Irlanda pide perdón "a las madres solteras" por los 9.000 niños muertos en centros religiosos.

El primer ministro irlandés, Michael Martin, 
ha pedido este martes perdón a las “madres solteras y los bebés",
que sufrieron “terribles abusos” en instituciones estatales y religiosas 
durante gran parte del pasado siglo, 
como consecuencia de una sociedad 
con actitudes “retorcidas respecto a la sexualidad y asuntos íntimos”.

Un homenaje a las víctimas en el antiguo orfanato Mother and Baby Home en Tuam (Irlanda), 
donde se hallaron restos de al menos 800 niños en 20 cámaras distintas.

El HuffPost / EFE / ABC



Martin ha manifestado esto después de conocerse  las conclusiones de una investigación sobre las condiciones de vida en 18 instituciones públicas entre 1922 y 1998, que denuncia que hasta 9.000 menores fallecieron en casas de acogidas regentadas por órdenes religiosas católicas y autoridades estatales.

El informe , de más de 3.000 páginas y fruto de un trabajo de cinco años, describe un “capítulo negro, difícil y vergonzoso de nuestra muy reciente historia”, ha lamentado el jefe del Ejecutivo de Dublín, de coalición entre centristas, democristianos y verdes.
“Si bien este informe, obviamente, tendrá mayor impacto sobre los supervivientes y sus familias, plantea cuestiones más profundas para toda la sociedad irlandesa. Lo que se ha descrito en este informe no nos lo infligió ninguna potencia extranjera. Nos lo hicimos nosotros mismos”, subrayó Martin, quien insistió en que esa “sociedad disfuncional”, con “actitudes retorcidas”, “maltrató a las mujeres”, a las “madres jóvenes” y, “especialmente, a los niños”.

Una larga lista de abusos. 
El primer ministro irlandés confía en que este documento ayude a cerrar así otro “episodio oscuro del pasado”, después que otras investigaciones han revelado en los últimos años los abusos sexuales cometidos por religiosos contra miles de menores durante gran parte del pasado siglo.

En 2013, otra investigación oficial descubrió el comportamiento de las monjas católicas en las llamadas ‘Lavanderías de la Madgalena’, donde entre 1922 y 1996 miles de internas trabajaron en un régimen de semiesclavitud y abusos.
Ahora, la llamada Comisión sobre Madres y Bebés ha documentado las duras condiciones de vida en las casas de acogida y la negligencia de las religiosas y responsables estatales que las regentaron durante 76 años.

También examinó, entre otros asuntos, las altas tasas de mortalidad registradas entre los menores, los ensayos de vacunas efectuados con ellos y el establecimiento de un sistema de adopciones ilegales para obtener ingresos.

El Gobierno estableció la citada comisión en 2014, tras el hallazgo ese año de casi 800 esqueletos de niños en cámaras subterráneas de un convento regentado por monjas del Buen Socorro en la localidad de Tuam, en el oeste de Irlanda, entre 1925 y 1961.
Este caso, que conmocionó al país, salió a la luz cuando un estudio de la historiadora local Catherine Corless descubrió certificados de defunción de 798 niños, aunque solo dos de ellos estaban acompañados por certificados de enterramiento.

Las excavaciones efectuadas posteriormente confirmaron que los esqueletos yacían en el espacio que ocupaban tanques sépticos en el edificio del citado centro de acogida, conocido como ‘El Hogar’.

Abandono, malnutrición y ensayos con vacunas. 
Además de las más de 9.000 muertes de menores documentadas, el informe conocido hoy indica que la tasa de mortalidad doblaba la media nacional, lo que da una idea de “las condiciones de abandono, malnutrición y enfermedades” que reinaban en esos centros.

En torno a una de esas casas de acogida gira el argumento de la película Philomena, que recibió cuatro candidaturas a los Oscar en 2014 y que relata los esfuerzos de Philomena Lee para encontrar a su hijo, dado en adopción sin su permiso a una familia estadounidense.
Según la cinta y el libro en el que está basada, Lee se topó con los intentos de las monjas por entorpecer su búsqueda, dejando entrever que quemaron todos los registros y que obtuvieron beneficios económicos por las adopciones, unas prácticas que también quedan recogidas en el informe de la comisión.

Otro aspecto siniestro de este caso es el programa de vacunación experimental desarrollado por científicos entre 1960 y 1961 con 58 niños internados en tres centros de acogida.

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