DAVID F. SABADELL |
Trepar a los árboles, bañarse en ríos, recoger piedras o comer moras parecen actividades propias de la infancia.
DAVID F. SABADELL |
El objetivo es hacer una llamada a una mayor regulación de este tipo de publicidad y, sobre todo, al fomento de una educación digital publicitaria en familia y en la escuela, la mejor y más útil herramienta que tenemos a nuestra disposición.
Youtube se ha convertido en el rey del consumo infantil, por encima de la televisión tradicional e incluso de las plataformas de streaming. Durante el confinamiento de 2020, el 78 % de los niños veían con asiduidad vídeos de Youtube. Ahora es la plataforma favorita de los niños entre 5-14 años, que pasan en ella una media de 85 minutos al día.
Dentro de este medio de comunicación es creciente la presencia de los llamados kid influencers. Son niños y niñas que graban actividades cotidianas (jugar, comer…) en vídeos de formato corto y divertido. Muchas veces, ayudados por sus padres y con contenido de marcas incluidos. Estos influencers tienen millones de visualizaciones e incluso están doblados en múltiples idiomas.
Algunos de los kids más populares en Youtube son El mundo de Ryan, con 30 millones de suscriptores (y que ha dado el salto a la televisión: en España lo podemos ver en Clan TV) o Sis and Bro, con más de 16 millones. En español, son muy conocidas Las Ratitas (24 millones de suscriptores) o Dani y Evan (3,16 millones), que han sacado incluso libros de sus aventuras.
Esta plataforma basa sus recomendaciones en algoritmos e insiste en el contenido que sabe que gusta a cada niño. Así, hace que nuestros hijos puedan pasar horas “pegados” a una pantalla viendo a otros niños abrir sobres sorpresa o jugar con sus juguetes en bucle. Horas y horas de los mismos impactos. Pero ¿saben los niños identificar que muchos de esos vídeos son publicidad?, ¿influyen en sus decisiones de compra?, ¿debemos ponerles límites?
La influencia de los kid influencers se produce en un proceso persuasivo de diferentes capas:
Los niños quedan fascinados por una estética divertida e inmersiva que les hace tener una actitud positiva hacia el personaje y lo anunciado.
Se crea una ilusión de intimidad que genera una relación especial con esos personajes en el tiempo (algo que se llama parasocial interaction).
Se produce una identificación aspiracional con ellos, tal y como también sabemos que ocurre con los personajes de ficción seriada. De ahí que muchos padres y madres habrán escuchado a sus hijos decir “quiero eso” cuando ven este tipo de vídeos. Quieren tener lo que tienen ellos y, finalmente, ser como ellos.
Aunque algunos de estos vídeos estén identificados como publicidad cuando hay una marca (no lo están todos), su influencia comercial sigue siendo predominante en unos niños que no tienen la madurez crítica necesaria para entender completamente un mensaje publicitario. Muchos de ellos ni siquiera saben leer de manera correcta, por lo que habría que armonizar una señalización que incluyera avisos orales, entre otras cuestiones. Es necesaria más regulación de este tipo de contenido publicitario por parte de las plataformas: reducir la presencia de marcas, las recomendaciones que hace el algoritmo y valorar qué tipo de productos es adecuado que se publiciten. Mención especial se llevarían, por ejemplo, la comida ultraprocesada que tan presente está en estos contenidos y que puede promover un estilo de vida poco saludable entre los pequeños, aunque no haya una marca concreta detrás.
No podemos poner vallas al campo inmenso que es Youtube. Tampoco hay que alarmarse porque mucho del contenido de juguetes que ven es inofensivo, aunque de manera reiterada puede fomentar un consumismo exacerbado, especialmente en esta época del año, o no coincidir con los valores que quieren inculcar los padres.
Se recomienda ampliar el contenido que los niños pueden ver en Youtube y reducir o negociar el cambio de vídeos si han estado mucho tiempo viendo un tipo de contenido específico como los kid influencers. Sobre todo, es bueno sentarnos con ellos para reflexionar cuando aparezca una marca en ese contenido y reflexionar con ellos sus decisiones de consumo.
Por otro lado, es muy recomendable analizar este tipo de contenido en los colegios desde las primeras etapas de Educación Infantil, ya que la reflexión pausada con otros compañeros reforzará la actitud crítica y una auténtica alfabetización mediática que irá creciendo con los años.
Tal y como nos muestra la ciencia, los niños pueden aprender a entender la publicidad, también en los complejos escenarios en línea. Y es lo más efectivo que tenemos por el momento.
El impacto leve o asintomático del virus en este grupo de edad, los miedos a posibles riesgos de la vacuna y las dudas que se han generado fruto de la infodemia llevan a muchos adultos a plantearse si es idóneo o no vacunar a sus hijos e hijas.
El último informe Covid-19 del Instituto de Salud Carlos III, con fecha 9 de diciembre, señala que desde el inicio de la pandemia se han producido 20 muertes en niños de 0 a 9 años, 188 ingresos en UCI y 3.457 hospitalizaciones (tabla 7). Desde el 14 de octubre de 2021, las defunciones en este grupo de edad (de 0 a 9 años) han sido 3, los ingresos en UCI 8 y 184 hospitalizaciones (tabla 4).
Lejos de imponer una decisión, nuestro objetivo desde Mientras Creces es preceder la decisión final de un diálogo familiar, donde niños y niñas sean participantes -si así lo requieren- y puedan plantear no sólo preguntas sino también sus opiniones.
¿Qué es importante que niños y niñas sepan sobre la vacuna contra el coronavirus?
Invitamos a la comunidad mundial a que comparta su opinión sobre cómo los derechos de la niñez se ven afectados por los daños medioambientales y qué deben hacer los gobiernos para defender estos derechos.
Tus contribuciones ayudarán a formar el primer borrador de la Observación General No. 26, normas universales de la ONU para que los gobiernos defiendan los derechos de los niños y niñas afectados por la crisis medioambiental y climática.
¡Así que únete! Desde defensores de los indígenas, del medio ambiente, de los derechos de los niños y niñas, de los inmigrantes, del género hasta de la discapacidad, todos tienen algo valioso que decir.
Se invita a los niños y niñas de todo el mundo a presentar su candidatura al Equipo Asesor Infantil que ayudará a guiar al Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en la elaboración de la Observación General N.º 26, una guía de la ONU para que los gobiernos protejan los derechos de los niños y niñas afectados por la crisis medioambiental, también conocido como la Observación General N.º 26
Así que si eres menor de 18 años, te apasionan los derechos de la niñez y el medio ambiente, y estás dispuesto a comprometerte, te invitamos a postularte:
Apúntate antes del 16 de enero de 2022 a las 11:59 pm (EST).
La Observación General será construida por muchos grupos diferentes. Y lo que es más importante, será elaborada por niños, niñas y jóvenes, especialmente de las comunidades más afectadas por la crisis medioambiental.
Hacemos un llamado a los jóvenes de 17 años o menos para que compartan sus opiniones sobre lo que creen que deben hacer los gobiernos para defender sus derechos y proteger nuestro planeta.
No importa lo que hayas estudiado, la edad que tengas o de dónde seas, ¡queremos saber de ti!
Únete para garantizar que los niños y los jóvenes estén en la vanguardia de la toma de decisiones medioambientales.
La primera serie de consultas en línea para niños, niñas y jóvenes se pondrá en marcha en febrero de 2022. Suscríbase a nuestro boletín para ser el primero en saber cuándo se abren las consultas en línea.
Invita a la gente de todo el mundo a participar en las consultas en línea de la Observación General que informará de las directrices oficiales de las Naciones Unidas sobre lo que los gobiernos deben hacer para proteger los derechos de la niñez y el planeta.
COLABORA CON NOSOTROS.
GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos.
¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!.
Dona a la Asociación GSIA desde aquí.
En la sala de reuniones donde Zárraga proyecta el futuro de la empresa se encuentran Othmane, Bandja y Mohamed, tres chavales de 20 años de Marruecos, Guinea y Costa de Marfil, respectivamente, que llegaron a España en patera cuando eran unos críos. Hace unos meses ninguno de los tres tenía la esperanza de poder trabajar porque sus papeles no se lo permitían, pero ahora ellos y otros 10 jóvenes inmigrantes como ellos están a punto de incorporarse al engranaje de esta compañía de más de un millar de empleados. Formados en distintos cursos de FP, cobrarán 20.000 euros brutos al año como auxiliares de pintura y soldadura y serán uno más en el plan de carrera de la empresa. “Se habla mucho de los chavales que dan problemas, que claro que los hay, pero se habla poco de todos los que tienen un hambre por trabajar, por cumplir y por aprovechar la oportunidad, que es muy difícil encontrar en la gente joven hoy en día. Y es de admirar”, tercia Zárraga.
El pasado mes de octubre, el Consejo de Ministros aprobó un cambio del reglamento de la ley de Extranjería que eliminó muchas de las barreras que impedían vivir y trabajar legalmente a los menores y jóvenes extranjeros que han migrado solos a España. Unos 15.000 chavales entre 16 y 23 años encontraban todo tipo de trabas, sobre todo para poder trabajar. Entre los requisitos para conseguir una autorización de trabajo, más allá de la de residencia, la ley les exigía ofertas de contrato de un año a jornada completa o medios propios de vida imposibles de alcanzar (hasta 2.000 euros mensuales). Desde que el cambio entró en vigor, la segunda semana de noviembre, conseguir autorizaciones de residencia y trabajo es mucho más fácil y rápido y las oficinas de extranjería han recibido una avalancha de peticiones. Cientos de jóvenes han empezado ya a enderezar su futuro en el campo, en fábricas o restaurantes.
La Secretaría de Estado de Migraciones, impulsora de la reforma contra el criterio de Interior, mantiene que desde que la medida entró en vigor, el pasado 9 de noviembre, hasta la última semana de diciembre se han tramitado al menos 4.500 peticiones. De todas ellas, según fuentes de la Administración, cerca de 1.500 eran de menores y mayores de edad que no contaban con ninguna autorización, es decir, que estaban sin papeles. Migraciones no ha concretado el número de concesiones, pero aquellos que están acompañando los procesos administrativos destacan la rapidez con la que se están resolviendo los expedientes.
Mohammed Cissé ya tiene un contrato firmado con la empresa a la espera de que su permiso de residencia le autorice a trabajar. Fernando Domingo-Aldama |
El contrato de Mohamed Cissé en Haizea Wind está ya preparado y firmado a la espera de que su permiso de residencia incluya la frase “autoriza a trabajar”. Tras el cambio del reglamento, solicitó la modificación de sus papeles, pero aún tendrá que esperar unas semanas hasta que se la tramiten. Está impaciente por poder enviar dinero por primera vez a su familia. “Joer, llevo haciendo prácticas desde 2019. Dos empresas me llegaron a ofrecer un contrato, pero me dijeron que no podían esperar a que intentase cambiar mis papeles. Podían tardar tres meses [en el mejor de los casos] y eso para una empresa es muchísimo”, cuenta. Mientras, la compañía le mantiene en prácticas y se ha comprometido a pagarle como a cualquier empleado contratado hasta que se incorpore.
A casi 1.000 kilómetros de distancia de la fábrica de molinos, en Jerez de la Frontera, Hamza Guerrouje, de 19 años, acaba de empezar a trabajar en una empresa que exporta losas hidráulicas al Reino Unido. Guerrouje era uno de esos chavales que tenía todas las papeletas para echarse a perder. Llegó a Melilla en 2019 y, aunque le tramitaron la residencia, entre burocracias y pandemias, nunca llegó a finalizar el trámite y tener su tarjeta de extranjero. Cumplió los 18 años, se quedó en la calle y escapó de la ciudad autónoma en los bajos de un camión a bordo de un ferri. Acabó en Barcelona malviviendo entre parques y casas okupas con su autorización caducada. “No encontraba trabajo, ni dónde comer, ni dónde ducharme. Fue bastante sufrimiento”, cuenta por videollamada.
Sin saber cómo salir del agujero, Guerrouje se marchó en busca de Michel Bustillo, el fundador de la ONG Voluntarios por otro Mundo que lleva años volcada en buscar oportunidades a los menores extranjeros que se hacen adultos en la precariedad más absoluta. Se mudó a Jerez y su decisión y el cambio de reglamento viraron su suerte. También un partido de fútbol.
El pasado 16 de octubre, tres días antes de la aprobación de la nueva norma, Alex Aguirre, socio de la empresa de losas Maitland & Poate Familia acudía a un trofeo benéfico de fútbol que él mismo organizaba. Aguirre se fijó en que nadie quería ponerse de portero y que bajo los palos acabó un chaval que no solo aceptó el encargo, sino que se tiró al suelo con cada balón que intentaban colarle. “Me llamó la atención porque más allá de ponerse en un sitio donde nadie quería, lo hacía lo mejor que podía. Y cuando terminó, de buen humor, se puso a saludar a todo el mundo”, recuerda Aguirre. “Y eso es justo lo que necesitamos, gente que se implique y ponga todo de su parte. Y no creas que es fácil encontrarlo. Es complicado encontrar a gente para determinados trabajos”. El chico de la portería era Hamza Guerrouje y aquel día, sin saberlo, firmó su primer contrato.
La situación de los menores extranjeros que migran solos se complica en cuanto cumplen la mayoría de edad. En España la edad media de emancipación juvenil es de 29,5 años, una de las más tardías de Europa, pero los jóvenes extranjeros están obligados a buscarse la vida en cuanto llegan a los 18 años, cuando les expulsan de los centros de acogida. Mantener o lograr sus papeles, en el caso de que no se los hayan tramitado, es aún una de las principales trabas, además de continuar formándose, alquilar una casa y sustentarse cuando, en la mayoría de los casos, no se les permite trabajar. Algunos programas públicos, como el de la diputación de Bizkaia, o la labor de varias ONG, como la de Voluntarios por Otro Mundo, en Jerez de la Frontera, logran acompañar esa etapa crítica de transición hacia la vida adulta. Othmane, Bandja y Mohamed son tres de los 250 jóvenes que desde 2018 han pasado por el programa de inserción juvenil de la Diputación Foral de Bizkaia, enfocado sobre todo en su inserción laboral. Con esta iniciativa, los jóvenes han podido formarse en hostelería, soldadura, informática o fontanería y se les han gestionado prácticas remuneradas. Con el cambio del reglamento, la mayoría de ellos podrá trabajar
» Editorial -------------------------------- COLABORA CON NOSOTROS. GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades. Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos. ¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!. Dona a la Asociación GSIA desde aquí. |
COLABORA CON NOSOTROS.
GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos.
¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!.
Dona a la Asociación GSIA desde aquí.
COLABORA CON NOSOTROS.
GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos.
¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!.
Dona a la Asociación GSIA desde aquí.