Conflictos bélicos: cómo responder ante las dudas y preguntas que inquietan a los niños.

Cuando se produce un conflicto bélico o un atentado grave, con víctimas mortales, 
como el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, 
se genera una sobreinformación y un aluvión de imágenes 
de los que difícilmente podemos proteger a nuestros hijos y que, por tanto, 
debemos gestionar de forma proactiva. 


Hasta hace relativamente poco tiempo, se consideraba que los niños y niñas menores de 8 o 10 años, y especialmente aquellos en edad preescolar, quedaban al margen de posibles efectos negativos de dichas informaciones, "protegidos" por su relativa inmadurez cognitiva. Pero estudios realizados en los últimos 10 años han demostrado justamente lo contrario y han permitido entender por qué.

Esta situación de sobreinformación reúne dos características importantes:
  • Está presente en todos los espacios de la vida: en las portadas de la diarios, que reproducen fotografías a gran tamaño y que se ven en cualquier quiosco, en la calle, camino de la escuela, del parque; en cualquier televisión, y no sólo a la hora de las noticias, sino de forma muy reiterada a casi cualquier hora; incluso en la radio, a la que habitualmente ni nosotros ni nuestros hijos prestan tanta atención, pero que estos días repiten una y otra vez la última hora y el balance de víctimas producidas y la evolución de los heridos. 
  • Muestra imágenes e informaciones que suponen un reto cognitivo para los niños menores de 8 años y que, por este motivo, pueden resultar amenazadoras para ellos. Un niño en edad preescolar no sabe entender que, a pesar de que vea una y otra vez las imágenes de los restos del atentados y muy posiblemente las declaraciones de los heridos y supervivientes, éste sólo se produjo una sola vez. Tampoco sabe valorar qué es un atentado, ni dónde se ha producido, si cerca o lejos de su casa.  Pero seguramente lo más importante es que las informaciones le confrontan con el dolor, con la idea de la muerte y del sufrimiento físico, algo que, dependiendo de su edad, quizá no había pensado aún. 

Desde esta perspectiva, es más que aconsejable que las familias ofrezcan a los niños un marco de referencia para entender aquello que están viendo, para poder abordar sus dudas y sus miedos y para tranquilizarlos. 

¿Cómo saber si es mejor hablar de lo ocurrido o no hacerlo?

Aunque improbable, puede ocurrir que nuestros hijos no hayan tenido contacto con las imágenes del atentado o no se hayan percatado de su gravedad. En esos casos, realmente sería contraproducente abordar el tema, porque podríamos generar una inquietud innecesaria.

Por tanto, aconsejamos preguntarles a los niños si últimamente han visto alguna cosa en la televisión o en los diarios que les ha llamado la atención. O, en el caso de niños de entre 6 y 8 años, si saben el incidente que ha ocurrido recientemente. En caso afirmativo, continuaremos hablando con ellos sobre lo ocurrido. 

De lo contrario, no lo abordaremos directamente. Les diremos que ha habido unos problemas (sin especificar) y que algunos adultos y niños más mayores han estado viendo la televisión e informándose. Pero que estas informaciones a veces confunden a niños de su edad. Y que por ello les aconsejamos que siempre que alguna noticia les llame la atención nos pregunten para que así lo podamos hablar entre todos.

¿Cómo abordar el tema?

Preguntas como las siguientes pueden ayudarnos a guiar la conversación con nuestros hijos:

  • ¿Qué crees que ha pasado?
  • ¿Qué foto (imagen) te ha llamado la atención?
  • ¿Tú sabes lo que es un atentado?
  • ¿Y qué piensas por qué ocurren los atentados?
  • ¿Sabes dónde ha ocurrido? ¿Eso está cerca o lejos de aquí?

La idea que subyace a estas preguntas es evaluar qué información tiene el niño y cómo la ha interpretado. Sólo así podremos tranquilizarle y corregir o complementar su visión sin añadir preocupaciones o informaciones que aún no ha entendido o pensado.

¿Cuál es la mejor forma de responder a las preguntas que nos formulan nuestros hijos?

La mejor manera de dar respuesta  a las preguntas y  a los comentarios de nuestros hijos supone respetar los siguientes principios:

  • Responder a todas las inquietudes y comentarios que nos hagan los niños, sin valorar su contenido y con máximo respeto por lo que han pensado y les inquieta. 
  • Tratar, siempre que se pueda, de tranquilizar a nuestros hijos, haciéndoles ver que en nuestro país, por suerte, los atentados son muy infrecuentes, aunque en otros países, lejos de aquí, ocurren a menudo.  
  • Subrayar siempre la disponibilidad de ayuda en nuestra sociedad: si nos ocurre algo hay muchas personas que nos ayudan (la policía, los bomberos, las ambulancias, etc.).
  • Ser absolutamente honestos con nuestras respuestas: si hacemos falsas promesas a nuestros hijos, éstos se van a sentir engañados. 
  • Responder sólo a lo que ha preguntado o comentado nuestro hijo, sin ir más allá, ya que con esto podríamos estar generando nuevas dudas o miedos. Pero jamás debemos de dejar preguntas sin contestar. 
  • Hay una pregunta que suele presentar dificultades cuando las familias abordan estos temas con sus hijos. Es la referida a los motivos, la pregunta acerca de por qué unas personas matan a otras. Es importante dar respuestas sencillas a esta pregunta, para que los niños no se asusten por la complejidad de nuestras explicaciones. En este sentido, una buena respuesta puede ser que nosotros tampoco lo entendemos, porque nunca una persona debería matar a otra. 

¿Qué preguntas suelen ser las más habituales?

Para prepararnos para hablar con nuestros hijos, podemos reflexionar previamente sobre las siguientes preguntas que habitualmente formulan los niños:

  • ¿Cómo se hacen los atentados?  
  • ¿Quién hace explotar las bombas?
  • ¿Por qué la policía no ha evitado que hubiera un atentado?
  • ¿Las personas que hacen esto (los autores de los atentados) van a la cárcel?
  • ¿Cómo es que los médicos no pueden curar a los heridos?
  • ¿Había niños en el atentado?

Quizá pueda parecernos algo amenazador hablar con nuestros hijos de sucesos tristes y traumáticos como los atentados. Y nos puede dar la sensación de que hablar de estas cuestiones genera miedos. 

Tengamos en cuenta dos ideas al respecto:

  • Cuando un niño tiene preguntas y no sabe o no puede encontrar respuestas, se las da él mismo o lo habla con otros niños de su edad. Y las respuestas que construye sin ayuda de un adulto siempre son más amenazadoras que las que les vamos a brindar nosotros, los adultos, desde la comprensión de lo que les inquieta.
  • Si nuestro hijo es pequeño, ésta sea quizá la primera vez que se enfrenta al dolor humano. Pero no será la última. Acompañarle y ayudarle a entender qué ocurre cuando la vida nos plantea situaciones duras es modelar su respuesta ante la vida y prepararle para el futuro.  

Ingeborg Porcar, directora de la Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de Barcelona (UTCCB) nos detalla cómo debemos abordar todas las inquietudes de los niños al oír noticias o ver imágenes de conflictos bélicos o atentados terroristas.

 

 

Artículo realizado por la UTCCB:

La Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de Barcelona (UTCCB) es el centro de prevención y gestión de situaciones críticas de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), que ofrece intervención psicológica especializada a individuos, grupos y organizaciones en el antes, el durante y el después de un evento traumático.

¿Están preparados, los adultos, para reconocer el voto a los 16 años?.

 ¿ESTÁN LOS ADULTOS PREPARADOS 
PARA RECONOCER EL VOTO A LOS 16?.

Aproximación al análisis del reportaje,
publicado por el diario El País en 2 de marzo de 2022,

Las lectoras y lectores de nuestro Blog y nuestra revista de prensa HDIA conocen que somos defensores de la eliminación de toda discriminación por motivo de edad, lo que incluye la defensa de los derechos a la participación política de niños, niñas y adolescentes, conforme a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Como primer paso en esta dirección proponemos que España se sume a los países que ya tienen reconocido el derecho al voto a las personas de 16 y 17 años de edad.

A partir de nuestro planteamiento, esperábamos expectantes que uno de los principales periódicos de ámbito nacional abordara el tema del voto a los 16 que tenía anunciado con el fin de “adentrarse en un debate vivo en los países con sufragio universal”. El esperado reportaje, que ha sido publicado ayer[1], no ha hecho otra cosa que decepcionarnos, ya que, en nuestra opinión, lejos de ofrecer argumentos para el debate, es un sumatorio de opiniones expertas y algunas referencias muy superficiales al estado de la cuestión en los niveles académicos, institucionales, de opinión pública y menos aún de los movimientos que promueven la participación política de los más jóvenes, como condición de ciudadanía inexcusable.

¿Están preparados los jóvenes de 16 años para votar?.
El País, 2 de Marzo 2022

Ante la falta de argumentaciones expresas (que no latentes, que las hay, y muchas) sobre las que empezar a debatir hemos optado por hacer una aproximación al análisis de este reportaje, a través de los términos en él utilizados, de la frecuencia y del contexto en el que aparecen los mismos, con el fin de visualizar más claramente su contenido.

Encabeza el ranking el prefijo “Neuro” (neurociencia, neuroeducación, neuropsicología, etc.) con 13 menciones. Muy lejos queda el término “Derecho/s” que es citado 5 veces, incluyendo la que aparece en esta frase, cuando menos curiosa: “…El hecho de que yo informe a mi hijo de que nadie tiene derecho a tocarle el pene ni él a hacerlo, evitará que sufra abusos sexuales o que él los ejerza”. Y así con todo…”.

La palabra “Niño” aparece en 3 ocasiones, relacionada con: cerebro, educación, padres. Es lo que en los estudios sociales de infancia entendemos hablar de un “universal niño” con características normativamente definidas. Por el contrario, cuando la palabra utilizada es “Niños” el contexto se refiere a voto y participación política, esto es, a los niños como grupo humano actuante. La palabra “Niña” está ausente en todo el reportaje.

De modo semejante, el término “Adolescente” (nótese, en singular) figura en las 3 frases siguientes: “…las ideas del adolescente son inestables…”, “las habilidades cognitivas generales entre un adolescente de 14 o 15 años y un adulto es prácticamente imperceptible”, “…el adolescente habrá crecido normalizando ese comportamiento”. “Adolescentes” (en plural) es palabra citada en 10 ocasiones. En la mayoría de ellas sirve para añadir atributos a la condición de la adolescencia (“…menor capacidad para gestionar…”, “…son impulsivos y emocionales…”, “…indicadores cognitivos…”, etc.) solo una vez que atisba su protagonismo como grupo social: “…salen a las calles…”.

Lo “Emocional” (8 citas) y las “Emociones” (4 citas), sumados, ocupan el segundo puesto del ranking encabezado por lo “neuro”. Figuran en frases como: “…cerebro inmaduro y demasiado emocional…”, “falta de maduración en los conceptos emocionales…”. Al contrario, hemos rastreado, sin éxito, términos como razón, racionalidad, juicio, sensatez, discernimiento… hasta llegar a “Razonamiento”, que tiene 6 menciones, formuladas en positivo y referidas al razonamiento lógico y moral, si bien ni siquiera aquí se escapa algún condicionante (“…sin estímulos, no se activa…”).

En resumen, el artículo comentado escoge expresiones y opiniones diversas para construir un relato que ahonda en los prejuicios sobre los adolescentes, que les denigra (“los jóvenes votan con las tripas”) y les recluye en el grupo de esos “otros” que aún-no-son-adultos. El eje del relato es la supuesta capacidad/competencia para ejercer el derecho al voto, lo cual no es otra cosa que la aplicación de los añejos criterios aplicados en el pasado para limitar este derecho a colectivos como los no propietarios o las mujeres. En último caso, se banaliza la importancia de su participación para las políticas ya que “son pocos numéricamente”. Y se deja “para otra conversación” la propuesta verdaderamente debatible: “que la edad del voto sea 0”.

Con todo, el reportaje esconde una sorpresa. Se trata de un vídeo del que nos informan así sus autoras: “Charlamos con cuatro adolescentes de 16 y 17 años para que nos cuenten si les apetece y si se ven capaces de votar”[2]. Planteado en forma de preguntas y respuestas, estas son algunas de las que se pueden ver y escuchar:

P. (A sus amigos y amigas por chat) ¿Pensáis que estoy preparada para votar?

R. Me ha dicho que sí, porque estoy preparada y sé pensar con cabeza.

P. ¿En qué se diferencian los partidos de derecha e izquierda?

R. Los de derechas tienen como ideas más radicales, quieren ser más potentes y los de izquierda más de mente abierta.

P. Con qué frecuencia lees noticias sobre política?

R. 1. Con poca frecuencia, si lo leo es más en Twitter o en redes, más que en el propio periódico. En la tele a veces por las noticias que ponen mis padres, por mí, no.

R.2. Periódicos suelo leer menos, veo mucho noticias en la tele y también me informo a través de redes sociales, que normalmente te suelen llevar a artículos de periódicos. Pero sí, procuro mantenerme informada.

P. ¿Qué piensas de que quieran adelantar el voto a los 16 años y si te ves preparada para elegir o no?

R. Pues yo pienso que sí estoy preparada, porque ya te hacen tomar una decisión cuando tienes 14 años (para lo que quieres estudiar) y eso es para toda la vida. Y esto es solo para 4 años, y puedes cambiar. Ejercer el derecho al voto es muy importante.


P. ¿Influye el voto en lo que hace el gobierno?
        R. Una persona que vote igual no tiene mucho poder, pero cuando, pero cuando              son muchas y muchas personas, al final sí tiene gran influencia. 

El visionado de esta pequeña parte del reportaje nos ahorra a nosotros finalizar esta pieza con cualquier tipo de conclusiones. Invitamos a nuestros lectores y lectoras a imaginar, después de verlo, una conversación similar en algunos grupos de personas adultas, y después reflexionar sobre si los chicos y chicas de 16 y 17 años tienen semejante capacidad y preparación que los adultos para ejercer sus derechos ciudadanos en este ámbito concreto.

En Madrid, a 3 de marzo de 2022

Asociación GSIA.


[2] https://www.youtube.com/watch?v=Qa3-o4VXq0g&t=369s.


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“Parad el asesinato de niños”: Todo empezó el 20 de septiembre de 1972...

  "Stop de Kindermoord",
así consiguieron los holandeses que la bici ganara al coche.
Padres indignados por los accidentes provocados por los coches, 
estudiantes, burgueses y anarquistas 
lograron hace 50 años que este medio de transporte se impusiera al auto.

Tráfico de vehículos y bicicletas en la plaza Dam de Ámsterdam en los sesenta.
 Archivo Nacional de los Países Bajos / National Archief, CCO.

Todo empezó el 20 de septiembre de 1972, cuando el periódico De Tijd publicó en su portada la crónica del periodista Vic Langenhoff con un gran titular que rezaba "Stop de Kindermoord" (Parad el asesinato de los niños), después de que su hija mayor muriera atropellada a los 6 años de edad y la segunda resultara herida en otro impacto contra un vehículo.

Denunció lo que muchos padres, de puertas para adentro, sufrían y temían. De las 3.264 muertes por accidentes de tráfico registradas en 1972, el 14% era de menores de 15 años. Muchos de estos niños se aventuraban a circular por su barrio en bici y, al igual que los viandantes, los ciclistas se habían convertido en víctimas directas del aumento del tráfico en las ciudades. Según la Asociación Nacional de Ciclistas de los Países Bajos, Fietsersbond, en los años 70 se producían de media 500 accidentes de bicis contra vehículos, una cifra que se había reducido a 200 en 2013, a pesar del incremento constante del parque móvil en todo el país.

"Todo el mundo podía reconocerse en ese artículo, en el drama que estaba ocurriendo, porque todos sabíamos de alguien cuyo hijo había sufrido un accidente de tráfico", explica Maartje van Putten, quien fundó y dirigió el grupo activista nombrado igual que el titular del artículo periodístico, "Stop de Kindermoord". Van Putten era una madre joven de 20 años que vivía en una calle de Ámsterdam con mucho tráfico. "El artículo fue lo que nos impulsó a crear un movimiento de padres indignados por esta falta de seguridad", comenta. "Y ningún político, de izquierda a derecha, podía estar en contra de este mensaje, de frenar el número de niños víctimas de accidentes de tráfico", indica.

Mientras el coche representaba el desarrollo económico y el futuro en la Europa que se levantaba tras las Segunda Guerra Mundial, en Holanda surgía un movimiento social sin cabeza, de anarquistas, burgueses, madres de familia y estudiantes que reclamaban con fuerza el espacio para la bici. Pero la conquista de las dos ruedas nunca fue algo que pudiera darse por hecho. El azar, un contexto histórico favorable y el pragmatismo que tanto caracteriza a los holandeses obraron el milagro.

Durante los años que el movimiento permaneció activo, el grupo de presión organizaba manifestaciones, recorridos multitudinarios en bici y jornadas lúdicas en los barrios para promover el uso seguro de la bicicleta. Padres con pancartas cortando el tráfico en las calles principales de la ciudad empezaron a captar la atención mediática y a obtener el apoyo improvisado de los que pasaban por allí de casualidad. Al mismo tiempo, movimientos anarquistas como el de los Provos denunciaban el protagonismo del coche, al que veían como la máxima expresión de una sociedad de consumo dominada por la élite capitalista. Para ellos, la bicicleta era un símbolo de igualdad social y de libertad.

No muy lejos de las plazas donde unos y otros se manifestaban, la élite burguesa y conservadora de Ámsterdam se alineaba con los padres preocupados y con los jóvenes hippies para frenar la incursión del coche en un casco histórico que debía ser protegido y que ellos sentían la responsabilidad de preservar. "Holanda llegó tarde en la introducción del coche y el movimiento hippy era muy fuerte, incluso con representación política", comenta Gertjan Hulster, director del documental Together We Cycle. "La presión social de aquellos años logró frenar los nuevos planes urbanísticos de Ámsterdam, pero por muy poco: la decisión final se aprobó por un solo voto de diferencia en el pleno del ayuntamiento, lo que muestra el enorme apoyo que tenía la otra manera de concebir la ciudad, donde el coche dominaba la movilidad urbana", apunta.

Antes que el autobús, la bici

En los 50 y 60 la bici ya era el transporte prioritario en las ciudades holandesas. Antes del desarrollo económico de finales de los 60, los holandeses preferían subirse a la bici para ir al trabajo en lugar de esperar el autobús o el tranvía. "No tanto porque Holanda sea un país llano, sino porque las distancias son cortas, muchos trabajadores alquilaban su vivienda a la fábrica o a la empresa que les empleaba y esta solía estar a pocos kilómetros del lugar de trabajo", explica Gertjan Hulster. Los centros compactos y salpicados de canales de ciudades antiguas como Ámsterdam o Delft se recorrían mejor en bici, evitando los atascos habituales, mientras que los nuevos barrios obreros distaban entre 15 y 20 minutos en bici, un medio de transporte que además de ser más flexible que el colectivo, era completamente gratuito.

La historia también se encargó de popularizar la bicicleta en estos años previos al coche. Desde la imagen de la reina Guillermina subida en el sillín a finales de los años 30 a otras muchas posteriores de la familia real pedaleando durante visitas oficiales por el país, la casa de Orange se ha empleado a fondo en despojar la bicicleta de su estigma marginal que impera en otros lugares del mundo. Era, además, un símbolo de libertad y de resistencia. "Durante la Segunda Guerra Mundial, la bici surgió como el medio de transporte de los holandeses que rechazaban la ocupación nazi", relata el cineasta Gertjan, e indica que "las bicis eran incontrolables y a los soldados alemanes les irritaba mucho".

Cuando Holanda fue liberada en 1945, la bici pasó a ser el emblema de la libertad ganada, una imagen que terminó de consolidarse con la aparición de las llamadas Bicicletas Blancas (wittefietsenplan). El proyecto, creado por el provo Luud Schimmelpennink, fue el precursor de los sistemas de bicicletas compartidas que han proliferado en numerosas ciudades: una bici que el usuario podía tomar prestada durante media hora y de forma gratuita para realizar un trayecto corto dentro del casco urbano, devolviéndola después en otro de sus estacionamientos. En contra de lo que uno pueda pensar, el sistema fracasó en Holanda. Porque todo el mundo ya tenía bici propia.

 Los amantes de la bici se ponen en marcha

En su libro Bike City Amsterdam, el escritor y periodista Fred Feddes desvela las claves que han convertido a la ciudad holandesa en la capital mundial de las bicis. Y entre sus argumentos, hay uno que cobra especial importancia porque ha definido el devenir de la movilidad urbana en Holanda desde los años 70: la influencia de la Asociación Nacional de Ciclistas (Fietsersbond) en la política municipal. Fundada en 1975, contaba entonces con 600 miembros, un número que se disparó hasta los 10.000 en tan solo cuatro años. Hoy suman 30.000. Nació para defender las mismas ideas que los distintos grupos activistas: la bicicleta debía ser un transporte seguro y había que fomentar su uso para hacer de la ciudad un espacio más amable y habitable. "En cada reunión de los responsables municipales de urbanismo, en cada nuevo plan que se diseñaba, la asociación de ciclistas presentaba sus iniciativas para mejorar el uso de la bici", comenta Gertjan Hulster, a la vez que indica que "sin ellos, Holanda no sería el paraíso de las bicis que es hoy". La asociación se convirtió así en un grupo influyente fuerte cuyo primer logro fue convencer a las autoridades municipales de que la seguridad de los ciclistas pasaba por la creación de una red de carriles bici.

Tras su creación hace más de cuatro décadas, la asociación ha logrado pasos de gigante en la incorporación de la bici a la vida diaria. Desde presionar para que los carriles bici se construyan de manera independiente de la calzada por la que circulan los vehículos hasta la creación de aparcamientos de bici en todas las estaciones de tren, la movilidad que hoy existe en Holanda ha dejado espacio a las dos ruedas, a pesar de que el número de vehículos particulares no ha dejado de aumentar.

Un cambio que no fue visionario

Sorprende cómo las fuentes consultadas coinciden en la misma idea de fondo al analizar el éxito de la bici: no había ningún plan. El carácter universal del activismo de los años 70 fue posible gracias a que antes de la llegada del coche no había ningún grupo social determinado que se identificara con la bici más que otro. El sillín valía tanto para el hombre de negocios que se desplazaba con su maletín en la mano como para la madre que cuidaba de sus hijos y les llevaba en bici al colegio o el joven estudiante para quien la bici era el primer signo de emancipación. Sin una vestimenta específica, sin casco, sin un culto al objeto, "la bici era y es para los holandeses como un paraguas", define Fred Feddes en su libro. Y ese fue el secreto de su éxito. "En Holanda siempre se ha considerado la bici un medio de transporte, no un hobby ni un deporte", detalla Gertjan Hulster. "No hay nada especial en ella, el culto a las marcas va por otro lado y, además, siempre han montado en bici más mujeres que hombres porque era la forma más rápida y sencilla de hacer los recados del día a día", dice.

Si bien es de uso individual, la bici es también un instrumento de socialización. Las primeras distancias que un chaval recorre solo suelen ser para ir de casa al instituto, un camino por el que se va encontrando con otros compañeros con los que acaba pedaleando en grupo. La imagen es tan habitual y los holandeses están tan orgullosos de la libertad que otorgan a sus adolescentes que la Asociación de Ciclistas ha propuesto a la UNESCO incluir la figura del escolar en bici en el Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad de los Países Bajos.

"La bici es algo tan natural para nosotros que se podría decir que nacemos pedaleando", comenta Maartje van Putten y agrega: "Todos tenemos un coche y una bici. Pero la bici siempre". A la pregunta de por qué parecen las dos ruedas un elemento intrínseco del ADN holandés, algunos de los entrevistados comienzan mencionando la superficie llana del país como un factor determinante para que la introducción de la bici en el siglo XIX se arraigara. Pero después reconocen que no es el único motivo, ya que en otros países como China, donde este vehículo a pedales vivió décadas de esplendor a comienzos del siglo XX, ha quedado relegada al último escalón, por detrás del transporte público, los coches y las motos.

A las distancias cortas que existen en Holanda, se sumaría otra explicación sociocultural vinculada a la religión. Según Maarjte, "en la cultura calvinista impera la no ostentación y el 'yo puedo solo'". Para Gertjan "el igualitarismo y la cultura del esfuerzo que promueve el calvinismo también puede haber influido" porque lo cierto es que a pesar de ser un país llano, los Países Bajos son conocidos por su mal tiempo, algo que no impide a los ciudadanos subirse a la bici a diario, contra el viento y la lluvia.

Para que Ámsterdam se convirtiera en la capital mundial de las bicis y la cultura del ciclismo se asentara en Holanda como lo ha hecho, ha sido necesario más de un siglo de convivencia permanente con las dos ruedas. Ha hecho falta también el drama de numerosas víctimas de tráfico y la presión social de cientos de miles de personas que supieron protestar a tiempo. Le ha beneficiado un cierto retraso en la modernización de sus ciudades, todas de tamaño medio, y que a comienzos del siglo XX seguían sin tener grandes bulevares y avenidas que poder reconvertir después en arterias para los vehículos. Ha sido necesario pasar la costumbre de pedalear de generación en generación y por último, ha hecho falta el azar, como siempre, para hacer realidad la visión bien encaminada de unos pocos. Y es que la crisis del petróleo provocó que en 1973 y durante cuatro domingos consecutivos, la ciudad estuviera prohibida para el tráfico de coches. Sus habitantes pudieron comprobar lo que era vivir sin ellos por un día. Gracias a todo esto, los Países Bajos cuentan hoy con más bicis que habitantes y 37.000 kilómetros de ciclovías que se recorren a diario. "No fue fácil, pero se logró, ahora hay que saber mantenerlo", concluye la activista y hoy abuela Maartje van Putten.


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"Infancia y Pandemia: Perspectivas presente, y retos futuros". XVIII Seminario, miércoles con COIDESO

 


XVIII SEMINARIO MIÉRCOLES CON COIDESO: 
INFANCIA Y PANDEMIA: PERSPECTIVAS PRESENTES, RETOS FUTUROS

Miércoles 6 de abril a las 18:00-20:00h/ 
Wednesday, Abril 6   at 18:00 p.m. (Central Europe) 

.- PRESENCIAL Aula de Grados, Facultad de Educación. 
.- Retransmisión también  en YOUTUBE.

* Al inscribirse a este seminario usted esta dando su consentimiento para que en cualquier momento el seminario pueda grabarse. 
*By registering for this seminar you are giving your consent for the seminar to be recorded and broadcasted at any time.




Los ODS y las migraciones en la Unión Europea (UE), Informe Global Call to Action Against Poverty (GCAP).

El informe sobre los suicidios de niños en los campos de refugiados 
de las islas griegas es muy triste.
La base del documento es la perspectiva de los propios refugiados, 
especialmente en relación con los informes de seguimiento de seis países, 
dos del Sur de Europa (Grecia e Italia) y cuatro del Centro y 
Este de Europa (República Checa, Eslovaquia, Eslovenia y Bulgaria ).

Sylvia Beales & George Gelber – BealesGelber Consult
Editor and Coordinator: Ingo Ritz , GCAP 
Faces of Migration

El informe sobre los suicidios de niños en los campos de refugiados de las islas griegas es muy triste. Los trabajadores humanitarios que han apoyado a los refugiados en todo el mundo describieron estos campamentos como los peores que han experimentado. ¡Y esto en la Unión Europea! Este es un escándalo europeo, y no se trata solo de Grecia. 
El desastre humanitario en la frontera entre Polonia y Bielorrusia muestra cómo se utiliza cínicamente a los refugiados por intereses políticos y cómo se violan sus derechos humanos.

En 2015, 193 gobiernos, incluidos todos los Estados miembros de la UE, acordaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
“No dejar a nadie atrás” es el principio central de la agenda e incluye la promesa de llegar “primero a los más rezagados”.

Hay mucho debate sobre “No dejar a nadie atrás”. En su mayor parte, sin embargo, los refugiados no figuran en este debate. Para mí está muy claro que la Agenda 2030 no se logrará si la UE no cambia sus políticas y prácticas sobre refugiados y reconoce y respeta sus derechos humanos. Los refugiados se encuentran entre los "más rezagados" de la UE y una respuesta positiva a ellos y su situación desesperada debe ser un tema de primera prioridad para la UE y los Estados miembros y no el último como lo es ahora.

Encargamos este informe para analizar con más detalle la conexión de los ODS y la situación de los refugiados en la UE. La base del documento es la perspectiva de los propios refugiados, especialmente en relación con los informes de seguimiento de seis países, dos del Sur de Europa (Grecia e Italia) y cuatro del Centro y Este de Europa (República Checa, Eslovaquia, Eslovenia y Bulgaria ). Esto es parte del proyecto “Rostros de la Migración”, que contribuye a la Campaña “Rostros de la Desigualdad” del GCAP.

Luchemos por un mundo humano, para detener la guerra y donde se respeten la dignidad y los derechos humanos de todos los refugiados.
.....
Estamos conmocionados por la decisión del presidente ruso de invadir Ucrania. Condenamos esta guerra con un gran número de víctimas civiles y exigimos un alto el fuego inmediato y la retirada de las tropas rusas .

Estamos con Ucrania. Expresamos nuestra solidaridad con Ucrania y el pueblo ucraniano que enfrenta un desastre humanitario. En particular, condenamos los ataques deliberados o accidentales contra instituciones civiles, como ha demostrado el bombardeo de un orfanato, un jardín de infancia y un hospital.

También expresamos nuestra solidaridad con el pueblo ruso y los rusos fuera de Rusia que también se verán muy afectados por esta guerra. Según los informes, la mayoría de los rusos no están a favor de la guerra. En más de 50 ciudades de Rusia la gente se manifestó en contra de la guerra.

Estamos muy preocupados de que esta grave violación del derecho internacional tenga un impacto extremadamente adverso en la seguridad y la democracia en Europa y el mundo. Los esfuerzos multilaterales para resolver la crisis social y económica causada por el COVID-19, la crisis climática actual y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se verán gravemente afectados por esta guerra, incluso por el aumento del gasto militar.
Habrá millones de refugiados, dentro de Ucrania y en los países vecinos. La UE declaró darles la bienvenida y apoyarlos. ¡Gracias a Polonia y otros países por esto!

Desafortunadamente, la UE creó una fortaleza para los refugiados de otros países afectados por la guerra como Siria, Irak y Afganistán, convirtiéndolos en uno de los grupos que más se quedaron atrás. Por lo tanto, GCAP Europa 2016 decidió trabajar en la situación de los refugiados y migrantes. Preparamos la campaña Rostros de la Migración junto con miembros y socios.

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Guía para la asistencia jurídica adapta para niños en conflicto con la Ley:

Y recomendaciones y prácticas inspiradoras 
dirigidas a profesiones de asistencia jurídica y encargados de gestionas las políticas.
Y Guía para Niños. 

El proyecto LA Child publicó una guía con directrices para la asistencia legal a niñas y niños en conflicto con la ley. La guía ofrece una serie de recomendaciones y buenas prácticas destinadas a apoyar la acción del conjunto de profesionales que tienen un impacto en la asistencia jurídica para este colectivo de jóvenes en toda la Unión Europea.

En palabras de Benoît Van Keirsbilck, miembro del Comité de los Derechos del Niño de la ONU y director de Défense des Enfants International Belgique, esta guía “demuestra suficientemente que una persona no puede improvisar la labor de ‘abogado de menores’ y que esta función es ciertamente mucho más compleja que muchos otros servicios que brindan los abogados”.

Ya sea que sean sospechosos, acusados ​​o condenados por un delito, los derechos de los niños pueden verse socavados. Por lo tanto, es fundamental que tengan acceso a asistencia jurídica adaptada a los niños. Su existencia y disponibilidad depende no solo de los proveedores de asistencia jurídica, sino también de las autoridades y los responsables de la formulación de políticas.

Las presentes Directrices tienen como objetivo hacer accesibles los estándares internacionales, las recomendaciones y las prácticas inspiradoras para apoyar la acción de todos los profesionales que tienen un impacto en la asistencia jurídica para los niños en conflicto con la ley en toda Europa.


Ingresar al sistema de justicia puede ser una experiencia difícil y desconcertante, especialmente cuando eres menor de edad. La mayoría de los abogados entrevistados para el proyecto LA Child señalaron que los niños no conocen sus derechos ni a quién acudir si necesitan ayuda.

Esta guía para menores “Conoce tus Derechos” pretende, por tanto, ayudar y orientar a estos jóvenes. Además de recordar los derechos generales de los niños, explica más específicamente quién es el abogado y qué función tiene, cómo funciona el procedimiento y con qué personas/servicios se encontrará durante su recorrido judicial.

La versión en inglés de este documento es una plantilla en blanco para todos los profesionales y asociaciones que deseen adaptar esta guía a su contexto nacional. Por lo tanto, invitamos a todos los interesados ​​a consultar y descargar el   "Manual paso a paso" que le mostrará todos los pasos para crear su guía.

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Los 5,2 millones de huérfanos de la pandemia: los niños y niñas en el mundo que perdieron a uno de sus padres, madres o cuidadores.

En comparación, tuvieron que pasar 10 años para llegar a los cinco millones de huérfanos por culpa del VIH, es uno de los datos que nos ofrece el estudio de la revista The Lancet: "Estimaciones mínimas mundiales, regionales y nacionales de niños afectados por la orfandad asociada a la COVID-19 y la muerte del cuidador, por edad y circunstancias familiares hasta el 31 de octubre de 2021: un estudio de modelado actualizado".

https://doi.org/10.1016/S2352-4642(22)00005-0.

Resumen
Antecedentes
En los 6 meses posteriores a nuestras estimaciones, del 1 de marzo de 2020 al 30 de abril de 2021, la proliferación de nuevas variantes del coronavirus, los datos de mortalidad actualizados y las disparidades en el acceso a las vacunas aumentaron la cantidad de niños que experimentaron la orfandad asociada a la COVID-19. Para informar las respuestas, nuestro objetivo fue modelar los aumentos en el número de niños afectados por la orfandad asociada con COVID-19 y la muerte del cuidador, así como la distribución acumulada del grupo de edad de la orfandad y las circunstancias (orfandad materna o paterna).

Métodos
Usamos datos actualizados de exceso de mortalidad y fertilidad para modelar aumentos en las estimaciones mínimas de orfandad y muertes de cuidadores asociadas con COVID-19 de nuestro período de estudio original del 1 de marzo de 2020 al 30 de abril de 2021, para incluir el nuevo período del 1 de mayo al 30 de octubre. 31, 2021, para 21 países. La orfandad se definió como la muerte de uno o ambos padres; la pérdida del cuidador principal incluía la muerte de los padres o la muerte de uno o ambos abuelos con custodia; y la pérdida del cuidador secundario incluyó a los abuelos o parientes co-residentes. Utilizamos la regresión logística y además incorporamos un efecto fijo para los países de Europa occidental en nuestro modelo anterior para evitar predecir en exceso la pérdida de cuidadores en esa región. Para todo el período de 20 meses, agrupamos a los niños por edad (0 a 4 años, 5 a 9 años y 10 a 17 años) y orfandad materna o paterna, utilizando contribuciones de fertilidad, y modelamos extrapolaciones globales y regionales de números de huérfanos. Se proporcionan intervalos de credibilidad del 95 % (CrI) para todas las estimaciones.
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Recomendaciones
Se estima que el número de niños afectados por la orfandad asociada a COVID-19 y la muerte del cuidador aumentó en un 90,0 % (95 % CrI 89,7–90,4) del 30 de abril al 31 de octubre de 2021, de 2 737 300 (95% CrI 1 976 100–2 987 000) a 5 200 300 (3 619 400–5 731 400). Entre el 1 de marzo de 2020 y el 31 de octubre de 2021, 491 300 (95 % CrI 485 100–497 900) niños de 0 a 4 años, 736 800 (726 900–746 500) niños de 5 a 9 años y 2 146 Se estima que 700 (2 120 900–2 174 200) niños de 10 a 17 años han experimentado la orfandad asociada a COVID-19. A nivel mundial, el 76,5 % (95 % CrI 76,3–76,7) de los niños eran huérfanos de padre, mientras que el 23,5 % (23,3–23,7) eran huérfanos de madre. En cada grupo de edad y región, la prevalencia de la orfandad paterna superó a la de la orfandad materna.

Interpretación
Nuestros hallazgos muestran que la cantidad de niños afectados por la orfandad asociada con COVID-19 y la muerte del cuidador casi se duplicó en 6 meses en comparación con la cantidad después de los primeros 14 meses de la pandemia. Durante todo el período de 20 meses, 5,0 millones de muertes por COVID-19 significaron que 5,2 millones de niños perdieron a un padre o cuidador. Nuestros datos sobre las edades y las circunstancias de los niños deberían respaldar la planificación de la respuesta a una pandemia para los niños en todo el mundo.

Fondos
Investigación e Innovación del Reino Unido (Fondo de Investigación de Desafíos Globales, Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas y Consejo de Investigación Médica), Fundación Oak, Instituto Nacional de Investigación en Salud del Reino Unido, Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. e Imperial College London....

Extracto y Comentario del Diario.es

Por cada persona muerta con COVID-19 en el mundo, un niño ha quedado huérfano o ha perdido a una de las personas que le cuidaba. Tras veinte meses de pandemia, al menos 5,2 millones de menores de 18 años perdieron a su padre, a su madre o a uno de sus cuidadores tras infectarse de coronavirus. Esta es la cifra que aporta un artículo publicado en The Lancet sobre la salud de los niños y adolescentes, tras actualizar los datos de mortalidad de 20 países, entre los que se incluye a EEUU, India, España o Perú.

La investigación, que solo tiene en cuenta datos hasta el 31 de octubre de 2021 –por lo que quedaría fuera la gran ola de contagios y muertes provocada por ómicron– indica que dos de cada tres niños huérfanos por culpa de la COVID-19 son adolescentes de entre 10 y 17 años, y que en tres de cada cuatro casos fueron sus padres y no sus madres quienes fallecieron.

Desde marzo de 2020 hasta octubre de 2021, más de 3,3 millones de niños perdieron a su padre o a su madre y unos 1,8 se vieron afectados por la muerte de un abuelo o de un cuidador adulto que vivía en su casa.



El estudio alerta de que, de manera general, los niños que experimentan la pérdida de una de las personas que le cuidan "tienen mayor riesgo" de sufrir pobreza, explotación, violencia o abuso sexual, infección por VIH o problemas de salud mental y, en determinados contextos, "mayor vulnerabilidad a la participación en bandas". Por todo ello, los autores del estudio piden que los esfuerzos dedicados responder a la pandemia incluyan programas para niños huérfanos, tanto en lo económico como en los cuidados.

"Estar solo con niños supone estar desbordado, hiperexigido a la hora de realizar el aporte económico, la gestión del domicilio y la parte educativa", indica el director de Domínguez Psicólogos, Abel Domínguez, sobre lo que sucede cuando muere una de las personas encargadas del cuidado. "Una persona sobreexigida puede caer en el cansancio y, cuando esto pasa, cuesta más poner límites o entrar en una discusión. Esto puede provocar que se dejen de hacer labores de limitación de conductas adaptativas, por un lado. En cuanto a la violencia o a la probabilidad de entrar en bandas, se trataría de otro tipo de carencias afectivas", añade sobre los factores de riesgo a los que puede llevar la situación de orfandad.

Domínguez no distinguiría entre el impacto que supone la pérdida de una madre o un padre por la COVID-19 o por otras circunstancias. Sin embargo, el psicólogo sí que reconoce que un impacto emocional directo en las muertes que se dieron en la parte más dura de la pandemia, en los meses de confinamiento domiciliario, cuando los fallecimientos podían ser repentinos o sin despedidas. "Los niños de más de tres años, que sí que se acuerdan de sus papás y sus mamás, sí que van a notar mucho el cambio. Van a acordarse de que no se despidieron", apunta.

Prevención, red familiar y lucha contra la pobreza

"Calculamos que por cada persona que ha muerto como consecuencia de la pandemia, un niño ha quedado huérfano o ha perdido a su cuidador. Esto equivale a que, cada seis segundos, un niño se enfrenta a un mayor riesgo de adversidad a lo largo de su vida si no recibe el apoyo adecuado a tiempo", asegura una de las autoras del informe, la doctora Susan Hillis, miembro del equipo de respuesta contra la COVID-19 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés). Según Hillis, la respuesta debe centrarse en la prevención de la muerte de los cuidadores, en preparar a las familias para que se puedan hacer cargo de estos niños (otros miembros de la familia o en términos de acogida y adopción) y en la protección de los niños luchando contra la pobreza y la violencia.

El estudio indica que, antes de la pandemia, había unos 140 millones de niños huérfanos en todo el mundo. "Tuvieron que pasar 10 años para que 5 millones de niños quedaran huérfanos a causa del sida, mientras que el mismo número de niños ha quedado huérfano por la COVID-19", dice otra de las autoras, Lorraine Sherr, que pide "actuar con rapidez" para saber quién hay detrás de todas estas cifras y dar así apoyo.

"Las redes familiares van a ser fundamentales", dice el psicólogo consultado, que añade que una red de apoyo es fundamental y "a todos conviene tener una red o tribu" en el día a día, pero también en los momentos complicados. El apoyo económico por parte del Estado en forma de pensiones de orfandad, beneficios fiscales y supervisión psicológica adecuada deberían formar parte de la respuesta.

Otra de las autoras del estudio, la investigadora Juliette Unwin del Imperial College de Londres, considera que seguramente estas cifras estén muy por debajo de las reales. "La OMS estima que los datos precisos sobre las muertes por COVID-19 en África son limitados, y es probable que las estimaciones reales sean 10 veces superiores a las que se comunican actualmente".



Grandes diferencias entre países

Estos datos de orfandad varían en gran medida entre unos países y otros. Asia, América Latina y EEUU se llevan la peor parte según los datos de este informe, aunque los propios autores del informe reconocen que los datos para el continente africano están subestimados. En países como Perú, donde la COVID-19 se cebó con virulencia también con personas más jóvenes y en edad fértil, estiman más de 80.000 niños huérfanos, mientras que en países como España e Italia la cifra es mucho menor: 2.800 y 3.800, respectivamente.

El caso de India es incomparable por su cantidad de población. El estudio calcula que casi dos millones de niños indios han perdido a su madre o a su padre por la pandemia. En EEUU, por ejemplo, esta cifra asciende a 149.300.

El epidemiólogo Mario Fontán considera que ahora les toca a los países dimensionar y matizar el problema porque los impactos sobre los niños que se quedan sin tutores no será el mismo en cada territorio. "Este estudio hace una estimación global y ahora cada país tendrá que dimensionarlo. El impacto también será diferente dependiendo de la clase social a la que pertenece el niños y dependiendo de si quien muere es la madre o el padre. Tampoco será lo mismo para un niño migrante que no cuenta con red de apoyo", diferencia.

Según Fontán, la falta de datos oficiales en África supondrá un obstáculo a la hora de calibrar el problema real del continente. "En los lugares en los que falten infraestructuras sanitarias y haya dificultades de gestión de datos no se podrá dimensionar todo esto. La falta de estos análisis podrá hacer pensar que, si no existen, es que no hay ningún problema y de esto podría depender que se reciban o no recursos futuros", argumenta. Finalmente, el investigador piensa que estudios como este son necesarios para dejar de hablar en abstracto sobre la pandemia y poner el foco en realidades que generen debate.



Como parte del estudio, los investigadores han elaborado una calculadora a tiempo real que realiza estimaciones actualizada del número de casos de orfandad en todos los países del mundo. Para el caso español, la calculadora estima que 3.100 niños han quedado huérfanos por la muerte de uno de ambos progenitores; que 3.600 han perdido a uno de sus progenitores o a un cuidador; y que 7.700 han perdido a uno o ambos progenitores, a un abuelo que tenía su custodia o a uno de sus abuelos convivientes.

Los autores del estudio reconocen que la existencia de "algunas limitaciones" porque sus estimaciones se basan en modelos estadísticos y no en datos reales de niños afectados. Entre otras cosas, señalan que muchos países con cuentan con sistemas sólidos de notificación de muertes o fecundidad. El estudio se basa en un modelo estadístico que combina datos de fertilidad, exceso de mortalidad por la COVID-19, así como datos de Naciones Unidas sobre la composición de los hogares con adultos que conviven con menores de 18 años para establecer sus cálculos.

"Nuestros resultados sugieren la necesidad urgente de que las respuestas a la pandemia prioricen a los niños afectados por la muerte de sus padres o cuidadores", puede leerse hacia el final de artículo.


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