que ponerle “farolillos” 
como a los del afamado barrio de Ámsterdam. 
En un mundo hipersexualizado como el nuestro, con web de contactos, 
cosificación de las relaciones, hiperexposición de los cuerpos…; 
unir la palabra sexualidad a infancia y adolescencia causa estupor y escándalo.

Sin embargo, programas televisivos como “Generación porno”, noticias de prensa sobre el aumento de las agresiones en manada entre personas menores de edad están presentes en los medios y causan alarmismo, fomentando una visión negativa, agresiva y crítica sobre el ejercicio de determinadas prácticas sexuales en jóvenes. 
En este contexto, decidimos embarcarnos desde GSIA, en el reto de organizar nuestra IX Jornada del GSIA con el tema de “Las relaciones afectivo-sexuales en la infancia y la adolescencia. Diálogos intergeneracionales”.
Queríamos construir con ellos otras narrativas y discursos diferentes a los que el mundo adulto construye sobre ellos sin ellos.
Si siempre nos es difícil su participación, al colisionar con el horario lectivo, en esta ocasión percibimos más obstáculos en la organización. El tema producía preocupación y rechazo. Sin embargo, el alto número de inscritos en las Jornadas y el hecho de que muchos de los participantes vinieran del mundo educativo, tanto de las entidades de tiempo libre como del entorno escolar, nos convenció aún más de que era necesario crear este espacio de debate respetuoso y libre.

Organizamos tres mesas de diálogo con expertos del mundo académico, profesionales de la atención directa, representantes de padres/madres y familias, chicos y chicas.

La primera mesa se centró en si existía o no educación sexual, sobre qué contenidos y quién debía impartirlos. La respuesta fue bastante unánime: no existe una educación sexual universal, pública, consensuada e integrada en la comunidad educativa.
Con ellos hablamos de la necesidad de recuperar la educación sexual como esa gran asignatura vital para la cual los padres y madres se sienten cohibidos, dando respuesta desde las propias demandas de sus hijos, que toman un papel más proactivo. 
Los chicos acuden a internet, a las secciones de las revistas, al conocimiento de sus iguales… y a menudo ese acercamiento les causa frustración porque no obtienen el saber y el acompañamiento que necesitan. Tampoco la escuela ha asumido esta tarea, ya que la educación sexual que se recibe está centrada en lo biológico, la genitalidad, la salud reproductiva y la prevención de los embarazos no deseados o la ETS. 
La formación afectivo-sexual que incluye poder hablar con ellos de temas de su interés como la identidad de género, la orientación sexual, las prácticas erótico-sexuales, la propia autoestima, la búsqueda del placer, las relaciones y vínculos que se construyen, el propio autoconocimiento…quedan, “con suerte” , incorporadas como tutorías, charlas de en muchos casos de entidades externas, no garantizando una equidad de acceso a un derecho reconocido por la Convención de Derechos del Niño y de la Organización Mundial de la Salud.
La transmisión de las expectativas, estereotipos, creencias sobre la sexualidad son culturales, están en lo
preverbal, en las conductas observables, en las pautas de crianza, los juicios de valor, las costumbres, la religión… están en todas partes desde antes de nacer. Por eso, convertir esto en una cuestión ideológica en la que hablar de “adoctrinamiento”, en vez de libertad de elección, autodeterminación y autonomía, donde los hijos y las hijas van a  recibir de su entorno convivencial y de su contexto cultural diversidad de modelos sobre los cuales se afianzarán como personas, sorprende.

En la segunda mesa convenimos que este es un país que ha avanzado muchísimo en los últimos años en cuestiones como la igualdad entre hombres y mujeres, la transformación del marco legal sobre la elección de la identidad de género o sobre la salud reproductiva. Sin embargo, los datos de diversos barómetros anuncian que han aumentado los jóvenes que niegan la existencia de la violencia de género y se han incrementado los discursos de odio por ejemplo hacia la homofobia o la transfobia. Sigue pues existiendo una brecha entre los avances conseguidos y las repercusiones y trasformaciones sociales que han de acompañarla.
La discriminación sigue existiendo, la presión social, las burlas, las agresiones, la falta de empatía… pero al menos, ahora, determinados hechos no quedan impunes, son rechazados, tienen consecuencias. Es necesario reeducar desde el reconocimiento y la convivencia con el “otro” distinto que yo, salir del adulto-centrismo, generar conversaciones preventivas con los niños, niñas y adolescentes. En este sentido, las redes sociales han generado redes de apoyo a la identidad, a un posicionamiento activo, que ha servido para fortalecer a aquellas personas del colectivo LGTBQ+ que viven en otros contextos como el rural.
Existe un salto generacional y muchos de nuestros jóvenes tienen una visión de mayor libertad y diversidad, de ruptura de patrones patriarcales y heteronormativos.

¿Pero qué opinión tienen sobre el tema del consentimiento? Este tema lo abordamos en la tercera y última mesa de diálogo. El consentimiento es entendido como un acuerdo de intimidad, en igualdad, respeto mutuo y sincero, en el que creamos un vínculo de confianza mutua. Por eso puede ser reversible, porque los límites negociados pueden cambiar…, porque “no vale todo”, porque eso no me apetece, porque sé autocontrolarme en sintonía con el otro.
¿Y en el caso de las personas menores de edad cómo valorar la madurez para el consentimiento? El marco jurídico y social entiende que un niño o niña de menos de 12 años no puede dar su consentimiento, entre iguales entre 12-16 años si pueden establecer relaciones consentidas entre ellos y a partir de los 16 años también con adultos si no hay una relación de sumisión-poder, coacción o diferencia de edad de más de 4 años. Sin embargo, la pubertad según los pediatras se ha adelantado y la sociedad fuerza un acortamiento de la infancia y un alargamiento de la adolescencia y la juventud. No es de extrañar, por tanto, que el interés por la sexualidad omnipresente en el mundo adulto también esté en nuestra infancia.

La pregunta que queda en el aire es quiénes y cómo vamos a acompañar a nuestros hijos e hijas a una visión y vivencia positiva de la sexualidad, cómo “una energía que nos impulsa a buscar afecto, contacto, placer, ternura e intimidad…, influye en nuestros pensamientos, sentimientos, acciones e interacciones y por tanto está relacionada con nuestra salud física y mental”. Si seguimos eludiendo esta labor, sin abordar con ellos sus inquietudes y experiencias, sus conocimientos, hábitos, riesgos, comportamientos, los dejamos solos.

Y como sociedad y mundo adulto: ¿Cómo tener un análisis completo del fenómeno que permita diseñar políticas y actuaciones públicas que abarquen todas las perspectivas de dicho fenómeno y les incorporen activamente en la búsqueda de soluciones y en los procesos de prevención e intervención dirigidos a ellos?.

Nosotros desde GSIA creemos en la necesidad de esa escucha y en su capacidad de agencia en la
construcción colectiva y seguiremos impulsando espacios para conseguirlo.

Save The Children valora positivamente la Ley de protección a la infancia contra el porno en Internet anunciada por el Gobierno

Save the Children valora positivamente que ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara en una entrevista al diario El País la aprobación de una ley para proteger a los menores de edad del porno en internet.

Madrid, 15 de enero de 2024


Sánchez iba más allá y concretaba tres objetivos en este tema: aprobar una ley integral para proteger a los menores en internet; aprobar una estrategia multidisciplinar que abarque las perspectivas de educación, competencias digitales e igualdad, y crear dispositivos que impidan el acceso a esos contenidos pornográficos a menores de edad.   


Save the Children lleva años promoviendo soluciones específicas a esta realidad y, de hecho, se han dado ya pasos legislativos claves: “Ya en el espíritu de la Ley de Protección a la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia de 2021, conocida como LOPIVI, estaba contemplado este propósito, planteando que internet también debe ser un entorno seguro para niños, niñas y adolescentes. Es hora de llevarlo a término”, valora Andrés Conde, director general de Save the Children. Y añade: “no podemos permitir que la pornografía se convierta en profesora y consultorio de sexualidad para los y las adolescentes, porque afecta muy negativamente a sus relaciones y su desarrollo”.  


“Estamos convencidos además de que es un asunto que puede concitar el consenso entre los grupos políticos. No hay nada de mayor interés general que proteger a los niños y a las niñas”, concluye Conde.  


En este sentido, la entidad considera que es una gran oportunidad que desde el Gobierno -y en concreto desde los ministerios de Educación, Formación Profesional y Deportes y de Juventud e Infancia- se esté brindando esta opción para encontrar soluciones desde el máximo consenso posible, con la colaboración de expertas, infancia y adolescencia, familias y sociedad civil.   


“Consideramos que esta ocasión única necesita de la más alta coordinación entre el grupo de expertas anunciado por el Ministerio de Juventud e Infancia y las sesiones que tengan lugar en el marco de la Conferencia Sectorial de Educación, organismo coordinador y representativo de todas las comunidades autónomas. Solo así se podrá abordar la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes en el entorno digital de forma integral y efectiva”, explica Conde.  


INFORME (DES)INFORMACIÓN SEXUAL  


En el informe “(Des)información sexual: pornografía y adolescencia”, de 2020, Save the Children ya advertía de la urgencia de tramitar la LOPIVI en este campo: “hay que desarrollar el gran enfoque preventivo de esta ley para que las niñas y los niños sean capaces de detectar la violencia o el abuso, lanzar campañas de sensibilización para prevenir la violencia y la igualdad, implementar las herramientas y soluciones necesarias para prevenirlo y que, si sucede, les hayamos ofrecido el acompañamiento necesario para poder ser críticos con el contenido”, resalta Conde.  


Asimismo, es necesaria una educación reglada que otorgue a la infancia y adolescencia conocimiento sobre la sexualidad basado en la igualdad, la afectividad y que sirva para prevenir la violencia sexual. La educación sobre el entorno digital es también fundamental, pues chicos y chicas tienen que entender cómo utilizar internet de manera segura, así como las implicaciones de sus acciones online. También se deben abordar otros fenómenos como la pornografía autoproducida, fuente de pornografía que intercambian hoy día los adolescentes.   


EL PAPEL DE SAVE THE CHILDREN  


En junio de 2023, la organización se unió a una iniciativa promovida por la Asociación Europea para la Transición Digital, que proponía un paquete de medidas para marcar unos estándares mínimos de consenso para un Pacto de Estado.   


Save the Children considera fundamental que garantizar un internet más seguro no suponga una merma de los derechos de niños y niñas en el entorno digital, tales como el derecho a la información, la libertad de expresión y la participación. “Hemos invitado a chicos y chicas a unirse a un mundo para el que no les hemos dado ni herramientas ni guía, y del que ahora queremos expulsarles”, añade Conde. A pesar de que considera que la protección es esencial, "esta debe producirse escuchando siempre a los niños y jóvenes".  


Este enfoque supone alejarse de la prohibición y poner a los niños y niñas en el centro para saber cómo hacerles llegar esta información: “La inmersión y contacto con las tecnologías debe ser progresiva, bajo recomendaciones oficiales, especialmente en la primera infancia, y siempre desde la educación como acompañamiento, con límites y normas”, según Conde.  


EL ENTORNO DE LOS NIÑOS, CLAVE EN ESTE PROCESO  


La educación y la formación ayudan a generar herramientas útiles para utilizar las tecnologías de manera segura y responsable, y en este punto es fundamental el papel de la familia y la escuela. El rol de las familias debe ser el de dar ejemplo y acompañamiento, basado en el diálogo y la confianza, desde edades tempranas y no solo en el entorno digital. Save the Children ha elaborado un curso al respecto para que lo padres y madres tengan las herramientas necesarias para hablar sobre sexo a sus hijos e hijas.  


En cuanto a su uso en las escuelas, "debemos considerar que la utilización del móvil durante las lecciones puede afectar a la concentración en el aprendizaje. Es importante que se limite su uso para el objetivo educativo y que la educación digital forme parte de la enseñanza, así como para ayudar a aprender a autorregular y gestionar su uso para el entretenimiento o interrelación personal en los momentos adecuados". En cuanto a su uso como herramienta educativa, se deben proporcionar las herramientas y dispositivos adecuados desde el centro educativo para realizar las actividades, previniendo siempre una posible discriminación y exclusión por motivos socioeconómicos del alumnado más desfavorecido.  


Finalmente, en este análisis en busca de soluciones duraderas también Save the Children dice que se debe tener en cuenta la igualdad de oportunidades, como analizar el impacto de la digitalización, de las competencias digitales y la brecha digital en un mundo marcado por la tecnología.