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Hablando de Infancia y Adolescencia: HDIA, Revista GSIA, mes de Octubre 2022.

 Hablando de Infancia y Adolescencia. 
La Asociación GSIA edita esta Revista de Prensa, mensual y digital,
que analiza la actualidad recogida por los medios 
en relación a la infancia y la adolescencia, 
aportando nuestro propio enfoque 
con distintos secciones, artículos y columnas de opinión.


Presentación.

“Somos los potentes ciudadanos del ahora”

La teoría de la comunicación humana (Watzlawick y Bateson) plantea que la comunicación se basa en un intercambio de información que se produce a través de una relación. Es por tanto, un proceso interaccional entre un emisor y un receptor, a través de un canal, y con un contenido o mensaje. En este proceso se pueden producir interferencias o ruidos que afecten a la comunicación. Entre los componentes de la comunicación, se encuentra la semántica, que se basa en la construcción de significados, ya sean imaginarios o reales. La metacomunicación hace referencia a los elementos relacionales que van más allá del contenido comunicativo en una interacción.
Tomando como referencia este modelo, surge el interaccionismo simbólico (Goffman), que plantea que la identidad de una persona se construye, desde esta perspectiva, a través de la interacción entre miembros de un sistema de relaciones (familia, escuela, medios de comunicación, etc.). Podríamos afirmar pues, que “el lenguaje construye realidad”, asumiendo que este lenguaje se pueda basar en significados imaginarios.
Esta reflexión surge de lo que percibimos en los discursos adultos, que en muchos casos son imaginarios, al partir de ideas preconcebidas que han construido un imaginario colectivo adulto respecto a los niños. Las noticias y su análisis conectan con esta idea: se construye un discurso dominante adulto, que como se refleja en la sección ‘Se ha dicho’, muestra una realidad de niños y niñas que destaca su vulnerabilidad y carencias, sin hacer la autocrítica de la ausencia de espacios, así como de profesionales, que la sociedad adulta debe poner a su disposición, para su participación en sociedad. Dicho imaginario, lleva a asumir que los jóvenes a partir de 16 años no tienen la madurez suficiente para ejercer su derecho como ciudadanos al voto. ¿Cómo pretendemos fomentar su participación social ante esta concepción que de ellos tenemos?
En este número se ejemplariza cómo niños, niñas y adolescentes se pueden apropiar de esos espacios que los adultos niegan por considerarlos incapaces (por falta de madurez, conocimientos, y capacidades…) de hacer en igualdad de condiciones, aquello que se cree propio de la esfera adulta. Es un placer para este equipo contar con la colaboración de Francisco Vera a través del artículo “Somos los potentes ciudadanos del ahora”.
También nos hacemos eco del compromiso de GSIA por ser una punta de lanza en la promoción de los derechos de niñas y niños, al participar en espacios en medios de comunicación que están asumiendo iniciativas educativas, a través de acciones de alfabetización digital y reconocimiento de buenas prácticas que fomenten el pensamiento crítico, impulse la creatividad responsable y promuevan los valores y la convivencia, tanto en la población infantil, como en la adulta.
Siguiendo con la reflexión inicial, la participación social de niñas y niños es un espacio de interacción que el mundo adulto limita, al no querer compartir ciertos ámbitos que consideran exclusivos de los adultos. Esto conlleva a interpretar que existe una enorme incongruencia entre la comunicación adulta: ‘Facilitamos espacios para la participación infantil’, con una metacomunicación que se transmite en las interacciones: ‘Los espacios sociales adultos están vetados a la incorporación de niños y niñas’. Vamos a tener que luchar por colonizar esos espacios que los adultos consideran propios y exclusivos…
 
En "Gsia Opina" abordamos la escucha proactiva de los adultos como base de los derechos de la infancia.
Nos cuesta visualizar en las informaciones el convencimiento que tenemos de que los derechos de las niñas, niños y adolescentes son nuestros deberes. Tal vez porque hemos de incrementar nuestra responsabilidad en su cumplimiento, más allá de la delegación y del señalamiento e implicación pedida a las instituciones y al Gobierno. Como ya sabemos, al proceso de la delegación le acompaña a menudo el desentendimiento. Tal vez porque atender, tanto a nivel personal como profesional, debería estar cercano y fundamentado en la afirmación reiterada por Jack P. Shonkoff “Los niños no son ayudados por programas, sino por personas.”

En "Escaparate GSIA" tenemos un exclusivo artículo de Francisco Javier Vera Manzanares, "Somos los potentes ciudadanos Del AHORA". 
No te lo puedes perder porque es la demostración exacta de lo que venimos diciendo: los niños no son ciudadanos del mañana, lo son de hoy, de ahora... Por eso desde  la Asociación GSIA reivindicamos el compromiso de instituciones públicas, medios de comunicación, entidades sociales, de los padres y de toda la ciudadanía para apoyar que las voces de niñas y niños lleguen libres de adulteraciones…; porque escucha es la base de los derechos de la infancia: sus derechos son nuestros deberes.



COLABORA CON NOSOTROS.

GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.

Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos.

¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!.

Dona a la Asociación GSIA desde aquí.

https://grupodeinfancia.org/donaciones/

 

Campaña Web Safe and Wise, lanzamiento.

Campaña  para mitigar los crecientes peligros que enfrenta la infancia en un mundo cada vez más conectado y al mismo tiempo apoyar y empoderar a los niños y niñas para que se beneficien de las oportunidades en un entorno digital.                 

Lanzamiento de la campaña internacional

 

 


 

 
de ChildFund Alliance y Educo

Fecha: 19 de mayo 2022

Hora: 10:00 AM a 12:00 PM

Ubicación: Fundación Joan Miró, Barcelona (aforo limitado)

Retransmisión online

Interpretación simultánea inglés-español

El acceso a Internet se está ampliando de manera considerable y cada vez hay más niños y niñas que se conectan por primera vez. La pandemia producida por la COVID-19 y los consiguientes confinamientos han hecho aumentar de manera significativa el uso de Internet y de los dispositivos móviles por parte de los niños, niñas y adolescentes y con ello su exposición a los riesgos que conlleva su uso. Estos riesgos pueden afectar a su desarrollo y bienestar, y tener un impacto directo en el disfrute de sus derechos.

Es esencial que se garantice el acceso y uso adecuado de las Tecnologías de la Información por parte de los niños, niñas y adolescentes en la sociedad digital

Es esencial para garantizar sus derechos.                 

 

 

 

 

 

Trabajar para una navegación segura requiere una mirada holística, la colaboración de todas las partes implicadas y una educación digital, para poder disfrutar plenamente de todas las oportunidades del mundo virtual. 

Es una problemática compleja, que debe ser analizada y enfrentada con valentía para crear una ciudadanía digital inclusiva y responsable. Es imprescindible contar con las colaboraciones y alianzas existentes y fomentar nuevas asociaciones con quienes están comprometidos con el bienestar de la infancia y la adolescencia.   

Para ello, te invitamos el día 19 de mayo a un espacio de reflexión y diálogo en el que contaremos con:

 Inscripción 

 

Nuria Martínez Ribot, moderadora del evento

Pilar Orenes, directora general de Educo, representante en España de la ChildFund Alliance

Joan Ramon Riera, regidor de Infancia, Juventud, Personas Mayores y Personas con Discapacitad del Ayuntamiento de Barcelona

Simon Whyte, presidente de ChildFund Alliance

Guillaume Landry, director ejecutivo de ECPAT Internacional

Rob Jones, director general del NECC

Meg Gardenier, secretaria general de ChildFund Alliance

Ernie Allen, presidente de la Alianza Global WeProtect

Mikiko Otani, presidenta del Comité de Naciones Unidas por los Derechos del Niño


Jóvenes usuarios

Liliana Arroyo, responsable de Innovación del Área de Tecnologías de la Sociedad Digital en la Fundación i2CAT

Pilar Sánchez, gerente de alianzas estratégicas y YouTube Kids (por confirmar)

Victoria Alsina, consellera d’Acció Exterior i Govern Obert de la Generalitat de Catalunya

Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización eInteligencia Artificial 

Dia del Libro 2022: #CUENTOSXTELEFONO, 8ª Edición.

#cuentosxtelefono es una iniciativa creada y llevada a cabo por un grupo de jóvenes de entre 15 y 20 años para promover la animación a la lectura, la cultura y la participación social.
Todos estos jóvenes pertenecen a "Montando el Local" un proyecto socioeducativo, para niños y niñas de 11-20 años y sus familias, de la Mancomunidad de servicios sociales Mejorada-Velilla; cuyo objetivo es trabajar con ellos y ellas la resolución de conflictos, las habilidades sociales y la educación emocional a través de la participación social.

La iniciativa consiste en recibir las llamadas que se realicen a la biblioteca Municipal de Mejorada del Campo, el día 22 de abril en horario de 19-22h, y contar cuentos a todas aquellas personas que lo deseen: de cualquier edad o condición. 

En un mundo tan convulso...¡Deja que los cuentos te los contemos nosotros! 

Además, este año, hemos visitado nuevamente el centro penitenciario de Valdemoro (Madrid) donde, previamente, hemos grabado algunos cuentos con los internos para que sus voces también se escuchen y te lleguen en forma de historia si quieres llamarnos el día 22 de abril. 

El día 22 de abril en horario de 19-22h;
la manera de contactar consiste en marcar los teléfonos:
91 679 01 80 (deja sonar la locución hasta el final) 
616 68 21 11
606 73 32 55
608 08 09 99
618 75 50 56
608 63 73 00 

¿Cómo será? 
Puedes participar de dos maneras diferentes:
- CON ANTELACIÓN (a fecha de hoy ya está cerrado esta manera) : Desde el día 18 de Abril se ha abierto el formulario para inscribir las peticiones de aquellos que quieren reglar un cuento sorpresa a otra persona. Solo tienes que inscribir a un ser querido ( te dejamos el enlace ➡️  http://cxt.montandoellocal.com ) y nosotros llamaremos el día 22, en tu nombre, y le contaremos un cuento. Plazas limitadas. 
- ESE MISMO DÍA: Llamando el viernes, 22 de Abril de 19-22h a la Biblioteca Almudena Grandes de Mejorada del Campo y pidiendo que te contemos un cuento. ¡A ti!  

¿Cómo surge la idea?
 Hace 8 años, los chicos y chicas más mayores de "Montando el Local" aceptaron una petición de las bibliotecarias de Mejorada: realizar una actividad de animación a la lectura de jóvenes para todos los públicos. Los chicos y chicas del proyecto dedicaron varias sesiones a pensar, planificar y diseñar la actividad y se lo contaron a las bibliotecarias. 
Ahí nació #cuentosxtelefono para celebrar el día del libro: Adolescentes contando cuentos para todas aquellas personas que deseen llamarles y escuchar una historia. 
La actividad fue un éxito por lo que chicos y chicas decidieron hacerlo también por el Día de la poesía (el pasado 21 de Marzo se celebró la 6ª edición de #poemasxtelefono en la que atendieron a más de 250 personas en 170 llamadas) .



La censura en la Literatura Infantil y Juvenil. Unos apuntes. Día Int. del Libro Infantil y Juvenil, 2 de Abril.

 

Corren tiempos difíciles en los que las ideologías y los ismos se abren paso. Prejuicios, demagogias e intereses flotan en el aire, por lo que ha llegado la hora de hablar de un tema que, a pesar de estar estrechamente relacionado con la política y la sociedad, nos atañe a todos, más todavía a los que sugerimos lecturas y literatura. Es el momento de hablar de censura.
Aunque se figura un tema bastante escabroso en el que es difícil ser imparcial y ortodoxo, aquí les traigo una serie de apuntes sobre ciertos aspectos relacionados con esta, que bien pueden abrir nuevas ventanas desde donde mirar la realidad o simplemente exponer desde mi punto de vista puntos tratados por otros, quedando abiertos todos ellos a sus comentarios y aportaciones.


Ha sido uno de los libros más censurado alrededor del mundo por ser una obra perturbadora que incita al desequilibrio mental y las tendencias homicidas.

Todos somos censores

Antes de meterme en harina con un tema que suscita interés y polémica, he querido abrir esta caja de Pandora parafraseando las palabras de Perry Nodelman en su artículo homónimo que les recomiendo a manos llenas y que pueden leer aquí.
De acuerdo con Nodelman, la censura en los libros para niños no es llevada a cabo de manera exclusiva por agentes gubernamentales que adornan su brazo con la cruz gamada o la hoz y el martillo, no. Censores somos todos (o podemos serlos, dejemos la duda en el aire). Sólo basta ser humano, tener una educación determinada, unas preferencias o pertenecer a un grupo social concreto, y por tanto, desechar otras ideas por el mero hecho de ser diferentes.
Por ello y a pesar de la libertad que todos nos presuponemos, debemos interiorizar que cualquiera, desde la bibliotecaria de su barrio, pasando por el librero, el maestro de sus hijos, ustedes o yo mismo, somos censores. Censuramos a nuestra madre para que no vaya cascando las miserias familiares, censuramos a nuestros hijos a la hora de elegir libros infantiles, censuramos al vecino cuando apunta alguna inconveniencia, o al locutor de radio de turno por no poner entera la canción que nos gusta.
Pero, ¿por qué censuramos? Por el mero hecho de ser humanos y adscribirnos a unas normas, estereotipos y razón social, nos pasamos el día con la censura a cuestas sin darnos cuenta. Son las diferencias en cuanto a ideas y estereotipos las que condicionan la censura. Lo que James Moffett define como “agnosis”, el deseo de no saber, esa cualidad del adulto que se hace más patente cuando de él depende el hecho de seleccionar libros para los niños  y que deben mostrar la realidad que más le conviene. Si a ello añadimos que la literatura infantil es un territorio frágil, indefenso ante el control de los adultos, la cosa es mucho más llamativa y afianza más el concepto de que la infancia es una etapa a rebosar de oprimidos, en este caso niños, menospreciados por razones de edad (y otras muchas cosas).


Fue censurado en los Emiratos Árabes por incitar a la brujería. En Tejas (EE.UU.) y Toronto (Canadá) hubo quien fue a los tribunales para que se eliminara de sus páginas la batalla contra los Muggles.

El individuo y la sociedad. La censura individual y la censura colectiva

Aunque todos somos censores según lo dicho, debemos hablar de la censura desde dos perspectivas, las que se refieren a las dos realidades de nuestra condición, la personal y la social. Generalmente el ser humano tiende a comportarse de manera diferente cuando está solo y cuando se encuentra acompañado. Las relaciones que el hombre establece con sus iguales pueden modificar las ideas y conductas que este tenga cuando se encuentra sólo, incluidas las preferencias sobre la literatura infantil.
No me pregunten sobre las bases antropológicas que llevan a esta situación pues las desconozco. Lo único que he apuntado durante mis numerosas charlas y encuentros sobre libros para niños es que las personas modifican sus preferencias en torno a los libros dependiendo de las opiniones vertidas por los demás, de los prejuicios que surjan en el momento y los estereotipos de moda en el instante. Esa socialización de la ideas a la que apelaba Foucault se hace más palpable cuando hablamos de censura.
Es por esto que me atrevo a definir dos grupos de censura, aquella que realiza el individuo por sí mismo, con sus preconcepiones y su experiencia, cuando se encuentra solo ante un libro, y aquella que lleva a cabo el mismo individuo cuando se halla en un grupo de personas.


En 1931 fue censurado en Hunan, China, porque en esta obra  los animales hablaban, algo inadmisible ya que ponía a los animales al mismo nivel del hombre.

La censura gubernamental e institucional: el poder traducido

Desde España solemos mirar la censura hacia cierta dirección ya que todavía hacen mella en nuestra sociedad los cuarenta años de dictadura franquista, algo que también ha sucedido en países como Italia, Alemania o Chile en los que las dictaduras de derechas han ejercido una opresión ideológica más que palpable. Pero, ¿es la censura exclusiva de los gobiernos conservadores? El NO debe ser rotundo pues existen casos de territorios gobernados por regímenes comunistas en los que la censura literaria es el pan de cada día, algo que se puede constatar en lugares como China, Rusia, Corea del Norte, Cuba o Venezuela.
Seguramente también estén pensando que la censura es patrimonio de los totalitarismos, pero un servidor sigue negándolo ya que existen democracias de dilatada trayectoria como los Estados Unidos, Francia o Inglaterra en las que también hay ejemplos de censura literaria. Más bien podríamos aclarar que en los totalitarismos (unas veces despóticos, otras no tanto) la visibilidad de estos instrumentos censores ha sido mayor y ha alcanzado identidad como daño colateral a unas acciones mucho más deleznables y como instrumento propagandístico que ha rodeado la relación entre oprimidos y opresores.
Resumiendo, la censura gubernamental o institucional es un medio de poder que se pone en práctica en mayor o menor medida dependiendo del interés de quien ostenta dicha hegemonía, proceda esta de siglas diferentes, religiones varopintas o sindicatos de cualquier índole. Si desean definiciones más académicas les remito a este artículo de Raquel Merino Álvarez o a este otro de Roberto Martínez Mateo.


Este libro fue censurado en Dakota del Norte (EE.UU.) por contener "imágenes perturbadoras". Asimismo muchos sectores polemizaron porque incitaba a los niños a la desobediencia y violencia. Incluso se llegó de decir que alguno de sus poemas "glorifican a Satanás, el suicidio, el canibalismo o la pura pereza"

Cada época, cada sociedad, tiene sus propios tabúes, llámense erotismo, sexismo, nacionalismo, progresismo, o maltrato animal. Unos demonios que el poder y sus medios utilizan a su antojo para contentar a sus partidarios, menospreciar a sus detractores y capar ideológicamente a todos (no sea que la líen). Es así como la censura se balancea sobre un finísimo hilo que, unas veces nos deja caer a un lado y otras, al otro; algo que el hecho histórico constata de manera fehaciente.
Como hay poco espacio y no tengo tiempo para enumerar todos los libros infantiles que han sido censurados en diferentes países y sociedades a lo largo del tiempo, les invito a echar un vistazo a las imágenes que acompañan estos apuntes (todos ellos han sido censurados en diferentes lugares del planeta) y a tres títulos que recogen innumerables ejemplos de libros infantiles que se han visto afectados por las censuras gubernamentales e institucionales: Prohibido leer. La censura en la literatura infantil yjuvenil contemporánea (edición de Pedro C. Cerrillo y César Ortiz Torremocha, 2016, Ediciones UCLM), Literaturas y Poder. La censuras en la LIJ (Angel Luis Luján y César Sánchez Ortiz, 2016, Ediciones UCLM), y Niños, niggers, Muggles. Sobre literatura infantil y censura de Elisa Corona Aguilar (2012, Deléatur).


Este libro fue acusado de "minar la autoridad paterna" o "incitar a los niños a huir de casa y vengarse de los adultos", mensajes frecuentes en las obras de Dahl.

El espectáculo de la censura: medios de comunicación y redes sociales

Cuando hablamos de medios de comunicación y redes sociales seguro que nos vienen a la cabeza todo tipo de opiniones. Medios de poder, altavoces y micrófonos intervenidos, amarillismo, modas, demagogia y un largo etcétera de cuestiones poco deseables son las que despiertan la prensa escrita, la digital, la televisión o la radio. Todas manipulan la información y la traducen a su antojo. La 1, la CNN, Al Jazeera o TV3, da igual que estén de un lado o de otro: muy pocas veces ostentan independencia (a no ser que sean minoritarias... y ni aún así...).
Lo más inesperado viene cuando tenemos que hablar de redes sociales, unas que se suponen plurales y populares, también se adscriben a movimientos y partidismos, por ejemplo léanse Twitter o Linkedin, una de corte progresista y otra más conservadora, en las que sus usuarios vomitan todo tipo de ideas e improperios incendiarios.
Por otro lado todos estos medios de masas tienen papeles fundamentales en la censura que pueden reunirse en dos claras tendencias, o bien promueven la censura, o bien aúpan lo censurado. Todo ello con salvedades y grises, claro está.
Sobre los mecanismos censores me limitaré a remitirles a los paripés propagandísticos de las diversas facciones que intervienen en cualquier conflicto político y que incluso han provocado en ocasiones la modificación de la intención de voto de unos y otros.. No hay más que decir.


Este libro de Dahl fue censurado en Colorado (EE.UU.) por presentar una "pobre filosofía de vida". Asimismo los entrañables Oompaloompas fuero percibidos como una ofensa hacia los afroamericanos.

Sobre lo de la promoción, hay más chicha que embutir... Desde los comienzos de la literatura infantil ha existido la censura, y curiosamente y muy a pesar de los adultos censores, la popularidad de estas obras ha crecido entre los niños, su éxito ha subido como la espuma y se han vendido millones de ejemplares de obras como las de Roald Dahl.
Por todos es sabido (incluidos medios de comunicación y gurús de las redes sociales) que en este mundo capitalista donde el escándalo vende, estar en el candelero da una mayor visibilidad a las obras literarias, es decir, conlleva una publicidad la mayoría de las veces gratuita que tiene sus consecuencias en la adquisición del producto por parte del consumidor, más todavía cuando los padres y maestros (opresores en este caso) están implicados en ello.
Campañas de prestigio basadas en la censura (esto es de traca) y ejercida desde ciertos sectores de la opinión pública se han convertido en una herramienta de doble filo para el consumo literario, y son comparables con las maniobras publicitarias de sagas como Crepúsculo o Los juegos del hambre. ¡No todo tenía que ser negativo en esto de la censura!
“Censura y polémica, victimismo y negocio” ¿Quién se atreve a escribir este libro? 


Esta obra fue censurada en dos ocasiones en Estados Unidos en las décadas de los años 30 y 60. En los 30 se relacionó con la brujería y el esoterismo y en la de los 60 por constituir una metáfora del comunismo.

Nuevas formas de censura colectiva. El buenismo, las minorías y lo políticamente correcto.

Siguiendo con el hilo del epígrafe anterior continuo con la tormenta que desató hace dos veranos el libro 75 consejos para sobrevivir en el colegio de María Frisa. Yo estaba haciendo de las mías por las playas españolas y preferí mantenerme un poco al margen (¡Tampoco voy a estar en todos los fregaos!) aunque seguí con detenimiento todos los comentarios que se vertían sobre la innecesaria polémica. Unos hablaban de autopromoción, otros de literatura ofensiva, y algún otro de victimismo. Eso sí, en el fondo, todos se referían a lo mismo: censura.
Lo que más me llamó la atención de esta polémica fue que era bastante paradójico que un libro que pretendía ser humorístico (N.B.: Lo siento por todos aquellos que blandieron la espada subversiva de la LIJ o que citaron a Barrie o Sendak para justificar este libro. Me pareció un exceso), se tornara incómodo.
Algo por el estilo sucede con Twain y Huckleberry Finn, con esa parte de la comunidad afroamericana que ha censurado este libro por considerar que Jim recibe por parte de Huck un trato ofensivo y vejatorio (la palabra con connotaciones despectivas “nigger” se lee una y otra vez en esta obra), y que no deja de ser un personaje elaborado a base de los clichés racistas de la época. Me parece extremista y descabellado que lo realmente interesante de un libro tan excepcional sean las formas y no que Huck deje a un lado sus prejuicios de blanco supremacista y reconozca a Jim como un verdadero amigo, un compañero de viaje a pesar del color de su piel.


Como ya dije en este otro post, la dictadura de la piel fina ha cambiado la percepción que tenemos del mundo. Lo políticamente correcto nos aboca a un ejercicio censor que tiene que ver con lo preestablecido más que con nosotros mismos. Todo ello nos conduce a unas de esas paradojas modernas sobre las censuras. La doble moral, los dobles raseros, lo desvirtuada que se siente la sociedad con el ser y el parecer y que nos lleva a una perdida de sentido crítico por culpa de la imposición política, de los discursos morales erróneos.
No somos censores por nuestros propios prejuicios, sino que los somos porque otros se empeñan en censurar aquello que podría ser censurado y de paso lapidar a un tercero que probablemente se ha censurado a sí mismo como producto de otros prejuicios e intentaba ser crítico en primera instancia... Nota: Si no se lían con este trabalenguas, les animo a leer los juegos de palabras que con más razón que un santo Perry Nodelman apuntó en este otro artículo que tiene mucho que decir sobre censura y objetividad.


Fue censurado en muchos países por considerar que trataba temas de corrupción política, los sentimientos anti-belicistas y poner sobre la mesa el debate de la colonización. Por esta razón muchos lo camuflaron como libro de viajes.

Libreros, bibliotecarios, influencers... ¿literatura infantil realmente libre?

A veces me pregunto si el papel de blogueros, booktubers, bookstagramers, libreros, bibliotecarios y otros monstruos es esencial para que lo diverso se mantenga en la LIJ. No he tratado pocas veces este asunto en post como este o este otro, pero dejando a un lado las cuitas de los enteraos en libros infantiles, sí me atrevo a añadir que, a juzgar por las recomendaciones de final de año tan socorridas a la hora de recomendar libros, no parece que la cosa sea muy plural ya que existen muchas coincidencias entre unos criterios y otros.
La cosa cambia cuando los seguimos, nos siguen con más detenimiento y observamos que muchos de ellos, de nosotros, saltamos con algún título sobre el que nadie se había percatado. Es ahí cuando la censura colectiva se hace menos evidente y me atrevo a pensar que muchos son, somos necesarios, sobre todo porque diluimos el llamado sesgo y abrimos más puertas que las que cerramos. Seguramente yo esté harto de libros sobre emociones, compendios comportamentales y obras edulcoras, mientras que otra colega se pirre por este tipo de títulos. Todos están presentes y el público puede ojearlos y decidir, según su propio criterio, cuáles censura y cuáles no.


Libro censurado hoy en día en Estados Unidos por hacer alusiones a familias con progenitores homosexuales, el matrimonio igualitario y la adopción por parte de estas parejas.

Un lugar aparte merecen los enfrentamientos o guerras personales sobre el criterio de este booktuber o esta bloguera, sobre este o aquel libro. Es tal la fuerza que tienen algunos influencers que son capaces de denostar y degradar un libro que en principio parecía honesto a las cotas literarias más bajas. Como ejemplos me gustaría citar El monstruo de los colores de Anna Llenas y Por cuatro esquinitas de nada de Jerôme Ruillier. Aunque en principio son dos libros que nacían de una idea honesta, sin mucha pretensión, y con cierto fundamento artístico -que es lo que se les presupone a los álbumes-, la desvinculación de estos libros de la esfera literaria por parte de educadores y padres para llevarlas a un terreno más didáctico y pedagógico, ha supuesto un encasillamiento de los mismos dentro de los llamados “libros de valores”, unos que muchos especialistas y críticos aborrecen por desmarcarse de sus criterios y cánones. Se establece así un prejuicio que impide ver la obra de una manera global para pasar a ser censurado por quienes deberían ser abiertos y plurales.


Los puntos sobre las íes o la censura escolar

Aunque clásicamente la escuela ha sido la institución más criticada por ejercer la censura en lo que a la literatura infantil se refiere, algo que se desprende en obras como el Aprender a leer de Bruno Bettelheim y Karen Zelan, o el Como una novela de Pennac, tan aplaudidas desde los ámbitos más liberales del fomento lector, creo que es una acusación bastante extrema por dos causas principales.



Hasta 200 libros infantiles fueron retirados en 2019 de una biblioteca escolar de Cataluña por ser considerados "tóxicos" y "reproducir patrones sexistas". Entre ellos estaban cuentos tradicionales como La Cenicienta o Caperucita roja.

En primer lugar la escuela es una institución dependiente del estado, es decir, una extensión del poder y que por tanto sigue las directrices que desde los diferentes gobiernos se dispensan. A pesar de que a los docentes se nos presupone una libertad de cátedra, existen numerosas formas de control gubernamental, administrativo y jurídico, como leyes, decretos y órdenes que nos dicen qué tenemos que enseñar y qué deben saber nuestros alumnos. Seguramente a todos ustedes se les ocurrirán ejemplos de doctrina, bulos históricos y contenidos modificados o simplemente borrados de muchos libros, un intervencionismo que huele cuando nos ponemos a indagar en libros de texto o acudimos a las aulas de nuestras escuelas, institutos o universidades.


Libro censurado en muchos lugares de Estados Unidos hoy día por presentar a una niña transgénero, lo que incitaría a conductas impropias e impuras.

En segundo lugar también hay que hablar de las presiones sociales que la Escuela sufre por parte de otras instituciones o grupos sociales, entre las que cabe apuntar a las asociaciones de familiares de alumnos (en nuestro país conocidas como AMPAS) y a progenitores que, a título individual, denuncian las selecciones literarias que muchos maestros realizan para sus alumnos. 
Desde Roald Dahl hasta el Donde viven los monstruos que da título a este espacio, han sido señalados como obras que incitan a comportamientos poco deseables, a la rebelión y subversión de los niños y Dios-sabe-qué más cosas deleznables. Les conmino a que visiten el lugar que la ALA (American Librarian Association) llamó Frequently Challenged Books y construyó hace mucho tiempo para hacer visibles aquellos libros “prohibidos” o “peligrosos” y llamar así la atención sobre la censura que pervive en muchas instituciones, sobre todo las educativas.



Fue censurado en los Estados Unidos desde la década de los años 70 hasta bien entrado el siglo XXI por grupos feministas y educadores por presentar situaciones poco deseables, como niños sentados en la taza del water, adultos alcohólicos o fumadores.

Este tira y afloja que gobiernos y progenitores ejercen sobre la Escuela fomenta una censura institucional derivada del miedo, ese que coarta muchas veces a los docentes en la realización de actividades que puedan derivar en temas escabrosos y pongan en duda su profesionalidad como enseñantes. 
No obstante y para que no me tachen de corporativismo he de reconocer que en la Escuela al igual que en cualquier otra institución existe la opción personal de censurar aquello que no se atiene a la corrección esperada (N.B.: Estoy harto de que censuren mis pantalones cortos en verano mientras mis compañeras lucen piernas gracias a hermosos vestidos. Todo ello amenizado con cuarenta grados centígrados)


Este libro sigue encabezando la lista de libros censurables en Estados Unidos por su lenguaje ofensivo, racista y obsceno.

Editores, autores y autocensura

¿Por qué muchos autores de literatura juvenil edulcoran sus obras para hacerlas más comerciales? ¿Por qué existe cierta ausencia de personajes malvados en los cuentos infantiles actuales? ¿Por qué se ha desterrado al mal y los villanos de las historias dirigidas a los niños? ¿Por qué los cuentos populares no son aptos para las nuevas generaciones de niños pero sí para todas las anteriores? Sencillamente porque la compra-venta del producto cultural será más difícil a tenor de la censura.
Ciñéndome al estricto proceso creativo y de edición (dejo a un lado las modas, las tendencias, las denominaciones que buscan encasillar lecturas, las clasificaciones por edades que dirigen la industria editorial o las traducciones como mecanismo censor), hablaré del fino tul con el que se viste la autocensura. Bordado de palabras como “objetividad”, “criticismo”, “provocación”, “lirismo”, “compromiso”, “privilegio”, “humor”, “juego” o “poesía”... ¿Relativas? ¿Absolutas? ¿Necesarias? Todo depende del equilibrio que los creadores impriman a la obra y del prisma con el que se miren, algo que, a mi juicio depende del receptor final, el lector, que no necesita arengas ni disculpas, sino un poco de honestidad. ¿Libre, libertino o libertario? Es simplemente un extraño columpio sobre el que descansa la retórica. ¡Que más da!


Censurado en EE.UU. por contener un lenguaje ofensivo y vulgar, así como por poner en entredicho el llamado sueño americano.

Mientras que en nuestro país la censura gubernamental deja un poco de lado la literatura infantil, la industria editorial es la encargada de poner freno a diferentes publicaciones que pueden “tentar” a niños y jóvenes, que pueden “ofender” a padres y profesores, y que pueden “poner en peligro” el orden social.
No son pocos los autores que han denunciado el trato censor que muchas editoriales dan a sus creaciones, más si cabe cuando entran en juego aquellos grupos editoriales en los que la Iglesia (católica en nuestro caso, protestante en otros) y otras religiones meten mano. Todo empieza con palabras como “aborto”, “cocaína”, “puta”, “felación” o “cabrón”. Aunque son palabras que abundan en los pasillos de cualquier colegio o instituto, están mal vistas en la Literatura, no sólo por malsonantes, sino porque pesan. La disección de una sola palabra puede tener cientos de connotaciones, y si está inmersa en un contexto más amplio, miles.
A pesar de que muchos autores necesiten comer, hay que darse cuenta de que si se autocensuran, estarán provocando el fallecimiento prematuro de su arte y, sobre todo, que se desencadene la autocensura de otros, los mismos que leen sus libros con la esperanza de hallar algo de libertad, de pensamiento crítico y poder identificar sus experiencias personales con las de alguien más. Algo que poco tiene que ver con el arte incendiario y venenoso que usan muchos para abrirse hueco entre los lectores, porque esa realidad que a menudo se confunde con lo subversivo nada tiene que ver con Cortázar ni con el excelso capítulo 68 de Rayuela.


Este es uno de los libros más cuestionado en Estados Unidos hoy día por incitar al satanismo y la violencia y poseer un lenguaje ofensivo.

Luke, soy tu padre.” Familia y censura

En los tiempos que corren donde el superpaternalismo, la hiperalfabetización o el sobreproteccionismo son algunos de los pilares que sostienen la educación familiar, la censura es un arma más que fehaciente para construir hijos adecuados, intentos de niños modélicos. Chavales de proporciones aúreas que con estereotipos y prejuicios muy marcados se enfrentan a las miserias del mundo, a personajes infumables, a jetas y pillos, arribistas y trepas, mafiosos, asesinos, violentos y malhechores. También a encrucijadas inimaginables, diferencias lingüísticas, sociales, de raza, sexo o religión, es decir, al cúmulo de circunstancias que forma cualquier vida.
Por todo esto, cuando una madre, un padre o un hermano censura, está capando una elección que, al fin y al cabo, es en lo que consiste la supervivencia. Sin embargo, la tónica general es la de establecer pautas y comportamientos afines a los progenitores de tal manera que inculcar prevalezca sobre educar, es decir, la censura como herramienta de instrucción familiar.
Lo que nos quedaría por dilucidar es si la censura es positiva o negativa en dicho proceso. ¿Obligar a leer es censura? ¿Por qué es bueno leer? ¿El hecho de que tu leas te capacita para saber que va a ser bueno para mí? ¿Leer obras que tu detestes me hace peor persona? Generalmente, cuando un hijo disiente del modus operandi de sus progenitores y toma un camino diferente suele tener problemas en el seno familiar ya que, en cierto modo, reta a la autoridad familiar. Si a ello añadimos sentimientos y emociones, el enfrentamiento está servido. Y la censura se eleva a N.


Fue censurado en Argentina durante la dictadura militar de Videla por alentar a los niños a una "ilimitada fantasía".

Yo, censor

Cuando cojo un libro entre las manos y leo ciertas palabras, empiezo a retorcerme en el sillón y, aunque no suelo abandonar la lectura (“Soy fuerte, soy valiente. Soy fuerte, soy valiente”), me da por pensar que otros se recitarán lo mismo mientras me leen a mi, censor de tres al cuarto.
Aunque ustedes piensen que soy hombre de pocos filtros y menos pelos en la lengua, les confieso que yo también me censuro, y no pocas veces. Todo empezó cuando en una ocasión una mujer muy sabia (de más, diría yo) me dijo que la gente no estaba preparada para oír lo que tenía que decir. Me quedé callado y seguí dándole vueltas al jabón (es otra de mis aficiones, para enjuagarme de vez en cuando el cerebro, no sea que se llene de mugre). Y aquí sigo, pensando más de lo que escribo (¿Para qué? ¿Para que me censuren una vez más? Basta).
Y mientras estoy en esas del victimismo, veo pasar a un chico de unos veinte años, largo y seco como un ajo. Viste un top gastado, roquis azules, plataformas rosas y, como capa, nuestra bandera rojigualda. Los gitanillos de mi barrio se arrancan por el gran Peret. Una lo llama para que haga como que baila. Cuánta guasa... Me sonrío. Casi una carcajada. Y convengo conmigo mismo que lo mejor que podemos hacer contra la censura es tomarnos la vida con cierta ligereza. Y que si no lo hacemos, no hay de qué preocuparse: de hedonistas y bizarros está el mundo lleno.  


Toda la obra de Sendak es controvertida, prueba de ello es que las imágenes que abren y cierran estos apuntes pertenecen a dos obras censuradas en Estados Unidos. La cocina de noche fue censurada por presentar aun niño totalmente desnudo, mientras que Donde viven los monstruos fue tachado de promover la incorrección política e incitar a la brujería y la invocación de sucesos sobrenaturales.

¿Qué es TikTok y por qué triunfa entre las personas menores?

La mayoría de los adolescentes y preadolescentes quieren estar en TikTok, la red social que ya acumula más de 500 millones de descargas. Para muchos es una de las primeras razones para querer un móvil, junto con escribir mensajes a sus amigos y tener un perfil de Instagram. ¿Quieres conocer esta aplicación a fondo?.


La aplicación de TikTok ha sido diseñada como una red social, donde los usuarios/as comparten vídeos editados. Les permite seguir sus perfiles favoritos, indicar los vídeos que les gustan y enviar comentarios, como en cualquier otra red social. Y como en las demás, también se utilizan hashtag (palabras clave) para viralizar los vídeos creados, pudiendo llegar a tener millones de visualizaciones.

¿Por qué les gusta tanto TikTok?

Como ya ha ocurrido con otras redes sociales y aplicaciones, los menores han establecido su propia manera de usar TikTok, y han convertido la plataforma en un territorio principalmente juvenil. La mayoría aprovechan las herramientas que ofrece esta app para publicar vídeos acompañados de su música favorita, en los que realizan coreografías frente a la cámara. Pero también hacen vídeos con un toque de humor, imitaciones con pequeñas grabaciones de audio que extraen de programas de televisión, o graban bromas con amigos o familiares. En algunas ocasiones, se graban a sí mismos explicando sus pensamientos o reflexiones.

Son vídeos cortos, a menudo solo unos segundos, que se graban desde el móvil y se editan desde la misma aplicación. Se pueden combinar con la música y añadirles multitud de filtros y efectos. Así pues, los menores no necesitan más que un móvil con cámara y conexión a Internet para compartir sus creaciones.

Al tener una estructura de red social, crean retos y modas que se viralizan rápidamente. Por ejemplo, repitiendo una misma coreografía o reto en sus vídeos, animando a otros usuarios/as a reproducir la idea. TikTok tiene además una función específica para hacer ‘dúos’: vídeos que combinan los videos de dos o más usuarios distintos, en los que reproducen el vídeo del otro usuario o reaccionan ante este. Es una forma más de ‘responder’ ante las creaciones de otros usuarios, ganando popularidad.

El reclamo habitual de estas aplicaciones sociales no es muy diferente de cualquier otra moda adolescente: “quiero estar en TikTok porque la gente de mi edad está ahí”. Es un espacio más en el que relacionarse y conocer gente, donde además participan personas de referencia para ellos. Podemos encontrar famosos del mundo musical, de la televisión o el cine, así como influencers que han conseguido reconocimiento gracias a TikTok, YouTube o Instagram.

¿La clave para que les enganche?

Debemos recordar que las redes sociales están diseñadas para gustar. Filtros que consiguen que los vídeos se vean atractivos, una oportunidad de entretenimiento sin límites y, por encima de todo, un mecanismo para expresar el reconocimiento social. Cada like o seguidor que consiguen les proporciona un refuerzo, les genera un sentimiento de satisfacción y les anima a seguir con su actividad en la red.

 

Foto perfil TikTok
Foto perfil TikTokFoto perfil TikTok

¿Es apropiada para los chavales y chavalas?

Si nos atenemos a la legalidad, la aplicación recomienda que los usuarios/as tengan al menos 13 años. Pero en España, según el RGPD para poder registrarse, sin necesidad de consentimiento paterno, los menores han de contar con al menos 14 años de edad. Como ocurre en casi todas las redes sociales, es sencillo variar la edad para saltar este filtro a la hora de crear su perfil. Por ello, es importante que los adultos sean conscientes de si el menor pretende utilizar TikTok y le transmitan la necesidad de contar con su permiso.

Este tipo de aplicaciones conllevan algunos riesgos para niños/as y adolescentes por el simple hecho de ser redes sociales:

  • Pérdida de privacidad: los menores no siempre son conscientes de la importancia de proteger su información personal, y fácilmente pueden mostrar en sus vídeos más de lo que quisieran. Una vez que comparten un vídeo, cualquier persona puede verlo o incluso descargarlo y difundirlo a través de otras aplicaciones.
  • Contacto con desconocidos: este tipo de aplicaciones son un espacio en el que pueden relacionarse y conocer gente, comunicándose a través de comentarios o mensajes privados. Sin embargo, cualquiera puede crear un perfil falso y atractivo para llamar la atención de un menor.
  • Contenido inapropiado: las publicaciones y la presión social pueden favorecer la promoción de actitudes sexistas y/o peligrosas para la salud, así como el fomento de modelos de referencia inalcanzables. Por ejemplo, vídeos en los que los adolescentes aparecen saltando por encima de coches en marcha, o coreografías musicales con cierta connotación sexual. Además, es común que algunos usuarios/as utilicen un lenguaje inadecuado en los comentarios o videos.
  • Uso excesivo: la aplicación permite pasar de un vídeo a otro indefinidamente, y los usuarios más activos actualizan con publicaciones diarias, lo que supone cierta presión para sus seguidores si quieren ‘estar al día’. Por otra parte, crear los vídeos requiere dedicar tiempo para ensayar, varias grabaciones y tiempo para editar la publicación hasta conseguir la calidad deseada.
  • Ciberacoso: en TikTok es posible recibir comentarios públicos y privados, y las críticas entre adolescentes pueden ser crueles o desmedidas. Un vídeo que reciba decenas o cientos de comentarios de este tipo puede resultar perjudicial para su autoestima y su desarrollo emocional. En casos extremos, los acosadores pueden publicar vídeos humillantes sobre otras personas, en los que se burle o ridiculice a los protagonistas.

Pero como cualquier red social, TikTok también ofrece aspectos positivos si se utiliza con responsabilidad. Sin duda favorece la creatividad y las habilidades artísticas con la creación de publicaciones de interpretación o baile, y muchos perfiles en esta red fomentan actitudes saludables como el deporte, la música y la diversidad cultural. Asimismo, es un medio de ocio más en el que pueden relacionarse entre iguales, conocer personas con las que compartir sus aficiones e inquietudes, y expresar sus sentimientos e ideas.

Recomendaciones para las familias

Seguramente podemos anticiparnos, mientras empiezan a insistir en que les gustaría hacerse una cuenta de TikTok, y tomar algunas medidas antes de descargarla. Es importante valorar la madurez del menor y esperar el momento adecuado. Además, siempre es útil y positivo para los menores promover hábitos de uso seguro de Internet antes de que comiencen a usar este tipo de redes sociales.

A la hora de empezar a utilizarla, es necesario configurar la aplicación y adaptar los ajustes de privacidad para el tipo de uso que queremos que realice el menor. En primer lugar, debemos valorar la posibilidad de establecer la cuenta como privada, de manera que solo las personas que acepte como seguidores puedan ver sus publicaciones, si es necesario restringir los comentarios, o si es preferible evitar la personalización de anuncios en esta plataforma, entre otras opciones.