"2050 es para nosotros un período maduro de nuestra vida
y no una cifra en un informe".
El movimiento Greta Thunberg se expande por España
para exigir a los políticos que frenen el cambio climático.
Marta Montojo,
medioambiente.
Asamblea del movimiento de jóvenes en lucha contra el cambio climático / Olmo Calvo. |
Tras las
movilizaciones en Girona y Barcelona, grupos de jóvenes se organizan
ante la convocatoria de huelga estudiantil internacional del 15 de marzo.
El próximo viernes se ha convocado una manifestación en las inmediaciones del Congreso para demandar mayor acción climática.
"2050 es para nosotros un periodo maduro de nuestra vida y no una cifra en un informe", explica uno de los implicados.
Un nuevo movimiento verde acaba de
nacer en Madrid y lo están protagonizando los jóvenes. Al fin y al cabo,
son ellos quienes sufrirán más tiempo los efectos del calentamiento
global, alegan, y no ven que se estén adoptando los cambios que a su
juicio son necesarios para combatir este problema y salvaguardar el
futuro de su generación.
En Madrid, la semana pasada
tuvo lugar la primera gran asamblea estudiantil para organizar un
calendario de protestas por lo que consideran falta de acción de las
instituciones contra el cambio climático. Tras las manifestaciones de
semanas anteriores en Barcelona o Girona, el 1 de marzo habrá sentada
frente al Congreso de los Diputados. Unos 80 jóvenes de entre 16 y 30
años pasaron su tarde de viernes (y algunos también la del sábado) de
reunión en reunión para debatir sobre cambio climático y sobre cómo
tomar cartas en el asunto. Lo primero que convinieron fue agruparse bajo
una sola formación, pues en los últimos meses han proliferado,
simultáneamente, diversos colectivos autónomos de reivindicaciones
ecologistas.
"El 2050 es para nosotros un periodo maduro de nuestra
vida y no una cifra en un informe", recalcan en el colectivo Abrir
Brecha, uno de los grupos estudiantiles que se están organizando para
dar forma a este movimiento juvenil incipiente. Hay quien anticipa
incluso un "15M climático", aprovechando que la huelga estudiantil
internacional para demandar acción climática se ha convocado el 15 de
marzo. Pero los jóvenes quieren que el movimiento vaya más allá de la
huelga, y hay planeadas diversas acciones tanto antes como después de la
movilización.
Algunos de estos colectivos han surgido al calor del fenómeno de Greta Thunberg, la activista sueca que con 16 años ha iniciado el movimiento estudiantil de protesta por el clima Fridays For Future (por
el que estudiantes de más de 270 ciudades están faltando a clase todos
los viernes para exigir acción climática sentados frente a sus
respectivos parlamentos). Otros, como expansión del grupo de
desobediencia civil Extinction Rebellion, que surgió en Reino Unido en
octubre y prácticamente acaba de llegar a España.
Así,
miembros de Extinction Rebellion, Fridays for Future Madrid, Juventud
por el Clima, Abrir Brecha, el Sindicato de Estudiantes y otras
asociaciones universitarias como la Ecoaldea de la Universidad
Complutense de Madrid así como personas independientes se están
organizando para trasladar aquí el movimiento global inspirado en Greta.
Esta
organización espontánea de jóvenes de países como Australia, Suiza,
Francia, Alemania, Estados Unidos o Bélgica, entre otros, está pidiendo a
los dirigentes políticos que "hagan sus deberes". En Bélgica, el
fenómeno de protestas masivas encabezado por la joven de 17 años Anuna
De Wever ha derivado en la dimisión de la ministra de Medio Ambiente,
Joke Schauvliege, después de que esta acusara a los jóvenes de formar
parte de un "complot".
La influencia de estas
activistas y la llama que han encendido a nivel mundial ha sido un
factor importante para que la juventud española se sumara a la ola
verde. Días después de que la juventud de Girona organizara protestas
estudiantiles por el clima se creó el grupo Fridays for Future Madrid.
De este colectivo forma parte Matías, un chico de 16 años que está
terminando el instituto y participa activamente en las asambleas del
nuevo movimiento verde madrileño. "Greta y Anuna parecen unas personas
muy valientes por haberse levantado por el clima e iniciar el
movimiento", señala Matías. "Han sido un gran impulso para todos los
demás jóvenes y espero que se consiga ese cambio de sistema necesario
para abordar el problema".
Y es que la mayoría de
ellos coincide en que el cambio climático no se podrá frenar si no es
cambiando el sistema económico. Toman así el mismo lema de sus
compañeros de lucha en otros países: "cambiemos el sistema, no el
clima". Clara, una maquetadora de 29 años, también es de esta opinión:
"Somos una generación que ha despertado a la vida política en un
contexto de crisis, que ha visto la cara más horrible del capitalismo, y
que ha entendido que lo único que genera es opresión y explotación, por
lo que no le debemos nada", explica a eldiario.es.
Como
Greta, que comenzó a manifestarse un mes antes de las elecciones
generales suecas (del 9 de septiembre), la Juventud por el Clima aquí
espera que el debate se traslade a las elecciones. Sobre todo teniendo
en cuenta el panorama político español. "Se avecina una tormenta
perfecta, con cuatro elecciones en un mes" recuerda Florent Marcellesi,
eurodiputado de Equo. "Somos el país europeo con más elecciones en un
mes y es el momento idóneo para exigir acción política frente la
emergencia climática", reitera.
Marcellesi dice tener
altas expectativas sobre este movimiento. Habla de un "hartazgo
climático" frente al "debate estéril" que hay en España respecto al
calentamiento global y espera que se traduzca en un 15M climático. "La
gran fuerza de este movimiento juvenil es centrar el tema en lo que
realmente importa, el cambio climático, que tiene un impacto directo
sobre los jóvenes, pero también sobre los trabajadores, los empleos… Y
por ello hablamos de nuestro futuro, no sólo el de la juventud sino el
de todos. Pero creo que ellos han dado en la llaga", concluye.
Marta,
una estudiante de 20 años muy activa en esta organización emergente,
también espera que se traslade a los resultados electorales. Aunque cree
en la necesidad de la desobediencia civil, incide en que una reforma
también puede cambiar las cosas. Ya lo estamos viendo en la ciudad de
Madrid, con los planes contra la contaminación", abunda, y lamenta que
"el cambio climático es un tema muy importante al que no se está dando
suficiente relevancia".
Ese es el mensaje con que
Greta Thunberg lleva recorriendo grandes foros internacionales como el
de Davos o la Cumbre Climática de Katowice (Polonia), y con el que ha
regañado y señalado a personas concretas, incluido el presidente de la
Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. "Están deseando que dejemos de
hablar de la crisis del clima y que hablemos de otras cosas, porque
saben que no pueden ganar esta pelea. Porque saben que no han hecho sus
deberes. Nosotros sí hemos hecho nuestros deberes, háganlos ustedes y
escuchen a los científicos", exigió Thunberg en su última intervención
en Bruselas.
Sin
embargo, Emilio Santiago, antropólogo social y experto en transiciones
ecosociales, argumenta que "seria una pena que la potencia de una
movilización como ésta acabara instrumentalizada dentro de la campaña
electoral". Para él, lo ideal sería que la protesta contuviera
"elementos muy potentes de desobediencia civil como para que supusiese
un punto de inflexión".
Plantea que la urgencia es tal
que la movilización debería desbordar sus cauces tradicionales. "La
situación es tan crítica que requerimos algo así como un 8M del clima. O
una presión mucho más fuerte. Fantaseemos con la paralización del curso
escolar... Al final, ¿qué es perder el curso respecto a perder el
mundo?".
De momento, la juventud madrileña tiene
prevista una primera sentada frente al Congreso de los Diputados, que
tendrá lugar este viernes 1 de marzo, y a la cual esperan que acuda la
mayor cantidad de gente posible para ir preparando el terreno de cara al
15M. Por ello apelan a todos los jóvenes "sean de izquierdas o de
derechas". Elena Montero, coportavoz de la Red Equo Joven, también
involucrada en la Juventud por el Clima, arguye que "hay que permitir
primero que cale el mensaje de que colaborando todas juntas se puede
hacer frente a estas cuestiones urgentes, y luego ya se entrará en
matices ideológicos". En cualquier caso, cree que el juicio al
capitalismo llegará de manera inevitable tarde o temprano:
"sencillamente no hay recursos para seguir manteniendo una economía de
mercado salvaje", sentencia.
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