HDIA, Hablando de Infancia y Adolescencia: Blog GSIA con información y reflexión sobre la realidad que viven millones de niñas, niños y adolescentes en el mundo.
El seminario tiene como objetivo el análisis crítico y la generación de debate en torno a la construcción de las identidades de género entre adolescentes y jóvenes.
A raíz de los datos obtenidos del Barómetro de Juventud y Género del ProyectoScopio a una muestra de más de 1.200 jóvenes, se presentarán sus principales indicadores y resultados sobre las concepciones alrededor de la masculinidad y la feminidad, las relaciones de pareja, la vivencia de la sexualidad, los roles en el seno de la familia y las percepciones en relación a la desigualdad y la violencia de género.
"Identidades de género en la juventud: ¿hay cambio?” también contará con la reflexión en torno a la evolución de la perspectiva de género y con un repaso y explicación de los datos existentes de la violencia contra las mujeres jóvenes.
La inscripción es gratuita. Plazas limitadas hasta completar aforo. Realiza tu inscripción y consulta el programa aquí.
Más información:Tel.: 91 302 40 47/ E-mail: crs@fad.es
Este artículo tiene como objetivo reflexionar sobre los discursos de los niños sobre la ciudad, en el contexto de un proyecto educativo de una clase de educación infantil en una escuela de Porto Alegre (Brasil). Este proyecto educativo permitió la producción de registros fotográficos, realizados por los niños/as, de los paseos y lugares que visitaron. Por medio de su análisis, buscamos entender la comprensión de los niños/as sobre el espacio que les rodea y las relaciones existentes en dicho espacio. Para lograr este objetivo, los investigadores siguieron las actividades de un proyecto educativo en la ocupación del espacio urbano, los tipos de vivienda y las relaciones existentes en ese espacio. Este proyecto es el resultado de una colaboración entre la maestra de la clase y los investigadores. En este contexto, se realizó una investigación cualitativa y exploratoria. Las imágenes y los discursos producidos por los niños/as en este momento, en un primer plano, junto con las notas de campo de los investigadores, como telón de fondo, forman el contexto de producción de datos de esta investigación, que está todavía en curso. Los resultados parciales muestran: (1) la diversidad de perspectivas de los niños/as sobre la ciudad y la vida en la ciudad; (2) que muchas veces esas perspectivas son diferentes del punto de vista adulto. Esta diversidad en principio podría estar relacionada con: (3) la actividad de la construcción y la creación del pensamiento y de la subjetividad del niño/a en el proceso de apropiarse y resignificar el espacio urbano y sus relaciones.
es una revista interdisciplinaria e iberoamericana, cuyo objetivo es promover el conocimiento científico sobre las vidas de los niños, niñas y adolescentes, principalmente en el ámbito español, portugués e iberoamericano y orientado en la línea de los nuevos estudios de infancia.
El Foro Andaluz de la Infancia es un evento anual organizado por la
Consejería de Igualdad y Políticas Sociales a través de la
Dirección General de Infancia y Familias en colaboración con el
Observatorio de la Infancia en Andalucía, que busca propiciar la
reflexión, debate y la actualización de conocimientos sobre aspectos
concretos de la realidad de la infancia y adolescencia.
El Foro, que realiza su XIII edición en la ciudad de Sevilla los días 13 y 14 de diciembre, aborda en este año la violencia sexual que sufren las niñas, niños y adolescentes.
Se trata de promover un espacio reflexivo y de intercambio profesional e intersectorial
que, desde la sensibilización, el compromiso y el interés común,
permita realizar un recorrido en el conocimiento y la experiencia en la
prevención, detección e intervención
de la violencia sexual hacia los niños, niñas y adolescentes. Con ello
se pretende establecer un punto de partida para re-construir estrategias
compartidas que posibiliten continuar trabajando hacia unas prácticas
adecuadas y de buen trato a la infancia y
adolescencia.
Ellos visten pantalones caídos dejando ver la ropa interior, más cómodos y sin la misma connotación sexual, ¿qué les preocupa, realmente, a los padres?.
Ellas visten shorts imposibles y camisetas que terminan mucho antes de llegar al ombligo. Ellos, pantalones caídos dejando ver la ropa interior, pero mucho más cómodos y sin la misma connotación sexual. Esta podría ser la descripción de la forma de vestir de muchos de los adolescentes pero, ¿se trata de una cuestión generacional que “solo” trae de cabeza a padres que no lo pueden entender, o es la consecuencia más evidente de una sociedad hipersexualizada?
Los lugares comunes nos dicen que siempre habrá un padre o una madre quejándose de su hijo adolescente. De sus ideas, de su forma de ver la vida, de la música que escucha, de los amigos que le rondan y hasta de la ropa que se pone. Y es ahí, en la forma de vestir, en la que caben tantos planteamientos como adolescentes porque, aunque no lo creamos, estamos ante uno de los grupos sociales más diversos y heterogéneos que existen. Sin embargo, y partiendo de que el concepto de adolescencia es un concepto moderno y no propio de todas las culturas, son precisamente los lugares comunes los que nos conducen una y otra vez hacia un concepto difuso de “moda adolescente”, que no es otra cosa que una forma de llamar a una herramienta identitaria: “Su personalidad se está forjando y por eso la elección de la ropa es importante para ellos. Así se construyen a sí mismos y contribuyen a construir la mirada de los demás sobre ellos mismos; y en ese espectro se han movido y se mueven los adolescentes, tratando de encontrar su sitio también a través de la ropa”, explica Paula Martos, doctora en Historia especialista en género, para quien, además, la globalización ha contribuido a convertir esas identidades diversas en algo “globalizado y reconocible a nivel internacional”.
Para Alba Castellví,educadora, socióloga y mediadora especializada en niños y adolescentes, la elección de la ropa es importante para todos, no solo para los adolescentes ya que no tiene solamente una utilidad práctica, sino que está socialmente codificada: “Vestirse es un juego de múltiples significados que habla de nosotros: de nuestra posición social, de nuestro carácter... La ropa es un mensaje que emitimos acerca de quienes somos e incluso de cómo queremos relacionarnos con los demás. Las adolescentes desean anunciar que dejaron de ser niñas y quieren gustar. Pertenecer a un grupo y contar con la aprobación del entorno es una necesidad muy acentuada entre muchos adolescentes. La pertenencia se expresa a través del aspecto físico y la aprobación se consigue fácilmente asimilándose a los demás. Ello explica cierta uniformización en el vestir: los minishorts, por ejemplo, se han universalizado entre la población juvenil femenina”.
Crecer en una sociedad hipersexualizada.
Ahora bien, para Kepa Paul Larrañaga, sociólogo y presidente de la Asociación del Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA), puesto que todo hecho que sucede a nivel económico, social, político y cultural afecta a cualquier grupo social y humano, los adolescentes no escapan tampoco de las influencias externas. Por tanto, para el sociólogo, es evidente pensar que si vivimos en un entorno en el que los contenidos hipersexualizados dominan los medios de comunicación e internet, estos también influyen en el grupo social adolescente, “no como un grupo social sexualizado en sí mismo si lo comparamos con el resto de grupos sociales adultos, sino como consecuencia de la sociedad en la que viven: machista y que cosifica el cuerpo de la mujer”.
El acompañamiento a las personas que fueron víctimas de abuso sexual cuando eran niños, niñas o adolescentes a lo largo de su vida exige mirar el abuso sexual infantil en su verdadera complejidad.
Tan equivocado es asumir que el abuso sexual infantil es una «enfermedad crónica» que no tiene cura, como decir que el abuso sexual infantil se puede «superar», «olvidar» o «pasar página».
Al igual que todas las vivencias traumáticas que tienen lugar en la fase del desarrollo evolutivo en que se está construyendo la estructura de la personalidad, el abuso sexual infantil es una experiencia que deja huella en el psiquismo. es una huella que forma parte de los esquemas afectivos y cognitivos que la persona usa para afrontar el mundo.
Pero lo que determina el desarrollo de la persona no es tanto esa huella, cuanto el significado que la persona le adjudica.
Muchas personas logran convertir el abuso sexual infantil en una experiencia que les brinda fortaleza emocional. Pero lograr esa transformación requiere un esfuerzo interno que difícilmente se puede comprender por parte de quien no lo ha vivido y que conlleva un agotamiento emocional importante que, si no se regula bien, puede acabar dañando la salud física y emocional.
Para un proceso de acompañamiento eficaz
se requieren tres condiciones actitudinales en la persona que acompaña:
.- Primero, no negar el abuso, no minusvalorarlo ni quitarle importancia.
.- La segunda condición sería no tratar a la persona víctima como si estuviera «loca» o «enferma», como si tuviera una enfermedad crónica que la hiciera menos capaz.
.- Y la tercera condición supone reconocer a la persona el derecho a la rabia.
“Como conclusión, si no se pudo impedir el abuso sexual, la sociedad
y las instituciones que la representan están obligadas a ofrecer a las
personas que fueron víctimas recursos de calidad para su recuperación,
así como a reconocerles su derecho a vivir esa herida como puedan, sepan
o quieran, sin establecer límites de tiempo ni formas recomendables o
censurables. No todas las personas que fueron víctimas de abuso sexual
infantil necesitan mostrarse públicamente, ni todas se calificarán a sí
mismas como “supervivientes”. Pero que no lo hagan no significa que no
lo sean. Y como sociedad les debemos ese reconocimiento público, la
garantía de un proceso de recuperación de calidad y las medidas
institucionales, sociales y políticas necesarias para prevenir y
erradicar el abuso sexual infantil” (p. 640).
*En el artículo “Honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso sexual infantil a lo largo de la vida”
he intentado reflejar los esquemas cognitivos y afectivos que quedan
anclados en los niños, niñas y adolescentes que son víctimas de abuso
sexual y con los que tienen que aprender a vivir, y muy a menudo a
pelear, a lo largo de toda su vida. Son esquemas sobre el mundo, sobre
su propia identidad y sobre las relaciones con los demás. Esquemas que
son complejos, radicales y sutiles al mismo tiempo y que explican mucha
de la patología y problemáticas que puede afrontar un hombre o mujer que
fue fruto de abuso sexual en su infancia o adolescencia.
Reflejar la profundidad de la herida del abuso y al mismo tiempo la
inmensa posibilidad de resiliencia de los hombres y las mujeres que
fueron víctimas de abuso cuando eran niños, niñas o adolescentes fue un
gran reto para mí como profesional y como persona.
Asimismo abordo las condiciones necesarias para desarrollar un
proceso de acompañamiento respetuoso hacia la persona. Una actitud en
quien acompaña, sea desde el contexto personal o institucional, que
“honre su dolor”. Y desarrollo las falsas creencias sobre el abuso y el
proceso que puede seguir una víctima a lo largo de la vida, creencias
que dificultan ese proceso en el entorno de las víctimas, pero también a
nivel social e institucional. Por eso quiero acabar este post
transcribiendo literalmente el párrafo con el que cierro el artículo y
que, gracias a la cortesía del consejo editorial de la revista,
podemos
adjuntarlo de forma íntegra en versión PDF:
que no encajan en las
normas de lo femenino o lo masculino
corren peligro de ser sometidos a
una serie de intervenciones médicas
innecesarias, invasivas y
traumatizantes que violan sus derechos humanos.
Amnistía Internacional considera
que estas intervenciones deben posponerse
hasta que el menor sea maduro
para tomar una decisión
sobre qué quiere hacer y sobre con qué sexo se identifica.
Se estima que un 1,7 por ciento de la población,
porcentaje similar al de personas pelirrojas en el mundo, tiene
variaciones de las características sexuales. Numerosos países, entre
ellos Alemania y Dinamarca, someten a los menores intersexuales a
intervenciones quirúrgicas innecesarias, invasivas y traumatizantes.
Tenía que orinar y me dolía muchísimo, así que me
aguantaba las ganas por el dolor. Estaba en el baño gritando y corriendo
por todos lados, sin ropa. Al final, oriné por todas partes. Gritaba,
tenía miedo, no entendía lo que estaba sucediendo. Me avergonzaba haber
orinado por todas partes. Es lo único que recuerdo tras el incidente de
1984.
H. tenía 5 años cuando le operaron en Dinamarca. Nunca
entendió qué le pasaba. Además del trauma de la operación, las secuelas
físicas y psicológicas le han acompañado toda su vida.
D. nació en Alemania:
Las cirugías empezaron antes de haber cumplido un año.
Antes de los 18 me operaron al menos cinco veces. Luego entre 2004 y
2006, me operaron cuatro veces más. Me dijeron que las cirugías que me
habían hecho en la infancia no habían servido para nada.
Ambos fueron bebés que nacieron con variaciones de las
características sexuales como los cromosomas, los genitales o los
órganos reproductores. Porque la intersexualidad se basa en
características biológicas, no en la identidad de género ni en la
orientación sexual.
Amnistía Internacional acaba de presentar un
informe En primer lugar, no perjudicar, en el que denuncia cómo en
países como Dinamarca o Alemania se opera a menores solo para cumplir
con los estereotipos de género, es decir, para que parezcan un niño o
una niña. Se les da forma a sus vidas sin que puedan expresar su
opinión, y sobretodo sin necesidad, porque en la mayoría de los casos,
la intervención no es urgente. Son intervenciones basadas en motivos
cosméticos, porque la sociedad espera de ellos que se adapten.
En general, las intervenciones se llevan a cabo con el consentimiento de los progenitores, pero la información que reciben en cuestionable.
Padres en shock, enfadados y preocupados porque a sus bebés les pueda
pasar algo; palabras como tumores que paralizan a cualquiera con un bebé
de horas en los brazos, pese a que no se pueda demostrar que estos
menores puedan tener más posibilidades de tener cáncer que cualquier
otro. Miedo y desconocimiento, y solo 72 horas para registrarle como
niño o niña, no ya en Alemania.
¿A quién benefician estas
intervenciones? Para las personas con las que ha hablado Amnistía
Internacional, la experiencia ha sido trágica. Es decir, a ellos no. Sus
intervenciones pueden tener consecuencias a largo plazo sobre su salud
como recibir tratamiento hormonal toda la vida. En algunas ocasiones,
estas intervenciones médicas son necesarias desde el punto de vista
médico para proteger la vida o la salud del menor de edad, pero no
siempre es así.
Estas prácticas que denuncia Amnistía
Internacional también han sido condenadas por expertos de Naciones
Unidas que consideran que estas intervenciones innecesarias son
prácticas nocivas que violan los derechos de los menores, quienes
deberían tener derecho a tomar por sí mismos decisiones tan importantes
sobre su propio cuerpo.
Amnistía Internacional considera que
estas intervenciones deben posponerse hasta que el menor sea maduro para
tomar una decisión sobre qué quiere hacer y sobre con qué sexo se
identifica. Un análisis de cromosomas inclina la balanza sobre la X o la
Y y lo que ha salido mal, el personal médico lo arregla, pero ha
estudios que recogen que entre el 8,5 y el 20 por ciento de estos
menores rechazan el género que le asignaron al nacer.
H. reflexiona:
Cuando pienso en lo que pasó, me enfado, porque nadie
tendría que haber decidido por mí, se podría haber esperado. Es triste
pensar que se considera necesario operar a estos menores, sólo porque
otra gente crea que es lo que se debe hacer.
D, señala:
Me operaron y, aunque para mí ya es tarde, no hablar
sería apoyar las intervenciones quirúrgicas, y sólo puedo cambiar las
cosas si me pronuncio.
Por eso desde Amnistía Internacional recogemos sus voces. -------
En los últimos años, las expresiones de género en la infancia que difieren de las expectativas sociales han adquirido una visibilidad creciente, forman parte de la vida social española, siendo cada vez más explícita su difusión a través de los medios de comunicación. A ello han contribuido las familias que educan a sus hijos e hijas respetando su expresión fluida de género y la emergencia de un movimiento asociativo de madres y padres que realizan una continua labor de denuncia ante la situación de discriminación y de desamparo que sufren sus hijas e hijos en el ámbito administrativo, escolar, sanitario y social.
Sin embargo, existe un gran desconocimiento sobre el reconocimiento y respeto que se hace sobre los cuerpos de menores intersex, que tienen características sexuales que no encajan en las normas médicas o sociales para los cuerpos femeninos o masculinos, y que son sometidos a cirugías en sus órganos genitales y otros tratamientos médicos no consentidos en los primeros años de vida, derivando en problemas físicos y de identidad. Esta intervenciones quirúrgicas, innecesarias y traumatizantes, violan sus derechos y están basadas únicamente en estereotipos sobre el aspecto que debe tener un niño o una niña.
A pesar de que los Principios de Yogyakarta, en la aplicación de la legislación de derechos humanos para la orientación sexual e identidad, específicamente el Principio 18B, exige “medidas para asegurar que el cuerpo de ningún menor, sea alterado irreversiblemente mediante procedimientos médicos, en un intento de imponer una identidad de género …” y el Comité de los Derechos del Niño de la ONU y el Consejo de Europa para los Derechos Humanos han pedido acabar con las cirugías no necesarias a menores intersex al considerar que pueden tener consecuencias negativas de por vida como la esterilización o la pérdida de sensación sexual, este tipo de intervenciones se siguen realizando en muchos países, también en España.
Además, la diversidad de género en la infancia no siempre corresponde a patrones binarios fruto de una socialización en dos géneros contrapuestos (masculino/femenino). En una sociedad como la actual, que no sólo borra las posibilidades fuera del sistema binario sino que impone una construcción sociocultural del género a partir del sexo asignado al nacer, existe una infancia que excede las definiciones tradicionales de lo que es apropiado, común o normal, y que evidencia cómo la identidad de género, más que una construcción estática y binaria, es un abanico de posibilidades. En este sentido, varios de los estudios consultados plantean la necesidad de otorgar a la infancia la oportunidad de desarrollarse mediante modelos más flexibles de género.
Ninguna persona será obligada a someterse a ninguna forma de tratamiento, procedimiento o exámenes médicos o psicológicos, ni a permanecer confinada en un centro médico, en base a su orientación sexual o identidad de género. Con independencia de cualquier clasificación que afirme lo contrario, la orientación sexual y la identidad de género de una persona no son, en sí mismas, condiciones médicas y no deberán ser tratadas, curadas o suprimidas.
Los Estados:
A. Adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas y de otra índole que sean necesarias a fin de asegurar la plena protección contra prácticas médicas dañinas basadas en la orientación sexual o la identidad de género, incluso en estereotipos, ya sea derivados de la cultura o de otra fuente, en cuanto a la conducta, la apariencia física o las que se perciben como normas en cuanto al género;
B. Adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas y de otra índole que sean necesarias a fin de asegurar que el cuerpo de ningún niño o niña sea alterado irreversiblemente por medio de procedimientos médicos que persigan imponer una identidad de género sin el consentimiento pleno, libre e informado de ese niño o niña de acuerdo a su edad y madurez y guiado por el principio de que en todas las acciones concernientes a niñas y niños se tendrá como principal consideración el interés superior de las niñas y los niños;
C. Establecerán mecanismos de protección infantil encaminados a que ningún niño o niña corra el riesgo de sufrir abusos médicos o sea sometido/a a ellos;
D. Garantizarán la protección de las personas de diversas orientaciones sexuales e identidades de género contra procedimientos o estudios médicos carentes de ética o no consentidos, incluidos los relacionados con vacunas, tratamientos o microbicidas para el VIH/SIDA u otras enfermedades;
E. Revisarán y enmendarán todas las disposiciones o programas de financiamiento para la salud, incluyendo aquellos con carácter de cooperación al desarrollo, que promuevan, faciliten o de alguna otra manera hagan posibles dichos abusos;
F. Velarán por que cualquier tratamiento o consejería de índole médica o psicológica no considere, explícita o implícitamente, la orientación sexual y la identidad de género como condiciones médicas que han de ser tratadas, curadas o suprimidas
My friend Cayla, la muñeca interactiva prohibida en Alemania
El presidente de la Bundesnetzagentur, Jochen Homann, ha llegado a decir que los padres que ya hayan comprado la muñeca deberían destruirla de inmediato.
"Aquellos objetos que esconden cámaras o micrófonos con
conexión que pueden transmitir datos de manera inadvertida ponen en
peligro la privacidad de las personas", aseguraba Homann el viernes pasado. Especialmente cuando se trata de menores, "los miembros más vulnerables de nuestra sociedad". Homann fue el secretario del Ministerio Federal de Economía y Tecnología hasta 2012.
La muñeca interactiva Cayla esconde un micrófono interno, un sistema de
reconocimiento de voz y una conexión a Internet por
tecnología Bluetooth que se controla, hasta cierto punto, a través de
una aplicación. La muñeca escucha y contesta a su pequeño interlocutor
ofreciendo información sobre sus gustos, su familia y algunas
experiencias que relata.
Las preguntas que no sabe contestar las busca en Internet. Por ejemplo,
si una niña pregunta cómo se llama el hada de Peter Pan, la muñeca lo
buscará y contestará: Campanilla.
Vulnerables a los hackers y al marketing
La tecnología Bluetooth que tiene la muñeca ofrece un radio de conexión
de más de 10 metros para otros dispositivos con la misma tecnología.
Con un smartphone y el micrófono, explicaba Homann, un extraño podría usar la muñeca para escuchar y hablar con el niño sin tener acceso físico al juguete, incluso separado por varias paredes.
Evidentemente, la conexión a la Red ofrece otras oportunidades
para acceder al niño sin permiso ni conocimiento de sus padres o
tutores.
Pero aún; la empresa que
proporciona el software de reconocimiento de voz se reserva el derecho a
registrar las conversaciones del niño y compartir esa información con
terceros. Un estudio realizado por el Consejo de Consumidores Noruego
(Forbrukerradet) acusa a Nuance Communications, especializada en
tecnologías de reconocimiento de voz, de violar las leyes que protegen
la intimidad del menor escuchando y explotando sus conversaciones.
También advierten que la muñeca introduce sutiles recomendaciones
publicitarias, de productos vinculados a las empresas que la fabrican,
como otros juguetes o películas de ciertas productoras. El estudio
incluye otros juguetes que usan el mismo software, como Hello Barbie y el Robot inteligente i-QUE.
Pendiente de investigación en España
Por estos motivos, a finales de 2016 la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denunció los graves fallos de seguridad de los tres productos, interpelando a las autoridades para que los investigaran.
En consecuencia, la Agencia Española de Protección de datos inició
actuaciones previas de investigación "ante la preocupación señalada por
organizaciones de consumidores, a nivel nacional y europeo, y las
noticias aparecidas en los medios en relación a la comercialización de
productos orientados al mercado infantil conectados a Internet y que
potencialmente recogen datos personales de menores, como audio e
imagen". Otros países que han empezado investigaciones son Francia,
Suecia, Grecia, Bélgica, Irlanda y Holanda. En España, la muñeca Cayla
se puede comprar por 89,95 euros en jugueterías y establecimientos como El Corte Inglés.
Hasta sacar sus conclusiones, la AEPD hace unas recomendaciones básicas para
aquellos padres que quieran comprar juguetes conectados, como
"comprobar si pueden captar la voz o la imagen de los menores y dónde se
almacena esa información". También aconsejan "revisar la política de
privacidad para consultar qué permisos se están concediendo y a quién
sobre esos datos".
Todos los intentos por parte de
eldiario.es de comentar el caso con Nomaco Spain S.L., la empresa que
distribuye la muñeca en España, han sido infructuosos
Un
hombre deberá indemnizar con 150.000 pesos a su hijo por el daño moral
que le provocó al no haberlo reconocido oportunamente. La Cámara Civil
también determinó que la madre del menor deberá ser damnificada por la
lesión de sus intereses espirituales generados "no sólo por la
indiferencia del padre del menor sino por su rechazo expreso".
Se ha producido un error en el envío de la nota, por favor, inténtelo nuevamente en unos momentos.
En
los autos “C.R.E. y otro c/ C.F.A. s/ filiación”, la Sala L de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó una condena que
ordenó a un hombre indemnizar a su hijo por el daño moral que le provocó
al no haberlo reconocido. El tribunal determinó que también debe ser
indemnizada la madre del niño.
La
sentencia de primera instancia admitió parcialmente la demanda promovida
por la madre del niño, por su propio derecho y en representación de su
hijo menor de edad, estableciendo la filiación del niño respecto del
demandado, condenando a abonar a su hijo la suma de $70.000 en concepto
de daño moral, más las costas del proceso, y rechazó la pretensión
articulada por la mujer contra el demandado, consistente en el
resarcimiento del daño moral.
En
este marco, el tribunal destacó que es “indudable la configuración en
cabeza del demandado del deber jurídico de indemnizar el menoscabo
extrapatrimonial generado por la falta de reconocimiento de su hijo”,
dado que la conducta del padre “constituye un acto antijurídico por
cuyas consecuencias dañosas debe responder”.
Al
respecto, los jueces señalaron que la filiación es una de las
instituciones “más relevantes en el campo del derecho de familia, en
tanto determina algo fundamental como saber quiénes son –desde el plano
jurídico– padres o madres de un determinado niño o niña, y por
consiguiente, cuáles son los efectos jurídicos que genera esta
relación”.
En efecto, los vocales
explicaron que “el niño tiene un derecho constitucional y supranacional a
tener una filiación –y para tenerla, debió haber sido reconocido–, toda
vez que ese derecho, y el de conocer a sus padres y ser cuidado por
ellos, el derecho a la identidad individual y familiar y, subyacente a
ellos y como principio fundamental, el interés superior del niño (…)”.
“El
ataque a esos derechos fundamentales configura por sí, precisamente, el
daño moral, sin perjuicio de la existencia de otros daños en concreto
que pudieran acreditarse”, indicó el fallo y añadió: “La omisión del
demandado de haber reconocido a su hijo constituye un acto antijurídico
en los términos del artículo 1066 del Código Civil (…) noción que ha
sido reafirmada en la actualidad por el artículo 1717 del Código Civil y
Comercial de la Nación".
En cuanto a
la corta edad del niño, los magistrados establecieron que “no
constituye un parámetro determinante para limitar la cuantía del
resarcimiento que corresponde abonar al responsable”, y agregaron:
“Durante los primeros seis años de su vida, la falta de la figura
paterna da lugar, en la vida de cualquier niño, a una mengua en su
identidad espiritual, que está contenida más ampliamente en su derecho a
la identidad”.
Respecto a la
indemnización del daño moral a favor de la coactora, los jueces
determinaron que la madre del niño “resulta ser damnificada directa a
raíz de la lesión de sus intereses espirituales generados no sólo por la
indiferencia del padre del menor sino por su rechazo expreso, lo que
seguramente produjo repercusiones negativas en el entorno familiar y
social”.
“No puede ignorarse que el
desconocimiento del demandado de sus obligaciones parentales de
contribuir a la formación, el cuidado y la educación del hijo, obligó a
la actora a asumir sola responsabilidades morales que la ley y la
naturaleza imponen compartir, circunstancias que han generado un exceso
de tareas, tensiones, angustia, dolor y afectación en su honor”,
concluyó el fallo.
Ministers are considering introducing a law to indefinitely ban the media from identifying young offenders.
Currently, anonymity granted to under-18s by the youth or crown courts in England and Wales expires when they become adults.
Reoffending rates of young offenders see two thirds
of those released committing another crime within one year
The Ministry of Justice said it will discuss the proposals "with interested parties".
If such a law had been in place when Robert Thompson and Jon Venables murdered two-year-old James Bulger, the public would never have known their identities.
The
recommendations are part of a review into the youth justice system in
England and Wales by child behavioural expert, Charlie Taylor, to reduce
reoffending.
The report states that 69% of children sentenced to custody go on to reoffend within a year.
Mr Taylor says the current system "must evolve to respond... to the challenges of today".
Image copyrightPAImage captionJon Venables (left) and Robert Thompson (both aged 10 at time of these photos) tortured and killed two-year-old James Bulger
Under current legislation, child suspects are
granted automatic anonymity in the youth courts and are routinely
granted the same if they appear at crown court aside from exceptional
circumstances.
But once a child turns 18, their name can be reported.
The
report says this "risks undermining their rehabilitation as their
identity could be established on the internet even though a conviction
may have become spent for criminal records purposes".
Instead, Mr
Taylor recommends automatic anonymity should also be granted in the
crown court and the reporting restrictions should last the lifetime of
young defendants.
'A step too far'
The
Just for Kids Law charity welcomed the recommendation, saying: "Being
named and shamed for what they have done or accused of doing prevents
them ever being able to move on."
Penelope Gibbs, vice chair of
the campaign group Standing Committee for Youth Justice, said children
must be given the "maximum possible chance of rehabilitation".
"There's
good evidence that the kind of vilification that is associated with a
child that has committed a very serious crime being identified, destroys
those chances of rehabilitation," she added.
Mike Sullivan, crime editor of the Sun newspaper,
said a new law would mean the judiciary would have the power taken away
to decide whether naming a youth offender was in the public interest.
He
told the BBC: "There are some children who have grown up disadvantaged
or have committed extreme crimes and the point of the change would be to
make sure the stigma doesn't carry on with them for a lifetime, so it's
not a life sentence. I think most reasonable people can understand
that.
"The difficulty is, if you have a teenage tearaway who is
responsible for half the burglaries and is allowed to hide behind the
shield of anonymity, at what point are you not informing the public
about the potential risks and therefore failing them?
"The option would be taken away from the judiciary with these recommendations."
'Internet changed everything'
Conservative MP for Kettering, Philip Hollobone, told the Times "the public has a right to know" the identities of those convicted for serious offences.
Bob
Satchwell, executive director of the Society of Editors, also hit out
at the proposal, telling the Times: "The idea of a blanket ban would be
against any concept of open justice and the public's right to know and
is a step too far."
Mark Hanna, journalism lecturer at the University of Sheffield,
said while a new law goes against the principles of open justice, the
law has to balance the rights of juvenile defendants against the right
of society to know who has been accused or convicted of a crime.
He
added: "Arguably communities do have a right to know the identity of,
for example, a juvenile who commits a very serious, cruel crime at the
age of 16 or 17, or who is a persistent offender, so people can be wary
of them as adults.
"But the internet has changed everything,
because a report of a court case can now be read for an indefinite
duration, and so a person's offending as a juvenile could be discovered
years later with a Google search of his name.
"This could stop him getting a job, for example, even though he has become a law-abiding adult."
Mr
Hanna, who is also co-author McNae's Essential Law for Journalists,
said he would envisage that any new law would be worded to allow judges
the flexibility to lift anonymity in the public interest.
The
Ministry of Justice has said it would "discuss these proposals with
interested parties, including the Home Office, media and youth justice
interest groups in order to better understand the case for change and
consider the appropriate way forward".
The schools - which were among Mr Taylor's recommendations - will focus on maths and English and Child offenders 'need lifetime anonymity'will also provide apprenticeships.