El desarrollo social de un país se mide por la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas, especialmente la de sus niños, niñas y adolescentes (NNA). Si los hogares con NNA a cargo no pueden acceder a unas condiciones de vida dignas y a unos ingresos suficientes, las posibilidades de que una sociedad sea equitativa y cohesionada, a la vez que económicamente eficiente, se reducen. De esta manera, romper el círculo de la pobreza desde la infancia, además de ser una cuestión de justicia social, es de inteligencia colectiva.
Olga Cantó (Un. Alcalá)
Libertad González (Un. Pompeu Fabra)
Y otros...
Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil
Gobierno de España.
El desarrollo social de un país se mide por la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas, especialmente la de sus niños, niñas y adolescentes (NNA). Si los hogares con NNA a cargo no pueden acceder a unas condiciones de vida dignas y a unos ingresos suficientes, las posibilidades de que una sociedad sea equitativa y cohesionada, a la vez que económicamente eficiente, se reducen. De esta manera, romper el círculo de la pobreza desde la infancia, además de ser una cuestión de justicia social, es de inteligencia colectiva.
Estas consecuencias en la vida de NNA que se extienden a la edad adulta no son solo individuales, sino que se traducen en consecuencias para el conjunto de la sociedad y tienen, además, un elevado impacto económico. Este impacto en el país se explica, principalmente, por una reducción en la productividad -al disminuir el potencial de empleo e ingresos de futuros trabajadores y trabajadoras-, por una merma de la calidad de vida y del estado de salud y por una carga adicional en el coste y la eficiencia de los servicios públicos. Por tanto, mejorar la vida de los NNA de nuestro país, combatir la pobreza infantil, supone un avance de dimensiones colectivas muy amplias, garantizando la igualdad de oportunidades, una mayor productividad y calidad de vida y un crecimiento económico sostenible.
Mantener niveles altos de pobreza infantil no solo es injusto, sino que es claramente ineficiente. Supone un coste social y económico a largo plazo bastante más elevado que el que puedan tener las acciones para prevenir o combatir la pobreza. Las medidas que se adopten se pueden convertir, por tanto, en inversiones con un alto retorno, sobre todo si se producen desde la primera infancia, revirtiendo en mayores niveles de bienestar individual y colectivo en el presente y en el futuro.
No hay una forma de experimentar pobreza, sino muchas, con implicaciones diversas sobre el desarrollo y bienestar infantil. Para estimar el coste de la pobreza infantil hay varios aspectos clave a tener en cuenta: la incidencia –porcentaje de NNA en situación de pobreza sobre el total-; la intensidad –grado o severidad de la pobreza-; la desigualdad de ingresos –entre los hogares con NNA en situación de pobreza y entre todos los hogares con NNA-; y la onsistencia –sufrir tanto pobreza monetaria como carencia materialsevera–.
Además, para el cálculo del coste, es importante tener en cuenta que la experiencia de la pobreza infantil es dinámica. Puede darse, por ejemplo, de forma crónica y persistente o transitoria y recurrente. En todos estos aspectos, las consecuencias de la crisis económica de 2008 tuvieron un impacto determinante, acentuando y agravando las características de la pobreza infantil en nuestro país.
Aunque cada vez disponemos de más y mejores datos sobre la pobreza infantil, pocos análisis han atribuido un coste financiero a sus consecuencias. Este estudio analiza el impacto social y económico de la pobreza infantil en España y cuantifica los costes que esta supone para el país. Para ello, se calcula el efecto que tiene haber experimentado pobreza en la infancia sobre la educación formal, el empleo, los ingresos laborales y la salud en la edad adulta, y se cuantifica el coste que suponen la pérdida de ingresos y el empeoramiento de la salud y la calidad de vida. Para monetizar este coste, el estudio utiliza una metodología innovadora y distingue entre las distintas tendencias y dimensiones de la pobreza infantil en España.
Analizar el coste de la pobreza infantil contribuye a dimensionar la inversión y las medidas necesarias para combatirla. Cada euro invertido conlleva una mejora potencial en la vida de NNA en situación de pobreza, un cambio sustancial en su bienestar presente y mayores posibilidades de desarrollo a lo largo de su vida, pero también un retorno positivo para el conjunto de la sociedad: combatiendo la pobreza infantil, todos y todas ganamos...
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