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Esto es lo que deben hacer los municipios para garantizar el derecho al juego.

derecho al juego infancia
  • El juego es un derecho clave de la infancia pero no siempre se cumple. El Comité explica a los gobiernos locales cómo garantizar un entorno óptimo donde niños y niñas puedan desarrollar su potencial

Cuando pensamos en derechos de la infancia, raramente se nos ocurre que jugar sea uno de ellos. Sin embargo, se encuentra junto a derechos tan importantes como la educación, la salud o la protección.

¿Por qué el ocio tiene tanta importancia para un niño o niña? Porque aprendemos jugando. El juego desempeña un papel importante en el desarrollo del cerebro, y los aspectos que fomenta en la primera etapa de la vida son incontables: la creatividad, la actividad física, la imaginación, las aptitudes sociales, cognitivas y emocionales, etc. Contribuye, incluso, a la participación de la infancia en la vida cultural de su comunidad.

Sin embargo, poner en práctica ese derecho no siempre es tarea fácil.

Una práctica en riesgo

Las dificultades que sufren muchos niños y niñas para ejercer su derecho al juego o al ocio y el descanso preocupan al Comité de los Derechos del Niño, como dejó claro en su observación general Nº 17 (de 2013) sobre los derechos recogidos en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño.

El Comité advierte que el aumento de la población urbana, especialmente en los países en desarrollo, junto con la comercialización de las estructuras de juego, “están modificando las formas en que los niños realizan sus actividades recreativas, culturales y artísticas”. La violencia, los conflictos o el trabajo infantil dificultan también el disfrute de estos derechos en todo el mundo.

Problemas que hay que superar para llevar a la práctica el artículo 31:

  • Entornos insalubres y peligrosos.
  • Resistencia al uso de los espacios públicos por los niños. El uso de los espacios públicos por los niños para el juego, la recreación y las propias actividades culturales se ve obstaculizado también por la creciente comercialización de las áreas públicas, que excluye a los niños. Además, en muchas partes del mundo la tolerancia de los niños en los espacios públicos va en disminución.
  • Falta de acceso a la naturaleza.
  • Exigencias de éxito académico que no permite tiempo libre o descanso, con horarios excesivamente estructurados y programados.
  • Falta de inversión en oportunidades culturales y artísticas para los niños.
  • El papel creciente de los medios electrónicos. Plataformas digitales.

Existen además ciertas categorías de niños y niñas que tienen aún más difícil el disfrute de estos derechos en condiciones de igualdad, según el Comité. En especial, las niñas, los niños en situación de pobreza, los niños con discapacidad, los niños indígenas y los que pertenecen a minorías.

Garantizar el juego

Fomentar que los niños y niñas en todo el mundo puedan ejercer su derecho al juego de forma segura es un deber de todos y todas. Entre las muchas iniciativas que tienen este objetivo está la campaña de la Fundación LEGO y UNICEF, que busca integrar el juego en las aulas, los hogares y las comunidades de todo el mundo con el objetivo de crear un entorno que permita a los niños y niñas desarrollar todo su potencial. 

 Pero recordamos que es obligación de los Estados miembros del Comité adoptar las medidas legislativas, administrativas, judiciales, presupuestarias, de promoción y de otra índole adecuadas para facilitar los derechos amparados por el artículo 31 (incluyendo el derecho al juego). Las observaciones generales incluyen los estándares que deben llevar a cabo los Estados para cumplir la Convención, como explica Clara Martínez García, investigadora de Derecho Administrativo y de la Infancia en España:

«El Comité saca una observación general sobre el derecho al juego, ahí empieza a explicar a los estados cuáles son sus tareas concretas para cumplir con la Convención: juego seguro, en entorno saludable, etc. Dice lo que es y lo que no es», explica Martínez García. «Cuando en España traslademos todo lo que dice la convención a nivel autonómico y municipal, tenemos que ver lo que nos toca».

«En todas las observaciones generales aparece el nivel municipal o local. Esto quiere decir que a juicio del Comité no queda en un nivel estatal lejano, sino que apunta a los municipios; estos tienen un rol clave», incide. 

Cumplir con la Convención: tareas para los municipios

La Observación General nº 17 ofrece, como indica Martínez, pautas concretas a los gobiernos locales para que garanticen el derecho al juego.

Por un lado, el texto incluye los factores que determinan un entorno óptimo para ejercer este derecho. Si bien es cierto que los niños y niñas son capaces de jugar incluso en los ambientes más desfavorables, es preciso asegurar ciertas condiciones para que puedan hacerlo de forma segura.

Entre ellas: que el niño o niña esté libre de estrés, exclusión social o discriminación, y protegido de la violencia. Que pueda disfrutar de tiempo libre. Que cuente con espacio y oportunidades para jugar al aire libre. Que tenga un espacio accesible para jugar sin control ni gestión de los adultos. Que ese espacio esté libre de contaminación, tráfico y otros peligros físicos para que pueda circular libremente y de forma segura dentro de su vecindario.

La planificación pública debe atribuir prioridad a la creación de entornos que promuevan el bienestar de los niños. Los municipios son quienes deben, por ejemplo, evaluar las instalaciones de juego y recreación para garantizar la igualdad de acceso de todos los grupos de niños, prestando atención a aspectos como:

  • la accesibilidad de los parques, centros comunitarios, instalaciones deportivas, etc.
  • la protección de estas zonas de juego y recreación contra quienes pongan en peligro la seguridad de los niños.
  • que haya zonas verdes, espacios abiertos y naturaleza; control del tráfico y la contaminación, y transporte seguro y asequible.
  • la creación de clubes, instalaciones deportivas y actividades para niñas y niños de todas las edades y de todas las comunidades, permitiendo que los niños produzcan y creen sus propias formas culturales, teniendo en cuenta sus necesidades y aspiraciones.

"Experiencias participativas de niños, niñas y adolescentes desde el ámbito local:

pilares que facilitan la participación".

Ciudades Amigas de la Infancia,
Unicef España.



En España existen hoy 342 entidades locales que forman parte de la red de Ciudades Amigas de la Infancia. En ellas hay más de 28.000 niños, niñas y adolescentes organizados en consejos locales de participación, elementos clave a la hora de garantizar este derecho a nivel local.

Este documento, elaborado por UNICEF España en colaboración con la Universidad de Barcelona, recoge algunos ejemplos de experiencias de participación inclusivas y significativas que responden a la diversidad territorial. Además, muestra cómo la participación de la infancia y la adolescencia puede ir ganando terreno y volverse cada vez más relevante, tanto para los propios niños, niñas y adolescentes como para sus entornos y representantes políticos.

Recomendaciones para la Implementación de la Garantía Infantil Europea en España desde el Ámbito Local.

 
La Garantía Infantil Europea (GIE) es una Recomendación del Consejo de la Unión Europea para prevenir y combatir la pobreza y exclusión infantil mediante el acceso equitativo y efectivo a servicios y áreas de políticas claves para la población infantil y adolescente. Este estudio pretende contribuir a la implementación de la GIE en España a partir de recomendaciones de actuación desde el ámbito local.

Centrado en las áreas de actuación de la GIE (educación, sanidad, nutrición, vivienda y gobernanza y participación), el estudio identifica los obstáculos, factores de éxito y buenas prácticas de los gobiernos locales en el ámbito de las políticas contra la pobreza infantil, y ofrece recomendaciones concretas que se pueden implementar desde la administración local dirigidos a abordar la pobreza infantil y la exclusión social.

El informe está promovido desde UNICEF España, a través de la iniciativa Ciudades Amigas de la Infancia, junto con el Comisionado de Pobreza Infantil, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, a través de la Dirección General de Derechos de Infancia y Adolescencia.

Materiales [en PDF]:

Interdisciplinariedad en las Políticas Municipales de Bienestar Social, I Jornada SEPIS.


La Interdisciplinariedad en las Políticas Municipales de Bienestar Social. 

Sociedad Española de 
 Psicología de la Intervención Social.  
Día 30 de Mayo,
de 9,30 h a 14,00 h.
Salón Centro C. de Arganzuela,
c/ Canarias 17, Madrid

Dirigido a:
Profesionales y responsables de proyectos sociales de ayuntamientos y otras entidades locales.
 
Inscripción gratuita:
Online y de manera presencial hasta limitación de aforo y por orden de inscripción,
teniendo garantizada la plaza las personas asociadas a la SEPIS.
Rellena el siguiente formulario de inscripción desde aquí:

PROGRAMA: 




Recomendaciones para la Implementación de la Garantía Infantil Europea en España desde el Ámbito Local. UNICEF España.

Salinas, Paula; Blanco, Cristina; Viñas, María. 
UNICEF España.

La Garantía Infantil Europea (GIE) es una Recomendación del Consejo de la Unión Europea para prevenir y combatir la pobreza y exclusión infantil mediante el acceso equitativo y efectivo a servicios y áreas de políticas claves para la población infantil y adolescente. 

Este estudio pretende contribuir a la implementación de la GIE en España a partir de recomendaciones de actuación desde el ámbito local. 

Centrado en las áreas de actuación de la GIE (educación, sanidad, nutrición, vivienda y gobernanza y participación), el estudio identifica los obstáculos, factores de éxito y buenas prácticas de los gobiernos locales en el ámbito de las políticas contra la pobreza infantil, y ofrece recomendaciones concretas que se pueden implementar desde la administración local dirigidos a abordar la pobreza infantil y la exclusión social.

«Los sistemas sanitarios y sociales tienen que dar respuesta desde la innovación social»: Ana Isabel Lima Fernández.

 Hablamos con…

Ana Isabel Lima Fernández. Foto:FEMP.
Ana Isabel Lima Fernández es profesora de la Universidad Complutense de Madrid y la UNED y Directora de Servicios Sociales.  

Popularmente conocida por su cargo como Secretaria de Estado de Servicios Sociales en el Gobierno de España hasta el 2020, Ana Isabel Lima Fernández cuenta con un gran bagaje profesional a sus espaldas. Empezó su andadura profesional como trabajadora social en dos municipios del sureste de Madrid y como directora de Centro de Servicios Sociales, pero no tardó en formar parte de instituciones como el Consejo General del Trabajo Social, el Comité Español de Bienestar Social y la Federación Europea de Trabajo Social -entre otras-, las cuales ha llegado a presidir.Actualmente es docente en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la (UNED) y Directora de Servicios Sociales y, siguiendo sus propias palabras, se define como una persona comprometida con los DDHH, las políticas, el trabajo social y los servicios sociales.
Es asociada de la Asociación GSIA.
El pasado 13 de diciembre de 2021, Ana Isabel Lima participó en la 1ª Conferencia Ciudades que Cuidan organizada por Fundación Mémora con el apoyo de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).


Potenciar el mundo local en pueblos y ciudades garantiza la existencia de relaciones sociales que alivien el sentimiento de soledad no deseada de muchas personas mayores. No obstante, ciertos municipios carecen de dichas interrelaciones. ¿Qué beneficios tendrían si realizaran un plan social que generara convivencia?

Desde el ámbito social definimos cuatro claves de la innovación social aplicadas al mundo de los cuidados que contribuirían a las ciudades cuidadoras: la creación de alianzas; la necesidad de revisión y reestructuración de las políticas públicas; la sensibilización de la percepción social del envejecimiento; y la importancia del municipalismo y los planes estratégicos.

Consideramos que los beneficios que pueden aportar las políticas municipales y sus planes estratégicos son relevantes porque las ciudades son un espacio clave para las prácticas de la ciudad cuidadora, es en el contexto más cercano, los barrios o pueblos, donde se producen la mayor parte de las interacciones sociales.

Y cómo podríamos hacer esto…

La planificación estratégica en los municipios se encargaría de desarrollar la parte más operativa de los planes estatales y autonómicos, y lo hace de una manera transversal e integral. Por ello, la futura estrategia nacional contra la soledad no deseada impulsada desde Imserso debería tener reflejo en los planes municipales con iniciativas de proximidad a la ciudadanía, impulsando todas las redes posibles para dar respuesta desde cada barrio o cada pueblo.

En este caso valoramos especialmente el nivel de transversalidad de estos planes estratégicos de lucha contra la soledad no deseada y la vulnerabilidad de las personas mayores, ya que su diseño supone una medida que requiere de la acción y la aportación presupuestaria de todas las áreas implicadas: salud, seguridad, servicios sociales, urbanismo, cultura, educación, deportes, etc., además su implementación debe realizarse desde una perspectiva de intervención comunitaria. Proponíamos también la conveniencia del liderazgo de los servicios sociales en estos planes por su cultura en este tema.

Nos hablabas de una mayor aportación presupuestaria de todas las áreas…

Ya hemos visto que los planes estratégicos sobre el envejecimiento: soledad, cuidados, prevención, atención, implican a otras áreas de atención a nivel municipal, pero si no se dota de presupuesto a esa coordinación transversal, no saldrá adelante el plan estratégico. Además, es importante recordar que la transversalidad no excluye a la atención específica que requieren los servicios especializados y que se pueden combinar los esfuerzos desde los dos lados, acción transversal y acción específica.

¿Qué beneficios reportaría la intervención comunitaria?

La intervención comunitaria supone un valor añadido para crear conciencia social, impulsar el desarrollo de redes de apoyo efectivas. También requiere que los recursos sean espacios y equipamientos abiertos a la comunidad, interactuar con elementos comunitarios de apoyo y para contribuir a una transformación necesaria de la percepción social de reconocimiento positivo del proceso de envejecimiento y situaciones de dependencia. Unos de los objetivos de los servicios sociales municipales es la mejora de la convivencia y la cohesión social, además tienen equipamientos de carácter social con centros, servicios, prestaciones vinculadas al mundo de los cuidados, es necesario dimensionar y reforzar el sistema como cuarto pilar del Estado de Bienestar Social para que pueda liderar y coordinar estos planes estratégicos. Los propios servicios sociales necesitar eliminar los laberintos burocráticos y dimensionar el acompañamiento social.

¿Y qué pueden hacer los municipios?

Los municipios pueden responder a las necesidades sociales aportando soluciones locales, pueden replantear espacios públicos donde se potencien las relaciones sociales y los encuentros, además es importante que instauren la creación de consejos de participación democrática como los foros locales y apoyen programas y proyectos que generen redes, tejido social y voluntariado.

Dentro de los espacios de participación sería interesante crear una Comisión de emergencia que se active frente a las crisis transversales, como la ocurrida con la pandemia COVID-19, que ha afectado a diferentes sectores de la ciudadanía, incluido el de las personas mayores y sus familias, y desde diferentes ámbitos de actuación.

No olvidemos que la pandemia ha afectado a las personas que viven en residencias, pero también a las que viven en sus casas, con recursos como la ayuda a domicilio, centros de día, y han visto afectada también, en gran medida, su calidad de vida, relaciones, salud, actividad diaria, rutinas, exponiéndose a un aumento repentino de su deterioro físico y psíquico.

En definitiva, sería interesante establecer indicadores que evalúen estas actuaciones e implantar la necesidad de realizar informes de impacto convivencial a la hora de poner en marcha cualquier proyecto en una ciudad al igual que existen otro tipo de informes de impacto de género o medioambiental. Estas acciones podrían ser incluidas en la planificación y evaluación de los planes estratégicos municipales.

Como bien decías, es preciso atender a las personas dependientes en su propio contexto, adecuando el servicio o el producto a su situación como puede ser su propio hogar. ¿Considera que el modelo de atención vigente se ajusta a esa diversidad?

Desde nuestro equipo social teníamos claro que hay que considerar que el envejecimiento es una etapa vital, producto de una revolución demográfica actual con una alta esperanza de vida que, al mismo tiempo, está desencadenando una transformación social. Por tanto, también hay que transformar los modelos tradicionales de promoción de la autonomía y atención a las personas en situación de dependencia, ya que en su mayoría son personas mayores.

La pandemia ha puesto en tela de juicio la globalización, por un lado, como fenómeno de mundialización fundamentalmente económico, ha acelerado tendencias como el excesivo individualismo y la limitación de la diversidad. Además, se ha evidenciado aún más la necesidad de la revisión de los sistemas de cuidados en el sistema de dependencia y en la crianza con el cuidado de los niños y las niñas respecto de la necesidad de conciliación de la vida laboral y familiar por los efectos negativos que ha tenido en estos ámbitos sociales.

Cada vez vivimos más aislados tanto personas mayores como más jóvenes. Se ha comprobado con el confinamiento que la soledad provoca consecuencias muy negativas para la salud y para la convivencia tanto personal como social. Somos vulnerables, interdependientes y tenemos que asumir esa vulnerabilidad.

Has hecho referencia al desencadenamiento de una transformación social. ¿A qué te refieres?

Los cambios sociodemográficos requieren transformar también los centros y servicios vinculados a la Ley de dependencia, en este caso las residencias deben transformarse en lugares más hogareños que simulen la propia casa de la persona, también es necesario desmitificar las residencias como formas de no ejercer responsabilidad familiar.

Las personas mayores consideran que el modelo tradicional de las residencias debe transformarse de un concepto de grandes residencias a más pequeñas que emulen a los hogares y la participación democrática de las personas que residen en ellas. Además, se debe procurar la implantación de fórmulas innovadoras como el co-housing y otras alternativas que propicien el envejecimiento saludable.

En el caso de las personas que se mantengan en sus hogares, es importante dotar a los territorios de servicios de proximidad como una ayuda a domicilio reforzada y flexible y una mayor la adaptación de los hogares ayudándose de la tecnología.

En cualquier modalidad de la atención a las situaciones de dependencia -tanto en el domicilio como en centros residenciales- las personas mayores exigen ser atendidos desde el sistema público sanitario que les corresponda y, por ello, se considera que en el nuevo modelo tanto los centros de atención primaria de salud como los centros hospitalarios deben tener en cuenta las necesidades sanitarias específicas de cada territorio. La coordinación y la atención de los servicios sociales y los sanitarios se debe reforzar en este nuevo modelo.

¿Qué necesitamos para una mayor coordinación entre los servicios sociales y sanitarios?

Es muy necesario para el nuevo modelo conseguir una mayor incorporación de la tecnología en el mundo de los cuidados y la mayor capacitación de los profesionales de los servicios residenciales y domiciliarios, bajando las ratios de los equipos de atención profesional y dignificando las condiciones laborales del sector. Es importante reforzar los servicios profesionales de atención a personas mayores y complementar la acción solidaria y a acción profesional.

El compromiso de nuestro país con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, una apuesta más fuerte por lo local y por la organización desde ese espacio del apoyo mutuo y la solidaridad, por ello los equipamientos municipales destinados a personas mayores deben ser más abiertos a la comunidad, para interactuar con elementos comunitarios de apoyo y para contribuir a una transformación necesaria de la percepción social del envejecimiento e impulsar redes de apoyo efectivas.

Se habla constantemente de la atención centrada en la persona y eso como metodología es importante que sea bien definido, no obstante, las personas necesitan estar vinculadas con su entorno, aunque vivan en una residencia necesitan una atención transversal y es cometido de los servicios sociales y otras áreas municipales trabajar en ello.

Siguiendo su intervención en la 1ª Conferencia Ciudades que Cuidan, asegura que el edadismo debilita los derechos y la dignidad de las personas. ¿Por qué cree en ello y qué opina que puede hacerse desde la sociedad y las administraciones para combatirlo?

Nuestro equipoinvitó en el foro de debate a hacer un ejercicio de reflexión personal sobre cómo nos posicionamos ante conductas de discriminación por edad, sobre todo cuando se da en personas mayores vulnerables.

Ciertamente el edadismo debilita derechos de forma muy poco visible como impedir que las personas tomen decisiones sobre sus vidas, se limita su participación como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho. Se generan situaciones de desigualdad a la hora de ejercer derechos fundamentales. Se cometen intromisiones en su privacidad de forma gratuita, se les infantiliza.

Es importante la introducción en las políticas públicas de elementos correctores del edadismo institucional, acabando con la idea de que los mayores, por el hecho de serlo, precisan de prestaciones, subvenciones, etc., para transporte, viajes… en realidad supone una discriminación y, por ende, prácticas clientelares en la mayoría de los casos que debe pasar por mejorar las condiciones económicas de las pensiones.

¿Cómo crees que ha afectado la pandemia a este fenómeno de “edadismo”?

Con la crisis de la COVID-19 se ha hecho evidente el edadismo, los prejuicios sobre las personas mayores como grupo homogéneo de personas vulnerables, débiles y que no aportan nada en tiempo de crisis. Estereotipos negativos y concepciones falsas construidas sobre generalizaciones que no se corresponden con la realidad: se vuelven niños, no son productivos, no tienen nada que hacer. Los estereotipos son la puerta de entrada de la estigmatización, a la discriminación.

Pero esta discriminación era anterior a la pandemia, quizá con ella ha aumentado ya que se han producido situaciones de aislamiento prolongado, la atención sanitaria no les priorizó en el comienzo, no se distingue entre personas mayores con autonomía funcional y las que se encuentran en situación de dependencia, se ha segregado por edad y no por patología, y no es la edad, sino las patologías las que vuelven más vulnerables a las personas.  La evidencia de la soledad sorprende ahora, pero es la realidad de muchas personas que merma su dignidad y bienestar.

¿Qué podemos hacer para revertir esta situación?

Hay que sensibilizar a la ciudadanía y para ello también es importante el lenguaje, la forma de nombrar y denominar los fenómenos sociales. Hay que tener en cuenta que no son nuestros mayores, ni nuestros abuelos. No son nuestros, sino de cada uno de ellos, igual que las personas adultas no somos de nadie sino de nosotras mismas.

Tampoco son nuestros abuelos o abuelas, porque no todas las personas mayores tienen nietos. Se obvia la heterogeneidad del colectivo formado por personas con características muy diversas, experiencias, estilos de vida, salud.

Las consideraciones edadistas condicionan a las propias personas mayores que acaban asumiendo conductas previsibles basadas en expectativas prejuiciosas, se pueden aislar asumiendo como naturales las patologías emocionales, renunciando a sus capacidades.

Por ello es importante mostrar la parte positiva de la situación demográfica actual, ya que las personas que cumplen hoy 65 años tienen una esperanza de vida entre 19 y 23 años dependiendo del género, que viven en buenas condiciones de salud, al menos la mayoría de ellos. 

La jubilación abre la puerta de una nueva etapa vital de oportunidades de enriquecimiento personal y contribución social. La mayoría cuidan a sus nietos y nietas, a personas en situación de dependencia y mantienen y ayudan económicamente o acogiéndoles en su casa a familiares en paro o sin vivienda. Muchas personas mayores participan activamente en su comunidad realizando actividades solidarias y contribuyen a la economía. No nos olvidemos del concepto “silver economy” que sitúa a las personas mayores como motor de la economía del futuro.

Es urgente sensibilizar a la sociedad sobre estas contribuciones que realizan las personas mayores y transformar así la percepción social sobre el envejecimiento para romper con los estereotipos de que laspersonas mayores solo gastan y consumen recursos, y no producen bienes y servicios.

¿Qué pueden hacer los sistemas sanitarios y sociales para contribuir a esta sensibilización?

Los sistemas sanitarios y sociales tienen que dar respuesta desde la innovación social a ese potencial y ofrecer alternativas que resulten interesantes a estas personas, acompañamiento para orientarles ante esa nueva etapa vital. Porque a muchas personas que se jubilan les gustaría participar y enrolarse en actividades solidarias, pero desconocen cómo hacerlo.

Por otro lado, es muy positivo vivir tantos años, pero un gran reto cuando llega la dependencia. Por ello, es importante hablar del nuevo modelo en el mundo de los cuidados.

Nos enfrentamos a grandes dificultades para conseguir que el resto de generaciones valore a las personas mayores, reconozca y reclame su aportación al desarrollo comunitario. Por eso, es fundamental las actuaciones de sensibilización. Esta permite una verdadera comunicación intergeneracional que facilita la reflexión y el debate sobre la realidad actual, anima a la toma de conciencia en torno al futuro y posibilita la cooperación entre las distintas edades.

Cuéntanos más sobre la comunicación intergeneracional entre personas mayores y jóvenes…

La sociedad necesita dar respuesta urgente al vertiginoso envejecimiento demográfico y los cambios sociales que determina. Adaptar sus valores, costumbres y actitudes para la sostenibilidad de la convivencia y el ejercicio de derechos y responsabilidades compartidas entre todas las generaciones. Es imprescindible que las más jóvenes conozcan a las personas mayores y reconozcan y reclamen su aportación al desarrollo comunitario.

Para combatir el edadismo es urgente diseñar políticas sociales dirigidas a transformar las actitudes colectivas hacia una plena solidaridad intergeneracional. Sabemos que los cambios socioculturales no se producen como procesos rápidos y requieren un esfuerzo integral, sistemático y permanente respaldado por el compromiso profesional y las políticas públicas comprometidas con el bienestar de la ciudadanía y con los retos de futuro del Envejecimiento Activo.

Es necesario un enfoque basado en derechos fundamentales, en la dignidad de las personas, en la promoción de su autonomía personal y social, en la capacidad de decidir, igualdad, libertad, seguridad, participación social, relaciones familiares y sociales, continuidad en la atención, respeto al honor, residencias hogareñas, mantenimiento de una imagen positiva, acceso a recursos, permanencia en entorno, autotutela, protección jurídica… En definitiva, un enfoque que sea el resultado de una estrategia política con visión amplia basada en el estado social de derechos y en construir una sociedad para todas las edades.

Hemos hablado de personas mayores y jóvenes, queremos hablar ahora de otro colectivo muy específico. Cuando hablamos de cuidados de larga duración, también hablamos de las mujeres. Tanto en lo formal como en lo informal, está en sus manos. ¿Qué tan importante es elevar su reconocimiento para universalizar el sector de la atención?

Se puede decir que la denominada economía de mercado ha dejado sin resolver algunas cuestiones cruciales que afectan la igualdad entre hombres y mujeres, sobre todo en lo que tiene que ver con el mundo de los cuidados, sumado esto transformaciones en el rol de las mujeres tradicionalmente como cuidadoras en el ámbito familiar ha provocado la denominada crisis de los cuidados en las sociedades contemporáneas.

Los cuidados en el seno familiar son proporcionados mayoritariamente por mujeres y no han sido computados en el modelo productivo por lo que, en general, a la sociedad prácticamente le han salido gratis. Históricamente las mujeres han regalado su tiempo, un tiempo dedicado a los cuidados y con ello han contribuido a la sostenibilidad social, pero también al fenómeno de la feminización de la pobreza.

Procurar una vida de calidad a las personas mayores es un deber político y moral que afecta a decisiones políticas que deben reducir deficiencias, pero también afecta a actitudes personales que conducen a la ciudadanía a asumir el cuidado como una responsabilidad cívica.

¿En qué cree que la organización y el desarrollo de conferencias como esta, en las que se pone la atención a las personas mayores en el centro, puede ayudar al futuro de los cuidados?

Realiza una función social fundamental, ya que sensibiliza sobre la realidad en cuanto al valor de los cuidados y muestra un gran trabajo de muchas personas expertas en diferentes áreas a través de la presentación del “Libro Blanco de las Ciudades que Cuidan”. No solo se trata de una guía, sino que difunde, promueve e implica a muchos actores para que analicen, reflexionen, planifiquen y pongan en marcha iniciativas en las diferentes ciudades en torno a crear comunidades cuidadoras.

Valoramos muy positivamente el trabajo que realiza a favor de potenciar el desarrollo de estrategias institucionales ante la soledad no deseada, e intentando que introduzcan la innovación social en la gestión de recursos para personas mayores y en los programas de soledad no deseada. Así como la creación desde Fundación Mémora del observatorio y la realización de proyectos de investigación social que fomentan la evaluación de iniciativas y experiencias de buenas prácticas en el ámbito. La forma de desarrollar su actividad es ejemplar en el sentido en que en todas las acciones han ido implicando a diferentes actores de distintos ámbitos y con ello han incorporado la participación y la diversidad de miradas sobre los temas que se tratan.

Antes de concluir la entrevista, ¿le gustaría resaltar algún tema?

Finalmente me gustaría terminar poniendo en valor un término que he estado ideando sobre la necesidad de no solo introducir la necesidad de empatía de las profesiones vinculadas a los cuidados, sino hablar también de la empatía institucional en el marco de organización de los cuidados y, yendo más allá, en cuanto al concepto comunitario de las ciudades que cuidan propongo que adoptemos el concepto de la empatía estructural, es decir, ponernos en el lugar del otro desde una dimensión integral.

Barcelona presenta el Plan de infancia 2021-2030.

El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado (18/10/2021) el «Plan de Infancia 2.021-2030. Retos y actuaciones para mejorar las vidas y derechos de la infancia y la adolescencia en Barcelona» que, a partir de un amplio diagnóstico sobre el estado de la infancia y la adolescencia en la ciudad y desde la perspectiva de derechos, establece los principales retos de ciudad en materia de infancia y selecciona 70 actuaciones municipales principales para hacerles frente.
Puede consultar el Plan de Infancia de Barcelona 2021-2030 o bien este documento de Síntesis del plan.
El Plan de Infancia se presentará públicamente 
en la jornada del 12 de noviembre 
«Estrategias hacia los retos de infancia en Barcelona, ​​con horizonte 2030».

Desde el Instituto Infancia y Adolescencia de Barcelona hemos llevado a cabo la diagnosis del plan a partir de los cerca de 150 indicadores de infancia y adolescencia del Observatorio 0-17 (una de las actuaciones que impulsaba el plan anterior), y hemos analizado diferentes estrategias, planes y compromisos de ciudad que incorporan objetivos de mejora para la infancia. Además hemos tenido en cuenta conclusiones de otras investigaciones de infancia, así como lo que los niños y niñas de la ciudad han dicho a partir de diferentes procesos participativos como el programa Hablan los niños y niñas, la Agenda de los niños y niñas, las aportaciones de la infancia en el PAM-PAD o la Audiencia pública. Este amplio trabajo de investigación se concretó en una propuesta inicial de retos en materia de infancia que se pusieron a debate con más de 150 personas expertas del ámbito académico, profesional y de las entidades sociales, en un amplio proceso participativo dinamizado desde el Instituto Infancia y Adolescencia.

Si bien el Plan de Infancia parte de una mirada universal para dar respuesta a todas las infancias, se focaliza a la vez en tres ejes transversales que tienen especialmente en cuenta que las vidas de los niños y niñas están muy condicionadas por sus contextos familiares y territoriales, así como por las desigualdades sociales, en especial el riesgo de pobreza y/o exclusión social, pero también las desigualdades de género, origen y/o la discapacidad.

Además se trata de un plan vivo, con un marco flexible para actualizaciones y evaluaciones intermedias que garantizarán la adaptación del Plan a los cambios de la realidad social.

7 derechos, 23 retos y 70 actuaciones

El Plan se estructura en torno a 7 derechos de la infancia a los que se vinculan 23 retos:

1. Derecho a las condiciones económicas y materiales adecuadas
R1: condiciones económicas y materiales para la infancia en situación de vulnerabilidad
R2: vivienda asequible asequible y suministros energéticos básicos.
R3: brecha digital tanto de aparatos, como de conectividad y usos
R4: espacios públicos pacificados, accesibles y saludables.

2. Derecho a la educación, el ocio, la cultura, el juego y el descanso
R5: servicios educativos y de apoyo a la crianza 0-3 años
R6: escuela como servicio esencial y con igualdad de oportunidades
R7: transiciones a la post-obligatoria y prevención del abandono educativo prematuro
R8: ocio como factor esencial en el bienestar
R9: más y mejores oportunidades de juego al aire libre.

3. Derecho a la salud integral y a los servicios sanitarios
R10: hábitos saludables de alimentación, ejercicio, descanso, sexualidad y prevención de las adiciones
R11: acceso a asistencia sanitaria no cubierta (salud ocular y bucodental)
R12: necesidades emocionales y cuidado de la salud mental.

4. Derecho a la familia y sus responsabilidades, y a la protección social de la infancia
R13: apoyo entre familias en el ámbito de los cuidados
R14: atender a las necesidades específicas de la adolescencia
R15: apoyos específicos a familias monoparentales y familias con niños y niñas con discapacidad
R16: atención especial a la infancia en situación de riesgo y desprotección en servicios no residenciales
R17: atención especial a la infancia tutelada en servicios residenciales, con padres/madres en prisión, y a los migrantes no acompañados.

5. Derecho a la protección contra las discriminaciones y las violencias
R18: sensibilización ante cualquier tipo de discriminación
R19: prevención contra cualquier tipo de violencia
R20: especial atención a las violencias machistas.

6. Derecho a la participación, la escucha y a recibir una información adecuada.
R21: escucha activa de la infancia y participación en la toma de decisiones
R22: garantizar información adecuada, favorecer pensamiento crítico y difusión y vivencia de los derechos.

7. Derecho al interés superior del niño/a
R23: tener en cuenta aquello que es mejor para los niños y niñas ante cualquier decisión política i/o actuación

Para garantizar el ejercicio progresivo de los derechos de la infancia y la adolescencia, el Plan se focaliza en 70 actuaciones que, por su carácter innovador y/o estratégico, permiten encarar mejor los retos identificados y que pueden significar un salto cualitativo para las vidas de los niños y niñas de Barcelona.

Puede consultar el Plan de Infancia de Barcelona 2021-2030 o bien este documento de Síntesis del plan.

El Plan de Infancia se presentará públicamente en la jornada del 12 de noviembre «Estrategias hacia los retos de infancia en Barcelona, ​​con horizonte 2030».


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