El veto de la derecha a la joven ecologista Greta Thunberg en la Eurocámara calienta las movilizaciones del clima del 15 de marzo.



Así, sin más, los presidentes de los grupos parlamentarios europeos del PP, ALDE, ECR, ENF y EFDD ventilaron el 21 de febrero la solicitud de los Verdes –apoyada por el S&D y el GUE– para que Thunberg tomara la palabra, cinco minutos, ante el Parlamento Europeo en esta semana en Estrasburgo, en la que se debatirá una resolución en vísperas de las movilizaciones por el clima convocadas en medio mundo para el 15 de marzo.
El veto llegó justo después de una intervención de Thunberg ante el Consejo Económico y Social Europeo que agitó a los funcionarios de las instituciones europeas.
"Sabemos que la mayoría de los políticos no quieren hablar con nosotros", dijo entonces nada más comenzar. "Bueno. Tampoco nosotras queremos hablar con ellos", afirmó en una sala llena de políticos de la UE, entre ellos el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
"Queremos que hablen con los científicos en su lugar –prosiguió Thunberg– que los escuchen, porque solo estamos repitiendo lo que están diciendo ellos desde hace décadas. Queremos que se cumpla el acuerdo del clima de París y del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). No tenemos otras exigencias, sólo seguir lo que dice la ciencia".
"Nos dicen que somos jóvenes, pero no hay tiempo para esperar a que crezcamos y nos hagamos cargo", dijo, citando el último informe del IPCC, que establece que las emisiones deben alcanzar un máximo en 2020 y luego caer abruptamente con el fin de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5ºC. "Eso es el año que viene", subrayó: "Están deseando que dejemos de hablar de la crisis del clima y que hablemos de otras cosas, porque saben que no pueden ganar esta pelea. Porque saben que no han hecho sus deberes. Nosotros sí hemos hecho nuestros deberes, háganlos ustedes y escuchen a los científicos".
"Según el informe del IPCC, estamos a unos 11 años de llegar a un punto de no retorno. Para evitar eso, deben realizarse cambios sin precedentes en la próxima década. Si la UE quiere mantenerse dentro de los límites de emisiones, necesita una reducción mínima del 80% para 2030. Y eso incluye los transportes aéreos y terrestres, de personas y mercancías. Debemos dejar de competir unos con otros. Necesitamos cooperar y trabajar juntos para compartir los recursos del planeta de una manera justa".

Invitación extensiva

La respuesta de Verdes, Socialdemócratas y la Izquierda Unitaria (GUE), ante el veto de la derecha, fue convocar esta semana a medio centenar de activistas a reuniones, ruedas de prensa y la tribuna de invitados del Parlamento. Entre ellos, hay varios españoles: Ander Congil, Lucas S.Barrero, María Pardillos y Miguel Gallardo.
El miércoles acudirán al pleno a primera hora, al debate de emergencia climática –que irá acompañado de una resolución que se vota el jueves–, que seguirán desde la tribuna de invitados de la Eurocámara. Posteriormente, atenderán a los medios en una rueda de prensa a las 11.30.
Pero antes, este lunes a última hora está previsto que lleguen a Estrasburgo, y al Parlamento Europeo el martes a primera hora. El mismo martes mantendrán una reunión interna del movimiento aprovechando que se juntan  activistas de varios países para debatir los próximos pasos, y también mantendrán reuniones con los diferentes grupos políticos que les han invitado: Verdes, Socialdemócratas e Izquierda Unitaria (GUE).
Fuentes organizadoras del viaje confirman que no esperan la llegada de Thunberg a Estrasburgo, pero sí las de Kyra Gantois y Anuna de Weber, dos de las caras más visibles del potente movimiento juvenil contra el cambio climático en Bélgica, junto a activistas llegados de media Europa. 

La revolución adolescente.

Los líderes del mañana ya no esperan su turno.
No pueden, no deben esperar. 
Son nuestros hijos y nuestros nietos, 
y vienen a hacer el trabajo que no hemos hecho nosotros: 
los listos, los adultos, los mayores...

Antoni Gutiérrez-Rubí

Leonard Beard

En octubre de 2012, en Pakistán, a una joven de 15 años le dispararon en la cabeza, en un autobús escolar junto a sus compañeras de instituto. ¿El motivo? Hablar en favor de la educación femenina en su región. Malala Yousafzai se hizo famosa en todo el mundo por la barbaridad del crimen cometido contra ella y se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos de las niñas. Dos años después, ya recuperada y viviendo en Londres junto a su familia, ganó el Premio Nobel de la Paz. Es la persona más joven en lograrlo, con solo 17 años.

Emma González también fue víctima de un tiroteo, superviviente de la escuela secundaria Stoneman Douglas de Parkland, Florida, en el que diecisiete de sus compañeros/as murieron. Eso llevó a Emma a crear y liderar el grupo de defensa del control de armas Never Again MSD. Con su impactante discurso en radical silencio ante más de medio millón de personas, el 24 de marzo de 2018, solo tres días después del ataque, y en una de las marchas organizadas por este grupo, se hizo famosa mundialmente.

Seguidas por todo el mundo

Greta Thunberg es una joven sueca de 16 años con síndrome de Asperger. Salto a la fama a finales de 2018, aún con 15 años, cuando dejó de asistir al instituto para manifestarse frente al Parlamento de Suecia, durante las huelgas estudiantiles por el cambio climático. Su ponencia en un evento tan visible -y viral- como la charla TEDx Estocolmo, en noviembre, la catapultó a los medios y a ser conocida -y reconocida- mundialmente por aquellos que luchan contra el calentamiento global. Solo un mes después, realizó un discurso en el marco de la COP24 (Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, en Polonia). Todo empezó con reuniones, los viernes por la tarde al salir del instituto, con otras decenas de jóvenes adolescentes, hoy miles en distintos países, que se encuentran y se autoorganizan para asistir a actos y/o manifestaciones a las puertas de sus respectivos parlamentos o para preparar la huelga escolar mundial que tendrá lugar este viernes, 15 de marzo.


Pero ¿qué es lo que tienen en común estas jóvenes?,
¿Por qué son seguidas en todo el mundo y 
por qué mucha gente se ve representada en ellas y quiere seguirlas?

Muestran coraje. Frente a los talibanes, frente a los lobis de armas, frente al sistema establecido. Se convierten en ejemplos vivos de la lucha y la rebeldía, del intento de cambiar las cosas. La gente quiere tener su capacidad y valentía. No tienen miedo.

Audacia. Son jóvenes, casi niñas, pero tienen la capacidad de intentar cambiar cosas que parecen imposibles. Van a lo grande, y luchan por conseguirlo. Esa audacia es contagiosa. Una fuerza desafiante por lúcida.

Mujeres. Que las tres sean mujeres las convierte también en símbolo de lucha, de no dejarse pisotear, y de librar, probablemente, mayores batallas que adolescentes de otro género.

Historias. Cada una de ellas tiene su propia historia. Una historia que refuerza su esfuerzo y su activismo. Es completamente coherente con quienes son y con lo que hacen. Su identidad es, también, su mensaje. Sus (breves) biografías vitales son testimonio y credibilidad.

Discurso. Su discurso es claro y punzante. Dicen cosas que todo el mundo sabe, pero que nadie suele -ni quiere, a menudo- escuchar. Eso convierte su mensaje en algo poderoso, escuchado y compartido.

Denuncia contra los adultos. Son los adultos que, durante decenas de años -o siglos- no se han atrevido a cambiar las cosas. Esos adultos son los culpables, y lo son porque con sus decisiones están lastrando el futuro de los más jóvenes.

Movilización. No se quedan en las palabras. Son las primeras en asistir a todo tipo de actos para hacerse escuchar. Sin este ejemplo, nada sería posible. Su movilización es creativa, digital, artística y descentralizada.

Apuesta por la imagen. Redes sociales, imágenes y vídeos. Se trata de tener visibilidad y compartirla en otros círculos de jóvenes. Las tres lo saben y saben usarlas. De ahí viene también su fuerza: viral, global, moral.


Conciencia y compromiso

Causas. Es tiempo de causas y no de casas políticas. Mahala por la educación, Emma contra las armas, Greta por el clima. Sus ideas son trasversales y globales. Movilizan desde la conciencia y el compromiso, no desde una propuesta ideológica clásica y previsible.

Los líderes del mañana ya no esperan su turno. Son nuestros hijos y nuestros nietos, y vienen a hacer el trabajo que no hemos hecho nosotros. En España, algunos de sus nombres son Lucas, Ander y Roger, los primeros de muchos en unirse al movimiento Youth For Climate que hoy se extiende por el país y empieza a llegar a las instituciones. 

La revolución adolescente ya está aquí y 
la veremos en acción el viernes en la huelga por el clima 
que se promueve a nivel global. 
Después del 8-M, el 15-M por el planeta. 
Idus de marzo.

La escuela como fábrica de disparates -ayer y hoy-


Eso estaría muy bien si no fuera porque todos esos disparates 
ya estaban ahí mucho antes de WhatsApp, los móviles o la LOGSE.
  
Mariano Fernández Enguita,


Es habitual en las salas de profesores que cualquiera lea, para regocijo de los demás, un disparate escrito por algún alumno en un ejercicio o un examen, como lo es entre los padres contarse algunas afirmaciones surrealistas de los niños, pues pueden ser muy divertidas. Tanto que, hace ya más de medio siglo, Luis Díez Jiménez, quien fuera profesor del Instituto Nuestra Señora de la Victoria (más conocido como “Martiricos”), el más antiguo de Málaga, publicó en 1965 la primera Antología del disparate, con tanto éxito que siguieron varias más (segunda, nueva, psicodélica) hasta mediados de los ochenta. El autor murió en 2007, pero sus libros todavía han conocido reediciones hasta 2016. En un curioso sitio web muy vintage, José Gómez Gómez, maestro zamorano-barcelonés, ha mantenido mucho tiempo una página con el mismo nombre y similar contenido.

El año pasado otro profesor de enseñanza secundaria y autor literario, Miguel Sandín, publicó El Lazarillo de Torpes. Hasta donde sé (confieso que no lo he leído, pues tengo una pila virtual en espera), es el relato ficticio-realista de “las divertidas anécdotas de un sufrido profesor de secundaria”, como reza el subtítulo, pero incluye su propia antología del disparate, es decir, su propia recopilación de disparates antológicos de los alumnos en ejercicios y exámenes, y diversos medios se hicieron eco de éstos aun ignorando el resto del libro. Por ejemplo, mi medio de cabecera, El País, cuya revista masculina (con perdón), Icon, lo hizo el 30 se septiembre pasado y ayer mismo, 1 de marzo.
Desde un punto de vista profesional, quizá tendría que explicar la periodista, Sara Navas, por qué no ha visto otra cosa en el libro y por qué se repite sobre el mismo asunto con tan pocos meses de diferencia, pero sin duda parte de la respuesta, al menos, reside en que esos disparates siempre tienen gracia, a fin de cuentas, y uno no puede evitar leerlos. Si quiere unos minutos de humor, los encontrará en los dos enlaces anteriores.
El problema es cuando se empiezan a ofrecer explicaciones fáciles, pero bien recibidas por algunos medios y por una parte del público que quiere oír precisamente eso. Por ejemplo, cuando el propio Sandín atribuye esos disparates a que “esta generación apenas lee” y al “uso abusivo del teléfono móvil” (El País, 30/9/18); al “deterioro generalizado [....] después de la implantación de la LOGSE” (MIAC, 25/11/18); o a que “en los últimos años la juventud actual ha rebajado horas de lectura en favor del uso de dispositivos móviles y aplicaciones como WhatsApp” (El País, 1/3/19).

Esto estaría muy bien si no fuera porque todos esos disparates ya estaban ahí mucho antes de WhatsApp, los móviles o la LOGSE. Entonces se atribuirían, supongo, a la televisión, que se estaba expandiendo, y tal vez a la Ley de Enseñanzas Medias de 1953, o a la masificación del bachillerato (no estoy en condiciones de afirmarlo), como pronto se haría, entre 1970 y 1990, a la Ley General de Educación y la egebeización de la escuela (esto sí está bien documentado). Una parte no desdeñable del profesorado de enseñanza secundaria lleva decenios añorando el paraíso perdido, que siempre es el de la ley anterior, el de antes de los últimos medio de comunicación, etc. Pero hay más.

Por ejemplo, en 1963, el año en que nació Sandín y Díez Jiménez andaría recogiendo los últimos para su libro de 1965. No sólo no había móviles, ni redes ni la maldita LOGSE sino que la tasa bruta de escolarización (todos los alumnos, de cualquier edad) sobre la población de 14 a 19 años (que se correspondería bien con el alumnado actual de Sandín, de segundo ciclo de ESO y Bachillerato, y el pasado de Díez Jiménez, de Bachillerato Superior), era entonces del 20%, frente al actual 97% a los 16 años y 90% a los 17. En otras palabras, los disparates de uno de cada cinco, el mejor educado (el 20% superior, en términos escolares) de los adolescentes de entonces, no tenían nada que envidiar a los  del cien por cien de los adolescentes actuales.

La pregunta inevitable es esta: 
¿y si, en lugar de echar la culpa a las leyes que no nos gustan, o al entorno digital que no terminamos de entender, nos interrogásemos sobre la institución y las prácticas escolares, o sobre nuestras propias prácticas profesionales? O sea, ¿y si, en lugar de echar balones fuera, nos mirásemos al espejo?.
Más allá de la gracia que puedan tener esos disparates (que la tienen, y no no hay nada malo en disfrutarla), no es difícil encontrar en ellos algunos elementos conductores. A veces proceden simplemente de haber oído mal, p.e. la serpiente putón. Otras, de la descontextualización de la pregunta: lo contrario de blanco es negro, de día, carrefour. Pero, más a menudo que otra cosa, lo hacen de la triste separación entre la respuesta correcta a una pregunta y la solución verosímil a un problema o un interrogante reales. Eso es lo que, saltando por encima de medio siglo, une las anécdotas de Sandín con las de Díez Jiménez, las de todos los adolescentes con las del quintil superior de los buenos alumnos, las postrimerías de la LOGSE con las vísperas de la LGE y la era de TVE con la de WhatsApp.

Se lo debemos.

Sea cual sea el resultado de las elecciones, 
la ley contra la violencia hacia los menores debe ser una prioridad.

..."lo más importante es que esa ley supone una apuesta 
por un modelo social que sitúa 
a las y los niños como sujetos de derechos"...

Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social,


Se lo debemos
Getty Images
De entre los proyectos que no han podido culminarse en esta legislatura, destaca uno especialmente sensible. El Gobierno ha dejado ultimado un anteproyecto de ley contra la violencia hacia los menores. No ha podido ser, pero deberá serlo en cuanto comience la próxima legislatura. Las medidas que recoge casi parecen obvias ahora pero como sociedad nos ha costado décadas entender que eran necesarias; el trabajo que hay detrás de él ha sido muy intenso y estaba muy cerca de reunir el consenso de todos los grupos parlamentarios. Por todo este esfuerzo pero, sobre todo, porque esta norma es transformadora en cuanto a la concepción de los derechos de los menores, todos debemos apoyarla.

La mayoría de nosotros hemos necesitado escuchar escándalos y testimonios escalofriantes antes de entender que la violencia infantil es un grave problema que ocurre cotidianamente en nuestro entorno. Quizá se deba a que la situación de los menores ha mejorado evidentemente desde que Dickens describiera las condiciones en que estos se desenvolvían en Londres o a que muchos de nosotros interiorizamos que ciertas prácticas, como el cachete paterno, el atosigamiento o el aislamiento escolar, eran la mejor forma de que los niños se preparasen para la vida adulta; o a que creímos que otras prácticas, más sórdidas y viles, era mejor enterrarlas confiando en que, tal vez, en la mente plástica de un niño no dejarían huella.

Decía Rilke que la infancia es la verdadera patria de las personas, compuesta de lugares, colores y olores que nos devuelven a un mundo de seguridad que encarna el ideal de felicidad. Mucha gente, quizá la mayoría, hemos tenido una patria feliz. Quizá por ello o por otras razones hemos ignorado o silenciado demasiado tiempo un problema muy grave.

En España, cada día 37 niños son maltratados en su familia. En 2017, se interpusieron 38.433 denuncias por delitos violentos contra menores, según datos del Ministerio del Interior. Es más grave si cabe el hecho de que solo alrededor de una quinta parte de los abusos son denunciados. Muchos menores no saben cómo denunciar y otros, suponiendo que lo que les pasa a ellos también les ocurrirá a los demás, ni siquiera son conscientes de estar siendo agredidos. Según las organizaciones de infancia, la mitad de las notificaciones de sospecha de maltrato se producen en la familia y cuatro de cada diez menores perciben la escuela como un lugar inseguro.

Respondiendo a la diligente insistencia la sociedad civil y a las recomendaciones del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas, el 28 de diciembre el Consejo de Ministros aprobó en primera lectura el Anteproyecto de Ley Orgánica para la Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia.

A pesar de ser una norma con un objeto tan obvio, es muy compleja. Reforma trece leyes. Aspira a ser integral, a proteger a los menores en todo su entorno y contra toda forma de perjuicio o abuso físico, mental o moral, sea cual sea su forma de comisión, incluso por medio de la tecnología. Contiene nuevos delitos como la difusión a través de Internet de contenidos que inciten a los menores al suicidio, la autolesión o aquellos que promuevan los trastornos alimenticios.

La norma nos corresponsabiliza como ciudadanos al establecer el deber de comunicación de situaciones de riesgo. Recoge medidas para detectar el riesgo en función del comportamiento del menor o de su situación económica, social y familiar. 
Pretende prevenir y proteger con actuaciones en el ámbito sanitario, educativo, de los servicios sociales o de la justicia. Respondiendo a una de sus principales demandas, retrasa de manera muy importante el cómputo de la prescripción de los abusos sexuales, ya que las víctimas tardan años en ser capaces de denunciar los hechos.

Todo el trabajo alrededor de la elaboración de esta ley orgánica ha sido intenso y emocionante ver la sensibilidad y entrega de los expertos. Pero lo más importante es que supone una apuesta por un modelo social que sitúa a las y los niños como sujetos de derechos, en el centro de la acción pública. Por eso, sea cual sea el resultado de las elecciones, considero que esta ley debe ser una prioridad. Se lo debemos a los niños y niñas que lo son ahora y a los que una vez quisieron serlo pero no lo lograron.

* María Luisa Carcedo 
es ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

MÁS INFORMACIÓN

#Escúchame en todo momento!. Día I. de la Mujer.




Esta vez nos unimos a Defensa de los Niños y Niñas Internacional -DNI España, Didania, Federación de Entidades Cristianas de Tiempo Libre GSIA (GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA) y Proyecto Solidario para multiplicar nuestras voces y la de muchos niños, niñas y adolescentes.

🔔 Leer comunicado de la campaña: http://bit.ly/2NLwk8v

#ESCÚCHAME en todo momento #PorLosNNA. Espérala, próximamente...




6 de marzo, El 2019 Inicia con la Campaña 

#ESCÚCHAME, 
en todo momento. 
Somos Niños, Niñas y Adolescentes con voz ciudadana

La cual propone abordar el derecho de las personas menores de edad a expresar libremente su opinión, a ser escuchadas y tomadas en cuenta con seriedad, a organizarse y a participar e incidir en la toma de decisiones y en las decisiones que les afecten e interesen. 

#ESCÚCHAME, en todo momento tiene por objetivo integrar en las interrelaciones la escucha, el respeto entre todos y todas. El reconocimiento de los niños, niñas y adolescentes como actores sociales y ciudadanos, cuya participación empieza a través de la escucha, el respeto, opinión y a ser tomados en cuenta desde lo individual y lo colectivo. 
Para lograr dicho objetivo, se acordó proponer en la agenda cotidiana y en las agendas política y mediática los Artículos 12, Art 13 y el Art 15 de la Convención sobre los Derechos del Niño (en el entendido de que son derechos civiles y libertades y derechos políticos). 
#ESCÚCHAME, en todo momento se realiza en el marco de la celebración del 30 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), ocasión que ofrece una excelente oportunidad para resaltar y poner sobre la mesa y en la agenda pública los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Adicionalmente, DNI Costa Rica cumple 25 años y el Movimiento de DNI Internacional 40 años.

La Campaña es impulsada por Defensa de Niñas y Niños – Internacional Costa Rica (DNI Costa Rica) y se han sumado en su desarrollo a escala internacional, entidades sociales españolas entre ellas: Federación DIDANIA, Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA), Defensa de Niñas y Niños – Internacional España (DNI España) y Fundación Proyecto Solidario. 





8 de marzo, 15 de marzo, 31 de marzo.






Debería  ser obligado para todas y todos cuidar lo que nos han legado, 
y transmitirlo así a las futuras generaciones.

Las adolescentes europeas no quieren un mundo sin futuro.
Exigen la intervención radical para detener el cambio climático.
Un mundo imperante, el urbano, que consume al mundo, 
consume a la naturaleza, la vida rural, la vida misma...
y no deja nada bueno a las generaciones futuras.

Una de las razones por la que las mujeres cada vez tienen más complicado seguir adelante en el medio rural en un sistema-mundo cada vez más hostil, es la globalización de las miserias medioambientales: El futuro caos que se nos viene encima, si en menos de 10 años no paramos el cambio climático. 


Las jóvenes no quiere un mundo sin SU futuro.

Por eso las chavalas de 12 años y + han convocado una movilización global por el futuro para el día 15 de marzo. 

Será la primera gran Huelga promovida desde y por la juventud: LLevan en ello más de 6 meses:




Es necesario hablar de otros modelos económicos, tenemos que legislar de otro modo, tenemos que asumir que el modelo establecido invisibiliza una parte de la vida, la que permite que esta exista, que se reproduzca. Cuando lo más básico, lo que todas las personas deberíamos tener interiorizado, cae en lo más profundo, podríamos decir que hemos tocado fondo.

En la Europa Vacía también se ha tocado fondo, por eso también la España Vaciada se  moviliza el día 31 de marzo para revolverse contra sin SU futuro.

SIEMPRE OS ACORDARÉIS DE NOSOTRAS…

Por María Andrés y Lara Barros









Cuando algo nos falta, es cuando nos damos cuenta de quién había detrás, en este caso, favoreciendo que la vida siguiera su curso, tejiendo la red que la sostiene y generando un ambiente plácido, respetuoso y generoso. Eso que muchas veces damos por sentado que se hace solo, que viene de serie, porque así ha sido siempre y se da por supuesto. En este sentido, si nos paramos a escuchar, sentiremos que este 8 de marzo el mundo rural también reclama y pide huelga, porque se queda solo, porque se están yendo  quienes más necesita, nosotras las mujeres…

Nosotras, que durante tanto tiempo hemos sido capaces de sostenerlo, de mantenerlo vivo, de cuidarlo y disfrutarlo, de disfrutar cuidándolo y de hacerlo porque es, simplemente, de sentido común, por que es algo que no nos tendríamos que preguntar quién y por qué se hace. Debería  ser obligado para todas y todos cuidar lo que nos han legado cuidado, y transmitirlo así a las futuras generaciones.

Lo peor de todo es que esta sea, precisamente, una de las razones por la que las mujeres cada vez tenemos más complicado seguir adelante en el medio rural, de tanto poner la vida en el centro, en un sistema-mundo cada vez más hostil, a veces nos agotamos, no podemos más, nos damos por vencidas… y nos vamos. Somos nadadoras contra corriente, sostenemos con nuestros cuerpos la avalancha de una economía en la que el capital se pone por encima de la vida.

Por eso, es necesario hablar de otros modelos económicos, tenemos que legislar de otro modo, tenemos que asumir que el modelo establecido invisibiliza una parte de la vida, la que permite que esta exista, que se reproduzca. Cuando lo más básico, lo que todas las personas deberíamos tener interiorizado, cae en los más profundo, podríamos decir que hemos tocado fondo.

¿Cuál es el problema en reconocer que en el trabajo del campo casi nunca hay una persona sola? ¿Cuál es el problema en reconocer que nunca hay solo un titular de una explotación agrícola o ganadera? ¿Cuál es el problema en decir que no es cierto que cuanta más producción haya, más beneficio exponencial, que en el campo esas cuentas no salen?, ¿Cuál es el problema en reconocer que es nuestra obligación que las futuras generaciones puedan disfrutar de algo que nosotras y nosotros hemos disfrutado? Esa es la pregunta que muchas mujeres nos hacemos…








Cuando hablamos de visibilizar a las mujeres en el medio rural, no sólo hablamos de ponernos cara y reconocer nuestra labor, hablamos de asumir e interiorizar las formas de hacer que las mujeres hemos desarrollado a lo largo del tiempo. Claro que es importante que las mujeres seamos la cabeza visible de una ganadería extensiva, pero es quizá más importante reconocer que hacen falta manos extras para sacar ese trabajo adelante,  que no es cierto que porque te compres 200 ovejas y te des de alta en la seguridad social, ya tienes negocio propio y sueldo, que en el campo dos más dos, muchas veces no son cuatro… El individualismo que tan bien parece funcionar en las ciudades, o así nos lo venden, en el campo no vale de nada, sólo significa desamparo y abandono. Necesitamos redes, apoyos, reconocimiento, comunidad, sino la lucha es demasiado dura.

¿Cómo lo hacemos?
Hemos de integrar la mirada femenina, como buenas gestoras, ya que hemos sido durante muchos años las encargadas de cuidar a las personas más vulnerables, pequeñas y mayores, al tiempo que trabajábamos en el negocio familiar, aportando cosas muy importantes relacionadas con la mejora de la rentabilidad de la producción; por nuestra realidad como cuidadoras, éramos las encargadas de hacer las ventas puerta a puerta, de transformar parte de la producción y sacarle un valor añadido. 
Y necesitamos incorporar la mirada feminista, para  reivindicar lo que la economía de los cuidados aporta a la economía, para visibilizar a las mujeres rurales, como a todas las demás, y reconocer todo el valor de su trabajo. Para desarrollar un nuevo escenario equitativo y justo en el que compartamos toda esta labor tanto hombres como mujeres, trabajando además por la igualdad de oportunidades, de derechos, de participación pública…
Necesitamos depurar los conceptos de la economía clásica, para integrar la economía de los cuidados dentro de la viabilidad de los proyectos. 
Ser capaces de entender algo tan básico como que el cuidado de la tierra, de los animales, de la alimentación, la salud… es parte imprescindible de  las contabilidades de nuestras granjas, porque sin él, simplemente, no existirían.

Por eso, este 8 de marzo, reivindicamos que necesitamos revisar la legislación, toda esa legislación que excluye el trabajo de cuidados, reproductivo, y que no reconoce que casi nunca hay una  sola persona titular de explotación; hasta el 2012, las mayor parte de las mujeres ganaderas, si teníamos la suerte de cotizar, legalmente sólo podíamos ser consideradas “ayuda familiar”, es decir, la costilla de Adán, sin la titularidad de la explotación, de las tierras, de los ingresos que generamos… en una situación de vulnerabilidad y dependencia total. Desde ese año existe una Ley de Titularidad Compartida, pero apenas son 115 expedientes los aprobados a día de hoy en todo el estado, porque ¿quién se ha enterado? ¿Qué medios se han puesto en marcha para difundir y facilitar este proceso?

Luego está toda esa legislación ligada a las normativas sanitarias que excluyen cualquier tipo de pequeña industria u obrador de transformación, porque este tipo de actividades no se conciben como algo viable o rentable y hacen que el control sanitario se mida desde el modelo de la gran industria, que  tiene que ser hiperproductiva, más allá de que sea o no segura desde el punto de vista alimentario o ambiental.


Queremos sacar de la legislación fiscal el concepto productivista, porque hay cosas que podemos querer seguir haciendo, simplemente para que no se pierdan y que nunca nadie más las haga y puede que sólo generen una economía de apoyo, pero no por ello debemos impedir que se puedan hacer o que se tengan que hacer al margen de la legislación. 
Lo que no se reconoce o se visibiliza, se pierde.

Por ejemplo, querer seguir manteniendo un cultivo tradicional como es el azafrán a pequeña escala, o querer tener un pequeño rebaño, incluso una pequeña quesería artesana o de campo, no es posible fiscalmente en España como una actividad extra o puntual. Si queremos hacerlo legalmente, es lo mismo desde el punto de vista legal tener 10 cabras que 200, transformar tres mil litros de leche que tres millones de litros. Esta realidad hace que muchos proyectos tengan muchas dificultades para instalarse en el medio rural y que tengan dificultades para ser reconocidos como proyectos profesionales del sector agrícola o ganadero. La profesionalidad parece estar ligada a la cantidad de producción, al tamaño. En cambio, conseguir gestionar un proyecto tanto en la parte productiva como en la reproductiva, combinarlo con los cuidados de las personas más vulnerables y querer tener una explotación dimensionada al tiempo real que le podemos dedicar, no es una actividad profesional ¿de verdad alguien lo puede entender?

Por eso, no sólo necesitamos acceder a la titularidad de las explotaciones, sino que necesitamos cambiar el modelo productivo para que no sólo nuestras granjas sino también nuestras vida, puedan ser viables.

Cuando hagamos todo eso, estaremos reconociendo a las mujeres rurales, las pastoras, las campesinas, las queseras, las cabreras, las panaderas, las tenderas… Cuando entendamos que el mundo puede funcionar de otra forma, que hay alternativas, las habremos escuchado.  








Las TIC y su influencia en la socialización de adolescentes, Investigación.

Juan Carlos Ballesteros Guerra 
y Laura Picazo Sánchez.



 ISBN978-84-17027-13-1.
La investigación analiza el uso que las y los adolescentes españoles de 14 a 16 años realizan de la red y las redes sociales, las dificultades que encuentran, cómo las solventan, los dispositivos que manejan y desde cuándo, entre otras cuestiones.  
Los resultados de la investigación se han obtenido a través de 1.624 entrevistas a adolescentes de 14 a 16 años en centros educativos, 4 grupos focales y 8 entrevistas individuales.

Los monstruos están en casa.

Su madre y el hombre que la acompañaba la pusieron, mojada, sobre las bateas sanitarias del estado. 
Dijeron que se había ahogado en una pileta. 
APe.



Bianca tenía que cargarse la mochilita al hombro y llegar al jardín esta tarde. Tenía cuatro años. Y una vida chiquita condicionada por el espacio y el tiempo en que le tocó caer. Un tiempo horrible donde la crueldad crece como las malezas en el cemento. Una tierra descompuesta por el desprecio al otro. Donde se legitima la muerte para alimentar la propia vida. Individual y preminente. Donde el poder se ejerce sobre la debilidad y se mata a una nena de un golpe en la cabeza a la hora de la comida. Y se la lleva con actuados amores de familia a una emergencia sanitaria. Mojada y muerta. 

Un tiempo donde el monstruo es parte de la familia.
Y no tiene cara de monstruo. A veces parece mamá, otras parece papá.

Para Bianca el infierno tenía nombres que deberían ser amigables. Su madre Viviana y su semi padre Federico. Bianca vivía en una casa humilde, donde tenía que sentirse segura por mandato. Porque a los niños los cuidan dentro de sus casas.

Para qué hay mamás y papás o sucedáneos si para estar segura hay que salir de casa.
Pero en tiempos y espacios donde la policía mata por la espalda en lugar de proteger, donde el estado divide a filo de cuchilla dónde viven los privilegiados y dónde mueren los otros, las niñas y los niños son violados en los rincones de sus hogares, los bañan con agua helada, los sellan de moretones, los marcan con cigarrillos y un buen día les asestan un golpe en la cabeza a la hora de la comida porque lloraron.

Como a Bianca, de cuatro años, que hoy tenía que calzarse la mochilita e irrumpir, triunfal, en el jardín de Cañuelas donde se sentiría como la nena más deslumbrante del planeta.
Pero en casa estaban los monstruos. Que no son monstruos sino tristes muñecos de trapo de estos días. Cuando el capitalismo y el patriarcado muestran sus garras actualizadas, recargadas y dispuestas a resistir. Encienden piras sacrificiales para las mujeres y, cuando pinta, comienzan con las nenas en campos de tortura montados en los cuartos azules y rosas de los unicornios.

Ahí estaba Bianca y ya no está.

Su madre y el hombre que la acompañaba la pusieron, mojada, sobre las bateas sanitarias del estado. Dijeron que se había ahogado en una pileta. Pero fue femicidio.